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Martin Heidegger – Obra (em espanhol)

GA (espanhol) – aletheia

Algumas referências ao termo grego "aletheia"

terça-feira 19 de setembro de 2023, por Cardoso de Castro

Igualmente por ello observaría Husserl  , magnánimo, pero en el fondo reprobando el asunto, cómo yo, además de mis cursos y clases prácticas, estudiaba semanalmente en grupos de seminario y con alumnos más avanzados las Investigaciones lógicas. La preparación de ese seminario resultaría fructífera sobre todo para mí. Allí es donde me percataría — llevado primero más por un presentimiento que por una inteligencia fundada de la cosa — de lo único esencial, a saber, que lo ejecutado en relación con la fenomenología de los actos de conciencia como el darse a ver los fenómenos a sí mismos es lo que viene pensado por Aristóteles   y en todo el pensamiento y la existencia griegos como ALETHEIA, como el desocultamiento de aquello que hace acto de presencia, como su “desalbergarse”, su mostrar-se. Lo que las investigaciones fenomenológicas habían encontrado de manera nueva como sustentación del pensar se probaba como el rasgo fundamental del pensamiento griego, si es que no de la filosofía en cuanto tal. Heideggeriana  : CaminoFenomenologia

Un renovado estudio de los tratados aristotélicos (en especial, del noveno libro de la Metafísica y del sexto libro de la Ética Nicomaquea) entregó la visión del aletheuein como desocultar (entbergen) y la caracterización de la verdad como desocultamiento Unverborgenheit), a que todo mostrarse del ente pertenece. [NT: Los estudios aristotélicos a que se refiere Heidegger, y que están acreditados por su propia enseñanza en Freiburg y Marburg, se extienden desde 1921 a 1924. La comprensión de ALETHEIA como desocultamiento se configura por primera vez a fines de 1922, en la traducción de textos de la Etica Nicomaquea.] Cierto es que se piensa demasiado poco o incluso nada, cuando se contenta uno con la constatación: Heidegger concibe la verdad como desocultamiento. Como si con la ALETHEIA no compareciese recién de modo liminar y aproximado lo propiamente digno de pensar. Tampoco ayuda al asunto proponer, en vez de “desocultamiento”, la traducción “desolvido” (Unvergessenheit). Pues el “olvido” tiene que ser pensado a la griega, como retirada (Entzug) en el ocultamiento. De modo correspondiente, el fenómeno contrario del olvidar, el recordar, tiene que ser interpretado a la griega: como procuración, como solicitación de lo desoculto. La anamnesis de las ideas de Platón   quiere decir: el volver-a-tener-visión, el desocultar, a saber, el ente en su aspecto. Heideggeriana  : CartaPrologo  

Con la percepción de la ALETHEIA como desocultamiento llegó a reconocerse el rasgo fundamental de la ousia, del ser del ente: la presencia (Anwesenheit). [NT: La fijación de este “rasgo” parece haberse producido en 1924, en relación con los análisis de la Etica Nicomaquea. El plexo de relaciones entre Anwesenheit, Gegenwart y Präsenz es explorado por Heidegger entre 1924 y 1926, y debía ser sistemáticamente expuesto en la Tercera Sección de Ser y Tiempo  , que fue abortada. Véase, a propósito de esto, el curso “Problemas fundamentales de la fenomenología” (Gesamtausgabe, vol. 24).] Pero la traducción literal, es decir, la que el pensar extrae de la cosa, habla recién cuando lo contenido en la cosa, aquí la presencia como tal, es traído ante el pensar. La pregunta inquietante y siempre vigil por el ser como presencia (presente [Gegen-wart]) se desplegó en la pregunta por el ser en vista de su carácter tempóreo (Zeitcharakter). Pronto mostrose que el concepto tradicional del tiempo no basta en ningún respecto, aunque sólo fuese para plantear, en recta conformidad con la cosa, la pregunta por el carácter tempóreo de la presencia, para no decir nada de responderla. El tiempo se volvió problemático del mismo modo que el ser. La temporalidad extático-horizontal caracterizada en Ser y Tiempo   no es de ningún modo ya aquello propísimo (Eigenste) del tiempo, buscado en correspondencia con la pregunta del ser. Heideggeriana  : CartaPrologo  

Con la provisoria clarificación de ALETHEIA y ousia se esclarecieron en lo sucesivo el sentido y la envergadura del principio de la fenomenología: “a las cosas mismas”. Pero al paso de la ejercitación, ya no sólo literaria, sino práctica también, en la fenomenología, permaneció en la mira la pregunta por el ser suscitada por el escrito de Brentano   [NT: En la docencia de Heidegger, la fenomenología hace su aparición temática en el semestre de verano de 1919; las “ejercitaciones prácticas” en sentido propio cubren un vasto periodo, desde 1919-20 hasta 1928-29, en que se lleva a cabo el último par de seminarios con el nombre expreso de “Ejercicios fenomenológicos”.]. Surgió así la duda de si la “cosa misma” habría de ser determinada como la conciencia trascendental, o aun como el yo trascendental. Si, en cambio, la fenomenología, como el dejar-mostrarse (de) la cosa misma, debe determinar el método normativo de la filosofía, y si la pregunta-guía de la filosofía se mantuvo, desde antiguo y en las más diversas formas, como pregunta por el ser del ente, tenía, entonces, que permanecer el ser como la primera y última cosa misma del pensar. Heideggeriana  : CartaPrologo  

Pero la pregunta por el ser mismo [En la expresión “ser mismo” hay que pensar siempre, de antemano y conjuntamente, la diferencia ontológica. El error corriente: la pregunta por el “ser mismo” sólo potencia la pregunta por el ser del ente y se vuelve así una metafísica, elevada a la potencia. Por el contrario: “ser mismo” oculta en sí la impensada diferencia ontológica. La impensada ALETHEIA en cuanto tal.Cfr. Parménides.] tampoco puede despertar en el pensamiento de Nietzsche   porque éste ya ha dado la respuesta a la pregunta por el ser (en el único sentido conocido de ser del ente). “Ser” es un valor. “Ser” quiere decir: el ente en cuanto tal, es decir lo consistente. Heideggeriana  : NiilismoSer  

La traducción entiende de modo consistente los semeia, (lo que muestra). los symbola (lo que mantiene mutuamente junto) y los omoiomata, (lo que iguala), desde el mostrar, en el sentido del dejar aparecer, el cual, a su vez. reside en el reino de la desocultación (ALETHEIA). La traducción, sin embargo, no tiene en cuenta la diversidad de los modos del mostrar que distingue el texto. Heideggeriana  : CaminhoLinguagem  

¿Podemos sorprendernos de que Sócrates  , ante esta sabiduría de Protágoras  , dijera de él (Platón  , Teeteto, 152 b): “es de suponer que, siendo (Protágoras  ) un hombre sabio, no habla (en su sentencia acerca del hombre como metron panton chrematon) simplemente por hablar”? El modo en el que Protágoras   determina la relación del hombre respecto del ente no hace más que recalcar la limitación del desocultamiento del ente al respectivo entorno de la experiencia que se hace del mundo. Esta limitación presupone que impera el desocultamiento del ente, más aún, que ese desocultamiento ya ha sido experimentado como tal y elevado al saber como carácter fundamental del ente mismo. Esto ocurrió en las posiciones metafísicas fundamentales de los pensadores del inicio de la filosofía occidental: en Anaximandro  , Heráclito   y Parménides. La sofistica, dentro de la que se cuenta a Protágoras   como su principal pensador, sólo es posible sobre la base y como un derivado de la sophia, es decir de la interpretación griega del ser como presencia y de la determinación griega de la esencia de la verdad como ALETHEIA (desocultamiento). El hombre es en cada caso la medida de la presencia y el desocultamiento mediante la mesura y la limitación que se atiene a lo abierto más próximo, sin negar lo cerrado más lejano ni arrogarse una decisión sobre su presencia y ausencia. Aquí no hay en ningún lado la menor huella de que se piense que el ente en cuanto tal tenga que regirse por el yo basado sobre sí mismo como sujeto, de que este sujeto sea el juez de todo ente y de su ser, y de que, gracias a esa función judicial, decida desde la certeza incondicionada sobre la objetividad de los objetos. Aquí, por último, tampoco hay huella de ese proceder de Descartes   que intenta incluso demostrar como incondicionalmente cierta la esencia y la existencia de Dios. Si pensamos en los cuatro “momentos” que determinan la esencia de la metafísica puede decirse ahora lo siguiente respecto de la sentencia de Protágoras  : 1) El “yo” se determina para Protágoras   por la pertenencia, en cada caso limitada, a lo desoculto del ente. El ser sí mismo del hombre se funda en la fiabilidad del ente desoculto y de su entorno. 2) El ser tiene el carácter esencial de la presencia. 3) La verdad es experimentada como desocultamiento. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu  

El a priori no es una cualidad del ser sino que es él mismo: lo precedente en su esencia, en la medida en que ésta tiene que comprenderse en dirección a la ALETHEIA que le pertenece, y siempre y cuando tal esencia deba ser pensada desde sí misma. Pero ya en el comienzo, en Parménides y Heráclito  , la ALETHEIA es pensada desde el noein. Así se traslada el a priori a una distinción entre un antes y un después en el conocer, es decir, en el percibir. Asimismo, el ser es experimentado de cierto modo necesariamente como lo más ente, el ser es el ontos on, mientras que el “ente” se convierte en me on. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu  

Ahora bien, la expresión aquí utilizada y necesaria, “dejar ser a lo ente”, no piensa en el desinterés o la indiferencia, sino en todo lo contrario. Dejar ser es el meterse en lo ente. Naturalmente, esto tampoco se entiende como mera puesta en marcha, protección, cuidado y planificación de lo ente que sale al encuentro o que se busca. Dejar ser — esto es, dejar ser a lo ente como eso ente que es — significa meterse en lo abierto y en su apertura, una apertura dentro de la cual se encuentra todo ente al punto de llevarla como quien dice consigo. Este ámbito abierto fue concebido en sus inicios por el pensar occidental como ALETHEIA, lo no oculto. Si traducimos ALETHEIA con el término “desocultamiento” en lugar de con “verdad”, dicha traducción no sólo será “más literal”, sino que contendrá también la indicación de volver a pensar o pensar de otro modo el concepto habitual de verdad, en el sentido de la conformidad del enunciado, dentro de ese ámbito aún no comprendido del desocultamiento y desencubrimiento de lo ente. Meterse en el desocultamiento de lo ente no es perderse en él, sino que es un retroceder ante lo ente a fin de que éste se manifieste en lo que es y tal como es, a fin de que la adecuación representadora extraiga de él su norma. En cuanto un dejar ser semejante, se expone a lo ente como tal trasladando a lo abierto todo comportarse. El dejar ser, es decir, la libertad, es en sí misma ex-ponente, ex-sistente. La esencia de la libertad, vista desde la esencia de la verdad, se revela como un exponerse en el desocultamiento de lo ente. Heideggeriana  : EssenciaVerdade  

