Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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justicia

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

Gerechtigkeit   / Rechtmässigkeit

¿En qué verdad está el ente cuando es pensado como ente en la metafísica? Evidentemente, la metafísica misma es esta verdad del ente en cuanto tal. ¿Cuál es el tipo esencial de este desocultamiento? ¿Dice alguna vez la metafísica algo sobre la esencia de la verdad en la cual y desde la cual ella misma piensa el ente, verdad como la que esencia [west] incluso ella misma? Jamás. ¿O sólo hablamos así, en apariencia desmesuradamente, porque hasta ahora hemos buscado vanamente lo que dice la metafísica sobre la esencia de la verdad en que ella misma está? ¿Acaso hemos buscado vanamente sólo porque preguntábamos de un modo aún insuficiente? Si esto fuera así, tendremos que admitir una rectificación. Provisoriamente, sin embargo, la referencia al concepto metafísico de JUSTICIA de Nietzsche   mostró que éste no era capaz de reconocer en la JUSTICIA que él pensaba ni su esencia de verdad en general ni el rasgo esencial de la verdad de su metafísica. ¿Radica esta incapacidad en que esta metafísica es metafísica de la voluntad de poder, o radica en que es metafísica, y sólo en ello? Radica en que la metafísica deja impensado el ser mismo. Al pensar el ente en cuanto tal, roza el ser de modo pensante para pasarlo enseguida por alto en beneficio del ente, al cual regresa y en el cual se aloja. Por eso, la metafísica piensa efectivamente el ente en cuanto tal, pero no piensa el “en cuanto tal” mismo. En el “en cuanto tal” se dice: el ente está desoculto. El he en el on he on, el qua en el ens qua ens, el “en cuanto” en el “ente en cuanto ente”, nombran el desocultamiento, impensado en su esencia. Algo tan significativo cobija el lenguaje de manera tan poco visible en voces [Wörter] tan sencillas cuando éstas son efectivamente palabras [Worte]. El “en cuanto tal” roza, nombrándolo, el desocultamiento del ente en su ser. Pero puesto que el ser mismo permanece impensado, también el desocultamiento del ente permanece impensado. Heideggeriana  : NiilismoSer  

La época del ocultamiento del ser en el desocultamiento del ente del tipo de la voluntad de poder es la edad de la acabada indigencia del ente en cuanto tal. Pero esta época sólo comienza a instaurar en su completitud el dominio de la inesencia del nihilismo. El curso histórico de esta época se encuentra bajo la apariencia de que el hombre, que se ha liberado para acceder a su humanidad, ha tomado libremente en su poder y a su disposición el ordenamiento del universo. Lo recto parece haber sido encontrado. Sólo resta instituirlo correctamente e instituir así el dominio de la JUSTICIA como supremo representante de la voluntad de voluntad. Heideggeriana  : NiilismoSer

La esencia, según la historia del ser, de la indigencia de esta época se basa en la necesidad de la falta de necesidad. Más inquietante [unheimlich  ] que la falta de Dios, por ser más esenciante y más antiguo, es el destino del ser como el cual la verdad del ser se rehúsa en medio del embate del ente y sólo del ente. Lo inquietante de esta necesidad ausente-presente se vuelve inaccesible por el hecho de que todo lo real que afecta al hombre de esta época y lo arrastra consigo, el ente mismo, le es completamente familiar, pero que, precisamente por ello, la verdad del ser no sólo no le es familiar sino que, siempre que aparece “ser”, lo despacha como el fantasma de la mera abstracción, con lo que no lo reconoce y lo rechaza como una nula nada. En lugar de pensar sin cesar en la histórica plenitud esencial de la palabra “ser” (como sustantivo y como verbo), sólo se oyen, abandonando todo pensar rememorante, simples vocablos, cuya mera resonancia es sentida con JUSTICIA como molesta. Heideggeriana: NiilismoSer

Si Nietzsche, por el hecho de comprender a estas categorías como valor, se sale del cauce de la metafísica y se designa entonces con JUSTICIA como “antimetafísico”, o si sólo lleva la metafísica a su final definitivo y se convierte por ello él mismo en el último metafísico, éstas son cuestiones respecto de las cuales sólo nos encontramos en camino, pero cuya respuesta está ligada de la manera más íntima con la aclaración del concepto nietzscheano de nihilismo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu  

El nihilismo pasivo se contenta con: no hay verdad en sí; esto quiere decir para él: no hay verdad en absoluto. El nihilismo activo, en cambio, se pone en marcha para determinar la verdad en su esencia desde el lugar desde donde todo recibe su determinabilidad y su determinación. El nihilismo activo reconoce a la verdad como una forma de la voluntad de poder y como un valor de rango determinado. Si, además, la voluntad de poder se experimenta explícitamente como el fundamento de la posibilidad de la verdad, si se comprende y configura a la verdad como una función de la voluntad de poder (como JUSTICIA), entonces el nihilismo extremo, en cuanto activo, se transforma en el nihilismo clásico. Pero puesto que el nihilismo activo ya conoce y reconoce a la voluntad de poder como carácter fundamental del ente, para él el nihilismo no es una mera “contemplación” (n. 24), el mero no del juicio, sino el no de la acción: “se pone manos a la obra”; “se destruye”. No sólo se contempla que algo es nulo, se lo elimina, se lo derriba y se crea un espacio libre. Por ello, el nihilismo clásico mismo es el “ideal   del supremo poderío” (n. 14). Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Para Nietzsche, la subjetividad también es incondicionada, pero en otro sentido, de acuerdo con la esencia de la verdad determinada de otro modo. Aquí la verdad misma es en esencia error, con lo que pierde validez la distinción entre verdad y no verdad. La distinción queda entregada a la sentencia soberana de la voluntad de poder, que dispone de manera incondicionada de los respectivos papeles de las respectivas perspectivas según las necesidades de poder del caso. Puesto que la disposición sobre lo verdadero y lo no verdadero, la sentencia sobre el respectivo papel de la respectiva apariencia y error, así como la producción de apariencia para la conservación y el acrecentamiento de poder están únicamente a cargo de la voluntad de poder, la esencia de la verdad adecuada al poder es, para Nietzsche, la “JUSTICIA”. Sin embargo, para comprender el sentido nietzscheano de esta palabra “JUSTICIA” tenemos que dejar de lado inmediatamente todas las representaciones sobre la “JUSTICIA” que provengan de la moral   cristiana, humanista, iluminista, burguesa y socialista. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

JUSTICIA como modo de pensar constructivo, eliminador, aniquilador, a partir de las estimaciones de valor: supremo representante de la vida misma (XIII, n. 98). Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Y: “JUSTICIA, como función de un poder que mira lejos en torno a sí, que ve más allá de las pequeñas perspectivas del bien y del mal, que tiene, por lo tanto, un horizonte de ventaja más amplio, la intención de conservar algo que es más que esta o aquella persona  .” (XIV, Primera mitad, n. 158) Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Este “algo” a cuya conservación está referida exclusivamente la JUSTICIA es la voluntad de poder. Esta nueva “JUSTICIA” ya no tiene nada que ver con una decisión sobre lo justo y lo injusto de acuerdo con una jerarquía y una medida verdadera, existente en sí, sino que la nueva JUSTICIA es activa, y sobre todo “agresiva”, sólo desde su propio poder pone lo que deba llamarse justo e injusto. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En conformidad con esta esencia de la verdad como JUSTICIA, la subjetividad de la voluntad de poder, a la que la JUSTICIA “representa”, es incondicionada. Pero este carácter incondicionado tiene ahora un sentido diferente que, por ejemplo, en la metafísica de Hegel  . Éste pone a la no verdad como un nivel y una unilateralidad que queda superada en la verdad. La metafísica de Nietzsche pone inmediatamente la no verdad, en el sentido de error, como la esencia de la verdad. La verdad — así constituida y comprendida — proporciona al sujeto la incondicionada disposición sobre verdadero y falso. La subjetividad no sólo queda liberada de todo límite sino que ella misma dispone ahora de todo poner y quitar límites. No es la subjetividad del sujeto la que transforma la esencia y la posición del hombre en medio del ente. Antes bien, el ente en su totalidad ha experimentado ya una interpretación diferente por medio de aquello de donde toma su origen la subjetividad, por medio de la verdad del ente. Por ello, con la transformación del ser-hombre en sujeto la historia de la humanidad moderna no recibe simplemente nuevos “contenidos” y nuevos ámbitos de acción, sino que el curso mismo de la historia se vuelve diferente. En apariencia, todo no es más que descubrimiento, investigación, descripción, organización y dominio del mundo, en todo lo cual el hombre se expande y, como consecuencia de la expansión, distiende su esencia, la aplana y la pierde. En verdad, sin embargo, de este modo no hacen más que delinearse los rasgos fundamentales de acuerdo con los cuales se acuñará la subjetividad incondicionada de la humanidad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Preguntamos nuevamente: Qué ocurre ahora, en el ocaso, con la esencia metafísica de la verdad? Qué dice sobre la verdad aquel que entra en el ocaso, aquel a quien Nietzsche denomina Zaratustra? ¿Qué pensamiento piensa Nietzsche acerca de la esencia de la verdad en los años de la creación de Así habló Zaratustra? Nietzsche piensa al extremo la esencia de la verdad en los términos de lo que llama “JUSTICIA”. Heideggeriana: VontadePoder  

