Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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esencia de la libertad

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

De las observaciones introductorias destinadas a distinguir la sentencia de Protágoras   de la frase de Descartes   hemos inferido que la pretensión del hombre a un fundamento de la verdad encontrado y asegurado por él mismo surge de la «liberación» en la que el hombre se desprende del primordial carácter vinculante que tenían la verdad revelada bíblico-cristiana y la doctrina de la Iglesia. Sin embargo, toda auténtica liberación no es sólo romper las ataduras y eliminar los vínculos, sino que es, ante todo, una nueva determinación de la ESENCIA DE LA LIBERTAD. Ser libre quiere decir ahora que, en lugar de la certeza de salvación que era criterio de medida para toda verdad, el hombre pone una certeza en virtud de la cual y en la cual alcanza certeza de sí como de aquel ente que de ese modo se coloca a sí mismo como su propia base. El modo en que se produce esta transformación implica que en muchos casos discurra aún en el lenguaje y en las representaciones de aquello que se abandona en tal transformación. A la inversa, una caracterización precisa de la misma no puede evitar hablar en el lenguaje de lo que sólo se alcanza gracias a ella. Si decimos, por ejemplo, radicalizando, que la nueva libertad consiste en que el hombre se da la ley a sí mismo, elige lo que es vinculante y se vincula a ello, hablamos ya en el lenguaje de Kant   y acertamos, sin embargo, con lo esencial del comienzo de la época moderna, que conquista su figura histórica propia con una posición metafísica fundamental para la que la libertad se torna esencial de un modo peculiar (cfr. Descartes, Meditationes de prima philosophia  , IV). El mero desprenderse, el mero arbitrio, no son nunca más que el lado oscuro de la libertad, mientras que su lado luminoso es la reivindicación de algo necesario como aquello que vincula y sustenta. Ambos «lados» no agotan, sin embargo, la ESENCIA DE LA LIBERTAD, y ni siquiera dan con su núcleo. Para nosotros es importante ver que esa libertad cuyo reverso es la liberación de la creencia en la revelación, no solamente reivindica en general algo necesario sino que lo hace de manera tal que el hombre pone en cada caso desde sí mismo eso que es necesario y vinculante. Pero lo necesario se codetermina entonces de acuerdo con lo que necesite el hombre que se basa sobre sí mismo, es decir, de acuerdo con la dirección y con la altura, de acuerdo con el modo en el que el hombre se represente a sí mismo y represente su esencia. La nueva libertad, vista metafísicamente, es la apertura de una multiplicidad de aquello que en el futuro pueda y quiera ser puesto a sabiendas por el hombre mismo como necesario y vinculante. En el ejercicio de estos múltiples modos de la nueva libertad consiste la esencia de la historia de la época moderna. Puesto que por doquier de esta libertad forma parte que el propio hombre se vuelva señor de las propias determinaciones esenciales de la humanidad, y puesto que este volverse señor requiere el poder en un sentido esencial y expreso, por eso el esencial dar poder al poder sólo es posible como realidad fundamental en la historia de la época moderna y como esa historia. Heideggeriana  : NiilismoEuropeu  

¿De dónde recibe el enunciado representador la indicación de que debe conformarse a los objetos y concordar con ellos de acuerdo con lo que dicta la conformidad? ¿Por qué este concordar contribuye a determinar la esencia de la verdad? ¿Cómo puede ocurrir algo como que se dé de antemano una directriz y se logre la concordancia con ella? Sólo cuando ese dar de antemano ya se ha dado libremente en lo abierto para un elemento manifiesto dominante que surge en ella y que vincula todo representar. Este darse libremente a una directriz vinculante sólo es posible si se es libre para lo que se manifiesta en lo abierto. Este ser libre indica la ESENCIA DE LA LIBERTAD, hasta ahora no comprendida. El carácter abierto del comportarse, en cuanto aquello que hace internamente posible la conformidad, tiene su fundamento en la libertad. La esencia de la verdad, entendida como conformidad del enunciado, es la libertad. Heideggeriana  : EssenciaVerdade  

La oposición a la proposición que dice que la esencia de la verdad es la libertad se apoya en prejuicios que en su versión más extrema dicen: la libertad es una propiedad del hombre. La ESENCIA DE LA LIBERTAD no necesita ni tolera más preguntas. Todo el mundo sabe ya qué es el hombre. Heideggeriana: EssenciaVerdade

