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subiectum

terça-feira 4 de agosto de 2020

subiectum, subjectum

Enquanto subjectum, o homem é a co-agitatio do ego  . O homem funda-se a si mesmo como medida para todas as escalas com as quais se mede (se calcula) aquilo que pode valer como certo, isto é, como verdadeiro, como algo que é. A liberdade é nova enquanto liberdade do subjectum. Nas Meditationes de prima philosophia  , a libertação do homem para a nova liberdade é trazida ao seu fundamento, ao subjectum. A libertação do homem moderno não só não começa com o ego cogito   ergo sum, nem a metafísica de Descartes   é apenas a metafísica posteriormente fornecida para esta liberdade, que, portanto, seria apenas um anexo exterior, no sentido de uma ideologia. Na co-agitatio, o representar reúne tudo o que é objectivo no conjunto do estar-representado. O ego do cogiatare encontra agora a sua essência em estar junto do estar-representado, em assegurar-se dele na con-scientia. Esta é a reunião representadora daquilo que é objectivo com o homem representador, no círculo do estar-representado guardado por ele. Tudo o que-está-presente recebe a partir deste estar-representado o sentido e o tipo do seu estar-em-presença, nomeadamente o da presença [Praesenz] na repraesentatio  . A con-scientia do ego, enquanto subjectum da coagitatio, determina o ser do ente enquanto subjectividade do subjectum assim destacado.

As Meditationes de prima philosophia   fornecem o modelo para a ontologia do subjectum a partir da visão da subjectividade determinada enquanto conscientia. O homem tornou-se o subjectum. Daí que ele possa determinar e preencher a essência da subjectividade, sempre de acordo com o modo como ele se concebe e quer a si mesmo. O homem enquanto ser racional do tempo do iluminismo não é menos sujeito que o homem que se concebe como nação, que se quer como povo, que se cultiva selectivamente como raça e, finalmente, que se autoriza como senhor do globo terrestre. Em todas estas posições fundamentais da subjectividade é então também possível um tipo diferente da egoidade e do egoísmo, porque o homem permanece determinado constantemente como eu e tu, como nós e vós. O egoísmo subjectivo, no qual, na maioria das vezes sem o saber, o eu é determinado de antemão como sujeito, pode ser derrubado através do alinhamento do egóico ao nós. Através disso, a subjectividade só ganha em poder. No imperialismo planetário do homem organizado tecnicamente, o subjectivismo do homem atinge o seu mais elevado cume, a partir do qual ele se estabelecerá na planície da homogeneidade organizada, e aí se instalará. Esta homogeneidade torna-se o mais seguro instrumento do domínio completo, isto é, do domínio técnico sobre a Terra. A liberdade moderna da subjectividade é completamente absorvida na objectividade que lhe é adequada. O homem não pode abandonar por si próprio este destino [Geschick  ] da sua essência moderna, nem quebrá-lo por uma sentença soberana [Machtspruch]. Mas o homem pode pensar, pensando antecipadamente, que o ser-sujeito da humanidade nem jamais foi a única possibilidade da essência inicial do homem histórico, nem alguma vez o será. [GA5BD  :134-137]


VIDE: subiectum

Respecto a la pregunta a) Qué significa objetivar? Hacer de algo un objeto, ponerlo como objeto y representarlo sólo así. ¿Y qué significa objeto? En la Edad Media, obiectum   significaba aquello que se proyecta y se mantiene frente a la percepción, la imaginación, el juicio, el deseo y la intuición. Por contra, SUBIECTUM significaba el hypokeimenon   lo que, de suyo (y sin haber sido puesto enfrente mediante una representación), está ahí delante, lo que está presente, por ejemplo, las cosas. El significado de las palabras SUBIECTUM y obiectum es justamente el contrario del actual: SUBIECTUM es lo que existe para sí (objetivo), obiectum, lo que sólo es representado (subjetivo). Heideggeriana  : FenoTeo  

Como consecuencia de la transformación del concepto de SUBIECTUM por Descartes (vid. Caminos de bosque, pp. 98 ss.), el concepto de objeto también adopta un nuevo significado. Para Kant  , objeto significa lo que está enfrente [N. de los T: traducción literal del término “Gegenstand”, que precisamente significa ‘objeto’] y existe en la experiencia de las ciencias de la naturaleza. Todo objeto es algo que está enfrente, pero no todo lo que tenemos enfrente (por ejemplo, la cosa en sí) es un posible objeto. El imperativo categórico, el deber moral  , la obligación, no son objetos de la experiencia de las ciencias naturales. Cuando reflexionamos sobre ellos, cuando aludimos a ellos en el actuar, no por eso los objetivamos. Heideggeriana  : FenoTeo

La época que denominamos moderna, y en cuyo acabamiento comienza a entrar ahora la historia occidental, está determinada por el hecho de que el hombre se vuelve medida y centro del ente. El hombre es lo que subyace a todo ente, es decir, en la modernidad, a toda objetivación y representabilidad, es el SUBIECTUM. Por mucha que sea la fuerza con la que Nietzsche   se dirija repetidamente contra Descartes, cuya filosofía es la fundación de la metafísica moderna, sólo se dirige contra él porque aún no había puesto al hombre de manera completa y suficientemente decidida como SUBIECTUM. La representación del SUBIECTUM como ego, como yo, o sea la interpretación “egoísta” del SUBIECTUM, no es para Nietzsche aún suficientemente subjetivista. Sólo en la doctrina del superhombre, en cuanto doctrina de la preeminencia incondicionada del hombre dentro del ente, la metafísica moderna llega a la determinación extrema y acabada de su esencia. En esta doctrina Descartes celebra su supremo triunfo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu  