El pensamiento de la JUSTICIA domina desde temprano el pensar de Nietzsche. Historiográficamente puede mostrarse que se le ilumina en una meditación sobre la metafísica preplatónica, en especial la de Heráclito  . Pero el hecho de que precisamente este pensamiento griego de la JUSTICIA, de la dike  , se encendiera en él y siguiera ardiendo de modo cada vez más oculto y silencioso a lo largo de todo su pensar, inflamándolo continuamente, no tiene su razón en esas ocupaciones “historiográficas” con la filosofía preplatónica sino en la destinación histórica a la que se somete el último metafísico de occidente. Por ello Nietzsche ha creado en la figura de Zaratustra el ideal de ese pensar que era para él mismo inalcanzable. Por eso también, en la época del Zaratustra el pensamiento de la JUSTICIA se expresa, aunque rara vez, de la manera más decidida. Los pocos pensamientos capitales sobre la “JUSTICIA” no fueron publicados. Se encuentran en breves notas redactadas en la época del Zaratustra. Después, en los últimos años, Nietzsche calla completamente sobre lo que llama JUSTICIA. Sobre todo, en ninguna parte se encuentra el menor intento de establecer, de modo explícito y partiendo de los fundamentos primeros de su pensar, una conexión estructurada entre el pensamiento de la JUSTICIA y los comentarios acerca de la esencia de la verdad. Además, falta toda indicación de que, y por qué, la abolición de la distinción metafísica de un mundo verdadero y un mundo aparente obliga a volver a la antigua determinación metafísica de la esencia de la verdad como omoiosis y al mismo tiempo, a interpretarla sin embargo como aJUSTICIA”. Heideggeriana: VontadePoder

En primer lugar trataremos de pensar hasta el extremo la esencia de la verdad preguntándonos qué será de la verdad después de la eliminación de la distinción de un mundo verdadero y un mundo aparente. A partir de allí se tratará entonces de ver qué, y cómo, en ese extremo se vuelve inevitable el pensamiento de la “JUSTICIA”. En esto, todo depende de que se comprenda la JUSTICIA en el sentido de Nietzsche y de que sus pocas expresiones sobre ella se integren en el dominio de la cuestión de la verdad metafísica que hemos venido caracterizando hasta el momento. La comprensión de estos pasos y la posibilidad de rehacerlos dependen del éxito del primero. En esto Nietzsche no nos proporciona ninguna ayuda, ya que no fue capaz de ver el enraizamiento histórico de la cuestión metafísica de la verdad en general y el de sus propias decisiones en particular. Heideggeriana: VontadePoder

Si la verdad es en esencia una asimilación al caos, y si este asimilar ordena e inventa, surge con mayor fuerza la pregunta: ¿de dónde toman su medida, su directiva [Richte] el tener-por-verdadero y el ser verdadero, en cuanto asimilación, de dónde surge algo recto [Rechte]? Preguntando de este modo hemos llevado al extremo el tener-por-verdadero como ordenar y la omoiosis como asimilación al caos. Se vuelve inevitable el pensamiento de que la asimilación misma y sólo ella puede y debe dar la medida y producir lo recto, de que ella decide en esencia sobre la medida y la directiva. En cuanto omoiosis, la verdad tiene que ser lo que Nietzsche llama “JUSTICIA” [Gerechtigkeit]. Heideggeriana: VontadePoder

¿Qué quiere decir Nietzsche con la palabra “JUSTICIA”, que nosotros inmediatamente relacionamos con el derecho y la jurisprudencia, con la moralidad y la virtud? Para Nietzsche, la palabra “JUSTICIA” no tiene ni un significado “jurídico” ni un significado “moral”, sino que, antes bien, nombra aquello que debe asumir y ejecutar la esencia de la omoiosis: la asimilación al caos, es decir al ente en su totalidad, y por lo tanto éste mismo. Pensar el ente en su totalidad, más concretamente, pensarlo en su verdad y pensar la verdad en él, eso es metafísica “JUSTICIA” es aquí el nombre metafísico para referirse a la esencia de la verdad, al modo en el que en el final de la metafísica occidental tiene que pensarse la esencia de la verdad; el mantenimiento de la esencia de la verdad como omoiosis y la interpretación de ésta como JUSTICIA hacen del pensamiento metafísico que lleva a cabo esta interpretación el acabamiento de la metafísica. Heideggeriana: VontadePoder

El pensamiento nietzscheano de la “JUSTICIA”, en cuanto comprensión de la verdad llevada al extremo, es la necesidad última de la más interna consecuencia de que la aletheia   haya tenido que permanecer impensada en su esencia y la verdad del ser, incuestionada. El pensamiento de la “JUSTICIA” es el acontecimiento [Geschehnis] del abandono del ente por parte del ser dentro del pensar del ente mismo. Heideggeriana: VontadePoder

Captaremos mejor el pensamiento nietzscheano de la JUSTICIA y nos veremos menos obstaculizados y confundidos por opiniones preconcebidas si nos atenemos al concepto que expresa la palabra: lo justo [das Gerechte] es el conjunto unitario de lo recto [das Rechte] — “recto”, rectus es lo “derecho” [das “Gerade”], lo ajustado a uno [das Mund-gerechte], lo que a uno le va, lo que se le adapta —, la dirección que indica y lo que se asimila a ella. Juzgar [richten  ] es prescribir una dirección [Richtung] y ordenarse a ella. Heideggeriana: VontadePoder

Nietzsche comprende por JUSTICIA aquello que hace posible y necesaria la verdad en el sentido de tener-por-verdadero, es decir de la asimilación al caos. JUSTICIA es la esencia de la verdad, entendiendo “esencia” de modo metafísico como fundamento de posibilidad. En todos los casos en que Nietzsche trata de comprender la esencia de la verdad en los últimos años de su pensar, después de la publicación de Así habló Zaratustra, la piensa desde el fundamento de su posibilidad: desde la JUSTICIA. Tiene de ésta un saber profundo, y sin embargo rara vez habla de ella. Si prescindimos de observaciones ocasionales y por sí mismas apenas comprensibles, hay sólo dos notas casi simultáneas que perfilan — aunque con la mayor precisión — la esencia de la verdad. Heideggeriana: VontadePoder

La primera de ellas lleva por título “Los caminos de la libertad” (XIII, n. 98, págs. 41 s.) y es del año 1884. Por su contexto implícito, la “JUSTICIA” es comprendida como el auténtico camino para ser libre, sin que se diga nada sobre la libertad misma. Sabemos, sin embargo, por la primera parte de Así habló Zaratustra, por el capítulo “Del camino de los creadores”, qué pensaba Nietzsche en esa época (1882- 83) acerca de la libertad y cómo lo pensaba; citémoslo en la medida en que permite ver la conexión entre libertad y JUSTICIA: “Libre te llamas? Quiero oír tus pensamientos dominantes, y no que te has escapado de un yugo. Heideggeriana: VontadePoder

Ser libre está aquí comprendido como ser libre para…, libre hacia…, como un proyectarse vinculante a una “perspectiva”, como un ir-más allá de sí mismo. De acuerdo con el fragmento Los caminos de la libertad, el auténtico ser libre es la “JUSTICIA”; en efecto, de ella se dice lo siguiente: “JUSTICIA como modo de pensar constructivo, eliminador, aniquilador, a partir de las estimaciones de valor: supremo representante de la vida misma.” Heideggeriana: VontadePoder

