Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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círculo

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

Tras cuatro semestres dejé los estudios teológicos y me dediqué por entero a la filosofía. No dejé con todo de asistir a un curso de Teología en los años posteriores a 1911: el de Dogmática, impartido por Carl Braig. A ello me veía determinado por mi interés por la teología especulativa y, sobre todo, por ese penetrante modo de pensar que el citado profesor hacía presente en cada lección. Gracias a él tuve por vez primera noticia, en algunos paseos a los cuales pude acompañarle, de la importancia de Schelling   y Hegel   para la teología especulativa, a diferencia del sistema doctrinal de la Escolástica. Así es como entró en el CÍRCULO de mis pesquisas la tensión entre ontología y teología especulativa como cimentación de la metafísica. Heideggeriana  : CaminoFenomenologia

El escrito de homenaje a Edmund Husserl   aparecería puntualmente el día de su cumpleaños y como suplemento del Anuario. Yo tuve el honor de hacérselo llegar el 8 de abril de 1929 al festejado profesor en el CÍRCULO de sus discípulos y amigos. Heideggeriana  : CaminoFenomenologia

Esta frase sitúa la estancia del pensador y su quehacer bajo una luz diferente. El relato no dice si los visitantes entienden enseguida esas palabras, o si tan siquiera las entienden, y entonces ven todo bajo esa otra luz. Pero el hecho de que esa historia se haya contado y nos haya sido transmitida hasta hoy se explica porque lo que cuenta procede de la atmósfera de este pensador y la caracteriza. “también aquí”, al lado del horno, en ese lugar tan corriente, donde cada cosa y cada circunstancia, cada quehacer y pensar resultan familiares y habituales, es decir, son normales y ordinarios, “también aquí”, en el CÍRCULO de lo ordinario, ocurre que “los dioses están presentes”. Heideggeriana  : CartaHumanismo

Según lo afirmado más arriba, esta palabra acerca del ser debe dar una respuesta, a saber, la respuesta a la pregunta: ¿qué significa ser? Pero si se nos dice: ser significa fundamento, ¿acaso es eso una respuesta? Pues en vez de recibir con esto una respuesta, nos vemos arrojados de nuevo a una pregunta. Pues al punto preguntamos: ¿qué significa entonces fundamento? A esta pregunta no podemos responder, ahora, más que diciendo: fundamento significa ser. Ser significa fundamento y fundamento significa ser: aquí todo gira en CÍRCULO. Nos asalta un vértigo. El pensar se despeña, desconcertado, porque no sabemos muy bien ni lo que quiere decir “ser” ni lo que quiere decir “fundamento”. Aun dando por supuesto que la palabra acerca del ser en cuanto fundamento responda a la pregunta por el sentido del ser, esta respuesta sigue cerrándonos, por de pronto, sus puertas. Nos falta la llave para abrirlas, a fin de tener así, a través de ellas, un acceso que lleve la mirada a lo que dice la palabra acerca del ser. Ahora bien, [206] ya la mera búsqueda de la llave que falta es, por sí sola, una tarea difícil y de largo aliento. Por eso, en esta conferencia elegiremos un camino distinto para llegar a abrir, quizás, una contrapuerta al menos. Compañía para este camino podría proporcionarnos el poeta cuyos versos circunscriben aquel representar que está bajo la prevalencia de la proposición fundamental del fundamento suficiente que hay que emplazar. Heideggeriana  : Fundamento1956  

Al representar que, al pensar en términos de valores, dirige su mirada hacia la validez, el ser le queda fuera de su CÍRCULO visual respecto ya de la cuestionabilidad del “en cuanto ser”. Del ser en cuanto tal no “hay” nada: el ser, un nihil. Heideggeriana  : NiilismoSer   [GA6  ]

Puesto que el permanecer fuera del ser es la historia del ser y por tanto la historia propiamente existente, el ente en cuanto tal, y especialmente en la época del dominio de la inesencia del nihilismo, cae en lo ahistórico. Signo de ello es la emergencia de la historiografía, que pretende ser la representación determinante de la historia. Toma a ésta como algo pasado y explica su surgimiento como una conexión de efectos causalmente demostrable. Lo pasado que se ha objetivado de tal manera mediante el relato y la explicación aparece en el CÍRCULO visual de aquel presente que lleva a cabo en cada caso la objetivación y que, a lo sumo, se explica a sí mismo como producto del acontecer pasado. Qué son los hechos y qué la facticidad, qué sea en general el ente en este tipo de pasado, es algo que ya se cree saber, puesto que la objetivación llevada a cabo por la historiografía siempre sabe aducir algún material de hechos y presentarlo en una visión fácilmente comprensible y, sobre todo, “actual”. Heideggeriana  : NiilismoSer   [GA6  ]

No obstante, si el hombre histórico fuera capaz de pensar la falta de necesidad como la necesidad del ser mismo, presumiblemente podría experimentar lo que es según la historia del ser. Sólo entonces el hombre de la época de la acabada inesencia del nihilismo experimentaría que es lo que “es”, en el sentido de un “es” que se determina desde la verdad del ser. Pues ya habría pensado desde el ser mismo. El hombre experimentaría lo que según la historia del ser proviene de la falta de necesidad en cuanto necesidad y que, proveniendo de esta forma, ya ha arribado, aunque presencie en un oculto advenir, lo cual, sin embargo, para el CÍRCULO visual de la experiencia metafísica, equivale a decir que está ausente. Estar ausente significa, pensado metafísicamente, el mero opuesto del presenciar en cuanto ser: no ser en el sentido de la nula nada. Heideggeriana  : NiilismoSer   [GA6  ]

La conferencia que piensa el habla como información y que, en este proceso. debe pensar la información como habla [En esta serie de conferencias C. Fr. v. Weizsäcker habló sobre el tema: El habla como información], denomina “CÍRCULO” a esta relación que regresa hacia sí; un CÍRCULO, por cierto, inevitable pero a la vez lleno de sentido. El CÍRCULO es un caso especial del mentado entramado. El CÍRCULO tiene un sentido porque la dirección y la forma de circular las gobierna el habla misma, por un movimiento dentro del habla. El carácter y la amplitud de este movimiento lo quisiéramos conocer por el habla misma, entrando en el entramado. Heideggeriana  : CaminhoLinguagem  

“Sentido” — podría pensarse — es algo que todo el mundo entiende. Esto es efectivamente así en el CÍRCULO del pensar cotidiano y de un opinar aproximativo. Pero apenas se nos llama la atención sobre el hecho de que el hombre busca un “sentido” en todo acontecer, y cuando Nietzsche   señala que esta búsqueda de un “sentido” se ve decepcionada, entonces no pueden evitarse las preguntas acerca de qué quiere decir aquí sentido, de en qué medida y por qué busca el hombre un sentido, de por qué no puede aceptar como algo indiferente la eventual decepción que entonces pudiera surgir sino que, por el contrario, resulta afectado, amenazado y hasta quebrantado en su propia existencia consistente. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

Pero el nihilismo, pensado por Nietzsche   como historia de las posiciones de valores, sólo puede comprenderse si se conoce la posición de valores como tal en su esencia, es decir, aquí: en su necesidad metafísica Por ello, el peso principal de nuestras reflexiones se traslada al CÍRCULO de cuestiones nombrado en segundo lugar. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

Ad 2) Las tesis conductoras de este CÍRCULO de cuestiones son: Nietzsche   piensa el nihilismo, en lo que hace a su proveniencia, despliegue y superación, únicamente desde la idea de valor. El pensar en términos de valores forma parte de esa realidad que está determinada como voluntad de poder. El pensamiento del valor es un elemento necesario de la metafísica de la voluntad de poder. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

Si consideramos además la prueba de la copertenencia esencial entre posición de valores y voluntad de poder, se muestra que: la interpretación nietzscheana de toda metafísica desde el pensamiento del valor hunde sus raíces en la determinación fundamental del ente en su totalidad como voluntad de poder. Este nombre es la palabra fundamental de la metafísica de Nietzsche  . Ni Hegel   ni Kant  , ni Leibniz   ni Descartes  , ni el pensamiento medieval ni el helenístico, ni Aristóteles   ni Platón  , ni Parménides ni Heráclito   saben de la voluntad de poder como carácter fundamental del ente. Por consiguiente, cuando Nietzsche   ve la metafísica como tal y toda su historia en el CÍRCULO visual de la posición de valores, esta historia cae con ello en una perspectiva unilateral y la consideración historiográfica regida por ella se vuelve no verdadera. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

¿Pero hay en general algo así como una consideración de la historia que no sea unilateral, una consideración que la abarque por todos sus lados? ¿No tiene cada presente que ver e interpretar el pasado desde su CÍRCULO visual? ¿No se vuelve “más vivo” su conocimiento historiográfico cuanto más decididamente asume su función directiva el respectivo CÍRCULO visual del respectivo presente? El propio Nietzsche  , en una de sus obras tempranas, en la segunda de sus Consideraciones intempestivas, bajo el título “De la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida”, ¿no ha exigido acaso y fundamentado con la mayor insistencia que la historiografía debe servir a la vida, y que sólo puede hacerlo si previamente se libera de la ilusión de una pretendida “objetividad en sí” historiográfica? Si esto es así, nuestra indicación de que Nietzsche   interpreta la historia de la metafísica desde su propio planteamiento como una historia de la posición de valores difícilmente puede servir de objeción y reparo, ya que no hace más que confirmar la autenticidad de su pensar histórico. Podría ser, incluso, que con la interpretación nietzscheana de la metafísica desde el pensamiento del valor se “comprendiera mejor” a la metafísica anterior de lo que ella misma podía comprenderse, en la medida en que sólo esa interpretación le concedería la palabra para decir lo que había querido pero aún no había podido decir. Si fuera así, la concepción de Nietzsche   de las categorías y de las categorías de la razón como valores supremos y en general, como “valores” no sería una deformación de la realidad histórica sino más bien la liberación de los valores metafísicos anteriores hacia su auténtico contenido creativo o, por lo menos, un enriquecimiento del mismo. Si, además, el fundamento de la concepción nietzscheana de toda metafísica, la interpretación del ente en su totalidad como voluntad de poder, se moviera totalmente en los cauces del pensamiento metafísico anterior y llevara a su acabamiento su pensamiento fundamental, entonces la “imagen de la historia” de Nietzsche   estaría en todo aspecto justificada y se mostraría como la única posible y necesaria. Pero en ese caso no habría ya ninguna escapatoria ante la tesis de que la historia del pensar occidental se desarrolla como una desvalorización de los valores supremos y que, de acuerdo con este volverse nulos de los valores y con la caducidad de los fines, es y tiene que volverse “nihilismo”. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

Pero si intentamos ahora demostrar que la metafísica anterior a Nietzsche   no interpretaba el ente como voluntad de poder y que, por consiguiente, el pensamiento del valor le era extraño, nuestro propósito está sujeto al mismo reparo que se ha aducido frente a la interpretación nietzscheana de la historia. También nosotros tenemos que mirar e interpretar el pensar anterior desde el CÍRCULO visual de un pensar, el nuestro. Al igual que Nietzsche  , al igual que Hegel  , tampoco nosotros podemos salirnos de la historia y del “tiempo” y contemplar lo sido en sí, desde una posición absoluta, por así decirlo sin una óptica determinada y por ello necesariamente unilateral. Para nosotros rige lo mismo que para Nietzsche   y Hegel  , con el agravante de que el CÍRCULO visual de nuestro pensamiento quizás ni siquiera alcance la esencialidad y menos aún la grandeza del cuestionamiento de esos pensadores, por lo que nuestra interpretación de la historia, en el mejor de los casos, quedará detrás de las ya alcanzadas. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

Los que tratan de este modo acerca de qué es el ente en su totalidad son “teólogos”. Su “filosofía” sólo tiene de filosofía el nombre, porque una “filosofía cristiana” es un contrasentido aún mayor que la idea de un CÍRCULO cuadrado. El cuadrado y el CÍRCULO todavía concuerdan en que son figuras espaciales, mientras que la fe cristiana y la filosofía son abismalmente diferentes. Incluso si quisiera decirse que en ambos casos se enseña la verdad, lo que quiere decir verdad es totalmente diferente. El hecho de que los teólogos medievales a su manera, es decir cambiándoles el sentido, estudiaran a Platón   y a Aristóteles   es equivalente a la utilización de la metafísica de Hegel   por parte de Karl Marx   para su cosmovisión política. Pero bien mirado, la doctrina christiana no quiere transmitir un saber sobre el ente, sobre lo que éste es, sino que su verdad es por completo una verdad de salvación. Se trata del aseguramiento de la salvación de las almas inmortales individuales. Todos los conocimientos están referidos al orden de la salvación y están al servicio del aseguramiento y la promoción de la misma. Toda historia se convierte en historia de la salvación: creación, pecado original, redención, juicio final. Así también queda establecido de qué único modo (es decir con qué único método) tiene que determinarse y transmitirse lo que es digno de saberse. A la doctrina le corresponde la schola (la instrucción); por eso los doctores de la doctrina de la fe y la salvación son “escolásticos”. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

El cogitare es siempre un “pensar” [denken] en el sentido de un reparar [Be-denken], de un reparar que piensa en sólo dejar valer como asegurado y re-presentado en sentido propio lo que no presente reparos [Bedenkenlose]. El cogitare es esencialmente re-presentar que repara, re-presentar que examina y recuenta: cogitare ist dubitare. Si a esto lo tomamos “literalmente” podemos caer con facilidad en un error. Pensar no es dudar en el sentido de que en todas partes se formulen reparos, de que toda toma de posición resulte sospechosa y se rehúse todo asentimiento. El dudar es comprendido, por el contrario, como esencialmente referido a lo indubitable, a lo que no ofrece reparos, y a que esto sea puesto en seguro. En lo que se repara de antemano y continuamente en este pensar que repara es en que lo representado esté en cada caso puesto en seguro dentro del CÍRCULO de la disposición calculante. Que todo cogitare es esencialmente un dubitare no dice más que: el re-presentar es un poner en seguro. El pensar que es esencialmente reparar no admite nada como puesto en seguro y cierto, es decir como verdadero, que no esté comprobado como tal ante él mismo, que no tenga el carácter de lo sin reparos, de aquello con lo que el pensamiento, en cuanto reparar, ya ha de cierto modo “acabado”, con lo que ya se ha saldado la cuenta. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

