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Martin Heidegger – Obra (em espanhol)

GA (espanhol) – physis

Algumas referências ao termo grego "physis"

terça-feira 19 de setembro de 2023, por Cardoso de Castro

Ciertamente, la metafísica representa a lo ente en su ser y, por ende  , también piensa el ser de lo ente. Pero no piensa el ser como tal, no piensa la diferencia entre ambos (vid. Vom Wesen   des Grundes, 1929, p. 8; también Kant   und das Problem der Metaphysik  , 1929, p. 225, y Sein und Zeit  , p. 230). La metafísica no pregunta por la verdad del ser mismo. Por tanto, tampoco pregunta nunca de qué modo la esencia del hombre pertenece a la verdad del ser. Pero no se trata sólo de que la metafísica no haya planteado nunca hasta ahora esa pregunta, sino de que dicha pregunta es inaccesible para la metafísica en cuanto metafísica. El ser todavía está aguardando el momento en que él mismo llegue a ser digno de ser pensado por el hombre. Desde la perspectiva de una determinación esencial del hombre, da igual cómo definamos la ratio del animal y la razón del ser vivo, bien sea como “facultad de los principios”, como “facultad de las categorías” o de cualquier otro modo, pues, en cualquier caso, siempre y en cada ocasión, nos encontraremos con que la esencia de la razón se funda en el hecho de que para toda aprehensión de lo ente en su ser, el ser mismo se halla ya siempre   aclarado como aquello que acontece en su verdad. Del mismo modo, con el término “animal”, zoon  , ya se plantea una interpretación de la “vida” que necesariamente reposa sobre una interpretación de lo ente como zoe y PHYSIS   dentro de la que aparece lo vivo. Pero, aparte de esto, lo que finalmente nos queda por preguntar por encima de todo es si acaso la esencia del hombre reside de una manera inicial que decide todo por anticipado en la dimensión de la animalitas  . ¿De verdad estamos en el buen camino para llegar a la esencia del hombre cuando y mientras lo definimos como un ser vivo entre otros, diferente de las plantas, los animales y dios? Sin duda, se puede proceder así, se puede disponer de ese modo al hombre dentro de lo ente entendiéndolo como un ente en medio de los otros. De esta suerte, siempre se podrán afirmar cosas correctas sobre el ser humano. Pero también debe quedarnos muy claro que, procediendo así, el hombre queda definitivamente relegado al ámbito esencial de la animalitas, aun cuando no lo pongamos al mismo nivel que el animal, sino que le concedamos una diferencia específica. Porque, en principio  , siempre se piensa en el homo animalis, por mucho que se ponga al animal a modo de animus   sive mens   y en consecuencia como sujeto, como persona  , como espíritu. Esta manera de poner es, sin duda, la propia de la metafísica. Pero, con ello, la esencia del hombre recibe una consideración bien menguada, y no es pensada en su origen, un origen esencial que sigue siendo siempre el futuro esencial para la humanidad histórica. La metafísica piensa al hombre a partir de la animalitas y no lo piensa en función de su humanitas. Heideggeriana  : CartaHumanismo

Claro que si tanto “la ontología” y “la ética” como todo el pensar que procede de disciplinas resultan obsoletos y por lo tanto nuestro pensar tiene que volverse más disciplinado, ¿qué ocurre entonces con la cuestión de la relación entre las dos citadas disciplinas de la filosofía? La “ética” aparece por vez primera junto a la “lógica” y la “física” en la escuela de Platón  . Estas disciplinas surgen en la época que permite y logra que el pensar se convierta en “filosofía”, la filosofía en episteme   (ciencia) y la propia ciencia en un asunto de escuela y escolástica. En el paso a través de la filosofía así entendida nace la ciencia y perece el pensar. Los pensadores anteriores a esta época no conocen ni una “lógica” ni una “ética” ni la “física”. Y sin embargo su pensar no es ni ilógico ni amoral. En cuanto a la PHYSIS, la pensaron con una profundidad y amplitud como ninguna “física” posterior volvió nunca a alcanzar. Si se puede permitir una comparación de esta clase, las tragedias de Sófocles   encierran en su decir el ethos   de modo más inicial que las lecciones sobre “ética” de Aristóteles  . Una sentencia de Heráclito  , que sólo tiene tres palabras, dice algo tan simple que en ella se revela inmediatamente la esencia del ethos. Heideggeriana  : CartaHumanismo

El habla así dispuesta (gestellt) se torna información. [Vid. Hebel-der-Hausfreund, 1957, pág. 34 ss.] Se informa sobre sí misma con el fin de asegurar su propio procedimiento por medio de las teorías de la información. El Dispositivo — el despliegue de la técnica moderna que gobierna en todas partes — ordena para sus fines (bestellt sich) el lenguaje formalizado, aquella clase de información en virtud de la cual el hombre está con-formado, o sea, instalado en la esencia técnica-calculadora abandonando poco a poco el “habla natural”. Incluso allí donde la teoría de la información debe admitir que el lenguaje formalizado debe siempre ser remitido al “habla natural” con objeto de llevar, por medio del habla no formalizada, el Decir del inventario técnico al habla, esta circunstancia supone para la acostumbrada auto-interpretación de la teoría de la información meramente un estado provisional. Pues el “habla natural”, de la que forzosamente hay que hablar, está, de entrada, puesta en juego como el habla aún no formalizada pero ordenada a la formalización. La formalización, la calculada disponibilidad del decir es meta y norma. Lo que, en la voluntad de formalización, está todavía tolerado casi por fuerza como lo “natural” del habla, no está experimentado en la perspectiva de la naturaleza originaria del habla. Esta naturaleza es la PHYSIS, que, a su vez, reside en el advenimiento apropiados a partir del cual el Decir se transmuta en lo que se agita en éste (… in ihr Regsarnes aufgeht). La teoría de la información concibe lo natural como carencia de formalización. Heideggeriana: CaminhoLinguagem  

