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Heidegger: La voz de tiempos sombríos.

Duque (2002:41-42) – sina (Geschick)

4. Sino y destino

terça-feira 6 de junho de 2023, por Cardoso de Castro

En todo caso, parece claro que en Sein und Zeit   predomina el Schicksal, el destino individual del Dasein  : «Denominamos destino al hacerse entrega de sí mismo, como tradición (Sichüberliefern), en el ‘ahí’ del instante; un hacerse entrega precursor, que yace en la resolución (Entschlossenheit  ).»

En 1927, la queda amargura de la resignación le lleva a pensar a Heidegger que esta característica y señorío del Man: «es un existenciario y pertenece como fenómeno originario a la constitución positiva del Estar» [SuZ  ., p. 129]. La historia muestra las distintas modulaciones de esta dominación mientras que. fuera de aquélla, en los instantes decisivos, en el kairos  , es posible arrancarse este yugo estúpido para empuñar la existencia auténtica — mas siempre con el presentimiento de una derrota final, ya que esta autenticidad es una modificación (un repliegue a la contra, diríamos) del Man mismo —. Tal el destino trágico del héroe: su incomprensión por parte de la masa, y la necesidad de sucumbir.

Sólo cabría una solución — en Ser y tiempo meramente insinuada, y descifrable tras los acontecimientos de los años treinta —. A saber: que hubiera otro fondo de provisión distinto al bajo continuo, macizo, del Man; que el Estar, en su [89] existencia auténtica, pudiera remitirse a algo más profundo, a algo de lo que el Man no sería sino cadáver encubridor. El precipitado, la costra fría que es la masa no dejaría ver, por lo común, el cálido latir del pueblo (Volk  ). De la conciencia de este latido y de esta latencia depende que haya historia (Geschichte  ) y no mera narración cronológica de sucesos (Historie). Sólo se es de propio y en total cuando, precursando la muerte y encarándose a ella, se toma sobre sí mismo el «carácter de yecto» (Geworfenheit  ) que el Estar es. Ese tomar es la resolución (Entschlossenheit  ), la salida del círculo vicioso del Man mediante un corte brusco, subitáneo, en el que aparece de consuno — al ponerse en situación — la «deuda» contraída, o sea: la herencia que el Estar libremente acepta para realizar su historia, para cumplir su sino (que no es nada impuesto «desde fuera», sino el hacerse tradición de sí mismo, abierto «a las circunstancias ‘felices’ y a la crueldad del acaso» [SuZ., p. 384], algo que recuerda fuertemente el Jasager del Zaratustra nietzscheano). Pero de pronto parece Heidegger «acordarse» de que el Dasein   es también Mitsein  ; y entonces, en un «salto» que poco ha de envidiar al de la suma mecánica de la mayoría democrática, el Estar se engarza con los otros, que están en el mundo, para constituir un destino (Geschick  ): «Con ello designamos el acontecer histórico de una comunidad, del pueblo.» [Ibid.]

No resulta muy convincente la mera negativa, según la cual aquí no se trata (y Heidegger repite las palabras con las que fue juzgada la sociedad — que no comunidad — democrática) de un Zusanimenvorkommen mehrerer Subjekte, pues los únicos rasgos distintivos adelantados son: Mitteilung («comunicación» y «participación») y Kampf   («lucha» o «combate») [1]. Y, dejando aparte las resonancias siniestras del último término (aunque sea verdad que Heidegger nunca leyera — al menos totalmente — Mein Kampf ni el más fanático de sus seguidores podría defender que él ha elegido aquí esta palabra de manera aséptica y neutra), también en las «democracias» hay comunicación y lucha (sin ir más lejos, según la darwiniana struggle for life). [90] Todo depende de lo que sea eso que aquí se comparte, y de lo que sea eso por lo que se lucha. En todo caso, parece claro que en Sein   und Zeit   predomina el Schicksal, el destino individual del Dasein: «Denominamos destino al hacerse entrega de sí mismo, como tradición (Sichüberliefern), en el ‘ahí’ del instante; un hacerse entrega precursor, que yace en la resolución (Entschlossenheit). En él se funda conjuntamente el sino (Geshick), por el cual entendemos el acontecer histórico del Estar dentro del ‘ser-con’ con otros.» [SuZ., p. 386] El sino colectivo es pues una modulación del destino individual, y sólo dentro de éste se cumple. No hay rastro de hipóstasis del Pueblo o el Destino, Este último — con minúsculas castellanas — forma parte de los essentialia del Estar, pero no constituye su esencia, la cual se hace patente en la cura, existente en la resolución, presta y dispuesta en el estar a la muerte precursor.


Ver online : Félix Duque


[1Ibid.: «En la participación y en la lucha se libera por vez primera la potencia del destino.»