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Entretiens avec Frédéric de Towarnicki

Beaufret (1992:16-18) – Dasein

ENTRETIEN II

domingo 18 de junho de 2023, por Cardoso de Castro

Un profesor alemán que había sido colega de Heidegger en la Universidad de Friburgo, el helenista Wolfgang Schadewaldt, me preguntó un día cómo traducía yo Dasein   al francés. Le contesté: «No lo traduzco». Y él dijo entonces: «En el fondo, tiene razón, hay palabras intraducibles, como logos   o tao…». Dasein es una palabra intraducible.

Delmont-Mauri

El libro de Heidegger Ser y tiempo   aparece, pues, en 1927. Marca una fecha en la historia de la filosofía. ¿Qué aporta este libro?

El libro Ser y tiempo hace aparecer el ser en su distinción respecto del ente en el horizonte del tiempo, como ya se lee en la introducción. Pero el libro sufre, por decirlo así, o más bien no sufre sino que está marcado por una restricción inicial; y es que, de comienzo a fin, el tema de Ser y tiempo va a ser lo que Heidegger llama «la analítica del Dasein  ». Se habla en él del tiempo como temporalidad del Dasein y todavía no del tiempo como temporalidad del ser. El asunto tiene que ver con la palabra Dasein. Dasein es, en apariencia, un término muy clásico, tomado de la lengua alemana. Kant  , en particular, lo usa como un término propiamente germánico que responde al latín existentia   o al francés existence. Por ejemplo, «existencia de Dios» se dice Dasein Gottes. Dasein, en el sentido habitual, se opone a «posibilidad» y a «necesidad». Interviene en lo que la Crítica de la razón pura llama «las categorías de la modalidad». Heidegger va a usar la palabra Dasein en un sentido muy distinto, de tal manera que cuando la pronuncia, no la acentúa de la misma manera. En su acepción corriente, la palabra se pronuncia DAsein y cuando Heidegger la pronuncia, el acento pasa de Da a sein  , DaSEIN. Se trata entonces de algo muy distinto. Para traducirlo al francés, habría que usar la extraña locución être-le-lá, «ser-el-ahí». Sein und Zeit   es el libro del ser-el-ahí.

Se pregunta, en verdad, por el ser, pero Heidegger se preocupa por un punto de partida para abordar la pregunta. Busca determinar algo o alguien, a quien pueda consultar, valga la expresión, respecto de la pregunta de que se ocupa, a saber, la pregunta por el ser; el término Dasein interviene en esta óptica. En un sentido, existe una gran analogía entre la aparición del Dasein en Sein und Zeit y la posición central del ego cogito  , del «yo pienso», en la filosofía cartesiana. Descartes  , que busca informarse sobre lo que es, consulta al «yo pienso». Por consiguiente, el Dasein de Heidegger está del mismo lado que el «yo pienso» de Descartes. La diferencia entre el Dasein en el sentido de Heidegger y el «yo pienso» de Descartes está en que el «yo pienso» armado de su intuitus, como dice Descartes, mide con la mirada la cosa puesta ante él como objeto, mientras que el Dasein se abre, por decirlo así, adonde por eso mismo están las cosas. Al fin y al cabo, una cosa es atraer aquello de que se está hablando (a saber, las cosas) hasta ponerlo ante la mira, y otra, abrirse a la presencia misma de las cosas. Eso que Heidegger llama Dasein, «ser-el-ahí», significa que las cosas de que hablo son tales, respecto de mí, que nada me separa de ellas a la manera de un entrepaño o una pantalla. Por ejemplo, la ventana que está ahí, la vemos todos; aparece como ventana aunque nadie la vea sino con sus propios ojos y aunque nadie pueda ver la ventana con los ojos de otro. Esto no le impide aparecer como ventana. Asimismo, cuando miramos la luna, una luna sola brilla en el cielo, aunque nadie pueda verla sino con sus ojos; mientras que para Descartes no había una sola luna en medio del cielo: había tantas lunas como «yo pienso». ¡A cada quien su luna!

¿Dasein es el hombre, o la abertura que caracteriza al hombre?

A la vez el hombre y la abertura que caracteriza al hombre, y el hombre está constituido por esta abertura.

