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Rilke

segunda-feira 5 de fevereiro de 2024

Rainer Maria Rilke   (1875-1926)

En el Soneto a Orfeo I, 3, RILKE dice de manera poética qué es lo que determina el pensar y decir poéticos. “Canto es existencia [N. de los T.: Dasein  .]” (vid. Caminos de bosque, pp. 292 ss.). El canto, el decir que canta del poeta, no es ni “deseo” ni “demanda” de lo que finalmente el esfuerzo humano alcanza como efecto. Heideggeriana  : FenoTeo  

¿Es R. M. RILKE un poeta en tiempos de penuria? ¿Qué relación guarda su poetizar con la penuria del tiempo? ¿Hasta dónde se acerca al abismo? ¿Adónde llega el poeta, suponiendo que llega hasta donde puede hacerlo? La poesía válida de RILKE se resume, después de una paciente recolección, en los dos pequeños volúmenes de las Elegías de Duino y los Sonetos a Orfeo. El largo camino hasta esta poesía es, en sí mismo, un camino que pregunta poéticamente. En el transcurso de ese camino, RILKE experimenta más claramente la penuria del tiempo. Los tiempos no son sólo de penuria por el hecho de que haya muerto Dios, sino porque los mortales ni siquiera conocen bien su propia mortalidad ni están capacitados para ello. Los mortales todavía no son dueños de su esencia. La muerte se refugia en lo enigmático. El misterio del sufrimiento permanece velado. No se ha aprendido el amor. Pero los mortales son. Son, en la medida en que hay lenguaje. Todavía se demora un canto sobre su tierra de penuria. La palabra del rapsoda preserva todavía la huella de lo sacro. Lo dice el canto de los Sonetos a Orfeo (1 parte, XIX): Rápido cambia el mundo, — como formas de nubes. — A casa, a lo primigenio, — retorna todo lo consumado. — Por encima del cambio y la marcha, — más grande y libre, dura todavía tu canto previo, — dios de la lira. — No se reconocen los sufrimientos, — no se aprende el amor, — y eso que en la muerte nos aleja, — no se desvela. — Sólo el canto sobre la tierra — consagra y celebra. Heideggeriana  : ParaQuePoetas  

El tiempo es de penuria porque le falta el desocultamiento de la esencia del dolor, la muerte y el amor. Es indigente hasta la propia penuria, porque rehuye el ámbito esencial al que pertenecen dolor, muerte y amor. Hay ocultamiento en la medida en que el ámbito de esa pertenencia es el abismo del ser. Pero aún queda el canto, que nombra la tierra. Qué es el propio canto? ¿Cómo puede ser capaz de él un mortal? ¿Desde dónde canta el canto? ¿Hasta dónde penetra en el abismo? A fin de dirimir si RILKE es un poeta en tiempos de penuria, y en qué medida, esto es, a fin de saber para qué los poetas, intentaremos plantar algunos hitos en el sendero que lleva al abismo. Tomamos como hitos algunas palabras fundamentales de la poesía válida de RILKE. Sólo se pueden comprender a partir del ámbito desde el que han sido dichas. Se trata de la verdad de lo ente, tal como se ha desplegado desde la consumación de la metafísica occidental por medio de Nietzsche  . RILKE ha experimentado y soportado poéticamente, a su manera, ese desocultamiento de lo ente que ha recibido su sello en la consumación. Observemos cómo se muestra lo ente como tal en su totalidad para RILKE. A fin de traer a la vista ese ámbito, nos fijaremos en un poema nacido en el contexto de la poesía consumada de RILKE y, cronológicamente, un poco después de ella. Heideggeriana: ParaQuePoetas

No estamos preparados para la interpretación de las Elegías y los Sonetos, porque el ámbito desde el que hablan no ha sido aún suficientemente pensado en su constitución y unidad metafísica desde la esencia de la metafísica. Pensarlo sigue siendo difícil por dos motivos. Por un lado, porque la poesía de RILKE se queda por detrás de la de Hölderlin   en cuanto a su lugar y rango en la vía histórica del ser. Además, porque apenas conocemos la esencia de la metafísica y no estamos familiarizados con el decir del ser. Heideggeriana: ParaQuePoetas