Pero esta caracterización del re-presentar por la que en él se “co”-re-presentan “conjuntamente” el representar mismo y el “yo” representante, sigue siendo equívoca hasta tanto no destaquemos de manera más precisa lo esencial de lo que aquí todo depende. Puesto que en todo representar es al hombre re-presentante a quien se remite lo re-presentado de ese re-presentar, el hombre representante se ha copresentado en todo representar no con posterioridad sino de antemano, en la medida en que él, el re-presentante, lleva en cada caso ante sí a lo re-presentado. Puesto que el hombre re-presentante ya ha comparecido dentro del re-presentar junto a lo re-presentado, existe en todo re-presentar la posibilidad esencial de que el representar mismo se lleve a cabo dentro del CÍRCULO visual del que representa. Que el representar y el re-presentante sean co-representados en el re-presentar humano no quiere decir, en verdad, que el yo y su re-presentar se encontraran, por así decirlo, fuera del re-presentar como objetos diferentes de este representar y, con posterioridad, se integraran en el entorno de lo re-presentado. En verdad, la equívoca formulación de que el representante y su representado son co-representados en todo representar expresa precisamente la pertenencia esencial del re-presentante a la constitución del re-presentar. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

Se reflexiona demasiado poco sobre el hecho de que es el “subjetivismo” moderno, y sólo él, el que ha descubierto y vuelto disponible y dominable el ente en su totalidad, posibilitando aspiraciones y formas de dominio que la Edad Media no podía conocer y que estaban fuera del CÍRCULO visual de los griegos. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu   [GA6  ]

El CÍRCULO o ámbito de la de la comprensibilidad fáctica (el CÍRCULO o ámbito del estar fácticamente entendiendo) es algo que nunca puede medirse o calcularse de antemano. E, igualmente, la forma que ese CÍRCULO, que ese ámbito de comprensión, tiene de operar, la forma en que se vuelve efectivo, no se la puede normar orientándose por la comprensión y comunicación de enunciados matemáticos. Pero en el fondo, incluso esto carece de importancia, pues la hermenéutica nos pone en situación y es desde esta situación desde donde es posible el entender. Heideggeriana  : Hermeneutica1923

Y cuando enfocamos al hombre utilizando como hilo conductor la definición “animal rationale” se lo ve en el CÍRCULO de otros seres existentes junto con el hombre en el modo o forma que representa la vida (plantas, animales), y, por cierto, como un ente (como un viviente, zoon) que tiene lenguaje (logon echon), que se refiere a su mundo y habla de él; su mundo que de entrada sólo lo es en el trato y comercio que representa la praxis, que representa el curare et procurare en el más amplio sentido de esta expresión. Heideggeriana  : Hermeneutica1923

Lo decisivo es, por tanto, incluir el “hoy” en el enfoque del análisis, y ello en términos tales que con ello (es decir, mediante el propio tener que incluir ese hoy) resulte ya visible algo así como un carácter de ser (de la exsistencia). Pues primero hay que empezar haciendo transparente ese carácter de ser y poniéndolo como tal carácter en el CÍRCULO de fenómenos de la facticidad. Sólo después podrá plantearse la cuestión ulterior de si en ese carácter de ser que a título de ensayo estamos aprehendiendo y fijando, acertamos, efectivamente, con el “hoy”. Heideggeriana  : Hermeneutica1923

En el CÍRCULO de ese campo temático, formalmente determinado así, debe caer también la exsistencia de la vida. Las disciplinas filosóficas tradicionales que son la ética, la filosofía de la historia, la psicología racional, constituyen siempre de una u otra forma un decir sobre ello, consisten en un hablar sobre ello de una u otra manera. El respecto-a-qué del preguntar, es decir, el preguntar en el respecto-a-qué de ese preguntar, está ahí de forma inexpresa y más o menos asegurado en lo que se refiere a fundamentos. En los planteamientos tradicionales de estas disciplinas la vida humana, de forma más o menos expresa, constituye el objeto que en algún aspecto se somete a interrogación. De tal filosofía hemos de obtener hermenéuticamente, por tanto, (es decir, en tal filosofía hemos de poder leer hermenéuticamente) como qué entiende antemano esa filosofía la existencia de la vida [obsérvese la expresión que está utilizando el autor: Lebensdasein, exsistencia de la vida, es decir, la exsistencia de la vida, es decir, el ser ahí la vida, es decir, el ser la vida su ahí MJR], de tal filosofía hemos de obtener, digo, cómo se desenvuelve en ella (en esa filosofía) el Gerede sobre la vida, el trajín en el hablar y decir filosóficos sobre la vida, es decir, cómo en esa filosofía (en tanto que forma determinada de hablar de una determinada época, de un determinado tiempo) se habla de esa determinada época o tiempo, es decir, de su exsistencia. Heideggeriana  : Hermeneutica1923

Pero, ¿con qué vara tenemos y debemos medir a la ciencia? Esa es la cuestión que debe ser la decisión. Esta ya había sido, de inmediato, algo vivo antes de la irrupción de la Primera Guerra Mundial, para un pequeño CÍRCULO de jóvenes alemanes. Su más grande exhortador, aún no del todo comprendido, fue Federico Nietzsche  , el último gran filósofo de los alemanes. Heideggeriana  : UniversidadeAlema   [GA16  ]2

Pero ¿en qué sentido es un “bien” para el hombre éste que es el más peligroso? El habla es su propiedad. Dispone de ella con el fin de comunicar experiencias, decisiones, estados de ánimo. El habla sirve para entender. Como instrumento eficaz para ello es un “bien”. Sólo que la ausencia del habla no se agota en eso de ser un medio de entenderse. Con esta determinación no tocamos su propia esencia, sino que indicamos nada más una consecuencia de su esencia. El habla no es sólo un instrumento que el hombre posee entre otros muchos, sino que es lo primero en garantizar la posibilidad de estar en medio de la publicidad de los entes. Sólo hay mundo donde hay habla, es decir, el CÍRCULO siempre cambiante de decisión y obra, de acción y responsabilidad, pero también de capricho y alboroto, de caída y extravío. Sólo donde rige el mundo hay historia. El habla es un bien en un sentida más original. Esto quiere decir que es bueno para garantizar que el hombre puede ser histórico. El habla no es un instrumento disponible, sino aquel acontecimiento que dispone la más alta posibilidad de ser hombre. Debemos primero asegurarnos de esa esencia del habla, para concebir verdaderamente el campo de acción de la poesía y a ella misma. ¿Cómo acontece el habla? Para encontrar la respuesta a esta pregunta, reflexionemos sobre una tercera palabra de Hölderlin  . tres — Tropezamos con esta palabra en un proyecto grande y desarrollado para el poema incompleto que comienza: “Reconciliador en que tú nunca has creído… (IV, 162 y 339 s.) El hombre ha experimentado mucho Nombrado a muchos celestes, desde que somos un diálogo y podemos oír unos de otro (IV, 343), Heideggeriana  : EssenciaPoesia   [GA4  ]

Por mucho que el artista sea necesariamente el origen de la obra de un modo diferente a como la obra es el origen del artista, lo cierto es que el arte es al mismo tiempo el origen del artista y de la obra todavía de otro modo diferente. Pero ¿acaso puede ser el arte un origen? ¿Dónde y cómo hay arte? El arte ya no es más que una palabra a la que no corresponde nada real. En última instancia puede servir a modo de término general bajo el que agrupamos lo único real del arte: las obras y los artistas. Aun suponiendo que la palabra arte fuera algo más que un simple término general, con todo, lo designado por ella sólo podría ser en virtud de la realidad efectiva de las obras y los artistas. ¿O es al contrario? ¿Acaso sólo hay obra y artista en la medida en que hay arte y que éste es su origen? Sea cual sea la respuesta, la pregunta por el origen de la obra de arte se transforma en pregunta por la esencia del arte. Como de todas maneras hay que dejar abierta la cuestión de si hay algún arte y cómo puede ser éste, intentaremos encontrar la esencia del arte en el lugar donde indudablemente reina el arte. El arte se hace patente en la obra de arte. Pero ¿qué es y cómo es una obra que nace del arte? Qué sea el arte nos los dice la obra. Qué sea la obra, sólo nos lo puede decir la esencia del arte. Es evidente que nos movemos dentro de un CÍRCULO vicioso. El sentido común nos obliga a romper ese CÍRCULO que atenta contra toda lógica. Se dice que se puede deducir qué sea el arte estableciendo una comparación entre las distintas obras de arte existentes. Pero ¿cómo podemos estar seguros de que las obras que contemplamos son realmente obras de arte si no sabemos previamente qué es el arte? Pues bien, del mismo modo que no se puede derivar la esencia del arte de una serie de rasgos tomados de las obras de arte existentes, tampoco se puede derivar de conceptos más elevados, porque esta deducción da por supuestas aquellas determinaciones que deben bastar para ofrecernos como tal aquello que consideramos de antemano una obra de arte. Pero reunir los rasgos distintivos de algo dado y deducir a partir de principios generales son, en nuestro caso, cosas igual de imposibles y, si se llevan a cabo, una mera forma de autoengaño. Heideggeriana  : ObraArte

Así pues, no queda más remedio que recorrer todo el CÍRCULO, pero esto no es ni nuestro último recurso ni una deficiencia. Adentrarse por este camino es una señal de fuerza y permanecer en él es la fiesta del pensar, siempre que se dé por supuesto que el pensar es un trabajo de artesano. Pero el paso decisivo que lleva de la obra al arte o del arte a la obra no es el único CÍRCULO, sino que cada uno de los pasos que intentamos dar gira en torno a este mismo CÍRCULO. Heideggeriana  : ObraArte

¿Qué es verdaderamente la cosa en la medida en que es una cosa? Cuando preguntamos de esta manera pretendemos conocer el ser-cosa (la coseidad) de la cosa. Se trata de captar el carácter de cosa de la cosa. A este fin tenemos que conocer el CÍRCULO al que pertenecen todos los entes a los que desde hace tiempo damos el nombre de cosa. Heideggeriana  : ObraArte

Sólo podemos llegar a saber qué es lo que obra en la obra a partir de este reposo de la obra. Hasta ahora, decir que era la verdad la que operaba en la obra de arte era una afirmación preconcebida. ¿Hasta qué punto ocurre en el ser-obra de la obra, o mejor dicho ahora, hasta qué punto ocurre en la disputa del combate entre el mundo y la tierra la verdad? ¿Qué es la verdad? La negligencia con que usamos esta palabra fundamental nos indica lo pequeño e imperfecto que es nuestro conocimiento sobre la esencia de la verdad. Cuando decimos verdad solemos referirnos a esta y aquella verdad, es decir, a algo verdadero. Un conocimiento expresado en una frase puede ser verdadero. Pero no nos limitamos a decir que una frase es verdadera, sino que también lo decimos de una cosa, del oro verdadero por oposición al oro falso. Verdadero significa en este caso lo mismo que auténtico, oro efectivamente real. ¿Qué quiere decir aquí eso de real? Para nosotros es real lo que es de verdad. Es verdadero lo que corresponde a algo real y es real lo que es de verdad. Una vez más, el CÍRCULO se ha cerrado. Heideggeriana  : ObraArte

Una de las maneras esenciales en que la verdad se establece en ese ente abierto gracias a ella, es su ponerse a la obra. Otra manera de presentarse la verdad es la acción que funda un Estado. Otra forma en la que la verdad sale a la luz es la proximidad de aquello que ya no es absolutamente un ente, sino lo más ente de lo ente. Otro modo de fundarse la verdad es el sacrificio esencial. Finalmente, otra de las maneras de llegar a ser de la verdad es el cuestionar del pensador, que nombra el pensar del ser como tal en su cuestionabilidad, o lo que es lo mismo, como digno de ser cuestionado. Frente a esto, la ciencia no es ningún tipo de acontecimiento originario de la verdad, sino siempre la construcción de un ámbito de la verdad, ya abierto, por medio de la fundamentación y la aprehensión de aquello que se muestra exacto dentro de su CÍRCULO de un modo posible y necesario. Cuando y en la medida en que una ciencia va más allá de lo exacto para alcanzar una verdad, esto es, un desvelamiento esencial de lo ente en cuanto tal, dicha ciencia es filosofía. Heideggeriana  : ObraArte

Este saber, que como querer habita familiarmente en la verdad de la obra y sólo de este modo sigue siendo un saber, no saca a la obra fuera de su subsistencia, no la arrastra al CÍRCULO de la mera vivencia ni la rebaja al papel de una mera provocadora de vivencias. El cuidado por la obra no aísla a los hombres en sus vivencias, sino que los adentra en la pertenencia a la verdad que acontece en la obra y, de este modo, funda el ser para los otros y con los otros como exposición histórica del ser-ahí a partir de su relación con el desocultamiento. Finalmente, el conocer al modo del cuidado está lejos de ese conocimiento guiado exclusivamente por el mero gusto por lo formal de la obra, sus cualidades y encantos en sí. Saber en tanto que haber-visto es estar decidido; es estar dentro en el combate dispuesto por la obra en el rasgo. Heideggeriana  : ObraArte

El acontecimiento-apropiador tiene su acontecer más íntimo y su más amplia expansión en la vuelta. La vuelta, que se esencia en el acontecimiento-apropiador, es el fundamento oculto de todas las otras vueltas, CÍRCULOs y cercos, que se toman voluntariamente como “último”, subordinados, oscuros en su procedencia, permaneciendo incuestionados (cf. p. e. la vuelta en la estructura de las preguntas conductoras; el CÍRCULO del comprender). Heideggeriana  : EreignisDeus   [GA65  ]

Ahora bien, para Protágoras  , lo ente sigue refiriéndose al hombre en tanto que ego. ¿De qué tipo es esa referencia al Yo? El ego permanece en el CÍRCULO de aquello desocultado que le ha sido adjudicado a él mismo como siendo ése. De esta forma capta todo lo que está presente en ese CÍRCULO como eso que es. Esta captación de lo presente se funda en la permanencia en el interior del CÍRCULO del desocultamiento. Por medio de la permanencia junto a lo presente, la pertenencia del Yo a lo presente es. Esta pertenencia a lo presente abierto delimita a éste frente a lo no presente. El hombre recibe y preserva la medida para aquello que se presenta o ausenta a partir de dicho límite. En una restricción a lo que se desoculta en cada ocasión, el hombre se da a sí mismo la medida que limita cada vez a un ‘sí mismo’ con relación a esto y aquello. El hombre no dispone la medida a partir de un Yo aislado al que tiene que supeditarse todo ente en su ser. El nombre de la relación fundamental griega con lo ente y su desocultamiento es el metron (medida), desde el momento en que se compromete a restringiese al CÍRCULO de desocultamiento limitado por el Yo y, de este modo, reconoce el ocultamiento de lo ente y la imposibilidad de decisión respecto a su presencia o ausencia o, también, respecto a la apariencia de esa presencia y ausencia. Por eso dice Protágoras   (Diels, “Fragmente der Vorsokratiker”; Protágoras   B, 4): “En lo tocante a saber algo sobre los dioses (lo que en griego quiere decir “contemplar” algo, “ver” algo), no tengo capacidad ni para decir qué son ni qué no son ni cómo puede ser su aspecto (idea).” “En efecto, son muchas las cosas que nos impiden captar a lo ente como tal; tanto la falta de apertura (el ocultamiento) de lo ente, como la brevedad de la historia del hombre.” Heideggeriana  : ImagemMundo

