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Ser-no-mundo

Dreyfus (SM:30-33) – Ser-no-Mundo

Comentário à Divisião I de Ser e Tempo de Martín Heidegger

segunda-feira 1º de novembro de 2021

DREYFUS  , Hubert. Ser-en-el-Mundo. Comentario a la División I de Ser y Tiempo   de Martín Heidegger. Tr. Francisco Huneeus y Héctor Orrego. Santiago de Chile: Editorial Cuatro Vientos, 1996 (doc)

DREYFUS, Hubert. Being-in-the-world. A Commentary on Heidegger’s Being and Time, Division I. Cambridge: MIT Press, 1991, p. 30-33

espanhol

En la Séptima Sección de Ser y Tiempo  , Heidegger se pregunta: ¿qué debe hacer alguien que quiere investigar qué es el ser? Su respuesta es: fenomenología. ¿Y qué es fenomenología? En su respuesta, Hei degger logra apoderarse de la definición que da Husserl   de la fenome nología, transformándola completamente a su gusto, consiguiendo que “fenomenología” signifique exactamente lo opuesto de lo que se en tiende según el método propuesto por Husserl para explicar los conte nidos intencionales de su propio sistema de creencias y así llegar a la evidencia incuestionable. En manos de Heidegger, la fenomenología se convierte en un modo de permitir que algo compartido, que jamás puede ser plenamente articulado y de lo cual sólo hay evidencia irre  - futable, se despliegue y se muestre.

A. El fenómeno

En la concepción común y corriente, el fenómeno es aquello que se revela o manifiesta a sí mismo en forma directa. Un buen ejemplo de su uso es cuando decimos que las ciencias naturales estudian los fenómenos naturales. “La perplejizante multiplicidad de los ‘fenómenos’ designados por las palabras ‘fenómeno’, ‘semblanza’, ‘apariencia’, ‘mera apariencia’, no puede desenmarañarse a menos que el concepto de fenómeno se entienda, desde un comienzo, como aquello que se muestra a sí mismo” (54) [31]. El fenómeno, como algo que se muestra a sí mismo, es la condición necesaria para todas las clases derivadas que surgen de él.

Sin embargo, esta visión del sentido común del fenómeno presupone a su vez un concepto fenomenológico. El fenómeno, en el sentido fenomenológico, es aquello que, a pesar de ser ignorado (no tematizado), acompaña y posibilita todo lo que se muestra. “Aquello que se muestra a sí mismo en apariencia como anterior al ‘fenómeno’, como se entiende corrientemente y que lo acompaña siempre, puede, a pesar de mostrarse en forma no temática, ser llevado a mostrarse temáticamente; y lo que se muestra así. . . son los ‘fenómenos’ de la fenomenología” (54-55) [31]. A estas alturas, el lector atento podrá vislumbrar que en opinión   de Heidegger, el fenómeno como es entendido por la fenomenología, tiene un notable parecido con lo que él denomina la comprensión preontológica del ser que tiene el Dasein   y las modalidades de inteligibilidad que esta comprensión revela.

B. Logos  

Logos significa “permitir que algo sea visto en su condición de estar juntos o unicidad (togetherness) con alguna cosa —que permite que sea visto como algo” (56) [33]. Lo que se muestra ante el fenomenólogo como la base de lo que habitualmente se muestra a sí mismo, debe ser indicado y expuesto de una manera conspicua. Cabe recordar que para el fenomenólogo no hay hechos por describir que estén libres de interpretación. Tampoco hay hechos objetivos ni subjetivos, como lo sería un sistema de creencias. Entonces, la tarea del fenomenólogo es interpretar y organizar los fenómenos para así revelar la comprensión del ser en la que él habita. Esto permite que cualquier cosa aparezca, se muestre o se manifieste como siendo cualquier cosa.

C. Fenomenología

Heidegger distingue tres concepciones de la fenomenología:

1. La noción formal   de la fenomenología es “dejar que aquello que se muestra sea visto desde sí mismo en la misma forma en que se mues tra desde sí mismo” (58) [34]. Esta definición es lo suficientemente amplia como para abarcar ambas comprensiones de la fenomenología, la de Husserl y la de Heidegger. Sin embargo, se debe tener en cuenta que incluso esta noción formal de la fenomenología deja afuera expre samente a la deducción, la dialéctica y los argumentos trascendenta les. Limita la fenomenología a un estudio donde revelamos directamen te aquello de lo cual estamos hablando.