No sólo no estamos preparados para una interpretación de las Elegías y Sonetos, sino que tampoco debemos hacerla, porque el ámbito esencial del diálogo entre el poetizar y el pensar sólo puede ser descubierto, alcanzado y meditado lentamente. ¿Y quién puede pretender hoy estar tan familiarizado con la esencia de la poesía como con la esencia del pensar y además ser lo suficientemente fuerte como para llevar la esencia de ambos a la extrema discordia y de este modo fundar su acuerdo? El poema que explicaremos a continuación no fue publicado por el propio RILKE. Se encuentra en el volumen publicado en 1934 titulado “Gesammelte Gedichte” (p. 118) y en la colección publicada en 1935 bajo el título “Späte Gedichte” (p. 90). El poema no lleva título. Fue escrito por RILKE en junio de 1924. En una carta escrita a Clara RILKE desde Muzot, el 15 de agosto de 1924, el poeta dice así: “Pero no he sido tan descuidado y perezoso desde todos los puntos de vista; por suerte el barón Lucius obtuvo su hermoso Malte ya antes de mi partida en junio. Hace tiempo que tengo preparada su carta de agradecimiento para mandártela. También te incluyo los versos improvisados que le he escrito en el primer volumen de la bonita edición en cuero”. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Los versos improvisados mencionados aquí por RILKE son los que, según una nota de los editores de las cartas desde Muzot (p. 404), constituyen el siguiente poema: Como la naturaleza abandona a los seres — al riesgo de su oscuro deseo sin — proteger a ninguno en particular en el surco y el ramaje, — así, en lo más profundo de nuestro ser, tampoco nosotros — somos más queridos; nos arriesga. Sólo que nosotros, — más aún que la planta o el animal, — marchamos con ese riesgo, lo queremos, a veces — (y no por interés) hasta nos arriesgamos más — que la propia vida, al menos un soplo — más… Eso nos crea, fuera de toda protección, — una seguridad allí, donde actúa la gravedad de las — fuerzas puras; lo que finalmente nos resguarda — es nuestra desprotección y el que así la volviéramos — hacia lo abierto cuando la vimos amenazar, — para en algún lugar del más amplio círculo, — allí donde nos toca la ley, afirmarla. Heideggeriana: ParaQuePoetas

RILKE llama a este poema “versos improvisados”. Pero eso no visto antes nos abre una visión a partir de la cual somos capaces de pensar más claramente la poesía de RILKE. Que el poetizar también sea un asunto del pensar es algo que tenemos que empezar a aprender en este momento mundial. Tomamos el poema como un ejercicio de automeditación poética. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Lo que RILKE llama naturaleza no está delimitado frente a la historia. Sobre todo, no está entendido como ámbito objetivo de las ciencias de la naturaleza. La naturaleza tampoco está opuesta al arte. Es el fundamento para la historia, el arte y la naturaleza en sentido restringido. En el término naturaleza, aquí usado, todavía flota la resonancia de la temprana palabra physis  , que también es equiparada a la zoe  , lo que traducimos por vida. Pero la esencia de la vida, pensada tempranamente, no está representada biológicamente, sino como physis, como lo que surge. En el poema, verso 9, la “naturaleza” también es llamada “vida”. La naturaleza, la vida, nombran aquí al ser en el sentido de lo ente en su totalidad. En una anotación del año 1885-86 (Voluntad de Poder, afor. 582), Nietzsche escribe así: “El ser: no tenemos de él otra representación fuera de ‘vivir. Entonces cómo algo muerto puede ‘ser’?” Heideggeriana: ParaQuePoetas

RILKE llama a la naturaleza fundamento originario, en la medida en que es el fundamento de ese ente que somos nosotros mismos. Esto indica que el hombre llega más profundamente al fundamento de lo ente que ningún otro ente. Desde antiguo llamamos ser al fundamento de lo ente. La relación del ser que fundamenta con lo ente fundamentado es, aquí con el hombre o allí con la planta y el animal, la misma. Consiste en que el ser “abandona a [su] riesgo” al correspondiente ente. El ser desata y abandona a lo ente en el riesgo. Este abandono que arroja a lo ente es el auténtico riesgo. El ser de lo ente es esta relación con lo ente que consiste en arrojar al riesgo. Todo ente es arriesgado. El ser es el riesgo por excelencia. Nos arriesga a nosotros, los hombres. Arriesga a los seres vivos. Lo ente es, en la medida en que sigue siendo lo arriesgado una y otra vez. Ahora bien, lo ente sigue siendo arriesgado en el ser, esto es, en un arriesgar. Por eso, el ente es abandonado al riesgo, arriesgándose él mismo. Lo ente es, en la medida en que marcha junto con el riesgo en el que es abandonado. El ser de lo ente es el riesgo. Éste reside en la voluntad, que desde Leibniz   se anuncia más claramente como ser de lo ente desvelado en la metafísica. La voluntad que debemos pensar aquí no es la generalización abstracta de un querer en sentido psicológico. Por el contrario, el querer del hombre, experimentado metafísicamente, sigue siendo sólo la deseada contrapartida a la voluntad en cuanto ser de lo ente. En la medida en que RILKE representa la naturaleza como riesgo, la piensa metafísicamente a partir de la esencia de la voluntad. Esta esencia se oculta todavía tanto en la voluntad de poder, como en la voluntad en cuanto riesgo. La voluntad está presente en tanto que voluntad de voluntad. Heideggeriana: ParaQuePoetas

La gravedad aquí citada es, a diferencia de la gravitación física de la que solemos oír hablar, el centro de lo ente en su totalidad. Por eso, RILKE la llama “el inaudito centro” (Sonetos, segunda parte, XXVIII). Es el fundamento en cuanto “medio”, que — mediando — mantiene las cosas unidas y agrupa todo en el juego del riesgo. El centro o medio inaudito es “el eterno contrincante” en el juego universal del ser. El mismo poema, en el que el ser aparece como riesgo, nombra (en los versos 11 y 12) la relación mediadora como “gravedad de las puras fuerzas”. La gravedad pura, el centro inaudito de todo riesgo, el eterno contrincante en el juego del ser, es el riesgo. Heideggeriana: ParaQuePoetas