Pero el “a priori  ” debe contener, sin embargo, una determinación característica del ser. El ser, de acuerdo con su esencia más propia, tiene que determinarse desde sí mismo, a partir de sí mismo, y no de acuerdo con el modo en que nosotros lo captamos y percibimos. pros emas, en referencia a nuestro dirigirnos al ente, éste es lo previo, en cuanto es siempre lo antes conocido y con frecuencia lo único conocido, frente al ser, que es lo posterior. Pero si meditamos acerca de si y en qué medida el ente y el ser esencian [wesen] desde sí mismos, en conformidad con su propia esencia, entonces no preguntamos qué pasa con el ser pros emas, respecto del modo en que nosotros captamos especialmente ser y ente; en su lugar, preguntamos qué pasa con el ser en la medida en que el ser “ es”. Los griegos concibieron al ser por primera vez y de modo inicial como PHYSIS, como surgir-abriendo-desde-sí [von-sich-aus-Aufgehen  ], y de ese modo, esencialmente, como colocarse-en-la-apertura [sich-in-den-Aufgang  -stellen  ], revelarse-en-lo-abierto [ins-Offene  -sich-Offenbaren]. Si preguntamos por el ser respecto de sí mismo en cuanto PHYSIS, o sea te physei, resulta entonces: te physei el ser es lo proteron frente al ente, y el ente lo isteron, lo posterior. Heideggeriana: NiilismoEuropeu  

¿Cómo debemos entender esto? En el fondo ya se ha respondido. Para ver claro, simplemente no debemos cejar en el esfuerzo de pensar todos los enunciados griegos acerca del ente y del ser de modo verdaderamente griego, en la medida en que esto nos sea posible desde un repensar ulterior. Para los griegos (Platón y Aristóteles), ser quiere decir ousia  : presencia de lo consistente en lo desoculto; ousia es una interpretación transformada de lo que inicialmente se llama PHYSIS. te physei, visto desde el ser mismo, es decir, ahora, visto desde la presencia de lo consistente en lo desoculto, el ser igual, la igualdad, por ejemplo, es proteron, pre-cedente respecto de las cosas que son iguales. El ser igual presencia ya en lo desoculto, la igualdad “es”, antes de que en nuestra percepción captemos expresamente, observemos y hasta pensemos las cosas iguales como iguales. En nuestro relacionarnos con cosas iguales, el ser igual ya ha entrado previamente en la visión. El ser igual, en cuanto ser, es decir, en cuanto presencia en lo desoculto, es lo que está esencialmente en la visión, de manera tal que sólo él lleva consigo y mantiene abierta la “visión” y lo “abierto”, concediendo la visibilidad de los entes iguales. Por ello Platón dice que el ser, en cuanto presencia en lo desoculto, es idea  , visualidad. Porque el ser es presencia de lo consistente en lo desoculto, Platón puede interpretar el ser, la ousia (entidad), como idea. “Idea” no es el nombre que designa las “representaciones” que tenemos en la conciencia como yo-sujetos. Esto está pensado de modo moderno y además, de manera tal que lo moderno resulta banalizado y deformado. idea es el nombre que designa al ser mismo. Las “ideas” son proteron te physei, lo precedente en cuanto presenciar. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Con su interpretación del ser como idea, Platón distinguió al ser por vez primera con el carácter del a priori. El ser es lo proteron te physei; y de acuerdo con ello, los physei onta  , es decir, el ente, es lo posterior. Visto desde el ente, el ser, en cuanto precedente, no sólo va en dirección del ente, sino que impera sobre él y se muestra como lo que está más allá del ente, de ta physei onta. El ente, en cuanto es aquello que está determinado por el ser en el sentido de la PHYSIS, sólo puede ser aprehendido por un saber y un conocer que piense este carácter de PHYSIS. El conocimiento del ente, de los physei onta, es la episteme physike. Lo que sea tema de este saber del ente se llamará, por lo tanto, ta physika. ta physika se convierte así en nombre que designa al ente. Pero el ser, de acuerdo con su aprioridad, está más allá del ente. “Más allá de” y “por encima de” se dice en griego meta. El conocer y saber del ser, que es esencialmente a priori, lo precedente (proteron te physei), tiene que ir, por lo tanto, visto desde el ente, desde los physika, más allá de éstos, es decir, el conocimiento del ser tiene que ser meta ta physika, tiene que ser metafísica. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Pero pensado de manera más esencial el ser, en cuanto PHYSIS, no precisa en absoluto de un “orden” desde el que se decida sobre su previedad o posterioridad, sobre su antes y después; en efecto, es en sí mismo el pro-ceder que sale [Her-vor-gehen] a su despejamiento, y en cuanto aquello que pro-cede [Her-vorige], es lo que pre-cede [Vor-herige], lo que esencia desde sí mismo en el despejamiento y sólo a través de éste se dirige al hombre. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Ésta sería una oportunidad para determinar la posición metafísica fundamental de Aristóteles, para lo cual no basta, por cierto, la usual contraposición con Platón; en efecto, Aristóteles, aunque pasando por la metafísica platónica, intenta pensar de nuevo el ser del modo inicialmente griego y de cierta manera, volver atrás el paso dado por Platón con la idea tou agathou, paso mediante el cual la entidad adquiere el carácter de lo condicionante y posibilitante, de la dynamis  . Frente a esto, Aristóteles — si está permitido decirlo — piensa el ser de modo más griego que Platón como entelechia (cfr. Vom Wesen und Begriff   der PHYSIS. Aristóteles, Phisik B1, Biblioteca “Il Pensiero”, 1960). Lo que esto significa no es posible decirlo en pocas palabras. Sólo puede advertirse que Aristóteles no es ni un platónico fracasado ni el precursor de Tomás de Aquino  . Su obra filosófica tampoco se agota en el absurdo que se le suele atribuir de haber bajado las ideas de Platón de su ser en sí y haberlas puesto en las cosas mismas. A pesar de su distancia respecto del inicio de la filosofía griega, la metafísica de Aristóteles es, en aspectos esenciales, de nuevo una especie de impulso de regreso al inicio dentro del pensamiento griego. El hecho de que Nietzsche  , en correspondencia con su relación nunca interrumpida con Platón, no consiguiera nunca — prescindiendo de las ideas sobre la esencia de la tragedia — una relación interna con la metafísica de Aristóteles, debería ser lo suficientemente importante como para pensar a fondo sus fundamentos esenciales. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La ambigüedad del ser como idea (pura presencia y posibilitación) se manifiesta también en que con la interpretación del ser (PHYSIS) como idea resuena la referencia al “ver”, al conocer del hombre. El ser, en cuanto es lo visual, es presencia, pero al mismo tiempo aquello que el hombre pone bajo su vista. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Aristóteles: La PHYSIS se sirve de la lengua (glottei) para gustary para hablar, y si bien el gusto (geusis) es algo necesario y de ahí que se dé en la mayoría de los animales, la posibilidad de expresarse no tiene otra finalidad que la perfección, he d’hermeneía héneka tou eu [De anima B 8, 420 b 18 ss.]. (O sea: el ente, cuando es un ser vivo, necesita la lengua tanto para gustar como para hablar con los demás en el común trato con ellos; de esas dos cosas, el gusto, la geusis, es de necesidad en la relación con las cosas (y por eso lo tienen la mayoría de los vivientes); pero la hermeneía, el referirse a algo y el hablar de algo con los otros (el conversar sobre algo) está para el bien, tiene su razón de ser en el eu, en el bien, es decir, en garantizar al viviente su ser propiamente dicho (en su mundo y junto con su mundo). En este texto de Aristóteles la hermeneía se refiere, pues, simplemente y representa al diálektos, es decir, a la conversación con los demás en el trato corriente con los demás y con las cosas; pero el diálektos no es sino la forma fáctica en que el logos   se produce; y éste, es decir, el logos (el hablar de algo, el hablar, el decir) tiene por función to deloun… to symphéron kai to blaberón [Política, A 2, 420 b 18 ss.], es decir, provee a poner de manifiesto el ente en su sernos éste útil o nocivo (es decir, el logos hace accesible el ente para un hacerse con él por vía de ponérselo delante, en lo que se refiere a si no es conveniente o no). Heideggeriana: Hermeneutica1923

