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En Torno al Humanismo. Heidegger, Gadamer, Sloterdijk.

Duque (2002:41-42) – Stimmung

HEIDEGGER: LOS HUMORES DEL PASTOR

terça-feira 6 de junho de 2023, por Cardoso de Castro

Yo la he denominado tonalidad afectiva, pero será mejor explicitarla en sus múltiples aspectos y derivaciones.

[…] La palabra es: Stimmung [1]. Hasta la traducción al castellano es complicada, y puede dar lugar a múltiples malentendidos [2]. Yo la he denominado tonalidad afectiva, pero será mejor explicitarla en sus múltiples aspectos y derivaciones. El término que podemos escoger como «radical» (aunque, propiamente hablando, se desconoce la raíz de este amplio campo semántico) es Stimme, «voz». Pero no como un fenómeno fisiológico o psicológico, sino como metonimia de un acto cargado de autoridad, propio de un ser libre y noble, a saber, el voto en una asamblea de caballeros (como en: «conceder a cada uno su voto», es decir: su libre juicio o sentencia, luego plasmada en el voto) [3]. Esta es por lo demás una de las razones de la primacía en Heidegger del «oír» —en cuanto «percatarse» de algo y per-cibirlo (de donde vernehmen y Vernunft, normalmente traducida esta última como «razón»)— sobre el «ver», entendido como un «mantener a distancia» algo presente para hacerse de él una «idea» y así, llegado el caso, sustituir primero la cosa por su representación (la «pura teoría» cartesiana, ejemplificada en un pedazo de cera torturado por el fuego) y manipular aquélla después ad libitum. En cambio, la atenta escucha es la tensa, activa pasión del estar preparado para ser con-vocado (como en el caso de la reunión de caballeros: la vieja thing o «asamblea», de donde Ding, «cosa». Análogo origen se da en nuestra «cosa», del latín causa [4]). La visión puede en cambio ser tomada por una acción reificante, que congela en la mera presencia algo que consistía en un haz de incitaciones, estímulos o rechazos.

Del voto y la voz en asamblea se derivan a su vez términos relativos todos ellos al «acuerdo» [5]: Es stimmt!, se dice normalmente para indicar que uno está de acuerdo con algo, que la «cosa» es así. Übereinstimmung es la «concordancia»: algo que Heidegger debió de tener muy en cuenta al señalar que la Stimmung es previa a la verdad, y desde luego a la verdad predicativa, basada justamente en la concordancia (entre la mente y la cosa, según la definición tradicional). Este acuerdo aparece también en uno de los derivados más empleados en la filosofía clásica alemana: Bestimmung, que significa normalmente «determinación» y «destino», pero que literalmente quiere decir: «acción de acordar algo —ser tal o cual cosa— a algo —el sujeto—». Bestimmung es, en este sentido, un praedicatum esencial: aquello que se «acuerda» o se «con-viene» que algo sea: su significado común.

La idea de «estar de acuerdo» debió de llevar enseguida a la traslación figurada de toda la familia de stimmen al ámbito de los instrumentos musicales, aunque todavía Bach escribe Das wohltemperierte Klavier, en vez de: Das wohlgestimmte Klavier («El clave bien templado»), Stimmen es «afinar». Gestimmtsein, «estar entonado», como cuando se afina un piano. De ahí la propuesta de verter Stimmung por «tonalidad», aunque falta el matiz de la acción: «dar el tono».


Ver online : Félix Duque


[1Sobre el tema, véase el ensayo La fenomenología heideggeriana delle tonalitá emotive-fondamentali, de Klaus Held [en Franco Bianco, (cd.), Heidegger in discussione, Franco Angeli, Milán 1992, pp. 177-201], La «solución arendtiana» de Held al problema de la Grundstimmung en cuanto inicio posible de la historia, a saber: diseminar a esta en un sinfín de microhistorias (tantas como individuos «resueltos»), en función del «recuerdo» del nacimiento más que de la «anticipación» de la muerte, me parece enteramente fuorviante, como dicen los italianos. Y si —como se insinúa a veces— el nacimiento no se toma sólo a nivel de cada individuo concreto, sino como «marca» o carácter de la pertenencia a un pueblo, entonces la presunta solución se torna, no sólo extravagante, sino peligrosa, puesto que podría dar pábulo —cosa que, en lo que se me alcanza, está bien lejos de las intenciones de Held— a nacionalismos del tipo Blut und Boden, tristemente actuales entre nosotros, sin ir más lejos.

[2Como ocurre con la traducción (por otra parte excelente, y superior en muchos respectos a la de Gaos) que Jorge Eduardo Rivera ha publicado recientemente (Ed. Universitaria. Santiago de Chile, 1997). Rivera traduce Stimmung por «estado de ánimo» y Gestimmtsein por «temple anímico» (SuZ, §29; 134; Rivera. 158), con lo cual parece que hay un sujeto (el ánimo), que pasa por diferentes estados (como accidentes de una sustancia), y por otra parte se pierde el «ser» de Gestimmtsein, convirtiendo este ser o estar «afinado, entonado, acorde» en una cualidad o propiedad del ánimo, y encima con resonancias «heroicas», como si se tratase de la espada del alma (también a Gaos le gustaba eso del «temple»).

[3Ya se entrevé aquí la relación entre el Ereignis como Austrag (el término apunta al fallo o decisión de un tribunal, que emite efectivamente su veredicto, su votum) y Stimme, como voz «que se hace oír» y obedecer.

[4No como el extremo activo de la relación causal, sino en el sentido jurídico («lo que está en causa», el «encausado»), o como cuando se habla de una buena «causa».

[5De hecho, en mi traducción de O. Pöggeler, El camino del pensar de Martin Heidegger (Alianza, Madrid, 19932) yo vertí Stimmung por «acorde».