La JUSTICIA como “modo de pensar”; y no como “un” modo entre otros. Nietzsche quiere destacar que la JUSTICIA — tal como él la entiende — tiene el carácter fundamental del pensar. Pero éste se ha determinado para nosotros de manera más precisa como inventar y ordenar. Es tal cuando no se trata del pensar cotidiano y ejercido directamente, del pensar en el sentido del calcular, que sólo se mueve dentro de un horizonte fijo, sin verlo, pero yendo sin embargo de aquí para allá en el interior de sus fronteras. El pensar es inventivo y ordenante cuando se trata de ese pensar en el que se fija de antemano y en general un horizonte cuya existencia proporciona una condición para la vitalidad de lo viviente. De este pensar se trata aquí, cuando Nietzsche comprende la JUSTICIA como modo de pensar; en efecto, dice expresamente: la JUSTICIA es el modo de pensar “a partir de las estimaciones de valor”. Heideggeriana: VontadePoder

JUSTICIA es el pensar a partir de tales estimaciones de valor. Nietzsche habla aquí en términos absolutos, al decir: JUSTICIA como modo de pensar a partir de las estimaciones de valor; esto suena esencialmente diferente a decir: JUSTICIA es “un” modo de pensar a partir de estimaciones de valor. Heideggeriana: VontadePoder

En la medida en que e-rige [er-richtet], el construir, al mismo tiempo y de antemano, tiene que fundarse en un fundamento. Con el ir-hacia-lo-alto se forma y se abre al mismo tiempo una mirada abierta y en rededor. La esencia del construir no radica ni en acumular unas sobre otras partes de la obra, ni en ordenarlas de acuerdo con un plan, sino previa y únicamente en que en el e-rigir se abre por medio de lo erigido un nuevo espacio, una atmósfera diferente. Cuando esto no sucede, lo construido tendrá que ser explicado posteriormente como un “símbolo” de algo diferente y los periódicos tendrán que establecerlo como tal para la opinión   pública. Hay construir y construir. La JUSTICIA, en cuanto es este poner algo recto que construye, es decir, que fundamenta y erige, que forma una vista, es el origen esencial del carácter inventivo y ordenante de todo conocer y crear. Heideggeriana: VontadePoder

La JUSTICIA tiene la constitución esencial del pensar constructivo, eliminador, aniquilador. De este modo lleva a cabo la estimación de valor, es decir: aprecia qué hay que poner como condición esencial de la vida. ¿Y “la vida” misma? ¿En qué se basa su esencia? La respuesta a esta pregunta está ya dada por la caracterización de la esencia de la JUSTICIA; en efecto, Nietzsche redondea su nota sobre la JUSTICIA pasando, con dos puntos, a la siguiente expresión que subraya: “supremo representante de la vida misma”. Heideggeriana: VontadePoder

De acuerdo con el contexto de toda la nota, la vida es comprendida ante todo como vida humana. Ésta, en su esencia, se representa, se expone en la JUSTICIA y como JUSTICIA. Heideggeriana: VontadePoder

“Representante” no quiere decir aquí “lo que está en lugar de”, no quiere decir “fachada” ni pre-texto de algo que él mismo no es. “Representante” tampoco quiere decir aquí “expresión”, sino aquello en lo que la vida misma expone su esencia, porque en el fondo de su esencia no es otra cosa que “JUSTICIA”. Ésta es “supremo” representante; la esencia de la vida no puede pensarse más allá de ella. Heideggeriana: VontadePoder

La proposición “la esencia de la vida humana es JUSTICIA” no quiere decir, entonces, que en todas sus acciones y omisiones el hombre sea “justo” en el usual significado jurídico-moral, como si actuara siempre de acuerdo con lo que es justo y recto. Heideggeriana: VontadePoder

La proposición “la esencia de la vida humana es JUSTICIA” tiene carácter metafísico y quiere decir: la vitalidad de la vida no consiste en ninguna otra cosa más que en ese pensar constructivo, eliminador y aniquilador; este fundar una altura que ofrece una vista, fundar que abre vías y erige al decidir, es el fundamento de que el pensar muestre el carácter esencial del inventar y el ordenar en el que se abren perspectivas y se forma un horizonte. Con la comprensión de la esencia de la JUSTICIA como el fundamento esencial de la vida queda fijado el respecto en el que únicamente puede decidirse si, cómo y dentro de qué límites el pensamiento de Nietzsche es “biologista”. Heideggeriana: VontadePoder

La JUSTICIA es aquello en lo que se funda la vida que se sustenta en sí misma. El tener-por-verdadero recibe su ley y su regla de la JUSTICIA. Ésta es el fundamento esencial de la verdad y del conocimiento, aunque, por supuesto, sólo si pensamos “la JUSTICIA” de modo metafísico en el sentido de Nietzsche y tratamos de comprender en qué medida alude a la constitución de ser de lo viviente, es decir del ente en su totalidad. Heideggeriana: VontadePoder

Las tres determinaciones: construir, eliminar, aniquilar, caracterizan el modo de pensar en el que es concebida la JUSTICIA. Pero estas tres determinaciones no sólo están ordenadas siguiendo una determinada sucesión jerárquica, sino que, al mismo tiempo, y sobre todo, expresan la movilidad interna de ese pensar: al construir se yergue (erigiendo sólo entonces la altura) hacia esta última, y con ello lo mismo que así piensa se sobreeleva, se decide en contra de sí mismo y deja lo fijado debajo y detrás de sí. Este modo de pensar es un sobreelevarse, es el hacerse dueño de sí escalando, y erigiendo, una altura más elevada. Al elevarse sobreelevándose lo denominamos sobrepotenciamiento. Ésta es la esencia del poder. Heideggeriana: VontadePoder

Si pensamos el pensamiento nietzscheano del poder en el círculo visual del concepto general de fuerza, muy indeterminado y sin embargo de cierto modo corriente, permaneceremos por completo en un nivel superficial, y de manera tal que además tomaremos erróneamente tal superficie por el centro mismo. Este centro, la esencia de lo que Nietzsche nombra con la palabra “poder”, y con frecuencia también con la palabra “fuerza”, se determina en verdad a partir de la esencia de la JUSTICIA. Así, con la mirada dirigida a la esencia del poder como sobreelevarse hacia la esencia, estamos en posesión de las condiciones previas para comprender el segundo pasaje en el que Nietzsche habla acerca de la JUSTICIA. Heideggeriana: VontadePoder

La nota es casi contemporánea de la antes citada y forma parte de las reflexiones pertenecientes al período que se extiende entre la redacción de la tercera y la cuarta parte de Así habló Zaratustra (1884; XIV, 80). El pasaje dice así: “JUSTICIA, como función de un poder que mira lejos en torno a sí, que ve más allá de las pequeñas perspectivas del bien y del mal, que tiene, por lo tanto, un horizonte de ventaja más amplio, la intención de conservar algo que es más que esta o aquella persona.” Heideggeriana: VontadePoder

Observamos en primer lugar una cierta consonancia entre las dos determinaciones. En la primera se decía: “JUSTICIA”… “supremo representante de la vida misma”; ahora Nietzsche dice: “JUSTICIA, como función de un poder que mira lejos en torno”. “Función”, “cumplir una función”, quiere decir: ejercicio, ejecución, el modo en el que el aludido poder es poder y lo ejerce. “Función” no significa aquí algo sólo dependiente de ese poder y añadido a él posteriormente, sino que es él mismo en el ejercicio de su poder. ¿A qué poder se refiere Nietzsche cuando habla de “un” poder? No se refiere a “un” poder entre y junto a otros, sino a aquel único que aún está por nombrar y que ejerce su poder más allá de cualquier otro, aquel que, en correspondencia con la expresión “supremo representante”, es el poder supremo. Heideggeriana: VontadePoder