El encubrimiento le impide a la ALETHEIA, desencubrir y tampoco le permite ser todavía steresis (privación), sino que preserva lo que le resulta más propio en cuanto propiedad. Así pues, y pensado desde la perspectiva de la verdad como desocultamiento, el encubrimiento es el no-desocultamiento y por ende la no-verdad más auténtica y propia de la esencia de la verdad. El encubrimiento de lo ente en su totalidad no se presenta sólo a posteriori como consecuencia del fragmentario conocimiento de lo ente. El encubrimiento de lo ente en su totalidad, la auténtica no-verdad, es más antiguo que todo carácter abierto de este o aquel ente. También es más antiguo que el propio dejar ser, el cual, desencubriendo, ya mantiene oculto y se comporta ateniéndose al encubrimiento. ¿Qué preserva el dejar ser en esta relación con el encubrimiento? Nada menos que el encubrimiento de lo que está oculto en su totalidad, de lo ente como tal, es decir, del misterio. No se trata de un misterio aislado sobre esto o aquello, sino sólo de una única cosa: que, en general, el misterio (el encubrimiento de lo oculto) penetra y domina como tal todo el ser-aquí del hombre. Heideggeriana  : EssenciaVerdade  

9. Nota: La pregunta por la esencia de la verdad surge de la pregunta por la verdad de la esencia. La pregunta por la esencia de la verdad entiende ante todo la esencia en el sentido de la pregunta por el qué-es (quidditas) o la coseidad (realitas), pero entiende la verdad como un carácter del conocimiento. La pregunta por la verdad de la esencia entiende la esencia verbalmente y, quedándose todavía dentro del representar metafísico, piensa con esta palabra el ser en cuanto esa diferencia que reina entre ser y ente. Verdad significa un cubrir que aclara y que es el rasgo fundamental del ser. La pregunta por la esencia de la verdad encuentra su respuesta en la frase que dice: la esencia de la verdad es la verdad de la esencia. Después de nuestras explicaciones es fácil observar que la frase no se limita a invertir un determinado orden de las palabras para despertar la impresión de una paradoja. El sujeto de la frase, si es que está permitido usar todavía esta fatídica categoría gramatical, es la verdad de la esencia. El cubrir que aclara es o, mejor dicho, deja que se presente la coincidencia entre conocimiento y ente. La frase no es dialéctica. En realidad no se trata de ninguna frase en el sentido de un enunciado. La respuesta a la pregunta por la esencia de la verdad es el decir de un giro dentro de la historia del ser. Y como al ser le es inherente un cubrir que aclara, el ser se manifiesta inicialmente a la luz de la sustracción encubridora. El nombre de este claro es ALETHEIA. Heideggeriana  : EssenciaVerdade  

¿Qué ocurre aquí? ¿Qué obra dentro de la obra? El cuadro de Van Gogh es la apertura por la que atisba lo que es de verdad el utensilio, el par de botas de labranza. Este ente sale a la luz en el desocultamiento de su ser. El desocultamiento de lo ente fue llamado por los griegos ALETHEIA. Nosotros decimos “verdad” sin pensar suficientemente lo que significa esta palabra. Cuando en la obra se produce una apertura de lo ente que permite atisbar lo que es y cómo es, es que está obrando en ella la verdad. Heideggeriana  : ObraArte

¿Qué significa ‘de verdad’? La verdad es la esencia de lo verdadero. ¿En qué pensamos aquí cuando decimos esencia? Normalmente entendemos por esencia eso común en lo que coincide todo lo verdadero. La esencia se presenta en un concepto de género y generalidad que representa ese uno que vale igualmente para muchos. Pero esta esencia de igual valor (la esencialidad en el sentido de essentia) sólo es la esencia inesencial. ¿En qué consiste la esencia esencial de algo? Probablemente reside en lo que lo ente es de verdad. La verdadera esencia de una cosa se determina a partir de su verdadero ser, a partir de la verdad del correspondiente ente. Lo que ocurre es que ahora no estamos buscando la verdad de la esencia, sino la esencia de la verdad. Nos encontramos ante un curioso enredo. ¿Se trata sólo de un asunto curioso, tal vez incluso sólamente de la vacía sutileza de un juego de conceptos, o se trata por el contrario de un abismo? Verdad significa esencia de lo verdadero. Pensamos la verdad recordando la palabra que usaban los griegos. ALETHEIA significa el desocultamiento de lo ente. Pero ¿es esto una definición de la esencia de la verdad? ¿No estaremos haciendo pasar una mera transformación en el uso de la palabra — desocultamiento en lugar de verdad — por una caracterización del asunto? En efecto, no deja de ser un simple intercambio de nombres mientras no nos enteremos de qué es lo que ha ocurrido para que haya sido necesario decir la esencia de la verdad con la palabra desocultamiento. Heideggeriana  : ObraArte

¿Es necesario para ello una renovación de la filosofía griega? En absoluto. Suponiendo que fuera posible semejante imposibilidad, una renovación no nos serviría de nada, porque la historia oculta de la filosofía griega consiste desde sus inicios en que no permanece conforme a la esencia de la verdad ilustrada mediante la palabra ALETHEIA y por lo tanto su saber y decir sobre la esencia de la verdad tiene que trasladarse cada vez en mayor medida a la explicación de una esencia, derivada, de la verdad. La esencia de la verdad como ALETHEIA permanece impensada tanto en el pensamiento griego como, sobre todo, en la filosofía posterior. Para el pensar, el desocultamiento es lo más oculto de la existencia griega, pero al mismo tiempo es lo que desde muy temprano determina toda la presencia de lo presente. Heideggeriana  : ObraArte

La palabra techne nombra más bien un modo de saber. Saber significa haber visto, en el sentido más amplio de ver, que quiere decir captar lo presente como tal. Según el pensamiento griego, la esencia del saber reside en la ALETHEIA, es decir, en el desencubrimiento de lo ente. Ella es la que sostiene y guía toda relación con lo ente. Así pues, como saber experimentado de los griegos, la techne es una manera de traer delante lo ente, en la medida en que saca a lo presente como tal fuera del ocultamiento y lo conduce dentro del desocultamiento de su aspecto; techne nunca significa la actividad de un hacer. Heideggeriana  : ObraArte

Desde entonces, cada pensador occidental ha tenido que volver a pensar esta sentencia, cada uno la ha pensado a su modo de manera única y ninguno agotará su profundidad. Pero si queremos que la sentencia conserve su profundidad tenemos siempre que volver a tratar de pensarla en griego, en lugar de desfigurarla con pensamientos modernos. Si se la traduce de un modo aparentemente literal: “Pues es lo mismo representar y ser”, se tiene la tentación de extraer como contenido de la sentencia la superficial concepción de Schopenhauer  : el mundo es meramente nuestra representación, no “es” nada en y por sí. Pero a diferencia de esa interpretación subjetiva, la sentencia tampoco significa simplemente lo contrario: que el pensar es también algo ente y pertenece al ser. La sentencia significa lo ya dicho: sólo hay ente donde hay percibir, y sólo percibir donde hay ente. La sentencia alude a un tercero, o a un primero, que sostiene la copertenencia de ambos: la ALETHEIA. Heideggeriana  : VontadePoder  

El pensamiento nietzscheano de la “justicia”, en cuanto comprensión de la verdad llevada al extremo, es la necesidad última de la más interna consecuencia de que la ALETHEIA haya tenido que permanecer impensada en su esencia y la verdad del ser, incuestionada. El pensamiento de la “justicia” es el acontecimiento [Geschehnis] del abandono del ente por parte del ser dentro del pensar del ente mismo. Heideggeriana  : VontadePoder  

El pensamiento del eterno retorno no es heraclíteo en el sentido habitual de la historiografía filosófica aunque piensa, entretanto ya de manera no griega, la esencia de la entidad entonces proyectada (la consistencia del presenciar), la piensa en su acabamiento, envuelto sobre sí y sin salida. De este modo, el comienzo es llevado al acabamiento de su final. A este último proyecto de la entidad le está más lejos que nunca el pensamiento de la verdad en el sentido de la esencia de la ALETHEIA, cuyo advenir esencial sustenta el ser y deja que se recoja en la pertenencia al inicio. En el pensar de Nietzsche  , “verdad” se ha endurecido en una esencia entendida como concordancia con el ente en su totalidad que se ha vuelto hueca, con lo que desde esa concordancia (Einstimmigkeit) con el ente no puede volverse perceptible la libre voz (Stimme) del ser. Heideggeriana  : EternoRetorno  

La historia de la verdad del ser finaliza en la pérdida de su esencia inicial, prefigurada por el derrumbamiento de la no fundada ALETHEIA. Pero al mismo tiempo se eleva necesariamente la apariencia historiográfica de que ahora se recuperaría en su forma originaria la unidad inicial de la physis pues ésta, ya en la primera época de la metafísica fue repartida en “ser” y “devenir”. Lo así partido fue distribuido entre los dos mundos determinantes, el verdadero y el aparente. Heideggeriana  : EternoRetorno  

¿En qué tiene su fundamento esta distinción y por lo tanto el no impugnado y cada vez más obvio predominio de lo allí distinguido a lo largo de toda la historia de la metafísica? El qué-es (to ti estin) y el que-es (to estin) se superponen en su diferenciación con la distinción que sustenta en todas partes la metafísica y que se consolida por vez primera y al mismo tiempo de modo definitivo — aunque con una capacidad de variar hasta volverse irreconocible en la distinción platónica del ontos on y el me on (cfr. Aristóteles  , Met. Z 4, 1030a 17). El ontos on, lo entitativamente, es decir, lo “verdaderamente” ente en el sentido de la ALETHEIA, es el “semblante”, el aspecto presente. En tal presencia [Anwesenheit] esencian [wesen] unidos al mismo tiempo qué es un ente y que es, a saber, en el presente [Gegenwart] del aspecto. El “mundo verdadero” es el mundo de antemano decidido en cuanto a su que-es. En la medida en que, sin embargo, en cuanto “verdadero” se distingue del aparente y éste muestra sólo turbiamente el qué-es y por consiguiente no “es” “verdaderamente”, aunque al mismo tiempo tampoco es nada sino que es un ente, precisamente en el me on aparece el que-es de modo más llamativo, ya que está despojado del puro semblante en el que se muestra el qué-es. Con y en la distinción entre el ontos on y el me on se separan to ti estin y to estin (el ti y el oti). El que-es se vuelve una característica del “éste” respectivo (tode ti) y del ekaton, que al mismo tiempo, sin embargo, hace aparecer en cada caso el qué-es (eidos) y sólo de ese modo determina un que del ser y con ello un ente como ente del caso. La idea se convierte ahora expresamente en eidos en el sentido de la morphe de una hyle, de manera tal que la entidad se traslada al sunolon, sin que se haya eliminado aquella distinción (acerca del sentido griego originario de morphe, fundamentalmente diferente de la distinción de forma y materia, cfr. Aristóteles  , Phys. B l). Posteriormente, y especialmente gracias a la interpretación teológica de la concepción bíblica de creación, aparece en múltiples formas (existentia, essentia y el principium individuationis). Heideggeriana  : EternoRetorno  