Porque en el hombre, es decir en la figura del superhombre, la voluntad de poder despliega de modo ilimitado su pura esencia de poder, por ello la “psicología” en el sentido de Nietzsche, como doctrina de la voluntad de poder, es siempre al mismo tiempo y de antemano la región de las preguntas metafísicas fundamentales. Por eso Nietzsche puede decir en Más allá del bien y del mal: “Toda la psicología ha quedado prendida hasta ahora de temores y prejuicios morales: no se ha aventurado hacia lo profundo. Comprenderla como morfología y doctrina del desarrollo de la voluntad de poder, tal como yo lo hago, esto nadie lo ha rozado siquiera con sus pensamientos”. Al final de ese parágrafo, Nietzsche dice que hay que reclamar “que la psicología sea reconocida nuevamente como señora de las ciencias, a cuyo servicio y para cuya preparación están todas las demás. Pues la psicología es de ahora en adelante nuevamente la vía hacia los problemas fundamentales” (VII, 35 ss.). También podemos decir: la vía hacia los problemas fundamentales de la metafísica son las Meditationes sobre el hombre como SUBIECTUM. Psicología es el título para aquella metafísica que comprende al hombre, es decir a la humanidad en cuanto tal, no sólo al “yo” individual, como SUBIECTUM, que lo pone como medida y centro, como fundamento y fin de todo ente. Concebir el nihilismo como “estado psicológico” significa por lo tanto lo siguiente: el nihilismo se refiere al puesto del hombre en medio del ente en su totalidad, al modo en que el hombre se pone en relación con el ente en cuanto tal, en que configura y afirma esa relación, y por lo tanto a sí mismo; pero esto no quiere decir otra cosa más que el modo en que el hombre es histórico. Este modo se determina desde el carácter fundamental del ente como voluntad de poder. El nihilismo, tomado como “estado psicológico”, quiere decir: nihilismo visto como una figura de la voluntad de poder, como el acontecer en el que el hombre es histórico. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

A la base de la interpelación (kategoria  ) prefilosófica como “marrón” se encuentra, como el fundamento que la sustenta, la interpelación como “conformada de tal y cual manera”, la categoría de cualidad, poiotes, poion, qualitas. En relación con la categoría de “cualidad”, la nombrada en primer lugar resulta distinguida como categoría por nombrar lo que tiene que estar a la base de toda cualidad, lo subyacente, hypokeimenon, SUBIECTUM, substantia  . “Substancia”, cualidad y, a continuación, cantidad, relación, son “categorías”: modos distinguidos de interpelar el ente, aquellos que lo interpelan respecto de lo que es en cuanto ente, independientemente de que sea una puerta o una ventana, una mesa o una casa, un perro o un gato, de que sea marrón o blanco, dulce o ácido, grande o pequeño. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

A este título de metafísica de la voluntad de poder” lo comprendemos en un doble sentido, por cuanto el genitivo tiene el doble significado de genitivus obiectivus y subiectivus. La metafísica de Nietzsche es, por una parte, aquella que, en cuanto verdad sobre el ente en su totalidad, tiene a la voluntad de poder como su “objeto”, en la medida en que ella constituye el carácter global del ente en su totalidad. Pero la voluntad de poder, en cuanto carácter fundamental del ente en su totalidad, es al mismo tiempo la determinación esencial del hombre. En cuanto tal se encuentra a la base de la configuración humana de la verdad sobre el ente en su totalidad, es decir de la metafísica, es su SUBIECTUM. Por ello, la metafísica de Nietzsche es, por otra parte, aquella en la que la voluntad de poder se lleva a sí misma a la situación de dominio. Esta metafísica pertenece ella misma al ámbito de poder de la voluntad de poder y es una de sus condiciones. La voluntad de poder es el objeto y el sujeto de la metafísica dominada por la idea   de valor. El título “metafísica de la voluntad de poder” es ambivalente en este sentido unívoco. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Nos preguntamos: ¿cómo se llega a una posición acentuada del “sujeto”? ¿De dónde surge ese dominio de lo subjetivo que guía toda colectividad humana y toda comprensión del mundo en la época moderna? La pregunta se justifica porque hasta el comienzo de la metafísica moderna con Descartes, e incluso dentro de esta metafísica misma, todo ente, en la medida en que es un ente, es comprendido como sub-iectum. Sub-iectum es la traducción e interpretación latina del hypokeimenon griego y significa lo que subyace y está a la base, lo que desde sí ya yace delante. Con Descartes y desde Descartes, el hombre, el “yo” humano, se convierte en la metafísica de manera predominante en “sujeto”. ¿Cómo llega el hombre al papel de auténtico y único sujeto? ¿Por qué este sujeto humano se traslada al “yo”, de manera tal que subjetividad se torna equivalente a yoidad? ¿Se determina la subjetividad por la yoidad o, a la inversa, ésta por aquélla? De acuerdo con su concepto esencial, “SUBIECTUM” es lo que en un sentido destacado está ya siempre   delante de y, por lo tanto, a la base de otro, siendo de esta forma fundamento. Del concepto esencial de “SUBIECTUM” tenemos que mantener alejado en un primer momento el concepto de hombre y, por lo tanto, también los conceptos de “yo” y de “yoidad”. Sujeto — lo que yace delante desde sí mismo — son las piedras, las plantas y los animales no menos que el hombre. Nos preguntamos: ¿de qué está a la base el SUBIECTUM cuando en el comienzo de la metafísica moderna el hombre se vuelve sujeto en sentido destacado? Con esto nos volvemos nuevamente hacia la pregunta que ya habíamos rozado: ¿qué fundamento y qué suelo se buscan en la metafísica moderna? La tradicional pregunta conductora de la metafísica — ¿qué es el ente? — se transforma, en el comienzo de la metafísica moderna, en pregunta por el método, por el camino en el cual, desde el hombre mismo y para él, se busca algo incondicionalmente cierto y seguro y se delimita a la esencia de la verdad. La pregunta “¿qué es el ente?” se transforma en pregunta por el fundamentum absolutum inconcussum veritatis, por el fundamento incondicional e inquebrantable de la verdad. Esta transformación es el comienzo de un nuevo pensar por el que la época se vuelve una época nueva y la edad que le sigue se vuelve edad moderna. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Si prestamos atención a la plenitud esencial de las referencias igualmente esenciales que han sido vistas y que requieren ser vistas de modo unitario en la cogitatio y en el cogito de Descartes, se observará que esta aclaración de la esencia del cogitare delata ya el papel fundamental que desempeña el re-presentar en cuanto tal. Aquí se anuncia qué subyace como fundamento, cuál es el SUBIECTUM — a saber, el representar — y para qué es SUBIECTUM el sujeto — a saber, para la esencia de la verdad-. El papel esencial del re-presentar, es decir de la cogitatio, es formulado expresamente por Descartes en la proposición que es para él la proposición de todas las proposiciones y el principio   de la metafísica, en la proposición: ego cogito, ergo sum. De ella dice (Principia, I, 7): “Haec cognitio, ego cogito, ergo sum, est omnium prima et certissima, quae cuilibet ordine philosophanti occurat”. “Este conocimiento, “represento, luego soy”, es de todos el primero (por su rango) y el de mayor certeza que le viene al encuentro a cualquiera que piense metafísicamente de acuerdo a un orden (en conformidad con la esencia)”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Qué dice la proposición cogito sum? Parece casi una “ecuación”. Pero aquí caemos en un nuevo peligro, el de trasladar formas proposicionales correspondientes a una determinada región del conocimiento — las ecuaciones de la matemática — a una proposición que se caracteriza por ser incomparable con cualquier otra, incomparable en todo respecto. La interpretación matemática de la proposición en el sentido de una ecuación resulta natural dado que lo “matemático” es determinante para la concepción cartesiana del conocimiento y del saber. Pero ante esto hay que preguntarse: ¿adopta Descartes simplemente como modelo de todo conocer un modo de conocimiento ya existente y probado en las “matemáticas” o bien, a la inversa, lleva a cabo una nueva determinación, una determinación metafísica, de la esencia de lo matemático? Lo acertado es lo segundo. Por eso tenemos que intentar determinar nuevamente de manera más precisa el contenido de la proposición y, al hacerlo, tenemos sobre todo que responder a la pregunta acerca de qué es puesto como SUBIECTUM “mediante” esta proposición. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Será acaso esta proposición misma el SUBIECTUM, lo que yace a la base de todo? “Cogito sum” no dice ni sólo que yo pienso, ni sólo que yo soy, ni que del hecho de mi pensar se sigue mi existencia. La proposición habla de una conexión entre cogito y sum. Dice que soy en cuanto aquel que representa, que no sólo mi ser está determinado esencialmente por este representar sino que mi representar, en cuanto re-praesentatio determinante, decide sobre la praesentia [Präsenz  ] de todo representado, es decir sobre la presencia [Anwesenheit  ] de lo en él mentado, es decir sobre el ser de este mismo en cuanto ente. La proposición dice: el re-presentar, que está esencialmente representado a sí mismo, pone el ser como re-presentatividad y la verdad como certeza. Aquello a lo que se retrotrae todo como fundamento inquebrantable es la esencia plena de la representación misma, en cuanto que desde ella se determinan la esencia del ser y de la verdad, pero también la esencia del hombre, como aquel que representa y el modo en que sirve de medida. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La proposición cogito sum, en cuanto expresa y contiene la plena esencia de la cogitatio, pone con esta esencia de la cogitatio el SUBIECTUM en sentido propio, el SUBIECTUM remitido en el ámbito de la cogitatio misma y sólo por intermedio de ella. Puesto que en el cogitare reside el me cogitare, puesto que al representar le pertenece esencialmente la referencia al que re-presenta y en dirección a éste se recoge toda la representatividad de lo representado, por ello el que representa, que al hacerlo puede llamarse “yo”, es sujeto en un sentido acentuado, algo así como el sujeto en el sujeto, aquél al que, ya en el interior de lo que subyace en la representación, todo remite. Por eso Descartes también puede dar de la proposición cogito sum la formulación: sum res cogitans  . Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La puerta que da al ámbito esencial de este dominio comprendido metafísicamente fue abierta por Descartes con su proposición cogito sum. La proposición según la cual la naturaleza inanimada es res extensa no es más que la consecuencia esencial de la primera. Sum res cogitans es el fundamento, lo que yace a la base, el SUBIECTUM para la determinación del mundo material como res extensa. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