En la medida en que el riesgo arroja a lo arriesgado, también lo mantiene en la balanza. El riesgo libera a lo arriesgado de tal manera que lo arrojado no es liberado más que a una atracción hacia el centro. En virtud de esa atracción, lo arriesgado es prestado al centro. El riesgo recoge hacia sí una y otra vez a lo arriesgado en esa atracción. Recoger algo y hacerse con algo sacándolo de alguna parte, hacer que nos llegue algo, es lo que llamamos recibirlo o percibirlo. Éste es el sentido originario de la palabra alemana ‘Bezug  ’: recepción, percepción. Todavía hablamos de percibir una mercancía, un sueldo, etc. La atracción que en cuanto riesgo atrae y atañe a todo ente y lo mantiene dentro de esa atracción hacia sí, es la percepción por excelencia. La palabra percepción es un término fundamental de la poesía válida de RILKE, concretamente en giros como “la pura percepción”, “la completa”, “la verdadera”, “la más clara”, “la otra percepción” (esto es, la misma percepción desde otro punto de vista). Heideggeriana: ParaQuePoetas

La “percepción” [’Bezug’] de RILKE sólo se comprende a medias o, lo que es lo mismo, no se entiende en absoluto, en el caso de que se conciba únicamente en el sentido de la palabra ‘relación’. La mala interpretación del término se hace aún más grave cuando se concibe esta relación como el referirse del Yo humano al objeto. Este significado, esto es, “referirse a”, es el más reciente desde el punto de vista histórico. Aunque, desde luego, el término “Bezug” de RILKE también conoce ese significado, no lo adopta en primera línea, sino únicamente desde el fundamento del sentido más originario. El giro “la completa percepción” no es pensable si nos representamos la palabra ‘Bezug’ como mera relación. La gravedad de las fuerzas puras, el centro inaudito, la pura percepción, la completa percepción, la plena naturaleza, la vida, el riesgo, son lo mismo. Heideggeriana: ParaQuePoetas

RILKE gusta de llamar con el término “lo abierto” a esa completa percepción a la que queda abandonado todo ente en cuanto arriesgado. Se trata de otra palabra fundamental de su poesía. “Abierto” significa en el lenguaje de RILKE eso que no cierra o impide el paso. No cierra porque no pone límites. No limita, porque dentro de sí está libre de todo límite. Lo abierto es la gran totalidad de todo lo ilimitado. Permite que los seres arriesgados pasen dentro de la pura percepción en su calidad de atraídos, de tal modo que siguen pasando múltiplemente los unos hacia los otros sin toparse con barrera alguna. Pasando atraídos de esta manera, eclosionan en lo ilimitado, lo infinito. No se disuelven en la nada anuladora, sino que se resuelven en la totalidad de lo abierto. Heideggeriana: ParaQuePoetas