Dasein es el elemento de abertura constitutivo del hombre en su relación más inmediata con las cosas. Yo soy su «ahí». En cuanto a esto, Heidegger se siente de inmediato en confianza con el pensamiento griego; los griegos llaman psyje a la cosa que él llama Dasein. Se traduce por «alma». ¡Es un punto de vista! A partir de la psyje se elaboró toda una «psicología» que consiste, precisamente, en decir la luna tal como es diferente para cada uno de los que la miran, y no la luna tal como aparece en medio del cielo.

Pero Aristóteles   decía, hablando de la «Psiquis»: e psyke tá ónta   pos estin pánta

lo cual se puede traducir por «la psique es, a su manera, todos los entes en cuanto son». Ello no quiere decir que cuando veo una cabra, me convierto yo en cabra; ello no quiere decir que cuando veo una botella, ¡me convierto yo en botella! Quiere decir, sencillamente: cabra o botella, ambos me son inmediatamente presentes sin que nada me separe de ellos a la manera de un entrepaño o de una pantalla. El Dasein, «ser-el-ahí», es eso. La frase de Aristóteles, «El alma es a su manera todos los entes en cuanto son» (si traducimos psyje por alma), sería una forma de decir que ella es a su manera la «presentidad» misma del ente, de los entes, por numerosos que sean…

¿Dasein sugiere entonces una dimensión más fundamental que el «yo», que la conciencia?

Muy exactamente, para decir que la conciencia no es una dimensión fundamental sino una dimensión derivada y, valga la expresión, endeudada con siglos de filosofía, vuelve Heidegger de la conciencia a la inmediatez del Dasein. En la traducción de Sein und Zeit que prepara actualmente Frangois Vezin  , el término Dasein no será traducido.

Un profesor alemán que había sido colega de Heidegger en la Universidad de Friburgo, el helenista Wolfgang Schadewaldt, me preguntó un día cómo traducía yo Dasein al francés. Le contesté: «No lo traduzco». Y él dijo entonces: «En el fondo, tiene razón, hay palabras intraducibles, como logos   o tao…». Dasein es una palabra intraducible.

Original

— Le livre de Heidegger L’Être et le Temps paraît donc en 1927. Il fait date dans l’histoire de la philosophie  . Qu’apporte ce livre ?

Le livre L’Être et le Temps fait apparaître l’être dans sa distinction d’avec l’étant sous l’horizon   du temps, comme on peut le lire dès l’avant-propos. Mais le livre souffre pour ainsi dire ou plutôt il ne souffre pas, il est marqué par une restriction initiale : c’est que d’un bout à l’autre, L’Être et le Temps va avoir pour thème ce que Heidegger appelle « l’analytique du Dasein ». Il y est question du temps comme temporalité du Dasein et pas encore du temps comme temporalité de l’être. Il s’agit donc du mot Dasein. Dasein est en apparence un terme tout à fait classique, tiré de la langue allemande. Il est employé par Kant en particulier comme terme proprement germanique répondant au latin existentia ou au français « existence ». Par exemple, existence de Dieu se dit « Dasein Gottes ». Dasein, au sens ordinaire, s’oppose à « possibilité » et à « nécessité ». Il intervient dans ce que La Critique de la raison pure appelle « les catégories de la modalité ». Heidegger va employer le mot Dasein en un tout autre sens, de telle manière que lorsqu’il le prononce, il n’accentue pas de la même façon. Dans son acception courante, le mot se prononce DAsein et lorsque Heidegger le prononce, l’accent est passé de Da sur « sein », DaSEIN. C’est alors de tout autre chose qu’il s’agit. Si on veut traduire le mot en français, on ne peut guère le traduire que par l’étrange locution être-le-là. Sein und Zeit est le livre de être-le-là.