2. En la noción habitual de la fenomenología, cualquier objeto puede ser apto para ser estudiado. El objetivo es traerlo ante la conciencia tan completamente como sea posible. “Una ciencia ‘de’ los fenómenos significa entender sus objetos de un modo tal que todo lo que se pueda discutir acerca de ellos debe ser tratado en forma de exhibirlo directamente” (59) [35]- La fenomenología es una “demostración concreta” (359) [311] porque intenta mostrar cada tipo de fenómeno en la forma que obtenga de él las mejores evidencias posibles.

3. La noción fenomenológica.

(a) Heidegger se pregunta: “¿Qué es aquello que la fenomenología ha de ‘permitirnos ver’? ¿Qué es lo que deberá ser llamado un ‘fenómeno’ en un sentido distintivo?” (59) [35]. Y responde que si la fenomenología es permitir que algo se muestre a sí mismo, aquello con lo que trata la fenomenología debe ser algo que no es, desde ya, obvio: “Es algo que primaria y usualmente no se muestra en absoluto, permanece oculto, en contraste con lo que se ve primaria y usualmente; pero este algo oculto es parte integrante de lo que se ve, una parte tan esencial que constituye lo que le da su sentido y fundamento” (59) [35]. Aquello que está necesariamente oculto tal vez sea una cosa-en-sí al estilo kantiano, una especie de cosa, como el sarampión, que jamás se mues tra excepto por sus efectos. Pero esto no puede ser el problema que trata la fenomenología. El tema de estudio de la fenomenología tiene que ser algo que no se muestra por sí mismo, pero que se puede inducir a mostrarse.

Una instancia perfecta de lo que está oculto y que sin embargo puede ser revelado es “no sólo éste o aquel ser, sino más bien es el ser de los seres” (59) [35], “aquello que determina a los seres como seres, aquello en base a lo cual los seres en cada caso son comprendidos” (25-26) [6]. Esto significa que, desde esta perspectiva, el fenómeno par excellence son los diversos modos de inteligibilidad de las entidades y la comprensión de trasfondo en base a la cual cada variedad de ser tiene la posibilidad de mostrarse tal como es. “En la noción fenomenológica de ‘fenómeno’, lo que se tiene en mente como aquello que se muestra, es el ser de los seres, su significado, sus modificaciones y derivados. . . La ontología es posible únicamente como fenomenología” (60) [35].

(b) ¿Cómo se muestra el fenómeno a sí mismo? Husserl dice que la fenomenología debería estudiar sólo lo que puede llegar a ser plena mente evidente. En este punto, Heidegger invierte la comprensión que tiene Husserl de la fenomenología. El método de Husserl, que apunta a la evidencia adecuada y a la completa falta de prejuicio, no se puede utilizar cuando deseamos comprender el trasfondo en que ocurre toda nuestra comprensión. Nuestra forma particular de comprender al ser es tan penetrante y ha invadido a tal extremo todo lo que pensamos y hacemos, que hace imposible llegar a tener una noción clara de ella.

Más aún, debido a que no es un sistema de creencias sino algo encarnado en nuestras destrezas y costumbres, es el tipo de cosa sobre la que nunca se logra tener claridad.

A lo más podremos llegar a entender lo que Husserl denominaba la “noción natural del mundo”, es decir, aquella comprensión del mundo que nos llega naturalmente, al mirar cada vez más aspectos de nuestras vidas y al tratar de hacerlos calzar dentro de una estructura cada vez más unificada y general. De modo que una fenomenología que quiera ser, como decía Husserl, “responsable de sí misma”, deberá renunciar a la meta que se propuso Husserl, y a la meta de la filosofía que desde tiempos de Platón   ha tratado de elaborar una ciencia enteramente desprovista de presuposiciones y prejuicios sobre las cosas. La fenomenología, cuando es comprendida correctamente, resulta ser una ciencia hermenéutica, es decir, una ciencia interpretativa. “Nuestra propia investigación mostrará que el significado de la descripción fenomenológica como método está en la interpretación” (61) [37].

original

In Section 7 Heidegger asks, What should someone do who wants to investigate being? His answer is phenomenology. And what is phenomenology? In answering, Heidegger succeeds in taking over Husserl’s definition   of phenomenology and totally transforming it for his own ends, making “phenomenology” mean exactly the opposite of Husserl’s proposed method for spelling out the intentional   contents of his own belief system   and thereby arriving at indubitable evidence. In Heidegger’s hands, phenomenology becomes a way of letting something shared that can never be totally articulated and for which there can be no indubitable evidence show itself.

