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nomos

quarta-feira 24 de janeiro de 2024

νόμος (ό)

GA4   61, 167; GA6   407; GA9   361; GA12   207; GA15   47, 57, 244, 246; GA18   119, 135; GA19   347, 384, 646, 647; GA22   85; GA35   127; IM 18, 139; GA44   211; GA53   145; GA60   70, 72, 73, 127; GA62   186, 211, 212, 333; EC6 22, 36; EC8 292. (HC)

É o Ser que concede ao salvo (das Heile  ) vigorar na proteção do favor (Huld) e à grima o impulso para a desgraça (Unheil). Somente na medida em que o homem, ec-sistindo na Verdade do Ser, pertence ao Ser, é que pode provir do próprio Ser a recomendação das prescrições que tornar-se-ão para o homem lei e regra. Em grego, recomendar é nemein. O nomos   não é apenas a lei, porém, mais originariamente, a recomendação protegida pelo destinar-se do Ser. Só essa recomendação pode dispor o homem para o Ser. E somente essa disposição pode trazer e instaurar obrigações. Do contrário, toda lei permanecerá e continuará apenas um produto (das Gemächte  ) da razão humana. [CartaH]


Sólo en cuanto el hombre pertenece al ser ex-sistiendo en la verdad del ser, puede llegar del ser mismo la prescripción de esas normas que tienen que convertirse en ley y regla para el hombre. Prescribir se dice en griego nemein. El nomos no es sólo ley, sino de modo más originario la prescripción escondida en el destino del ser. Sólo ella consigue destinar y conjugar al hombre en el ser. Sólo semejante conjunción es capaz de sustentar y vincular. De otro modo, ninguna ley pasa de ser un mero constructo de la razón humana. Más esencial que todo establecimiento de reglas es que el hombre encuentre su estancia en la verdad del ser. Esa estancia es la única que procura la experiencia de lo estable. Y el apoyo para toda conducta lo regala la verdad del ser. En nuestro idioma "apoyo" significa "protección". El ser es la protección que resguarda de tal manera a los hombres en su esencia ex-sistente en lo relativo a su verdad que la ex-sistencia los alberga y les da casa en el lenguaje. Por eso, el lenguaje es a un tiempo la casa del ser y la morada de la esencia del hombre. Sólo porque el lenguaje es la morada de la esencia del hombre pueden los hombres o cualquier humanidad histórica no estar en casa en su lenguaje, de tal modo que el lenguaje se convierte para ellos en la recámara de sus manipulaciones. Heideggeriana  : CartaH

Pensemos, desde este lugar y por un instante, acerca de lo que pregunta Hölderlin   en su elegía Pan   y Vino (estrofa VI): ¿Por qué son silencio también ellos. los antiguos sagrados teatros? ¿Por qué, pues, no se alegra la consagrada danza? A la sede donde antaño los Dioses hacían su aparición le es retenida la palabra; la palabra tal como ya fue una vez palabra. ¿Cómo fue entonces? En el decir mismo tenía lugar la aproximación del Dios. El decir era en sí un dejar aparecer de aquello que entreveían los dicientes. pues ellos mismos habían sido contemplados con anterioridad por la mirada de eso entrevisto. Esta mirada conducía a los dicientes y a los oyentes a la in-finita intimidad de la contienda entre los hombres y los dioses. Mas, en esta contienda rige lo que se halla aún por encima de los dioses y los hombres; como dice Antígona: No fue. pues. Zeus quien me dio el mensaje (sino Otra cosa. aquella rectora usanza). No desde hoy ni desde ayer sino desde siempre y siempre. Asciende (Aufgehet) (ó nomos: la usanza rectora. Brauch) y nadie ha alzado la mirada hacia la sede desde donde accedió a la luz. Heideggeriana  : Palavra1958   Apéndices