Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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Sloterdijk: o complemento originário (48-49)

sexta-feira 26 de maio de 2017

Con la expresión que acabamos de utilizar — complemento originario — hemos identificado una figura fundamental de las reflexiones en el campo esférico-morfológico que siguen. Esa expresión quiere decir que en el espacio espiritual — una vez consolidado el supuesto de que «espíritu» significa una espacialidad peculiar — el dato más simple es ya una magnitud al menos dúplice o bipolar. Los puntos aislados sólo son posibles en el espacio homogeneizado de la geometría y del tráfico; espíritu auténtico, por contra, es siempre ya espíritu en y frente a espíritu, alma auténtica es siempre ya alma en y frente a alma. Lo elemental, primigenio, simple aparece ya en nuestro caso como resonancia entre instancias polares; lo originario se manifiesta desde el inicio como dualidad correlativa. La venida del segundo al primero no es la de un apósito exterior y adicional, como sucede en la lógica clásica, en la que los atributos se asocian con la sustancia, por decirlo así, como zagueros y abastecedores de propiedades. Ciertamente, cuando se piensa en sustancias los atributos llegan después, como la negrura al caballo y la rojez a la rosa. En la íntima escisión de la subjetividad en un par, que habita un espacio anímico abierto para ambos, segundo y primero aparecen siempre y sólo juntos. Donde no sucede el segundo, tampoco estaba el primero. De ahí se sigue: quien dice Creador sin acentuar la [48] coexistencia previa de Adán con él, emprende el camino errado del origen monárquico; igual que todos los que pretenden hablar de seres humanos sin referirse a sus inspiradores e intensificadores o, lo que viene a ser lo mismo, a sus medios, se equivocan de tema por su modo de tratarlo. Un caballo platónico, una rosa celestial podrían seguir siendo lo que son, si fuera necesario, incluso sin negrura y rojez. Pero por lo que se refiere a Dios y a Adán — si la alianza de la inhalación entre ellos ha de ser lo que hemos de considerar según la literalidad y el sentido de la narración del Génesis —, forman desde el principio   una unión diádica que sólo tiene consistencia como bipolaridad desplegada. El par primario flota en una atmosférica unicidad dual, o dúplice unicidad, referencia mutua y separación íntima, de la que ninguno de los socios originarios puede separarse sin abolir la relación total.


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