O sea que la proposición cogito sum es el SUBIECTUM; la “proposición”, no tomada en su tenor literal y como forma pensada gramaticalmente, ni tampoco en su “contenido semántico” presuntamente arbitrario y pensable de forma aislada, sino la “proposición” de acuerdo con aquello que en ella se expresa como lo propiamente esenciante [das eigentliche Wesende] y que la sostiene en su esencia de proposición. Qué es esto? Respuesta: la esencia plena de la representación. La re-presentación [Vor-stellung  ] se ha convertido en instauración [Auf  -stellung] y fijación [Fest-stellung] de la esencia de la verdad y del ser. La re-presentación se pone aquí ella misma en su propio espacio esencial y pone a éste como medida de la esencia del ser del ente y de la esencia de la verdad. Puesto que verdad quiere decir ahora el estar seguro de la remisión, es decir, certeza, y puesto que ser significa representatividad en el sentido de esta certeza, el hombre, en conformidad con su papel en el representar que pone así el fundamento, se convierte en el sujeto eminente. En el ámbito de dominio de este SUBIECTUM, el ens ya no es ens creatum  , es ens certum: indubitatum: vere cogitatum: “cogitatio”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Sólo ahora puede reconocerse también con claridad en qué sentido la proposición cogito sum es una “proposición fundamental” [Grundsatz  ] y un “principio”. Siguiendo la idea más o menos correcta de que en el pensamiento de Descartes lo “matemático” desempeña “de cierto modo” un papel especial, suele recordarse que en las matemáticas aparecen ciertas proposiciones supremas, los “axiomas”. Por otra parte, en la medida en que el pensamiento matemático piensa de modo “deductivo”, estas proposiciones supremas son identificadas con las premisas mayores de las argumentaciones silogísticas. Partiendo de allí se supone, sin más reflexión, que la proposición cogito sum, a la que el propio Descartes señala como la “primera y más cierta”, tiene que ser una proposición suprema y un “principio” en el sentido tradicional, algo así como la mayor de las premisas mayores de todo silogismo. En este razonamiento formalmente correcto y apoyado en parte en formulaciones del propio Descartes se pasa por alto, sin embargo, lo esencial: con la proposición cogito sum se da una nueva determinación de la esencia de “fundamento” y de “principium”. “Fundamento” y “principium” es ahora el SUBIECTUM en el sentido del representar que se representa. Con ello queda decidido de manera nueva en qué sentido esta proposición sobre el SUBIECTUM es el principio fundamental, el principio por excelencia. La esencia de lo que tiene el carácter de principio se determina ahora desde la esencia de la “subjetividad” y por medio de esta última. Lo “axiomático” tiene ahora un sentido diferente respecto de la verdad del axioma que Aristóteles   encuentra, como “principio de no contradicción”, para la interpretación del ente en cuanto tal. El carácter “de principio” de la proposición cogito sum consiste en que determina de modo nuevo la esencia de la verdad y del ser, y lo hace de manera tal que se invoca esta determinación misma como la verdad primera, lo que aquí quiere decir, al mismo tiempo: como lo que es en sentido propio. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

