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Phänomenologie des religiösen Lebens

GA60: El "curare" como rasgo fundamental de la vida fáctica

Augustinus und der Neuplatonismus

sábado 1º de julho de 2017, por Cardoso de Castro

EMM  , p. 58-64

§12. El "curare" como rasgo fundamental de la vida fáctica. Capítulos vigesimoctavo y vigesimonoveno

a) La dispersión de la vida

Deformis es mi vida. No por disculparse, sino precisamente para arrojarse sin contemplaciones lejos de sí y para ganarse desde esta distancia implacable, deja Agustín claro que la "vida" no es un paseo y precisamente la ocasión menos adecuada para darse importancia. Oneri mihi sum [1] (Soy una carga para mí). Es algo de una naturaleza tal que el sentido de ejecución (existencialmente constitutivo) del mantenerse-abierto-para, que irrumpe expectante, sólo puede ser tota spes (…) non nisi in magna valde misericordia (Dei  ) [2] (toda mi esperanza (…) no descansa más que en tu inmensa misericordia), (¡Esperanza desde la desesperación!) Y esta compasión está precisamente en justa correspondencia con lo digna de compasión que es esta vida: es un iubere — iubes continentiam (ordenar — ordenas la continencia, el dominio de ti mismo). (Iubere: directio cordis, cogitationis — finis curae! (Dirigir: dirección del corazón, del pensamiento, del deleite — ¡fin de la inquietud!). Cfr. Et diriges justum, scrutans corda et renes Deus [3] (Y diriges, Dios, al justo, escrutando los corazones y los ríñones).

Porque in multa defluximus [4] (nos hemos dispersado en muchas cosas), nos hemos fragmentado en lo diverso y caemos en la dispersión. Tú fomentas el movimiento contrario, el movimiento contra la dispersión, contra el desmoronarse de la vida. Per continentiam quippe colligimur et redigimur in unum (necessarium — Deum?) [5] — Por la continencia somos reunidos y congregados en la unidad (¿Dios uno y necesario?).

En esta esperanza decisiva vive el esfuerzo genuino por la continentia, que no acaba. (No "moderación", aquí se pierde precisamente el sentido positivo, sino "mantener reunido", arrancar de la defluxio (dispersión), desconfiar de ella.) Quien realmente es continens (continente), cogitet quid   sibi desit, non quid   adsit [6] (piensa en lo que le falta, no en lo que le asiste), Y siempre habrá algo que le falte. Porque la vida no es en realidad otra cosa que una tentación constante. Numquid non tentatio est vita   humana super terram sine ullo interstitio? [7] (¿Acaso no es la vida humana sobre la tierra una tentación sin resquicio alguno?) Importa captar más precisa y exactamente este carácter fundamental, la tentatio, en el que Agustín experimenta la vida fáctica y comprende a partir de ahí en qué medida quien vive en esta claridad y en este nivel de ejecución es para sí mismo necesariamente una carga.

Toleran iubes: molestias et difficultates [8] (Ordenas tolerar: molestias y dificultades), no sólo sobrellevar las molestias y dificultades, sino asumirlas como tales, es decir, sin llegar con todo a amarlas — esto es, a hacer en el fondo de las dificultades un goce (delectan (deleitarse) como hacérselo fácil), a acomodarse a ellas —, sino arreglárselas de tal modo que el tolerare mismo sea lo decisivo. Nenio quod tolerat amat, etsi tolerare amat [9] (Nadie ama lo que soporta, aunque ame soportarlo). El tolerare circunscribe un nexo específico de ejecución, en el que no cabe operar aisladamente, sino que se desarrolla a partir de y se mueve en una dirección característica fundamental de la vida fáctica, en la que a la vez la tentatio encuentra su sentido y motivación y en orden a la que resulta comprensible hasta qué punto "hay" molestiae y diffícultates.

b) La escisión de la vida

El in multa defluere (dispersarse en muchas cosas) es un dejarse llevar orientado por y en la delectatio, que la vida mundana reclama en la diversidad de sus aspectos llamativos — multum ha de ser entendido así —. (Cfr. arriba: p. 47: cadunt (están abiertos) y el contramovimiento existencial. Multum es lo diverso, unum es lo genuino, lo auténtico; cfr. Aristóteles: ousia   — tode ti)