A.The Phenomenon

The phenomenon in its ordinary conception is what shows itself directly, as when we say that natural science studies natural phenomena. “The bewildering multiplicity of phenomena’ designated by the wordsphenomenon,’ semblance,’appearance,’ mere appearance,’ cannot be disentangled unless the concept of the phenomenon is understood from the beginning as that which shows itself in itself” (54) [31]. The phenomenon, as something that shows itself, is the necessary condition for all the derivative kinds. But this commonsense view of the phenomenon in turn presupposes a phenomenological conception. The phenomenon in the phenomenological sense is that which, although unnoticed (unthematized), accompanies and makes possible all that shows itself. “That which already shows itself in the appearance as prior to thephenomenon’ as ordinarily understood and as accompanying it in every case, can, even though it thus shows itself unthematically, be brought thematically to show itself; and what thus shows itself in itself… will be the phenomena’ of phenomenology” (54-55) [31]. It may begin to dawn on the attentive reader that Heidegger’ s phenomenon as understood by phenomenology bears a striking resemblance to what he calls Dasein ‘s preontological understanding of being and the modes of intelligibility it reveals. {{B.Logos}} Logos means “letting something be seen in its togetherness with something-letting it be seen as something” (56) [31]. What shows itself to the phenomenologist as the basis of what ordinarily shows itself must be pointed out and laid out in a perspicuous way. Remember, there are no interpretation-free facts for the phenomenologist to describe, neither objective facts nor subjective ones like a system of beliefs, so the phenomenologist must interpret and organize the phenomena to reveal the understanding of being in which he already dwells, which lets anything show up as anything. {{C.Phenomenology}} Heidegger distinguishes three conceptions of phenomenology: 1. The formal conception of phenomenology is “to let that which shows itself be seen from itself in the very way in which it shows itself from itself” (58) [34]. This conception is broad enough to embrace both Husserl’s and Heidegger’s understanding of phenomenology. Even the formal conception, however, excludes deduction, dialectic, and transcendental arguments. It limits phenomenology to a study in which we directly reveal what we are talking about. 2. In the ordinary conception of phenomenology, any object may be the proper object of study, and the goal is to bring it as fully before consciousness as possible. “To have a science ‘of’ henomena means to grasp its objects in such a way that everything about them which is up for discussion must be treated by exhibiting it directly” (59) [35]. Phenomenology is “concrete demonstration” (359) [31 1] in that it attempts to show each type of phenomenon in a way that brings forth the best possible evidence for it. 3. The phenomenological conception. (a) Heidegger asks, “What is it that phenomenology is tolet us see’? What is it that must be called a phenomenon’ in a distinctive sense?” (59) [35]. And he answers that if phenomenology is letting something show itself, what phenomenology deals with must be something that is not already obvious: “It is something that primarily and usually does not show itself at all; it is something that lies hidden, in contrast to that which primarily and usually does show itself, and it [the hidden] belongs to it [that which shows itself] so essentially as to constitute its sense and its ground” (59) [35]. That which is necessarily hidden might be a Kantian thing-in-itself, a sort of thing, like measles, that never shows itself except in its effects. But this cannot be what phenomenology deals with. The subject of phenomenology must be something that does not show itself but can be made to show itself. A perfect instance ofwhat is concealed but can be revealed is “not just this being or that, but rather the beingof beings” (59) [35], “that which determines beings as beings, that on the basis of which beings are already understood” (25-26) [6]. That is, the phenomenon par excellence is the modes of intelligibility of entities and the background understanding on the basis of which each sort of being can show up as what it is. “In the phenomenological conception ofphenomenon’ what one has in mind as that which shows itself is the being of beings, its sense, its modifications and derivatives…. Only as phenomenology is ontology possible” (60) [35].

(b) How does the phenomenon show itself? Husserl says that phenomenology should study only what can be made fully evident. Heidegger reverses Husserl’s understanding of phenomenology on this point. Husserl’s method, which aims at adequate evidence and complete freedom from prejudice, cannot be used when we wish to understand the background upon which all our understanding takes place. Our understanding ofbeing is so pervasive in everything we think and do that we can never arrive at a clear presentation of it. Moreover, since it is not   a belief system but is embodied in our skills, it is not the sort of thing we could ever get clear about.

We can only come to understand what Husserl called the “natural conception of the world,” the understanding of the world that comes naturally to us, by looking at more and more aspects of our lives and trying to fit them into a more and more general and unified structure. Thus a phenomenology that wants to be what Husserl called “self-responsible” must give up Husserl’s goal, and the goal of philosophy since Plato, of working out a presuppositionless science. Phenomenology, when correctly understood, turns out to be hermeneutic, that is, interpretative. “Our investigation itself will show that the meaning of phenomenological description as a method lies in interpretation  ” (61) [37].


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