1) ¿En la metafísica de Descartes, cómo es el hombre él mismo y como qué se sabe? El hombre es el fundamento eminente que yace a la base de todo re-presentar del ente y de su verdad, el fundamento sobre el cual se pone y tiene que ponerse todo representar y lo en él representado si ha de tener un estar y una existencia consistente. El hombre es SUBIECTUM en ese sentido eminente. El nombre y el concepto “sujeto” pasan a convertirse ahora, en su nuevo significado, en el nombre propio y la palabra esencial para el hombre. Esto quiere decir: todo ente no humano se convierte en objeto para este sujeto. A partir de este momento, SUBIECTUM no vale ya como nombre y concepto para el animal, el vegetal y el mineral. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

4) ¿De qué manera el hombre, en esta metafísica, recoge y da la medida para la verdad del ente? Con lo anterior, esta pregunta ya ha recibido su respuesta. Puesto que el hombre se ha convertido esencialmente en el SUBIECTUM y la entidad se ha vuelto equivalente a la re-presentatividad y la verdad a la certeza, el hombre dispone aquí esencialmente del ente en cuanto tal en su totalidad, pues proporciona la medida para la entidad de cualquier ente. En el hombre en cuanto SUBIECTUM se encuentra ahora la decisión esencial acerca de qué habrá de afirmarse en general como ente. El hombre es quien tiene, conscientemente y como tarea, esta disposición. El sujeto es “subjetivo” por y en el hecho de que la determinación del ente, y con ella la del hombre mismo, no se encuentra ya estrechada por ningún límite sino que lo ha perdido en todo respecto. La relación con el ente es el avasallante pro-ceder hacia la conquista y el dominio del mundo. El hombre le da al ente la medida en cuanto determina desde sí y en referencia a sí lo que es lícito que valga como ente. Dar la medida es arrogarse la medida por medio de la cual el hombre, en cuanto SUBIECTUM, queda fundado como centro del ente en su totalidad. Hay que tener muy en cuenta, sin embargo, lo siguiente: el hombre no es aquí el yo aislado egoísta, sino que es “sujeto”, lo que quiere decir que el hombre emprende una ilimitada explotación del ente por vía de la representación y el cálculo. En la esencia de la nueva posición metafísica del hombre como SUBIECTUM se halla el fundamento de que la ejecución del descubrimiento y de la conquista del mundo, así como las respectivas iniciativas en esa dirección, tienen que ser asumidas y llevadas a cabo por individuos eminentes. La concepción moderna del hombre como “genio” tiene como presupuesto metafísico la determinación de la esencia del hombre como sujeto. A la inversa, el culto del genio y sus desviaciones no son, por lo tanto, lo esencial de la humanidad moderna, así como tampoco lo son el “liberalismo” y el autogobierno de los estados y las naciones en el sentido de las “democracias” modernas. Que los griegos hubieran pensado al hombre como “genio” es tan inimaginable como profundamente ahistórica la opinión   de que Sófocles   era un “hombre genial”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Qué sucede aquí? Nietzsche retrotrae el ego cogito a un ego volo e interpreta el velle como querer en el sentido de la voluntad de poder, a la que piensa como el carácter fundamental del ente en su totalidad. Pero ¿qué pasaría si la instauración de este carácter fundamental sólo fuera posible sobre el terreno de la posición metafísica fundamental de Descartes? Entonces, la crítica de Nietzsche a Descartes sería un desconocimiento de la esencia de la metafísica que sólo puede asombrar a quien aún no ha comprendido que este autodesconocimiento de la metafísica se ha vuelto una necesidad en el estadio de su acabamiento. La siguiente proposición muestra hasta qué punto Nietzsche se encuentra ya arrojado fuera de los cauces de una meditación metafísica originaria: “El concepto de substancia, una consecuencia del concepto de sujeto: ¡no a la inversa!” (La voluntad de poder, n. 485; 1887). Nietzsche entiende aquí “sujeto” en el sentido moderno. Sujeto es el yo humano. El concepto de substancia no es jamás, como opina Nietzsche, una consecuencia del concepto de sujeto. Pero tampoco el concepto de sujeto es una consecuencia del concepto de substancia. El concepto de sujeto surge de la nueva interpretación de la verdad del ente — que, siguiendo a la tradición, es pensado como ousia  , hypokeimenon y SUBIECTUM — por el hecho de que, sobre la base del cogito sum, el hombre se convierte en lo que propiamente subyace, en aquello quod substat, en substancia. El concepto de sujeto no es otra cosa que la limitación del transformado concepto de substancia al hombre en cuanto representante en cuyo representar lo representado y el representante están fijados en su copertenencia. Nietzsche ignora el origen del “concepto de substancia” porque, a pesar de toda la crítica a Descartes, sin un saber suficiente de la esencia de una posición metafísica fundamental, considera incondicionalmente asegurada la posición fundamental metafísica moderna y deposita todo en la preeminencia del hombre como sujeto. Sin embargo, el sujeto es comprendido ahora como voluntad de poder; en conformidad con ello, también la cogitatio, el pensar, es interpretado de otro modo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Sólo que la puesta en cuestión de la subjetividad en el sentido de la yoidad de la conciencia pensante es compatible, sin embargo, en el pensamiento de Nietzsche, con la asunción incondicionada de la subjetividad en el sentido metafísico, por cierto no reconocido, del SUBIECTUM. Lo que subyace no es para Nietzsche el “yo” sino el “cuerpo”: “La creencia en el cuerpo es más fundamental que la creencia en el alma” (n. 41); y: “ El fenómeno del cuerpo es el fenómeno más rico, más claro, más aprehensible: hay que anteponerlo metódicamente, sin establecer nada sobre su significado último” (n. 489). Ésta es la posición fundamental de Descartes, en el supuesto de que tengamos aún ojos para ver, es decir para pensar metafísicamente. El cuerpo tiene que anteponerse “metódicamente”. Lo que cuenta es el método. Ya sabemos lo que significa: lo que cuenta es el modo de proceder en la determinación de aquello a lo que se retrotrae todo lo fijable. Que hay que anteponer metódicamente el cuerpo quiere decir: tenemos que pensar de modo más claro, aprehensible y manejable que Descartes, pero total y exclusivamente en el mismo sentido que él. El método decide. El hecho de que Nietzsche ponga el cuerpo en el lugar del alma y la conciencia no implica ningún cambio respecto de la posición metafísica fundamental fijada por Descartes. Esta sólo adopta con Nietzsche una forma más basta y es llevada al límite o quizá al ámbito, de la absoluta carencia de sentido. Pero la carencia de sentido no es ya una objeción, en el supuesto de que sea de utilidad para la voluntad de poder. “Esencial: partir del cuerpo y utilizarlo como hilo conductor” (n. 532). Si juntamente con esto pensamos el pasaje ya citado de Más allá del bien y del mal en el que Nietzsche establecía como “realidad” única y determinante “nuestro mundo de los apetitos y pasiones”, reconoceremos con claridad suficiente cuán decididamente la metafísica de Nietzsche se despliega como acabamiento de la posición metafísica fundamental de Descartes, sólo que todo se traslada del ámbito del representar y de la conciencia (de la perceptio) al ámbito del appetitus, de las pulsiones, y se piensa de modo incondicionado desde la fisiología de la voluntad de poder. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En la interpretación platónica de la entidad del ente como idea falta toda huella de una experiencia del ser como “voluntad de poder”. Pero también la fundación cartesiana de la metafísica sobre el representar en cuanto SUBIECTUM sólo parece reinterpretar la idea como idea en cuanto perceptio y pensar el ser como re-presentatividad, en lo cual la certeza se vuelve esencial pero falta igualmente el carácter de voluntad de poder. Con qué claridad el proyecto de la entidad como representatividad busca desplegar la esencia de ésta sin saber nada de una voluntad de poder, está testimoniado por la doctrina kantiana de la objetividad de los objetos. La subjetividad trascendental es la presuposición interna de la subjetividad incondicionada de la metafísica de Hegel  , en la que la “idea absoluta” (el aparecerse-a-sí-mismo del re-presentar incondicionado) constituye la esencia de la realidad efectiva. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Pero la re-presentatividad no es lo que es en el representar y por medio de él? ¿No se ha vuelto visible el re-presentar como la esencia fundamental de la subjetividad del SUBIECTUM? Ciertamente; pero con plenitud esencial sólo cuando reconocimos en qué medida la subjetividad no sólo se convirtió en fundamento determinante del ente como objetividad sino, al mismo tiempo, también en fundamento esencial del ente en su realidad efectiva [Wirklichkeit  ]. Sólo si pensamos la entidad como realidad efectiva se abre una conexión con el efectuar [Wirken] y el llevar a efecto [Erwirken], es decir con el dar poder al poder [Ermächtigen] como esencia de la voluntad de poder. Así existe, en virtud de ello, una relación interna entre la entidad como subjetividad y la entidad como voluntad de poder. Pero tenemos que pensar que sólo en la metafísica de Leibniz   la metafísica de la subjetividad lleva a cabo su comienzo decisivo. Todo ente es SUBIECTUM, mónada. Pero todo ente es también un obiectum determinado por el SUBIECTUM, es objeto. Mediante la subjetividad, la entidad del ente se vuelve ambigua. Ser quiere decir objetividad y al mismo tiempo, realidad efectiva; cada una ocupa el lugar de la otra, ambas se copertenecen. La esencia de la realidad efectiva es la eficacia [Wirksamkeit] (vis); la esencia de la objetividad en cuanto representatividad es la visualidad (idea). La interpretación del SUBIECTUM (de la substantia en cuanto monas) en el sentido de vis primitiva activa (eficacia) es puesta por Leibniz en referencia y en contraste con la distinción medieval de potentia y actus, de manera tal que la vis no es ni potentia ni actus sino ambas a la vez de modo más originario, como unidad de perceptio y appetitus. La distinción de potentia y actus remite a la de Aristóteles entre dynamis   y energeia. Además, el propio Leibniz señala explícitamente en varias ocasiones la conexión entre la vis primitiva activa y la “entelequia” de Aristóteles. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Pero la razón se comprende, desde Descartes, como cogitatio. La razón es la facultad de los “principios”, una facultad de re-presentar de antemano aquello que determina todo lo representable en cuanto a su representatividad, el ser del ente. La razón seria, entonces, la facultad de la distinción de ser y ente. Y puesto que la razón caracteriza a la esencia del hombre, pero éste, pensado modernamente, es sujeto, la distinción de ser y ente, y ya la facultad de tal distinción, se desvela como una propiedad de la subjetividad y quizás como su dotación básica. En efecto, la esencia del SUBIECTUM que llega a destacarse en el comienzo de la metafísica moderna es la representación misma en la plenitud de su esencia: “razón” (ratio) no es más que otro nombre de cogitatio. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

