Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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cotidiano

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

alltäglich   (v. Alltäglichkeit)

En lugar de todo esto, los curiosos se encuentran a Heráclito   junto a un horno de panadero. Se trata de un lugar de lo más COTIDIANO e insignificante. Es verdad que ahí se cuece el pan  . Pero Heráclito ni siquiera está ocupado en esa tarea. Sólo está allí para calentarse. De modo que delata en ese lugar, ya de suyo COTIDIANO, lo elemental que es su vida. La contemplación de un pensador friolero presenta poco interés. Y por eso, ante ese espectáculo decepcionante, los curiosos también pierden enseguida las ganas de llegarse más cerca. ¿Qué pintan ahí? Una situación tan cotidiana y sin atractivo como que alguien tenga frío y se acerque a un horno es algo que ya pueden encontrar todos en sus casas. Así que, ¿para qué molestarse en ir en busca de un pensador? Los visitantes se disponen a volver a marchar. Heráclito lee pintada en sus rostros su curiosidad defraudada. Se da cuenta de que en ese grupo basta la ausencia de la sensación esperada para que, recién llegados, ya se sientan empujados a dar media vuelta. Por eso les anima   y les invita de manera expresa a que entren a pesar de todo, con las palabras: "también aquí están presentes los dioses". 468 Heideggeriana  : CartaH

El hablar de los mortales es invocación que nombra, que encomienda venir cosas y mundo desde la simplicidad de la Diferencia. Lo que es hablado en el poema es la pureza   de la invocación del hablar humano. Poesía, propiamente dicho, no es nunca meramente un modo (Melos) más elevado del habla cotidiana. Al contrario, es más bien el hablar COTIDIANO un poema olvidado y agotado por el desgaste y del cual apenas ya se deja oír invocación alguna. 1755 Heideggeriana  : Linguagem1950  

Cuando hablamos aquí de "conceptos", de "comprender" y de "pensar", no se trata, sin embargo, de una delimitación meramente proposicional de lo que hay que representarse al nombrar los cinco títulos capitales aludidos. Comprender quiere decir aquí: sabiendo, experimentar lo nombrado en su esencia y reconocer así en qué instante "estamos" de la oculta historia de Occidente; reconocer si estamos erguidos en él, si nos estamos cayendo o si ya estamos tendidos, o bien si no presentimos nada de lo uno ni estamos afectados por lo otro sino que simplemente nos dejamos arrastrar por las imágenes engañosas del opinar COTIDIANO y del actuar corriente y no hacemos más que revolvernos en el descontento de la propia persona  . El saber pensante, en cuanto presunta "doctrina meramente abstracta", no tiene un comportamiento práctico sólo como consecuencia posterior. El saber pensante es en sí mismo una actitud [Haltung] que no es sostenida [gehalten] en el ser por ente alguno sino por el ser. 1831 Heideggeriana: NiilismoEuropeu  

"Sentido" — podría pensarse — es algo que todo el mundo entiende. Esto es efectivamente así en el círculo del pensar COTIDIANO y de un opinar aproximativo. Pero apenas se nos llama la atención sobre el hecho de que el hombre busca un "sentido" en todo acontecer, y cuando Nietzsche   señala que esta búsqueda de un "sentido" se ve decepcionada, entonces no pueden evitarse las preguntas acerca de qué quiere decir aquí sentido, de en qué medida y por qué busca el hombre un sentido, de por qué no puede aceptar como algo indiferente la eventual decepción que entonces pudiera surgir sino que, por el contrario, resulta afectado, amenazado y hasta quebrantado en su propia existencia consistente. 1931 Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La metafísica puede determinarse como la verdad sobre el ente en cuanto tal en su totalidad que se articula en la palabra del pensar. Esta palabra enuncia las interpelaciones del ente en cuanto tal en lo que hace a su constitución, o sea, las categorías. Por consiguiente, las categorías son las palabras metafísicas fundamentales y por ello los nombres de los conceptos filosóficos fundamentales. La circunstancia de que en nuestro pensar corriente y en el comportamiento COTIDIANO respecto del ente estas categorías, en cuanto interpelaciones, sean dichas de modo tácito, y de que incluso la mayoría de los seres humanos no llegue durante toda su "vida" a experimentarlas, reconocerlas y mucho menos a comprenderlas como tales interpelaciones tácitas, esto, lo mismo que otras cosas similares, no constituye razón alguna para opinar que estas categorías sean algo indiferente, fraguado por una filosofía presuntamente "alejada de la vida". Que el entendimiento COTIDIANO y la opinión   común no sepan nada ni tampoco necesiten saber nada acerca de estas categorías sólo atestigua lo ineludiblemente esencial que es lo que aquí está en discusión, dando por sentado que la cercanía a la esencia es sólo el privilegio, aunque también la fatalidad, de unos pocos. Que haya, por ejemplo, algo así como un motor Diesel tiene su fundamento decisivo, el fundamento que todo lo sustenta, en el hecho de que en alguna ocasión los filósofos hayan pensado expresa y profundamente las categorías de la "naturaleza" explotable por la técnica maquinista. 1980 Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La forma básica del interpelar COTIDIANO del ente es el enunciado, en términos aristotélicos, el logos   apophantikos, el decir que está en condiciones de dejar que el ente se muestre desde sí mismo. Siguiendo el hilo conductor de este logos, Aristóteles   enunció por vez primera las "categorías", las interpelaciones no formuladas en el enunciar pero que sustentan todo enunciar. Lo que le importaba no era un "sistema" de las categorías. Siguiendo el antecedente de Platón  , se encontró ante la muy distinguida tarea de mostrar ante todo que tales categorías pertenecen al ámbito de lo que la filosofía primaria y propiamente (en cuanto prote philosophia  ) tiene que pensar. El enunciado, enuntiatio, es comprendido luego como juicio. En los diferentes modos del juicio se hallan ocultas las diferentes interpelaciones, las diferentes categorías. Por ello Kant  , en su Crítica de la razón pura, enseña que la tabla de las categorías tiene que obtenerse siguiendo el hilo conductor de la tabla de los juicios. Lo que enuncia aquí Kant es — aunque ciertamente en una forma que entretanto se ha modificado — lo mismo que llevó a cabo por primera vez Aristóteles más de dos mil años antes. 1988 Heideggeriana: NiilismoEuropeu