4. La ESENCIA DE LA LIBERTAD Heideggeriana: EssenciaVerdade

Ahora bien, la indicación que llama la atención sobre la conexión esencial existente entre la verdad como conformidad y la libertad quebranta y mina estos prejuicios, suponiendo desde luego que estemos dispuestos a cambiar nuestro modo de pensar. La meditación sobre la conexión esencial entre verdad y libertad nos induce a seguir la pregunta por la esencia del hombre desde una perspectiva que nos garantice la experiencia de un oculto fundamento esencial del hombre (del Dasein  ), de tal modo que nos traslade al ámbito originariamente esencial de la verdad. A partir de aquí también se muestra que la libertad sólo es el fundamento de la interna posibilidad de la conformidad, porque recibe su propia esencia desde la esencia más originaria de la única verdad esencial. En un primer momento la libertad fue definida como libertad para lo que se manifiesta en algo abierto. ¿Cómo hay que pensar esta ESENCIA DE LA LIBERTAD? Lo manifiesto, a lo que se adecua en cuanto conforme un enunciado representador, es eso siempre abierto en un comportarse que se mantiene abierto. La libertad respecto a lo manifiesto de un ámbito abierto permite que el ente sea siempre ese ente que precisamente es. La libertad se desvela ahora como un dejar ser a lo ente. Heideggeriana: EssenciaVerdade

Ahora bien, la expresión aquí utilizada y necesaria, «dejar ser a lo ente», no piensa en el desinterés o la indiferencia, sino en todo lo contrario. Dejar ser es el meterse en lo ente. Naturalmente, esto tampoco se entiende como mera puesta en marcha, protección, cuidado y planificación de lo ente que sale al encuentro o que se busca. Dejar ser - esto es, dejar ser a lo ente como eso ente que es - significa meterse en lo abierto y en su apertura, una apertura dentro de la cual se encuentra todo ente al punto de llevarla como quien dice consigo. Este ámbito abierto fue concebido en sus inicios por el pensar occidental como aletheia  , lo no oculto. Si traducimos aletheia con el término «desocultamiento» en lugar de con «verdad», dicha traducción no sólo será «más literal», sino que contendrá también la indicación de volver a pensar o pensar de otro modo el concepto habitual de verdad, en el sentido de la conformidad del enunciado, dentro de ese ámbito aún no comprendido del desocultamiento y desencubrimiento de lo ente. Meterse en el desocultamiento de lo ente no es perderse en él, sino que es un retroceder ante lo ente a fin de que éste se manifieste en lo que es y tal como es, a fin de que la adecuación representadora extraiga de él su norma. En cuanto un dejar ser semejante, se expone a lo ente como tal trasladando a lo abierto todo comportarse. El dejar ser, es decir, la libertad, es en sí misma ex-ponente, ex-sistente. La ESENCIA DE LA LIBERTAD, vista desde la esencia de la verdad, se revela como un exponerse en el desocultamiento de lo ente. Heideggeriana: EssenciaVerdade

Como, de todos modos, la verdad es en su esencia libertad, por eso, en su dejar ser a lo ente, el hombre histórico también puede no dejarlo ser como ese ente que es y tal como es. Cuando esto ocurre, el ente se ve ocultado y disimulado. Toman el poder las apariencias. En ellas se hace patente la inesencialidad de la verdad. Pero como en cuanto ESENCIA DE LA LIBERTAD, la libertad existente no es una propiedad del hombre, sino que el hombre sólo ex-siste en cuanto posesión de dicha libertad y sólo de ese modo se torna susceptible de historia, por eso la inesencialidad de la verdad tampoco puede surgir a posteriori de la simple incapacidad o dejadez del hombre. Por el contrario, la no-verdad tiene que proceder de la esencia de la verdad. Es sólo porque verdad y no-verdad en esencia no son indiferentes la una a la otra, sino que se pertenecen mutuamente, por lo que una proposición verdadera puede aparecer en la más violenta de las oposiciones respecto a la correspondiente proposición no verdadera. Por eso, la pregunta por la esencia de la verdad sólo llega hasta el ámbito originario de lo preguntado por ella cuando, partiendo de una mirada previa a la plena esencia de la verdad, también incluye en el desvelamiento de la esencia la meditación acerca de la no-verdad. Las explicaciones sobre la inesencialidad de la verdad no son algo que se añada a posteriori para rellenar un hueco, sino el paso decisivo para un buen planteamiento de la pregunta por la esencia de la verdad. Pero ¿cómo podemos captar la inesencialidad en la esencia de la verdad? Si la esencia de la verdad no se agota en la conformidad del enunciado, entonces la no-verdad tampoco puede equipararse con la no conformidad del juicio. Heideggeriana: EssenciaVerdade