En el ser-aquí se le devuelve al hombre el fundamento esencial y durante mucho tiempo infundamentado gracias al cual el hombre puede ex-sistir. Aquí, “existencia” no significa existentia   en el sentido del aparecer y del “Dasein  ” (estar ahí delante) de un ente. Pero “existencia” tampoco significa aquí, al modo “existencial”, el esfuerzo moral   del hombre por su sí-mismo edificado sobre una constitución corporal y anímica. La ex-sistencia que tiene sus raíces en la verdad como libertad es la ex-posición en el desocultamiento de lo ente como tal. Todavía incomprendida, ni siquiera necesitada de una fundamentación esencial, la ex-istencia del hombre histórico comienza en ese instante en el que el primer pensador se pone al servicio del desocultamiento de lo ente preguntando qué sea lo ente. En esta pregunta es en donde por vez primera se experimenta el desocultamiento. Lo ente en su totalidad se desvela como PHYSIS, la “naturaleza”, que aquí todavía no alude a un ámbito especial de lo ente, sino a lo ente como tal en su totalidad, concretamente con el significado de un venir surgiendo y brotando a la presencia. La historia sólo comienza cuando lo ente es elevado y preservado expresamente en su desocultamiento y cuando esa preservación es concebida desde la perspectiva de la pregunta por lo ente como tal. El inicial desencubrimiento de lo ente en su totalidad, la pregunta por lo ente como tal y el inicio de la historia occidental son lo mismo y son simultáneos en un “tiempo” que, siendo él mismo inconmensurable, abre por vez primera lo abierto, es decir, la apertura, a cualquier medida. Heideggeriana: EssenciaVerdade  

La palabra griega fundamental para el ser se reza PHYSIS. Nosotros la hemos traducido comúnmente por “naturaleza”, y pensamos con ello, la naturaleza como aquel recinto determinado del ente que es investigado por la ciencia natural; y por esto, se llama todavía a los primeros pensadores griegos, en la actualidad, “filosofos naturales”. Todo lo cual no es más que una desorientación. La que es dispensada luego con la aparente superioridad y bravucona opinión   de aquellos que vinieron después, de que los primeros eran todavía muy “primitivos”. Mas todo esto de la filosofía natural como inicio de la filosofía griega no es más que un malentendido y conduce a la desorientación. Heideggeriana: EuropaFilosofia  

PHYSIS quiere decir: brotar, surgir — asi como el brotar de una rosa — , el salir a la luz, mostrar-se, aparecer; aparecer — del mismo modo que cuando decimos: que un libro ha aparecido, que está ahí. PHYSIS como para el Ser dice para los griegos: estar ahí puesto en el mostrarse. El ente, es decir, lo que se alza en si mismo ahí adelante; las estatuas de los griegos y sus templos traen la existencia de este pueblo recién a su ser, al patente y vinculante estarse ahí adelante; no se trata ni de imitación, ni de expresión, sino de la posición fundante y de la ley de su ser. Heideggeriana: EuropaFilosofia

PHYSIS — la esencia del ser en cuanto que el ponerse ahi mostrante. Fuera de esto la nueva investigación linguística ha mostrado que, PHYSIS proviene del mismo tronco que phâos, de luz, de relucir. Heideggeriana: EuropaFilosofia

Porque el ser según su esencia es el reluciente ponerse ahí, justamente por eso le pertenece a él el retirarse en lo oculto. Desde allí entendemos el dicho de Heráclito: PHYSIS krýptethai phileî, “el ser ama el ocultarse”. Lo que quiere decir: su patencia le es en todo tiempo arrancada y él mismo ha de ser siempre conquistado. Heideggeriana: EuropaFilosofia