La continuación esencial de este momento último de la metafísica, es decir del proyecto de la entidad en dirección del volver consistente del presenciar, se manifiesta en la correspondiente determinación de la esencia de la “verdad”. Desaparece ahora el último hálito de una resonancia de la ALETHEIA. La verdad se convierte en justicia, en el sentido del imperativo fundirse de lo que se ordena a sí mismo en el impulso de su sobreelevación. Toda corrección es sólo un estadio previo y una ocasión para la sobreelevación, todo fijar es sólo un apoyo para la disolución en el devenir y por lo tanto en el querer volver consistente el “caos”. Ahora sólo queda la invocación de la vitalidad de la vida. La esencia inicial de la verdad se ha transformado de tal modo que la transformación equivale a un apartamiento (no a una aniquilación) de su esencia. El ser verdadero se disuelve en la presencia, que en cada caso retorna, de un dar poder al poder. La verdad se vuelve nuevamente lo mismo que el ser, sólo que éste, entretanto, ha asumido el acabamiento en su inesencia. Pero cuando la verdad como corrección y como desocultamiento se ha aplanado en la “conformidad a la vida”, cuando se ha apartado de este modo a la verdad, la esencia de la verdad ha perdido todo dominio. En el ámbito de la preponderancia de las “perspectivas” y los “horizontes” carentes de perspectivas, es decir, privados de despejamiento, no puede ser ya digna de que se la interrogue. ¿Pero qué sucede entonces? Entonces comienza la donación de sentido como “transvaloración de todos los valores”. La “carencia de sentido” se convierte en el único “sentido”. La verdad es “justicia”, es decir suprema voluntad de poder. A esta “justicia” sólo le hace justicia el dominio incondicional de la tierra por parte del hombre. Pero la instalación en lo planetario ya no es más que la consecuencia del antropomorfismo incondicionado. Heideggeriana  : EternoRetorno  

Adecuación y desocultación, adaequatio y ALETHEIA, imperan en el concepto de verdad nietzscheano como el eco que nunca se extingue y sin embargo permanece totalmente inadvertido de la esencia metafísica de la verdad. Heideggeriana  : MetafisicaNietzsche  

En el comienzo de la metafísica se decide acerca de la esencia de la verdad como ALETHEIA (desocultamiento y desocultación) de manera tal que en el futuro esa esencia retrocede, aunque sin desaparecer nunca, frente a la determinación, que tiene en aquélla su raíz, de la verdad como adecuación (omoiosis, adaequatio). La metafísica no atenta en ningún momento contra la esencia de la verdad imperante desde entonces como apertura adecuante del ente por medio del representar, pero deja sin embargo que el carácter de apertura y desocultación, incuestionado, se hunda en el olvido. Mas este olvido, tal como corresponde a su esencia, se olvida completamente a sí mismo desde el instante histórico en el que el representar se transforma en el autoasegurante remitir de todo lo representable, o sea, en certeza en la conciencia. Cualquier otra cosa en la que el representar pudiera aún fundarse como tal queda negada. Heideggeriana  : MetafisicaNietzsche  

Pero suponiendo que se conciba a la esencia de la voluntad de Poder como la subjetividad incondicionada y, por haber sido invertida, también como la subjetividad sólo entonces acabada; suponiendo además que se piense metafísicamente la esencia de la subjetividad del sujeto; y suponiendo finalmente que la esencia olvidada de la verdad metafísica sea nuevamente recordada como el desocultamiento de lo oculto (ALETHEIA), y no simplemente como objeto de opinión y repetición; suponiendo todo esto, ¿no supera el peso de esta concisa nota sobre la “justicia”, concisa por estar verdaderamente conformada, a todas las demás consideraciones de Nietzsche   sobre la esencia de la verdad, en las que sólo resuenan las “teorías del conocimiento” contemporáneas? Pero puesto que, de todos modos, en el pensamiento de Nietzsche   queda oculto que y cómo la “justicia” es el rasgo esencial de la verdad, no es lícito elevar la expresión fundamental “justicia” al rango de título principal de su metafísica. Heideggeriana  : MetafisicaNietzsche  

1. La ALETHEIA — apenas esenciante y sin retroceder al inicio sino progresando hacia el mero desocultamiento — cae bajo el yugo de la idea. Heideggeriana  : HistoriaSer  

2. La subyugación de la ALETHEIA se origina, vista desde la arche, en un despedir del ente hacia la así incipiente presencia. Heideggeriana  : HistoriaSer  

3. La subyugación de la ALETHEIA es el despuntar del aparecer y del mostrarse, de la idea; lo en como phainotaton. Heideggeriana  : HistoriaSer  

“Reflexión”, concebida según la historia del ser, de modo conforme al ser-ahí: el re-flejo [Rück-schein] en la ALETHEIA, sin que ésta misma sea experimentada y fundada y llegue a “esenciar”. Heideggeriana  : HistoriaSer  

Esta “intuición” en el sentido de Kant   no puede equipararse nunca con la preeminencia de la ALETHEIA, sino sólo con la preeminencia de la idea y con la transformación de la ALETHEIA en omoiosis por la preeminencia de la idea, como germen del despliegue del representar en el sentido de la objetivación. Heideggeriana  : HistoriaSer  

ALETHEIA (apeiron, logos, en-arche) Heideggeriana  : HistoriaSer  

En la esencia de voluntad de la entidad como realidad efectiva se oculta, por esencia nunca accesible a la metafisica, la maquinación (poiesis) en la que aún resuena, desde los iniciales rasgos esenciales, la energeia, de donde el progreso desde el primer inicio (desde la ALETHEIA) toma su decidido comienzo, que todo lo predetermina. Pero la energeia es, al mismo tiempo, la última salvaguarda de la esencia de la physis, de ese modo, un pertenecer al inicio. Heideggeriana  : HistoriaSer  

¿Pero, ¿qué es lo que une a la “cultura” y a la “verdad” en una primaria unidad esencial? La paideia hace mención al giro de todo el hombre en el sentido del desplazamiento, mediante habituación, del dominio de lo que de inmediato viene a su encuentro, a otro dominio en el cual el ente mismo aparece. Este desplazamiento sólo es posible a causa de que todo lo hasta entonces notorio para el hombre y el modo cómo fue ello notorio devienen otra cosa, algo distinto. Aquello a veces desoculto para el hombre y el modo de la desocultación tienen que experimentar una mudanza. Los griegos llamaron a esta desocultación ALETHEIA vocablo que se traduce por “verdad”, y “verdad” significa desde hace largo tiempo para el pensar occidental la congruencia de la representación mental con la cosa: adaequatio intelectus et rei. Heideggeriana  : PlatoVerdade

Pero no nos demos por satisfechos con traducir las palabras paideia y ALETHEIA sólo “literalmente”; más bien intentemos pensar en las palabras traducidas la esencia pertinente — relativa a los hechos — designada por el saber de los griegos, para reunir después simultáneamente “cultura” y “verdad” en una unidad esencial. Si tomamos seriamente la consistencia esencial de lo que la palabra ALETHEIA designa, surge entonces la pregunta de a partir de dónde determina Platón   la esencia de la desocultación, interrogante cuya respuesta remite a la sustancia propiamente dicha de la “alegoría de la caverna”, mostrando qué y de qué modo trata la “alegoría” sobre la esencia de la verdad. Heideggeriana  : PlatoVerdade

La vuelta a la caverna y la lucha entablada dentro de ella entre el liberador y los prisioneros, refractarios a toda liberación, da lugar a un cuarto escalón de la “alegoría”, con el que ésta se completa. Es cierto que en este paso de la narración no se emplea más la palabra aleethés, aunque igualmente ha de tratarse en este escalón de lo desoculto, lo que determina el dominio cavernario, al que de nuevo se ha ido. Pero ¿no se había designado a las sombras ya en el primer escalón como lo “desoculto” regulador en lo interior de la caverna? Sí, por cierto. Pero para lo desoculto no sólo es esencial que de cualquier manera haga accesible lo que semeja y deje abierto su aparecer, sino que lo desoculto supere siempre una ocultación de lo que yacía oculto. De modo que lo desoculto tiene que ser arrancado y, en cierto sentido, sustraído a una ocultación. Y porque para los griegos, desde un principio, la ocultación prevalece como un esconderse a sí misma la esencia del Ser y, por consiguiente, también determina al ente en su presencia y accesibilidad (”verdad”), es por lo que la palabra de los griegos, para la que los romanos llaman “veritas” y nosotros los alemanes “Wahrheit”, se distingue por la alfa privativa de su formación, a-letheia. Verdad significa primariamente lo arrancado con lucha a la ocultación en que yacía. De modo que verdad es ese arrancar con lucha y siempre en la forma de un desentrañar. La ocultación por lo demás puede ser de diversos modos; a saber: encierro, preservación, embozo, encubrimiento, velación, disimulación. Y puesto que, conforme a la “alegoría” platónica, lo desoculto máximo tiene que ser arrancado con lucha a una baja y obstinada disimulación, es por lo que también el desplazamiento de la caverna al aire libre bajo la luz diurna es una lucha a vida o muerte. Que la “privación”, el ganar lo desoculto arrancándolo con lucha, pertenece a la esencia de la verdad, está señalado particularmente en el cuarto escalón de la “alegoría”, por lo cual, así como en cada uno de los tres escalones anteriores, también en él se trata de la ALETHEIA. Heideggeriana  : PlatoVerdade

En general, esta “alegoría” sólo puede ser una “alegoría” construida en base a la vista que ofrece la caverna, ya que de antemano está codeterminada por la experiencia fundamental de la ALETHEIA, es decir, de la desocultación del ente, experiencia evidente de suyo para los griegos. Pues la caverna subterránea no es otra cosa que algo en sí abierto Y al mismo tiempo abovedado, quedando, a pesar del acceso, cerrado en torno por la pared de tierra que lo circunda. El contorno de la caverna en sí abierto y lo por él encerrado y de tal suerte oculto, remiten al mismo tiempo hacia algo exterior, es decir, a lo desoculto que se extiende en la superficie a la luz. La esencia de la verdad pensada primariamente por los griegos en el sentido de la ALETHEIA, o sea la desocultación referida a lo que yace oculto (embozado y disimulado) y solamente ella, tiene una relación esencial con la imagen de la caverna situada bajo tierra. Cuando la verdad es de otra esencia y no es desocultación o, por lo menos, no está codeterminada por ésta, entonces una “alegoría” de la caverna no ofrece asidero alguno para ser ilustrada. Heideggeriana  : PlatoVerdade