No obstante, en la medida en que toda metafísica determina el ser como lo más universal, testimonia ya algo: que se pone sobre el fundamento de una distinción de ser y ente de índole peculiar. Así pues, aunque la metafísica afirme siempre que ser es el concepto más universal, y por ello el más vacío e incapaz de recibir una determinación ulterior, por otra parte, sin embargo, toda posición metafísica fundamental piensa el ser siguiendo una interpretación propia. Aunque al hacerlo, se supone con facilidad la opinión de que, puesto que el ser es lo más universal, también la interpretación del ser se da por sí sola y no precisa ninguna otra fundamentación. Con la interpretación del ser como lo más universal no se dice nada sobre el ser mismo sino sólo sobre el modo en el que la metafísica piensa sobre el concepto de ser. Que la metafísica piensa de modo tan extraordinariamente carente de pensamiento, es decir desde el horizonte y en el modo del opinar y generalizar COTIDIANO, lo testimonia con toda claridad la circunstancia de que, a pesar de que hace uso de la distinción de ser y ente en todas partes, toda meditación sobre ella le sea tan decididamente lejana. Pero a pesar de esto, la distinción aparece constantemente dentro de la metafísica, y lo hace en un rasgo esencial que domina la estructura de la metafísica en todas sus posiciones fundamentales. 2668 Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Cuando comparamos, por ejemplo, dos cosas coloreadas respecto de su coloración y decimos que son iguales, estamos constatando que la coloración es igual. Esta constatación nos proporciona un conocimiento de las cosas que son. En el ámbito de la toma de conocimiento y del cuidado COTIDIANO de las cosas es suficiente con esta constatación. No obstante, si más allá de la toma de conocimiento de que la coloración es igual, meditamos sobre todo lo que aún podría estar manifiesto en ese conocimiento, resulta algo notable, algo a lo que Platón condujo por primera vez siguiendo pasos ordenados. Decimos que la coloración — o, simplemente, estas cosas coloreadas — son iguales. Atendiendo a las dos cosas iguales, de momento — y en la mayoría de los casos, permanentemente — pasamos por alto la igualdad. No prestamos atención a que sólo podemos considerar esas dos cosas coloreadas como iguales, sólo podemos examinarlas respecto de si son iguales o diferentes, si ya "sabemos" lo que quiere decir igualdad. Si suponemos por un momento con total seriedad que la "igualdad", el ser igual, no nos fuera en absoluto "representado" (es decir "conocido"), entonces quizás podríamos seguir viendo verde, amarillo o rojo, pero jamás podríamos tomar conocimiento de colores iguales o diferentes. La igualdad, el ser igual, se nos debe manifestar previamente para que, a la luz de la igualdad, podamos percibir algo así como "entes iguales". 2675 Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Es notable, sin embargo, que al intentar elucidar el usual "es" en los versos de Goethe   titubeemos, dudemos, para finalmente abandonar por completo y repetir simplemente las palabras una vez más. "Sobre todas las cimas — es la paz." No intentamos elucidación alguna no porque sea demasiado complicado y difícil o simplemente irresoluble, sino porque el "es" está dicho aquí de manera tan simple, de manera aún más simple que cualquier "es" corriente, de esos que se nos inmiscuyen constantemente y sin pensarlo en el decir COTIDIANO. Pero esta simplicidad en el "es" de la poesía de Goethe está muy lejos de lo vacío y lo indeterminado que no se deja aprehender. En la poesía habla lo simple de una rara riqueza. Esta misma riqueza está testimoniada, aunque de otra manera y con una basta indicación, por la enumeración de las diferentes expresiones con las que hemos interpretado el "es" en respectos en cada caso diferentes. La uniformidad del "es" y el "ser" se muestra así como una grosera apariencia que se atiene sólo a la igualdad de la palabra pronunciada y escrita. Tampoco basta aquí con aseverar que el "es" forma parte de las palabras "polisémicas"; no se trata, en efecto, de una mera polisemia. Se muestra una riqueza en la decibilidad del ser, riqueza que es la que hace posible lo que en una perspectiva lógica y gramática podemos contabilizar como "polisemia". Lo que aquí está en discusión no son las palabras "es" y "ser" sino lo que ellas dicen, lo que en ellas llega a la palabra: el ser. Nos encontramos de nuevo en el mismo punto de la meditación: "ser", indeterminado y aplanado, y sin embargo comprensible, y sin embargo comprendido. Podríamos hacer la prueba de constatar por medio de una encuesta qué han pensado los oyentes ante cada "es" dicho; pero estas constataciones no harían más que confirmar que en el "es" el "ser" pasa como un eco fugaz y, no obstante, al mismo tiempo, desde algún lado nos toca y nos dice algo esencial, quizás lo más esencial. 2835 Heideggeriana: NiilismoEuropeu

6. El ente así caracterizado es tal que en su COTIDIANO y específico ser-en-el-mundo le va su ser. Del mismo modo que en todo hablar sobre el mundo va inherente un expresarse del ser-ahí acerca de sí mismo, así también toda actividad de procurarnos cosas es un cuidarse del ser del ser-ahí. En cierto modo yo mismo soy aquello con lo que trato, aquello de lo que me ocupo, aquello a lo que me ata mi profesión; y en eso está en juego mi existencia. Las ocupaciones del ser-ahí han puesto en cada caso el ser en el cuidado, cosa que el fondo conoce y comprende la interpretación dominante del ser-ahí . 3330 Heideggeriana: BZ  

7 — En el término medio del ser-ahí COTIDIANO no se da ninguna reflexión sobre el yo y la mismidad; y a pesar de esto el ser ahí se tiene a sí mismo. Se encuentra consigo mismo. Da consigo en aquello de lo que normalmente se ocupa. 3332 Heideggeriana: BZ