Cuán íntimamente unidos están para los griegos ser y verdad (PHYSIS y a-létheia) lo hemos de inferir desde los opuestos, en los que el pensamiento griego pone desde un comienzo al ser: ser y devenir; ser y apariencia. El devenir es lo no-estable, lo que siendo pasajero de lo que esta puesto en sí, se va perdiéndo. En la medida que lo ente aparezca y desaparezca, sea captado en el cambio, se muestra constantemente diferente de como era antes; en la medida que lo ente aparezca asi, se torna a sí mismo como un apariencia inconsistente. Heideggeriana: EuropaFilosofia

La palabra fundamental de la filosofía platónica es la “idea”; idéa — eîdos quiere decir el parecer, el aspecto que se ofrece de algo; el como qué se muestra una cosa, eso es. El eîdos, el parecer del ente es visto totalmente en el curso de la mirada del temple fundamental del Ser como PHYSIS, del surgidor — aparecido estar en si. Y luego, en la medida que el eîdos — idéa — es puesto como lo visualizado en relación al rostro y al ver, no se concibe más al ser en su ser individual y autónomo, sino solo con respecto a como se va convirtiendo en aquello que está al frente del hombre, en el ob-jeto para el hombre. Heideggeriana: EuropaFilosofia

Allí alzado, el templo reposa sobre su base rocosa. Al reposar sobre la roca, la obra extrae de ella la oscuridad encerrada en su soporte informe y no forzado a nada. Allí alzado, el edificio aguanta firmemente la tormenta que se desencadena sobre su techo y así es como hace destacar su violencia. El brillo y la luminosidad de la piedra, aparentemente una gracia del sol, son los que hacen que se torne patente la luz del día, la amplitud del cielo, la oscuridad de la noche. Su seguro alzarse es el que hace visible el invisible espacio del aire. Lo inamovible de la obra contrasta con las olas marinas y es la serenidad de aquélla la que pone en evidencia la furia de éstas. El árbol y la hierba, el águila y el toro, la serpiente y el grillo sólo adquieren de este modo su figura más destacada y aparecen como aquello que son. Esta aparición y surgimiento mismos y en su totalidad, es lo que los griegos llamaron muy tempranamente PHYSIS. La fisis ilumina al mismo tiempo aquello sobre y en lo que el ser humano funda su morada. Nosotros lo llamamos tierra. De lo que dice esta palabra hay que eliminar tanto la representación de una masa material sedimentada en capas como la puramente astronómica, que la ve como un planeta. La tierra es aquello en donde el surgimiento vuelve a dar acogida a todo lo que surge como tal. En eso que surge, la tierra se presenta como aquello que acoge. Heideggeriana: ObraArte

El artista no es precisamente un technites   porque también sea un artesano, sino porque tanto el hecho de producir o traer aquí obras como el de producir o traer aquí utensilios acontece en ese traer algo delante que, de antemano, hace que llegue lo ente a su presencia a partir de su aspecto. Pero todo esto ocurre en medio de lo ente, que sale a la luz y se genera espontáneamente en medio de la PHYSIS. El hecho de llamar techne al arte no es ninguna prueba a favor de que el quehacer del artista sea comprendido a partir del trabajo manual. Lo que dentro de la creación de obras tiene aspecto de fabricación artesana tiene otra naturaleza. Este quehacer está completamente determinado por la esencia del crear y siempre se inscribe en ella. Heideggeriana: ObraArte

Con esta sentencia, la vida es voluntad de poder, llega a su acabamiento la metafísica occidental, en cuyo inicio se encuentra la oscura expresión: el ente en su totalidad es PHYSIS. La sentencia de Nietzsche, el ente en su totalidad es voluntad de poder, enuncia sobre el ente en su totalidad aquello que estaba predeterminado como posibilidad en el inicio del pensamiento occidental y que se ha vuelto ineludible por obra de una inevitable declinación de ese comienzo. Esta sentencia no transmite una opinión privada de la persona Nietzsche. Quien piensa y dice esta sentencia es “un destino”. Esto quiere decir: el ser pensador de este y de todo pensador esencial de occidente consiste en la fidelidad casi inhumana a la oculta historia de occidente. Pero esta historia es la lucha poetizante y pensante por la palabra para el ente en su totalidad. A toda dimensión pública de la historia universal le falta la visión y la escucha, la medida y el corazón para esta lucha poético-pensante por la palabra del ser. Esta lucha se desarrolla más allá de la guerra y la paz, fuera del éxito y la derrota, no tocada por la fama y el ruido, despreocupada por el destino de los individuos. Heideggeriana: VontadePoder  

Tenemos que cuidarnos, sin embargo, de malinterpretar esta sentencia en un sentido moderno, gnoseológico, y ver en ella, por ejemplo, la distinción kantiana entre “fenómeno” y “cosa en sí”, falseando además el concepto de “fenómeno” hasta convertirlo en “mera apariencia”. El peso de la antigua sentencia griega descansa, por el contrario, en que lo que se muestra, lo que ofrece una visión, y por lo tanto la visión misma, vale como ente, porque “ente” quiere decir: surgir, phyein. Pero el presenciar que surge es un imperar que presencia, PHYSIS. Sólo bajo el poder de esta predeterminación inicial del ente como PHYSIS puede entenderse la posterior interpretación griega de la entidad del ente, o sea la interpretación platónica. En efecto, cómo habría de ser la “idea” lo más ente del ente si no estuviera previamente decidido que ser-ente quiere decir: mostrarse que surge y que presencia: ofrecer el aspecto (eidos  ), la visión (idea) que tiene una “cosa”. dokeonta, “lo que en cada caso se muestra”, no equivale para Heráclito a la opinión meramente subjetiva entendida en sentido moderno, y esto por dos razones: 1) porque dokein significa mostrarse, aparecer, dicho esto desde el ente mismo; 2) porque los primeros pensadores y los griegos en general nada sabían del hombre como un yo-sujeto. Precisamente el que goza de mejor parecer — y esto quiere decir: el más digno de fama — es aquel que tiene la fuerza de prescindir de sí y dirigir la mirada exclusivamente a lo que “es”. Pero esto y precisamente esto es lo que se muestra, la visión y la imagen que se ofrece. El carácter de imagen no consiste en ser algo preparado, como por ejemplo en la copia que reproduce la imagen de algo. El sentido griego de “imagen” — si es que podemos utilizar esta palabra — es el llegar al aparecer, phantasia  , y ésta comprendida a su vez como: entrar en la presencia. Con las mutaciones del concepto griego de ser en el curso de la historia de la metafísica se transforma correlativamente el concepto de imagen reinante en occidente. La “imagen”, en la Antigüedad, en la Edad Media y en la Edad Moderna, no sólo se diferencia por su contenido y su nombre, sino por su propia esencia. Heideggeriana: VontadePoder

