Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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mónada

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

¿Pero la re-presentatividad no es lo que es en el representar y por medio de él? ¿No se ha vuelto visible el re-presentar como la esencia fundamental de la subjetividad del subiectum? Ciertamente; pero con plenitud esencial sólo cuando reconocimos en qué medida la subjetividad no sólo se convirtió en fundamento determinante del ente como objetividad sino, al mismo tiempo, también en fundamento esencial del ente en su realidad efectiva [Wirklichkeit  ]. Sólo si pensamos la entidad como realidad efectiva se abre una conexión con el efectuar [Wirken] y el llevar a efecto [Erwirken], es decir con el dar poder al poder [Ermächtigen] como esencia de la voluntad de poder. Así existe, en virtud de ello, una relación interna entre la entidad como subjetividad y la entidad como voluntad de poder. Pero tenemos que pensar que sólo en la metafísica de Leibniz   la metafísica de la subjetividad lleva a cabo su comienzo decisivo. Todo ente es subiectum, MÓNADA. Pero todo ente es también un obiectum   determinado por el subiectum, es objeto. Mediante la subjetividad, la entidad del ente se vuelve ambigua. Ser quiere decir objetividad y al mismo tiempo, realidad efectiva; cada una ocupa el lugar de la otra, ambas se copertenecen. La esencia de la realidad efectiva es la eficacia [Wirksamkeit] (vis); la esencia de la objetividad en cuanto representatividad es la visualidad (idea  ). La interpretación del subiectum (de la substantia   en cuanto monas) en el sentido de vis primitiva activa (eficacia) es puesta por Leibniz en referencia y en contraste con la distinción medieval de potentia y actus, de manera tal que la vis no es ni potentia ni actus sino ambas a la vez de modo más originario, como unidad de perceptio y appetitus. La distinción de potentia y actus remite a la de Aristóteles   entre dynamis   y energeia. Además, el propio Leibniz señala explícitamente en varias ocasiones la conexión entre la vis primitiva activa y la “entelequia” de Aristóteles. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu  

La propia palabra que escoge Leibniz para caracterizar la substancialidad de la substancia es ya característica. La substancia es MÓNADA. La palabra griega monos quiere decir: to simple, la unidad, el uno, pero también to singular, to aislado. Leibniz sólo usa la palabra MÓNADA una vez configurada su metafísica de la substancia, es decir, a partir del año 1696. Lo que Leibniz trata de decir con el término MÓNADA resume prácticamente todos los significados griegos en una sola palabra: la esencia de la substancia reside en el hecho de que es MÓNADA. Lo auténticamente ente tiene el carácter de la simple unidad de to singular, de lo que se sostiene por sí mismo. Anticipándonos, diremos ya que la MÓNADA es lo que unifica simple y originariamente y singulariza desde un principio  . Heideggeriana  : CursoMarburgo  

Por to tanto, para llegar a una determinación suficiente de la MÓNADA, tenemos que tener en cuenta to siguiente: 1. Las MÓNADAs, las unidades, los puntos, no precisan ellos mismos una unificación, porque son ellos los que proporcionan la unidad. Son capaces de algo. 2. En cuanto elementos que proporcionan unidad, las unidades son ellas, mismas originariamente unificadoras, hasta cierto punto activas. Por eso, Leibniz llama a estos puntos vis primitiva, force primitive, fuerza originaria. 3. La concepción de la MÓNADA tiene una intención ontológico-metafísica. Por eso, Leibniz tampoco llama puntos matemáticos a los puntos, sino points metaphysiques, “puntos metafísicos” (Gerh. IV 482; Erdm. 126). Además se les llama “átomos formales”, no materiales; no son las últimas partículas elementales de la hyle  , de la materia, sino el principio originario a indivisible de la formación, de la forma, del eidos  . Heideggeriana: CursoMarburgo

Todo ente que es por sí mismo está constituido como MÓNADA. Leibniz dice así (Gerh. lI, 262): ipsum persistens… primitivam vim habet. Todo ente que es por sí mismo está dotado de fuerza. Heideggeriana: CursoMarburgo