Y, aunque en la “alegoría de la caverna” la ALETHEIA sea particularmente experimentada y en destacados lugares nombrada en vez de la desocultación, insiste en la supremacía otra esencia de la verdad; pero con esto está ya dicho que también la desocultación conserva en sí un rango. Heideggeriana  : PlatoVerdade

La “alegoría de la caverna” no trata, por cierto, propiamente de la ALETHEIA, pero contiene la “doctrina” platónica de la verdad, pues la alegoría se funda en el proceso tácito del predominio de la idéa sobre la ALETHEIA. La “alegoría” suministra una imagen de lo que dice Platón   acerca de la idéa tou agathou: autée kyría aletheian kaí noun parasjoménee, o sea que “ella es la soberana en cuanto otorga la desocultación (a lo que se muestra) y, simultáneamente, la percepción (de lo desoculto).” La ALETHEIA, cae bajo el yugo de la idéa, y en tanto Platón   dice de ésta que es la soberana, la que permite la desocultación, nos remite a algo tácito, o sea que, en lo sucesivo, la esencia de la verdad como esencia de la desocultación no se despliega desde la propia plenitud esencial, sino que se desplaza sobre la esencia de la idéa. La esencia de la verdad abandona el rasgo fundamental de la desocultación. Heideggeriana  : PlatoVerdade

Si por doquier, en todo comportamiento con relación al ente, se llega al ideín de la idéa, es decir, a la visión del “aspecto”, entonces todo esfuerzo debe concentrarse primeramente en hacer posible esta visión. Para esto es necesario el justo mirar. Ya el liberado del interior de la caverna dirige, al apartarse de las sombras y volverse a las cosas, su mirada sobre lo “que es más” que las meras sombras: prós mállon onta tetramménos orthóteron blépoi, es decir, “volviéndose hacia lo que “es más ente”, como para mirar a lo más justo”. El tránsito de una situación a otra consiste en un más recto dirigirse de la mirada. En esta orthótees, o sea en la justeza del mirar, consiste todo. Es por medio de esta justeza que el ver y el conocer deviene justo, apropiado, de modo que, por último. se dirige en derechura a la idea suprema, afirmándose en esa “recta dirección”. En este dirigirse se adecúa el percibir a lo que debe ser visto, lo cual no es otra cosa sino el “aspecto” del ente. Como consecuencia de esta adecuación de la percepción como adecuación de un ideín a la idéa existe una homoíoosis, una congruencia del conocer con la cosa misma. Así surge, de la primacía de la idéa y del ideín sobre la ALETHEIA, una mutación de la esencia de la verdad, llegando ésta a ser orthórtees, es decir, justeza de la percepción y del enunciar. Heideggeriana  : PlatoVerdade

En cierto modo Platón   tiene que mantener firme a la “verdad” como carácter del ente, puesto que el ente, como lo presente en el aparecer, tiene al ser, y éste trae consigo la desocultación. Pero al mismo tiempo el interrogar por lo desoculto se desplaza hacia el aparecer del aspecto y, con ello, hacia el ver coordinado a éste y hacia lo justo y a la justeza del ver. De aquí que en la doctrina de Platón   haya una necesaria ambigüedad, la que precisamente da testimonio de la mutación de la esencia de la verdad, anteriormente tácita, y que ahora hay que enunciar. Dicha ambigüedad manifiéstase en todo su filo, por cuanto en el mismo orden de ideas se trata y se enuncia de la ALETHEIA, y simultáneamente es mentada la orthótees, y asentada como regla. Heideggeriana  : PlatoVerdade

Por una sola frase de la sección que contiene la propia explicación que da Platón   de la “alegoría de la caverna”, puede destacarse la ambigüedad de la determinación de la esencia de la verdad (517 b, 7 hasta c, 5) . El pensamiento conductor es que la idea suprema unce el yugo entre el conocer y lo conocido, relación ésta que, sin embargo, es tomada en una doble acepción, por lo cual Platón   expresa, en primer término, como regla, que: hee tou agathou idéa es pántoon orthóon te kai kalóon aitía, o sea que “la idea del bien es la causa (Ur-sache = proto cosa) así de todo lo bello como de todo lo justo”, (es decir que ella es lo que hace posible la esencia). Y luego se dice que la idea del bien es kyría aletheian kaí noún parasjoménee “la soberana que concede la desocultación, como también la percepción.” Estos dos enunciados no corren a la par como para que a las orthá (lo justo) corresponda la ALETHEIA, y a las kalá (lo bello) corresponda el nous (la percepción); antes bien, esta correspondencia marcha de través y desacordada. A las orthá, a lo justo y su justeza corresponde la recta percepción, y a lo bello corresponde lo desoculto, pues la esencia de lo bello consiste en ser lo ekfanéstaton (cf. Fedro), es decir , lo que exhibiéndose de ordinario y de modo más puro muestra su aspecto y es, de esa manera, desoculto. Ambas oraciones tratan de la primacía de la idea del bien como de lo que hace posible la justeza del conocer y la desocultación de lo conocido. Verdad es aquí todavía, y sobre todo, desocultación y justeza, aunque la desocultación está ya bajo el yugo de la idéa. La misma ambigüedad en la determinación de la esencia de la verdad domina también en Aristóteles   En el capítulo final del noveno libro de la Metafísica, en el que el pensar aristotélico sobre el ser del ente alcanza su altura cumbre, la desocultación es el rasgo fundamental y soberano del ente, diciéndonos al mismo tiempo que “lo falso y lo verdadero no está en las cosas (mismas) . . . sino que yace en el entendimiento”, ou gar esti to pseudos kai to aleethés en tois prágmasin… all’ en dianoia (Met. E, 4, 1027 b, 25 ss). Heideggeriana  : PlatoVerdade

El enunciar juzgativo del entendimiento es el lugar de la verdad y falsedad y de su diferencia. El enunciado es verdadero en la medida que se adecúa a la situación objetiva; por consiguiente, cuando es homoíoosis, congruencia. Esta determinación de la esencia de la verdad no contiene ya ninguna apelación más a la ALETHEIA en el sentido de la desocultación; más bien es a la inversa: la ALETHEIA, como lo opuesto a pseudos, es decir, a lo falso en el sentido de lo no justo, es pensada como justeza. A partir de ese momento llega a ser determinante, para todo el pensar occidental, la troquelación de la esencia de la verdad como justeza del representar enunciativo. Como prueba de ello sirva y baste la mención de los principios conductores que delatan, en las épocas culminantes de la metafísica, este cuño de la esencia de la verdad. Heideggeriana  : PlatoVerdade

Para la escolástica medieval prevalece el principio de Tomás de Aquino  , a saber: “veritas proprie invenitur in intellectu humano vel divino (Quaestiones de veritate; qu. I art. 4, resp.), “la verdad se encuentra propiamente en el intelecto humano o en el divino”. En el entendimiento tiene ella su lugar esencial. Aquí verdad ya no es más ALETHEIA, sino homoíoosis (adaequatio). Heideggeriana  : PlatoVerdade

Como consecuencia de esta interpretación del ente, la esencialización no es ya, como al comienzo del pensar occidental, el ascenso desde lo que yace oculto a la desocultación, en la que ésta misma, como rescate, constituía el rasgo fundamental de la esencialización. Platón   concibe a la esencialización (ousía) como idéa, la que, sin embargo no está sujeta a la desocultación en tanto que es ella la que hace aparecer lo que yace oculto, poniéndose a su servicio. Más bien a la inversa, lo que resplandece (el mostrarse) es lo que determina aquello que en lo interior de su esencia y en la exclusiva reflexión sobre sí mismo puede luego denominarse desocultación. La idéa no es, en consecuencia, un primer plano representativo de la ALETHEIA, sino el fundamento que a ésta hace posible, pero con el resultado que, de este modo, la idéa toma todavía en caución algo de la primaria, pero desconocida esencia de la ALETHEIA. Heideggeriana  : PlatoVerdade

A partir de allí, hay ya una tendencia a la “verdad” en el sentido de la justeza del mirar y de la posición de la mirada, siendo desde entonces decisiva para todas las posturas fundamentales con referencia al ente, la obtención de la recta visión de las ideas. La reflexión sobre la paideia y la mutación de la esencia de la ALETHEIA se corresponden como se ve en la misma historia del tránsito de morada en morada, expuesta en la alegoría de la caverna. Heideggeriana  : PlatoVerdade

Esta misma interpretación del ser como idéa, a cuya primacía se debe una mutación de la esencia de la ALETHEIA, exige una caracterización del acto de mirar hacia las ideas, caracterización a la que corresponde el papel de la paídeía, de la “cultura” del hombre, lo cual nos explica que a través de la metafísica domine el esfuerzo en torno al ser humano y a la posición del hombre en el seno del ente. Heideggeriana  : PlatoVerdade

Antes es preciso una apreciación de lo “positivo” que yace en la esencia “privativa” de la ALETHEIA, como también que antes esto positivo sea aprehendido como rasgo fundamental del ser mismo. Primeramente tiene que irrumpir la necesidad, en la cual no siempre sólo el ente, sino también el ser devenga un día problemático. Y porque esta necesidad está en perspectiva, la esencia primaria de la verdad reposa todavía en su oculto comienzo. Heideggeriana  : PlatoVerdade

A diferencia del uso lingüístico de Hegel  , usamos el nombre “ser” tanto para aquello que Hegel  , junto con Kant  , llama la objetividad, como para aquello que él representa como lo verdaderamente efectivo, llamándolo realidad efectiva del espíritu. No interpretamos el einai, el ser de los griegos, desde el punto de vista de Hegel  , como objetividad del representar inmediato de una subjetividad que aún no ha llegado a sí misma, esto es, no lo interpretamos desde tal, sino desde el griego ALETHEIA, en tanto que venida a la presencia a partir de y en el desocultamiento. Pero la presencia, que acontece en la representación de la skepsis de la conciencia, es un modo de presencia que, como la ousiade los griegos, está presente a partir de una esencia todavía impensada de una época oculta. La entidad de lo ente, que desde los inicios del pensamiento griego hasta la doctrina de Nietzsche   del eterno retorno de lo igual, ha acontecido como verdad de lo ente, para nosotros sólo es un modo del ser, si bien decisivo, que de ningún modo aparece necesariamente sólo como presencia de lo que se presenta. A juzgar por el modo en que Hegel   emplea la palabra ser, desde un punto de vista riguroso, no debería seguir llamando a aquello que considera la verdadera realidad efectiva de lo efectivamente real, el espíritu, por medio de un nombre que todavía contiene la palabra “ser”. Sin embargo, eso es lo que ocurre en todas partes, desde el momento en que la esencia del espíritu permanece autoconciencia [ser-consciente-de sí]. Desde luego, este uso de la lengua no es el resultado de una terminología imprecisa o inconsecuente, sino que tiene su fundamento en la oculta manera en la que el ser se desvela y se oculta a sí mismo. Heideggeriana  : HegelExperiencia  