Cuando Nietzsche dice que la verdad es “ilusión”, su sentencia significa lo mismo que dice Heráclito, y sin embargo no significa lo mismo. Significa lo mismo en la medida en que la sentencia de Nietzsche, tal como se mostrará, aún supone la interpretación inicial del ente en su totalidad como PHYSIS; no significa lo mismo en la medida en que entretanto, sobre todo a través del pensamiento moderno, la inicial interpretación griega del ente se ha transformado esencialmente, manteniéndose sin embargo en esta transformación. No debemos interpretar a Heráclito con el auxilio del pensamiento fundamental de Nietzsche ni comprender la metafísica de Nietzsche simplemente desde Heráclito y declararla “heraclítea”; por el contrario, sólo si vemos, o mejor, si atravesamos el abismo que se abre entre los dos como historia del pensar occidental se revelará su oculta copertenencia histórica. Sólo entonces podremos sopesar en qué sentido ambos pensadores, uno en el inicio, otro en el final de la metafísica occidental, tenían que pensar “lo mismo”. Heideggeriana: VontadePoder

La fundamentación del privilegio de la vida tiene su fundamento no en una perspectiva biológica particular y aislada de Nietzsche, sino en que éste lleva a su acabamiento la esencia de la metafísica occidental en la vía histórica que le había sido consignada, en que es capaz de llevar a la palabra lo que estaba contenido de manera aún implícita en la esencia inicial del ser como PHYSIS y se volvió un pensamiento inevitable en la posterior interpretación del ente en el curso de la historia de la metafísica. Heideggeriana: VontadePoder

En esta interpretación del ser, pasando por el extremo de la posición metafísica fundamental de la modernidad, el pensar inicial del ser como PHYSIS llega a su acabamiento. Surgir y aparecer, devenir y presenciar, son pensados, en el pensamiento de la voluntad de poder, retrotrayéndolos a la unidad de la esencia de “ser” según el sentido de su primer inicio, no como imitación del pensar griego sino como transformación del pensar moderno del ente en el acabamiento que le está asignado. Heideggeriana: VontadePoder

La historia de la verdad del ser finaliza en la pérdida de su esencia inicial, prefigurada por el derrumbamiento de la no fundada aletheia  . Pero al mismo tiempo se eleva necesariamente la apariencia historiográfica de que ahora se recuperaría en su forma originaria la unidad inicial de la PHYSIS pues ésta, ya en la primera época de la metafísica fue repartida en “ser” y “devenir”. Lo así partido fue distribuido entre los dos mundos determinantes, el verdadero y el aparente. Heideggeriana: EternoRetorno  

Ese mismo que está dicho en la unidad esencial de la voluntad de poder y del eterno retorno de lo mismo es la última palabra de la metafísica. Lo “último”, en el sentido de acabamiento exhaustivo, tiene que ser, en cierto sentido, lo primero. Esto, la PHYSIS, comienza seccionándose en seguida en la aparente contraposición de devenir y ser. El presenciar que surge, ni interrogado ni proyectado sobre el carácter “temporal  ”, es percibido en cada caso sólo según un respecto: como generación y corrupción, como alteración y devenir, como permanencia y duración. En el respecto mencionado en último lugar veían los griegos el ser en sentido propio, de manera que toda alteración era considerada en un principio como ouk on, posteriormente como me on, o sea, siempre como on. Ser y devenir se reparten en dos reinos, entre los cuales existe un chrismos, es decir, pertenecen cada uno al lugar determinado por el reino correspondiente, tienen allí su residencia. ¿En qué medida ha superado Aristóteles el chrismos en la ousia del tode ti   (ekaton)? En la medida en que sólo en cuanto entelechia y energeia el ser se convierte en ousia. Heideggeriana: EternoRetorno

Finalmente, el ser entra en contraposición y en competencia con el devenir en cuanto éste reclama el lugar del ser. La contraposición entre ambos se despliega sobre el suelo no explícitamente considerado de lo “real efectivo”, la realidad de lo cual reivindica el ser porque es contraria a lo irreal y lo nulo, pero al mismo tiempo exige para sí el carácter de devenir, ya que no quisiera ser algo que está allí delante rígido y sin “vida”. Hegel   da el primer paso para eliminar esta contraposición en favor del “devenir”, entendiendo a éste desde lo suprasensible, desde la idea absoluta, como su autoexposición. Nietzsche, que invierte el platonismo, traslada el devenir a lo “viviente” en cuanto caos “que vive corporalmente”. Este suprimir la contraposición de ser y devenir invirtiéndola constituye el auténtico acabamiento. En efecto, ahora ya no hay ninguna salida, ni en la división ni en una fusión más adecuada. Esto se muestra en que el “devenir” pretende haber asumido la preeminencia respecto del ser, mientras que la preponderancia del devenir no hace más que llevar a cabo la confirmación extrema del inconmovido poder del ser en el sentido del volver consistente del presenciar (aseguramiento); pues la interpretación del ente y de su entidad como devenir es el volver consistente del devenir en la presencia incondicionada. Para salvar su preponderancia, el devenir se entrega a la tutela del volver consistente del presenciar. En este volver consistente impera la inicial, aunque no reconocida ni fundada, verdad del ser, sólo que desviada a su inesencia, en la que se olvida a sí Misma. Este dar al devenir el poder del ser le quita a aquél la última posibilidad de preeminencia y a éste le devuelve su esencia inicial (el carácter de PHYSIS), pero llevada al acabamiento en su inesencia. Ahora, la entidad lo es todo y cubre todo a la vez: cambio y consistencia. Satisface de modo incondicionado las pretensiones del ente (de la “vida”). En tal satisfacer aparece como lo incuestionado y como el más amplio albergue. Heideggeriana: EternoRetorno