El problema de la substancialidad de la substancia ha de ser resuelto positivamente y para Leibniz se trata de un problema de la unidad, de la MÓNADA. Es a partir del horizonte de problemas de la determinación positiva de la unidad de la substancia desde donde se debe entender todo lo que se ha dicho sobre la fuerza y su función metafísica Hay que pensar el carácter de fuerza desde el problema de la unidad implicado en la substancialidad. Leibniz delimita su concepto de vis activa, de fuerza, frente al concepto escolástico de potentia activa. De acuerdo con lo que dicen literalmente las palabras, la vis activa y la potentia activa parecen significar lo mismo. Pero: Differt enim vis activa a potentia nuda vulgo scholis cognita, quod potentia activa Scholasticorum, seu facultas, nihil   aliud est quam propinqua agendi possibilitas, quae tamen aliena excitatione et velut stimulo indiget, ut in actum transferatur (Gerh. IV 469). “Pues la vis activa se distingue de la mera capacidad para actuar, que era lo que se solía conocer en la Escolástica, porque la capacidad de actuar o la facultad de consumar una acción de los escolásticos no es otra cosa que la posibilidad próxima de hacer, llevar a término, que para llegar a su consumación precisan de un agente externo, por así decir, casi de un estímulo.” Heideggeriana: CursoMarburgo

Todo ente tiene este carácter de impulso y está determinado en su ser como elemento que impulsa. Éste es el rasgo fundamental de la MÓNADA, aunque con él no queda todavía expresamente determinada la estructura de dicho impulso. Heideggeriana: CursoMarburgo

Pues bien, aquí se encierra un enunciado metafísico del mayor alcance y que debe ser señalado desde ahora. En efecto, esta interpretación de lo auténticamente ente debe aclarar también, en cuanto general, la posibilidad de lo ente en su totalidad. ¿Qué viene a decir la tesis fundamental monadológica sobre la presencia conjunta de varios entes en la totalidad del universo? Si se interpreta la esencia de la substancia como MÓNADA y la MÓNADA como Vis primitiva, como impulso, conatus  , nisus prae-existens, como algo que impulsa de modo originario y que lleva dentro de sí aquello que unifica por completo, entonces, a la vista de esta interpretación de lo ente tan llena de consecuencias, surgen las siguientes preguntas: 1. ¿En qué medida el impulso, en cuanto tal, es aquello que unifica de modo originario y simple? 2. A la vista del carácter monádico de las substancias, ¿cómo hay que interpretar la unidad y la conexión en el universo? Si todo ente, toda MÓNADA, impulsa a partir de sí misma, esto quiere decir que lleva consigo to esencial de su ser, aquello para lo que y cómo impulsa. Todo impulsar conjunto de otras MÓNADAs es esencialmente negativo en su posible relación con cada MÓNADA singular. Ninguna substancia puede darle a otra su impulso, es decir, su parte esencial. Lo único de lo que resulta capaz es de la inhibición o desinhibición, e incluso en esta modalidad negativa funciona siempre sólo de modo indirecto. La relación de una substancia con otra es únicamente la de la limitación, y por tanto la de una relación determinada de modo negativo. Heideggeriana: CursoMarburgo

N.B. La vis activa también es designada como entelechia con una referencia a Aristóteles (vid. p. e. Syst. nouv, § 3). En la Monadología (§ 18) dicha denominación se fundamenta de la manera siguiente: car elles ont en elles une certaine perfection, “pues las MÓNADAs tienen en sí una cierta perfección”, llevan consigo, en cierto modo, una completitud, en la medida en que toda MÓNADA, como mostraremos, ya lleva consigo su positivo, de tal modo que éste es ya, al menos como posibilidad, el propio universo. Heideggeriana: CursoMarburgo

La unidad de la MÓNADA no es el resultado de una agrupación de elementos, no es algo a posteriors, sino aquello que proporciona unidad por adelantado. En cuanto aquello que proporciona unidad, la unidad es activa, es vis activa, impulso como primum constitutivum de la unidad de la substancia. Es aquí donde reside el problema central de la Monadología, el problema del impulso y la substancialidad. Heideggeriana: CursoMarburgo

El carácter fundamental de esta actividad ha quedado de manifiesto. Lo que queda oscuro es cómo puede proporcionar unidad el propio impulso. Una nueva pregunta decisiva es la siguiente: ¿cómo se constituye sobre el fundamento de dicha MÓNADA en sí misma unificadora la totalidad del universo en su conexión? Antes que nada es necesario introducir una observación. Ya se ha llamado la atención varias veces sobre el hecho de que sólo se puede encontrar el sentido metafísico de la Monadología si se emprende una reconstrucción de las conexiones y las perspectivas esenciales siguiendo el hilo conductor de lo que para el propio Leibniz era determinante en el proyecto de la Monadología. Heideggeriana: CursoMarburgo