Por la época del cambio del siglo 18 al 19, los alemanes se convierten, sin embargo, en cualquier otra cosa - salvo en libres. El antiguo Reich se había derrumbado como poder unificador y disuelto en un puñado de insignificantes Estados [Kleinstaaterei], sin dirección alguna y desarraigados. El único Estado alemán que aún existía fundado en sí mismo, por aquel entonces, Prusia, fue sometido por Napoleón y sus aliados, en 1806-7. Pero - en medio de toda esa impotencia política, de todo ese desmembramiento estatal, de toda esa miseria del pueblo vivía aún y vivía ya una Alemania secreta. Desde el apremio más interno y bajo el yugo de la servidumbre externa surgía una nueva libertad. Esto quiere decir que: La ESENCIA DE LA LIBERTAD fue concebida de nuevo e implantada en el saber y en la voluntad de los alemanes. Heideggeriana: UniversidadeAlema2

(9) ¿Cómo es posible que lo ente se interprete de forma señalada como subjectum y en consecuencia lo subjetivo pase a dominar? Porque hasta Descartes, e incluso dentro de su metafísica, lo ente, en la medida en que es un ente, es un sub-jectum (hypokeimenon  ), eso que yace por sí mismo ahí delante y que, como tal, al mismo tiempo es el fundamento de sus propiedades constantes v sus estados cambiantes. La preeminencia de un sub-jectum destacado por ser incondicionado desde un punto de vista esencial (subyaciendo como fundamento), nace de la aspiración del hombre a un fundamentum absolutum inconcussum veritatis (de un fundamento de la verdad, en el sentido de la certeza, que reposa en sí mismo y es inquebrantable). ¿Por qué y cómo llega esta exigencia a adquirir su decisiva validez? La aspiración nace de aquella liberación por la que el hombre se libera a sí mismo del poder vinculante de la verdad cristiana revelada y la doctrina de la Iglesia en favor de una normativa que se basa en sí misma y se dispone para sí misma. Por esta liberación se replantea nuevamente la ESENCIA DE LA LIBERTAD, esto es, el hecho de estar atado a una obligación vinculante. Pero como, de acuerdo con esta libertad, el hombre que se autolibera es el mismo que dispone la obligación vinculante, a partir de entonces ésta puede determinarse de distintas maneras. Lo vinculante puede ser la razón humana y su ley o lo ente dispuesto y ordenado de manera objetiva a partir de dicha razón o aquel caos aún no ordenado que, como todavía tiene que ser domeñado por la objetivación, exige serlo de hecho en una época. Heideggeriana: EIM

Pues bien, sin saberlo, esta liberación se libera siempre de las ataduras que le ligan a la verdad revelada, en la que se le da al hombre la certeza y seguridad de la salvación de su alma. La liberación que se libra de la certeza de salvación otorgada por la revelación, tenía necesariamente que ser en sí misma una liberación en favor de una certeza en la que el hombre se asegurase lo verdadero como aquello sabido por su propio saber. Esto sólo era posible a condición de que el hombre que se liberaba se hiciera garante de la certeza de aquello que podía ser sabido. Pero tal cosa sólo podía ocurrir en la medida en que el hombre decidía por sí mismo y para sí mismo lo que debía significar para él los términos ‘posible de ser sabido’, ‘saber’, y ‘aseguramiento de aquello sabido’ o, lo que es lo mismo, ‘certeza’. La tarea metafísica de Descartes pasó a ser la siguiente: crearle el fundamento metafísico a la liberación del hombre a favor de una libertad como autodeterminación con certeza de si misma. Pero este fundamento no sólo debía ser él mismo cierto, sino que, dado que cualquier norma procedente de otros ámbitos era rechazada, debía ser también de tal género que, gracias a él, la ESENCIA DE LA LIBERTAD a la que se aspiraba, se plantease como autocerteza. Ahora bien, todo aquello que tiene certeza a partir de sí mismo, tiene que asegurar también al mismo tiempo la certeza de aquel ente por mor del cual debe obtenerse la certeza de semejante saber y debe asegurarse todo aquello susceptible de ser sabido. El fundamentum, el fundamento de dicha libertad, lo que subyace en su base, el subjectum, tiene que ser por lo tanto algo cierto que satisfaga las citadas exigencias esenciales. Pasa a ser necesario un subjectum que destaque desde todas esas perspectivas. ¿Cuál es ese elemento cierto que conforma y da lugar al fundamento? El ego cogito   (ergo) sum. Lo cierto es una proposición que expresa que a mismo tiempo (simultáneamente y con una misma duración) que el pensar del hombre, el hombre mismo está también indudablemente presente, lo que ahora significa que se ha dado a sí mismo a la vez que el pensar. Pensar es representar, una relación representadora con lo representado (idea   como perceptio). Heideggeriana: EIM

