Sea cual fuere empero la interpretación que el Dasein hace suya, el hecho es que su ser siempre se proyecta en ciertas posibilidades, es decir, que su ser se ejecuta a sí mismo (vollzieht sich) en la aceptación de las posibilidades ajenas ofrecidas. Si no lo hiciera, el Dasein no existiría. Existir es siempre existir por sí mismo, aunque el sí-mismo que se escoja sea el sí-mismo mostrenco de los topoi del “uno”. O sea, desde el punto de vista de la ejecución de su ser, el Dasein siempre se proyecta en un comprender efectivo en el que, en definitiva, se juega su propio ser.
Dicho de otra manera, por debajo de la interpretación impropia de sí mismo y sosteniéndola, el Dasein pone en juego real y verdaderamente su ser, ese ser que se caracteriza por ser cada vez mío, esto es, por la Jemeinigkeit. Ahora bien, en la ejecución de su ser que entonces tiene lugar hay una comprensión preontológica de ese mismo ser. Más abajo de la explicitud encubridora de la interpretación en que inmediata y regularmente [25] se halla instalado, el Dasein tiene una comprensión “muda”, es decir, una comprensión sin palabras y puramente ejecutiva de su ser. La posibilidad de acceder al verdadero ser del Dasein radica en esta comprensión preontológica que el Dasein es en y por sí mismo. ¿Cómo llamar a esta comprensión no explicitada, es decir, carente de interpretación adecuada, a esta comprensión silenciosa, oscura y soterraña? En Heidegger las designaciones son fugitivas y casi siempre parten de lo explícito de la comprensión teórica y llaman a lo previamente implícito con nombres negativos, que sólo dicen lo que ese comprender implícito no es. Así, por ejemplo, se habla de lo “inexpreso”, de lo “no llamativo”, de lo “oculto”, de lo “tácito” (stillschweigend), de lo “originario”, a diferencia de lo derivado, de lo “indeterminado”, frente a lo “determinado” del conocimiento temático; se habla de lo “no destacado”, de lo puramente “experimentado” (erfahren), se habla así también de una Grunderfahrung, de una “experiencia de fondo”. Veamos un ejemplo entre muchos. Refiriéndose a lo que en la fenomenología, tal como se la entiende en Ser y tiempo , debe ser convertido en tema de una exhibición explícita, Heidegger nos dice en el § 7, que versa sobre el método de la investigación: “¿Qué es eso que la fenomenología debe ‘hacer ver’? ¿A qué se debe llamar ‘fenómeno’ en un sentido eminente? ¿Qué es lo que por esencia necesariamente debe ser tema de una demostración explícita? Evidentemente, aquello que de un modo inmediato y regular precisamente no se muestra, pero que al mismo tiempo es algo que pertenece esencialmente a lo que inmediata y regularmente se muestra, hasta el punto de constituir su sentido y fundamento” (SZ :58). Este texto merece comentario. Lo que la fenomenología de Ser y tiempo tiene que “hacer ver” de un modo explícito es precisamente aquello que en la existencia cotidiana no se muestra. Entiéndase: no se muestra en una interpretación explícita, interpretación explícita que no necesariamente ha de ser una interpretación teórico-filosófica, sino que bien puede ser, y ordinariamente es, la mera interpretación “vital” que hemos llamado Auslegung. Pero eso que no se muestra con explicitud, en alguna forma tiene que mostrarse para que la fenomenología lo pueda describir tal como es en sí mismo. O sea, eso que no se muestra, se dice que “no se muestra” en el sentido del mostrarse explícito de la Auslegung. Pero, en cambio, eso mismo “se muestra” en otro sentido. A este otro sentido alude una nota del Hüttenexemplar que se añade a la frase “… pero que al mismo tiempo es algo que pertenece esencialmente a lo que inmediata y regularmente se muestra, hasta el punto de constituir su sentido y fundamentó’’ (SZ :58, destacado por mí). En relación a esta frase Heidegger acota: “Verdad del ser” (Wahrheit-des-Seins). Dejemos por el momento en suspenso esta acotación, que sin duda pertenece a una época posterior. Ya veremos lo que en ella va implicado. Pero digamos, por lo pronto, siguiendo a Heidegger, que eso que inmediata y regularmente no se muestra “pertenece esencialmente a lo que inmediata y regularmente se muestra, hasta el punto de constituir su sentido y fundamentó". Lo cual significa que está en conexión esencial con lo que se muestra y que, por consiguiente, también en alguna forma ello mismo se muestra. Estas dos palabras, sentido y fundamento, nombran lo “originario” que se “esconde” tras lo a primera vista exhibido. Son ahora, por excepción, dos palabras positivas, que apuntan a lo que desde las entrañas mismas del Dasein está permitiendo el acceso a la explicitación teorética.