¿Hacia dónde va este mirar previo que abre, qué vista ofrece? Nietzsche responde en primer lugar de modo indirecto nombrando las perspectivas más allá de las cuales se ve: “las pequeñas perspectivas del bien y del mal”. Bien y mal son los títulos que corresponden a las distinciones fundamentales de la “moral”. A la moral Nietzsche la comprende de modo metafísico. El “bien” es el “ideal”, la idea   y lo que está aún más allá de ella, lo propiamente ente, ontos on. El “mal” es el nombre metafísico de lo que no debe ser un ente, el me on  . Pero en esto reside la distinción del mundo verdadero (en sí ente) y el mundo aparente. Esta distinción alude a perspectivas respecto de las cuales la JUSTICIA ve más allá. JUSTICIA es ir con la visión más allá de esas pequeñas perspectivas hacia una gran perspectiva. El ver más allá de las perspectivas tenidas hasta el momento corresponde al carácter eliminador del modo de pensar constructivo como el cual ha sido determinada anteriormente la JUSTICIA. Pero el construir se aclara ahora con el carácter de mirar lejos en torno, de abrir una gran perspectiva. La JUSTICIA no “tiene” una perspectiva, ella es la perspectiva misma en cuanto la erige, la abre y la mantiene abierta. Heideggeriana: VontadePoder

Anteriormente ya se señaló la conexión entre perspectiva y horizonte. Toda perspectiva tiene su horizonte. La JUSTICIA tiene “un horizonte de ventaja más amplio”. Nos quedamos sorprendidos. Una JUSTICIA que pone la mira en una ventaja es algo que suena extraño, y a la vez claramente a beneficio, aprovechamiento y cálculo, si no directamente a negocio. Además, Nietzsche ha subrayado la palabra “ventaja” [Vorteil], para no dejar ninguna duda de que en la JUSTICIA de que aquí se trata importa esencialmente la “ventaja”. La acentuación tiene que fortalecernos en el esfuerzo de no seguir pensando el concepto cubierto por esta palabra de acuerdo con representaciones cotidianas. Además, la palabra Vor-teil, según su auténtico significado, entretanto perdido, quiere decir: la parte adjudicada de antemano antes de hacer una partición. En la JUSTICIA, en cuanto apertura de perspectivas, se ensancha un horizonte que todo lo abraza, la delimitación de aquello que es adjudicado de antemano a todo representar, calcular y formar, adjudicado como lo que en todas partes y en cada ocasión se trata de obtener y mantener [erhalten]. Er-halten   quiere decir aquí, al mismo tiempo: alcanzar, recibir y conservar, reservar como consistencia. Heideggeriana: VontadePoder

¿Qué es esto que se adjudica de antemano y que ya no puede ser superado y sobrepasado por ningún otro horizonte? Nuevamente, Nietzsche no dice directamente qué es. Sólo dice que la intención de la JUSTICIA con ese horizonte se dirige a algo que es más que este o aquel fin, que la felicidad y el destino de seres humanos singulares. En la JUSTICIA todo esto no es tenido en cuenta. Heideggeriana: VontadePoder

¿Si lo que importa no son las personas singulares, será entonces la comunidad lo que importe? Tampoco. Lo que Nietzsche quiere decir sólo lo apreciaremos a partir de lo que dice acerca de la perspectiva de la JUSTICIA. Ésta ve más allá de la distinción entre un mundo verdadero y un mundo aparente y su visión se dirige, por lo tanto, a una determinación más elevada de la esencia del mundo y a una con ello, a un horizonte más amplio, en el que al mismo tiempo se determina de modo “más amplio” la esencia del hombre, o sea del hombre occidental-moderno. Heideggeriana: VontadePoder

¿Qué extraemos de estas dos declaraciones, las más esenciales que formula Nietzsche sobre la JUSTICIA? En cuanto ejercicio de poder de un poder perspectivista, en cuanto supremo y más amplio construir y erigir que funda, es el rasgo fundamental de la vida misma, comprendiendo aquí “vida” en primer lugar como vida humana. Heideggeriana: VontadePoder

Se trataba de preguntar dónde el carácter de orden del conocer humano y la esencia inventiva de la razón humana tienen el fundamento que les da su derecho y su medida. La respuesta es: en la JUSTICIA. De acuerdo con la constitución señalada, ésta es: el fundamento de la necesidad y de la posibilidad de todo tipo de conformidad del hombre con el caos, ya se trate de la más elevada del arte o de la del conocimiento. La explicación que ordena y la transfiguración que inventa son “rectas” y justas porque la vida misma es en el fondo lo que Nietzsche denomina JUSTICIA. Heideggeriana: VontadePoder

¿Se supera con la JUSTICIA el carácter ordenante e inventivo, el que el conocimiento esté en cierto modo sin fundamento, sustentado en sí mismo? ¿Ofrece lo que aquí se llama JUSTICIA una garantía contra la explosión ciega de un arbitrio que no es más que impulso? ¿Garantiza finalmente la JUSTICIA [die Gerechtigkeit] lo recto [das Reschte]? Preguntando de este modo parece que tomamos la meditación más en serio que Nietzsche; sin embargo, con esta pregunta ya hemos vuelto nuevamente a una posición que la JUSTICIA, pensada como rasgo fundamental de la vida, ya no admite. Preguntamos por lo recto de esta JUSTICIA y nos referimos inmediatamente a un criterio que tenemos en la mente, ya fijo, y que sería vinculante incluso para la JUSTICIA. Heideggeriana: VontadePoder

Ya no podemos preguntar de ese modo, pero al mismo tiempo tampoco tiene que volver todo a degenerar en la arbitrariedad. Entonces, todo lo “recto” tiene que provenir de la JUSTICIA. Los dos fragmentos comentados no dicen nada de modo inmediato acerca de qué se construye, se abre y se avista en la JUSTICIA. En todas partes sólo destaca el cómo que caracteriza a este “modo de pensar”. Lo recto de la JUSTICIA, en el caso en que nos sea lícito distinguirlo de ella de alguna manera, si se determina, sólo lo será desde ella misma, desde lo más interno de su esencia. Pero sólo daremos con ello si hacemos un nuevo intento por comprender el modo propio de este “pensar” y dirigimos por lo tanto la mirada hacia cómo y en cuanto qué cumple su “función” la JUSTICIA. Este asignar constructivo de lo que se ha adjudicado previamente a todo lo demás es función de un poder. ¿Qué poder? ¿En qué consiste la esencia de un poder? Respuesta: el poder al que aquí se alude es la voluntad de poder. Heideggeriana: VontadePoder

Si la JUSTICIA es la “función”, el rasgo fundamental y el ejercicio de la voluntad de poder, tenemos que pensar el pensamiento de la voluntad de poder desde la esencia de la JUSTICIA y con ello pensar a esta última remitiéndola a su fundamento esencial. Por eso no es suficiente con que alejemos de las palabras “voluntad” y “poder” los significados que de inmediato se nos ocurren y que en su lugar pensemos las determinaciones que Nietzsche menciona. Precisamente si pensamos las palabras fundamentales “voluntad” y “poder” en el sentido nietzscheano, de una manera en cierto modo correcta léxicamente, mayor será el peligro de aplanar completamente el pensamiento de la voluntad de poder, es decir de simplemente equiparar mutuamente voluntad y poder, de tomar la voluntad como poder y el poder como voluntad. De ese modo no sale la luz lo decisivo, la voluntad de poder [Wille   zur Macht  ], el “de” [zur]. Heideggeriana: VontadePoder

No obstante, para no pensar de un modo vacío y abstracto la esencia originaria, unitaria, de la voluntad de poder, tenemos que pensar a la voluntad de poder en su forma suprema como JUSTICIA, a la JUSTICIA como el fundamento de la verdad en el sentido de la omoiosis, y a ésta como el fundamento de la relación recíproca entre conocimiento y arte. Partiendo del concepto de voluntad de poder que ahora hemos alcanzado, tenemos que volver a pensar hacia atrás todo el camino que ha recorrido este curso y darnos cuenta de que desde el primer paso, y en todos los que le sucedieron, se pensaba ya siempre   y exclusivamente la voluntad de poder en su esencia. Heideggeriana: VontadePoder

Este pensar a fondo la esencia de la voluntad de poder en la figura del conocimiento y la verdad tenía como meta entender qué, y cómo, Nietzsche, al pensar su pensamiento único de la voluntad de poder, se convierte en quien lleva a su acabamiento la metafísica occidental. La metafísica piensa el ente en su totalidad, piensa qué es y cómo es. Hasta ahora sólo el conocimiento, en cuanto aseguramiento de la existencia consistente de la vida humana, ha sido pensado retrotrayéndolo a la JUSTICIA y con ella a la voluntad de poder. Pero la vida humana sólo es lo que es en base a la remisión al caos; éste, la totalidad del ente, tiene el carácter fundamental de la voluntad de poder. Se trata de ver “que es la voluntad de poder la que conduce también al mundo inorgánico, o más bien, que no hay un mundo inorgánico” (XIII, n. 204; 1885). Heideggeriana: VontadePoder

