GA4:144-145 – Gemüt – coração

Cortés & Leyte

No es bueno. Este aviso no cae en absoluto en lo indeterminado. Tampoco es una frase que ataña al hombre. Sirve para reflexionar qué pueda ser lo conveniente para el momento en que el destino esté equilibrado y qué hace que el poeta tenga el conveniente decir destinal 1. Sería poco conveniente de cara al destino estar ahora «sin alma», pues ¿cómo iba a satisfacer entonces el poeta su esencia, que es la de «animar» o «dar alma»? «Alma» significa aquí algo más que lo que en general sólo alude al principio de vida de cualquier ser vivo. «Tener alma» es aquí lo mismo que estar lleno de alma o de ánimo 2. «Alma» significa lo mismo que «ánimo». Es verdad que esta palabra también ha perdido para nosotros su fuerza originaria. Para nosotros, el ánimo, como mucho, es lo más tierno de la sensibilidad, cuando no simplemente lo «sentimental», lo débil y propenso a ceder. Pero es que la palabra «ánimo» encierra otros sentidos, que tal vez un día seamos capaces de volver a escuchar cuando hayamos desaprendido a pensar al hombre según las opiniones de la antropología. El ánimo es la fuente y el lugar de estancia, el entramado que articula y la voz del «muot» 3, que nos expone a la íntima profundidad de los distintos movimientos y estados del ánimo 4: indiferencia, pobreza, dulzura, nobleza, gracia, entrega, generosidad y largueza. Es a este (136) ánimo, así entendido, al que Hölderlin llama «alma». El hombre lleno de alma (V, 319) es el hombre de ánimo elevado, generoso, el que tiene el ánimo suficiente para atreverse a asumir 5 lo supremo. El poeta no tendría alma si se conformase con ir viviendo al día, despojado de pensamientos mortales. Éstos le abren el ánimo para que responda a las exigencias bajo cuya forma se le presenta lo esencial en el pensamiento. ¿De qué manera pueden los pensamientos mortales devolver el alma? Parece evidente que no se alude aquí a pensamientos caducos y pasajeros, sino a pensamientos pensados por los mortales, los hijos de la tierra. Pero ¿acaso el poeta no debe pensar precisamente lo sagrado, lo que está por encima de los hombres y los dioses? Ciertamente. Pero tiene que exponer de algún modo lo sagrado, a fin de que con su decir los dioses puedan sentirse a sí mismos y por sí mismos se dispongan a manifestarse en la morada de los hombres sobre esta tierra. El poeta tiene que pensar en lo que atañe en primer lugar a los hijos de la tierra si es que alguna vez quieren llegar a habitar en lo que es su hogar propio. Lo que pasa es que eso «mortal», eso que atañe a los hijos de la tierra, el poeta tiene que pensarlo también, aunque no exclusivamente, a la manera de los hijos de la tierra. Pues el poeta se halla situado, en tanto aquel que señala, entre los hombres y los dioses. Desde ese espacio intermedio él piensa lo que, por encima de ambos, sacraliza a ambos de distinta manera y que se le presenta en su pensamiento bajo la forma del poema que hay que decir. Pensando mortalmente, convierte en poesía lo supremo. Estar privado de estos pensamientos no es bueno para la posibilidad poética de permanecer en lo propio. [GA4CL:135-136]

Corbin et alii

Hoeller

Original

  1. En alemán se juega con varios significados, a menudo combinados, de estas palabras, cosa que no se ha podido reproducir con tanta simplicidad en castellano: «Schicksal» y «Geschick» («destino»), «Schicklich» («conveniente», «destinal»), «geschickt» («hábil», «conveniente», «destinal»).[↩]
  2. El castellano «ánimo» está traduciendo aquí el término alemán «Gemüt». Bien es cierto que esta palabra castellana no recoge de manera tan marcada su sentido afectivo y sentimental. Otras posibilidades de traducción serían «espíritu», «corazón», «afecto», «sentimiento».[↩]
  3. Palabra del antiguo alemán de donde procede «Gemüt», esto es, conjunto de los distintos «mut» (estados de ánimo, etc.), ya que «Ge» es sólo un prefijo que indica colectivo.[↩]
  4. Se suceden en alemán toda una serie de vocablos compuestos con el sufijo «mut» y que naturalmente en castellano hay que traducir por palabras de distinta raíz: «Gleichmut», «Armut», «Sanftmut», «Edelmut», «Anmut», «Opfermut», «Grossmut», «Langmut». Más abajo se añadirá al juego el sustantivo «Mut» («ánimo» o «valor», «arrojo») y «Zu-mut-ung» («exigencia desproporcionada»).[↩]
  5. Nuevo juego en alemán entre «Mut haben» («tener valor») y «sich zumuten lassen» («asumir una exigencia excesiva»).[↩]
  6. Vieux mot d’où dérive le -mut de Gemüt. (N. d. T.)[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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