Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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lógica

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

Logik  

La expresión ‘LÓGICA’ es la abreviatura de la voz griega logike, que hay que completar con episteme  : ciencia que trata del logos  . Aquí logos significa lo mismo que oración, tomada en el sentido de enunciado, predicación; éste consiste en enunciar algo de algo: el cuerpo es negro, el triángulo es equilátero, Kant   murió en 1804, ‘rey’ es un sustantivo, la naturaleza es subsistente. Enunciados semejantes dan expresión a un determinar algo como algo; a una determinatio. A este determinar lo llamamos pensar. La LÓGICA, la ciencia del logos, es, por consiguiente, la ciencia del pensar. Pero el determinar pensante, en tanto que determinación de algo como algo, es siempre a la vez un determinar sobre… algo; por ejemplo, el cuerpo determinado como algo, digamos, como negro. La “relación”: algo (enunciado) de algo, la predicación, está, por sí misma, referida a un ente sobre el que se da, mediante estas determinaciones, una determinación. El sobre qué es el ente mismo. El de qué es este sobre qué como objeto de la predicación. Se trata, por tanto, del descubrimiento y de la determinación articulantes del ente mismo, que podríamos representar de este modo:

De acuerdo con su propia tendencia, el determinar entendido así intenta adecuarse a aquello sobre lo que trata el enunciado. Esta adecuación a aquello sobre lo que trata la determinación y el enunciado, la adaequatio  , caracteriza lo que mentamos, en general, con la verdad del enunciado. El logos puede ser adecuado [2] o inadecuado, verdadero o falso. Dado que siempre es, por esencia, enunciado sobre algo, todo logos fácticamente realizado es, por necesidad, verdadero o falso. (Una tesis que, por supuesto, aún habrá de ocupamos a fondo.)

Ahora bien, la LÓGICA, como ciencia del logos, no investiga todos los enunciados fácticos, que se hacen en cada caso sobre cualquier cosa posible o imposible, tanto verdaderos como falsos, ni tampoco sólo los verdaderos, sino que se pregunta por aquello que pertenece, en general, a un logos, un enunciado, un determinar; por aquello en donde reside la esencia del pensar en general.

Pero pensar es pensar sobre algo. Todo auténtico pensar tiene su tema; de esta forma se refiere a un objeto determinado, esto es, en cada caso a un determinado ente que se nos contrapone: una cosa de la naturaleza, un objeto geométrico, un acontecimiento histórico, un ‘fenómeno lingüístico’. Estos objetos (de la naturaleza, del espacio, de la historia) pertenecen a distintos ámbitos. Se distinguen entre sí por su contenido quiditativo, son totalmente distintos en lo que toca a su respectivo qué – las plantas son distintas de los objetos geométricos, éstos, por su parte, difieren totalmente, por ejemplo, de las obras literarias –, pero también respecto del modo en que son, naturales o históricos. En consonancia con la diferencia en cada caso en qué es el ente y en cómo es, el propio pensar determinante, que tiene que adecuarse al ente respectivo, debe también tener en cuenta esta diferencia; el pensar determinante, o sea, la formación del concepto, será diferente en cada ámbito distinto. Por consiguiente, la investigación científica de este pensar es en cada caso distinta: la LÓGICA del pensar físico, matemático, filológico, histórico, teológico y, tanto más, del pensar filosófico. La LÓGICA de estas disciplinas es quiditativa; es una LÓGICA material.

Pero una LÓGICA sin más – una LÓGICA ‘general’, que no se refiere ni al determinar pensante de la naturaleza ni al del espacio o la historia – tiene [3] como tema el pensar sobre… ¿sobre qué, entonces? Su tema es, por supuesto, el pensar sobre… en general – pero su objeto es en cada caso uno determinado. Y, con todo, el tema de la LÓGICA no es el pensar sobre esto o aquello. ¿Es, pues, su tema un pensar en nada? “Pensar nada” es ambiguo. Primero, puede querer decir: no pensar – pero la LÓGICA como ciencia del pensar obviamente nunca consistirá en no pensar; segundo, puede significar: pensar la nada, sin embargo, esto quiere decir: pensar “algo”. En el pensar la nada o en el esfuerzo de pensaría, en tanto que pensante, estoy referido a la nada, y esto es el sobre qué.