El antropomorfismo pertenece a la esencia de la historia final de la metafísica y determina mediatamente la decisión de la transición, en la medida en que ésta lleva a cabo al mismo tiempo una “superación” del animal rationale   y del SUBIECTUM, y lo hace como un giro en un “punto” de giro que sólo se habrá de alcanzar por su intermedio. El giro: ente — ser —, el punto de viraje del giro: la verdad del ser. El giro no es una inversión, es un girar que penetra en el otro fundamento [Grund] como abismo [Ab-grund]. La carencia de fundamento de la verdad del ser se convierte históricamente en abandono del ser, que consiste en que permanece fuera la desocultación del ser en cuanto tal. Esto da por resultado el olvido del ser, en la medida en que entendamos el olvido sólo en el sentido de quedar fuera del pensar rememorante. En este ámbito hay que buscar inicialmente la razón de que se ponga al hombre como mero hombre, la razón de la humanización del ente. Heideggeriana: VontadePoder  

Esta humanización del mundo sin miramientos y llevada a su extremo se deshace de las últimas ilusiones de la posición metafísica fundamental de la edad moderna y toma en serio la posición del hombre como SUBIECTUM. Nietzsche rechazaría con toda seguridad y con razón todo reproche de banal subjetivismo, de ese subjetivismo que se agota en hacer del hombre que está allí delante, sea como individuo, sea como comunidad, la medida y el fin utilitario de todo. Heideggeriana: VontadePoder

