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Sartre

segunda-feira 5 de fevereiro de 2024

Jean-Paul Sartre   - OBRA DE E SOBRE SARTRE

Sartre, ao contrário, expressa o princípio fundamental do Existencialismo do seguinte modo a existência precede a essência. Ele toma aqui existentia   e essentia   no sentido da metafísica, que desde Platão   diz: a essentia antecede a existentia. Sartre inverte os termos dessa frase. Ora, a inversão de uma frase metafísica continua sendo uma frase metafísica. Assim como sua frase, continua ele, com a metafísica, no esquecimento da Verdade do Ser. (…)

A frase capital de Sartre sobre a precedência da existentia frente à essentia justifica, sem embargo, o nome de "Existencialismo" como um título adequado a essa filosofia. A frase do "Existencialismo", no entanto, não tem nada de comum com a frase de Ser e Tempo  ; mesmo prescindindo de que, em Ser e Tempo, ainda não se poderia pronunciar uma frase sobre a relação de essentia e existentia. Pois se trata de preparar algo ainda prévio, o que se faz — como se vê pelo que ficou dito — de um modo bastante acanhado. Talvez o que ainda hoje está por se dizer, poderia converter-se num estímulo tendente a levar a Essência do homem a considerar, pensando, a dimensão da Verdade do Ser, que a penetra e domina com seu vigor. Todavia, também isso só poderá dar-se em prol da dignidade do Ser e em benefício do Da-sein  , que o homem, ec-sistindo, suporta, não, porém, em função do ornem, para que através de suas criações se façam valer civilização e cultura. [CartaH]


Pero si se entiende bajo el término general de humanismo el esfuerzo por que el hombre se torne libre para su humanidad y encuentre en ella su dignidad, en ese caso el humanismo variará en función del concepto que se tenga de «libertad» y «naturaleza» del hombre. Asimismo, también variarán los caminos que conducen a su realización. El humanismo de Marx   no precisa de ningún retorno a la Antiguedad, y lo mismo se puede decir de ese humanismo que Sartre concibe como existencialismo. En el sentido amplio que ya se ha citado, también el cristianismo es un humanismo, desde el momento en que según su doctrina todo se orienta a la salvación del alma del hombre (salus aeterna) y la historia de la humanidad se inscribe en el marco de dicha historia de redención. Por muy diferentes que puedan ser estos distintos tipos de humanismo en función de su meta y fundamento, del modo y los medios empleados para su realización y de la forma de su doctrina, en cualquier caso, siempre coinciden en el hecho de que la humanitas del homo humanus se determina desde la perspectiva previamente establecida de una interpretación de la naturaleza, la historia, el mundo y el fundamento del mundo, esto es, de lo ente en su totalidad. 406 Heideggeriana  : CartaH

Por contra, Sartre expresa de la siguiente manera el principio   del existencialismo: la existencia precede a la esencia. Está adoptando los términos existentia y essentia en el sentido de la metafísica que, desde Platón, formula lo siguiente: la essentia precede a la existentia. Sartre invierte esa frase. Lo que pasa es que la inversión de una frase metafísica sigue siendo una frase metafísica. Con esta frase se queda detenido, junto con la metafísica, en el olvido de la verdad del ser. Porque por mucho que la filosofía determine la relación entre essentia y existentia en el sentido de las controversias de la Edad Media o en el sentido de Leibniz   o de cualquier otro modo, el hecho es que habría que empezar por preguntarse primero desde qué destino del ser llega al pensar dicha diferencia en el ser entre esse essentiae y esse existentiae. Queda por pensar la razón por la que la pregunta por este destino del ser nunca fue preguntada y la razón por la que nunca pudo ser pensada. ¿O acaso el hecho de que las cosas sean de este modo en lo relativo a la distinción entre essentia y existentia no es una señal del olvido del ser? Podemos suponer que este destino no reside en un mero descuido del pensar humano y mucho menos en una menor capacidad del pensamiento occidental temprano. La distinción entre essentia (esencialidad) y existencia (realidad efectiva), que se encuentra oculta en su origen esencial, domina y atraviesa todo el destino de la historia occidental y de la historia en su conjunto bajo su definición europea. 424 Heideggeriana  : CartaH