Sin embargo, nosotros conocemos al ser-ahí que ha de ser él mismo tiempo, como un ente que se comporta calculando, incluso midiéndolo con el reloj. El ser-ahí está ahí con el reloj, aunque tan sólo sea con el reloj más COTIDIANO, el del día y la noche. El ser-ahí calcula y pregunta por el "cuánto" del tiempo, de modo que nunca está en medio del tiempo en sentido propio. Preguntando así por el "cuándo" y el "cuanto", el ser-ahí pierde su tiempo. ¿Qué pasa con este preguntar, como un preguntar que pierde el tiempo? ¿Hacia dónde va el tiempo? Precisamente el ser-ahí que calcula el tiempo y vive con el reloj en la mano, este ser-ahí que calcula el tiempo, dice constantemente: "no tengo tiempo". Procediendo así, ¿no se delata a sí mismo en lo que hace con el tiempo, no se delata como el que es él mismo en el tiempo? ¡Perder el tiempo y encima procurarse un reloj para este propósito! ¿No irrumpe aquí lo inhóspito del ser-ahí? La pregunta por el "cuándo" del indeterminado haber sido y, en general, la pregunta por el "cuánto" del tiempo, equivale a la cuestión de lo que todavía me queda, de lo que todavía me queda presente. Traducir el tiempo al "cuánto" significa tomarlo como el ahora del presente. Preguntar por el "cuánto" del tiempo significa ser absorbido por el cuidado de algo presente. El ser-ahí huye ante el "cómo" y se agarra al respectivo "qué" presente. El ser-ahí consiste en aquello de lo que se ocupa; el ser-ahí es su presente. Todo lo que le sale al encuentro en el mundo, le sale al encuentro como parándose en el ahora; así le sale al encuentro el tiempo mismo, tiempo que el ser-ahí es en cada caso, aunque sea como presente. 3366 Heideggeriana: BZ

El ser-ahí , en cuanto el presente del procurarse, se mantiene en aquello de lo que se ocupa. Cansado de llenar el día, se harta del "qué". Pronto al ser-ahí se le hace largo el tiempo, a ese ser-ahí descrito como ser-presente, que nunca tiene tiempo. El tiempo se vuelve vacío porque de antemano el ser-ahí ha hecho largo el tiempo en la pregunta por el cuánto. En cambio, el constante volver en la anticipación al haber sido nunca provoca aburrimiento. El ser-ahí desearía que cosas constantemente nuevas le salieran al paso en su presente. A tenor de la cotidianidad el acontecer del mundo se produce en el tiempo, en el presente. El mundo COTIDIANO vive pendiente del reloj, es decir, el cuidado vuelve incesantemente sobre el ahora; dice: de ahora hasta entonces, hasta el siguiente ahora. 3372 Heideggeriana: BZ

6. El ente así caracterizado es un [ente] al cual le va su ser en su ser-en-el-mundo COTIDIANO y eventual. Tal como en todo hablar sobre el mundo reside un expresarse del Dasein   sobre sí mismo, así todo trato procurante es un procurar del ser del Dasein. Aquello con lo cual tengo trato, con lo cual me ocupo, a lo cual me encadena mi profesión, soy en cierta medida yo mismo, y en ello se juega mi Dasein. La cura por el Dasein ha puesto en cada caso el ser en la cura, tal como es conocido y comprendido en la interpretación dominante del Dasein. 3451 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

7. En la medianía del Dasein COTIDIANO no reside ninguna reflexión sobre el yo o el sí-mismo, y no obstante el Dasein se tiene a sí mismo. Se halla dispuesto consigo mismo. Se encuentra consigo en aquello con lo cual tiene trato comúnmente. 3453 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

Sin embargo, hemos conocido al Dasein, el mismo que ha de ser el tiempo, como uno que cuenta con el tiempo, e incluso midiéndolo con el reloj. El Dasein es ahí con el reloj, aunque sólo sea el más próximo y COTIDIANO del día y la noche. El Dasein cuenta e inquiere por el cuánto del tiempo, y por eso nunca está en propiedad cabe el tiempo. Preguntando así por el cuándo y el cuándo, pierde el Dasein su tiempo. ¿Qué pasa con este inquirir que pierde el tiempo? ¿Adónde se va el tiempo? Precisamente el Dasein que cuenta con el tiempo, que vive con el reloj en la mano, este Dasein que cuenta con el tiempo, dice constantemente: no tengo tiempo. ¿Acaso no se traiciona a sí mismo en lo que él hace con el tiempo, en la medida en que, al fin y al cabo, él mismo es el tiempo? ¡Perder el tiempo y proveerse para ello de un reloj! ¿Acaso no irrumpe aquí la inhospitalaria extrañeza del Dasein? La pregunta por el cuándo del haber-pasado indeterminado y, en general, por el cuánto del tiempo, es la pregunta por lo que todavía me queda, lo que me queda todavía como presente. Traer el tiempo al cuánto quiere decir tomarlo como el ahora del presente. Preguntar por el cuánto del tiempo significa absorberse en el procurar de un [algo, un] qué presente. El Dasein huye del Cómo y se cuelga del eventual qué presente. El Dasein es aquello que él procura; el Dasein es su presente. Todo lo que sale al encuentro en el mundo, le sale al encuentro [al Dasein] en cuanto que éste se mantiene en el ahora; así le sale al encuentro el tiempo mismo, que el Dasein es en cada caso, pero que es como presente. 3485 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

Pero que el tiempo sea definido así inmediata y regularmente (zunächst   und zumeist) estriba en el Dasein mismo. La eventualidad es constitutiva. El Dasein es mío en su propiedad sólo en cuanto posible. El Dasein es ahí, las más de las veces, en la cotidianidad, la cual, sin embargo, como aquella determinada temporalidad que huye ante la futuridad, sólo puede ser comprendida cuando se la confronta con el tiempo propio del ser-futuro del haber-pasado. Lo que dice el Dasein acerca del tiempo, lo pronuncia a partir de la cotidianidad. [Que] el Dasein [sea] en cuanto pendiente de su presente quiere decir que el pasado es el haber-pasado, [que] es irrecuperable. Este es el pasado del presente de lo COTIDIANO, que se entre-tiene en el presente de sus trajines. Por eso, el Dasein, en cuanto presente así determinado, no ve lo pasado. 3503 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