Anteriormente, todo ente es SUBIECTUM, es decir algo que yace delante por sí mismo. Sólo por eso yace y está a la base (hypokeimenon, substans) de todo lo que nace y perece, es decir de todo lo que llega al ser (al presenciar en el modo del yacer delante) y se va de él. La entidad (ousia) del ente es, en toda metafísica, subjetividad en el sentido originario. El término más corriente, pero que no nombra nada diferente, es: “substancialidad”. La mística medieval (Tauler y Suso) traduce subjectum y substancia por “understand” y, en correspondencia literal, objectum por “gegenwurf”. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche  

La consistencia [Beständigkeit  ] fundamenta la constancia [Ständigkeit] a una con el presenciar [Anwesen] (en sentido verbal) como estancia-enfrente [Gegen-ständigkeit, ob-jetualidad], apenas el “enfrente” se torna esencial por obra de la re-praesentatio. ¿Cuándo ocurre esto? En el alzarse del SUBIECTUM qua ego como res cogitans qua certum. Así, la unidad, en cuanto forma transformada de la ousia, determinada ahora desde la verdad como certeza, entra en relación con el re-presentar que, en el respecto y como respecto (representar) mira necesariamente hacia la unidad, y que es el “yo enlazo” en el modo del re-presentar. Inicialmente, en cambio, lo en no es concebido ni desde el “yo pienso” ni desde la idea, sino desde el noein   (Parménides) y desde el logos   en el sentido de Heráclito  , como el reunir que desoculta y cobija. Heideggeriana: HistoriaSer  

SUBIECTUM Heideggeriana: HistoriaSer

La preeminencia del SUBIECTUM en el sentido del ego (Descartes); el existere como esse del ego sum; el repraesentare (percipere) contra el noein en cuanto idein, y éste contra el noein de Parménides. Del ser como presencia se llega al ser como representatividad en el sujeto. Heideggeriana: HistoriaSer

5. El repraesentare como perceptio-appetitus en el sentido de vis primitiva activa es la actualitas   de cada SUBIECTUM en el antiguo sentido y determina la esencia de la substancia como mónada. La diferencia correspondiente entre fenómeno y phainesthai. Heideggeriana: HistoriaSer

El segundo párrafo toca el núcleo de la crítica bajo cuyo dominio se encuentra, gracias a la ciencia, toda crítica filosófica del conocimiento hecha hasta ahora. He el ya no va a usar el nombre ‘filosofía’ en el resto de los párrafos. Va a hablar de ciencia. Porque entretanto la filosofía moderna ha alcanzado la consumación de su esencia, desde el momento en que ha tomado completamente bajo su dominio la tierra firme pisada por ella por primera vez. Dicha tierra es la autocerteza del representar en relación consigo mismo y con lo representado por él. Tomar esa tierra completamente bajo su dominio significa saber en su esencia incondicionada la autocerteza de la autoconciencia y estar en ese saber como en el saber por excelencia. La filosofía es ahora el saber incondicionado dentro del saber de la autocerteza. La filosofía se encuentra dentro del saber como tal como en su casa. Toda la esencia de la filosofía está formada por el saberse incondicionado del saber. La filosofía es la ciencia. Este nombre no significa que la filosofía haya tomado como modelo al resto de las ciencias existentes y que realice perfectamente ese modelo en el ideal  . Si el nombre “la ciencia” aparece en lugar del nombre filosofía dentro de la metafísica absoluta, esto revela que toma su significado de la esencia de la incondicionada autocerteza del sujeto que se sabe a sí misma. El que verdaderamente, esto es, el que con toda certeza subyace ahora es éste, el SUBIECTUM, el hypokeimenon, que la filosofía tiene que reconocer como lo presente desde sus inicios. La filosofía se ha convertido en la ciencia porque sigue siendo la filosofía. Es a ella a quien toca contemplar a lo ente en cuanto ente. Ahora bien lo ente se aparece desde Leibniz de tal manera al pensar, que todo ens qua ens es una res cogitans y en este sentido es sujeto. Que esto sea así no depende de la concepción de dicho pensador, sino del ser de lo ente. Desde luego, el sujeto no es lo subjetivo entendido como el egoísmo que sólo mira por sí mismo. El sujeto se presenta en la relación representadora que mantiene con el objeto. Pero en tanto que tal relación, es ya la relación representadora consigo mismo. El representar presenta al objeto representándoselo al sujeto y en dicha representación el propio sujeto se presenta como tal. La presentación es el rasgo fundamental del saber en el sentido de la autoconciencia del sujeto. La presentación es un modo esencial de la presencia (parousia). Como tal, esto es, como presencia, es el ser de lo ente bajo el modo del sujeto. La autocerteza, en tanto que saberse condicionado en sí, esto es, incondicionado, es la entidad (ousia) del sujeto. El ser sujeto del sujeto, es decir, la relación sujeto-objeto, es la subjetidad del sujeto. La subjetidad consiste en el saberse incondicionado. En el modo del saberse se dispone la esencia del sujeto de tal manera que, para ser sujeto, el sujeto sólo se ocupa del saber por medio de esta disposición. La subjetidad del sujeto es como autocerteza absoluta, “la ciencia”. Lo ente (to on) es en cuanto ente (he on), en la medida en que se encuentra en el modo del saberse incondicionado del saber. Por eso, la presentación que representa dicho ente en cuanto ente, la filosofía, es ella misma la ciencia. Heideggeriana: HegelExperiencia  