En la dispersión se conforma la vida fáctica a partir de sí misma y para sí misma en una dirección determinada de sus posibles situaciones, esperadas en y con la propia dispersión: delectatio finis curae (el fin de la preocupación es el deleite). Ahora bien, este curare (preocuparse por) tiene un sentido relacional cambiante en el nexo fáctico-histórico de la vida. (Nexo fenomenológico entre curare como preocupación (vox media) y uti (usar) como ocuparse de algo (preocupadamente).) Se realiza como timere y desiderare, como un tener temor de algo (retroceder ante ello) y un tener el deseo de algo (intentar hacerse con ello, esforzarse y agotarse por ello). El multum es lo diverso, la multiplicidad de las dimensiones relevantes que afectan mi vida y en lo que vivo. Dimensiones que unas veces son prospera (y, en consecuencia, favorables, convenientes, incitantes) y otras veces son adversa (y, por tanto, inhibitorias, opuestas a aquello a lo que uno tiende). Cuando experimento (¡alejarse furtivamente de algo! ¡Acercarse furtivamente a algo! — a un paso realmente del "miedo") adversa, esta experiencia no es simplemente un pasar a conocer unas determinadas cosas, sino que prospera in adversis desiderouo (en la adversidad deseo la prosperidad). Este deseo de la prosperidad que está ahí, que acompaña a la adversidad, muestra cómo la experiencia de lo adverso viene inscrita en un horizonte de expectativas fáctico-concreto. Se realiza históricamente, en un determinado sentido. (Lo "histórico" no debe ser destacado en el debate; hay más bien que caracterizarlo objetivamente como "dinámica" y "escisión". Este ser-ahí-con no viene simplemente pegado al sentido del fenómeno de la experiencia de lo adverso, sino determinado por él (en la medida en que el experimento es cura (preocupación por, inquietud) y tiene aliquid delectationis (algo de deleite). Yo sólo experimento una contracorriente, algo que viene contra mí, cuando y en la medida en que yo mismo vivo en una delectatio, cura pros-perorum (en un deleite, preocupación por la prosperidad)).

Y adversa in prosperis timeo [10] (en la prosperidad temo la adversidad). Nuevamente está ahí, en el recibir y aumentar lo conveniente, el temor de lo inhibitorio. Sólo en la medida en que lo otro vive juntamente con ello (¿qué quiere decir esto existencial y tácticamente?), puedo vivir en lo uno. Nuevamente está la vida fáctica en lo histórico. El sí-mismo es asumido en un experimentar histórico — aunque a menudo sólo "débilmente" —. Motivo fundamental: lo histórico en la propia cura.

Si a este singular coexistir conjunto de sentidos diferentes de relación de la preocupación en la experiencia de la vida fáctica o, respectivamente, de su agitación le damos el nombre de "escisión", pasamos a encontrarnos con un concepto objetivamente caracterizador útil en tanto en cuanto no aspire a dar el sentido genuino del fenómeno.

Está claro que un "primer" acompañarse escindido de timor y desiderium (cupiditas) tentatori ianuae duae (las dos puertas del tentador) lleva ya consigo nuevas (escisiones) en sí; y sería éste el suelo abonado para antítesis dialécticas, es decir, para un liquidar, como en un juego, cosas que no soportan tal.

Estas experiencias preocupadas no están simplemente ahí como en una corriente anímica, sino que se han tenido en el experimentar — (este venir-a-ser tenidas en su "sentido") —, y ciertamente no en el nuevo constatar teórico del hacerse con un conocimiento, sino en un experimentar él mismo en una preocupación (una posible pregunta por el regresus sería una pregunta errada. ¡Actitud errada!): como flendwn (estar triste) o, respectivamente, laetandum (estar alegre), como malum o bonum  , esto es, de un modo tal que no sólo da lugar a una escisión el ir conjuntos desiderium y timor, sino a que esta escisión sea nuevamente experimentada como escindida en cada una de sus direcciones, el desiderium como flendum, respectivamente, bonum, maeror (estar afligido) como laetandum, respectivamente, malum. Esto es, esta condición escindida de dos planos, objetivamente hablando, en realidad primaria, aproxima y concreta la "exposición". Dando un paso atrás, y visto interpretativamente, este nexo de ejecución es inicio de una expresión existencial. Exis(tenc)ial — problema. Y la cuestión es precisamente en qué modo de preocupación han de ser ejecutadas estas experiencias preocupadas. Estas experiencias preocupadas empujan de acuerdo con su propio sentido — el finis curae delectatio — a un determinado modo de ejecución. Lo que está en juego no es sólo la inseguridad, sino el peligro de ceder al "empujón" y caer en lo no genuino, en lo inauténtico.