Substantiam ipsam potentia activa et passiva primitivis praeditam, veluti to. Ego   vel simile, pro indivisibili seu perfecta monade habeo, non vires illas derivatas quae continue aliae atque aliae reperientiur (Carta a de Volder, cartesiano y filósofo en la Universidad de Leyden, 20 de junio de 1703. Gerh. II, 251; Buchenau II, 325). “Cuando tiene el carácter originario del impulso, pienso la propia substancia como una MÓNADA indivisible y completa, equiparable a nuestro yo … Heideggeriana: CursoMarburgo

“Por eso, si pensamos en las formas substanciales (vis primitiva) como algo análogo al alma, hay que poner en duda si se las ha rechazado justamente.” (Leibniz a Bernoulli, el 29 de julio de 1698; Gerh. Mathem. Schriften III, 521; Buch. II, 366). Por to tanto, las formas susbtanciales no son simplemente almas o incluso cosas nuevas y pequeños cuerpos, sino algo que corresponde al alma. Esta es solamente la ocasión que da pie al proyecto de la estructura fundamental de la MÓNADA . Heideggeriana: CursoMarburgo

La Monade dont nous parlerons ici, nest autre chose, qu’une substance simple, qui entre dans les composés; simple, c’est à dire, sans parties (Monadología, § 1). “La MÓNADA de la que se va a hablar aquí no es más que una substancia simple que penetra en lo compuesto. Es simple, es decir, no tiene partes.” Heideggeriana: CursoMarburgo

Pero cuando la substancia es, en su simplicidad, unificadora, tiene que haber ya algo múltiple que resulta unificado por ella. De lo contrario, el problema de la unificación sería superfluo y no tendría sentido. Lo que unifica, cuya esencia es la unificación, tiene que tener una relación esencial con lo múltiple. Precisamente en la MÓNADA, en cuanto elemento simple y unificador, tiene que existir la posibilidad de una multiplicidad. Heideggeriana: CursoMarburgo

Por to tanto, el impulso, la vis primitiva como primum constitutivum de la unificación originaria, tiene que ser algo que capta de antemano todo su entorno. Leibniz expresa esto de la siguiente manera: En el fundamento de su esencia la MÓNADA es re-presentadora, algo que pone-ahí-delante por adelantado [ix]. Heideggeriana: CursoMarburgo

El más íntimo motivo metafísico del carácter representador de la MÓNADA es la función ontológica unificadora del impulso. Al propio Leibniz le quedó oculta esta motivación. Pero, de acuerdo con la propia cosa, el motivo sólo puede ser éste, y no la reflexión de que la MÓNADA es, en cuanto fuerza, algo vivo y que a lo vivo le pertenece el alma, y al alma, a su vez, el representar. Bajo esta forma nos quedaríamos en un mero traspasar exteriormente eso anímico a lo ente en general. Heideggeriana: CursoMarburgo

Puesto que el impulso debe ser aquello simple y originario que unifica, tiene que ser un elemento que capta por adelantado todo su entorno, tiene que ser algo que “pone-delante por adelantado” o representa. Aquí, poner delante y por adelantado no debe ser entendido como una especial facultad del alma, sino de un modo ontológicamente estructural. Por eso, en su esencia metafísica, la MÓNADA no es alma, sino al contrario: el alma es una posible modificación de la MÓNADA. El impulso no es un acontecimiento que ocasionalmente también representa o incluso produce representaciones, sino que es esencialmente representador. La estructura del propio acontecimiento que impulsa es precaptadora, es extática. El poner-delante y por adelantado, el re-presentar, no es un mero fijar, sino una unificación que capta por adelantado y que, en su simplicidad, se proporciona a sí misma lo múltiple. En los Principes de la Nature et de la Grace Leibniz dice así (§ 2): … les actions internes… ne peuvent être autre chose que ses perceptions, (c’est à dire les représentations du composé, ou de ce qui est dehors, dans le simple)… Y a des Bosses le escribe así: Perceptio nihil aliud quam multorum in uno expressio (Gerh. 11, 311), y: Numquam versatur perceptio circa objectum, in quo non sit aliqua varietas seu multitudo (ibid 317). Heideggeriana: CursoMarburgo