Con el necesario cuidado y prudencia y desde la perspectiva las distinciones establecidas por Hegel, se podría aportar una diferencia que ya ha sido nombrada en otro lugar anterior. En la medida en que se dirige directamente hacia el objeto, como algo que es, así como al saber del objeto, asimismo como algo ente, y siempre permanece, la conciencia natural podría recibir el nombre de conciencia óntica. La expresión óntico, inspirada en el griego to on, lo ente, significa aquello que atañe a lo ente. Pero el griego on, “ente”, encierra dentro de sí una esencia propia de entidad (ousia), que en el transcurso de su historia nunca permanece igual. Si utilizamos las palabras on y “ente” pensándolas, el primer presupuesto es que pensemos o, lo que es lo mismo, que nos percatemos en qué medida el significado se transforma y se fija históricamente en cada ocasión. Cuando lo ente se manifiesta como objeto, en la medida en que la entidad ha aparecido a la luz de la objetividad, y cuando de acuerdo con ello el ser es interpelado como lo no objetivo, todo esto reposa ya sobre aquella ontología gracias a la que on ha sido determinado como hypokeimenon, éste como SUBIECTUM y su ser a partir de la subjetidad de la conciencia. Como on significa tanto “ente” como “lo que es”, on en tanto que “ente” puede ser reunido (legein) en dirección a “lo que es”. Hasta se puede decir que, de acuerdo con su ambigüedad, on está ya reunido como ente por mor de su entidad. Es ontológico. Pero con la esencia de on y a partir de ella, ese reunir que es, el logos, se transforma en cada caso y con ella, la ontología. Desde que on, lo que se presenta, se abrió como physis  , la presencia de lo que se presenta reside, para los pensadores griegos, en el phainesthai, en la manifestación de lo no oculto que se muestra a sí misma. De acuerdo con esto, la multiplicidad de lo que se presenta, ta onta  , es pensada como aquello que en su manifestación es simplemente aceptado como lo que se presenta. Aceptar significa aquí tomar sin más ni más y atenerse a lo que se presenta. La aceptación (dechesthai) se queda sin continuidad. Efectivamente, no sigue pensando más allá en la presencia de lo que se presenta. Se queda en la doxa. Por el contrario, el noein es aquel percibir que percibe expresamente lo presente en su presencia y a partir de ahí la emprende con él. Heideggeriana: HegelExperiencia

Lo dialógico de la conciencia óntico-ontológica sólo se puede destacar a partir de lo tético de su representar, motivo por el que la caracterización de la dialéctica por medio de la unidad de tesis, antítesis y síntesis es siempre correcta, pero también siempre sólo derivada. Lo mismo se puede decir de la interpretación de lo dialéctico como negatividad in-finita. Esta se funda en el recogerse — que todo lo atraviesa — de las figuras del diálogo de la conciencia en el concepto absoluto, el cual es la conciencia en su verdad consumada. Lo tético-posicional y la negación negadora presuponen la manifestación originariamente dialéctica de la conciencia, pero no constituyen nunca la composición de su naturaleza. Lo dialéctico no se deja explicar lógicamente a partir de la posición y negación del representar, ni se deja comprobar ónticamente en tanto que una actividad y una forma de movimiento especiales dentro de la conciencia real. Lo dialéctico, en tanto que modo de la manifestación, pertenece al ser, que se despliega como entidad de lo ente a partir de la presencia. Hegel no concibe la experiencia dialécticamente, sino que piensa lo dialéctico a partir de la esencia de la experiencia. Esta es la entidad de lo ente, que en cuanto SUBIECTUM se determina a partir de la subjetidad. Heideggeriana: HegelExperiencia

La essentia   del ens en su esse es la presencia. Pero la presencia está presente en el modo de la presentación. Como, mientras tanto, el ens, el SUBIECTUM, ha llegado a ser res cogitans, la presentación es, en sí misma y al mismo tiempo, re-presentadora, esto es, representación. Eso que Hegel piensa con la palabra experiencia dice en primer lugar lo que es la res cogitans a modo de SUBIECTUM co-agitans. La experiencia es la presentación del sujeto absoluto que se hace presente en la representación y de este modo se absuelve. La experiencia es la subjetidad del sujeto absoluto. La experiencia es, en tanto que presentación de la representación absoluta, la parusía de lo absoluto. La experiencia es la absolutez de lo absoluto, su manifestación en el manifestarse absolvente. Todo depende de pensar la experiencia aquí nombrada como ser de la conciencia. Pero ser quiere decir presencia. La presencia se muestra como manifestación. La manifestación es ahora manifestación del saber. En el ser, en cuya calidad se hace presente la experiencia, reside como carácter de la manifestación el representar en el sentido del presentar. Incluso cuando utiliza la palabra experiencia en su sentido habitual de empíria, Hegel tiene especial cuidado con el momento de la presencia. Entonces entiende bajo experiencia (vid. el prólogo al “Sistema de la Ciencia” en la Fenomenología del Espíritu, ed. Hoffmeister p. 14) “la atención a lo presente como tal”. Hegel no se limita a decir con cautela que la experiencia sea un prestar atención a algo presente, sino también a eso presente en su presencia. Heideggeriana: HegelExperiencia

También el ser de aquello que en la certeza es lo sabido tiene el rasgo fundamental de la presencia. Se presenta como manifestación. Pero en la presencia del saber, esto es, del SUBIECTUM en el sentido de la res cogitans, la manifestación ya no es el mostrarse de la idea como eidos  , sino de la idea como perceptio. La manifestación es ahora la presencia al modo de la presentación en el ámbito de la representación. La manifestación del saber que se manifiesta es la presencia inmediata de la conciencia. Pero esta presencia está presente al modo de la experiencia. Con ella, lo absoluto, el espíritu, accede a “todo el reino de [su] verdad”, el cual se halla desplegado. Pero los momentos de su verdad son las figuras de la conciencia, las cuales, en la marcha de la experiencia, se han desprendido de todo lo que en cada momento parece ser lo verdadero sólo para la conciencia natural, en la medida en que en su historia éste es sólo para ella en cada momento. Si, por el contrario, la experiencia está consumada, la manifestación de lo que se manifiesta ha alcanzado ese puro aparecer bajo cuya forma lo absoluto se presenta absolutamente junto a sí mismo y es la propia esencia. A partir de este puro aparecer reina el poder, que ejerce en la propia conciencia el movimiento de la experiencia. El poder de lo absoluto que reina en la experiencia “empuja a la conciencia a su verdadera existencia”. Existencia significa aquí la presencia al modo del manifestarse. En este punto coincide la pura manifestación de lo absoluto con su esencia. Heideggeriana: HegelExperiencia

Si la metafísica piensa lo ente en su ser como voluntad de poder, piensa necesariamente lo ente como instaurador de valores. Piensa todo en el horizonte de los valores, de la validez de dichos valores, de la desvalorización y la transvaloración. La metafísica de la Modernidad comienza y tiene su esencia en el hecho de que busca lo incondicionadamente indudable, lo cierto, la certeza. Según las palabras de Descartes, se trata de firmum et mansurum quid   stabilire, esto es, conseguir mantener algo firme y estable. Esto estable. en cuanto objeto, le resulta satisfactorio a esa esencia, que reina desde antiguo, de lo ente en cuanto eso que permanentemente se presenta, que subyace siempre en todas partes (hypokeimenon, SUBIECTUM) También Descartes, como Aristóteles, pregunta por el hypokeimenon. En la medida en que Descartes busca ese SUBIECTUM en la vía prediseñada de la metafísica y pensando la verdad como certeza encuentra el ego cogito en cuanto ego permanentemente presente. Así es como el ego sum se convierte en SUBIECTUM, esto es, el sujeto se convierte en autoconciencia. La sujetidad del sujeto se determina a partir de la certeza de esta conciencia. Heideggeriana: NietzscheDeus  