Una cosa es preservar al CÍRCULO del desocultamiento, que se ve limitado en cada caso, por medio de la captación de lo presente (el hombre como metron), y otra cosa es adentrarse en el ámbito libre de límites de la posible objetivación por medio del cálculo de aquello representable accesible y vínculante para todos. Heideggeriana  : ImagemMundo

Ahora también se ha aclarado en qué sentido el hombre quiere y debe ser, en tanto que sujeto, medida y centro de lo ente, lo que significa ahora, de los objetos. El hombre ya no es metron en el sentido de la medida que constriñe la captación al correspondiente CÍRCULO de desocultamiento de lo presente, CÍRCULO en el que también todo hombre viene a la presencia. Como subjectum, el hombre es la co-agitatio del ego. El hombre se fundamenta a si mismo como medida para todas las escalas que se utilizan para medir de alguna manera (para calcular) qué puede pasar por cierto, esto es, por verdadero, por algo que es. La libertad es nueva en tanto que libertad del subjectum. En las “Meditationes de prima philosophia” se reconduce la liberación del hombre en favor de una nueva libertad a su fundamento, al subjectum. Pero ni la liberación del hombre moderno comienza con el ego cogito ergo sum, ni la metafísica de Descartes   es una metafísica construida a posteriori y desde fuera para esa libertad, al modo de una ideología. En la coagitatio el representar reúne todo lo objetivo en la unión de la representabilidad. El ego del cogitare encuentra ahora su esencia en esa reunión autoaseguradora de la representabilidad, en la con-scientia. La conscientia es la reunión representadora de lo objetivo con el hombre representador dentro del CÍRCULO de la representabilidad garantizada por éste. Todo lo presente recibe de ella el sentido y género de su presencia, que son concretamente los de la presencia en la raepresentatio. La con-scientia del ego, en tanto que sujectum de la coagitatio determina el ser de lo ente en tanto que subjetividad del subjectum así destacado. Heideggeriana  : ImagemMundo

El pensamiento nietzscheano de la voluntad de poder piensa el ente en su totalidad de manera tal que el fundamento histórico metafísico de la época actual y la época futura se vuelve visible y al mismo tiempo, determinante. El dominio determinante que ejerce una filosofía no se deja medir por lo que es conocido de ella en su expresión literal, tampoco por el número de sus “partidarios” y “representantes”, y aún menos por la “literatura” a la que da lugar. Incluso cuando ya no se conozca ni siquiera el nombre de Nietzsche  , lo que su pensar tuvo que pensar seguirá dominando. A todo pensador que piensa en dirección de la decisión lo mueve y lo consume la preocupación por un estado de necesidad que no puede aún ser sentido y experimentado en vida del pensador en el CÍRCULO de su influencia, historiográficamente comprobable pero inauténtica. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

Por último se resalta que, precisamente en los años en que luchaba por alcanzar una configuración pensante de la voluntad de poder, su capacidad de trabajo le abandonaba con mayor frecuencia que antes, impidiéndole así llevar a cabo una “obra” de ese tipo. Mientras que toda investigación científica, hablando en imágenes, sigue siempre una línea recta, y puede continuar en el sitio en el que antes había dejado, el pensar pensante, para cada paso, tiene que efectuar previamente el salto hacia la totalidad y recogerse en el centro de un CÍRCULO. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

Lo dicho parece volver a decir siempre lo mismo y moverse en CÍRCULO. No sólo parece, sino que es así; pero eso no debe llevarnos a opinar falsamente que ya hemos comprendido casi con demasiada claridad lo que dice la proposición conductora de Nietzsche  : la verdad es, en esencia, estimación de valor. Mientras no comprendamos la conexión metafísica entre la determinación de la esencia de la “vida” y el papel que desempeña la idea de valor, la concepción nietzscheana de la verdad y el conocimiento corre el peligro de convertirse en una trivialidad propia del sano y práctico entendimiento común, mientras que en realidad es algo muy diferente: la consecuencia más oculta y extrema del primer inicio del pensar occidental. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

Cuanto más decididamente nos desprendemos de todas las teorías filosóficas sobre el ente y el conocimiento, de modo más penetrante se nos presenta el mundo en la forma que hemos descrito. ¿A qué posición se ha dislocado el pensar y el reflexionar sobre el conocer para llegar a enunciados tan sorprendentes como que el conocer sea el esquematizar un caos realizado de acuerdo con necesidades vitales prácticas? ¿O puede ser que esta caracterización de la esencia del conocimiento no sea en absoluto un disloque tal? ¿No tiene incluso de su parte la tradición del pensar metafísico, con lo que en la visión que tiene Nietzsche   del conocimiento concuerdan todos los grandes pensadores? Si esta concepción del conocimiento coincide tan poco con nuestro comportamiento cotidiano y lo que él sabe de sí, esto no puede ya sorprendernos desde el momento en que sabemos que el pensar filosófico no debe medirse con la vara del sano entendimiento común. ¿De qué hablamos entonces cuando decimos que nuestro conocer cotidiano no se refiere a un caos sino a un ámbito estructurado, ordenado, de objetos y conexiones objetivas? ¿No hablamos acaso del mundo ya conocido? ¿No es la pregunta por la esencia del conocimiento precisamente la pregunta por cómo se llega a la representación de los objetos que nos rodean y de los que nos ocupamos al mirar en torno, o sea de los objetos ya conocidos y reconocidos así como de su CÍRCULO más amplio? ¿Cuando aseguramos que en la representación nos referimos a un mundo estructurado y ordenado, no delatamos con ello que ya ha tenido lugar, y necesariamente, un ordenamiento y una estructuración, o sea exactamente lo que de modo manifiesto proviene de una imposición de formas reguladoras, de un esquematizar? Esto implica: el conocer, en cuanto representar y traer-ante-nosotros un mundo es, en el fondo — si no nos quedamos en la superficie sino reflexionamos en profundidad —, el “esquematizar” un caos de acuerdo con necesidades prácticas. La interpretación que hace Nietzsche   de la esencia del conocimiento no sería entonces algo extraño, aunque tampoco sería algo propio, con lo que no tendríamos el derecho ni la obligación de seguir tratando acerca de una doctrina específicamente nietzscheana del conocimiento y la verdad. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

Dentro del CÍRCULO de sus acepciones modernas, “caos” tiene un doble significado: entendido en su sentido propio y absoluto, la palabra significa para Nietzsche   el “mundo” en su totalidad, la plenitud indómita y que se sobrepuja de modo inagotable de aquello que se crea y se destruye a sí mismo (n.1.067), sólo dentro de la cual lo que es ley y lo que no lo es se forma y se desintegra. Tomado superficialmente, “caos” significa eso mismo, pero en la apariencia más inmediata de confusión y de hervidero con la que sale al encuentro a los seres vivientes individuales; estos seres vivientes, pensados de modo leibniziano, son “espejos vivientes”, “puntos metafísicos” en los que la totalidad del mundo se recoge y muestra en la delimitada claridad de una correspondiente perspectiva. Al tratar de aclarar cómo se llega a poner el caos como lo que es cognoscible y tiene que ser conocido, nos topamos de improviso con el que conoce, con el ser viviente que aprehende el mundo y se apodera de él. No es una casualidad, porque lo cognoscible y lo cognoscente se determinan en su respectiva esencia de modo unitario a partir del mismo fundamento esencial. El conocer no es como un puente que en algún momento y secundariamente une dos orillas de un río que subsisten por sí, sino que es él mismo un río que al fluir crea las orillas y las vuelve una hacia otra de un modo más originario que lo que pueda nunca hacerlo un puente. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

La formación de horizonte forma parte de la esencia interna de lo viviente mismo. Horizonte significa aquí en primer lugar sólo lo siguiente: delimitación del ejercicio de la vida que se despliega, dentro del CÍRCULO de un volver consistente lo que embiste y acosa. La vitalidad de un viviente no termina en este CÍRCULO delimitador, sino que comienza constantemente desde él. Los esquemas asumen la formación del horizonte. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

La referencia a la necesidad de esquemas y a la formación de horizonte puede completarse aún con otra cosa que anticipa ya consideraciones posteriores. El horizonte, el CÍRCULO de lo consistente que rodea al hombre, no es un muro que lo encierra, sino que es traslúcido [durchscheinend], remite en cuanto tal a lo que no ha sido fijado, a lo que deviene y puede devenir, a lo posible. El horizonte que pertenece a la esencia de lo viviente no sólo es permeable [durchlässig] sino que de algún modo es constantemente recorrido [durchmessen] y, en un sentido amplio de ver y mirar, “atravesado por la mirada” [durchblickt]. La praxis como ejercicio de la vida se mantiene en tales miradas que atraviesan [Durchblicke]: en “perspectivas”. El horizonte está siempre dentro de una perspectiva, de un mirar a través en dirección de algo posible que se eleva y sólo puede elevarse desde lo que deviene, es decir desde el caos. La perspectiva es una trayectoria de la mirada previamente abierta sobre la que se forma en cada caso un horizonte. De la esencia de la vida forma parte, a una con la formación de horizonte, el carácter de mirar que atraviesa anticipadamente [Durch — und Vorblickscharakter]. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

El “estado esencial” es el modo en el que el viviente ha proyectado de antemano su perspectiva. De acuerdo con ella se abre el CÍRCULO de posibilidades determinantes y con éste el ámbito de las decisiones por medio de las cuales surge el conocimiento de lo que importa. El conocimiento esencial no es, por lo tanto, un fin que flota por encima de la vida y al cual se puede ocasionalmente echar un vistazo o dejar de hacerlo, sino que es un conocimiento que sustenta ya la vida en el único modo que le es adecuado, la sustenta y la mantiene más allá de sí en una posibilidad asumida, sólo a partir de la cual se regula la correspondiente formación de horizonte y se vuelve ella misma regla y esquema. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

Pero este pensamiento de Kant   sólo expresa lo que tenía que decirse sobre la esencia de la razón en el terreno de la metafísica de la época moderna. La razón, experimentada en el modo de la modernidad, se vuelve equivalente a la subjetividad del sujeto humano y significa: el representar, con certeza de sí mismo, del ente en su entidad, es decir, aquí, en su objetividad [Objektivität, Gegenständlichkeit]. El representar tiene que tener certeza de sí porque se convierte ahora en el representar de los objetos que se basa puramente en sí mismo, es decir, que tiene el carácter de sujeto. En la certeza de sí la razón se asegura de que con su determinación de la objetividad asegura lo que sale al encuentro y de ese modo se pone ella misma en el CÍRCULO de la seguridad calculable en todas las direcciones. La razón se convierte así, de manera más explícita que nunca, en esa facultad que se imagina y conforma a si todo lo que el ente es. Se convierte en la imaginación pura y simple, así entendida. Cuando subrayamos que Kant   “sólo” vislumbra y expresa de modo más claro esta esencia de la razón por vez primera en su conjunto y a partir de una mensuración real del ámbito de su facultad, con este “sólo” no se pretende de ninguna manera empequeñecer la doctrina kantiana de la imaginación trascendental. Sólo queremos y podemos aspirar en todo momento a salvar el carácter incomparable de este paso del pensar kantiano. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

La verdad en cuanto tener-por-verdadero es error, aunque un error necesario. La verdad en cuanto conformidad con el devenir, el arte, es apariencia, pero una apariencia transfiguradora. No hay un “mundo verdadero” en el sentido de algo que permanezca igual, de algo eternamente válido. El pensamiento de un mundo verdadero como lo que en primer lugar, respecto de todo y por sí mismo, da la medida es un pensamiento que desemboca en la nada. El pensamiento de un mundo verdadero así pensado tiene que ser abolido; entonces sólo queda como resto el mundo aparente, el mundo como una apariencia en parte necesaria y en parte transfiguradora: verdad y arte como formas fundamentales en las que hace aparición el aparecer del mundo aparente. ¿Qué sucede con este mundo de la apariencialídad? ¿Después de que ha tenido que abolirse el mundo verdadero, puede decirse aún que nos queda como resto el mundo aparente? ¿Cómo puede quedar un resto si fuera de él no hay otra cosa? ¿El llamado resto no es entonces todo, la totalidad? ¿No es entonces el mundo aparente por sí solo el único mundo? ¿A qué debemos atenernos respecto de él, y cómo debemos mantenernos en él? Nuestra pregunta es: ¿Qué sucede con el “mundo aparente” que aún queda después de la abolición del “mundo verdadero”? ¿Qué quiere decir aquí “apariencialidad”? La elucidación de la esencia de la vida desde el aseguramiento de la existencia consistente que le es propio condujo a señalar el carácter perspectivista fundamental de la vida. Lo viviente está y se sostiene en cada caso en la trayectoria de una mirada dirigida a un CÍRCULO de posibilidades que están fijadas de uno u otro modo, ya sea como algo verdadero del conocimiento, ya sea como “obra” del arte. En cada caso, esa delimitación, el trazado de un horizonte, es: la instauración de una apariencia. Lo conformado tiene el aspecto de lo real, pero en cuanto conformado y fijo precisamente ya no es más caos sino un embate que ha sido fijado. La apariencia se erige en el espacio de la perspectiva del caso, en la cual impera un determinado punto de vista respecto del cual el horizonte es “relativo”. De acuerdo con ello, dice Nietzsche   en el n. 567 (1888): “¡Lo perspectivo es, por lo tanto, lo que da el carácter de “apariencia”! ¡Como si quedara aún un mundo una vez que se quita lo perspectivo! Con ello se habría quitado la relatividad!” Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