Volvamos a recordarlo: el impulso que pasa anticipadamente más allá es la unidad originariamente unificadora, es decir, la MÓNADA es substantia. Substantiae non tota sunt quae contineant partes formaliter, sea res totales quae partiales continent eminenter (a de Volder el 21 de enero de 1704. Gerh. II, 263). Heideggeriana: CursoMarburgo

En la anterior carta a de Volder, Leibniz prosigue así: Si nihil sua natura activum est, nihil omnino activum erit; quae enim tandem ratio actionis si non in natura rei? Limitationem tamen adjicis, ut res sua natura activa esse possit, si actio   semper se habeat eodem modo. Sed cum omnis actio mutationem contineat, ergo habemus quae negare videbaris, tendentiam ad mutationem internam, et temporale   sequens ex rei natura. Aquí se dice claramente que, en cuanto, impulso, la actividad de la MÓNADA es en sí misma impulso para el cambio. Heideggeriana: CursoMarburgo

En el impulso mismo reside la tendencia a pasar de… a… Esta tendencia a un tránsito es to que Leibniz llama appetitus. Appetitus y perceptio son, en un sentido característico, determinaciones de la MÓNADA igual de originarias. La propia tendencia es re-presentadora. Esto quiere decir que es unificadora a partir de una unidad que pasa anticipadamente más allá, y que unifica esos tránsitos de un representar a otro que se encuentran liberados en el impulso y que se impulsan entre sí. Imo rem accurate considerando dicendum est nihil in rebus esse nisi substantias simplices et in his perceptionem atque appetitum (a de Volder; Gerh. lI, 270). Heideggeriana: CursoMarburgo

El progressus perceptionum es lo originario de la MÓNADA, la tendencia al tránsito de representaciones, el impulso. Heideggeriana: CursoMarburgo

La MÓNADA es unificadora por adelantado de modo simple y originario, de tal modo que precisamente dicha unificación singulariza. La íntima posibilidad de la individuación, su esencia, reside en la MÓNADA en cuanto tal. Su esencia es el impulso. Heideggeriana: CursoMarburgo

En cuanto dicho elemento unificador, el impulso es la naturaleza de un ente. Toda MÓNADA tiene su respectiva “propre constitution originale”. Dicha constitución le viene dada en el mismo momento de la creación. Heideggeriana: CursoMarburgo

¿Qué es lo que, en el fondo, determina a cada MÓNADA para que sea la MÓNADA concreta que es en cada respectivo caso? ¿Cómo se constituye la propia individuación? Recurrir a la creación sólo sirve para explicar dogmáticamente el origen de lo individuado, pero no esclarece la individuación misma. ¿En qué consiste ésta? La respuesta a esta pregunta tiene que aclarar aún más la esencia de la MÓNADA. Heideggeriana: CursoMarburgo

Parece evidente que la individuación tiene que ocurrir en aquello que constituye fundamentalmente la esencia de la MÓNADA, es decir, en el impulso. ¿Qué carácter esencial de la estructura del impulso hace posible la correspondiente singularización, fundamentando de este modo la respectiva singularidad de la MÓNADA? ¿En qué medida eso originariamente unificador es precisamente, en cuanto elemento que unifica, un modo de singularizarse? Si anteriormente hemos dejado al margen la vinculación con la creación es sólo porque se trata de una explicación dogmática. No obstante, el sentido metafísico que se expresa en la caracterización de la MÓNADA como un elemento creado es la finitud. Formalmente finitud significa limitación. ¿En qué medida es limitable el impulso? Si, como limitación, la finitud forma parte de la esencia del impulso, tiene que determinarse a partir del rasgo metafísico fundamental del impulso. Pero este rasgo fundamental es una unificación de tipo re-presentador, una unificación que pasa anticipadamente más allá. En este unificar representador reside una posesión anticipada de unidad hacia la que mira el impulso en cuanto impulso que representa y tiende a pasar más allá. En el impulso en cuanto appetitus representador reside algo parecido a un punto hacia el que se dirigen desde el principio la atención y la mirada; se trata de la propia unidad, a partir de la cual unifica el impulso. Este punto de mira, point de vue, punto de vista, es constitutivo del impulso. Heideggeriana: CursoMarburgo