A lo que RILKE se refiere con esa palabra no es a algo que se determine en absoluto por medio de la apertura en el sentido del desocultamiento de lo ente, que permite que lo ente se haga presente como tal. Si intentáramos interpretar eso abierto a lo que alude RILKE en el sentido del desocultamiento y de lo que se desoculta, habría que decir que lo que RILKE experimenta como abierto es precisamente lo cerrado, lo no iluminado, lo que sigue su camino hacia lo ilimitado de tal modo que no puede toparse ni con algo inusual ni con nada en absoluto. En donde hay algo que sale al encuentro surge un límite. Donde hay limitación lo limitado es reconducido y empujado hacia sí mismo y por tanto retraído hacia sí mismo. La limitación desvía, cierra la relación con lo abierto y convierte esa misma relación en una relación desviada. La limitación dentro de lo ilimitado nace en la representación humana. Lo que se encuentra enfrente no le permite al hombre ser inmediatamente en lo abierto. En cierto modo, excluye al hombre del mundo y lo sitúa ante el mundo, siendo aquí “el mundo” lo ente en su totalidad. Por el contrario, lo mundano es lo abierto mismo, la totalidad de lo no objetivo. Pero el término “ o abierto”, como la palabra “riesgo”, es ambiguo en cuanto término metafísico. Significa tanto la totalidad de las percepciones ilimitadas de la pura percepción, como la apertura en el sentido de la falta de límites reinante en todas partes. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Lo abierto permite entrar. Pero esto no significa un permiso para entrar y acceder a lo cerrado, como si lo oculto hubiera de desvelarse para poder manifestarse como algo no oculto. Permitir entrar significa traer y ordenar dentro de la totalidad no iluminada de la atracción de la pura percepción. Este permiso de entrada tiene, en cuanto manera de ser de lo abierto, el carácter de una implicación al modo de la gravedad de las fuerzas puras. Cuanto menos se le niega al riesgo la entrada en la pura percepción, tanto más forma parte de la gran totalidad de lo abierto. Por eso, RILKE llama a los seres que son inmediatamente arriesgados en esa grandeza y se mecen en ella “las cosas de mucha costumbre”, es decir, las cosas habituales, cotidianas (Späte Gedichte, p. 22). El hombre no forma parte de ellas. La octava elegía de Duino canta la diferente relación que mantienen los seres vivos y el hombre con lo abierto. La diferencia reside en los distintos grados de la conciencia. La diferenciación de lo ente según este punto de vista es, desde Leibniz, moneda corriente de la moderna metafísica. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Se puede saber lo que piensa RILKE cuando usa la palabra “lo abierto” gracias a una carta escrita por él a un lector ruso, que le había hecho preguntas sobre su octava elegía, en su último año de vida (25 de febrero de 1926) (vid. M. Betz, “RILKE in Frankreich. Erinnerungen-Briefe-Dokumente”, 1938, p. 289). RILKE escribe lo siguiente: “Usted debe entender el concepto de ‘abierto’, que he intentado proponer en esa elegía, de tal manera que el grado de conciencia del animal sitúa a éste en el mundo sin que tenga que enfrentarse permanentemente a él (como hacemos nosotros); el animal está en el mundo; nosotros estamos ante el mundo debido a ese curioso giro y a la intensificación que ha desarrollado nuestra conciencia”. RILKE continúa: “Con ‘lo abierto’ no me refiero por tanto a cielo, aire y espacio; para el que contempla y juzga éstos también son ‘objetos’ y en consecuencia ‘opacos’ y cerrados. El animal, la flor, son presumiblemente todo aquello sin darse cuenta y por eso tienen ante ellos y sobre ellos esa libertad indescriptiblemente abierta que tal vez sólo tenga equivalentes (muy pasajeros) en los primeros instantes de amor — cuando un ser humano ve en otro, en el amado, su propia amplitud — o en la exaltación hacia Dios”. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Planta y animal están incluidos dentro de lo abierto. Están “en el mundo”. El “en” significa que están inscritos, de modo no iluminado, dentro de la corriente de atracción de la pura percepción. La relación con lo abierto es — si todavía podemos hablar aquí de una relación “con” — una inconsciente imbricación, puramente ansiosa y atrayente, en la totalidad de lo ente. Con la intensificación de la conciencia, cuya esencia es para la metafísica moderna la representación, también aumenta el estado y la forma de estar enfrentados de los objetos. Cuanto mayor es la conciencia, tanto más excluido del mundo se ve el ser consciente. Por eso, en el lenguaje de la carta citada, el hombre está “ante el mundo”. No se encuentra inscrito en lo abierto. El hombre se encuentra frente al mundo. No habita inmediatamente en la corriente y soplo de la completa percepción. Dicho pasaje de la carta hace progresar muy especialmente la comprensión de lo abierto, porque RILKE niega ahí expresamente que haya que pensar lo abierto en el sentido de la apertura del cielo y el espacio. El pensamiento de lo abierto en el sentido de la esencial y más originaria claridad del ser, se encuentra completamente al margen de la poesía de RILKE, que permanece cubierta por la sombra de una metafísica nietzscheana algo dulcificada. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Oscuro se entiende aquí en el sentido de sordo: que no irrumpe fuera de la corriente de atracción de ese ilimitado seguir pasando que no se ve molestado por un continuo relacionar todo en todos los sentidos, forma bajo la que se precipita la representación consciente. Oscuro significa al mismo tiempo, como en el caso del sonido sordo, eso que yace en la profundidad y tiene la naturaleza de un soporte. Oscuro no se entiende en el sentido negativo de romo o pesado. RILKE no piensa el oscuro deseo como algo bajo o inferior. Da testimonio de la pertenencia de las citadas cosas de mucha costumbre de la naturaleza a la totalidad de la pura percepción. Por eso puede decir RILKE en una poesía tardía: “que para nosotros el ser de las flores sea grande” (Späte Gedichte, p. 89; vid. Sonetos, segunda parte, XIV). Así como el citado pasaje de la carta piensa el hombre y los seres vivos desde el punto de vista de su diferente relación de conciencia con lo abierto, del mismo modo, el poema llama a los “seres” y a “nosotros” (los hombres) desde la perspectiva de su diferente relación con el riesgo (versos 5 y ss.): …Sólo que nosotros, — más aún que la planta o el animal, — marchamos con ese riesgo… Heideggeriana: ParaQuePoetas

En la medida en que lo abierto es experimentado por RILKE como lo no objetivo de la plena naturaleza, el mundo de ese hombre que quiere debe destacarse, por el contrario y del modo adecuado, como lo objetivo. A la inversa, una mirada que contempla en el exterior la totalidad intacta de lo ente, puede captar, a partir de las manifestaciones de la técnica en vías de instauración, una señal procedente del ámbito del que tal vez pueda venir una superación de lo técnico más constructiva y originaria. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Las construcciones informes de la producción técnica se interponen ante lo abierto de la pura percepción. Las cosas que fueron creciendo anteriormente desaparecen a toda velocidad. Ya no pueden mostrar lo que les es propio a través de la objetivación. En una carta del 13 de noviembre de 1925, RILKE escribe así: Todavía para nuestros abuelos una ‘casa’, una ‘fuente’, una torre conocida, incluso su propio vestido, su abrigo, eran infinitamente más e infinitamente más familiares; casi cada cosa era un recipiente en el que encontraban algo humano y acumulaban lo humano. Ahora, procedentes de América, nos invaden cosas vacías e indiferentes, cosas sólo aparentes, engañifas de vida… Una casa, según la concepción americana, una manzana americana o un racimo de uvas de los de allí, no tienen nada en común con la casa, el fruto, el racimo en el que se habían introducido la esperanza y la meditación de nuestros ancestros… (Cartas desde Muzot, pp. 335 y s.). Heideggeriana: ParaQuePoetas

