Rivera (2001:30-31) – realidade para Zubiri

[…] Zubiri   no habla, naturalmente, del ser como lo último y radical, sino de la realidad. Pero, por el momento, no nos fijemos en esta diferencia, y hablemos como si lo que Zubiri   llama realidad fuera lo mismo que Heidegger denomina el ser. Pues bien, en alguno de sus textos más profundos y brillantes, Zubiri   nos dice que la realidad (entiéndase la realidad en su carácter trascendental) es el fundamento de la vida del hombre, donde, a su vez, “vida” tiene un sentido que podemos identificar con el existir o la existencia en Heidegger. “La” realidad es aquello último en que el hombre está. El hombre no está propiamente en las cosas o en los demás seres humanos, sino que, estando en medio de ellos o, lo que es igual, estando con ellos, en lo que en definitiva está es en la realidad. “La” realidad no es una especie de piélago o de mar inmenso que se cerniría por encima de las cosas reales, sino que es un momento esencial dentro de estas mismas: ese momento que consiste en ir más allá de toda cosa real. Por ser real, toda cosa real tiene una [30] especie de “más” que desborda lo que la cosa real es en cuanto tal o cual, trascendiéndola.

En “la” realidad, así entendida, está el hombre, y desde ella se hace a sí mismo en ese “movimiento” o actividad que es constitutivo de su propia realidad. Ahora bien, esta realidad trascendente es para la actividad del ser humano el fundamento último en que éste se apoya, un fundamento más allá del cual no hay nada más. Es también el fundamento posibilitante que hace en última instancia posible las “posibilidades” con las que el hombre construye su propio ser de persona. Y es el fundamento impelente que lo impulsa a ejecutar los actos en que se realiza.