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Heidegger. Una Introduccion.

Picotti (2010:61-62) – pensar (denken)

II. La pregunta por el pensar y la verdad

quarta-feira 7 de junho de 2023, por Cardoso de Castro

Lo por pensar se sustrae al hombre en tanto se le retiene, pero lo retenido le está siempre delante, no desaparece, no es nada, es evento.

El pensar occidental, según Heidegger, desde su aparición griega y a través de todo el despliegue metafísico hasta su acabamiento, no alcanzó aún su elemento propio, “lo más grave se muestra en que todavía no pensamos”. [1]

Su rasgo fundamental se ubica en el percibir, que se despliega en el representar. Percibir, como traducción de la palabra griega νοεῖν  , “significa observar algo presente, advirtiéndolo atenderlo y asumirlo como presente”. [2] Este percibir que atiende es representar en sentido esencial, en tanto dejamos a algo presente estar y encontrarse ante nosotros tal como está y se encuentra, y en tanto percibir nos lo ponemos en relación, de retorno a nosotros, de tal modo que lo presente en su presencia se torna representación.

Para Parménides, quien habría influido decisivamente a la esencia del pensamiento occidental, el pensar mismo queda determinado por lo que como percibir percibe, a saber, el ente en su ser, y no por el mero pensar. Ser, significa para los griegos y luego para todo el pensamiento occidental, presencia de lo presente y esta respuesta es para Heidegger un salto a la oscuridad, una respuesta a la pregunta nunca planteada hasta ahora, porque demasiado simple, ¿qué significa ser del ente?

Al menos desde Ser y tiempo   y a lo largo de toda su obra vuelve siempre a esta reflexión. Presencia es el durar interno en la inocultación, que acaece donde ésta ya reina, es decir, es presente — gegenwärtig-·, entonces a la presencia pertenece no sólo inocultación sino también el presente, un carácter del tiempo, cuya esencia, sin embargo, nunca es asible a través del concepto tradicional de tiempo. Inocultación y presencia — Anwesen   — permanecen ambas igualmente impensadas, y con ello también la procedencia esencial del ser del ente. Lo propiamente por pensar queda retenido, no devino aún digno de ser pensado y por ello nuestro pensar, expresa Heidegger, no ha alcanzado aún su elemento a pesar de toda la lógica.

Esta afirmación no es un juicio estimativo, en el sentido de ausencia reflexiva, ni quiere expresar omisión, porque lo pensable, o sea, lo que es en sí por pensar, no procede de nuestro representar, de nosotros, sino de lo pensable mismo, que a partir de sí se nos da a pensar. El hecho de que todavía [61] propiamente no pensemos no sucede porque no nos dirijamos suficientemente a lo por pensar, sino porque esto mismo se aparta del hombre; se ha apartado hace tiempo, no en algún tiempo historiográficamente datable, sino desde antiguo. Sin embargo, apartamiento supone donación; en todo apartamiento lo por pensar se ha ya adjudicado a la esencia del hombre, por eso éste en nuestra historia ha pensado siempre de modo esencial y hasta profundamente, pero en el extraño modo de que, sin embargo lo por pensar al mismo tiempo se sustrae.

Nos encontramos aquí ante determinaciones que proporcionan otra noción del pensar y que significan un indudable aporte para asumirlo originariamente y desde allí poder apreciar sus formas históricas, su historicidad en tanto acaecer del ser, el afirmarse de la verdad como oculta-desocultación y el pensar mismo como correspondencia a la reivindicación del ser.

Lo por pensar se sustrae al hombre en tanto se le retiene, pero lo retenido le está siempre delante, no desaparece, no es nada, es evento. Lo que se sustrae está presente atrayendo, y aunque lo advirtamos o no; puede interesar al hombre más esencialmente y reivindicarlo más íntimamente que todo presente que le salga al encuentro y le alcance, y como evento serle más presente que todo lo actual. Lo por pensar tiene que acaecer, ante lo cual sólo nos cabe aguardar a que se nos adjudique. Pero así como la sustracción del ser no significaba nada negativo, tampoco este comportamiento del pensar equivale a nada pasivo, ningún aplazamiento sino un “estar a la expectativa y, a saber, dentro de lo ya pensado hacia lo impensado que se oculta en aquél”. [3] La determinación heideggeriana   del pensar se cumple en el ‘recuerdo’ — Andenken   —, un camino del pensar memorante. “A través de tal aguardar estamos ya, pensando, de camino a un andar hacia lo por pensar”. [4]


Ver online : Dina Picotti


[1“Was heißt denken?”, en Vorträge und Aufsätze II. “¿Qué quiere decir pensar?, en Conferencias y artículos.

[2Idem. Ibid.

[3Idem, p. 13. Ibid, p. 122.

[4Idem. Ibid.