Ousia  , el título para el ente y su ser (quididad y hecho de ser, a una) es también un título óntico, y, por cierto, precisamente para aquello que en el Dasein COTIDIANO del hombre es siempre disponible: las cosas de uso, casa y huerto, riqueza, posesión, aquello que en el uso COTIDIANO está en todo momento a la mano, lo por lo pronto y las más de las veces siempre presenciante (Anwesende  ). La significación temporal   de ousia aparece en esta significación pre-filosófica todavía más nítidamente. Lo presente en este sentido no es solamente y no es tanto aei, sino que (está) presente (gegenwärtig) en todo ahora — pero el presente, aquí, como carácter tempóreo en el sentido de la presencia (Anwesenheit). Ousia es a menudo sólo una abreviatura de parousia, presencia. El para como título para el ser-presencial-junto-a (das Anwesendsein-bei  ), para el constante presente de algo en la más próxima cercanía, aparece en todos los problemas ontológicos capitales de Platón. 3597 Heideggeriana: TranscendenciaST  

El dejar ser a lo ente, que predispone un ánimo, penetra y precede a todo comportarse que se mantiene siempre abierto y se mueve en él. El comportarse del hombre está completamente predispuesto en su ánimo por el carácter abierto de lo ente en su totalidad. Pero esta "totalidad" aparece dentro del horizonte del cálculo y el afán COTIDIANO como lo incalculable e inaprehensible. Nunca se puede comprender a partir de eso ente que se manifiesta en cada caso, independientemente de si éste forma parte de la naturaleza o de la historia. Por mucho que la totalidad determine a todo permanentemente, siempre sigue siendo lo indeterminado e indeterminable, y por eso también suele coincidir casi siempre con lo que es más habitual y más impensado. Sin embargo eso que predispone el ánimo no es que sea nada, sino que es un encubrimiento de lo ente en su totalidad. El dejar ser oculta a lo ente en su totalidad en la misma medida en la que, en el comportarse singular, siempre le deja ser a lo ente respecto al que se comporta y de ese modo lo desoculta. El dejar ser es en sí mismo y al mismo tiempo un ocultar o encubrir. En la libertad ex-sistente del Dasein acontece el encubrimiento de lo ente en su totalidad, es el ocultamiento. 4160 Heideggeriana: EssenciaVerdade  

Sin embargo — aquello que es inútil puede, a pesar de todo, y con justa razón, ser una potencia [Macht  ]; lo que no sabe de resonancias inmediatas en lo COTIDIANO, puede hallarse parado en la más íntima armonía con el acontecer propio de la historia de un pueblo, incluso ser su tono preliminar [Vorklang]; lo que es intempestivo puede tener su propio tiempo. Es lo que pasa con la filosofía. Es lo que pasa con las otras dos potencias fundamentales, mediante las cuales se instaura la existencia histórica de un pueblo, con la poesía y el acto creador del estado. Poetizar, pensar y acto político, en este sentido esencial, no son fenómenos o acontecimientos de la tal llamada "cultura", que podamos calcular con el reloj y el calendario y seguir por los periódicos, sino los en sí pertinentes sucesos fundamentales de las épocas, de los pueblos y de sus horas cósmicas [Weltstunde]. 4483 Heideggeriana: FilosofiaAlema  

Una antigua doctrina dice: verdad es la concordancia del conocimiento y del enunciado con la cosa. La frase: "La moneda es redonda" es verdadera — porque concuerda con el modo como se comporta la cosa. Todo esto es tan obvio, que hasta nos avergüenza decir una palabra más sobre el asunto. Y, sin embargo, es en lo obvio, allí donde descansa continuamente el entendimiento COTIDIANO, donde la filosofía comienza primeramente su preguntar. Y si damos tan sólo unos pasos más con el pensar experimentaremos que, este concepto corriente de verdad está, en sí mismo, plagado de dificultades y es, por tanto, en el fondo, insuficiente, para permitirnos presentir algo de la esencia de la verdad. 4545 Heideggeriana: FilosofiaAlema

De allí que la esencia del lenguaje acontezca originariamente y pura sólo ahí donde el ser del ente sea nombrado, por primera vez, y sea fundado con su nombrar — en el decir de la gran poesía. Ella es lenguaje original de un pueblo. Pero — apenas queda dicha, se ha abandonado también la palabra ya el llano repetir y mero desdecir. La palabra ha decaído. El lenguaje se ha convertido en habladuría. Y con ella se ha adueñado de todo la no-esencia del lenguaje. El lenguaje se abre paso como lenguaje de trato. En una mirada exclusiva sobre éste, se consolida la idea   corriente de que el lenguaje es sólo un medio de entendimiento y nada más que eso. El decir habitual del discurso COTIDIANO se ha convertido en la regla. Con esto la poesía se torna entonces en la excepción de la regla, en tanto que, la poesía es, en verdad, en su originariedad, la ley del decir y lo restante no es nada más que consecuencia y caída. 4567 Heideggeriana: FilosofiaAlema

Puesto que somos históricos, efectivamente, es que nos perdemos, de pronto y de ordinario, en los datos y ajetreos del ser COTIDIANO y muy rara vez, pensamos a fondo y desde allí, esencialmente, la historia en su cometido y misión. 4589 Heideggeriana: FilosofiaAlema

El primer resultado fue que el reino de acción de la poesía es el lenguaje. Por lo tanto, la esencia de la poesía debe ser concebida por la esencia del lenguaje. Pero en segundo lugar se puso en claro que la poesía, el nombrar que instaura el ser y la esencia de las cosas, no es un decir caprichoso, sino aquel por el que se hace público todo cuanto después hablamos y tratamos en el lenguaje COTIDIANO. Por lo tanto, la poesía no toma el lenguaje como un material ya existente, sino que la poesía misma hace posible el lenguaje. La poesía es el lenguaje primitivo de un pueblo histórico. Al contrario, entonces es preciso entender la esencia del lenguaje por la esencia de la poesía. 4669 Heideggeriana: EssenciaPoesia  