¿Pero de qué tipo es entonces esta verdad del ser de lo ente? Sólo puede determinarse a partir de aquello cuya verdad es. Pero en la medida en que dentro de la metafísica moderna el ser de lo ente se ha determinado como voluntad y por tanto como querer-se, pero el querer-se es en sí el saber-se a sí mismo, lo ente, el hypokeimenon, el SUBIECTUM, se presenta al modo del saber-se a sí mismo. Lo ente (SUBIECTUM) se presenta, concretamente a sí mismo, al modo del ego cogito. Este presentarse a sí mismo, este ponerse delante que llamamos re-presentación, es el ser de lo ente qua suiectum. El saber-se a sí mismo se convierte en sujeto por antonomasia. En ese saber-se a sí mismo se reúne todo saber y lo conocible por él. Es reunión de saber, del mismo modo que la cordillera es la reunión de las montañas. La subjetividad del sujeto es, en cuanto tal reunión, co-agitatio (cogitatio), conscientia, Ge-wissen   [reunión de saber], conscience. Pero la co-agitado ya es en sí un velle, un querer [wollen  ]. Con la subjetidad del sujeto aparece la voluntad en calidad de su esencia. La metafísica moderna piensa el ser de lo ente, en tanto que metafísica de la subjetidad , en el sentido de la voluntad. Heideggeriana: NietzscheDeus

Dentro de la metafísica moderna es Leibniz el primero en pensar el SUBIECTUM como ens percipiens et appetens. A partir del carácter de vis del ens, piensa por primera vez claramente la esencia del ser de lo ente como voluntad. Piensa de manera moderna la verdad de lo ente como certeza. En sus 24 tesis sobre la metafísica, Leibniz dice así (tesis núm. 20): “iustitia nihil aliud est quam ordo seu perfectio circa mentes”. Las mentes, esto es, las res cogitantes, son, según la tesis 22, las primariae Mundi unitates. Verdad como certeza es aseguramiento de la seguridad, es orden (ordo) y comprobación permanente, esto es, acabamiento total, perfección (perfectio) . El carácter de esa puesta en seguridad o aseguramiento de lo que es en primer lugar y verdaderamente ente en su ser, es la iustitia (justicia). Heideggeriana: NietzscheDeus

Todo ente es ahora o lo efectivamente real, en cuanto objeto, o lo eficiente en cuanto objetivación en la que se forma la objetividad del objeto. Representando, la objetivación dispone el objeto sobre el ego cogito. En este disponer se evidencia el ego cómo aquello que subyace a su propio hacer (el dis-poner poniendo-delante o re-presentando), esto es, se evidencia como SUBIECTUM. El sujeto es sujeto para sí mismo. La esencia de la conciencia es la autoconciencia. Por eso, todo ente es o bien objeto del sujeto o bien sujeto del sujeto. En todas partes, el ser de lo ente reside en el poner-se-ante-sí-mismo y, de esta manera, im-poner-se. En el horizonte de la subjetidad de lo ente el hombre se alza a la subjetividad de su esencia. El hombre accede a la subversión. El mundo se convierte en objeto. En esta objetivación subvertidora de todo ente, aquello que en principio debe pasar a disposición del representar el producir, esto es la tierra es desplazado al centro de toda posición y controversia humana. La propia tierra ya sólo puede mostrarse como objeto del ataque que en cuanto objetivación incondicionada, se instaura en el querer del hombre. Por haber sido querida a partir de la esencia del ser, la naturaleza aparece en todas partes como objeto de la técnica. Heideggeriana: NietzscheDeus

Éste tiene que preguntar: ¿Qué significa pues, ser, para que se lo pueda determinar desde el representar, como posición y, posicionalidad? Esta es una pregunta, que nunca planteó Kant, como tampoco las siguientes: ¿Qué significa ser, para que se pueda determinar la posición por la articulación de forma y materia? ¿Qué significa ser, para que en la determinación de la posicionalidad de lo puesto, éste aparezca en la doble forma de sujeto, unas veces como sujeto proposicional en relación al predicado, otras como yo-sujeto en relación al objeto? ¿Qué significa ser, para que sea determinable desde el SUBIECTUM, es decir, desde el hypokeimenon? El sujeto es lo que yace de antemano ahí delante (das Zum-vorarus-schon-Vorliegende), porque está permanentemente presente. Desde el momento que el ser se determina como presencia (Anwesenheit) , lo ente es lo que de antemano yace aquí y delante (das Da  -und Vorliegende), el hypokeimenon La relación con lo ente es el hacer yacer de antemano ahí delante como un modo del tender, del ponere. Allí está incluida la posibilidad del poner y del colocar. Puesto que el ser se despeja como presencia, la referencia al ente como eso que yace de antemano ahí delante puede llegar a ser tender, disponer, representar, poner. En la tesis de Kant sobre el sercomo posición, también en todo el ámbito de su interpretación del ser del ente como objetividad y realidad objetiva, impera el ser en el sentido de un permanente estar presente. Heideggeriana: KantSer  

De ese modo ha quedado desconocida para el pensamiento griego la presencia en el sentido de la objetualidad (Gegenständlichkeit) de los objetos. Para ellos la presencia no se daba nunca como objeto (Objekt). Presencia en el sentido de la objetivación (Objektivität) comienza recién a volverse pensable para la filosofía cuando lo presente — en griego: lo hypokeimenon, lo desde sí mismo preyaciente, en romano  : el SUBIECTUM — fuera encontrado por Descartes en el Ego sum del Ego cogito. Conforme a esto, aparece el yo del hombre, el hombre mismo, como aquel sujeto privilegiado que, en lo venidero, reclamará exclusivamente para sí el nombre de sujeto. Es por eso que, la subjetivación configura de aquí en adelante el dominio dentro del cual y para el cual se constituye recién cualquier objetividad. Heideggeriana: AssuntoPensar