Pues bien, la proposición principal de Sartre a propósito de la primacía de la existentia sobre la essentia sin duda justifica el nombre de «existencialismo» como título adecuado a esa filosofía. Pero la tesis principal del «existencialismo» no tiene ni lo más mínimo en común con la frase de Ser y tiempo; aparte de que en Ser y tiempo no puede expresarse todavía en absoluto una tesis sobre la relación de essentia y existentia, porque de lo que allí se trata es de preparar algo pre-cursor. Y eso ocurre, según lo que se ha dicho, de modo bastante torpe y limitado. Aquello que todavía hoy y por vez primera queda por decir tal vez pudiera convertirse en el estímulo necesario para guiar a la esencia del hombre y lograr que piense atentamente la dimensión de la verdad del ser que reina en ella. Pero también esto ocurriría únicamente en beneficio de una mayor dignidad del ser y en pro del ser-aquí que soporta al ser humano exsistente y no en pro del hombre ni para que mediante su quehacer la civilización y la cultura acaben siendo un valor. 426 Heideggeriana: CartaH

El pensar atiende a estas relaciones simples. Les busca la palabra adecuada en el seno del lenguaje de la metafísica y de su gramática, transmitido durante largo tiempo. Pero, suponiendo que un título tenga alguna importancia, ¿se puede seguir llamando humanismo a ese pensamiento? Está claro que no, puesto que el humanismo piensa metafísicamente. Está claro que no, si es que es existencialismo y defiende la tesis expresada por Sartre: précisément nous sommes sur un plan où il y a seulement des hommes (L’Existencialisme est un humanisme, p. 36). Pensando esto desde la perspectiva de Ser y tiempo habría que decir: précisément nous sommes sur un plan où il y a principalement l’Être. Pero ¿de dónde viene y qué es le plan? l’Être et le plan son lo mismo. En Ser y tiempo (p. 212) se dice precavidamente y con toda la intención: il y a l’Être, esto es, «se da» el ser. El francés il y a traduce de modo impreciso el alemán «es gibt  », «se da». Porque el «es» impersonal alemán que «se da» aquí es el propio ser. El «da» nombra sin embargo la esencia del ser que da, y de ese modo otorga, su verdad. El darse en lo abierto, con lo abierto mismo, es el propio ser. 446 Heideggeriana: CartaH

El desterramiento deviene un destino universal. Por eso, es necesario pensar dicho destino desde la historia del ser. Eso que, partiendo de Hegel  , Marx reconoció en un sentido esencial y significativo como extrañamiento del hombre hunde sus raíces en el desterramiento del hombre moderno. Tal desterramiento está provocado por el destino del ser bajo la forma de la metafísica, afianzado por ella y encubierto también por ella en cuanto desterramiento. Es precisamente porque al experimentar el extrañamiento Marx se adentra en una dimensión esencial de la historia por lo que la consideración marxista de la historia es superior al resto de las historias. Pero como ni Husserl   ni hasta donde yo veo por ahora tampoco Sartre reconocen la esencialidad de lo histórico en el ser, por eso ni la fenomenología ni el existencialismo llegan a esa dimensión en la que resultaría posible por vez primera un diálogo productivo con el marxismo. 466 Heideggeriana: CartaH

El inconveniente de este abordaje es que deja demasiado abierta la posibilidad de entender el proyecto (Entwurf  ) como una performance humana, siendo que nada tiene que ver aquí el proyecto como estructura de la subjetividad - lo que hace Sartre apoyándose en Descartes   (en quién aletheia   no está presente en tanto que aletheia). 15749 Heideggeriana: SeminarioThor1969  


Mais si l’on comprend par humanisme en général l’effort visant à rendre l’homme libre pour son humanité et à lui faire découvrir sa dignité, l’humanisme se différencie suivant la conception qu’on a de la " liberté " et de la " nature " de l’homme. De la même manière se distinguent les moyens de le réaliser. L’humanisme de Marx ne nécessite aucun retour à l’Antique, pas plus que celui que Sartre conçoit sous le nom d’existentialisme. Au sens large indiqué précédemment, le christianisme est aussi un humanismeen tant que, dans sa doctrine, tout est ordonné au salut de l’âme (salus aeterna), et que l’histoire de l’humanité s’inscrit dans le cadre de l’histoire du salut. Aussi différentes que soient ces variétés de l’humanisme par le but et le fondement, le mode et les moyens de réalisation,ou par la forme de la doctrine, elles tombent pourtant d’accord sur ce point que l’humanitas de l’homo humanus est déterminée à partir d’une interprétation déjà fixe de la nature, de l’histoire, du monde, du fondement du monde, c’est-à-dire de l’étant dans sa totalité. CartaH: P 76-77