Si la JUSTICIA es el “supremo representante de la vida misma, si en la vida humana se revela propiamente la voluntad de poder, ¿ no se convierte la extensión de la JUSTICIA a poder fundamental del ente en general y la interpretación continua del ente en su totalidad como voluntad de poder en una humanización de todo ente? ¿No se piensa el mundo según la imagen del hombre? ¿No es un pensar tal puro antropomorfismo? Ciertamente, es el antropomorfismo del “gran estilo”, que se interesa por pocas cosas y de larga duración. Tampoco debemos creer que esta humanización se le tenga que presentar ahora a Nietzsche como una objeción. Él tenía conciencia del antropomorfismo de su metafísica. Tenía conciencia de él no sólo como de un modo de pensar en el que hubiera caído accidentalmente y del que no encontrara salida. Nietzsche quiere esta humanización de todo el ente y sólo la quiere a ella. Esto resulta claro en una breve nota del año 1884: “”Humanizar” el mundo, es decir, sentirnos en él cada vez más como señores” (La voluntad de poder, n. 614). Esta humanización no se realiza, sin embargo, a imagen de un hombre cualquier, cotidiano y normal, sino sobre la base de una interpretación del ser-hombre que, fundado en la “JUSTICIA”, es en el fondo de su esencia voluntad de poder. Heideggeriana: VontadePoder

La continuación esencial de este momento último de la metafísica, es decir del proyecto de la entidad en dirección del volver consistente del presenciar, se manifiesta en la correspondiente determinación de la esencia de la “verdad”. Desaparece ahora el último hálito de una resonancia de la aletheia. La verdad se convierte en JUSTICIA, en el sentido del imperativo fundirse de lo que se ordena a sí mismo en el impulso de su sobreelevación. Toda corrección es sólo un estadio previo y una ocasión para la sobreelevación, todo fijar es sólo un apoyo para la disolución en el devenir y por lo tanto en el querer volver consistente el “caos”. Ahora sólo queda la invocación de la vitalidad de la vida. La esencia inicial de la verdad se ha transformado de tal modo que la transformación equivale a un apartamiento (no a una aniquilación) de su esencia. El ser verdadero se disuelve en la presencia, que en cada caso retorna, de un dar poder al poder. La verdad se vuelve nuevamente lo mismo que el ser, sólo que éste, entretanto, ha asumido el acabamiento en su inesencia. Pero cuando la verdad como corrección y como desocultamiento se ha aplanado en la “conformidad a la vida”, cuando se ha apartado de este modo a la verdad, la esencia de la verdad ha perdido todo dominio. En el ámbito de la preponderancia de las “perspectivas” y los “horizontes” carentes de perspectivas, es decir, privados de despejamiento, no puede ser ya digna de que se la interrogue. ¿Pero qué sucede entonces? Entonces comienza la donación de sentido como “transvaloración de todos los valores”. La “carencia de sentido” se convierte en el único “sentido”. La verdad es “JUSTICIA”, es decir suprema voluntad de poder. A esta “JUSTICIA” sólo le hace JUSTICIA el dominio incondicional de la tierra por parte del hombre. Pero la instalación en lo planetario ya no es más que la consecuencia del antropomorfismo incondicionado. Heideggeriana: EternoRetorno  

Con la obra Aurora (1881) la claridad irrumpe en el camino metafísico de Nietzsche. En el mismo año le llega — “a 6000 pies sobre el nivel del mar y mucho más alto sobre todas las cosas humanas” — la visión del “eterno retorno de lo mismo” (XII, 425). Desde entonces su marcha se mantiene durante casi una década en la resplandeciente claridad de esta experiencia. Zaratustra toma la palabra. Como maestro del “eterno retorno” enseña el “superhombre”. Se aclara y consolida el saber de que el carácter fundamental del ente es la “voluntad de poder” y de que de ella proviene toda interpretación del mundo, en la medida en que su índole es ser posiciones de valor. La historia europea desvela su rasgo fundamental como “nihilismo” y empuja hacia la necesidad de una “transvaloración de todos los valores válidos hasta el momento”. La nueva posición de valores, realizada a partir de la voluntad de poder que ahora se reconoce decididamente a sí misma, exige como legislación su propia justificación desde una nueva “JUSTICIA”. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche  

“La voluntad de poder”, “el nihilismo”, “el eterno retorno de lo mismo”, “el superhombre”, “la JUSTICIA” son las cinco expresiones fundamentales de la metafísica de Nietzsche. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

“La voluntad de poder” es la expresión para el ser del ente en cuanto tal, la essentia   del ente. “Nihilismo” es el nombre para la historia de la verdad del ente así determinado. “Eterno retorno de lo mismo” se llama al modo en que es el ente en su totalidad, la existencia del ente. “El superhombre” designa a aquella humanidad que es exigida por esta totalidad. “JUSTICIA” es la esencia de la verdad del ente como voluntad de poder. Cada una de estas expresiones fundamentales nombra al misino tiempo lo que dicen las demás. Sólo si se piensa conjuntamente lo dicho por éstas se extrae totalmente la fuerza denominativa de cada una de las expresiones fundamentales. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Por el contrario, apenas el ser del ente como voluntad de poder se traslada a la verdad que le es adecuada, la nueva libertad puede llevar a cabo la justificación de su esencia a partir del ser del ente en su totalidad así determinado. Pero a este ser le tiene que corresponder, al mismo tiempo, la esencia de tal justificación. La nueva justificación de la nueva libertad exige, como fundamento determinante, una nueva JUSTICIA. Éste es el camino decisivo de la liberación hacia la nueva libertad. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

En una nota del año 1884 que lleva por título “Los caminos de la libertad”, Nietzsche dice: “JUSTICIA como modo de pensar constructivo, eliminador, aniquilador, a partir de las estimaciones de valor: supremo representante de la vida misma.” (XIII, 42) Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

JUSTICIA, en cuanto “modo de pensar”, es un re-presentar, es decir un fijar “a partir de estimaciones de valor”. En este modo de pensar se fijan los valores, las condiciones de la voluntad de poder relativas a un punto de vista. Nietzsche no dice que InJUSTICIA sea un modo de pensar entre otros a partir de (arbitrarias) estimaciones de valor. De acuerdo con su formulación, la JUSTICIA es un pensar a partir de “las” estimaciones de valor explícitamente llevadas acabo. Es el pensar en el sentido de la voluntad de poder, que es la única que pone valores. Este pensar no es una consecuencia de las estimaciones de valor, es el llevar a cabo la estimación misma. Esto queda atestiguado por la manera en que Nietzsche caracteriza la esencia de este “modo de pensar”. Tres determinaciones expresivas, y nombradas además en una sucesión esencial, guían la mirada esencial hacia su constitución. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Las tres determinaciones de la esencia de la JUSTICIA como modo de pensar no sólo están ordenadas de acuerdo con su rango sino que expresan sobre todo la movilidad interna de este pensar. Construyendo se dirije hacia lo alto, erigiendo así la misma altura, de ese modo se eleva sobre si mismo, se diferencia respecto de lo inadecuado y erradica sus condiciones. La JUSTICIA, en cuanto tal pensar, es el devenir señor de sí mismo desde el escalar que a la vez erige la altura suprema. Ésta es la esencia de la voluntad de poder misma. Por eso los dos puntos del texto conducen a la enfática caracterización de la JUSTICIA en la que se recoge lo dicho: “supremo representante de la vida misma”. “Vida” es, para Nietzsche, sólo otra palabra para ser. Y ser es voluntad de poder. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