La actitud del reflexionar y del cuestionar está orientada a la “lucha”. Pero, ¿qué significa “lucha” en el discurso? Si lo esencial de la reflexión se retrotrae a la episteme griega, esto es, a la ALETHEIA, puede fácilmente suponerse que la esencia de la “lucha” no está concebida a capricho. La “lucha” está pensada en el sentido del fragmento 53 de Heráclito  . Pero, para comprender esa sentencia — tan frecuentemente citada y con la misma frecuencia malentendida —, hay que atender previamente a dos cosas, a las que a menudo ya me refería en mis cursos y seminarios: 1. La palabra pelemos, con la que empieza el fragmento, no significa “guerra”, sino lo mismo que la palabra xxxxx, que Heráclito   usa con el mismo sentido. Pero ésta significa “disputa”, pero no disputa en el sentido de riña, altercado o mero desacuerdo, y menos aún de empleo de la fuerza y derrota del enemigo, sino posición-de-uno-frente-a-otro [Aus-einander-setzung], de tal manera que en ella la esencia de los que se ponen en frente se expone al otro y, así, se muestra y sale a la luz, lo que en griego significa: salir a lo desoculto y verdadero. Puesto que la lucha es el exponerse a lo esencial, reconociéndose mutuamente, se habla siempre en el discurso, que coloca este cuestionar y reflexionar en la “lucha”, del “estar expuesto”. Que esta expresión está en la dirección de la sentencia heraclítea lo atestigua la propia sentencia con toda claridad. Pero hay que atender aún a un segundo punto. Heideggeriana  : RepensandoReitorado  

Como también el ente puede ser siempre interpretado, bien como espíritu en el sentido del espiritualismo, bien como materia y fuerza en el sentido del materialismo, bien como devenir y vida, o como representación o como voluntad, o como sustancia, o como sujeto, o como energía o como eterno retorno de lo idéntico; de todas maneras, pues, aparece el ente como ente a la luz del ser. Cuando la metafísica representa al ente, siempre se ha transparentado el ser. El ser ha venido siempre como estado de no oculto [ii]. ALETHEIA . Oculto permanece, si y cómo trae consigo el ser tal estado de no oculto, si y cómo él mismo, y como éste, se inserta en la metafísica. El ser no es pensado en su esencia desveladora, esto es, en su verdad. Empero, la metafísica habla en sus respuestas a sus preguntas por el ente como tal, desde la inadvertida patencia del ser. Por ello puede llamarse la verdad del ser la base en la cual se apoya la metafísica como raíz del árbol de la filosofía, base de la cual se nutre. Heideggeriana  : MetafisicaFundamento

La metafísica se ha representado en sus preguntas y respuestas por el ente en cuanto tal, antes que al ente, al ser mismo. Ella habla necesariamente del ser, y por ello lo hace a cada instante. Pero la metafísica no da al ser la palabra [vi], porque no mienta al Ser en su verdad ni a la verdad como estado de no oculto, ni a éste en su esencia. La esencia de la verdad aparece siempre a la metafísica sólo en la ya tradicional imagen de la verdad del conocimiento y en el enunciado de ésta. Estado de no oculto, empero, puede ser más originario que verdad en el sentido de no oculto. (Unverborgenheit — Warheit). ALETHEIA puede ser la palabra que nos dé una aún inexperimentada señal, en la impensada esencia del esse. Si así fuera, el pensamiento representativo de la metafísica no. podría alcanzar, en verdad, esta esencia de la verdad; aunque pudiera esforzarse historiográficamente por la filosofía pre-socrática; no se trata de ningún renacimiento del pensamiento pre-socrático, tal pretensión sería frívola y paradójica, sino de atender a la revelación de la esencia, aún no expresada, del estado de no oculto, en el que el Ser se ha anunciado. Entre tanto, a la metafísica, la verdad del ser sigue disimulada en su historia, desde Anaximandro   hasta Nietzsche  . Por qué no piensa en ella la metafísica? Depende la omisión de tal pensamiento sólo del modo del pensamiento metafísico? O pertenece al destino esencial de la metafísica el sustraerse de su propio fundamento, porque en el salir del estado de no oculto queda sobre todo lo esencial el estado de oculto, principalmente; y, sin duda, en favor del estado de no oculto que aparece al ente? La metafísica, no obstante, habla constantemente y en las formas más variadas del ser. Ella misma afirma y despierta la visión de que sea a través de ella preguntada y respondida la cuestión del ser. Sólo que la metafísica jamás responde a la pregunta por la verdad del ser; porque esta pregunta nunca la formula. No la formula, porque sólo piensa al ser en cuanto representa al ente como ente. Ella mienta al ente en el todo y habla del ser [vii]. Ella nombra al ser y mienta al ente como ente. La afirmación de la metafísica se mueve desde su comienzo hasta su consumación, por modo extraño, en una constante confusión del ente y el ser. Esta confusión es pensada, en verdad, como un resultado, no como un pecado. No puede tener su base, de ninguna manera, en un mero abandono del pensamiento o en una ligereza del decir. Esta constante confusión lleva al representar, al colmo de su nebulosidad cuando afirma que la metafísica pone la pregunta por el ser. Heideggeriana  : MetafisicaFundamento

En el pensar del ser no se re-presenta nunca únicamente algo real y no se da como lo verdadero a esto que se ha representado. Pensar el “ser” significa corresponder a la interpelación de su esencia. El corresponder proviene de la interpelación y se libera hacia ella. El corresponder es un retirarse ante la interpelación y, de este modo, un entrar en el lenguaje. Pero a la interpelación del ser pertenece lo tempranamente desvelado (ALETHEIA, logos, physis) así como el velado advenimiento de aquello que se anuncia en la posible torna del estado de olvido del ser (hacia el acaecer de verdad de su esencia). A todo esto a la vez, desde una larga concentración y en un continuo ejercicio del oído, debe prestar atención de un modo especial este corresponder, para oír una interpelación del ser. Pero precisamente es en esto donde puede equivocarse este escuchar. En este pensar, la posibilidad del extravío es máxima. Este pensar no puede nunca acreditarse como lo hace el saber matemático. Pero tampoco es algo arbitrario sino algo atado al sino de la esencia del ser, pero a su vez él tampoco es nunca vinculante como enunciado, más bien sólo como posible ocasión de andar el camino del corresponder y de andarlo en la plena concentración del estado de atención sobre el ser ya llegado al lenguaje. Heideggeriana  : Coisa1949

La falta de Dios y de lo divino es ausencia. Ahora bien, la ausencia no se identifica con la nada sino que es precisamente la presencia de la que primero hay que apropiarse, en la ocultada plenitud de lo sido y de lo así esenciante, de lo divino en el mundo griego, en las profecías judías, en la predicación de Jesús. Este ya-no es de suyo un aún-no del velado advenimiento de su esencia inagotable. La guarda del ser, porque el ser no es nunca sólo lo que justamente es real, no puede en modo alguno equipararse a la función de un puesto de guardia que en un edificio protege de atracadores a unos tesoros guardados allí. La guarda del ser no mira fijamente hacia algo presente. En esto que está presente, tomado en sí mismo, no se puede encontrar nunca la interpelación del ser. Guarda es atención vigilante al sino que a la vez ha sido y está viniendo, desde un largo y siempre renovado estado de atención que presta atención a la indicación de cómo el ser interpela. En el sino del ser no hay nunca una mera sucesión: ahora estructura de emplazamiento, luego mundo y cosa, sino siempre paso y simultaneidad de lo temprano y de lo tardío. En la Fenomenología del Espíritu de Hegel   la ALETHEIA esencia, aunque transformada. Heideggeriana  : Coisa1949

Los modos del ocasionar, las cuatro causas, juegan pues dentro de los límites del traer-ahí-delante. Es a través de éste como viene siempre a su aparecer tanto lo crecido de la Naturaleza como lo fabricado de la artesanía y de las artes. Pero ¿cómo acontece el traer-ahí-delante, ya sea en la Naturaleza, ya sea en el oficio o en el arte? ¿Qué es el traer-ahí-delante en el que juega el cuádruple modo del ocasionar. El ocasionar concierne a la presencia de aquello que viene siempre a aparecer en el traer-ahí-delante. El traer-ahí-delante trae (algo) del estado de ocultamiento al estado de desocultamiento poniéndolo delante. El traer-ahí-delante acaece de un modo propio sólo en tanto que lo ocultado viene a lo desocupado. Este venir descansa y vibra en lo que llamamos salir de lo oculto. Los griegos tienen para esto la palabra ALETHEIA. Los romanos la tradujeron por veritas. Nosotros decimos “verdad”, y habitualmente la entendemos como corrección del representar. Heideggeriana  : PreguntaTecnica

¿Adónde hemos ido a parar en nuestro extravío? Preguntamos por la técnica y hemos llegado ahora a la ALETHEIA, al salir de lo oculto. ¿Qué tiene que ver la esencia de la técnica con el salir de lo oculto? Contestación: es lo mismo. Pues en el salir de lo oculto tiene su fundamento todo traer-ahí-delante. Pero éste coliga en sí los cuatro modos del ocasionar — la causalidad — y se hace valer plenamente sobre ellos. A la región de la causalidad pertenecen fin y medio, pertenece lo instrumental. Lo instrumental es considerado el rasgo fundamental de la técnica. Si nos preguntamos paso a paso lo que es propiamente la técnica, representada como medio, llegaremos al salir de lo oculto. En él descansa la posibilidad de toda elaboración productora. Heideggeriana  : PreguntaTecnica

La técnica es un modo del hacer salir de lo oculto. La técnica esencia en la región en la que acontece el hacer salir lo oculto y el estado de desocultamiento, donde acontece la ALETHEIA, la verdad. Heideggeriana  : PreguntaTecnica

La palabra “emplazar”, en el rótulo estructura de emplazamiento, no mienta solamente el provocar, al mismo tiempo tiene que conservar la resonancia de otro “emplazar” del que deriva, a saber, de aquel pro-ducir y representar que, en el sentido de la poiesis, hace que venga a darse lo presente. Este pro-ducir que hace salir delante, por ejemplo, el colocar una estatua en la zona de un templo, y el solicitar que provoca, que hemos estado considerando ahora, son sin duda fundamentalmente distintos y sin embargo están emparentados en su esencia. Los dos son modos de hacer salir lo oculto, de la ALETHEIA. En la estructura de emplazamiento acaece de un modo propio el estado de desocultamiento en conformidad con el cual el trabajo de la técnica moderna saca de lo oculto lo real y efectivo como existencias. De ahí que no sea ni un mero hacer del hombre ni tan sólo un simple medio dentro de los límites de este hacer. La definición únicamente instrumental, únicamente antropológica de la técnica se convierte en principio en algo caduco; no se deja completar con la simple adición de una explicación metafísica o religiosa. Heideggeriana  : PreguntaTecnica