Pero lo americano sólo es una reacción concentrada de la esencia de la voluntad moderna de lo europeo sobre una Europa   para la que, claro está, en la consumación de la metafísica llevada a cabo por Nietzsche, por lo menos ya se han pensado previamente los ámbitos de la esencial cuestionabilidad de un mundo en el que el ser comienza a imponer su dominio como voluntad de voluntad. No es lo americano lo que nos amenaza hoy en primer lugar, sino que la esencia inexperimentada de la técnica ya amenazaba a nuestros antepasados y a sus cosas. La lección que podemos extraer de la meditación de RILKE no reside en su intento por salvar todavía las cosas de sus antepasados. Pensando con mayor antelación, debemos reconocer qué es lo que se torna cuestionable en relación con el carácter de cosa de las cosas. RILKE también escribe ya anteriormente, desde Duino, el 1 de marzo de 1912, lo siguiente: “El mundo se repliega, pues también por su parte las cosas hacen lo mismo, en la medida en que van desplazando cada vez más su existencia a la vibración del dinero, construyéndose allí una especie de espiritualidad que ya está superando su realidad tangible. En la época de la que me ocupo [RILKE se refiere al siglo XVI] el dinero todavía era oro, todavía era un metal, una cosa bella, la más manejable, la más inteligible de todas” (Cartas, 1907-14, pp. 213 y ss.). Todavía una década antes, RILKE publica en el “Libro de la peregrinación” (1901), el segundo del “Libro de las horas”, los siguientes versos de anticipadora clarividencia (Obras Completas, vol. II, p. 254): Los reyes del mundo son viejos — y no tendrán herederos. — Los hijos mueren ya de niños, — y sus pálidas hijas entregaron — al más fuerte las enfermas coronas. — El vulgo las trocea para hacer monedas, — el nuevo señor del mundo — las dilata en el fuego para hacer máquinas — que sirvan rugientes a su voluntad; — pero la dicha no está con ellas. — El metal siente añoranza. Y quiere — abandonar las monedas y ruedas, — que le enseñan una vida pequeña. — Y de las fábricas y las cajas fuertes — retornará a los filones de las montañas, — cuyas fallas se cerrarán nuevamente tras él. Heideggeriana: ParaQuePoetas

El poema de RILKE piensa el hombre como el ser que se arriesga en un querer, el cual, sin experimentarlo ya, es querido en la voluntad de voluntad. Queriendo así, el hombre puede marchar de tal modo con el riesgo, que se autopropone como ese que impone a todo lo que existe su hacer y dejar de hacer. Así, el hombre arriesga más que la planta o el animal. De acuerdo con esto, también se encuentra en el peligro de distinta manera que ellos. Heideggeriana: ParaQuePoetas

La técnica es la instauración incondicionada — situada en la autoimposición del hombre — de la desprotección incondicionada sobre el fundamento de la aversión reinante en toda objetivación contra la pura percepción, bajo cuya forma el inaudito centro de todo ente atrae hacía sí todas las fuerzas puras. La producción técnica es la organización de la separación. La palabra separación es, en el sentido recién esbozado, otra palabra fundamental de la poesía válida de RILKE . Heideggeriana: ParaQuePoetas

RILKE dice así en los versos 5 y ss.: … Sólo que nosotros, — más aún que la planta o el animal, — marchamos con ese riesgo, lo queremos. Y en la misma línea sigue así: … a veces — (y no por interés) hasta nos arriesgamos más — que la propia vida, al menos un soplo — más… Heideggeriana: ParaQuePoetas

El “y” conduce a la explicación que dice de qué modo es posible eso tan extraño, el hecho de que nuestra desprotección nos procure una seguridad fuera de toda protección. Ahora bien, la desprotección nunca resguarda porque la invirtamos cada vez que se torna amenazadora. La desprotección resguarda sólo en la medida en que ya la hemos invertido, en que ya la hemos vuelto hacia lo abierto. RILKE dice: “que así la volviéramos hacia lo abierto”. En ese volverse reside un modo destacado de inversión. En ese volverse, la desprotección se encuentra de antemano invertida en su esencia, como una totalidad. Lo destacado del volverse consiste en que hayamos visto esa desprotección como eso que amenaza. Sólo semejante haber visto contempla el peligro. Ve que la desprotección como tal amenaza a nuestra esencia con la pérdida de su pertenencia a lo abierto. En este haber visto es en donde debe residir el volverse o la inversión. Una vez invertida, la desprotección se encuentra en “lo abierto”. Habiendo visto el peligro en tanto que peligro esencial, tenemos que haber llevado a cabo la inversión de la aversión contra lo abierto. Esto implica que lo abierto mismo tiene que haberse vuelto hacia nosotros de una manera tal que podemos volver hacia él nuestra desprotección… — para, en algún lugar del más amplio círculo, — allí, donde nos toca la ley, afirmarla. Heideggeriana: ParaQuePoetas