En este punto de vista — y siempre en una determinada perspectiva de to ente y de to posible — prácticamente se capta con los ojos todo el universo, pero de tal modo que hasta cierto punto se quiebra en él, de acuerdo con el grado del impulsar de una MÓNADA, es decir, de acuerdo con su posibilidad de unificarse a sí misma en su multiplicidad. De aquí se deduce claramente que en la MÓNADA, en cuanto impulso que representa, reside un cierto co-representar de ella misma. Heideggeriana: CursoMarburgo

Este desvelarse a sí misma puede tener varios grados que van desde la completa trasparencia haste la ceguera y ensordecimiento más completos. A ninguna MÓNADA le faltan la perceptio y el appetitus, y por ende   un cierto grado de autoapertura (que, desde luego, no es ningún co-re-presentarse-a-sí-misma) aunque sea del grado más ínfimo. Por consiguiente, el correspondiente punto de vista y la consiguiente posibilidad de unificación, la unidad, es siempre lo que singulariza a cada MÓNADA. Heideggeriana: CursoMarburgo

Precisamente en la misma medida en que unifica — y ésa es su esencia — la MÓNADA se singulariza. Pero en esa singularización, en el impulso que parte de su propia perspectiva y de acuerdo con su posibilidad, la MÓNADA sólo unifica ese universo que está representado en ella de modo anticipado. Y, así, cada MÓNADA es en sí misma un mundus concentratus. En el impulsar, todo impulso concentra siempre en sí y a su manera a un mundo. Heideggeriana: CursoMarburgo

Como toda MÓNADA es a su manera el mundo, en la medida en que ella lo presenta, todo impulso está en consensus con el universo. Debido a este consenso de todo impulso representador con el universo, también las MÓNADAs se encuentran en conexión entre ellas. En la idea de la MÓNADA como impulso que representa y que tiende a pasar más allá, al tránsito, está implícito que a la MÓNADA le pertenezca siempre el mundo en un quiebro perspectivista y que, por ende, todas las MÓNADAs, en cuanto unidades de impulso, estén orientadas anticipadamente hacia la armonía predispuesta del todo de lo ente: harmonia praestabilita. Heideggeriana: CursoMarburgo

Ahora bien, en cuanto constitución fundamental del mundo real, de la actualia, la harmonia praestabilita es aquello que surge de forma opuesta a la MÓNADA central — Dios — en cuanto elemento impulsado. El impulso de Dios es su voluntad, pero el correlato de la voluntad divina es el optimum, distinguendum enim inter ea, quae Deus potest et quae vult: potest omnia, vult optima. Actualia nihil aliud sunt quam possibilium (omnibus comparatis) optima; Possibilia sunt, quae non implicant contradictionem (a Bernoulli con fecha de 1 de febrero de 1699; Schmalenbach lI, 11). Heideggeriana: CursoMarburgo

En toda MÓNADA reside potencialmente la totalidad del universo. Por lo tanto, la singularización que tiene efecto en el impulso es siempre esencialmente una singularización de un ente que pertenece monádicamente al mundo. Las MÓNADAs no son piezas aisladas que sólo dan lugar al universo mediante su suma. Cada MÓNADA, en cuanto impulso con un carácter definido, es siempre ella misma y a su modo el universo. El impulso es un impulso re-presentador, que representa siempre el mundo desde un punto de vista. Toda MÓNADA es un pequeño mundo, un microcosmos. Este último término sigue sin captar lo esencial en la medida en que toda MÓNADA es el universo porque, al impulsar, representa siempre en su unidad la totalidad del mundo, aunque no consiga captarla de forma total. Toda MÓNADA es siempre, según su grado de vigilancia, una historia del mundo que presenta al mundo. Por eso, hasta cierto punto el universo se encuentra multiplicado tantas veces como MÓNADAs haya, análogamente a como la misma ciudad es presentada de distinta manera de acuerdo con las situaciones siempre distintas de los distintos observadores singulares (Discours, § 9). Heideggeriana: CursoMarburgo

A partir de todo lo dicho, se puede entender la imagen que Leibniz gusta de emplear a menudo para caracterizar la esencia global de la MÓNADA. La MÓNADA es, un espejo viviente del universo. Heideggeriana: CursoMarburgo