Desde el momento en el que el pensamiento de la voluntad de poder se le presentó con toda su claridad y decisión (alrededor del año 1884 hasta las últimas semanas de su pensar, a finales del año 1888) Nietzsche   luchó por conseguir una configuración pensante de este pensamiento único. En sus planes y proyectos, esta configuración tomó la forma de lo que él mismo llamó, de acuerdo con la tradición, obra capital. Pero esta «obra capital» no llegó nunca a terminarse. No sólo no llegó nunca a terminarse sino que no llegó nunca a ser una «obra» en el sentido en que lo son las obras de la filosofía moderna, del tipo de las Meditationes de prima philosophia   de Descartes, la Fenomenología del espíritu de Hegel  , las Investigaciones filosóficas sobre la ESENCIA DE LA LIBERTAD humana y los objetos con ella relacionados de Schelling  . Heideggeriana: VontadePoder  

4) La conducción al carácter imperativo e inventivo del conocer nos ha permitido ver una necesidad propia que reina en la esencia del conocimiento y que es la única que fundamenta por qué y de qué modo la verdad, en cuanto tener-por-verdadero es un valor necesario. La necesidad - el tener-que del ordenar e inventar - surge de la libertad. De la ESENCIA DE LA LIBERTAD forma parte el ser-cabe-sí-mismo, es decir que un ente de tipo libre pueda darse cuenta de sí mismo, que él mismo pueda admitirse a sí mismo en sus posibilidades. Un ente de este tipo está fuera de la región que habitualmente llamamos biológica, la vegetal-animal. A la libertad le pertenece aquello que, de acuerdo con una determinada dirección interpretativa del pensamiento moderno, se vuelve visible como «sujeto». Nietzsche habla incluso (515, párrafo final) de la «constricción subjetiva» de evitar la contradicción; es decir, de aquella que se da en el caso esencial y constante del sujeto hombre, en el caso en el que el sujeto representa objetos, es decir piensa entes. Heideggeriana: VontadePoder

El aparecer a sí incondicionado y completo en la luz que ella misma es constituye la ESENCIA DE LA LIBERTAD de la razón absoluta. Aunque la razón es voluntad, aquí, sin embargo, la razón en cuanto representar (idea) decide acerca de la entidad del ente. El representar distingue a lo representado frente y para lo que representa. El representar es por esencia este distinguir y escindir. Por eso, en el «Prólogo» a todo el Sistema de la Ciencia, Hegel dice: «La actividad de escindir es la fuerza y el trabajo del entendimiento, del poder más extraordinario y más grande, o mejor, del poder absoluto» (Werke, II, pág. 25). Heideggeriana: MetafisicaNietzsche  

El pensamiento de Nietzsche que piensa el transhombre, nace del pensamiento que piensa ontológicamente lo ente como ente y, de este modo, se atiene a la esencia de la metafísica, aunque sin poder experimentar dicha esencia dentro de la metafísica. Por eso le queda oculto, como le ocurre a toda la metafísica anterior a él, en qué medida la esencia del hombre se determina a partir de la esencia del ser. Por este motivo, en la metafísica de Nietzsche queda necesariamente velado el fundamento de la relación esencial entre la voluntad de poder y la esencia del transhombre. Pero en todo velamiento reina ya una manifestación. La existentia  , que forma parte de la essentia   de lo ente, esto es, de la voluntad de poder, es el eterno retorno de lo mismo. El ser allí pensado contiene la relación con la esencia del trashombre. Pero esta relación permanece necesariamente impensada en su esencia conforme al ser. Por eso también a Nietzsche le queda a oscuras en qué relación se encuentra ese pensamiento que piensa el transhombre bajo la figura de Zarathustra, con la esencia de la metafísica. Por eso permanece oculto el carácter de obra de «Así habló Zarathustra». Sólo cuando un pensamiento futuro sea capaz de pensar ese «libro para todos y para ninguno» junto con las «Investigaciones acerca de la ESENCIA DE LA LIBERTAD humana» de Schelling (1809) y, por lo tanto, junto con la «Fenomenología del Espíritu» de Hegel (1807) y con la «Monadología» de Leibniz   (1714) y, además, sea capaz de pensar estas obras no sólo metafísicamente, sino a partir de la esencia de la metafísica, entonces y sólo entonces se habrá puesto el fundamento para el derecho y el deber, para el suelo y el horizonte de una adecuada controversia. Heideggeriana: NietzscheDeus  