Pero nosotros preguntamos: ¿qué importancia tendría que se quitara la relatividad? ¿No se ganaría así lo absoluto? ¡Como si con la desaparición de lo relativo hubiera de presentarse ya el tan deseado absoluto! ¿Pero por qué Nietzsche   se interesa tan decididamente por la salvación de la relatividad? ¿Qué quiere decir con relatividad? Simplemente que la perspectiva proviene de la vida que crea un mirar que atraviesa y que, siempre desde un punto de vista, mira abriendo anticipadamente. “Relatividad” vale aquí como título para señalar que el CÍRCULO que envuelve a la perspectiva a modo de horizonte, el “mundo”, no es más que una creación de la “acción” de la vida misma. Del ejercicio de la vida que lleva a cabo el viviente surge el mundo, y éste sólo es aquello que y tal como surge ¿Qué resulta de esto? El carácter aparente del mundo no puede seguir siendo comprendido como apariencia. Algunos párrafos más adelante, Nietzsche   dice: “No queda ya ni una sombra de derecho de hablar aquí de apariencia… “ Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

Si pensamos el pensamiento nietzscheano del poder en el CÍRCULO visual del concepto general de fuerza, muy indeterminado y sin embargo de cierto modo corriente, permaneceremos por completo en un nivel superficial, y de manera tal que además tomaremos erróneamente tal superficie por el centro mismo. Este centro, la esencia de lo que Nietzsche   nombra con la palabra “poder”, y con frecuencia también con la palabra “fuerza”, se determina en verdad a partir de la esencia de la justicia. Así, con la mirada dirigida a la esencia del poder como sobreelevarse hacia la esencia, estamos en posesión de las condiciones previas para comprender el segundo pasaje en el que Nietzsche   habla acerca de la justicia. Heideggeriana  : VontadePoder   [GA6  ]

La voluntad de poder pone condiciones de su conservación y acrecentamiento que poseen el carácter de puntos de vista: los valores. En cuanto metas puestas, y por lo tanto condicionadas, tienen que corresponder puramente, en su carácter de metas, a la esencia del poder. El poder no conoce metas “en sí” a las que podría llegar para permanecer en ellas. Detenido, niega su esencia más íntima: la sobrepotenciación. Las metas son, ciertamente, aquello que le importa al poder. Pero lo importante es la sobrepotenciación. Ésta se despliega de modo sumo allí donde hay resistencias. Por lo tanto, la meta del poder tiene que tener siempre el carácter de un obstáculo. Pero puesto que las metas del poder sólo pueden ser obstáculos, se hallan ya siempre en el interior del CÍRCULO de poder de la voluntad de poder. El obstáculo, aunque aún no haya sido “superado”, está ya esencialmente sometido por el apoderamiento. Por ello, para el ente como voluntad de poder no hay ninguna meta fuera de sí hacia la cual progresar saliendo de sí mismo. Heideggeriana  : MetafisicaNietzsche   [GA6  ]

El eterno retorno de lo mismo es el modo de presenciar de lo inconsistente (de lo que deviene) en cuanto tal, pero esto en el volver consistente en grado sumo (en el moverse en CÍRCULO), con la determinación única de asegurar la continua posibilidad del ejercicio del poder. El retorno, la llegada y la partida del ente que está determinado corno eterno retorno tiene en todas partes el carácter de la voluntad de poder. Por eso la mismidad de lo que retorna consiste ante todo en que, en todo ente, es el ejercicio del poder lo que en cada caso ordena, condicionando, como consecuencia de ese ordenar, una misma constitución del ente. El retorno de lo mismo no quiere decir nunca que, para un observador cualquiera cuyo ser no estuviera determinado por la voluntad de poder, lo mismo que estaba previamente allí delante vuelva siempre a estar de nuevo allí delante. Heideggeriana  : MetafisicaNietzsche   [GA6  ]

Pero la subjetividad acabada impide un exterior a sí misma. Nada que no esté en el CÍRCULO de poder de la subjetividad acabada puede reivindicar el ser. Lo suprasensible y el ámbito de un Dios suprasensible se han derrumbado. Ahora el hombre, puesto que sólo él está en medio del ente en cuanto tal en su totalidad como voluntad que representa y pone valores, tiene que ofrecer a la subjetividad acabada el lugar para su esencia pura. Por eso la voluntad de poder, en cuanto subjetividad acabada, sólo puede poner su esencia en el sujeto como el cual el hombre es y, más precisamente, aquel que ha ido más allá del hombre que existía hasta el momento. De este modo, puesta en su punto más alto, la voluntad de poder, en cuanto subjetividad acabada, es el supremo y único sujeto, es decir el superhombre. Éste no sólo va, de modo nihilista, más allá de la esencia del hombre habida hasta el momento sino que, al mismo tiempo, en cuanto inversión de esta esencia, sale más allá de sí mismo hacia su incondicionalidad, y esto quiere decir, a la vez, entra en el todo del ente, en el eterno retorno de lo mismo. La nueva humanidad en medio del ente, que en su totalidad carece de meta y en cuanto tal es voluntad de poder, si se quiere a sí misma y quiere, a su modo, una meta, tiene que querer necesariamente el superhombre: “¡No la humanidad, sino el superhombre es la meta!” (La voluntad de poder, n. 1001). El “superhombre” no es un ideal suprasensible; tampoco es una persona que surgirá en algún momento y aparecerá en algún lugar. En cuanto sujeto supremo de la subjetividad acabada es el puro ejercicio de poder de la voluntad de poder. El pensamiento del “superhombre” no surge, por lo tanto, de una “arrogancia” del “señor Nietzsche  ”. Si se quiere pensar el origen de este pensamiento desde el pensador, entonces se halla en la íntima resolución con la que Nietzsche   se somete a la necesidad esencial de la subjetividad acabada, es decir, de la última verdad metafísica sobre el ente en cuanto tal. El superhombre vive en cuanto la nueva humanidad quiere el ser del ente como voluntad de poder. Quiere este ser porque ella misma es querida por este ser, es decir, en cuanto humanidad, es entregada incondicionadamente a sí misma. Heideggeriana  : MetafisicaNietzsche   [GA6  ]

La justicia es un ir más allá, poniendo puntos de vista, de las perspectivas habidas hasta el momento. ¿En qué CÍRCULO visual pone sus puntos de visión este “modo de pensar constructivo”? Tiene “un horizonte de ventaja más amplio”. Nos quedamos sorprendidos. Una justicia que pone la mira en la ventaja indica de manera suficientemente capciosa y basta hacia el dominio de la utilidad, el aprovechamiento y el cálculo. Además, Nietzsche   subraya en su manuscrito la palabra “ventaja”, para no dejar ninguna duda de que la justicia de la que aquí se trata se dirige esencialmente a la “ventaja”. Heideggeriana  : MetafisicaNietzsche   [GA6  ]

El CÍRCULO se ha cerrado. Los ecos de la última palabra de la obra resuenan en su inicio. Porque esos dieciséis párrafos del fragmento, que suelen llamarse introducción a la Fenomenología del Espíritu, son ya su verdadero comienzo. Heideggeriana  : HegelExperiencia   [GA5  ]

Tal vez el título “Ser y Tiempo  ” sea una señal indicadora que lleva a uno de estos caminos. De acuerdo con la implicación esencial de la metafísica con las ciencias — exigida y perseguida una y otra vez por la propia metafísica — y teniendo en cuenta que dichas ciencias forman parte de la propia descendencia de la metafísica, el pensar preparatorio también tendrá que moverse durante un tiempo en el CÍRCULO de las ciencias, porque éstas siguen pretendiendo ser, bajo diversas figuras, la forma fundamental del saber y lo susceptible de ser sabido, ya sea con conocimiento de causa, ya sea por el modo en que se hacen valer y actúan. Cuanto más claramente se aproximen las ciencias hacia la esencia técnica que las predetermina y señala, tanto más decisivamente se explica la pregunta por esa posibilidad del saber a la que aspira la técnica, así como por su naturaleza, sus límites y sus derechos. Heideggeriana  : NietzscheDeus   [GA5  ]

El valor es valor en la medida en que vale. Vale, en la medida en que es dispuesto en calidad de aquello que importa. Así, es dispuesto por un enfocar y mirar hacia aquello con lo que hay que contar. El punto de visión, la perspectiva, el CÍRCULO de visión significan aquí vista y ver en un sentido determinado por los griegos, aunque teniendo en cuenta la transformación sufrida por la idea desde el significado de eidos al de perceptio. Ver es ese representar que, desde Leibniz  , es entendido expresamente bajo el rasgo fundamental de la aspiración (appetitus). Todo ente es representador, en la medida en que al ser de lo ente le pertenece el nisus el impulso de aparecer en escena que ordena a algo que aparezca (manifestación) y de este modo determina su aparición. La esencia caracterizada como nisus de todo ente se entiende de esta manera y pone para sí misma un punto de vista que indica la perspectiva que hay que seguir. El punto de vista es el valor. Heideggeriana  : NietzscheDeus   [GA5  ]

La conservación del grado de poder alcanzado por la voluntad en cada ocasión consiste en que la voluntad se rodea de un CÍRCULO al que puede recurrir en todo momento y con toda confianza para afianzar su seguridad. Este CÍRCULO delimita las existencias de presencia (de ousia, según el significado cotidiano de la palabra entre los griegos) disponibles inmediatamente para la voluntad. Estas existencias sin embargo sólo se convierten en algo permanente y estable esto es en algo que está siempre a disposición, cuando se las establece por medio de un poner. Este poner tiene la naturaleza de un producir que pone algo delante, que representa Lo que se torna estable de esta manera es lo que permanece. Nietzsche   llama a eso estable, fiel a la esencia del ser que reina en la historia de la metafísica (ser = presencia constante), “lo ente”. Mostrándose fiel al lenguaje del pensar metafísico una vez más, a menudo nombra a eso estable “el ser”. Desde el inicio del pensamiento occidental, lo ente pasa por ser lo verdadero y la verdad, aunque el sentido de ‘ente’ y ‘verdadero’ se han transformado en múltiples ocasiones. A pesar de todas las inversiones y transvaloraciones que lleva a cabo, Nietzsche   no se sale una vía nunca rota de las tradiciones metafísicas cuando llama simplemente ser, ente o verdad a eso que se ha fijado dentro de la voluntad de poder a fin de asegurar su conservación. De acuerdo con esto, la verdad es una condición dispuesta en la esencia de la voluntad de poder, concretamente la de la conservación de poder. La verdad es, en cuanto tal condición, un valor. Pero como la voluntad sólo puede querer si dispone de algo estable, la verdad es el valor necesario para la voluntad de poder que parte de la esencia de dicha voluntad de poder. El nombre verdad no significa ahora ni el desocultamíento de lo ente, ni la coincidencia de un conocimiento con su objeto, ni la certeza que se ocupa de disponer y asegurar lo representado. Verdad es ahora — concretamente teniendo presente un origen esencial histórico a partir de los modos citados de su esencia —, el estable aseguramiento de las existencias del CÍRCULO a partir del que la voluntad de poder se quiere a sí misma. Heideggeriana  : NietzscheDeus   [GA5  ]

Surge la pregunta de dónde ha de situarse esta forma (Gebilde). Se la confía al representar y opinar. Se ha caído, sin advertirlo, en el CÍRCULO de la relación del hombre al ente, en cuanto que en este CÍRCULO es posible la concordancia entre representar y objeto, concordancia que se llama “verdad”. El mencionado inventario de la esencia de la palabra y del lenguaje no sólo presupone un saber acerca del ente y del hombre, sino que se mueve en una esencia de la verdad que se ha admitido sin reparo. Dentro de este CÍRCULO ya resuelto, que manifiestamente es el de la metafísica, se mueven, entonces, todas las discusiones sobre el lenguaje y la palabra. La metafísica proporciona los ingredientes de las indagaciones de la filosofía del lenguaje y de la ciencia del lenguaje, pero a la vez proporciona inmediatamente y sin que se lo advierta el circuito de los posibles respectos entre los cuales se mueven, en una y otra dirección, las diversas teorías. Heideggeriana  : Palavra1944   [GA12  ]

Con la Metafísica de Nietzsche   se ha consumado la Filosofía. Esto quiere decir: ha recorrido el CÍRCULO de las posibilidades que le estaban señaladas de antemano. La Metafísica consumada, que es el fundamento del modo de pensar planetario, proporciona el armazón de un ordenamiento de la tierra que presumiblemente va a ser largo. Este ordenamiento ya no necesita de la Filosofía porque ésta subyace ya a él. Pero con el fin de la Filosofía aún no ha terminado el pensar, sino que está pasando a un nuevo comienzo. Heideggeriana  : SuperarMetafisica

Entonces la única pregunta, la pregunta decisiva que prima aquí, es ésta: ¿a qué figura pertenece el hombre? Aquí la palabra “figura” está pensada en un sentido metafísicamente indeterminado, es decir, platónico; está pensada como aquello que es y que, antes que nada, determina toda tradición y todo desarrollo, sin que, no obstante, dependa de ellos. Este reconocimiento anticipado “del hombre” lleva a que, ante todo y de un modo exclusivo, se busque el ser en el CÍRCULO del hombre y a que se vea al hombre mismo como lo consistente humano, como el mé on de la idea. Heideggeriana  : SuperarMetafisica

La voluntad de poder, al adquirir su seguridad extrema, incondicionada, como aquello que todo lo asegura, es lo único que rige y por tanto lo recto. La rectitud de la voluntad de voluntad es el aseguramiento incondicionado y completo de sí misma. Lo que obedece es correcto y está en orden, porque la voluntad de voluntad misma es el orden único. En este autoaseguramiento de la voluntad de voluntad se ha perdido la esencia inicial de la verdad. Lo rector de la voluntad de voluntad es lo no verdadero por excelencia. El carácter rector de lo no verdadero tiene en el CÍRCULO de la voluntad de voluntad una irresistibilidad propia. Pero lo rector de lo no verdadero, que él mismo, como tal, permanece oculto, es al mismo tiempo lo más inquietante que puede acaecer propiamente en la inversión de la esencia de la verdad. Lo rector se hace dueño de lo verdadero y deja de lado la verdad. La voluntad de aseguramiento incondicionado es lo que primero pone de manifiesto la inseguridad general. Heideggeriana  : SuperarMetafisica