PHYSIS surgir (retornar-a-sí) Heideggeriana: HistoriaSer  

En la esencia de voluntad de la entidad como realidad efectiva se oculta, por esencia nunca accesible a la metafisica, la maquinación (poiesis  ) en la que aún resuena, desde los iniciales rasgos esenciales, la energeia, de donde el progreso desde el primer inicio (desde la aletheia) toma su decidido comienzo, que todo lo predetermina. Pero la energeia es, al mismo tiempo, la última salvaguarda de la esencia de la PHYSIS, de ese modo, un pertenecer al inicio. Heideggeriana: HistoriaSer

Con el necesario cuidado y prudencia y desde la perspectiva las distinciones establecidas por Hegel, se podría aportar una diferencia que ya ha sido nombrada en otro lugar anterior. En la medida en que se dirige directamente hacia el objeto, como algo que es, así como al saber del objeto, asimismo como algo ente, y siempre permanece, la conciencia natural podría recibir el nombre de conciencia óntica. La expresión óntico, inspirada en el griego to on, lo ente, significa aquello que atañe a lo ente. Pero el griego on, “ente”, encierra dentro de sí una esencia propia de entidad (ousia), que en el transcurso de su historia nunca permanece igual. Si utilizamos las palabras on y “ente” pensándolas, el primer presupuesto es que pensemos o, lo que es lo mismo, que nos percatemos en qué medida el significado se transforma y se fija históricamente en cada ocasión. Cuando lo ente se manifiesta como objeto, en la medida en que la entidad ha aparecido a la luz de la objetividad, y cuando de acuerdo con ello el ser es interpelado como lo no objetivo, todo esto reposa ya sobre aquella ontología gracias a la que on ha sido determinado como hypokeimenon  , éste como subiectum y su ser a partir de la subjetidad de la conciencia. Como on significa tanto “ente” como “lo que es”, on en tanto que “ente” puede ser reunido (legein) en dirección a “lo que es”. Hasta se puede decir que, de acuerdo con su ambigüedad, on está ya reunido como ente por mor de su entidad. Es ontológico. Pero con la esencia de on y a partir de ella, ese reunir que es, el logos, se transforma en cada caso y con ella, la ontología. Desde que on, lo que se presenta, se abrió como PHYSIS, la presencia de lo que se presenta reside, para los pensadores griegos, en el phainesthai, en la manifestación de lo no oculto que se muestra a sí misma. De acuerdo con esto, la multiplicidad de lo que se presenta, ta onta, es pensada como aquello que en su manifestación es simplemente aceptado como lo que se presenta. Aceptar significa aquí tomar sin más ni más y atenerse a lo que se presenta. La aceptación (dechesthai) se queda sin continuidad. Efectivamente, no sigue pensando más allá en la presencia de lo que se presenta. Se queda en la doxa. Por el contrario, el noein   es aquel percibir que percibe expresamente lo presente en su presencia y a partir de ahí la emprende con él. Heideggeriana: HegelExperiencia  

El decimosexto párrafo, con el que se cierra el texto, abre el horizonte hacia este asunto. Sin embargo, sólo se muestra si no perdemos de vista que la experiencia es la entidad de lo ente que se hace presente como conciencia en sus figuras. La presencia de lo que se presenta, la ousia del on, es ya para los pensadores griegos, desde que el on se abrió como PHYSIS, el phainesthai: la manifestación que se muestra a sí misma. De acuerdo con esto, la multiplicidad de lo que se presenta (ta onta) es pensada como eso que en su manifestación simplemente es aceptado y tomado: ta dochounta. La doxa acepta y toma inmediatamente eso que se presenta. El noein, por el contrario, es aquel percibir que acepta lo que se presenta como tal y lo interroga en relación con su presencia. Como en su ambigüedad, el on, lo que se presenta, puede significar tanto eso mismo que se presenta como el estar presente, el on se encuentra en una relación igual de originaria e impuesta por su esencia con el noein y la doxa. Heideggeriana: HegelExperiencia

El “estar junto a nosotros” forma parte de la absolutez de lo absoluto. Sin ese “junto a nosotros” lo absoluto sería lo solitario, que no podría manifestarse en eso que se manifiesta. No podría surgir en su desocultamiento. Sin este surgimiento (PHYSIS) no estaría en vida (zoe). La experiencia es el movimiento del diálogo entre el saber natural y el saber absoluto. Es ambos a partir de la unidad unificadora, forma en la que recoge. Es la naturaleza de la conciencia natural, que es históricamente en el azar de sus figuras y su manifestación. Es el concebirse de estas figuras en la organización de su manifestarse. Por eso, la obra concluye con la frase: “ambas cosas juntas, la historia concebida, forman la memoria y el calvario del espíritu absoluto, la realidad efectiva, verdad y certeza de su trono, sin el cual sería la soledad carente de vida”. Lo absoluto precisa en su absolutez del trono como de ese lugar elevado en el que se puede aposentar sin rebajarse. Heideggeriana: HegelExperiencia

La esencia del arte concebida a partir de la voluntad de poder consiste en que el arte excita a la voluntad de poder en primer lugar hacia sí misma y la estimula para querer pasar más allá de sí misma. Como Nietzsche también llama a menudo vida a la voluntad de poder, en tanto que realidad efectiva de lo efectivamente real y con resonancias de la zoe y la PHYSIS de los primeros pensadores griegos, puede decir que el arte es “el gran estímulo de la vida” (Voluntad de Poder, afor. 851 del año 1888). Heideggeriana: NietzscheDeus  