¿En qué sentido es la JUSTICIA el supremo representante de la voluntad de poder? ¿Qué quiere decir aquí “representante” [Repräsentant  ]? La palabra no designa aquí a quien está en lugar de algo que él mismo no es. Tampoco tiene el significado de “expresión”, que precisamente en cuanto tal no es nunca lo expresado mismo. Si lo fuera, no podría ni tendría que ser expresión. El “representante” sólo tiene su auténtica esencia allí donde la “representación” [Repräsentation] tiene una necesidad esencial. Ésta aparece apenas se determina en general el ser como re-presentar [Vor-stellen  ] (re-praesentare). Pero este re-presentar tiene su esencia plena en llevarse a la presencia ante sí mismo en lo abierto marcado y mensurado exclusivamente por él. De este modo, la esencia del ser se determina como subjetividad. Ésta, en cuanto representación, requiere al representante, el cual, al representar, hace aparecer en cada caso al ente mismo en su ser, es decir, en la presencia, en la parousia  , y es así el ente. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

La unidad esencial de estos tres modos, es decir la JUSTICIA, es la voluntad de poder misma en su suprema altura esencial. Pero lo supremo de ella consiste en ese poner las condiciones de sí misma. La voluntad de poder se da poder para su esencia poniendo como condiciones “puntos de vista”. De esa manera hace que aparezca [erscheinen  ] en una unidad lo fijado y lo que deviene en su doble apariencia [Scheinen]. Pero dejando que aparezca así, se hace aparecer ella misma como aquello que el dejar aparecer que ejerce el poder es en lo más íntimo, en la doble apariencia del comparecer [Aufschein] y el parecer [Anschein]. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

La esencia de la verdad asumida y preservada, aunque más no sea en el completo olvido, por toda metafísica, es el hacer aparecer como desocultar de lo oculto: el desocultamiento. Por lo tanto la “JUSTICIA”, por ser el modo supremo de la voluntad de poder, es auténtico fundamento determinante de la esencia de la verdad. En la metafísica de la subjetividad incondicionada y acabada de la voluntad de poder, la verdad esencia [west] como “JUSTICIA”. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

No obstante, para pensar la esencia de la JUSTICIA de manera adecuada a esta metafísica hay que excluir todas las representaciones acerca de la JUSTICIA que provienen de la moral cristiana, humanista, iluminista, burguesa y socialista. Lo justo [das Gerechte] sigue siendo, ciertamente, lo que se adecua a lo “recto” [das Rechte]. Pero lo recto, lo que indica la dirección [Richtung] y da la medida, no existe en sí. Lo recto da el derecho [das Recht] a algo. Pero lo recto se determina a su vez a partir de lo que es de “derecho”. La esencia del derecho la define Nietzsche, sin embargo, del siguiente modo: “Derecho = la voluntad de eternizar una respectiva relación de poder” (XIII, 205). La JUSTICIA es entonces la facultad de poner el derecho así comprendido, es decir, de querer esa voluntad. Este querer sólo puede ser como voluntad de poder. Por eso, la segunda nota de Nietzsche sobre la JUSTICIA, casi contemporánea de la primera (del año 1884), dice lo siguiente: JUSTICIA como función de un poder que mira lejos en torno a sí, que ve más allá de las pequeñas perspectivas del bien y del bien y del mal, que tiene, por lo tanto, un horizonte de ventaja más amplio; la intención de conservar algo que es más que esta o aquella persona.” (XIV, 80) Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Es difícil no percibir la consonancia de las dos determinaciones esenciales de la “JUSTICIA”: JUSTICIA, “supremo representante de la vida misma”, y JUSTICIA, “función de un poder que mira lejos en torno a sí”. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

¿Hasta dónde mira en torno? En todo caso “ve más allá de las pequeñas perspectivas del bien y del mal”. “Bien y mal” son los nombres que designan los puntos de vista de la posición de valores habida hasta el momento, que reconoce como ley vinculante algo suprasensible en sí. La mirada que atraviesa abriéndose sobre los valores hasta el momento supremos es “pequeña”, a diferencia de la grandeza del “gran estilo”, en el que se prefigura el modo en el que la transvaloración nihilista-clásica de todos los valores habidos hasta el momento se convierte en el rasgo fundamental de la historia que comienza. El poder que mira lejos en torno a sí, en cuanto poder perspectivista, es decir que pone valores, supera todas las perspectivas habidas hasta el momento. Es aquello de lo que parte la nueva posición de valores y que predomina en toda nueva posición de valores: el principio   de la nueva posición de valores. El poder que mira lejos en torno a sí es la voluntad de poder que se reconoce a sí misma. En una lista de lo que hay que pensar “Para la historia del ofuscamiento moderno”, se indica de modo conciso: “JUSTICIA como voluntad de poder (adiestramiento)” (La voluntad de poder, n. 59). Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

La JUSTICIA es un ir más allá, poniendo puntos de vista, de las perspectivas habidas hasta el momento. ¿En qué círculo visual pone sus puntos de visión este “modo de pensar constructivo”? Tiene “un horizonte de ventaja más amplio”. Nos quedamos sorprendidos. Una JUSTICIA que pone la mira en la ventaja indica de manera suficientemente capciosa y basta hacia el dominio de la utilidad, el aprovechamiento y el cálculo. Además, Nietzsche subraya en su manuscrito la palabra “ventaja”, para no dejar ninguna duda de que la JUSTICIA de la que aquí se trata se dirige esencialmente a la “ventaja”. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

La palabra “Vor-teil” [ventaja, parte previa], de acuerdo con su auténtico significado, entretanto perdido, se refiere a la parte adjudicada de antemano antes de hacer una partición y reparación. La JUSTICIA es el adjudicar, previo a todo pensar y actuar, de aquello en lo que pone exclusivamente la mira. Esto es: “conservar algo que es más que esta o aquella persona”. No es una fácil utilidad lo que está en la mira de la JUSTICIA, ni seres humanos determinados, ni tampoco comunidades, ni tampoco “la humanidad”. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

La JUSTICIA mira más allá, hacia esa humanidad que debe ser troquelada y seleccionada para formar ese tipo que posea la propiedad esencial de instaurar el dominio incondicionado sobre la tierra; pues sólo por intermedio de éste la esencia incondicionada de la voluntad pura llega a aparecer ante sí, es decir, llega al poder. La JUSTICIA es el adjudicar, en una construcción previa, las condiciones que aseguran un conservar, es decir un preservar y un conseguir. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