Para percatarnos de que, y en qué medida, Nietzsche piensa desde un principio   metafísico la venganza y la redención de la venganza, es decir, a partir del ser que define todo ente, es menester que consideremos con qué carácter esencial se manifiesta el ser del ente en la época moderna. El aludido carácter esencial del ser sale a la luz en forma clásica con una pocas frases que Schelling dejó estampadas en el año de 1809 en sus Investigaciones filosóficas sobre la ESENCIA DE LA LIBERTAD humana y los objetos con ella relacionados. Las siguientes frases están apartadas expresamente en el texto original por un guión respecto de lo que antecede, destacándose así de propósito su significación fundamental. Dicen así: "En última y suprema instancia no hay otro ser alguno sino el querer. Querer es el ser primigenio y solamente a éste [a saber el querer], le cuadran todos los predicados del mismo [a saber del ser primigenio]: ser-sin-fondo, eternidad, independencia del tiempo, autoafirmación. Toda la filosofía no tiende sino a encontrar esta expresión suprema" Heideggeriana: GA8  

¿Qué es la venganza? Podemos decir ahora de un modo provisional: venganza es la persecución que se opone y que rebaja. ¿Y es esta persecución lo que ha sostenido y penetrado hasta ahora toda reflexión y toda representación del ente en vistas a su ser? Si al espíritu de la venganza le compete el alcance metafísico del que hemos hablado, este alcance tiene que poder verse desde la constitución de la Metafísica moderna. Para lograr de algún modo esta visión, fijémonos en esto: en qué impronta esencial aparece el ser del ente dentro de los límites de la Metafísica moderna? Esta impronta esencial del ser se expresa de una forma clásica en unas pocas proposiciones que Schelling ha escrito en 1809 en sus «Investigaciones filosóficas sobre la ESENCIA DE LA LIBERTAD y los objetos que están en conexión con ella». Estas tres proposiciones dicen: «En la última y suprema instancia no hay otro ser que el querer. Querer es ser primigenio, y a éste (al querer) sólo se le pueden aplicar los predicados de éste mismo (del ser primigenio): ausencia de fundamento, eternidad, independencia del tiempo, auto-afirmación. Toda la Filosofía aspira sólo a encontrar esta suprema expresión.»(F. W. J. Schelling. Philosophische Schriften, tomo I, Landshut 1809, S. 419). Heideggeriana: NietzscheZaratustra  

La ESENCIA DE LA LIBERTAD no está originariamente ordenada ni a la voluntad, ni tan siquiera a la causalidad del querer humano. Heideggeriana: QCT  

Las dos frases iniciales de la conferencia pueden repetirse ahora con mayor precisión: las tres conferencias tienen por título «La esencia del habla». Quisieran llevarnos ante la posibilidad de hacer una experiencia pensante con el habla. Que quede bien entendido: ante una posibilidad. Nos atenemos a lo que este intento tiene de provisional. Con todo, el título no dice nada de esto. Este título, «La esencia del habla», suena más bien presuntuoso, como si aquí fuera cuestión de dar a conocer información certera sobre la esencia del habla. Además, el título se presenta formalmente de modo casi demasiado familiar, como: la esencia del arte, la ESENCIA DE LA LIBERTAD, la esencia de la técnica. la esencia de la verdad, la esencia de la religión, etc. Estamos ya cansados de la acumulación de esencias, por motivos que no acabamos de percibir del todo. Pero ¿y si elimináramos lo presuntuoso y lo provisional del título con un simple arreglo? Pongámosle un interrogante al título para que la totalidad del mismo se sostenga bajo este signo y suene así distinto. Dice entonces: ¿la esencia? - ¿del habla? Ahora no es solamente el habla sino también lo que significa la esencia lo que está en cuestión: más aún: está en cuestión si y de qué modo se pertenecen mutuamente la esencia y el habla. ¿La esencia? - ¿del habla? Por la forma interrogativa. todo lo que el título tenía de presuntuso y familiar se desvanece. Pero al mismo tiempo una pregunta suscita otra. Por de pronto se suscitan las dos siguientes: Heideggeriana: EssenciaLinguagem