Y, sin embargo, la poesía es "la más inocente de las ocupaciones". Hölderlin   escribe así en su carta no sólo para no lastimar a su madre, sino porque sabe que este inofensivo aspecto externo pertenece a la esencia de la poesía de igual modo que el valle a la montaña. Pero ¿cómo se elaboraría y conservaría esta obra peligrosa, si el poeta no estuviera "proyectado fuera" de lo COTIDIANO, y protegido por la apariencia de inocuidad de su ocupación? La poesía parece un juego y, sin embargo, no lo es. El juego reúne a los hombres, pero olvidándose cada uno de sí mismo. Al contrario, en la poesía los hombres se reúnen sobre la base de su existencia. Por ella llegan al reposo, no evidentemente al falso reposo de la inactividad y vacío del pensamiento, sino al reposo infinito en que están en actividad todas las energías y todas las relaciones (cf. la carta a su hermano, 14 de enero de 1799; 111, 368 s.). 4692 Heideggeriana: EssenciaPoesia

Las interpretaciones de la coseidad de la cosa reinantes a lo largo de todo el pensamiento occidental, que hace mucho que se dan por supuestas y se han introducido en nuestro uso COTIDIANO, se pueden resumir en tres. 4903 Heideggeriana: OOA1935  

Y efectivamente, estas consideraciones metafísicas, mientras se las mire sólo desde el horizonte visual de la ciencia y se las estime en relación con su modo de proceder, resultan indeterminadas e inaprehensibles. Esto no significa, sin embargo, que ese carácter de generalidad indeterminada pertenezca a la esencia de ese tipo de consideraciones, sino sólo significa lo siguiente: la meditación metafísica sobre la región de una ciencia — considerada dentro del horizonte visual de la ciencia correspondiente — aparece como algo indeterminado e infundado. Pero el horizonte visual de la ciencia del caso es no sólo demasiado estrecho sino simple y absolutamente insuficiente para aprehender su propia esencia. Pensar filosóficamente — suele pensar el investigador científico — quiere decir pensar sólo de modo más general e indeterminado de lo que él, el investigador exacto está acostumbrado a hacerlo. Olvida, o mejor dicho, no ha sabido nunca, no ha aprendido a saber ni ha querido saber, que con la exigencia de meditación metafísica se reclama un modo de pensar de un tipo diferente. El paso del pensar científico a la meditación metafísica es esencialmente más extraño y por lo tanto más difícil que el paso del pensar COTIDIANO precientífico al modo de pensar de una ciencia. Aquel paso es un salto. Éste es un continuo desplegar de la determinación previa de un modo de representación ya existente. 5938 Heideggeriana: VontadePoder  

La metafísica occidental, es decir la meditación sobre el ente en cuanto tal y en su totalidad, determina al ente de antemano y para toda su historia como lo que es aprehendible y delimitable según los respectos de la razón y el pensamiento. En la medida en que todo pensar ordinario se funda siempre en una figura de la metafísica, tanto el pensar COTIDIANO como el metafísico se basan en la "confianza" en esa relación, en que en el pensar de la razón y en sus categorías se muestre el ente en cuanto tal, es decir que lo verdadero y la verdad resulten aprehendidos y asegurados en la razón. La metafísica occidental se funda en esta preeminencia de la razón. En la medida en que la elucidación y determinación de la razón puede y tiene que llamarse "lógica", también puede decirse: la "metafísica" occidental es "lógica"; la esencia del ente en cuanto tal se decide en el horizonte visual del pensar. 5979 Heideggeriana: VontadePoder

Pero así como no debemos tomar su lenguaje biológico en un sentido biológico, así tampoco debemos tomar en Nietzsche su concepción de lo útil y la utilidad en ese sentido basto y COTIDIANO (pragmatista). Que algo sea útil sólo quiere decir aquí: forma parte de las condiciones de la "vida".Y para una determinación esencial de estas condiciones y del modo en que condicionan, así como de su carácter condicionante en general, todo depende de cómo se determine la esencia de la "vida". 5999 Heideggeriana: VontadePoder

Pretende Nietzsche con esto que cualquier "embuste" puede pasar por ser verdad con sólo tener la "fortuna" de asegurarse la necesaria "creencia" ? ¿Quiere por lo tanto destruir toda verdad y toda posibilidad de verdad? Y aunque esta sospecha no lo tocara en absoluto, ¿no está su concepción de la verdad llena de contradicciones y no es acaso — dicho directamente — un extravío? Hace un momento exigía Nietzsche como fundamento esencial de todo lo viviente: que haya verdad. Y ahora, con cinismo metafísico, declara: no se trata de que algo sea verdadero, es suficiente con que sea tenido por tal. Cómo puede combinarse una cosa con la otra? Tiene que haber verdad, pero lo verdadero de esa verdad no precisa ser "verdadero" . Si no hay que calificar de absurdo todo esto, por lo menos resulta difícil de comprender. Pero dónde está escrito que lo más esencial — de lo que quizás forme parte la esencia de la verdad — tenga que ser fácilmente comprensible? "Fácilmente comprensible", esto quiere decir: accesible sin esfuerzo para cualquier entendimiento COTIDIANO y para sus representaciones habituales. 6025 Heideggeriana: VontadePoder

La estructura esencial del conocimiento tiene ahora contornos firmes: el conocer es esquematizar, lo que ha de conocerse y lo cognoscible es caos, y lo cognoscente es la praxis   de la vida. Estas formulaciones contradicen, sin embargo, lo que encontrábamos hace un momento al dirigir inmediatamente la mirada a nuestro habitual representar COTIDIANO del "mundo". 6133 Heideggeriana: VontadePoder