En la contracción del ser a “Naturaleza” se muestra un eco tardío y confuso del ser como PHYSIS. Heideggeriana: SuperarMetafisica

Lo que Rilke   llama naturaleza no está delimitado frente a la historia. Sobre todo, no está entendido como ámbito objetivo de las ciencias de la naturaleza. La naturaleza tampoco está opuesta al arte. Es el fundamento para la historia, el arte y la naturaleza en sentido restringido. En el término naturaleza, aquí usado, todavía flota la resonancia de la temprana palabra PHYSIS, que también es equiparada a la zoe, lo que traducimos por vida. Pero la esencia de la vida, pensada tempranamente, no está representada biológicamente, sino como PHYSIS, como lo que surge. En el poema, verso 9, la “naturaleza” también es llamada “vida”. La naturaleza, la vida, nombran aquí al ser en el sentido de lo ente en su totalidad. En una anotación del año 1885-86 (Voluntad de Poder, afor. 582), Nietzsche escribe así: “El ser: no tenemos de él otra representación fuera de ‘vivir. Entonces cómo algo muerto puede ‘ser’?” Heideggeriana: ParaQuePoetas  

En el pensar del ser no se re-presenta nunca únicamente algo real y no se da como lo verdadero a esto que se ha representado. Pensar el “ser” significa corresponder a la interpelación de su esencia. El corresponder proviene de la interpelación y se libera hacia ella. El corresponder es un retirarse ante la interpelación y, de este modo, un entrar en el lenguaje. Pero a la interpelación del ser pertenece lo tempranamente desvelado (aletheia, logos, PHYSIS) así como el velado advenimiento de aquello que se anuncia en la posible torna del estado de olvido del ser (hacia el acaecer de verdad de su esencia). A todo esto a la vez, desde una larga concentración y en un continuo ejercicio del oído, debe prestar atención de un modo especial este corresponder, para oír una interpelación del ser. Pero precisamente es en esto donde puede equivocarse este escuchar. En este pensar, la posibilidad del extravío es máxima. Este pensar no puede nunca acreditarse como lo hace el saber matemático. Pero tampoco es algo arbitrario sino algo atado al sino de la esencia del ser, pero a su vez él tampoco es nunca vinculante como enunciado, más bien sólo como posible ocasión de andar el camino del corresponder y de andarlo en la plena concentración del estado de atención sobre el ser ya llegado al lenguaje. Heideggeriana: Coisa1949

Todo está en que pensemos el traer-ahí-delante en toda su amplitud y al mismo tiempo en el sentido de los griegos. Un traer-ahí-delante, poiesis, no es sólo el fabricar artesanal, no es sólo el traer-a-parecer, el traer-a-imagen artístico-poético. También la PHYSIS, el emerger-desde-sí, es un traer-ahí-delante, es poiesis. La PHYSIS es incluso poiesis en el más alto sentido, porque lo physei tiene en sí mismo (en heauto) la eclosión del traer-ahí-delante, por ejemplo, la eclosión de las flores en la floración. En cambio, lo traído-ahí-delante de un modo artesanal y artístico, por ejemplo la copa de plata, no tiene la eclosión del traer-ahí-delante en él mismo sino en otro, en el artesano y el artista. Heideggeriana: PreguntaTecnica

La pregunta “¿Qué es metafísica?” sólo intenta una cosa: llevar a las ciencias a reflexionar sobre el que ellas necesariamente, y por eso siempre y en todas partes, topan con lo enteramente otro para el ente, con la Nada en el ente. Están ya, sin su saber, en relación para con el Ser. Reciben sólo de la a veces imperante verdad del Ser una luz para poder ver y considerar entonces en cuanto tal el ente por ellas representado [421]. El preguntar “¿Qué es metafísica?”, es decir, el pensar que proviene de ella ya no es ciencia. Pero para el pensar se vuelve ahora el pensar como tal, es decir, el Ser del ente problemático respecto a su esencia y, por tanto, nunca indigno y nulo. La palabra “Ser” aparentemente vacía es pensada siempre ahí en la plenitud esencial de aquellas determinaciones que desde la PHYSIS y el logos hasta la voluntad del poder se remiten unas a otras y muestran en todas partes un rasgo fundamental que se intenta nombrar en la palabra “pre-sencia” (Ser y Tiempo, § 6). Sólo porque la pregunta “¿Qué es metafísica?” piensa de antemano en el sobrepasar, en el transcendens, en el Ser del ente, puede pensarse el No del ente, aquella Nada que con igual originariedad es lo mismo que el Ser. Heideggeriana: PreguntaSer  

Aún resulta infinitamente más imposible representar “el ser” como aquello general que corresponde a cada ente. Sólo hay ser cuando lleva en cada casó la marca que le ha sido destinada: PHYSIS, logos, hen  , idea, energeia, substancialidad, objetividad, subjetividad, voluntad, voluntad de poder, voluntad de voluntad. Pero lo destinado no existe de modo clasificable como las manzanas, peras   y melocotones, como algo dispuesto en el mostrador de las representaciones históricas. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957  

Esta naturalidad de la naturaleza es en su esencia, y de allí históricamente, mucho más antigua que la naturaleza tomada en el sentido de objeto de las ciencias naturales modernas. La naturalidad de la naturaleza no proviene jamás directamente de la misma naturaleza; está comprendida más bien en lo que los antiguos pensadores griegos llamaban antes la “PHYSIS”: aparición y desaparición de todo “ente” en su presencia y su ausencia. Heideggeriana: HebelAmigo  