Las “guerras mundiales” y su “totalidad” son ya consecuencia del estado de abandono del Ser. Se abren paso para poner a seguro, como existencias, una forma permanente de usura. En este proceso está implicado también el hombre, que no oculta por más tiempo su carácter de ser la materia prima más importante. El hombre es la “materia prima más importante” porque permanece como el sujeto de toda usura, y además de tal forma que, de un modo incondicionado, deja que su voluntad se disuelva en este proceso y con ello se convierte en “objeto” del estado de abandono del Ser. Las guerras mundiales constituyen la forma preliminar de la supresión de la diferencia entre guerra y paz, una supresión que es necesaria porque el “mundo” se ha convertido en in-mundo como consecuencia del estado de abandono del ente por una verdad del ser. Porque “mundo”, en el sentido de la historia del Ser (cfr. Sein und Zeit  ), significa la esenciación inobjetual de la verdad del Ser para el hombre, en la medida en que éste está transpropiado al Ser. En la época del poder exclusivo del poder, es decir, del acoso incondicionado del ente para el consumo en la usura, el mundo se ha convertido en in-mundo, en la medida en que el Ser, si bien esencia, lo hace sin su propio prevalecimiento. El ente es real como lo real efectivo. Por todas partes hay acción efectiva y en ninguna parte un hacer mundo del mundo, y sin embargo, aunque olvidado, hay el Ser. Más allá de la guerra y de la paz está la mera errancia de la usura del ente en el autoaseguramiento del ordenar desde este vacío del estado de abandono del Ser. “Guerra” y “paz”, cambiadas en su in-esencia, están acogidas en la errancia y, al haberse hecho irreconocibles en vistas a una diferencia, han desaparecido en el mero desarrollo del hacer cada vez más cosas. La pregunta sobre cuándo va a haber paz no se puede contestar, no porque la duración de la guerra sea imprevisible sino porque la misma pregunta pregunta por algo que ya no existe, porque tampoco la guerra es ya nada que pudiera desembocar en una paz. La guerra se ha convertido en una variedad de la usura del ente, que se continúa en la paz. Contar con una larga guerra es sólo la forma anticuada en la que se reconoce lo que de nuevo trae la época de la usura. Esta larga guerra, en su longitud, no va pasando lentamente a una paz del tipo de las paces de antes, sino a un estado en el que lo bélico ya no es experienciado como tal y lo pacífico se ha convertido en algo carente de sentido y de contenido. La errancia no conoce verdad alguna del Ser; en cambio, desarrolla el ordenamiento y la seguridad totalmente equipados de toda planificación de toda zona. En el CÍRCULO de las zonas, las distintas regiones del equipamiento humano se convierten necesariamente en “sectores”; incluso el “sector” de la poesía, el “sector” de la cultura no son más que regiones del “dirigismo” del momento, aseguradas de un modo plenificado. Las indignaciones morales de aquellos que aún no saben lo que hay se dirigen a menudo a la arbitrariedad y a las pretensiones de dominio de los “dirigentes”, la forma más espantosa del homenaje continuo. El dirigente es el escándalo que no se libra de perseguir el escándalo que él mismo ha provocado, pero sólo de un modo aparente, porque los dirigentes no son los que actúan. Se cree que los dirigentes, en el furor ciego de un egoísmo exclusivo, se han arrogado todos los derechos y se han organizado según su obstinación. En realidad ellos son las consecuencias inevitables del hecho de que el ente haya pasado al modo de la errancia, en la que se expande el vacío que exige un único ordenamiento y un único aseguramiento del ente. Allí está exigida la necesidad del “dirigismo”, es decir, del cálculo planificador del aseguramiento de la totalidad del ente. Para ello hay que instalar y equipar este tipo de hombres que sirven al dirigismo. Los “dirigentes” son los principales trabajadores del equipamiento, porque vigilan todos los sectores del aseguramiento de la usura del ente, porque abarcan con la mirada el CÍRCULO entero que delimita los sectores, y de este modo dominan la errancia en su calculabilidad. El modo de abarcar con la vista todo este CÍRCULO es la capacidad de prever por medio del cálculo, una capacidad que de antemano se ha desatado librándose a las exigencias que plantea la necesidad de estar asegurándose constantemente, y de un modo creciente, los ordenamientos que están al servicio de las siguientes posibilidades del ordenar. La subordinación de todas las posibles aspiraciones en vistas a la totalidad de la planificación y del aseguramiento se llama “instinto”. La palabra designa aquí el “intelecto” que va más allá del entendimiento limitado que sólo calcula a partir de lo más próximo; el “intelecto” a cuyo “intelectualismo” no se le escapa nada que, a modo de “factor”, tenga que entrar en la cuenta de los cálculos de los distintos “sectores”. El instinto es la superación del intelecto que corresponde a la ultrahumanidad, una superación que se dirige al cálculo incondicionado de todo. Como este cálculo es por excelencia lo que domina la voluntad, junto a la voluntad parece no haber nada más que la seguridad de la mera pulsión del cálculo, una pulsión para la cual el calcularlo todo es la primera regla del cálculo. El “instinto” ha sido tenido hasta ahora por la característica distintiva del animal, que, dentro de la zona en la que se desenvuelve la vida, decide lo que para él es útil o perjudicial, que se rige por aquél y que, más allá de él, no persigue nada. La seguridad del instinto animal corresponde a la ciega sujeción a su esfera de utilidad. A los plenos poderes de la ultrahumanidad corresponde la total liberación de la subhumanidad. La pulsión de la animalidad y la ratio de la humanidad devienen idénticos. Heideggeriana  : SuperarMetafisica

La imperceptible ley de la tierra guarda a ésta en la sobriedad que se contenta con el emerger y desaparecer de todas las cosas en el medido CÍRCULO de lo posible, al que todo se conforma y al que, no obstante, nada conoce. El abedul no va nunca más allá de aquello que para él es posible. El pueblo de las abejas habita en lo que le es posible. Sólo la voluntad, que por todos lados se instala en la técnica, zamarrea la tierra estragándola, usándola abusivamente y cambiándola en lo artificial. Obliga a la tierra a ir más allá del CÍRCULO de lo posible, tal como ha crecido en torno a ella, la obliga a aquello que ya no es lo posible y por tanto es lo imposible. El hecho de que los proyectos de la técnica y las medidas que toma ésta consigan muchas cosas en lo referente a inventos y novedades que se persiguen los unos a los otros no es en modo alguno la prueba de que los logros de la técnica hagan posible lo imposible. Heideggeriana  : SuperarMetafisica

Los versos improvisados mencionados aquí por Rilke   son los que, según una nota de los editores de las cartas desde Muzot (p. 404), constituyen el siguiente poema: Como la naturaleza abandona a los seres — al riesgo de su oscuro deseo sin — proteger a ninguno en particular en el surco y el ramaje, — así, en lo más profundo de nuestro ser, tampoco nosotros — somos más queridos; nos arriesga. Sólo que nosotros, — más aún que la planta o el animal, — marchamos con ese riesgo, lo queremos, a veces — (y no por interés) hasta nos arriesgamos más — que la propia vida, al menos un soplo — más… Eso nos crea, fuera de toda protección, — una seguridad allí, donde actúa la gravedad de las — fuerzas puras; lo que finalmente nos resguarda — es nuestra desprotección y el que así la volviéramos — hacia lo abierto cuando la vimos amenazar, — para en algún lugar del más amplio CÍRCULO, — allí donde nos toca la ley, afirmarla. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

El “y” conduce a la explicación que dice de qué modo es posible eso tan extraño, el hecho de que nuestra desprotección nos procure una seguridad fuera de toda protección. Ahora bien, la desprotección nunca resguarda porque la invirtamos cada vez que se torna amenazadora. La desprotección resguarda sólo en la medida en que ya la hemos invertido, en que ya la hemos vuelto hacia lo abierto. Rilke   dice: “que así la volviéramos hacia lo abierto”. En ese volverse reside un modo destacado de inversión. En ese volverse, la desprotección se encuentra de antemano invertida en su esencia, como una totalidad. Lo destacado del volverse consiste en que hayamos visto esa desprotección como eso que amenaza. Sólo semejante haber visto contempla el peligro. Ve que la desprotección como tal amenaza a nuestra esencia con la pérdida de su pertenencia a lo abierto. En este haber visto es en donde debe residir el volverse o la inversión. Una vez invertida, la desprotección se encuentra en “lo abierto”. Habiendo visto el peligro en tanto que peligro esencial, tenemos que haber llevado a cabo la inversión de la aversión contra lo abierto. Esto implica que lo abierto mismo tiene que haberse vuelto hacia nosotros de una manera tal que podemos volver hacia él nuestra desprotección… — para, en algún lugar del más amplio CÍRCULO, — allí, donde nos toca la ley, afirmarla. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

¿Cuál o qué es el más amplio CÍRCULO? Rilke   piensa presumiblemente en lo abierto y concretamente según un determinado punto de vista. El más amplio CÍRCULO rodea todo lo que es. El CÍRCULO engloba o abraza a todo lo ente, de tal modo que en esta unificación es el ser de lo ente. Pero ¿qué significa “ente”, “lo que es”? Cierto que el poeta nombra lo ente en su totalidad con las palabras “naturaleza”, “vida”, “lo abierto”, “la completa percepción”. Es más, siguiendo la costumbre del lenguaje metafísico hasta nombra esa totalidad redonda de lo ente con el término “el ser”. Pero nunca llegamos a saber qué esencia tiene ese ser. Aunque ¿no se dice ya algo cuando Rilke   llama al ser el riesgo que todo lo arriesga? No cabe duda. Por lo tanto, también intentamos volver a pensar lo así nombrado en la esencia moderna del ser de lo ente dentro de la voluntad de voluntad. Sólo que ahora el discurso sobre el más amplio CÍRCULO no nos dice nada preciso si intentamos pensar lo así nombrado como lo ente en su totalidad y el CÍRCULO unificador como el ser de lo ente. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

En nuestra calidad de seres pensantes no podemos dejar de pensar que inicialmente el ser de lo ente ya ha sido pensado desde la perspectiva del CÍRCULO. Pero pensamos este carácter esférico del ser de modo demasiado ligero y superficial si antes no hemos preguntado y experimentado cómo se presenta inicialmente el ser de lo ente. El eon, lo ente, de los eonta, de lo ente en su totalidad, se llama el §n, el uno unificador. Pero ¿en qué consiste esta unificación circular como rasgo fundamental del ser? ¿Qué significa ser? eon, lo que es, significa, estar presente, concretamente en el desocultamiento. Pero en la presencia se oculta una manera de aportar desocultamiento que permite que venga a la presencia aquello que se presenta. Lo único que verdaderamente está presente es la propia presencia, que en todas partes es como lo mismo en su propio centro y, en cuanto tal, es la esfera. Lo esférico no reside en una especie de rodeo que abarca, sino en el centro desocultador que resguarda, iluminando, a lo presente. Lo esférico de la unificación y ésta misma tienen el carácter de ese iluminar desocultador dentro del cual lo presente puede llegar a la presencia. Por eso, Parménides (frag. VIII, 42) llama al eon la presencia de lo que se presenta. Esa esfera bien redondeada debe ser pensada en cuanto ser de lo ente, en el sentido de la unificación desocultadora e iluminadora. Eso que siempre unifica a su modo nos da pie para que le demos el nombre de esfera iluminadora, la cual, en cuanto desocultadora, no rodea precisamente, sino que iluminando ella misma, libera en la presencia. Nunca nos debemos representar esta esfera del ser y su carácter esférico como un objeto. ¿Acaso entonces de manera no objetiva? No; eso sería buscar refugio en un simple modo de hablar. Hay que pensar lo esférico a partir de la esencia inicial del ser en el sentido de la presencia desocultadora. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