Entre tanto, el olvido no sólo invade, como aparentemente separado de él, la esencia del Ser. Pertenece a la cosa del Ser mismo, impera como destino de su esencia. El olvido correctamente pensado, el ocultamiento de la esencia (verbal) todavía no desocultada del , esconde tesoros no extraídos y es la promesa de un hallazgo que sólo espera el buscar adecuado. Para sospechar esto no se necesita un don profético ni los ademanes de pregoneros, sino sólo de la atención practicada durante décadas sobre lo sido que se anuncia en el pensar metafísico de Occidente. [416] Esto sido se encuentra en el signo del no-ocultamiento de lo presente. El no-ocultamiento consiste en el ocultamiento de la presencia. A este ocultamiento, en el que se funda el no-ocultamiento (ALETHEIA) va dirigido el recuerdo. Recuerda aquello sido que no ha pasado, porque lo no pasado permanece en toda duración, que prolonga el acontecimiento del . Heideggeriana  : PreguntaSer  

Aquí — si contemplamos de un golpe el todo de la historia de la filosofía: “Hegel   y los griegos”, culminación y comienzo — aquí nos tenemos que parar a pensar y preguntamos: ¿no se encuentra ya la ALETHEIA, la verdad, en el comienzo de la filosofía, en Parménides? ¿Por qué no habla Hegel   de ella? ¿Entiende él por verdad algo diferente del no-estar-oculto? Ciertamente. La verdad es para Hegel   la certeza absoluta del sujeto absoluto que se sabe a sí mismo. Para los griegos, de acuerdo con su interpretación, no aparece el sujeto en cuanto sujeto. Por ello no puede ser la ALETHEIA lo determinante de la verdad en el sentido de la certeza. Heideggeriana  : HegelGregos  

Así están las cosas para Hegel  . Ahora bien, si la ALETHEIA por muy oculta que esté, y por muy poco que se la haya pensado, impera al comienzo de la filosofía griega, entonces tenemos que preguntar: ¿no depende precisamente la certeza, en su esencia, de la ALETHEIA en caso de que no la interpretemos indeterminada y arbitrariamente como verdad en el sentido de certeza, sino como desocultación? Si nos atrevemos a pensar de esta manera la ALETHEIA, tenemos que meditar sobre dos cosas. En primer lugar, la experiencia de la ALETHEIA como el no-estar-oculto y como desocultación no se funda, de ninguna manera, en la etimología de una palabra cualquiera, sino en el asunto sobre el que haya que pensar aquí, al cual ni siquiera la filosofía de Hegel   se puede sustraer. Si Hegel   caracteriza el Ser como la primera salida y la primera manifestación del Espíritu, es necesario pensar si en este salir a la luz y revelarse no tiene que estar ya en juego la desocultación, nada menos que aquí, en medio del puro resplandecer de la belleza, que determina, según Hegel  , la etapa de la “conciencia” griega. Si Hegel   hace culminar la posición fundamental de su sistema en la idea absoluta, en el aparecerse a sí mismo el Espíritu en forma absoluta, tenemos que preguntar si en este aparecer, es decir, en la Fenomenología del Espíritu, y, con ello, en el absoluto saberse a sí mismo y en su certeza, no tiene que estar también en juego la desocultación. En segundo lugar, se nos abre otra pregunta. La pregunta de si la desocultación tiene su puesto en el Espíritu como sujeto absoluto, o si la desocultación misma es el lugar y remite al lugar donde algo así como un sujeto de representaciónes puede “ser” propiamente lo que es. Heideggeriana  : HegelGregos  

Con ello, nos encontramos frente a algo diferente, que hay que tener en cuenta en el momento en que se habla de la ALETHEIA como desocultación. Lo que este nombre expresa no es la recia llave para abrir todos los misterios del pensar. La ALETHEIA es el misterio mismo, el asunto del pensar. Heideggeriana  : HegelGregos  

En relación con Hegel   y los griegos, lo anterior significa lo siguiente: a todas las afirmaciones históricas adecuadas o inadecuadas antecede el hecho de que Hegel   ha tenido una experiencia de la esencia de la historia desde el fondo del Ser en el sentido de la subjetividad absoluta. Hasta ahora no ha habido ninguna experiencia de la historia que, mirada filosóficamente, pueda corresponder a la nombrada. Pero la determinación especulativo-dialéctica de la historia trae consigo el que Hegel   no pueda avistar en sentido propio la ALETHEIA y su imperio como el asunto del pensar. Y esto ocurre justamente en una filosofía que determina “el reino de la verdad pura” como la “meta” de la filosofía. Pues al concebir el Ser como lo inmediato indeterminado, la experiencia que Hegel   tiene de él se lo revela como lo puesto por el sujeto determinante y cognoscente. Por ello no puede desasir el Ser en sentido griego, el einai, de la relación con el sujeto y dejarlo libre en su propia esencia. Esta es la pre-sencia, es decir, el esenciar frente al hombre surgiendo del estar-oculto e ingresando en el no-estar-oculto. En la pre-sencia está en acción la desocultación; también está en acción en el “En y en el logos, esto es, en el hacer yacer frente al hombre, hacer que unifica y reúne; es decir, en el hacer esenciar frente al hombre. La ALETHEIA está en acción en la idea y en la koinonia de las ideas, en cuanto éstas se sacan recíprocamente a la luz, constituyendo así el Ser-siendo (das Seiendsein). La ALETHEIA está en acción en la energeia, la cual no tiene nada que ver con actus y actividad, sino sólo con el ergon en el sentido de la experiencia que de él tienen los griegos, y con su pro-ducción e incorporación a la pre-sencia. Heideggeriana  : HegelGregos  

Pero la ALETHEIA, la desocultación, está en acción no sólo en las palabras fundamentales del pensamiento griego, sino también en la lengua griega en total. Esta comienza a hablar en forma diferente, desde el momento en que en su interpretación hacemos a un lado las maneras de representar romanas, medievales y modernas y no nos ponemos a buscar en el mundo griego personalidades, ni el Espíritu, ni el sujeto, ni la conciencia. Heideggeriana  : HegelGregos  

Pero, ¿qué es lo que pasa con la misteriosa palabra ALETHEIA que se ha convertido en un rompecabezas de los intérpretes del mundo griego, debido a que se atienen sólo a la palabra aislada y a su etimología, en lugar de pensar en la cosa a que remiten el no-estar-oculto y la desocultación? ¿Es la ALETHEIA lo mismo que el Ser, es decir, que la pre-sencia? A favor de una respuesta afirmativa habla el hecho de que Aristóteles   designa lo mismo con las expresiones ta onta, los entes, y ta alhyea, lo no-oculto. Más ¿en qué relación están el no-estar-oculto y la presencia, la ALETHEIA y la oésia? ¿Tienen el mismo rango esencial? ¿O sólo depende la presencia del no-estar-oculto, y no viceversa? En este caso, el Ser tendría que ver con la desocultación, pero la desocultación no tendría nada que ver con el Ser. Aún más: si la esencia de la verdad que entra en vigencia como adecuación y certeza sólo puede existir en el dominio del no-estar-oculto, la verdad tiene ciertamente que ver con la ALETHEIA, pero ésta no tiene nada que ver con la verdad. Heideggeriana  : HegelGregos  

¿Cual es el lugar de la ALETHEIA misma, si se la desliga del punto de vista de la verdad y del Ser, y si se la deja libre en lo que le es más propio? ¿Tiene el pensar ya el campo visual que le permita siquiera sospechar lo que ocurre en el desocultar y en la ocultación que necesita todo desocultar? Lo misterioso de la ALETHEIA se nos hace más cercano, pero al mismo tiempo se nos acerca el peligro de que la hipostasiemos en un ser fantástico. Heideggeriana  : HegelGregos  

Pero ¿hay que determinar el hombre de que se habla aquí como sujeto? ¿Significa “para el hombre” necesariamente: puesto por el hombre? Ambas preguntas se pueden responder negativamente. Debemos recordar que la ALETHEIA, pensada en forma griega, impera ciertamente para el hombre, pero que el hombre permanece determinado por el logos. El hombre es “el dicente” (der Sagende). Sagen (decir) viene del antiguo alto alemán Bagan, que significa zeigen, mostrar, dejar ver y aparecer. El hombre es el ser que hace yacer frente a sí lo presente en su presencia diciéndolo y que percibe lo yacente de esta manera. El hombre puede hablar sólo en cuanto es el dicente. Heideggeriana  : HegelGregos  

El dato más antiguo sobre ALETHEIA, el no-estar-oculto, y al’yew, no-oculto, lo encontramos en Homero   en conexión con verbos declarativos. De aquí se ha sacado apresuradamente la consecuencia: por lo tanto, el no-estar-oculto es “dependiente” de los verba dicendi [ii]. ¿Qué significa aquí “dependiente”, si el decir es el hacer aparecer y, por ende, el disimular y el ocultar? El no-estar-oculto no es dependiente del decir; por el contrario, todo decir necesita de antemano el dominio del no-estar-oculto. Sólo donde éste impera ya, puede algo llegar a ser decible, visible, mostrable, perceptible. Si mantenemos a la vista el misterioso imperar de la ALETHEIA, de la desocultación, llegamos a sospechar que hasta la esencia total del lenguaje reposa en la desocultación, en el imperar de la ALETHEIA. Sin embargo, el hablar de semejante imperar, permanece todavía un recurso insuficiente, pues la manera de su estar en acción recibe su determinación de la desocultación misma, es decir, del despejo del ocultarse. Heideggeriana  : HegelGregos  

La meditación sobre la interpretación hegeliana de la teoría griega del Ser intentó mostrar que el “Ser”, con el cual principia la filosofía, sólo esencia como presencia, en cuanto la ALETHEIA ya impera, pero que la ALETHEIA misma no llega a ser pensada en su origen esencial. Heideggeriana  : HegelGregos  

Con la vista puesta en la ALETHEIA, experimentamos, pues, que con ella le habla a nuestro pensar algo que, antes del comienzo de la filosofía y a través de toda su historia, ya lo ha recogido en su seno. La ALETHEIA se le anticipó a la historia de la filosofía pero sustrayéndose a la determinabilidad filosófica, como lo que exige su escudriñamiento por el pensar. La ALETHEIA es lo no pensado que tiene que ser pensado, el asunto del pensar. De manera que la ALETHEIA es para nosotros lo que ante todo hay que pensar, lo que hay que pensar desligándolo del punto de vista retrospectivo que sólo tiene en cuenta la representación producida por la metafísica de la “verdad”, en el sentido de la rectitud, y del “Ser” en el sentido de la actualidad. Heideggeriana  : HegelGregos  

Ahora bien, si dirigimos la atención a lo misterioso de la ALETHEIA, la cual impera en el comienzo de la filosofía griega y en la marcha de, toda la filosofía, la filosofía de los griegos se muestra, también para nuestro pensar, en un “todavía no”. Mas éste es el “todavía no” de lo no pensado; no el “todavía no” que no nos satisface, sino el “todavía no” para el cual nosotros somos insuficientes y al cual no atendemos suficientemente. Heideggeriana  : HegelGregos  