En esta frase se expresan varias cosas: 1. La diferenciación de las MÓNADAs es una diferenciación necesaria, que forma parte de su esencia. Unificando, cada una desde su punto de vista, se singularizan a sí mismas. 2. Por eso, las MÓNADAs son de suyo el origen de su respectiva diversidad fundada sobre su modo de ver, perceptio-appetitus. 3. Este ex-poner el universo, siempre unificador y en una singularización, es precisamente lo que le atañe siempre a la MÓNADA como tal en su ser (impulso). 4. La MÓNADA es el universo siempre en una concentración. El centro de la concentración es el respectivo impulso que se determina siempre desde un punto de vista: concentrationes universi (Gerh. II, 278). 5. La MÓNADA es speculum vitale (vid. Principes de la Nature, § 3, Monadología, §§ 63 y 77, y la carta a Rémond, Gerh. III, G23). Espejo, speculum, es un hacer-ver: Miroir actif indivisible (Gerh. IV, 557; Schmal. I, 146), un reflejar impelente, indivisible y simple. Es sólo en el modo del ser monádico como llega a darse este hacer-ver y como se consuma el respectivo desvelamiento del mundo. El reflejar no es un reproducir estático y rígido, sino que a su vez, en cuanto tal, es él mismo un impulsar hacia nuevas posibilidades de sí mismo que va están prefiguradas. En su posesión anticipada de un universo en un punto de vista, que es el único lugar desde donde es posible divisar lo múltiple, el reflejar es simple. Heideggeriana: CursoMarburgo

A partir de aquí se puede delimitar de modo mucho más preciso, y desde una perspectiva nunca contemplada, la esencia de la substancia finita. En una carta a de Volder del 20 de junio de 1703, Leibniz dice así (Gerh. 11, 249): omnis substantia est activa, et omnis substantia finita est passiva, passioni autem connexa resistentia est. ¿Qué se quiere decir con esto? En la medida en que la MÓNADA es siempre la totalidad en un punto de vista, precisamente debido a esta relación de dependencia con el universo, es finita: se comporta en relación con una resistencia, respecto a eso que ella no es, pero que también podría ser. Es verdad que el impulso es activo, pero en todo impulso finito que se consuma siempre en una perspectiva reside siempre y necesariamente una resistencia que se opone al impulso en cuanto tal. Porque, efectivamente, en la medida en que impulsa siempre desde un punto de vista hacia todo el universo, el impulso es sólo de ese modo y no mucho más. Está modificado por el punto de vista. Todavía nos resta señalar que, en cuanto impulsar, el impulso está referido a una resistencia precisamente porque aunque potencialmente puede ser todo el universo, de hecho no lo es. De la finitud del impulso forma parte esta pasividad, en este sentido de lo que el impulso no llega a impulsar. Heideggeriana: CursoMarburgo

Debido a esta pasividad esencial y originaria, la MÓNADA tiene la íntima posibilidad del nexus con la materia secunda, con la massa, con la resistencia determinada en el sentido de la masa y el peso materiales (vid. la correspondencia con el matemático Joh. Bernoulli y con el jesuita des Bosses, profesor de Filosofía y Teología en el colegio de jesuitas de Hildesheim). Heideggeriana: CursoMarburgo

Este momento estructural de la pasividad le aporta a Leibniz el fundamento para hacer comprensible metafísicamente el nexus de la MÓNADA con un cuerpo material (materia secunda, massa) y para mostrar de modo positivo por qué la extensio, tal como enseñaba Descartes  , no puede constituir la esencia de la substancia material. Pero aquí no podemos entrar en estas profundidades, ni tampoco seguir desarrollando ulteriormente la estructura de la Monadología ni de los principios metafísicos que con ella se vinculan. Heideggeriana: CursoMarburgo