¿Cuál o qué es el más amplio círculo? RILKE piensa presumiblemente en lo abierto y concretamente según un determinado punto de vista. El más amplio círculo rodea todo lo que es. El círculo engloba o abraza a todo lo ente, de tal modo que en esta unificación es el ser de lo ente. Pero ¿qué significa “ente”, “lo que es”? Cierto que el poeta nombra lo ente en su totalidad con las palabras “naturaleza”, “vida”, “lo abierto”, “la completa percepción”. Es más, siguiendo la costumbre del lenguaje metafísico hasta nombra esa totalidad redonda de lo ente con el término “el ser”. Pero nunca llegamos a saber qué esencia tiene ese ser. Aunque ¿no se dice ya algo cuando RILKE llama al ser el riesgo que todo lo arriesga? No cabe duda. Por lo tanto, también intentamos volver a pensar lo así nombrado en la esencia moderna del ser de lo ente dentro de la voluntad de voluntad. Sólo que ahora el discurso sobre el más amplio círculo no nos dice nada preciso si intentamos pensar lo así nombrado como lo ente en su totalidad y el círculo unificador como el ser de lo ente. Heideggeriana: ParaQuePoetas

¿Se refiere la expresión de RILKE acerca del más amplio círculo a ese carácter esférico del ser? No sólo no hay nada que nos permita pensar esto, sino que la caracterización del ser de lo ente como riesgo (voluntad) habla completamente en contra de dicha acepción. Sin embargo, RILKE mismo habla en una ocasión de la “esfera del ser” en un contexto que atañe directamente a la interpretación del discurso sobre el más amplio círculo. En una carta del día de Reyes de 1923 (vid. Inselalmanach, 1938, p. 109) RILKE escribe así: “como la luna, seguramente la vida también tiene una cara siempre oculta que no es su contrario, sino lo que le falta para la perfección, la completitud, para la verdadera, salva y completa esfera del ser”. Por mucho que no debamos forzar una imagen corporal a partir del cuerpo celeste que se representa aquí objetivamente, no deja de estar claro que en este caso RILKE no piensa lo esférico desde la perspectiva del ser en el sentido de la presencia iluminadora y unificadora, sino desde la perspectiva de lo ente en el sentido del número completo de todas sus caras. La esfera del ser aquí citada, esto es, de lo ente en su totalidad, es lo abierto en cuanto lo cerrado de las puras fuerzas que, carentes de límites, fluyen y actúan las unas sobre las otras. El más amplio círculo es la completitud de toda la percepción de la atracción. A este más amplio círculo corresponde en cuanto centro más poderoso “el inaudito centro” de la gravedad pura. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Si volvemos la desprotección como tal hacia lo abierto, entonces la invertimos en su esencia — esto es, en tanto que separación frente a la pura percepción —, la volvemos hacia el más amplio círculo. Sólo nos queda afirmar lo así invertido. Pero semejante afirmación no significa transformar el no en un sí, sino reconocer lo positivo como lo ya presente, lo que yace ante nosotros. Esto ocurre cuando dejamos que la desprotección invertida pertenezca a ese lugar dentro del más amplio círculo “donde nos toca la ley”. RILKE no dice ‘una ley’ ni tampoco piensa en una regla. Piensa en eso que “nos toca”. ¿Quiénes somos nosotros? Somos los que quieren, que instauran el mundo como objeto a la manera de la autoimposición intencional. Si nos vemos tocados desde el más amplio círculo, nuestra propia esencia se ve tocada. Tocar significa poner en movimiento. Nuestra esencia es puesta en movimiento. En ese tocar, nuestro querer se ve conmovido, de tal modo que sólo entonces la esencia del querer llega a la apariencia y al movimiento. Es sólo entonces cuando el querer se convierte en un querer dispuesto. Heideggeriana: ParaQuePoetas

El más amplio círculo de lo ente se torna presente en el ámbito interno del corazón. La totalidad del mundo llega aquí, de acuerdo con todas sus percepciones, a una presencia igual de esencial. Utilizando el lenguaje de la metafísica RILKE dice para ello “existencia”. La completa presencia del mundo es, en su más amplia acepción, “existencia mundanal”. Se trata de otro nombre para lo abierto, a partir de otro modo de nombrar, que ahora piensa lo abierto en la medida en que la aversión representadora y productiva contra lo abierto se ha vuelto, a partir de la inmanencia de la conciencia calculadora, hacia la intimidad del corazón. Por eso, el espacio íntimo del corazón para la existencia mundanal se llama también “espacio interno del mundo”. “Mundial” significa la totalidad de lo ente. Heideggeriana: ParaQuePoetas