Sartre, par contre, formule ainsi le principe de l’existentialisme: l’existence précède l’essence. Il prend ici existentia, et essentia au sens de la métaphysique qui dit depuis Platon que l’essentia précède l’existentia. Sartre renverse cette proposition. Mais le renversement d’une proposition métaphysique reste une proposition métaphysique. En tant que telle, cette proposition persiste avec la métaphysique dans l’oubli de la vérité de l’Être. Que la philosophie   détermine en effet le rapport d’essentia et d’existencia au sens des controverses du Moyen Age, au sens de Leibniz, ou de toute autre manière, il reste d’abord et avant tout à se demander à partir de quel destin de l’Être cette distinction dans l’Être entre esse essentiae et esse existentiae se produit devant la pensée. Il reste à penser pourquoi la question portant sur ce destin de l’Être n’a jamais été posée et pourquoi elle ne pouvait être pensée. Mais n’y aurait-il pas, dans le sort fait à cette distinction entre essentia et existentia, un signe de l’oubli de l’Être? Nous avons le droit de présumer que ce destin ne repose pas sur une simple négligence de la pensée humaine, encore moins sur une capacité moindre de la pensée occidentale à ses débuts. La distinction, celée dans sa provenance essentielle, entre essentia (essentialité) et existentia (réalité) domine le destin de l’histoire occidentale et de toute l’histoire telle que l’Europe l’a déterminée. CartaH: P 85

Le principe premier de Sartre selon lequel l’existentia précède l’essentia justifie en fait l’appellation d’" existentialisme " que l’on donne à cette philosophie. Mais le principe premier de l’" existentialisme " n’a pas le moindre point commun avec la phrase de Sein   und Zeit  , sans parler du fait que, dans Sein und Zeit, une proposition sur le rapport essentia-existentia ne peut absolument pas encore être formulée, puisqu’il ne s’agit dans ce livre que de préparer un terrain pré-alable. On n’y parvient,d’après ce qui a été dit que de façon assez imparfaite. Ce qui reste encore à dire aujourd’hui, et pour la première fois, pourrait peut-être donner l’impulsion qui acheminerait l’essence de l’homme à ce que, pensant, elle soit attentive à la dimension sur elle omnirégnante de la vérité de l’Être. Un tel événement ne pourrait d’ailleurs à chaque fois se produire que pour la dignité de l’Être et au profit de cet être-le-là que l’homme assume dans l’ek-sistence, mais non à l’avantage de l’homme pour que brillent par son activité civilisation et culture. CartaH: P 86

La pensée est attentive à ces relations simples. Elle cherche, au sein de la langue longtemps traditionnelle de la métaphysique et de sa grammaire, la parole qui les exprime. Reste à savoir si cette pensée peut encore se caractériser comme humanisme, à supposer que de telles étiquettes puissent avoir un contenu. Assurément pas, dans la mesure où l’humanisme pense d’un point de vue métaphysique. Assurément pas, si cet humanisme est un existentialisme et fait sienne cette proposition de Sartre: Précisément nous sommes sur un plan où il y a seulement des hommes. Si l’on pense à partir de Sein und Zeit, il faudrait plutôt dire: Précisément nous sommes sur un plan où il y a principalement l’Être.. Mais d’où vient le plan et qu’est-ce que le plan. L’Être et le plan se confondent. C’est avec intention   et en connaissance de cause qu’il en dit dans Sein und Zeit (p. 212): Il y a l’Être " es gibt " das Sein. Cet " il y a " ne traduit pas exactement " es gibt ". Car le " es " (ce) qui ici " gibt " (donne) est l’Être lui-même. Le " gibt " (donne) désigne toutefois l’essence de l’Être, essence qui donne, qui accorde sa vérité. Le don de soi dans l’ouvert au moyen de cet ouvert est l’Être même. CartaH: P 91-92

L’absence de patrie devient un destin mondial. C’est pourquoi il est nécessaire de penser ce destin sur le plan de l’histoire de l’Être. Ainsi ce que Marx, partant de Hegel, a reconnu en un sens important et essentiel comme étant l’aliénation de l’homme plonge ses racines dans l’absence de patrie de l’homme moderne. Cette absence de patrie se dénonce, et cela à partir du destin de l’Être, sous les espèces de la métaphysique qui la renforce en même temps qu’elle la dissimule comme absence de patrie. C’est parce que Marx, faisant l’expérience de l’aliénation, atteint à une dimension essentielle de l’histoire, que la conception marxiste de l’histoire est supérieure à toute autre historiographie. Par contre, du fait que ni Husserl, ni encore à ma connaissance Sartre, ne reconnaissent que l’historique a son essentialité dans l’Être, la phénoménologie, pas plus que l’existentialisme, ne peuvent parvenir à cette dimension, au sein de laquelle seule devient possible un dialogue fructueux avec le marxisme. CartaH: P 98-99