¿Se refiere la expresión de Rilke   acerca del más amplio CÍRCULO a ese carácter esférico del ser? No sólo no hay nada que nos permita pensar esto, sino que la caracterización del ser de lo ente como riesgo (voluntad) habla completamente en contra de dicha acepción. Sin embargo, Rilke   mismo habla en una ocasión de la “esfera del ser” en un contexto que atañe directamente a la interpretación del discurso sobre el más amplio CÍRCULO. En una carta del día de Reyes de 1923 (vid. Inselalmanach, 1938, p. 109) Rilke   escribe así: “como la luna, seguramente la vida también tiene una cara siempre oculta que no es su contrario, sino lo que le falta para la perfección, la completitud, para la verdadera, salva y completa esfera del ser”. Por mucho que no debamos forzar una imagen corporal a partir del cuerpo celeste que se representa aquí objetivamente, no deja de estar claro que en este caso Rilke   no piensa lo esférico desde la perspectiva del ser en el sentido de la presencia iluminadora y unificadora, sino desde la perspectiva de lo ente en el sentido del número completo de todas sus caras. La esfera del ser aquí citada, esto es, de lo ente en su totalidad, es lo abierto en cuanto lo cerrado de las puras fuerzas que, carentes de límites, fluyen y actúan las unas sobre las otras. El más amplio CÍRCULO es la completitud de toda la percepción de la atracción. A este más amplio CÍRCULO corresponde en cuanto centro más poderoso “el inaudito centro” de la gravedad pura. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Volver la desprotección hacia lo abierto significa “afirmar” esa desprotección dentro del más amplio CÍRCULO. Semejante afirmación sólo cabe donde la totalidad del CÍRCULO no sólo es desde cualquier perspectiva completa, sino del mismo número y, como tal, ya está o yace ahí y es, por tanto, el positum. A éste sólo le puede corresponder la posición y nunca la negación. También esas caras de la vida que nos quedan ocultas deben ser tomadas positivamente, desde el momento en que son. En la ya mentada carta del 13 de noviembre de 1925 se dice lo siguiente: “La muerte es la carta de la vida que nos queda oculta y no está alumbrada por nosotros” (Cartas desde Muzot, p. 332). La muerte y el reino de los muertos, en cuanto esa otra cara, forman parte de la totalidad de lo ente. Ese ámbito es “la otra percepción”, esto es, la otra cara de la completa percepción de lo abierto. En el más amplio CÍRCULO de la esfera de lo ente se encuentran esos ámbitos y lugares que, como eso que nos queda oculto, parecen ser algo negativo, pero no lo son si nos paramos a pensar todo desde la perspectiva del más amplio CÍRCULO de lo ente. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Visto desde lo abierto, también la desprotección parece ser algo negativo, en tanto que separación frente a la pura percepción. La autoimposición de la objetivación separadora de la naturaleza quiere siempre la permanencia de los objetos producidos y sólo deja valer como ente y positivo a dicha permanencia La autoimposición — de naturaleza separadora — de la objetivación técnica es la negación permanente de la muerte. Por medio de dicha negación la propia muerte se convierte en algo negativo, lo no permanente y nulo por antonomasia. Si, a pesar de todo, volvemos la desprotección hacia lo abierto, la introduciremos en el más amplio CÍRCULO de lo ente, dentro del cual sólo podemos afirmar la desprotección. La vuelta hacia lo abierto es la renuncia a leer negativamente aquello que es. ¿Pero qué es más ente, es decir, pensado modernamente, qué es más cierto que la muerte? La citada carta del 6 de enero de 1923 dice que se trata de “leer la palabra ‘muerte’ sin negación”. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Si volvemos la desprotección como tal hacia lo abierto, entonces la invertimos en su esencia — esto es, en tanto que separación frente a la pura percepción —, la volvemos hacia el más amplio CÍRCULO. Sólo nos queda afirmar lo así invertido. Pero semejante afirmación no significa transformar el no en un sí, sino reconocer lo positivo como lo ya presente, lo que yace ante nosotros. Esto ocurre cuando dejamos que la desprotección invertida pertenezca a ese lugar dentro del más amplio CÍRCULO “donde nos toca la ley”. Rilke   no dice ‘una ley’ ni tampoco piensa en una regla. Piensa en eso que “nos toca”. ¿Quiénes somos nosotros? Somos los que quieren, que instauran el mundo como objeto a la manera de la autoimposición intencional. Si nos vemos tocados desde el más amplio CÍRCULO, nuestra propia esencia se ve tocada. Tocar significa poner en movimiento. Nuestra esencia es puesta en movimiento. En ese tocar, nuestro querer se ve conmovido, de tal modo que sólo entonces la esencia del querer llega a la apariencia y al movimiento. Es sólo entonces cuando el querer se convierte en un querer dispuesto. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Pero ¿qué es lo que viene a tocarnos inmediatamente desde el mas amplio CÍRCULO? ¿Qué es lo que nos bloquea el paso y se nos sustrae por nuestra propia causa en nuestro habitual querer la objetivación del mundo? La otra percepción: la muerte. Ella es la que toca a los mortales en su esencia y de este modo los coloca en el camino hacia el otro lado de la vida y por tanto en la totalidad de la pura percepción. La muerte reúne y agrupa, así, en la totalidad de lo ya planteado opuesto, en el positum de la completa percepción. En cuanto tal agrupación del poner, la muerte es la pro-posición o ley, así como la cordillera es la reunión de las montañas en la totalidad de su configuración. Allí, donde nos toca la ley, se encuentra dentro del más amplio CÍRCULO el lugar en el que podemos dejar entrar positivamente en la totalidad de lo ente a la desprotección invertida. La desprotección así invertida nos resguarda finalmente, fuera de toda protección, dentro de lo abierto. Pero ¿cómo es posible semejante inversión? ¿De qué manera puede ocurrir la inversión de la aversión separadora contra lo abierto? Presumiblemente, sólo puede ocurrir si la inversión nos vuelve previamente hacia el más amplio CÍRCULO y nos hace entrar a nosotros mismos dentro de él en nuestra esencia. El ámbito de la seguridad debe habérsenos mostrado primero, debe sernos primero accesible en cuanto posible terreno para que se produzca la inversión. Lo que, con todo, nos aporta una seguridad y con ella la dimensión de la seguridad, es ese riesgo que a veces arriesga más que la propia vida. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Pero en la medida en que la inversión de la desprotección en lo abierto atañe de antemano a la esencia de la desprotección, dicha inversión es una inversión de la conciencia, concretamente en el interior de la esfera de la conciencia. La esfera de lo invisible e interno determina la esencia de la desprotección, pero también la manera en que ha sido invertida dentro del más amplio CÍRCULO. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Casi al mismo tiempo que Descartes  , Pascal   descubre frente a la lógica de la razón calculante, la lógica del corazón. Lo interno y lo invisible del ámbito del corazón no es sólo más interno que lo interno de la representación calculadora, y por ello más invisible, sino que al mismo tiempo alcanza más lejos que el ámbito de los objetos únicamente producibles. Es sólo en la más profunda interioridad invisible del corazón donde el hombre se siente inclinado a amar a los antepasados, los muertos, la infancia, los que aún están por venir. Esto forma parte del más amplio CÍRCULO, que ahora se muestra como la esfera de la presencia de la completa y salva percepción. Es verdad que dicha presencia, como la de la conciencia habitual de la producción calculante, es una presencia de la inmanencia. Pero el interior de la conciencia inhabitual sigue siendo el espacio íntimo en el que, para nosotros, todo ha pasado por encima de lo numérico del cálculo y, libre de semejantes límites, puede fluir y derramarse en la totalidad ilimitada de lo abierto. Esto superfluo que excede al número surge, en relación con su presencia, en el interior y lo invisible del corazón. La última frase de la novena elegía, que canta la pertenencia de los hombres a lo abierto, dice así: “Nace en mi corazón una existencia que excede al número”. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

El más amplio CÍRCULO de lo ente se torna presente en el ámbito interno del corazón. La totalidad del mundo llega aquí, de acuerdo con todas sus percepciones, a una presencia igual de esencial. Utilizando el lenguaje de la metafísica Rilke   dice para ello “existencia”. La completa presencia del mundo es, en su más amplia acepción, “existencia mundanal”. Se trata de otro nombre para lo abierto, a partir de otro modo de nombrar, que ahora piensa lo abierto en la medida en que la aversión representadora y productiva contra lo abierto se ha vuelto, a partir de la inmanencia de la conciencia calculadora, hacia la intimidad del corazón. Por eso, el espacio íntimo del corazón para la existencia mundanal se llama también “espacio interno del mundo”. “Mundial” significa la totalidad de lo ente. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

De igual modo que a nuestra desprotección le pertenece, en el predominio de la objetividad, la desaparición de las cosas conocidas, así, la seguridad de nuestra esencia exige también un salvamento de las cosas fuera de la pura objetividad. La salvación consiste en que las cosas, dentro del más amplio CÍRCULO de la completa percepción, puedan reposar en sí mismas, lo que significa que puedan descansar sin límites unas en otras. Tal vez incluso el volverse de nuestra desprotección hacia la existencia mundanal, dentro del espacio interno mundial, deba comenzar por que cambiemos lo perecedero y por tanto pasajero de las cosas objetivas, haciéndolas salir fuera de lo interior y lo invisible de la conciencia únicamente productiva e introduciéndolas en lo verdaderamente interno del espacio del corazón para dejarlas surgir allí de modo invisible. De acuerdo con esto, la carta del 13 de noviembre de 1925 (Cartas desde Muzot, p. 335), dice así: … nuestra tarea es imprimir en nuestra alma esta tierra provisional y perecedera de modo tan doloroso y apasionado que su esencia vuelva a surgir en nosotros ‘invisible’. Nosotros somos las abejas de lo invisible. Libamos incesantemente la miel de lo visible, para acumularlo en la gran colmena de oro de lo Invisible Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Pero, y esto es lo que preguntamos siempre, cómo puede esa interiorización rememorante de eso ya inmanentemente objetivo de la conciencia ocurrir en lo más íntimo del corazón? Atañe a lo interior y lo invisible. Pues tanto aquello interno rememorado como aquello hacia lo que se rememora tiene esa esencia. La interiorización rememorante invierte la separación y permite entrar en el más amplio CÍRCULO de lo abierto. ¿Quién de entre los mortales es capaz de semejante rememoración inversora? Es verdad que el poema dice que una seguridad de nuestra esencia nos llega por el hecho de que los hombres “a veces hasta nos arriesgamos más… que la propia vida, al menos un soplo más… Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Pero si cuando se crea una seguridad el hombre se siente tocado por la ley de todo el espacio interno del mundo, esto quiere decir que se ve tocado y conmovido en su propia esencia, por el hecho de que ya es ese que dice en cuanto ese ser que se quiere a sí mismo. Sin embargo, en la medida en que la creación de una seguridad procede de los que arriesgan más, éstos tienen que arriesgarse al lenguaje. Los que arriesgan más arriesgan el decir. Pero cuando el recinto de ese riesgo, el lenguaje, pertenece al ser de esa única manera por encima y fuera de la cual no quiere que haya nada de su mismo género, ¿en qué dirección debe ser dicho lo que deban decir esos que dicen? Su decir atañe a esa inversión rememorante de la conciencia, que vuelve nuestra desprotección hacia lo invisible del espacio interno del mundo. Porque atañe a la inversión su decir no sólo habla desde ambos ámbitos, sino a partir de la unidad de ambos, en la medida en que ya ha ocurrido en tanto que unificación salvadora. Por eso, donde la totalidad de lo ente es pensada como lo abierto de la pura percepción, la inversión rememorante tiene que ser un decir que le dice lo que tiene que decir a un ser que ya está seguro en la totalidad de lo ente, porque ya ha consumado la transformación de lo visible representable en lo invisible del corazón. Este ser se ve inscrito en la pura percepción por cada una de las dos caras de la esfera del ser. Este ser, para el que apenas prevalecen límites y diferencias entre las percepciones, es el ser que gobierna y hace aparecer el centro inaudito del más amplio CÍRCULO. Este ser es en las Elegías de Duino de Rilke  , el ángel. Este nombre vuelve a nombrar una palabra fundamental de la poesía de Rilke  . Es, como “lo abierto”, “la percepción”, “la separación”, “la naturaleza”, una palabra fundamental, porque lo dicho con ella piensa la totalidad de lo ente a partir del ser. En la carta del 13 de noviembre de 125 (loc. cit. p. 337), Rilke   escribe lo siguiente: El ángel de las Elegías es esa criatura en la que ya aparece consumada la trasformación de lo visible en invisible que nos esforzamos por llevar a cabo… El ángel de las Elegías es ese ser que garantiza reconocer en lo invisible un rango más elevado de la realidad. Heideggeriana  : ParaQuePoetas   [GA5  ]

Sin embargo no deja de extrañar que Hölderlin   piense la poesía como un medir. Y esto con razón mientras representemos el medir en el sentido que nos es corriente. En este caso, con ayuda de algo conocido — a saber, escalas de medida y números destinados a medir — algo desconocido es recorrido contando las veces que en él cabe la unidad de medida y de este modo se le convierte en algo conocido y se le mete dentro de los límites de un número y un orden abarcables en todo momento. Este medir puede variar según el modo de los instrumentos solicitados. Pero ¿quién nos garantiza que este modo de medir, sólo por el hecho de ser el modo habitual, acierte ya con la esencia del medir? Cuando hablamos de medida pensamos inmediatamente en el número y representamos ambos, número y medida, como algo cuantitativo. Ahora bien, la esencia de la medida, al igual que la esencia del número, no es un quantum. Con números podemos calcular, pero no con la esencia del número. Cuando Hölderlin   avista el poetizar como un medir y lleva a cabo éste sobre todo como la toma-de-medida, entonces, para pensar el poetizar, ante todo tenemos que considerar una y otra vez la medida que se toma en el poetizar; tenemos que prestar atención al modo de este tomar, que no descansa en un echar mano, no descansa en modo alguno en un coger, sino en un dejar llegarlo Asignado-como-Medida. ¿Cuál es la medida para el poetizar? La divinidad; ¿entonces Dios? ¿Quién es Dios? Tal vez esta pregunta es demasiado difícil para el hombre y demasiado prematura. Preguntemos pues antes qué es lo que se puede decir de Dios. Limitémonos primero a preguntar esto: ¿qué es Dios? Por fortuna, y para ayudarnos aquí, nos han quedado unos versos de Hölderlin   que, desde el punto de vista temático y temporal, pertenecen al CÍRCULO del poema “Endulce azul florece… Empiezan así (Stuttg. Ausgabe 2, 1 p. 210): “¿Qué es Dios? desconocido, sin embargo lleno de propiedades está el rostro del cielo de él. Así los rayos la ira son de un Dios. Tanto más invisible es una cosa cuando se destina a lo extraño… Heideggeriana  : HomemHabita   [GA7  ]

Zaratustra es un portavoz en este triple sentido. Pero ¿qué es lo que habla delante (de los demás)? ¿En favor de quién habla? ¿Qué intenta explicar? ¿Es Zaratustra sólo un portavoz cualquiera de cualquier cosa o es el portavoz de lo Uno que siempre, y antes que nada, está interpelando al hombre? Hacia el final de la tercera parte de Así hablaba Zaratustra hay una sección que lleva por título: “El convalescente” (Der Genesende). Éste es Zaratustra. Pero ¿qué significa “der Genesende”? “Genesen” es la misma palabra que el griego neomai, nostos Significa: regresar a casa; nostalgia es la morriña, el dolor de hogar. El “Genesende” es el que se recoge para el retorno al hogar, es decir, para entrar en aquello a lo que está destinado. El “convalescente” está en camino hacia sí mismo, de tal modo que puede decir de sí quién es. En el fragmento citado, el convalescente dice: “Yo, Zaratustra, el portavoz de la vida, el portavoz del sufrimiento, el portavoz del CÍRCULO … “ Heideggeriana  : NietzscheZaratustra   [GA7  ]

Zaratustra habla en favor de la vida, del sufrimiento, del CÍRCULO, y esto lo dice delante (lo proclama). Estas tres cosas: “Vida Sufrimiento-Círculo” se pertenecen mutuamente, son una misma cosa. Si fuéramos capaces de pensar correctamente esta Triplicidad como Uno y lo Mismo, estaríamos en situación de presentir de quién es portavoz Zaratustra y quién quisiera ser él como tal portavoz. Bien es verdad que ahora podríamos intervenir con una explicación de brocha gorda, y, de un modo indiscutiblemente correcto, podríamos decir: “Vida” significa en la lengua de Nietzsche  : voluntad de poder como rasgo fundamental de todo ente, no sólo del ser humano. Lo que significa “sufrimiento” lo dice Nietzsche   con las siguientes palabras: “todo lo que sufre quiere vivir .. “ (W W VI, 469), es decir, todo lo que es en el modo de la voluntad de poder. Esto quiere decir: “Las fuerzas configuradoras chocan entre sí” (XVI, 151). “CÍRCULO” es el signo del anillo, cuya curvatura vuelve sobre sí misma y de este modo alcanza siempre el retorno de lo igual. Heideggeriana  : NietzscheZaratustra   [GA7  ]