En una carta desde Muzot del 11 de agosto de 1924, RILKE escribe así: Por muy extendido que esté lo ‘externo’ apenas soporta con todas sus distancias siderales una comparación con las dimensiones, con la dimensión profunda de nuestro interior, que ni siquiera precisa la generosa espaciosidad del universo para ser casi interminable en sí. Así pues, si los muertos, si los que están por venir precisan una estancia, ¿qué refugio les podría resultar más agradable y señalado que este espacio imaginario? A mí siempre me parece como si nuestra conciencia habitual habitara la cima de una pirámide cuya base se extendiera tan completamente por dentro de nosotros (y hasta cierto punto por debajo de nosotros), que cuanto más capaces nos vemos de aposentarnos en ella, tanto más universalmente inscritos nos sentimos en aquellas cosas que, independientes del espacio y del tiempo, nos son dadas en la existencia terrestre o, en el sentido más amplio, en la existencia mundanal. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Frente a esto, lo objetivo del mundo queda saldado en esa representación, que trata con el tiempo y el espacio como quanta del cálculo, y puede saber tan poco de la esencia del tiempo como de la esencia del espacio. RILKE tampoco piensa más a fondo la espacialidad del espacio interior del mundo, ni tan siquiera se pregunta si acaso ese espacio interior del mundo, puesto que le ofrece una estancia a la presencia mundial, no se fundamenta con dicha presencia en una temporalidad cuyo tiempo esencial constituye, con el espacio esencial, la unidad originaria de ese espacio-tiempo, bajo cuya forma se presenta el propio ser. Heideggeriana: ParaQuePoetas

En lugar de esto, RILKE intenta comprender dentro de la estructura esférica de la metafísica moderna, esto es, dentro de la esfera de la subjetidad como esfera de la presencia interna e invisible, esa desprotección establecida por la esencia autoimpositiva del hombre, de tal modo que la propia desprotección, que ha sido invertida, nos resguarda en el ámbito más íntimo e invisible del más amplio espacio interno del mundo. La desprotección en cuanto tal resguarda. Efectivamente, le da a la esencia del hombre, en cuanto interior e invisible, la señal para una inversión de la aversión contra lo abierto. La inversión señala el ámbito interno de lo interior. La inversión de la conciencia es por lo tanto una interiorización rememorante que vuelve la inmanencia de los objetos de la representación en una presencia dentro del espacio del corazón. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Para la poesía de RILKE el ser de lo ente está determinado metafísicamente como presencia mundial que permanece siempre referida a la representación en la conciencia, ya tenga ésta el carácter de la inmanencia de la representación calculadora o el de la vuelta interna hacia lo abierto, accesible por medio del corazón. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Pero si cuando se crea una seguridad el hombre se siente tocado por la ley de todo el espacio interno del mundo, esto quiere decir que se ve tocado y conmovido en su propia esencia, por el hecho de que ya es ese que dice en cuanto ese ser que se quiere a sí mismo. Sin embargo, en la medida en que la creación de una seguridad procede de los que arriesgan más, éstos tienen que arriesgarse al lenguaje. Los que arriesgan más arriesgan el decir. Pero cuando el recinto de ese riesgo, el lenguaje, pertenece al ser de esa única manera por encima y fuera de la cual no quiere que haya nada de su mismo género, ¿en qué dirección debe ser dicho lo que deban decir esos que dicen? Su decir atañe a esa inversión rememorante de la conciencia, que vuelve nuestra desprotección hacia lo invisible del espacio interno del mundo. Porque atañe a la inversión su decir no sólo habla desde ambos ámbitos, sino a partir de la unidad de ambos, en la medida en que ya ha ocurrido en tanto que unificación salvadora. Por eso, donde la totalidad de lo ente es pensada como lo abierto de la pura percepción, la inversión rememorante tiene que ser un decir que le dice lo que tiene que decir a un ser que ya está seguro en la totalidad de lo ente, porque ya ha consumado la transformación de lo visible representable en lo invisible del corazón. Este ser se ve inscrito en la pura percepción por cada una de las dos caras de la esfera del ser. Este ser, para el que apenas prevalecen límites y diferencias entre las percepciones, es el ser que gobierna y hace aparecer el centro inaudito del más amplio círculo. Este ser es en las Elegías de Duino de RILKE, el ángel. Este nombre vuelve a nombrar una palabra fundamental de la poesía de RILKE. Es, como “lo abierto”, “la percepción”, “la separación”, “la naturaleza”, una palabra fundamental, porque lo dicho con ella piensa la totalidad de lo ente a partir del ser. En la carta del 13 de noviembre de 125 (loc. cit. p. 337), RILKE escribe lo siguiente: El ángel de las Elegías es esa criatura en la que ya aparece consumada la trasformación de lo visible en invisible que nos esforzamos por llevar a cabo… El ángel de las Elegías es ese ser que garantiza reconocer en lo invisible un rango más elevado de la realidad. Heideggeriana: ParaQuePoetas