¿Cómo llega Nietzsche a esta caracterización de la esencia del conocimiento? ¿Tanto él como otros pensadores anteriores acaso no han observado el mundo que les rodeaba inmediatamente, no han tomado en cuenta su propia experiencia cotidiana de este mundo? ¿Por honor y respeto de una opinión preconcebida del conocimiento han cerrado su mirada a la configuración esencial del conocer? ¿O efectivamente puede verse el conocer desde otro punto de vista, y se lo tiene que ver desde otro punto de vista de manera tal que en su campo visual lo cognoscible aparezca como caos y el conocer como la imposición de regularidades y formas? ¿Cuál es ese otro punto de vista desde el que se observa aquí la esencia del conocimiento? El propio Nietzsche parece señalar cuál es el punto de vista desde el que se determina su pensar cuando dice que nuestra "necesidad práctica" es determinante para el conocer. Pero precisamente si nos atenemos a nuestro hacer y omitir COTIDIANO, a nuestras prácticas y cálculos, o sea a la "praxis" y su "mundo", se muestra más aún que aquello respecto de lo cual nos comportamos al conocer, aquello con lo que tenemos trato al mirar en torno, aquello dentro de lo que nos movemos con sentidos abiertos y sano entendimiento, quizás nos inquiete o quizás nos tranquilice, pero en ningún caso es un caos sino un mundo estructurado, un entorno de objetos mutuamente coordinados y de cosas que se refieren recíprocamente, de las cuales una "da" la otra. 6135 Heideggeriana: VontadePoder

Cuanto más decididamente nos desprendemos de todas las teorías filosóficas sobre el ente y el conocimiento, de modo más penetrante se nos presenta el mundo en la forma que hemos descrito. ¿A qué posición se ha dislocado el pensar y el reflexionar sobre el conocer para llegar a enunciados tan sorprendentes como que el conocer sea el esquematizar un caos realizado de acuerdo con necesidades vitales prácticas? ¿O puede ser que esta caracterización de la esencia del conocimiento no sea en absoluto un disloque tal? ¿No tiene incluso de su parte la tradición del pensar metafísico, con lo que en la visión que tiene Nietzsche del conocimiento concuerdan todos los grandes pensadores? Si esta concepción del conocimiento coincide tan poco con nuestro comportamiento COTIDIANO y lo que él sabe de sí, esto no puede ya sorprendernos desde el momento en que sabemos que el pensar filosófico no debe medirse con la vara del sano entendimiento común. ¿De qué hablamos entonces cuando decimos que nuestro conocer COTIDIANO no se refiere a un caos sino a un ámbito estructurado, ordenado, de objetos y conexiones objetivas? ¿No hablamos acaso del mundo ya conocido? ¿No es la pregunta por la esencia del conocimiento precisamente la pregunta por cómo se llega a la representación de los objetos que nos rodean y de los que nos ocupamos al mirar en torno, o sea de los objetos ya conocidos y reconocidos así como de su círculo más amplio? ¿Cuando aseguramos que en la representación nos referimos a un mundo estructurado y ordenado, no delatamos con ello que ya ha tenido lugar, y necesariamente, un ordenamiento y una estructuración, o sea exactamente lo que de modo manifiesto proviene de una imposición de formas reguladoras, de un esquematizar? Esto implica: el conocer, en cuanto representar y traer-ante-nosotros un mundo es, en el fondo — si no nos quedamos en la superficie sino reflexionamos en profundidad —, el "esquematizar" un caos de acuerdo con necesidades prácticas. La interpretación que hace Nietzsche de la esencia del conocimiento no sería entonces algo extraño, aunque tampoco sería algo propio, con lo que no tendríamos el derecho ni la obligación de seguir tratando acerca de una doctrina específicamente nietzscheana del conocimiento y la verdad. 6137 Heideggeriana: VontadePoder

Habíamos partido de que en la base del enunciado inmediato acerca de un objeto COTIDIANO del tipo de la pizarra, está ya la pizarra como conocimiento. Para caracterizar el conocer fue necesario preguntar antes qué hay implícito en el conocimiento de lo que sale al encuentro y está previamente dado de este modo. Al hacerlo se volvió claro en qué medida lo que sale al encuentro — la multiplicidad de las sensaciones — puede comprenderse como caos. Al mismo tiempo, fue necesario mostrar la amplitud y el carácter esencial con los que Nietzsche comprende el concepto de caos. Lo que ha de conocerse y es cognoscible es caos, pero éste nos sale al encuentro de modo corporal, es decir en estados corporales e integrado y referido a ellos; el caos no sale al encuentro sólo en los estados corporales, sino que ya al vivir nuestro cuerpo vive corporalmente como una ola en la corriente del caos. 6187 Heideggeriana: VontadePoder

Al hablar de la esencia inventiva [dichtend] de la razón no se alude, por cierto, a una esencia poética [dichterisch]. Así como no todo pensar es pensante, tampoco todo inventar e imaginar es ya poético. No obstante, la esencia inventiva de la razón remite a todo conocer humano, es decir racional, a un origen más elevado; "más elevado" quiere decir: que se halla esencialmente más allá del recoger y copiar corriente y COTIDIANO. Lo que se percibe en la razón, el ente en cuanto ente, no se deja tomar en posesión directamente por medio de un simple encontrar. Pensado platónicamente, el ente es lo que presencia, la "idea". Cuando, por ejemplo, Platón narra en su diálogo Fedro el mito del descenso de las "ideas" desde un lugar ultraceleste, hyperouranios topos  , al alma del hombre que se encuentra aquí abajo, este mito, pensado metafísicamente, no es otra cosa que la interpretación griega de la esencia inventiva de la razón, es decir, de su origen más elevado. 6274 Heideggeriana: VontadePoder

¿Pero qué hay allí de ambiguo? A lo sumo podríamos decir: la determinación unívoca de la verdad como una especie de error va en contra del pensar COTIDIANO corriente, que discurre siempre por una sola vía; es, dicho en griego, un paradoxon. La siempre repetida interpretación de la verdad como error, como ilusión, como mentira, como apariencia, resulta más que unívoca. Sólo puede hablarse de ambigüedad cuando una y la misma cosa se piensa con un significado doble y diferente. Una ambigüedad esencial — que no se basa por lo tanto en una mera negligencia del pensar y el decir — existe sólo cuando es inevitable el doble significado de lo mismo. 6477 Heideggeriana: VontadePoder