Todo pensar, qua pensar, está referido a…; si tomo ahora el pensar en general, entonces es indiferente el a qué. Sin embargo, que el objeto sea indiferente no significa: ningún objeto; sino: precisamente en cada caso uno, pero es indiferente cuál, todo algo pensable. El a qué al que el pensamiento se refiere es – visto desde la LÓGICA – indiferente y no puede ser decidido desde la idea   del pensar en general. La pura y simple LÓGICA, en tanto que ciencia del pensar en general, no considera naturalmente el pensar, qua pensar, este o aquel objeto, constituido de tal o cual manera, no atiende al qué es y cómo es específicos de aquello a lo que se refiere el pensar; pero este prescindir del respectivo contenido quiditativo y del modo de ser de lo pensado no quiere decir que el pensar no se refiera a algo; sino sólo que es indiferente aquello que es el objeto del pensar, siempre que aquello sobre lo que piensa el pensar esté contrapuesto como algo. En virtud de esta indiferencia, el contenido quiditativo específico no desempeña ningún papel; la ‘materia’, el qué del objeto es irrelevante; sólo importa que se miente algo en general en el pensar. “Algo en general” – independientemente de su qué, de su materia – no es un determinado objeto quiditativo, sino sólo la ‘forma’ de un objeto. El pensar, tomado como pensar sobre algo, siendo indiferente su contenido quiditativo, es el pensar formal   a diferencia del material, el quiditativo. [4] Este pensar formal no carece de objeto, al contrario, es totalmente objetivo, pero con indiferencia quiditativa. La LÓGICA general, como ciencia del pensar formal, es, por tanto, LÓGICA formal.

Esta LÓGICA general, la pura y simple LÓGICA, trata, pues, de aquello que pertenece a un pensar sobre algo en general, de aquello que hace intrínsecamente posible el pensar en general, de la legalidad que debe satisfacer todo pensar en tanto que pensar. Así, a la LÓGICA se la llama también ciencia de las reglas formales del pensar, aunque esta denominación sigue siendo oscura. No sólo el problema de la corrección, sino también el de la ‘verdad’, si bien sólo en una perspectiva formal, pertenece a la LÓGICA. Corrección y ‘verdad formal’ (es decir, forma de la verdad en general) no son lo mismo. Sobre esto encontramos en Kant una cierta oscuridad.

A pesar de que el concepto estricto de LÓGICA formal fue desarrollado sólo pocas veces y nunca de acuerdo con su principio  , sin embargo, lo que se debe entender por ella es, en parte – aunque de modo confuso –, lo que, tomando pie en Aristóteles  , desde la Estoa, se desarrolló y fijó como una disciplina escolar durante los últimos siglos anteriores a Cristo. Kant tiene a la vista esta LÓGICA cuando, en el prólogo a la segunda edición de la Crítica de la razón pura (B VIII s.) se expresa de este modo:

Que la LÓGICA ha llevado ya esa marcha segura desde los tiempos más remotos puede colegirse por el hecho de que, desde Aristóteles, no ha tenido que dar un paso atrás, a no ser que se cuenten como correcciones la supresión de algunas sutilezas inútiles o la determinación más clara de lo expuesto, cosa empero que pertenece más a la elegancia que a la certeza de la ciencia. Notable es también en ella el que tampoco hasta hoy ha podido dar un paso adelante. Así pues, según toda apariencia, hállase conclusa y perfecta… Si la LÓGICA ha tenido tan buen éxito, debe esta ventaja sólo a su carácter limitado, que la [5] autoriza y hasta la obliga a hacer abstracción de todos los objetos del conocimiento y su diferencia. En ella, por tanto, el entendimiento no tiene que habérselas más que consigo mismo y su forma.

Ahora todavía no debemos considerar si el propio Kant – aunque de un modo oscuro e incierto – dio un paso adelante en la LÓGICA filosófica desde Aristóteles y Platón  .

Pero la LÓGICA formal, caracterizada de esta manera, es, asimismo, lo que se tiene presente, de un modo oscuro, cuando se habla de ‘LÓGICA’. De ella todavía hoy se dice, si bien con algunos reparos, que es la propedéutica al estudio científico y, a la vez también, la introducción a la filosofía.

Pero esta valoración de la LÓGICA – quizá correcta en lo fundamental – se opone a una experiencia demasiado frecuente que no debemos callar: esta LÓGICA obstinadamente propuesta por los profesores de filosofía no dice nada a los oyentes, no es sólo árida como un desierto, sino que deja al oyente perplejo; éste no encuentra ninguna relación entre esta LÓGICA y su propia ciencia; y menos aún se hace evidente qué utilidad puede tener, a excepción de una fastidiosa y en el fondo indigna preparación de una materia de examen más o menos cómoda. Esta LÓGICA técnica y escolar tampoco proporciona un concepto de filosofía; el ocuparse de ella deja al estudiante fuera de la filosofía, si es que no le aparta de ella. [GA26JGN  :12-15]