La ejecución de la experiencia lo es siempre, en consecuencia, por su propia especificidad, en inseguridad. No hay medius locus   (lugar intermedio) alguno en el nexo de experiencia en el que no tengamos que encontrarnos con las posibilidades opuestas, de modo que Agustín se ve obligado a decir: ex qua parte stet victoria nescio [11] (no sé de qué lado está la victoria) (hacia dónde se inclina finalmente la propia vida). Cfr. cap. 21, n. 30. Quaestio mihi factus sum (Me he convertido en un problema para mí mismo). ¡Esta quaestio no es una mera reflexión en un estado de ánimo dominado por el mal humor! Vita: ego   — quaestio. Oneri (moles) mihi sum (Vida: yo — problema. Soy una carga para mí). En el experimentar como tal sale a la luz un desgarramiento infernal. Ecce vulnera mea non abscondo, [12] mira, no oculto mis "heridas". Y conectando con Sab. 8, 21 caracteriza ya Agustín como una adquisición de un conocimiento valioso el comprender que la continentia limitada a las propias fuerzas es algo de lo que no cabe esperar nada, y que si de algún modo ha de ser "tenida", entonces ha de venir dada.

Pero aún no se ve claro en qué nexo está la tentatio misma con esta condición desgarrada de los fenómenos, hasta qué punto vita est tota tentado sine ullo interstitio (la vida es toda tentación sin resquicio alguno). ¿No se ocupa acaso Agustín tan sólo de esta cuestión en los siguientes capítulos y hasta el final? Pero salta a la vista que a él mismo le resulta cada vez más difícil. La consideración se vuelve cada vez más lenta, más áspera, y Agustín se ve precisado a recurrir a la más dúctil de las dialécticas para aprehender lo que, de la oscuridad anímica, saca a la luz al interrogar del modo más implacable a los arcanos en busca de comprensión. Y para aprehenderlo, sobre todo, de un modo tal que desemboque en la dirección fundamental de sus Confesiones y del libro x.

Con excesiva facilidad se tiende a no ver en las consideraciones siguientes otra cosa que reflexiones ingeniosas de un "moralista" pedante. O a perderse en sorprendentes análisis psicológicos particulares. En ambos casos se ha perdido la auténtica línea de la comprensión. Es imprescindible ver precisamente estos capítulos en conexión con el problema genuino — buscar a Dios —, iluminar y clarificar este problema desde la perspectiva de este capítulo. Pero tampoco esto deja de presentar dificultades más que suficientes, y la interpretación — incluso en el nivel genuino de ejecución — no tiene como aspiración, presentada así contemporáneamente, sino el permitir la confrontación con las dificultades. Pero también aquí nos encontramos con una restricción esencial, en la medida en que la interpretación es una interpretación fenomenológica y no teológica. La diferencia y la relación entre ambas no ha de ser tratada teórica y científicamente, sino "históricamente".

El propio Agustín ve claro que sus consideraciones no pueden acabar y ser comprendidas sin más: Ecce ubi sum: flete mecum, et pro me flete, qui aliquid boni vobiscum intus agitis unde facta procedunt. Nam qui non agitis, non vos haec movent [13] (Éste es el estado en que me encuentro. Llorad conmigo y llorad por mí los que hacéis algo bueno con vosotros mismos en vuestro interior, de donde proceden las obras. Porque a los que no lo hacéis no os importarán estas cosas mías). Pregunta: Numquid non tentatio est vita humana? (¿Acaso no es tentación la vida humana?) Dar, interpretando anticipadamente, las direcciones de significado de vita y tentatio. (Molestia) Facticidad.


Ver online : ESTUDIOS SOBRE MÍSTICA MEDIEVAL


[1Conf. x, 28, 39; PL 32, p. 795.

[2Conf. x, 29, 40; PL 32, p. 796.

[3Enarrationes in Psalmos VII, 9 (v. 10); PL 36, p. 103.

[4Conf. x, 29, 40; PL 32, p. 796.

[5Loc. cit.

[6Sermones CCCLIV, 5, 5; PL 39, p. 1565.

[7Conf. x, 28, 39; PL 32, p. 796.

[8Conf. x, 28, 39; PL 32, p. 795.

[9Conf. x, 28, 39; PL 32, p. 796.

[10Loc. cit.

[11Conf. x, 28, 39; PL 32, p. 795.

[12Loc. cit.

[13Conf. x, 33, 50; PL 32, p. 800.