Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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GA70: 105. Ser-ahí

sábado 10 de junho de 2017

Dina Picotti

Ser-ahí se esencia tan sólo en el otro comienzo y permanece incomparable con aquello que antes en la metafísica fue conocido y realizado como ensamble esencial del hombre (alma, espíritu, conciencia, autoconciencia, razón, vida). Incomparable con ello no sólo porque acaso ser-ahí sea otra determinación del hombre. No lo es para nada en verdadero sentido, sino tan sólo en consecuencia esencial y luego no sólo de otro contenido (acaso en lugar de subjetividad “el ser ahí”), sino de otro modo y de otra esencia, es decir, antes de otro comienzo es ser-ahí. Su esencia pertenece enteramente al ser [Seyn] como evento-apropiador, que es el otro comienzo. “Ser-ahí” no es tampoco dilucidable a través de ninguna correspondencia, ni en ninguna parte cobijable en marcos corrientes. Determina tan sólo él mismo la localidad y temporalidad de la fundación de la verdad del ser en el ente.

El sumo otorgamiento que acaece como el ser [Seyn] es el del ser-ahí.

El ser-ahí, entendido en todo otro sentido que en Ser y tiempo   y pensado aun más inicialmente que aquí, es el esenciarse del espacio-tiempo para todo ser del ente.

Lo que es llamado “ser-ahí” permanece extraño para todo pensar metafíisico, pero no es tampoco alojable en lo que se esencia en el primer comienzo.

Pero ante todo hay que prevenir a los actuales de la apariencia de una conexión con el hombre, apariencia de la que en cierto respecto también fue víctima aun Ser y tiempo  , pero apariencia que mantiene su consistencia también en que la esencia, correspondientemente transformada del hombre histórico para el ser-ahí, es reivindicada por el ser [Seyn].

En el reponerse del ser [Seyn] es precisamente el ser-ahí en su inicialidad despedido y ad-mitido. (2007, p. 117)

Original

Da-sein wesl erst im anderen Anfang und bleibt, mit Jeglichem unvergleichlich., was vordem in der Metaphysik als Wesensgefüge des Menschen erkannt und vollbracht, worden (Seele, Geist, Bewußtsein, Selbstbewußtsein, Vernunft, Leben). Unvergleichlich damit nicht nur, weil etwa Da-sein eine andere Bestimmung des Menschen ist. Sie ist. dies überhaupt nicht im eigentlichen Sinne, sondern erst in der Wesensfolge und dann nicht nur anderen Gehaltes (etwa statt Subjektität »das Dasein«), sondern in anderer Weise und anderen Wesens, d.h. zuvor anderen Anfangs ist. Da-sein. Sein Wesen gehört ganz dem Seyn als Er eignis, das der andere Anfang ist. »Da-sein« läßt sich auch durch keine Entsprechung [130] erläutern und nirgendwo in geläufigem Rahmen unterbringen. Es bestimmt je selbst erst die Ort- und Zeit-schaft der Gründung der Wahrheit des Seins in das Seiende.

Die höchste Gewährung, die sieh als das Seyn ereignet, ist die des Da-seins.

Das Da-sein, in dem ganz anderen Sinne von »Sein und Zeit  « verstanden und noch anfänglicher gedacht als hier, ist die Wesung des Zeit-Raumes für alles Sein des Seienden.

Was »Da-sein« genannt wird, bleibt befremdlich für alles metaphysische Denken, ist aber auch nicht, unterzubringen in dem, wras im ersten Anfang west.

Vor allem aber ist den Heutigen der Schein eines Zusammenhangs mit dem Menschen abzuwehren, welchem Schein in gewisser Hinsicht auch noch »Sein und Zeit  .« zum Opfer fiel, welcher Schein aber auch daran seinen Halt behält, daß das entsprechend gewandelte Wesen des geschichtlichen Menschen für das Da-sein vom Seyn in den Anspruch genommen wird.

In der Verwindung des Seyns wird gerade das Da-sein in seine Anfänglichkeit entlassen und zu-gelassen.


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