A pesar de ello, tenemos que preguntar aún más exactamente: ¿Hacia dónde se dirige la mirada aconsejadora e iluminadora de la diosa Atenea? Para hallar la respuesta, tengamos presente el relieve consagrado a la diosa Atenea, en el museo de la Acrópolis. Desde él, Atenea se presenta como la skeptoméne, la meditabunda. ¿Hacia dónde se dirige la mirada meditabunda de la diosa? Hacia el monolito fronterizo, hacia el límite. El límite, sin embargo, no es sólo contorno y marco, ni solamente aquello en lo que algo termina. Límite mienta aquello mediante lo cual algo se halla reunido en lo suyo propio, para aparecer desde allí en su plenitud, hacerse presente. Al meditar el límite, Atenea ya tiene en la mirada aquello, hacia donde tiene que mirar previamente el actuar humano, para hacer aparecer lo así divisado en la visibilidad de una obra. Más aún: la mirada meditabunda de la diosa no sólo contempla la figura invisible de posibles obras humanas. La mirada de Atenea descansa ante todo, ya, sobre aquello que deja que las cosas, que no necesitan primeramente de la producción humana, surjan desde sí mismas en la moldura de su presencia. A esto lo llamaron los griegos desde antaño la PHYSIS. La traducción romana de la palabra PHYSIS por natura y, finalmente, el concepto de naturaleza, que desde aquí se hizo rector en el pensamiento occidental — europeo, encubren el sentido de aquello que PHYSIS mienta: lo que surge por sí mismo en su respectivo límite y permanece en él. Heideggeriana: ArtePensar  

Lo misterioso de la PHYSIS lo podemos experimentar incluso, hoy, en la Hélade — y tan sólo aquí: a saber, cuando de una forma consternante y, a su vez, reservada aparece un cerro, una isla, una costa, un olivo. Suele oírse decir que, esto radicaría en su peculiar luz. Se dice esto con un cierto derecho y, no obstante, se toca con ello sólo algo superficial. Se omite reflexionar aquello, desde donde esta extraña luz es concedida, a donde pertenece como la que es. Sólo aquí en la Hélade, donde el todo del mundo se ha presentado al hombre como la PHYSIS y ha apelado a él, podía y tenía que corresponder el percibir y hacer humano a esta apelación [Anspruch  ], tan pronto como estuvo impelido por ella de traer algo a la presencia, él mismo y por propia capacidad, lo que como obra haría aparecer un mundo hasta entonces aún no aparecido. Heideggeriana: ArtePensar

El arte corresponde a la PHYSIS y, sin embargo, no es reproducción ni imagen de lo ya presente. PHYSIS y téchne se copertenecen de una forma misteriosa. Pero el elemento dentro del cual PHYSIS y téchne se copertenecen y el ámbito en el que tiene que involucrarse el arte, para llegar a ser como arte lo que él es, se han mantenido ocultos. Heideggeriana: ArtePensar

Más aún — nuestra meditación, que ahora intentáramos, tuvo siempre en la mira a esto impensado, sin alcanzar a dilucidarlo propiamente. A través de la referencia a Atenea, la múltiple consejera, que con ojo claro medita el límite, nos volvimos atentos a los cerros, islas, figuras y formas mostrados desde su delimitación; atendimos a la copertenencia de PHYSIS y téchne, a la particular presentación de las cosas en la renombrada luz. Heideggeriana: ArtePensar

Ya Heráclito señalaba esta relación con el fragmento: PHYSIS kryptesthai phileî (B 123) “A lo que surge desde sí mismo, le es propio el ocultarse.” Heideggeriana: ArtePensar

Ubicándonos ahora ante la sinonimia entre ente y fenómeno, preguntamos: ¿cómo surge la filosofía desde el seno de ese morar de los griegos en medio de los fenómenos? ¿Cómo es que la filosofía no puede y no ha podido nacer más que entre los griegos? ¿De dónde le viene a la filosofía el impulso primario que la pone en camino? Brevemente: ¿cómo nace la filosofía? Estas preguntas remiten a una pregunta central: ¿Hay, en la relación de la humanidad griega al ente en cuanto revelado y fenómeno, algo que hace necesaria la filosofía (como búsqueda del ser del ente)? Por más difícil que sea para nosotros cumplir nuevamente lo hecho por los griegos al pensar al ente como fenómeno fuera del ocultamiento, como elevarse-fuera-del-ocultamiento (en el sentido de la PHYSIS), preguntamos: ¿qué ocurre en el hecho de elevarse-en-la-aletheia? ¿Qué es lo que se nombra de golpe con el verbo phyein? Es la sobreabundancia, la sobredimensión del presente. Pensemos aquí en la anécdota de Tales: él es ese hombre fascinado por una sobreabundancia estelar que lo lleva a dirigir la mirada únicamente hacia el cielo. En el clima griego (Hölderlin  , Segunda carta a Böhlendorff), el hombre está sumergido por la entrada en presencia de lo presente, que lo obliga a la pregunta por el presente en cuanto presente. Los griegos denominan thaumazein   a la relación con este aflujo de la presencia (cf. Teeteto 155 d). Heideggeriana: SeminarioThor1969  

Así, cuando por ejemplo dice Heráclito: PHYSIS kryptesthai phylei, el ocultarse es el corazón mismo del movimiento de aparecer. A propósito de esto, se hace una advertencia de traducción: phylei no puede traducirse como “ama” (él mismo entendido ónticamente como inclinación ocacional). phylei quiere decir: “es esencial a… para que despliegue su ser propio”. Heideggeriana: SeminarioThor1969

Esta es, en Heráclito, la noción eminente de la PHYSIS. ¿Pero qué quiere decir PHYSIS? ¿Hacia qué señala? Más que hacia la naturaleza — donde, no obstante el acento manifestatorio de nasci, el ocultamiento falta completamente — la PHYSIS; señala hacia la aletheia misma. En esta palabra de Heráclito aún es plenamente transparente el sentido positivo de la Vergessenheit  , es transparente que el ser no está “sujeto al olvido” sino que, en tanto y por cuanto es manifestación, él mismo se oculta. Habiendo recordado esto, se reanuda el examen de la “cuestión del ser”. Heideggeriana: SeminarioThor1969


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