La justicia como "modo de pensar"; y no como "un" modo entre otros. Nietzsche quiere destacar que la justicia — tal como él la entiende — tiene el carácter fundamental del pensar. Pero éste se ha determinado para nosotros de manera más precisa como inventar y ordenar. Es tal cuando no se trata del pensar COTIDIANO y ejercido directamente, del pensar en el sentido del calcular, que sólo se mueve dentro de un horizonte fijo, sin verlo, pero yendo sin embargo de aquí para allá en el interior de sus fronteras. El pensar es inventivo y ordenante cuando se trata de ese pensar en el que se fija de antemano y en general un horizonte cuya existencia proporciona una condición para la vitalidad de lo viviente. De este pensar se trata aquí, cuando Nietzsche comprende la justicia como modo de pensar; en efecto, dice expresamente: la justicia es el modo de pensar "a partir de las estimaciones de valor". 6593 Heideggeriana: VontadePoder

De acuerdo con las múltiples elucidaciones que se han venido haciendo, estimación de valor quiere decir: poner condiciones de la vida. Por "valores" no se entienden aquí circunstancias arbitrarias, algo que se valora una vez de un modo y otra vez de otro según la ocasión y los diferentes puntos de vista. "Valor" es el nombre que designa las condiciones esenciales de lo viviente. "Valor" equivale aquí a esencia en el sentido de posibilitación, de possibilitas. Las "estimaciones de valor" no significan, por lo tanto, las valoraciones llevadas a cabo en el dominio del cálculo COTIDIANO de las cosas y del entenderse entre los hombres, sino aquellas decisiones que se toman en el fondo de lo viviente — aquí del hombre — sobre la esencia del hombre mismo y de todo ente no humano. 6595 Heideggeriana: VontadePoder

Si la justicia es el "supremo representante de la vida misma, si en la vida humana se revela propiamente la voluntad de poder, ¿ no se convierte la extensión de la justicia a poder fundamental del ente en general y la interpretación continua del ente en su totalidad como voluntad de poder en una humanización de todo ente? ¿No se piensa el mundo según la imagen del hombre? ¿No es un pensar tal puro antropomorfismo? Ciertamente, es el antropomorfismo del "gran estilo", que se interesa por pocas cosas y de larga duración. Tampoco debemos creer que esta humanización se le tenga que presentar ahora a Nietzsche como una objeción. Él tenía conciencia del antropomorfismo de su metafísica. Tenía conciencia de él no sólo como de un modo de pensar en el que hubiera caído accidentalmente y del que no encontrara salida. Nietzsche quiere esta humanización de todo el ente y sólo la quiere a ella. Esto resulta claro en una breve nota del año 1884: ""Humanizar" el mundo, es decir, sentirnos en él cada vez más como señores" (La voluntad de poder, n. 614). Esta humanización no se realiza, sin embargo, a imagen de un hombre cualquier, COTIDIANO y normal, sino sobre la base de una interpretación del ser-hombre que, fundado en la "justicia", es en el fondo de su esencia voluntad de poder. 6685 Heideggeriana: VontadePoder

Las cosas mencionadas en la "alegoría", y visibles en lo interior de la caverna son, en cambio, la imagen para aquello en que propiamente consiste lo entitativo del ente, siendo esto, según Platón, aquello por lo que el ente se muestra en su "aspecto", el cual no es tomado por Platón como mero "aspecto" o apariencia. El "aspecto" tiene para él algo todavía de un salir fuera, mediante el cual toda cosa se "presenta". Es presentándose en su "aspecto" que el ente mismo se muestra. Este "aspecto" es el equivalente griego de eídos o idéa. Las cosas que yacen, a la luz del día, fuera de la caverna, donde la libre perspectiva se extiende a todo, ilustran, en la "alegoría", las "ideas". Según Platón, si el hombre no tuviese éstas, es decir, aquel respectivo "aspecto" de cosas, seres vivos, hombres, números y dioses a la vista, jamás podría apercibir esto y aquello, como una casa, como un árbol, como un dios. Cree habitualmente el hombre que ve directamente esta casa y aquel árbol, y, de este modo, a todo ente. Ante todo y, en general, no sospecha el hombre que todo lo que con soltura vale para él como lo "real", sólo lo ve siempre a la luz de las "ideas". Mas aquello sólo presuntiva y propiamente real, lo inmediatamente visible, audible, aprehensible, calculable, es siempre, según Platón, la silueta de las ideas y. en consecuencia, una sombra. Esto más próximo y, sin embargo, semejante a sombra. tiene al hombre cotidianamente en cautiverio. El vive en una prisión y deja tras de sí a todas las "ideas". Y en virtud de que no reconoce en modo alguno a este cautiverio como tal. tiene a este recinto COTIDIANO bajo la bóveda del cielo por el teatro   de la experiencia y de la apreciación que exclusivamente imparten la medida a todas las cosas y relaciones, y la regla para su organización y fijación. 8247 Heideggeriana: PDT  

Las correspondencias alegóricas, ahora sólo enumeradas, entre las sombras y lo real, empírico y COTIDIANO, entre el resplandor del fuego cavernario y la claridad en la que está lo "real" habitual y más próximo, entre las cosas exteriores a la caverna y las ideas, entre el sol y la idea suprema, no agotan el contenido de la "alegoría". Sí, lo peculiar aun no ha sido aprehendido del todo, pues la "alegoría" narra procesos e informa no sólo sobre las moradas y situación del hombre dentro y fuera de la caverna, ya que estos procesos narrados son tránsitos de la caverna a la luz diurna y nuevamente de vuelta de ésta a la caverna. 8251 Heideggeriana: PDT