En qué medida dentro de la consumación de la moderna metafísica la relación con semejante ser forma parte del ser de lo ente, en qué medida la esencia del ángel de RILKE, a pesar de todas las diferencias de contenido, es metafísicamente lo mismo que el Zarathustra de Nietzsche, sólo puede mostrarse a partir de un desarrollo más originario de la esencia de la subjetividad. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Por contra, en cuanto ese que se autoimpone intencionalmente, el hombre es arriesgado en la desprotección. La balanza del peligro permanece en manos del hombre así arriesgado esencialmente inquieta. El hombre que se quiere a sí mismo cuenta siempre con las cosas y los hombres como con elementos objetivos. Lo contabilizado se convierte en mercancía. Todo cambia constantemente transformándose en nuevos órdenes. La separación frente a la pura percepción se instala en la inquietud de la balanza constantemente sopesadora. Por medio de la objetivación del mundo y en contra de su propia intención, la separación da lugar a lo inconstante. Arriesgado de esta manera en la desprotección, el hombre se mueve en el medio de los negocios y el “cambio”. El hombre que se autoimpone vive de las apuestas de su querer. Vive esencialmente arriesgando su esencia en la vibración del dinero y el valer de los valores. El hombre, como permanente cambista e intermediario es “el mercader”. Pesa y sopesa constantemente y sin embargo no conoce el auténtico peso de las cosas. Tampoco sabe nunca lo que dentro de él tiene verdaderamente peso y pesa más que nada. En uno de sus poemas tardíos (pp. 21 y ss.) RILKE dice así: ¡Ah! ¡Quién sabe lo que predomina en él! — ¿Clemencia? ¿Terror? ¿Miradas, voces, libros? Pero, al mismo tiempo, fuera de toda protección, el hombre puede encontrar una “seguridad”, en la medida en que vuelve la desprotección como tal hacia lo abierto y la introduce en el espacio del corazón de lo invisible. Siendo esto así, lo inquieto de la desprotección pasa al lugar donde, en la unidad equilibrada del espacio interno del mundo, aparece el ser que hace que brille el modo en que esa unidad unifica y de esta manera representa al ser. La balanza del peligro pasa del ámbito del querer calculador al ángel. Se conservan cuatro versos de la última época de RILKE que parecen representar el inicio de un proyecto para un poema más largo. No es necesario decir nada más sobre esos versos. Rezan así (Obras Completas, vol. III, p. 438). — Cuando de manos del mercader — la balanza pasa — a las del ángel, quien en el cielo — la aquieta y apacigua con el equilibrio del espacio. Heideggeriana: ParaQuePoetas

La característica que distingue a estos poetas reside en que la esencia de la poesía se torna para ellos en algo cuestionable, porque se encuentran, poéticamente, sobre el rastro de lo que, para ellos, hay que decir. En el rastro hacia lo salvo, RILKE llega a la pregunta poética que se pregunta cuándo hay un canto que cante esencialmente. Esta pregunta no se encuentra al principio   del camino poético, sino allí, donde el decir de RILKE accede al oficio y vocación de poeta de la poesía que corresponde a la era del mundo que está llegando. Esta era no es ni decadencia ni declive. Como destino, reside en el ser y reclama al hombre. Heideggeriana: ParaQuePoetas

Si RILKE es un “poeta en tiempos de penuria”, entonces su poesía es la única que responde a la pregunta de para qué es poeta y hacia dónde se encamina su canto, a qué lugar del destino de la noche del mundo pertenece el poeta. Este destino decide qué sigue siendo destinal dentro de esta poesía. Heideggeriana: ParaQuePoetas

En 1910 Norbert v. Hellingrath. que cayó en Verdun en 1916, publicó por vez primera las traducciones de Píndaro   a partir de manuscritos de Hölderlin. Luego, en 1914, siguió la primera edición de los Himnos tardíos de Hölderlin. Ambos libros fueron, para nosotros estudiantes, como un terremoto. El propio Stefan George, quien había orientado a Norbert v. Hellingrath hacia Hölderlin, recibió por medio de estas publicaciones — lo mismo que RILKE — impulsos decisivos. Desde entonces la poesía de Stefan George se acerca cada vez más al canto. Con ello presiente ya lo que dice Nietzsche en la tercera parte de Así habló Zarathustra, al final de la obra titulada De la Gran Nostalgia: “Oh mi alma, ahora te lo he dado todo y también mi último bien, y contigo todas mis manos se han vaciado: que yo te pidiera cantar, ves, éste era mi último bien!” (WW VI, 32?). Heideggeriana: EssenciaLinguagem  

Qué sea el “es” del lenguaje poético, que también es usado por RILKE y Benn, fue objeto de eventual aclaración. Por de pronto cabe decir que si constata el estar delante de algo, lo hace en tan escasa medida como el “Se da”. Mas a diferencia del ordinario “Se da”, lo que nombra no es el estar disponible de aquello que se da, sino a esto precisamente como un indisponible, a lo concerniente como lo extraño, lo demoníaco. Así la referencia al hombre es conombrada con el “es”, y con mayor nitidez por cierto que en el ordinario “se da”. Lo que quiere decir este “es” sólo se lo puede pensar desde el acaecimiento apropiador. Mas ello quedó por tratar, al igual que la relación entre el “es” del poetizar y el “se da” del pensar. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer  

P. Ha sorprendido frecuentemente una ruptura similar presente en su obra. Se habla de un Heidegger I y de un Heidegger II. Bruscamente sobreviene un cambio de estilo. Parece abandonar el camino árido de la interrogación metafísica para interrogar a los poetas, Hölderlin, Morike, Hebel, RILKE y especialmente Trakl. Heidegger: Ya lo he escrito: la filosofía y la poesía se encuentran sobre montes opuestos, pero sin embargo dicen la misma cosa. Heideggeriana: Towarnicki