¿Pero no dijo el pensador que pensó por vez primera el ser, no dijo Parménides (Frag. 6): esti gár einai “El ser es” — “Lo presente presencia”? Si pensamos en que en el einai, hacer presente (Anwesen), habla propiamente la ‘ALETHEIA el desvelamiento, entonces lo presente dicho, en el esti, acentuado por el einai, dice: el dejar estar presente. Ser, propiamente: lo que confiere presencialidad (Anwesenheit Gewährende). Heideggeriana  : KantSer  

¿Qué queda por decir? Sólo esto: el acaecimiento apropiador acaece apropiadoramente [o: la apropiación apropia]. Con lo cual, yendo de lo mismo a lo mismo, decimos lo mismo. Aparentemente, esto no dice nada. Tampoco dice nada mientras escuchemos lo dicho como una mera proposición y lo entreguemos al interrogatorio de la lógica. Pero ¿qué pasa si aceptamos sin desmayo lo dicho como el punto de apoyo para la meditación y acto seguido advertimos, reflexionando, que esto mismo ni siquiera es algo nuevo, sino lo más antiguo de lo antiguo en el pensar occidental: lo primordialmente antiguo, que se oculta en el nombre ALETHEIA? Desde lo que es anticipadamente dicho por este que es el inicial de todos los motivos conductores del pensar, habla una vinculación que obliga a todo pensar, supuesto que éste se someta a aquello a que apela lo que ha de ser pensado. Heideggeriana  : TempoYSer  

La exégesis del tiempo apunta primero al carácter de la temporación de la temporalidad del estar humano, a lo ekstático, que contiene ya en sí, sin que esta condición de la cosa sea nombrada expresamente en la parte de Ser y tiempo   que alcanzó a ser publicada (cfr. Ser y tiempo  , § 28), una referencia a la verdad, al esclarecimiento, al desocultamiento del ser qua ser. Por tanto, ya en Ser y tiempo   — si bien aquí la exégesis del tiempo estaba restringida a la temporalidad del estar humano y en nada se habla del carácter temporal del ser (mientras que, por el contrario, en la conferencia “Tiempo y ser” es intencionalmente omitido el papel de la esencia del hombre para el esclarecimiento del ser) — es arrancado en bloque el tiempo a la comprensión ordinaria, merced a la referencia a la ALETHEIA y al estar presente, cobrando así un nuevo sentido. Heideggeriana  : ProtocoloTempoYSer  

Es importante, por consiguiente, evitar, tanto en “Tiempo y ser”, donde ello se lleva expresamente a cabo, como también en Ser y tiempo  , donde más bien late en el movimiento y en la finalidad implícita, la limitación de alcance que pudiera residir y de hecho además reside en el rótulo “tiempo”. El tiempo es ya pensado en Ser y tiempo   por referencia a la ALETHEIA (desocultamiento) y desde la ousia griega. Heideggeriana  : ProtocoloTempoYSer  

Mediante la referencia del estar presente a la ALETHEIA, le es sustraída a la problemática kantiana de la constitución de los objetos la entera pregunta por el ser de lo ente, si bien la mencionada posición kantiana ha de ser ella misma entendida — retrospectivamente — desde el aletheuein, como lo atestigua el tratamiento de la facultad de imaginación en el libro sobre Kant  . Heideggeriana  : ProtocoloTempoYSer  

El “en tanto” es en la mencionada conferencia el durar, el mantenerse persistentemente como destino. Dentro de “el hecho de que” y en su sentido puede también el pensar afirmar algo así como la necesidad, algo así como una legalidad y una lógica en la secuencia de manifestaciones del ser. Cabe, pues, decir que la historia del ser es la historia del creciente olvido del ser. Entre las transformaciones epocales del ser y la retirada se deja ver una relación, que no es, empero, la de una causalidad. Cabe decir que cuanto más se aleja uno del alba del pensar occidental, de la ALETHEIA, tanto más cae ésta en el olvido, tanto más inequívocamente emerge el saber, la consciencia, y se retira así el ser. Esta retirada del ser permanece además oculta. En el kryptesthai de Heráclito   es por primera y última vez expresado lo que es la retracción. El retirarse de la ALETHEIA como ALETHEIA da paso franco a la transformación del ser de la energeia a la actualitas, etc. Heideggeriana  : ProtocoloTempoYSer  

Aquí se nombra a la ALETHEIA, el no-ocultamiento. Se llama la “bien redondeada”, porque está trazada según la pura esfericidad del círculo, en la que principio y fin son lo mismo en todas partes. En esa vuelta no hay posibilidad alguna de tergiversar, disimular y ocultar. El hombre que reflexiona debe conocer lo que es el corazón, que no tiembla, del no-ocultamiento. ¿Y qué significa la expresión “el corazón que no tiembla del no-ocultamiento”? Éste es la Lichtung de lo abierto. Preguntamos: ¿apertura para qué? Ya hemos visto que el camino del pensar — tanto especulativo como intuitivo — necesita de una Lichtung capaz de ser atravesada. Y en ella reside también la posibilidad del “aparecer”, es decir, la posibilidad del estar presente de la presencia. Heideggeriana  : TarefaPensar

Antes que nada, lo primero que ofrece el no-ocultamiento es el camino por el que el pensar persigue lo único y lo recibe: hopos estin… einai: que lo presente esté presente. La Lichtung ofrece, ante todo, la posibilidad del camino hacia la presencia y, también, la posibilidad de su estar presente. Hemos de pensar la ALETHEIA. el no-ocultamiento, como la Lichtung que permite al Ser y al pensar el estar presente el uno en y para el otro. El tranquilo corazón de la Lichtung es el lugar del silencio, en el que se da la posibilidad del acuerdo entre Ser y pensar, es decir, la presencia y su recepción. Heideggeriana  : TarefaPensar

En ese estar unidos se funda la posible exigencia de una obligación del pensar. Sin embargo, hablar de obligación o no del pensar carece de fundamento sin una experiencia previa de la ALETHEIA como Lichtung. Porque ¿de dónde le viene la obligatoriedad a la determinación platónica de la presencia como idea, ¿con respecto a qué está obligada la interpretación aristotélica de lo presente como energeia? No podemos hacer estas preguntas — extrañamente relegadas siempre por la Filosofía — hasta que no conozcamos lo que Parménides tuvo que conocer: la ALETHEIA, el no-ocultamiento. El camino hacia ella es distinto de la carretera por la que ha de vagar la opinión de los mortales. Heideggeriana  : TarefaPensar

Si traduzco obstinadamente la palabra ALETHEIA por no-ocultamiento, no es en razón de su etimología, sino por la “cosa” que ha de tenerse en cuenta, al pensar conforme a ella lo que se llama “Ser y pensar”. En cierto modo, el no-ocultamiento es el único elemento en que se dan tanto el Ser como el pensar y su mutua pertenencia. Es cierto que se nombra a la ALETHEIA al comienzo de la Filosofía, pero no se la ha pensado después propiamente como tal, pues la “cosa” de la Filosofía como Metafísica consiste, ya desde Aristóteles  , en pensar ontoteológicamente el ente como tal. Heideggeriana  : TarefaPensar

Estando así las cosas, no podemos tampoco juzgar que la Filosofía haya descuidado, que haya echado a perder algo, adoleciendo, por tanto, de una carencia esencial: referirse a lo impensado en la Filosofía no es criticarla. De ser ahora necesaria una crítica, debería entonces recaer sobre el intento cada vez más apremiante desde Ser y tiempo   — de preguntar, al final de la Filosofía, por una posible tarea del pensar. Ya es hora de preguntar: ¿por qué no se traduce aquí ALETHEIA con su nombre corriente, con la palabra “verdad”. La respuesta será: En la medida en que se entienda “verdad” en el sentido “natural” tradicional, como la concordancia probada ónticamente entre el conocimiento y el ente, y, en la medida en que se la interprete también, como la certeza del saber sobre el Ser, la ALETHEIA, el no-ocultamiento como Lichtung, no podrá ser equiparada a verdad. La ALETHEIA — el no-ocultamiento pensado como Lichtung — es, más bien, lo único que permite la posibilidad de la verdad. Heideggeriana  : TarefaPensar

La ALETHEIA, el no-ocultamiento pensado como Lichtung de la presencia, todavía no es la verdad. ¿Es que la ALETHEIA es menos que la verdad? ¿O es más, por permitir ser a la verdad como adaequatio y certitudo, y al no poder darse la presencia y el hacerse presente fuera del ámbito de la Lichtung? Esta pregunta queda confiada al pensar como tarea suya. Éste ha de preguntarse si realmente puede plantearla, en tanto que piensa filosóficamente, es decir, en sentido estrictamente metafísico que interroga a lo presente sólo sobre su presencia. Heideggeriana  : TarefaPensar

En cualquier caso, está claro que la pregunta por la ALETHEIA, por el no-ocultamiento en cuanto tal, no es la pregunta por la verdad. Por eso, no era adecuado para la “cosa” e inducía a error, el llamar a la ALETHEIA, en el sentido de Lichtung, verdad. El hablar de la “verdad del Ser” tiene en la Ciencia de la Lógica su legítimo sentido, ya que verdad significa aquí la certeza del saber absoluto. Pero Hegel  , como tampoco Husserl   y toda metafísica, no pregunta por el Ser en tanto que Ser, es decir, no se plantea la pregunta: ¿en qué medida puede darse la presencia como tal? Sólo se da si impera la Lichtung. Es cierto que se la nombra con la ALETHEIA, el no-ocultamiento, pero no se la piensa como tal. Heideggeriana  : TarefaPensar

En el horizonte de esta pregunta debe reconocerse que la ALETHEIA, el no-ocultamiento en el sentido de la Lichtung de la presencia, fue conocida desde el comienzo, y sólo como orthotes, como la exactitud del representar y el enunciado. Pero, entonces, tampoco es sostenible la afirmación de un cambio esencial de la verdad, es decir, del no-ocultamiento en exactitud. En lugar de eso hay que decir: la ALETHEIA — como Lichtung de la presencia y actualización en el pensar y el decir — se manifiesta desde un principio bajo la forma de omoiosis y adaequatio, es decir, como asimilación en el sentido de concordancia de la representación y lo presente. Heideggeriana  : TarefaPensar

Pero este proceso desencadena justamente la pregunta: ¿cuál es el motivo de que para el natural conocimiento y lenguaje humanos, la ALETHEIA, el no-ocultamiento, sólo aparezca como exactitud y fiabilidad? ¿Estriba en que la estancia ex-tática del hombre en la apertura de lo presente, sólo está vuelto a lo presente y a la presentación que se hace de lo presente? ¿Y qué otra cosa significa sino que continúan sin tenerse en cuenta la presencia como tal, y con ella, todavía más, la Lichtung que la hace posible? Sólo se conoce y piensa lo que posibilita la ALETHEIA como Lichtung, no lo que es ella en cuanto tal. Heideggeriana  : TarefaPensar