La conservación del grado de poder alcanzado por la voluntad en cada ocasión consiste en que la voluntad se rodea de un círculo al que puede recurrir en todo momento y con toda confianza para afianzar su seguridad. Este círculo delimita las existencias de presencia (de ousia, según el significado COTIDIANO de la palabra entre los griegos) disponibles inmediatamente para la voluntad. Estas existencias sin embargo sólo se convierten en algo permanente y estable esto es en algo que está siempre a disposición, cuando se las establece por medio de un poner. Este poner tiene la naturaleza de un producir que pone algo delante, que representa Lo que se torna estable de esta manera es lo que permanece. Nietzsche llama a eso estable, fiel a la esencia del ser que reina en la historia de la metafísica (ser = presencia constante), "lo ente". Mostrándose fiel al lenguaje del pensar metafísico una vez más, a menudo nombra a eso estable "el ser". Desde el inicio del pensamiento occidental, lo ente pasa por ser lo verdadero y la verdad, aunque el sentido de ‘ente’ y ‘verdadero’ se han transformado en múltiples ocasiones. A pesar de todas las inversiones y transvaloraciones que lleva a cabo, Nietzsche no se sale una vía nunca rota de las tradiciones metafísicas cuando llama simplemente ser, ente o verdad a eso que se ha fijado dentro de la voluntad de poder a fin de asegurar su conservación. De acuerdo con esto, la verdad es una condición dispuesta en la esencia de la voluntad de poder, concretamente la de la conservación de poder. La verdad es, en cuanto tal condición, un valor. Pero como la voluntad sólo puede querer si dispone de algo estable, la verdad es el valor necesario para la voluntad de poder que parte de la esencia de dicha voluntad de poder. El nombre verdad no significa ahora ni el desocultamíento de lo ente, ni la coincidencia de un conocimiento con su objeto, ni la certeza que se ocupa de disponer y asegurar lo representado. Verdad es ahora — concretamente teniendo presente un origen esencial histórico a partir de los modos citados de su esencia —, el estable aseguramiento de las existencias del círculo a partir del que la voluntad de poder se quiere a sí misma. 8873 Heideggeriana: NietzscheDeus  

Pero si decimos simultáneamente "sí" y "no" a los objetos técnicos, ¿no se convertirá nuestra relación con el mundo técnico en equívoca e insegura? Todo lo contrario. Nuestra relación con el mundo técnico se hace maravillosamente simple y apacible. Dejamos entrar a los objetos técnicos en nuestro mundo COTIDIANO y, al mismo tiempo, los mantenemos fuera, o sea, los dejamos descansar en sí mismos como cosas que no son algo absoluto, sino que dependen ellas mismas de algo superior. Quisiera denominar esta actitud que dice simultáneamente "sí" y "no" al mundo técnico con una antigua palabra: la Serenidad (Gelassenheit  ) para con las cosas. 11459 Heideggeriana: Serenidade1955  

Pero a consecuencia de la precipitación y de la vulgaridad inherentes al uso COTIDIANO del habla y de la escritura, hoy predomina otra relación con el lenguaje, más y más decisiva. Pensamos por eso que el lenguaje mismo, como todas las cosas con las que estamos cotidianamente en relación, no es más que un instrumento: el instrumento de la comunicación y de la información. 11885 Heideggeriana: HebelAmigo  

Por lo demás, lo que queda por hacer es indicar caminos que conduzcan ante la posibilidad de hacer una experiencia con el habla. Tales caminos existen desde hace tiempo. Pero se utilizan pocas veces de modo que a la posible experiencia con el habla se le dé voz para manifestarse en el habla. En las experiencias que hagamos con el habla, el habla misma se lleva al habla. Se podría pensar que esto sucede constantemente, en cualquier hablar. Así y todo, cualquiera que sea el momento y modo como hablamos el habla — el habla misma no llega precisamente nunca al habla. Un gran número de cosas llegan al habla cuando se habla, sobre todo aquello de lo que se está hablando: un hecho, un suceso, una cuestión, algo que nos concierne. Únicamente porque en el hablar COTIDIANO el habla misma no llega propiamente al habla sino que se retiene, estamos precisamente capacitados para hablar un habla: para tratar de algo y a propósito de algo en el hablar, para entrar en el diálogo, para permanecer en el diálogo. 11932 Heideggeriana: EssenciaLinguagem  

El concepto "natural" de verdad, ni siquiera en la filosofía de los griegos, se refiere al no-ocultamiento. Se apunta con frecuencia y con toda razón que, ya en Homero  , la palabra alethes   se usa siempre para los verba dicendi, los enunciados, y, por consiguiente, en el sentido de exactitud y fiabilidad, y no en el de no-ocultamiento. Pero esta indicación significa, tan sólo, que ni el poeta ni el uso COTIDIANO del lenguaje, ni aun la Filosofía, se ven ante la tarea de preguntar cómo la verdad, es decir, la exactitud del enunciado, se ofrece sólo en el elemento de la Lichtung   de la presencia. 13533 Heideggeriana: ENDPHILO  

Se aclara así la frase final de la conferencia que plantea la cuestión de fondo de la metafísica: ¿por qué hay entes y no más bien nada? Esta frase no es otra que la pregunta de Leibniz  . Pero la respuesta leibniziana es teológica. Se limita a remitir al ente supremo, creador del mejor de los mundos posibles. La pregunta de Heidegger, al contrario, no busca llegar a la causa primera sino que intenta retroceder del olvido del ser. Ella significa: ¿de dónde viene que ustedes se ocupen tanto del ente y tan poco del ser? ¿Por qué el ente llega al primer plano en el pensamiento del hombre? ¿De dónde viene la desaparición, la nada anonadante? En otros términos: ¿qué es lo que dirige la dominación del Verfall an das Seiende   (el declinar en el ente)? Verfall (el declinar, la pendiente, la "posibilidad") no debe ser entendido ónticamente como caída, sino ontológicamente como determinación esencial del Dasein COTIDIANO. Ontológicamente entendido, el Verfallen   es la naturalidad misma del Dasein, en cuanto éste no puede ocuparse de las cosas más que no ocupándose del ser. Pero ocuparse del ente sólo es posible y comprensible por la caída a partir del ser. Si es necesario que el ser, en la vida humana, permanezca atemático; si, en otros términos, el objetivo de Ser y Tiempo   no es el de conducir el Dasein COTIDIANO a una tematización del ser que no constituye su esencia, no es menos verdadero que la "vida humana" no sería posible en cuanto tal sin el previo y no consciente esclarecimiento del ser. 14281 Heideggeriana: SeminarioThor1969