El “algo” que quiere conservarse en la JUSTICIA es, sin embargo, el volverse consistente de la esencia incondicionada de la voluntad de poder como carácter fundamental del ente. La voluntad de poder tiene el carácter del devenir. “Imprimir al devenir el carácter del ser, ésa es la suprema voluntad de poder.” (La voluntad de poder, n. 617) Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Esta suprema voluntad de poder, que es el volver consistente al ente en su totalidad, desvela su esencia como JUSTICIA. Puesto que sustenta y predomina en todo hacer aparecer y todo desocultar, es la esencia más íntima de la verdad. Al devenir se le imprime el carácter del ser en cuanto el ente en su totalidad llega al aparecer como “eterno retorno de lo mismo”. Ahora bien, se había dicho, sin embargo, que el volver consistente del devenir era en cada caso una “falsificación” y que en la “cima de la consideración” todo se convertía entonces en una apariencia. El propio Nietzsche comprende la esencia de la verdad como una “especie de error”. Éste es acuñado y justificado en su genero por el fundamento determinante de la esencia de la verdad, por la JUSTICIA. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Sólo desde la esencia de la nueva JUSTICIA se decide también el tipo de justificación que le es adecuada. Ésta no consiste ni en la adecuación a algo allí delante ni en la apelación a leyes válidas en sí. Toda pretensión de una justificación de este tipo queda sin fundamento ni eco en el ámbito de la voluntad de poder. La justificación consiste, por el contrario, en lo único que satisface la esencia de la JUSTICIA en cuanto “supremo representante de la voluntad de poder”. Es la representación. Por el hecho de mostrarse en el campo del poder como una forma de la voluntad de poder, un ente está ya en su derecho, es decir en la voluntad que se ordena a sí misma su sobrepotenciación. Sólo de este modo puede decirse de él que es un ente en el sentido de la verdad del ente en cuanto tal en su totalidad. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Las cinco expresiones fundamentales: “voluntad de poder”, “nihilismo”, “eterno retorno de lo mismo”, superhombre” y “JUSTICIA” corresponden a la esencia de la metafísica articulado en cinco momentos. Pero la esencia de esa unidad, dentro de la metafísica y para ella misma, permanece encubierta. El pensamiento de Nietzsche obedece a la unidad oculta de la metafísica, de la cual debe constituir, ocupar y elaborar su posición fundamental no concediendo a ninguna de las cinco expresiones la primacía exclusiva de ser el único título que pudiera guiar la estructuración del pensamiento. El pensamiento de Nietzsche se mantiene en el movimiento interno de la verdad en la medida en que, conducido en cada caso por cada una de las expresiones fundamentales, abarca con la mirada la totalidad y percibe la consonancia de todas. Esta inquietud esencial de su pensamiento testimonia que Nietzsche resiste al mayor peligro que amenaza a un pensador: abandonar el lugar de destino inicialmente asignado a su posición fundamental y hacerse comprensible desde algo extraño e incluso pasado. Si después vienen extraños que encubren la obra con títulos extraños, que hagan lo que más les plazca. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Si la metafísica de Nietzsche es caracterizada como la metafísica de la voluntad de poder, ¿no adquiere prioridad una expresión fundamental? ¿Por qué precisamente ésa? ¿Se basa la preeminencia de esa expresión fundamental en que la metafísica de Nietzsche es experimentada aquí como la metafísica de la subjetividad incondicionada y acabada? ¿Si la metafísica es, en general, la verdad del ente en cuanto tal en su totalidad, por qué no habría de caracterizar a la metafísica de Nietzsche la expresión “JUSTICIA”, que nombra el rasgo fundamental de la verdad de esa metafísica? Nietzsche desarrolló expresamente la esencia de JUSTICIA sobre la base de la voluntad de poder sólo en las dos notas comentadas, que él mismo nunca publicó. No declaró nunca a la nueva JUSTICIA como el fundamento determinante de la esencia de la verdad. Pero en la época en que redacta esas dos interpretaciones de la esencia de la JUSTICIA, Nietzsche sabe una cosa: que hasta entonces una comprensión decisiva no había alcanzado nunca en él una verdadera claridad. En el fragmento de un prefacio (1885-1886) a la obra Humano, demasiado humano (1878) en el que se ofrece una mirada retrospectiva, escribe lo siguiente: “Tardíamente sucedió que me di cuenta de qué me faltaba en realidad por completo: la JUSTICIA. “¿Qué es JUSTICIA? ¿Y es posible? ¿Y si no fuera posible, cómo podría soportarse la vida?”: así me preguntaba de modo incesante. En cualquier lado en que escarbara dentro mío me angustiaba profundamente encontrar sólo pasiones, sólo perspectivas desde un cierto ángulo, sólo la irreflexividad de aquello a lo que le faltan ya las condiciones previas para la JUSTICIA: ¿pero dónde estaba el discernimiento?; es decir, el discernimiento que proviene de una comprensión más abarcadora.” (XIV, 385 s.) Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Desde esta comprensión tardía se vierte retrospectivamente, sin embargo, una luz sobre ese temprano presentimiento que domina en todas partes el pensamiento de Nietzsche y que en la segunda Consideración intempestiva (”De la utilidad y desventaja de la Historia para la vida”, n. 6) pone expresamente a la “JUSTICIA” en el lugar de la rechazada “objetividad” de las ciencias históricas; esto, sin embargo, sin comprender la esencia de la objetividad metafísicamente a partir de la subjetividad y sin saber aún del carácter fundamental de la JUSTICIA, de la voluntad de poder. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Pero suponiendo que se conciba a la esencia de la voluntad de Poder como la subjetividad incondicionada y, por haber sido invertida, también como la subjetividad sólo entonces acabada; suponiendo además que se piense metafísicamente la esencia de la subjetividad del sujeto; y suponiendo finalmente que la esencia olvidada de la verdad metafísica sea nuevamente recordada como el desocultamiento de lo oculto (aletheia), y no simplemente como objeto de opinión y repetición; suponiendo todo esto, ¿no supera el peso de esta concisa nota sobre la “JUSTICIA”, concisa por estar verdaderamente conformada, a todas las demás consideraciones de Nietzsche sobre la esencia de la verdad, en las que sólo resuenan las “teorías del conocimiento” contemporáneas? Pero puesto que, de todos modos, en el pensamiento de Nietzsche queda oculto que y cómo la “JUSTICIA” es el rasgo esencial de la verdad, no es lícito elevar la expresión fundamental “JUSTICIA” al rango de título principal de su metafísica. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Metafísica es la verdad del ente en cuanto tal en su totalidad. La metafísica de la subjetividad incondicionada y acabada piensa, sin decirlo, la esencia de sí misma, o sea la esencia de la verdad, como JUSTICIA. La verdad del ente en cuanto tal en su totalidad es, de acuerdo con ello, verdad sobre el ente, pero de manera tal que su propia esencia es decidida desde el carácter fundamental del ente por medio de la voluntad de poder en cuanto constituye su forma suprema. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Pero esto sólo puede volverse histórico (entendido en el sentido de la historia del ser), si la idea se ha vuelto idea, es decir perceptio. A la base de esto, sin embargo, está la transformación de la verdad como adecuación en verdad como certeza, transformación en la que se mantiene la adaequatio  . La certeza como autoaseguramiento (quererse a sí mismo); la iustitia como justificación de la referencia al ente y a su causa primera, y con ello de la pertenencia al ente; la iustitia en el sentido de la Reforma y del concepto nietzscheano de JUSTICIA como verdad. Heideggeriana: HistoriaSer  

De la subjetidad en cuanto primera determinación esencial forma parte el hecho de que el sujeto que representa se asegure a sí mismo, es decir, se asegure siempre de lo representado por él en cuanto tal. De acuerdo con este aseguramiento, la verdad de lo ente tiene, en cuanto certeza, el carácter de la seguridad (certitudo). El saber-se a sí mismo, en el que la certeza es como tal, sigue siendo por su parte una variante de la esencia de la verdad existente hasta ahora, concretamente de la corrección (rectitudo) del representar. Pero lo correcto ya no consiste en la equiparación con un elemento que se presenta impensado en su estado de presencia. La corrección consiste ahora en la instalación de todo lo que hay que representar según la medida de corrección dispuesta en la exigencia de saber del res cogitans   sive mens   representador. Esta exigencia concierne a la seguridad que consiste en que todo lo que hay que representar y el representar mismo sean empujados y reunidos en la claridad y evidencia de la idea matemática. El ens es el ens co-agitatum perceptionis. El representar es ahora correcto si cumple con esta exigencia de seguridad. Una vez reconocido de este modo como correcto, es, en cuanto correctamente producido y disponible, justificado. La verdad de lo ente en el sentido de la autocerteza de la subjetidad es en el fondo, en cuanto seguridad (certitudo), la justificación del representar y lo representado por él ante su propia claridad. La justificación (iustificatio) es la consumación de la iustitia y, de este modo, la propia JUSTICIA. En la medida en que el sujeto es una y otra vez sujeto, se asegura con certeza de su seguridad, se justifica ante su propia exigencia de JUSTICIA. Heideggeriana: NietzscheDeus  

Al comienzo de la Modernidad vuelve a despertar la cuestión acerca de cómo el hombre, en la totalidad de lo ente, lo que equivale a decir, ante el fundamento más ente de todo ente (Dios), puede ser y estar cierto de su propia permanencia y estabilidad, esto es, de su salvación. Esta cuestión de la certeza de la salvación es la cuestión de la justificación, es decir, de la JUSTICIA (iustitia). Heideggeriana: NietzscheDeus

Dentro de la metafísica moderna es Leibniz   el primero en pensar el subiectum como ens percipiens et appetens. A partir del carácter de vis del ens, piensa por primera vez claramente la esencia del ser de lo ente como voluntad. Piensa de manera moderna la verdad de lo ente como certeza. En sus 24 tesis sobre la metafísica, Leibniz dice así (tesis núm. 20): “iustitia nihil aliud est quam ordo seu perfectio circa mentes”. Las mentes, esto es, las res cogitantes, son, según la tesis 22, las primariae Mundi unitates. Verdad como certeza es aseguramiento de la seguridad, es orden (ordo) y comprobación permanente, esto es, acabamiento total, perfección (perfectio) . El carácter de esa puesta en seguridad o aseguramiento de lo que es en primer lugar y verdaderamente ente en su ser, es la iustitia (JUSTICIA). Heideggeriana: NietzscheDeus