Según estas proposiciones, Zaratustra, el portavoz, es un “maestro”. A ojos vista, enseña dos cosas: el eterno retorno de lo Igual y el ultrahombre. Sólo que, de buenas a primeras, no se ve si, y de qué modo, estas dos cosas que enseña se pertenecen mutuamente. Pero aun en el caso de que se aclarara esta conexión, seguiría siendo cuestionable si estamos oyendo al portavoz, si estamos aprendiendo de este maestro. Sin este oír y aprender no sabremos nunca bien quién es Zaratustra. Así que no basta con que nos limitemos a poner unas junto a otras proposiciones de las cuales sale lo que el portavoz y el maestro dice de sí mismo. Tenemos que prestar atención a cómo lo dice y además en qué ocasión y con qué intención. Las palabras decisivas: “Tú eres el maestro del eterno retorno”, no las dice Zaratustra desde sí mismo a sí mismo. Se las dicen sus animales. Se las nombra al principio mismo del prólogo de la obra y, de un modo más claro, al final (n. 10). Aquí se dice: “… cuando el sol estuvo en el mediodía, miró (Zaratustra) interrogativamente a lo alto; porque, por encima de él, oía la llamada clara y nítida de un pájaro. Y he aquí que un águila describía amplios CÍRCULOs en el aire, y de ella colgaba una serpiente, no como una presa sino como una amiga: pues el águila la tenía enroscada en tomo a su cuello”. En este misterioso abrazo presentimos ya de qué forma, sin que se diga de un modo explícito, en los CÍRCULOs que describe el águila y en el enroscamiento de la serpiente se enroscan CÍRCULO y anillo. Así resplandece el anillo, que se llama anulus aeternitatis: anillo sigilar y año de la eternidad. En el aspecto de los dos animales se muestra adónde ellos mismos pertenecen con su girar y su enroscarse. Porque no son ellos nunca los que empiezan haciendo CÍRCULO y anillo, sino que se ensamblan en él para, de este modo, tener su esencia. En el aspecto de los dos animales aparece Aquello que le concierne al Zaratustra que levanta su mirada interrogativa hacia lo alto. De ahí que el texto continúe: “Son mis animales”, dijo Zaratustra, y se alegró de todo corazón. — El más orgulloso de los animales que hay bajo el sol y el más inteligente de los animales que hay bajo el sol — los dos han salido de exploración. — Quieren averiguar si Zaratustra aún vive. ¿En verdad, aún vivo?” Heideggeriana  : NietzscheZaratustra   [GA7  ]

Pero ¿qué entiende aquí Nietzsche   por venganza? ¿En qué consiste para él la liberación (le la venganza? Nos contentaremos con aportar algo de luz a estas dos preguntas. Tal vez esta luz nos hará ver con mayor claridad el puente que, para un pensar como éste, tiene que llevar al hombre de ayer y de hoy al ultrahombre. Con la transición se pone de manifiesto Aquello hacia lo que va el que pasa. Así podremos comprender antes en qué medida Zaratustra, como el portavoz de la vida, del sufrimiento, del CÍRCULO, es a la vez el maestro del eterno retorno de lo Mismo y el ultrahombre Heideggeriana  : NietzscheZaratustra   [GA7  ]

La liberación de la venganza es el paso de la contravoluntad contra el tiempo a la voluntad que, al convertirse en portavoz del CÍRCULO, se representa el ente en el eterno retorno de lo Mismo. Heideggeriana  : NietzscheZaratustra   [GA7  ]

Así dice el pasaje del fragmento “El convalescente”, n. 1, que antes, intencionadamente, hemos citado sólo de un modo fragmentario: “ Yo, Zaratustra, el portavoz de la vida, el portavoz del sufrimiento, el portavoz del CÍRCULO: ¡a ti te llamo, el más abismático de mis pensamientos!” Heideggeriana  : NietzscheZaratustra   [GA7  ]

¿Quién es el Zaratustra de Nietzsche  ? Ahora podemos contestar con una fórmula: Zaratustra es el maestro del eterno retorno de lo Mismo y el maestro del ultrahombre. Pero ahora estamos viendo, quizá estamos viendo de un modo más claro más allá de la mera fórmula Zaratustra no es un maestro que enseñe dos cosas, dos cosas distintas: Zaratustra enseña a el ultrahombre porque es el maestro del eterno retorno de lo Mismo. Pero también al revés: Zaratustra enseña el eterno retorno de lo Mismo porque es el maestro del ultrahombre. Ambas doctrinas pertenecen conjuntamente a un CÍRCULO. Por su movimiento circular, esta doctrina corresponde a lo que es, al CÍRCULO que, como eterno retorno de lo Mismo, constituye el ser del ente, es decir, lo permanente en el devenir. Heideggeriana  : NietzscheZaratustra   [GA7  ]

El águila: el más orgulloso de los animales; la serpiente: el más sagaz. Y los dos ensamblados en el CÍRCULO en el que vibran, en el anillo que circunda su esencia; y que junta una vez más CÍRCULO y anillo uno dentro de otro. Heideggeriana  : NietzscheZaratustra   [GA7  ]

Su obra El trabajador (1932) ha logrado la descripción del nihilismo europeo en su fase posterior a la primera guerra mundial. Se desarrolla a partir de su ensayo La movilización total (1930) El trabajador pertenece a la fase de “nihilismo activo” (Nietzsche  ). La acción de la obra consistió — y consiste aún en función modificada — en que hace visible el “total carácter de trabajo” de todo lo real desde la figura del trabajador. Así aparece el nihilismo, inicialmente sólo europeo, en su tendencia planetaria. Sin embargo, no hay ninguna descripción en sí, que fuera capaz de mostrar lo real en sí. Toda descripción se mueve, cuanto más agudamente procede, tanto más decididamente a su modo particular en un determinado CÍRCULO visual. Modo de ver y CÍRCULO visual — usted dice “óptica” — se entregan [390] al representar humano a partir de las experiencias fundamentales del ente en totalidad. Pero a ellas les precede ya una iluminación de lo que el ente “es” nunca realizable por los hombres. La experiencia fundamental, que soporta y atraviesa su representación y exposición, creció en las batallas de material de la primera guerra mundial. Pero el ente en totalidad se muestra a usted a la luz y a la sombra de la metafísica de la voluntad de poder, que Nietzsche   interpreta bajo la forma de una teoría del valor. Heideggeriana  : PreguntaSer  

En el invierno de 1939 a 1940 comenté El trabajador en un pequeño CÍRCULO de docentes universitarios. Se asombraron de que un libro tan clarividente estuviera publicado desde hace años y que nadie todavía hubiera aprendido siquiera a atreverse a intentar el dejar moverse la mirada sobre el presente en la óptica de El trabajador, y de pensar planetariamente. Se sintió que, también en este caso, no bastaba la consideración histórica universal de la historia mundial. Se leyeron entonces afanosamente los Acantilados de mármol, pero, según me pareció, sin el horizonte suficientemente amplio, es decir, planetario. Pero tampoco se sorprendieron de que un intento de comentar El trabajador fuera vigilado y finalmente suprimido. Pues pertenece a la esencia e la voluntad de poder el no dejar aparecer en la realidad, en la que ella misma se hace presente, lo real de lo que se apodera. Heideggeriana  : PreguntaSer  

Como ve usted, la pregunta crítica piensa en un sentido cuyo seguimiento sin duda no pertenece al CÍRCULO temático de las descripciones que lleva a cabo El trabajador. Mucho de lo que sus descripciones hicieron ver y por primera vez expresaron, lo ve y dice hoy cualquiera. Además, La pregunta por la técnica debe a las descripciones de El trabajador un estímulo duradero. Respecto a sus “descripciones” cabe anotar que no sólo pintan algo real ya conocido, sino que hacen accesible “una nueva realidad”, por lo que “se trata menos de nuevos pensamientos o de un nuevo sistema… (El trabajador, prólogo). Heideggeriana  : PreguntaSer  

Todavía hoy, — como no podía ser menos —, se recoge lo fecundo de su decir en la “descripción” bien entendida. Pero la óptica y el CÍRCULO visual que guían el describir no están determinados ya, o no lo están de modo adecuado, como antes. Pues usted no participa ya en aquella acción del nihilismo activo, que también en El trabajador es pensada en sentido nietzscheano en la dirección de una superación. Sin embargo, el no-tomar-parte no significa en absoluto: estar fuera del nihilismo, máxime si la esencia del nihilismo no es nihilista y si la historia de esta esencia es más vieja y sigue siendo más joven que las fases históricamente constatables de las diversas formas del nihilismo. Por ello no pertenece a su obra El trabajador y el subsiguiente, y todavía más sobresaliente ensayo Sobre el dolor (1934) a los actos retirados del movimiento nihilista. Al contrario: me parece que esas obras quedan, porque, en la medida en que hablan el lenguaje de nuestro siglo, puede prenderse de nuevo en ellas la discusión todavía no conseguida con la esencia del nihilismo. Heideggeriana  : PreguntaSer  

Su obra El trabajador traza ya en su subtítulo “Dominio y forma” los rasgos fundamentales de aquélla nueva metafísica de la voluntad de poder que emerge en totalidad, en la medida en que ésta se presenta ahora por todas partes y plenamente como trabajo. Ya en la primera lectura de esa obra se me suscitaron las preguntas, que también hoy tengo aún que formular: ¿de dónde se determina la esencia del trabajo? ¿Resulta de la forma de el trabajador? ¿de qué es la forma precisamente la del trabajador, si no la domina la esencia del trabajo? ¿Recibe, según esto, esta forma su presencia peculiarmente humana de la esencia del trabajo? ¿De dónde resulta el sentido de trabajo y trabajador en el alto rango que usted otorga a la forma y su dominio? ¿Surge este sentido de que aquí es pensado el trabajo como una acuñación de la voluntad de poder? ¿Proviene esta peculiaridad incluso de la esencia de la técnica “como la movilización del mundo por la forma [400] de el trabajador”? ¿Y remite finalmente la esencia de la técnica así determinada a ámbitos todavía más originarios? Con demasiada facilidad pudiera señalarse que en sus exposiciones sobre la relación entre el carácter total de trabajo y la forma de el trabajador, un CÍRCULO grapa lo determinante (el trabajo) y lo determinado (el trabajador) en su relación mutua. En lugar de valorar esa referencia como prueba de un pensar ilógico, tomo el CÍRCULO como señal de que aquí queda por pensar el orbe de un todo, en un pensar sin duda, para el que no puede ser nunca la regla una “lógica” sujeta a la libertad de contradicción. Heideggeriana  : PreguntaSer  

Entre tanto he seguido siempre ese “nota bene” al leer sus escritos y me he preguntado si para usted los conceptos, los significados de palabras, y ante todo el lenguaje, sólo podrían ser un “sistema óptico” [402], si frente a esos sistemas hay una realidad en sí, de la que los sistemas al igual que aparatos atornillados pueden ser de nuevo quitados y sustituidos por otros. ¿No subyace ya al sentido de “magnitudes de trabajo” el que ellas sólo codeterminan la realidad, el carácter total de trabajo de todo lo real, en la medida en que ellas mismas ya están determinadas por él? Los conceptos están sin duda “para el comprender ahí”. Pero el representar moderno de lo real, la objetivación, en la que se mueve anticipadamente el com-prender, sigue siendo en general un ataque a lo real, en cuanto se le exige a éste que se muestre en el CÍRCULO visual del prender representante. La exigencia lleva consigo en el ámbito del com-prender contemporáneo-moderno el que la realidad com-prendida, de improviso, y sin embargo, durante largo tiempo desatendida, pase al contraataque, que sorprenda de repente, y a pesar de Kant  , a la ciencia de la naturaleza moderna, y que sólo pueda explicarse esa sorpresa mediante descubrimientos propios dentro del proceder científico como un conocimiento asegurado. Heideggeriana  : PreguntaSer  

¿De dónde viene esta esencia? ¿Dónde tenemos que buscarla? ¿Cuál — es el lugar de la Nada? No preguntamos irreflexivamente demasiado cuando buscamos el lugar y explicamos la esencia de la línea. Pero, ¿no es esto sino el intento de dar lo que usted exige: “una buena definición del nihilismo”? Parece como si se continuara el pensar en un CÍRCULO mágico, traído e incluso burlado alrededor de lo mismo, pero sin poderse alimentar de ese algo. Pero quizá es el CÍRCULO una espiral oculta. Quizá se ha estrechado ésta mientras tanto. Esto significa: el modo y manera según las cuales nos acercamos a la esencia del nihilismo se transforma. La bondad de la “buena definición” exigida con todo derecho, encuentra su acreditación en que abandonemos el querer definir, en la medida en que éste tiene que afirmarse en proposiciones enunciativas en las que se extingue el pensar. Pero sigue siendo una ganancia menor, ya que es sólo negativa, si aprendemos a reparar que sobre la Nada y el Ser y el nihilismo, sobre su esencia y sobre la esencia (verbal) de la esencia (nominal) no puede dispensarse ninguna información que bajo la forma de proposiciones enunciativas pueda estar al alcance de la mano. Heideggeriana  : PreguntaSer  

Después de un cuarto de siglo era llegado el tiempo de llamar la atención sobre un hecho sobre el que aun hoy se pasa de largo, como si fuera una circunstancia externa. La pregunta “¿Qué es metafísica?” fue expuesta en una lección filosófica inaugural ante todas las Facultades reunidas. Se plantea pues en el CÍRCULO de todas las ciencias y les habla. Pero, ¿cómo? No con intención arrogante de mejorar o de incluso rebajar su trabajo. Heideggeriana  : PreguntaSer  

El representar de las ciencias se dirige en general al ente y en especial a ámbitos particulares del ente. Se trataba de partir de ese representar del ente, y siguiéndolo, de abandonar una opinión cercana a las ciencias. Piensan que con la representación del ente se ha agotado todo el ámbito de lo investigable y preguntable, y que fuera del ente no hay “nada”. Esta opinión de las ciencias es tomada a modo de prueba por la pregunta por la esencia de la metafísica y, al parecer, compartida con ellas. Entre tanto, cada reflexionante tiene también que saber ya que un preguntar por la esencia de la metafísica únicamente puede tener presente lo que caracteriza a la metafísica: esto es el sobrepasar: el Ser del ente. En el CÍRCULO visual del representar metafísico, que sólo conoce el ente, sólo puede ofrecerse por el contrario aquello que no es en absoluto un ente (a saber el Ser) como Nada. Por eso pregunta la lección por “esta Nada”. No pregunta caprichosamente en lo indeterminado por “la” Nada. Pregunta: ¿qué pasa con eso completamente distinto de todo ente, con lo que no es un ente? Con ello se muestra: el “ser ahí” [Dasein] del hombre [419] está “contenido” en esta “Nada”, en lo enteramente otro para el ente. Dicho de otro modo, esto significa y sólo puede significar: “el hombre es el acomodador de la Nada”. La frase dice: el hombre deja libre el lugar para lo enteramente otro para con el ente, de modo que en su apertura pueda darse algo así como pre-sencia (Ser). Esta Nada, que no es el ente y que, sin embargo, la hay, no es nada anonadante. Pertenece a la presencia. No hay Ser y Nada juntos. Lo uno se emplea para lo otro en una familiaridad cuya plenitud esencial apenas hemos pensado todavía. Tampoco la pensamos cuando descuidamos preguntar: ¿a qué “la” se refiere, que “hay” aquí? ¿En qué haber la hay? En qué medida pertenece a ese “hay Ser y Nada” lo que se abandona a esa dación en cuanto que la encierra? Decimos a la ligera: hay. El Ser “es” tan poco como la Nada. Pero hay ambos. Heideggeriana  : PreguntaSer  