(6) A la esencia de la imagen le corresponde la cohesión, el sistema. Con esto no nos — referimos a la simplificación y reunión artificial y externa de lo dado, sino a la unidad de la estructura en lo re-presentado como tal, unidad que se despliega a partir del proyecto de objetividad de lo ente. En la Edad Media, el sistema es imposible, pues allí lo único esencial es el orden de las correspondencias, concretamente el orden de lo ente en el sentido de lo creado por Dios y previsto como tal creación suya. El sistema aun resulta más ajeno al mundo griego, por mucho que en los tiempos modernos se hable erróneamente de sistema platónico y aristotélico. En la investigación, la empresa es una determinada conformación y disposición de lo sistemático en las que éste determina al mismo tiempo la disposición en una relación de reciprocidad. Allí donde el mundo se convierte en imagen, el sistema se hace con el dominio, y no sólo en el pensamiento. Pero donde el sistema es guía, también cabe siempre la posibilidad de la degeneración hacia la exterioridad de un sistema que simplemente ha sido fabricado y ensamblado. De hecho, esto es lo que ocurre cuando falta la fuerza originaria del proyecto. Aún no se ha comprendido la singularidad, diversa en sí misma, de la sistemática que se advierte en Leibniz, Kant  , Fichte  , Hegel   y Schelling  . Su grandeza reside en que, frente a Descartes, no se despliega a partir del subjectum como ego y substancia finita, sino, ya sea, como en Leibniz, a partir de la MÓNADA, como en Kant, a partir de la esencia trascendental de la razón finita, arraigada en la imaginación, como en Fichte, a partir del Yo infinito, como en Hegel, a partir del Espíritu como saber absoluto o, como en Schelling, a partir de la libertad en tanto que necesidad de todo ente, el cual como tal ente, sigue estando determinado por la diferencia entre fundamento y existencia. Heideggeriana: ImagemMundo

5. El repraesentare como perceptio-appetitus en el sentido de vis primitiva activa es la actualitas   de cada subiectum en el antiguo sentido y determina la esencia de la substancia como MÓNADA. La diferencia correspondiente entre fenómeno y phainesthai. Heideggeriana: HistoriaSer  

De manera introductoria y casi incidentalmente, encubierta en proposiciones subordinadas, Hegel expresa en el primer parágrafo de la “Introducción” lo que sostiene su metafísica: el absoluto está ya en nosotros y quiere estar en nosotros. El conocer es el rayo del absoluto que nos toca, no un propósito que obtenemos “posteriormente” en dirección hacia el absoluto. Desde el auténtico recuerdo de la historia de la metafísica, debiéramos saber que ésta desde Platón   y Aristóteles sólo piensa el ente como ente, en tanto a la vez piensa al máximo ente (timietaton on = to theion  ) y a su vez éste como el fundamento y la causa (arche — aition  ) de todo ente y con ello del ser. En tanto el ente es pensado como ente (on he on), la metafísica es ontológica. En tanto el ente como ente es pensado desde el máximo ente, la metafísica es teológica. La metafísica es en su esencia ontoteológica. Ello rige no sólo para la metafísica de Platón y para la de Aristóteles o hasta para la metafísica cristiana. También la metafísica moderna es de Descartes a Nietzsche   ontoteológica. La fundamentación y evidencia del principio de autocerteza del ego cogito   tiene su fundamento en la idea innata substantiae infinitae, es decir, Dei  . Cada MÓNADA divisa en una determinada perspectiva el universo y con él la MÓNADA central de Dios. Toda razón del hombre, como relación fundamental de su esencia con el ente, está determinada según Kant por los postulados de la razón práctica, en los que está planteada la existencia del máximo bien como de lo incondicionado. Y el ser como “voluntad de poder” es también según Nietzsche sólo posible sobre el fundamento de lo incondicionado, que él sólo puede expresar todavía como “el eterno retorno de lo igual”. Heideggeriana: HegelFenomenologia  

En todo caso podemos constatar también históricamente la plenitud de transformaciones del estar presente mediante la indicación de que el estar presente se muestra como el hen  , el Uno único y unificador, como el logos  , la recolección que salvaguarda todo, como la idea, ousia  , energeia, substantia, actualitas, perceptio, MÓNADA, como objetividad, como legalidad o positividad legal del autoponerse en el sentido de la voluntad de razón, de amor, de espíritu, de poder, como voluntad de querer en el eterno retorno de lo semejante. Lo historiográficamente constatable se deja hallar dentro de la historia. El despliegue de la plenitud de transformaciones del ser tiene el parecido de una historia del ser. Pero el ser no tiene una historia, tal y como tiene su historia una ciudad o un pueblo. Lo histórico de la historia del ser se determina manifiestamente por y sólo por cómo acontece el ser, y esto quiere decir de acuerdo con lo que se acaba de exponer, por la manera como Se da el ser. Heideggeriana: TempoYSer