En la esencia de la verdad como certeza, pensada ésta como verdad de la subjetidad y ésta como el ser de lo ente, se esconde la JUSTICIA experimentada a partir de la justificación de la seguridad. Es verdad que reina como esencia de la verdad de la subjetidad, pero no es pensada dentro de la metafísica de la subjetidad como verdad de lo ente. Por el contrario, la JUSTICIA tiene que presentarse ante el pensamiento de la metafísica moderna como el ser de lo ente que se sabe a sí mismo, en cuanto el ser de lo ente aparece como voluntad de poder. Dicha voluntad se sabe como esa que esencialmente instaura valores, que en dicha instauración de valores, como condiciones de su propia estabilidad esencial, se asegura y se hace JUSTICIA constantemente a sí misma y en este devenir es JUSTICIA. En ésta y como tal, la propia esencia de la voluntad de poder tiene que representar, lo que para el pensamiento metafísico moderno, significa ser. Así como en la metafísica de Nietzsche el pensamiento del valor es más fundamental que el pensamiento básico de la certeza en la metafísica de Descartes  , en la medida en que la certeza sólo puede pasar por justa si vale como valor supremo, del mismo modo, en la era de la consumación de la metafísica occidental en Nietzsche, la autocerteza que mira a sí misma de la subjetidad, se manifiesta en tanto que justificación de la voluntad de poder, de acuerdo con la JUSTICIA que reina en el ser de lo ente. Heideggeriana: NietzscheDeus

En una obra anterior y también más conocida, en la segunda de las Consideraciones intempestivas, “De la utilidad y las desventajas de la historia para la vida” (1874), Nietzsche ya coloca en el lugar de la objetividad de las ciencias históricas a “la JUSTICIA” (parágrafo 6). De lo contrario, Nietzsche calla en lo relativo a la JUSTICIA. Es sólo en los decisivos años 1884-85, cuando se le presenta ante los ojos la “voluntad de poder” como rasgo fundamental de lo ente, cuando escribe dos pensamientos sobre la JUSTICIA, aunque no llega a publicarlos. Heideggeriana: NietzscheDeus

La primera anotación (1884) lleva por título: “Los caminos de la libertad”. Dice así: “JUSTICIA, como manera de pensar constructora, apartadora, eliminadora, a partir de las estimaciones de valor; suprema representante de la vida misma” (XIII, afor. 98). Heideggeriana: NietzscheDeus

La segunda anotación (1885) dice así: “ JUSTICIA, como función de un poder de amplias miras, que ve más allá de las pequeñas perspectivas del bien y del mal y, por lo tanto, goza de un horizonte de ventaja mucho más vasto: la intención que mira por conservar algo que es más que ésta o aquella persona” (XIV, afor. 158). Heideggeriana: NietzscheDeus

Una explicación exacta de estos pensamientos sobrepasaría el marco de la meditación aquí emprendida. Será suficiente remitir al ámbito esencial del que forma parte la JUSTICIA pensada por Nietzsche. Para prepararnos a la comprensión de la JUSTICIA que Nietzsche tiene a la vista, tendremos que apartar de nuestra mente todas las representaciones sobre la JUSTICIA procedentes del ámbito de la moral cristiana, humanista, ilustrada, burguesa y socialista. Efectivamente, Nietzsche no entiende en absoluto la JUSTICIA primordialmente como una determinación del ámbito ético y jurídico. Antes bien, la piensa a partir del ser de lo ente en su totalidad, esto es, a partir de la voluntad de poder. Así, justo es lo que se adecua a derecho. Pero qué sea de derecho es algo que se determina a partir de eso que es en cuanto ente. Por eso dice Nietzsche (XIII, afor. 462 del año 1883: “Derecho = la voluntad de eternizar una relación de poder determinada. Estar satisfecho con esto es el presupuesto. Todo lo que es digno de veneración se ve empujado a lograr que el derecho aparezca como lo eterno”. Heideggeriana: NietzscheDeus

También forma parte de esta reflexión una anotación del año siguiente: “El problema de la JUSTICIA. Lo primero y más poderoso es precisamente la voluntad y la fuerza para tener un poder superior. Es sólo después cuando el que domina constata ‘JUSTICIA’, esto es, cuando mide las cosas por su rasero; si es muy poderoso, puede llegar muy lejos en la permisibilidad y reconocimiento del individuo que está haciendo ensayos” (XIV, afor. 181). Es posible, y está dentro del orden, que el concepto de JUSTICIA de Nietzsche cause extrañeza a la representación usual, pero de todos modos acierta con la esencia de la JUSTICIA, que al comienzo de la consumación de la Edad Moderna del mundo y dentro de la lucha por el dominio de la tierra, ya es histórica y por eso determina toda actuación del hombre en esta era, ya sea expresamente o no, de manera oculta u abierta. Heideggeriana: NietzscheDeus

La JUSTICIA pensada por Nietzsche es la verdad de lo ente, que es al modo de la voluntad de poder. Lo que pasa es que ni ha pensado la JUSTICIA expresamente en cuanto esencia de la verdad de lo ente, ni ha llevado al lenguaje la metafísica de la subjetidad consumada a partir de este pensamiento. Con todo, la JUSTICIA es la verdad de lo ente determinada por el propio ser. En cuanto dicha verdad es la propia metafísica en su consumación moderna. En la metafísica como tal se esconde el fundamento por el que, si bien Nietzsche puede experimentar el nihilismo de manera metafísica como historia de la instauración de valores, sin embargo no puede pensar la esencia del mismo. Heideggeriana: NietzscheDeus

No sabemos qué figura escondida, estructurada a partir de la esencia de la JUSTICIA como su verdad, le estaba reservada a la metafísica de la voluntad de poder. Apenas si se ha enunciado su primera proposición fundamental y, para eso, no como tal proposición. con esa forma. Es verdad que el carácter de tesis de dicha proposición, dentro de esta metafísica, es de una naturaleza particular. Es verdad que la primera proposición de valor no es la tesis suprema para un sistema deductivo de tesis. Pero si entendemos el término proposición fundamental de la metafísica con el debido cuidado, en el sentido de que nombra el fundamento esencial de lo ente como tal, esto es, dicho ente mismo en la unidad de su esencia, entonces la tesis sigue siendo suficientemente amplia y variada como para determinar en cada caso, según la naturaleza de la metafísica, el modo de su decir sobre el fundamento. Heideggeriana: NietzscheDeus

Sin embargo, esto sólo puede llegar a ser un sino si la idea se ha convertido en perceptio. A este devenir subyace el cambio de la verdad como acuerdo a la verdad como certeza, un cambio donde queda conservada la adaecuatio. La certeza, como aseguramiento de sí (quererse-a-sí-mismo), es la iustitia como justificación del respecto para con el ente y su primera causa, y con ello la pertenencia a lo ente. La iustificatio en el sentido de la Reforma y el concepto nietzscheano de JUSTICIA como verdad son lo mismo. Heideggeriana: SuperarMetafisica

Pero la venganza jamás se llama a sí misma por su propio nombre, y menos allí donde está vengándose. La venganza se llama “castigo”. Así le da una aureola de JUSTICIA a su esencia hostil; encubre su esencia impugnadora por la apariencia de dar a cada uno su merecido. Heideggeriana: SignificadoPensar

Sueño o prodigio de la lejanía — Al borde de mi país traía — Esperando a que la Norna antigua — En su fuente el nombre hallara — Después denso y fuerte lo pude asir — Ahora florece y por la región reluce… Prodigios y sueños por un lado, nombres para poder asirlos por el otro, ambos fundidos — así advenía la poesía. ¿Hacía esta poesía JUSTICIA a lo que es la tarea del poeta; fundar lo que permanece para que perdure y sea? Así y todo, a Stefan George le llega el instante en el que hacer poesía como hasta entonces se rompe, de pronto, y le recuerda las palabras de Hölderlin  : Pero lo que perdura lo fundan los poetas. Heideggeriana: EssenciaLinguagem  

Pero ¿cómo debemos comprometernos, haciendo JUSTICIA a la cosa, con la condición natural de ésta nombrada por los títulos “Ser y tiempo  ”, “Tiempo y ser”? Respuesta: En la medida en que, ojo avizor, sigamos con el pensamiento el rastro de las cosas aquí nombradas. Ojo avizor: esto significa por de pronto: no lanzarse precipitadamente sobre las cosas con representaciones no contrastadas, sino más bien seguirles cuidadosamente el rastro con el pensamiento. Heideggeriana: TempoYSer