Esto sigue oculto. ¿Es por casualidad? ¿O es sólo consecuencia de una negligencia del pensar humano? ¿O sucede porque el ocultarse, el ocultamiento, la lethe, pertenecen a la ALETHEIA, no como un mero añadido, como las sombras a la luz, sino como corazón de la ALETHEIA? ¿No reina ya en ese ocultarse de la Lichtung de la presencia, un abrigar y preservar, a partir de los cuales sólo será posible el no-ocultamiento, pudiendo así aparecer lo presente en su presencia? De ser así, la Lichtung no sería mera Lichtung de la presencia, sino Lichtung de la presencia que se oculta, del refugio que se oculta. Heideggeriana  : TarefaPensar

Pero ¿no es todo esto mística sin fundamento, inclusive mala mitología, o en todo caso, un irracionalismo funesto, la negación de la Ratio? Yo pregunto de nuevo: ¿qué significan ratio, nous, noein, aprehender?, ¿qué significan fundamento y principio, e incluso “principio de todos los principios”?, ¿podríamos alguna vez determinarlo suficientemente sin conocer la ALETHEIA al modo griego, como no-ocultamiento, y después, yendo más allá de los griegos, sin pensarlo como Lichtung del ocultarse? Mientras que la Ratio y lo rationale sigan siendo cuestionables en lo más íntimo, carece también de fundamento el hablar de irracionalismo. La racionalización científico-técnica, que domina la época actual, se justifica sorprendentemente cada día por sus efectos, todavía imprevisibles. Pero esa efectividad no dice nada de lo único que permite la posibilidad de lo racional e irracional. La efectividad prueba la exactitud de la racionalización científico-técnica. Pero ¿se agota en lo demostrable la apertura de lo que es? La insistencia en lo demostrable ¿no cierra el camino hacia lo que es? Tal vez hay un pensar más sencillo que el imparable desencadenamiento de la racionalización, y el arrastrar tras de sí de la Cibernética. Es posible que sea sumamente irracional precisamente ese arrastrar. Heideggeriana  : TarefaPensar

Volviendo desde aquí a los fenómenos, se plantea la siguiente pregunta: ¿por qué son posibles los phainomena? Respuesta: por la ALETHEIA. Los griegos son la humanidad que vive inmediatamente en la apertura de los fenómenos — por la expresa capacidad ek-stática de dejarse dirigir la palabra por los fenómenos (el hombre moderno, el hombre cartesiano, se solum alloquendo, sólo se dirige la palabra a sí mismo). Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

Nadie ha estado aún a la altura de la experiencia griega del ente como fenómeno. Para presentir algo de ella sólo basta pensar en el hecho de que no existe ninguna palabra griega para nombrar el ser del hombre en la ALETHEIA. Simplemente no existe. Tampoco en la poesía griega, donde sin embargo esto se encuentra llevado a su colmo. En cuanto a llamar a esto existir, la palabra ha llegado a ser tan corriente que se presta a todos los malentendidos. Si no hay palabra griega para esta existencia ek-stática no es por defecto sino por exceso. Los griegos, en su ser, pertenecen a la ALETHEIA donde el ente se devela en su fenomenalidad. Tal es su destino: Moira. Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

Lo importante, en todo caso, es ver bien que la privación, la a de la ALETHEIA se corresponde al exceso. Privación no es negación. Mientras más crece lo que se designa con el verbo phyein, más vivaz es la fuente de donde eso se levanta, la Verborgenheit en la Unverborgenheit. Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

Por consiguiente, insistir siempre sobre la dimensión perfectamente excesiva en la que tiene su nacimiento la filosofía. En efecto, la filosofía es la respuesta de una humanidad tocada por el exceso de la presencia — respuesta ella misma excesiva, lo que lleva a precisar que la filosofía, en cuanto filosofía, no es una manera griega de existir sino una manera hipergriega. Se comprende así el otro costado de la anécdota de Tales, hasta tal punto tocado por lo que mira que ya no ve más las cosas corrientes que hay ante sus pies y cae en el pozo. De este modo, podemos resumir: los griegos están en relación con la ALETHEIA, de modo tal que ordinariamente están ocupados en la ALETHEIA; pero es con la ALETHEIA que están ocupados los más griegos entre los griegos, los filósofos; sin llegar a plantear, sin embargo, la cuestión de la ALETHEIA (como tal). Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

La pregunta está entonces planteada: ¿bajo qué forma y en qué medida surge la ALETHEIA para los griegos? Se responde: bajo la forma del to auto, de noein y einai — tal como está dicho en el Poema de Parménides. Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

Por lo tanto, es necesario responder: para los griegos, la ALETHEIA aparece en cuanto logos — y logos, más radicalmente que “hablar”, quiere decir dejar-entrar-en-presencia. Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

El inconveniente de este abordaje es que deja demasiado abierta la posibilidad de entender el proyecto (Entwurf) como una performance humana, siendo que nada tiene que ver aquí el proyecto como estructura de la subjetividad — lo que hace Sartre   apoyándose en Descartes   (en quién ALETHEIA no está presente en tanto que ALETHEIA). Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

Se ha pasado demasiado rápidamente sobre la distinción entre hypokeimenon y phainomenon. En esa oportunidad no se insistió lo suficiente sobre eso a lo que, divergiendo, se refieren ambos: a) el phainomenon, en efecto, se relaciona a la ALETHEIA y la presupone como su horizonte — pero la ALETHEIA comprendida ya de antemano siempre a partir del legein (incluso en Homero  ; para esta cuestión ver Hegel   y los griegos). Este sentido decisivo y primario de la ALETHEIA como ALETHEIA del logos; bloquea, para los griegos mismos, la posibilidad de pensar la ALETHEIA como a-letheia (como des-ocultamiento); es decir como Claro. Lo importante aquí es que únicamente el pensamiento del Claro del ser puede aportar la claridad necesaria para volver inteligible al logos; mismo. b) el hypokeimenon es el ente (por consiguiente el phainomenon), pero en cuanto expresamente considerado en el interior de un legein ti kata tinos (de un “decir algo a propósito de algo”). Se advierte pues que el análisis aristotélico del lenguaje en cierto modo culmina con el sentido más inicial del lenguaje, tal como domina ya en la poesía de Homero   (en cuanto poesía épica). En griego, nombrar significa de antemano ya siempre enunciar, aussagen; y enunciar es manifestar algo como algo. Es en este sentido sub-yacente que se mueve la poesía homérica (meditar aquí el alcance de la palabra de Mallarmé, citada por Henri Mondor en Vie de Mallarmé, p. 683: “La poesía se separa completamente de su camino después de la gran desviación homérica”). Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

¿Cómo es posible un pensamiento no metafísico del tiempo? Es posible mediante el análisis de la temporalidad del Dasein. El carácter esencial de esta temporalidad reposa en el ek-stase, es decir la apertura fundamental del Dasein en la ALETHEIA, en la que se origina toda temporalidad. Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

Esta es, en Heráclito  , la noción eminente de la physis. ¿Pero qué quiere decir physis? ¿Hacia qué señala? Más que hacia la naturaleza — donde, no obstante el acento manifestatorio de nasci, el ocultamiento falta completamente — la physis; señala hacia la ALETHEIA misma. En esta palabra de Heráclito   aún es plenamente transparente el sentido positivo de la Vergessenheit, es transparente que el ser no está “sujeto al olvido” sino que, en tanto y por cuanto es manifestación, él mismo se oculta. Habiendo recordado esto, se reanuda el examen de la “cuestión del ser”. Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

Esta definición, que para la escolástica llegará a ser motus est actus entis in potentia prout in potentia, será para Descartes   y Pascal   objeto de burla. Se ríen de esto, pero porque no tienen más en cuenta lo que, por el contrario, aparecía con toda claridad para Aristóteles  : el movimiento de la movilidad como fenómeno. Lo que significa que la ALETHEIA ha desaparecido, donde podían aparecer para Aristóteles   en su unidad secreta las múltiples figuras del movimiento, de las que, según Galileo, sólo una viene a ocupar todo el lugar: la phora. Pero la phora misma ha cambiado de sentido, porque el concepto de lugar (topos) al que ella se refiere desaparece frente al de posición de un cuerpo en el espacio geométricamente homogéneo, para el que los griegos ni siquiera tenían nombre. Se trata pues de un proyecto matemático de la naturaleza sobre el fondo de una homogeneidad del espacio. Heideggeriana  : SeminarioThor1969  

“Olvido del ser” mienta en primera instancia un defecto, una omisión. En verdad, la palabra es el nombre para el destino del clareo (Lichtung) del ser en cuanto que éste, como venir-a-la-presencia, sólo puede manifestarse y determinar todo ente, si el clareo del ser, la ‘ALETHEIA, se tiene en sí, se retiene al pensar, lo cual aconteció en el comienzo del pensar occidental y en tanto comienzo suyo, y desde entonces caracteriza las épocas de la historia del ser hasta la actual era tecnológica que, sin saber de él, obedece al olvido del ser por así decir como a su principio. Heideggeriana  : NomesSagrados  

Wisser: Muy evidentemente, lo que a usted le importa ante todo es la deconstrucción de la subjetividad, y no lo que actualmente se escribe con letras mayúsculas, lo Antropológico y lo Antropocéntrico, no la idea que el hombre ya tendría, en el conocimiento que tiene de sí mismo y en la acción que realiza, capturada su propia esencia. Usted invita al hombre a prestar atención preferentemente a la experiencia del «ser-ahí» (Da-sein), donde el hombre se reconoce como una esencia abierta al Ser y el Ser se le ofrece como des-velamiento (Un-verborgenheit). Toda su obra está dedicada a probar la necesidad de una transformación así del ser del hombre a partir de la experiencia del ser «ahí». ¿Encuentra usted indicios que le permitan creer que este pensar considerado como necesario se hará realidad? Heidegger: Nadie sabe cuál será el destino del pensar. En 1964, en una conferencia que no pronuncié yo mismo, pero cuyo texto traducido fue leído en París, hablé de «El final de la filosofía y la tarea del pensar». Hago entonces una diferenciación entre la filosofía, es decir la metafísica, y el pensamiento, tal como lo entiendo. El pensar que, en esta conferencia, diferencio de la filosofía —lo que ocurre sobre todo cuando intento aclarar la esencia de la ALETHEIA griega — este pensar, es fundamentalmente en su relación con la metafísica, mucho más simple que la filosofía, pero, precisamente debido a su simplicidad, es mucho más difícil de cumplir. Y éste exige: un cuidado nuevo del lenguaje, y no una invención de términos nuevos, como había pensado yo, antaño; mucho más un retorno al contenido originario de la lengua que nos es propia, pero que es víctima (que está a la merced) de un deterioro continuo. Un pensador por venir que tal vez esté emplazado ante la tarea de asumir efectivamente este pensar que intento preparar, deberá acomodarse según una palabra que Heinrich von Kleist escribió un día y que dice: «Quedo borrado ante alguien que aún no está aquí, y me inclino, con un milenio de distancia, ante su espíritu». Heideggeriana  : Wisser


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