La question qui est posée est bien la question de l’être mais Heidegger se préoccupe d’un point de départ pour aborder cette question. Il cherche à déterminer quelque chose ou quelqu’un, auprès de qui il peut se consulter pour ainsi dire, quant à la question qu’il traite, à savoir la question de l’être; c’est dans cette optique qu’intervient le terme de Dasein. En un sens, il y a une très grande analogie   entre l’apparition du Dasein dans Sein und Zeit et la position centrale de l’ « ego   cogito », du « je pense » dans la philosophie cartésienne. Descartes, qui cherche à s’informer sur ce qui est, se consulte auprès du « je pense ». Par conséquent, le Dasein de Heidegger est du même côté que le « je pense » de Descartes. La différence entre le Dasein au sens de Heidegger et le « je pense » de Descartes est que le « je pense », armé de son « intuitus » comme dit Descartes, toise devant lui la chose comme objet, tandis que le Dasein s’éclate, pour ainsi dire, là où sont du même coup les choses. Autre chose quand même est d’attirer ce dont on parle (à savoir les choses) dans son collimateur, autre chose est de s’ouvrir à la présence même des choses. Ce que Heidegger nomme Dasein, « être-le-là », signifie que ces choses dont je parle sont telles, par rapport à moi, que rien ne m’en sépare à la manière d’une cloison ou d’un écran. Par exemple, la fenêtre qui est là, nous la voyons tous : elle apparaît comme fenêtre bien que chacun ne la voie que par ses yeux à lui et que personne ne peut voir la fenêtre avec les yeux d’un autre. Mais cela ne l’empêche pas d’apparaître comme fenêtre. De même, quand nous regardons la lune, il n’y a qu’une lune qui brille au milieu   du ciel, bien que chacun ne puisse la voir qu’avec ses yeux; tandis que pour Descartes, il n’y avait pas qu’une lune au milieu du ciel : il y avait autant de lunes qu’il y avait de « Je pense ». A chacun sa lune !

— Dasein, est-ce l’homme, ou l’ouverture qui caractérise l’homme ?

C’est à la fois l’homme et l’ouverture qui caractérise l’homme, celui-ci étant constitué par cette ouverture.

Dasein, c’est le moment d’ouverture constitutif de l’homme dans son rapport le plus immédiat avec les choses. J’en suis le « là ». Et sur ce point, Heidegger se sent immédiatement en familiarité avec la pensée grecque : les Grecs appelaient la chose qu’il nomme Dasein, ψυχή  . On traduit par « âme ». C’est un point de vue ! Et on a tiré de la ψυχή toute une « psychologie   » qui consiste, précisément, à dire la lune telle qu’elle est différente pour chacun de ceux qui la regardent, et non la lune telle qu’elle apparaît au milieu du ciel.

Mais Aristote disait, parlant de la « Psyché » :

ἡ ψυχὴ τὰ ὄντα πώς ἐστιν πάντα  

ce qui peut se traduire par « la psyché est à sa façon tous les étants autant qu’ils sont ». Ce qui ne veut pas dire que lorsque je vois une chèvre, je deviens moi-même chèvre; ce qui ne veut pas dire que quand je vois une bouteille, je deviens moi-même bouteille ! Ce qui veut dire simplement : que ce soit chèvre ou que ce soit bouteille, l’une et l’autre me sont immédiatement présentes sans que rien ne m’en sépare à la manière d’une cloison ou d’un écran. C’est cela le Dasein, « être-le-là ». La phrase d’Aristote « L’âme est à sa façon tous les étants autant qu’ils sont » (si l’on traduit psyché par âme), pourrait dire qu’elle est à sa façon la « présenteté » même de l’étant, des étants aussi nombreux soient-ils…

— Dasein veut donc suggérer une dimension plus fondamentale que le « moi », que la conscience ?

C’est très exactement pour dire que la conscience n’est pas une dimension fondamentale mais une dimension dérivée, et pour ainsi dire endettée à l’égard de siècles de philosophie que Heidegger revient de la conscience à l’immédiateté du Dasein. Dans la traduction de Sein und Zeit que prépare actuellement François Vezin, Dasein ne sera pas traduit.

Un professeur allemand qui avait été le collègue de Heidegger à l’Université de Fribourg, à savoir l’helléniste Wolfgang Schadewaldt, m’avait posé un jour la question suivante : « Comment traduisez-vous Dasein en français ? » J’avais répondu : « Je ne le traduis pas » ; et il m’avait dit : « Au fond, vous avez raison, il y a des mots intraduisibles, par exemple λόγος ou tao… » Dasein est donc un terme intraduisible.


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