Sin duda, quien no haya pensado seriamente nunca y en conexión la dirección fundamental de la pregunta por la metafísica, la salida de su camino, la ocasión de su desarrollo, el CÍRCULO de las ciencias a las que se dirige, tiene que sucumbir a la información de que aquí se expone una filosofía de la Nada (en el sentido del nihilismo negativo). Heideggeriana  : PreguntaSer  

La pregunta de nuestra conversación concierne a la esencia de la filosofía. Si esta pregunta proviene de una necesidad y no debe quedar meramente como pregunta aparente de una charla (Konversation), entonces la filosofía en tanto filosofía debe habérsenos vuelto cuestionable (fragwürdig). ¿Es esto cierto? Y si lo es, ¿hasta qué punto se nos ha vuelto cuestionable la filosofía? Evidentemente esto lo podemos declarar sólo si ya hemos echado una mirada dentro de la filosofía. Para ello es necesario que previamente sepamos qué es eso de filosofía. Así, de extraña manera, se nos da vueltas dentro de un CÍRCULO. La filosofía misma parece ser este CÍRCULO. Suponiendo que no nos pudiéramos librar inmediatamente de la órbita de este CÍRCULO, sin embargo nos es permitido ciertamente dirigir la mirada hacia el CÍRCULO. ¿Hacia dónde debe volverse nuestra mirada? La palabra griega philosophia nos indica la dirección. Heideggeriana  : QueFilosofia  

El segundo recuerdo trae a mi memoria la gran casa abierta de un médico en los altos de la Selva Negra, donde una mañana de domingo, en un CÍRCULO de numerosos oyentes cruzamos con fuerza, pero con bella mesura, nuestros más afilados aceros. Estaba en discusión el concepto del “ser” y la etimología de este vocablo fundamental de la filosofía. La discusión puso de manifiesto lo muy versado que Ortega estaba en las Ciencias. También me puso de relieve una especie de positivismo que no me cumple juzgar, ya que conozco muy pocos escritos de Ortega y sólo en traducciones. La tarde de ese mismo día nos proporcionó a mi y a todos los presentes la impresión más recia y duradera de la magna personalidad de Ortega y Gasset  . Habló de un tema que ni estaba previsto ni había sido formulado y que puede, sin embargo, cifrarse en el titulo “El hombre español y la muerte”. Cierto que lo que nos dijo le era familiar desde hacia largo tiempo, pero el cómo lo dijo nos desvela cuanto más avanzado estaba que sus oyentes en un campo que ahora ha tenido que traspasar. Cuando pienso en Ortega vuelve a mis ojos su figura tal como la vi aquella tarde, hablando, callando, en sus ademanes, en su hidalguía, su soledad, su ingenuidad, su tristeza, su múltiple saber y su cautivante ironía. Heideggeriana  : OrtegaEncontros  

El poeta ha salido de su propio “CÍRCULO” anterior sin por ello renunciar a la palabra; pues canta, y el canto permanece como plática. La renuncia del poeta no se refiere a la palabra, sino a la relación entre palabra y cosa, más exactamente: a lo propio y misterioso de esta relación que se revela precisamente como misterio en el momento en que el poeta quisiera nombrar la joya que tiene en la mano. El poeta no dice de qué clase es esta joya. Pero podemos recordar que en su antigua acepción “joya” (Kleinod) significa: pequeño y gracioso obsequio destinado al huésped, o también un obsequio como signo de favor particular que en adelante el receptor llevará siempre consigo. El obsequio pertenece a las relaciones de favor y hospitalidad. Notemos que, junto a este poema La Palabra, bajo el título general de la última parte El Canto, está aquel cuyo título es Canto del Mar y que comienza: Cuando en suave caída al horizonte — Se sumerge el rojo globo ardiente: Entonces un alto en la duna hago — Por si ver pudiera un huésped querido. Heideggeriana  : EssenciaLinguagem   [GA12  ]

Con El Canto, con los últimos poemas reunidos bajo este título, el poeta se aleja definitivamente de su anterior CÍRCULO propio. ¿Adónde se aleja? A la renuncia que él ha aprendido. El aprendizaje fue una experiencia repentina que tuvo en aquel instante cuando el muy distinto reino de la palabra lo fulminó con su mirada y sacudió la seguridad propia de su anterior decir. Lo imprevisible, el pavor lo fulminó con su mirada: que solamente la palabra deja la cosa ser como cosa. Heideggeriana  : Palavra1958   [GA12  ]

Ante todo es preciso señalar que Kant   expone la tesis dentro del CÍRCULO de cuestiones de la teología filosófica. Ésta domina la totalidad de la pregunta por el ser del ente, es decir, la metafísica en su contenido nuclear. Desde ahí se hace visible que la tesis sobre el ser no es una doctrina abstracta y aislada, cosa que nos podría sugerir fácilmente su significación literal. Heideggeriana  : KantSer   [GA9  ]

Pero ¿qué significa este “Se”? La ciencia y la filosofía del lenguaje han reflexionado profusamente al respecto, sin que se haya encontrado una aclaración válida. El CÍRCULO de significaciones mentado por el “Se” fluctúa desde lo irrelevante hasta lo demoníaco. El “Se” dicho en el habla “Se da el ser”, “Se da el tiempo” nombra presumiblemente algo privilegiado en lo que aquí no hay que entrar. Por eso nos damos por contentos con una reflexión fundamental. Heideggeriana  : TempoYSer   [GA14  ]

Así pues, si intentamos una meditación sobre las cosas y asuntos a que nos referimos con los nombres de “técnica”, “lenguaje” y “tradición”, e incluso nos atrevemos a ello, tal intento no puede tener directamente el sentido de esa clase de consideraciones que son habituales en un curso de didáctica, y que tienen por fin contribuir a organizar la práctica de la enseñanza. [No tendrá esa clase de utilidad, será pues inútil MJR]. Y sin embargo, el penetrar en lo inútil puede abrirnos una perspectiva, puede abrirnos un CÍRCULO de visión que determine de forma constante y en todos sitios las consideraciones de tipo pedagógico-práctico, aun cuando no reparemos en ello, ni sea esa nuestra principal preocupación. Heideggeriana  : LinguagemTecnica

Aquí se nombra a la aletheia, el no-ocultamiento. Se llama la “bien redondeada”, porque está trazada según la pura esfericidad del CÍRCULO, en la que principio y fin son lo mismo en todas partes. En esa vuelta no hay posibilidad alguna de tergiversar, disimular y ocultar. El hombre que reflexiona debe conocer lo que es el corazón, que no tiembla, del no-ocultamiento. ¿Y qué significa la expresión “el corazón que no tiembla del no-ocultamiento”? Éste es la Lichtung de lo abierto. Preguntamos: ¿apertura para qué? Ya hemos visto que el camino del pensar — tanto especulativo como intuitivo — necesita de una Lichtung capaz de ser atravesada. Y en ella reside también la posibilidad del “aparecer”, es decir, la posibilidad del estar presente de la presencia. Heideggeriana  : TarefaPensar

Esta palabra exige una cuidadosa meditación, porque todavía no se ha resuelto de qué manera debe conocerse, para que pueda ser accesible al pensar, lo que no necesita de ninguna demostración. ¿Se trata de la meditación dialéctica, de la intuición que da originariamente, o de ninguno de los dos? Únicamente puede decidir sobre ello la singularidad de lo que, ante todo, exige de nosotros que le admitamos. Pero ¿cómo posibilitarnos la decisión si antes no le hemos admitido? ¿En qué CÍRCULO — lamentable, además — nos movemos aquí? ¿Se piensa la eukúkleos Aletheíe, el no-ocultamiento bien redondeado, como la Lichtung? ¿Es, entonces, el título de la tarea del pensar, en lugar de Ser y tiempo  , “Lichtung y presencia”? Pero, ¿de dónde y cómo hay Lichtung?, ¿qué habla en el “hay”? La tarea del pensar consistiría, entonces, en el abandono del pensar anterior, para determinar lo que es la “cosa” del pensar. Heideggeriana  : TarefaPensar

La regulación de los procesos, que van de ida y de vuelta, en su relación recíproca, se cumple, por lo tanto, en un movimiento circular. De allí que, el CÍRCULO regulador [Regelkreis] se cuente como el rasgo fundamental del mundo proyectado en forma cibernética. En él ha de residir la posibilidad de la autoregulación, la automatización de un sistema de movimiento. En el mundo representado en forma cibernética desaparece la diferencia entre la máquina automática y los seres vivos. Esta es neutralizada en el proceso indiferenciado de la información. El proyecto cibernético del mundo, “el triunfo del método sobre la ciencia”, hace posible una calculabilidad general y uniforme y, en ese sentido, universal, es decir: la dominación del mundo inanimado y animado. A esta uniformidad del mundo cibernético es remitido también el hombre. Incluso de un modo destacado. Pues, en el horizonte de la representación cibernética el hombre tiene su lugar en lo más vasto del CÍRCULO regulador. Según el modo de representación moderna del hombre, él es el sujeto que se haya referido al mundo como al área de los objetos, en la medida que él mismo los trabaja. La correspondiente modificación del mundo que así se va a originar se vuelve sobre el hombre. La relación sujeto-objeto es, si se la representa en forma cibernética, la correlación de informaciones, la retroalimentación en el señalado CÍRCULO regulador, que puede ser descrito a través del título “hombre y mundo”. La ciencia cibernética del hombre anda buscando sin embargo los fundamentos para una antropología científica, allí, donde la demanda normativa del método — el proyecto basado en la calculabilidad — pueda cumplirse de un modo más seguro en el experimento, en la bioquímica y en la biofísica. Por ello es que, lo que en conformidad con el método es decisivamente más vivo en la vida del hombre es la célula reproductora. Ella no es más como lo fuera antes, la versión en miniatura del ser vivo totalmente desarrollado. La bioquímica ha descubierto el plan de vida en los genes de la célula reproductora. Es la prescripción inscrita y almacenada en los genes, el programa del desarrollo. La ciencia ya conoce el alfabeto de esta prescripción. Se habla del “archivo para la información genética”. Sobre su conocimiento se funda la perspectiva segura de conseguir alcanzar un día la productibilidad científico-técnica y crianza del hombre. El irrumpir en la estructura genética de la célula reproductora humana por parte de la bioquímica y la desintegración del átomo por parte de la física atómica se encuentran en el mismo camino del triunfo del método sobre la ciencia. Heideggeriana  : ArtePensar  

¿Por qué cosa nos preguntamos ahora? ¿Por el ámbito desde donde proviene hoy la apelación para el arte? ¿Es este ámbito el mundo cibernético de la sociedad industrial planificada al modo de la futurología? Si este mundo de la civilización mundial llegara a ser el ámbito desde el cual fuese apelado el arte, entonces, en efecto, habríamos dado noticias de este ámbito mediante las indicaciones ya dadas. Sólo que el dar noticias no es aún ningún conocimiento de aquello que rige cabalmente al mundo en cuanto tal. Nosotros hemos de ir con el pensamiento detrás de aquello que domina en el mundo moderno, para poder mirar dentro del buscado ámbito de la proveniencia del arte. El rasgo fundamental del proyecto cibernético del mundo es el CÍRCULO regulador, por el que transcurre la retroalimentación de las informaciones. El CÍRCULO regulador más amplio encierra [umschliesst] la correlación de hombre y mundo. ¿Qué es lo que predomina en este cerco [Umschliessung]? Los lazos mundanos del hombre y, junto con ellos, la existencia social del hombre en su conjunto se hallan incluidas en el ámbito del dominio de la ciencia cibernética. Heideggeriana  : ArtePensar  

¿Qué sucede con el arte dentro de la sociedad industrial, cuyo mundo ha comenzado a devenir uno cibernético? ¿Se convertirán los enunciados del arte en algún tipo de información en y para este mundo? ¿Se irán a determinar sus producciones por el solo hecho de que satisfagan el carácter procesual del CÍRCULO regulador industrial y su constante cumplimiento? Si así fuera el caso, ¿puede la obra seguir siendo obra todavía? ¿No se hallará su sentido moderno acaso, en el quedar rezagado, de antes, ya, al servicio de la ejecución continua del proceso creativo, el cual sólo se regula desde sí mismo y, de ese modo, continúa estando encerrado en él mismo? ¿Se presenta el arte moderno como una retroalimentación de informaciones en el CÍRCULO regulador de la sociedad industrial y del mundo científico-técnico? ¿No recibirá incluso desde allí, la muy mentada “industria cultural” [Kulturbetrieb] su legítima fundamentación? Estas preguntas nos acosan como preguntas. Y se reúnen en una única, que dice: ¿Qué pasa con la reclusión del hombre en su mundo científico-técnico? ¿No impera en esta reclusión, quizá, la reserva del hombre [Verschlossenheit des M.] frente a aquello que envía al hombre recién a su determinación más propia, para que éste se apreste a lo justo [s. in das Schickliche fügen], en vez de disponer en forma calculadora, y técnico-científicamente de sí mismo y su mundo, de sí mismo y la propia fabricación técnica de sí mismo? (¿No es la esperanza — si pudiera ser considerada ésta como un principio — el absoluto egoísmo de la subjetividad humana?) Heideggeriana  : ArtePensar  

¿De qué índole es tal nombrar? ¿Qué significa en general “nombrar”? ¿Consiste el “nombrar” en que algo sea dotado de un nombre? ¿Y cómo llega eso a tener un nombre? El nombre dice cómo se llama algo, cómo suele llamarse algo. El nombrar está remitido a un nombre. Y el nombre resulta del nombrar. Con esa explicación damos vueltas en un CÍRCULO. Heideggeriana  : Poema1968