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Husserl

segunda-feira 5 de fevereiro de 2024

Mis estudios académicos comenzaron en el verano de 1909-1910, en la Facultad de Teología de la Universidad de Friburgo. Pero el trabajo principal, dedicado a la teología, dejaba aún espacio suficiente para la filosofía, que pertenecía desde luego al plan de estudios. Así que desde el primer semestre estuvieron en mi pupitre los dos volúmenes de las Investigaciones lógicas de HUSSERL  , que pertenecían a la Biblioteca de la Universidad. El plazo de devolución podía prorrogarse fácilmente una y otra vez. Se veía que la obra era poco solicitada por los estudiantes. Pero, ¿cómo es que vino a parar al entorno, tan extraño para ella, de mi pupitre? Por bastantes indicaciones de revistas filosóficas yo me había enterado de que el modo de pensar de HUSSERL estaba influido por Franz Brentano  , cuya disertación de 1862 Del múltiple significado del ente según Aristóteles   había sido guía y criterio de mis torpes primeros intentos de penetrar en la filosofía. De un modo bastante impreciso me movía la reflexión siguiente: “Si el ente viene dicho con muchos significados, ¿cuál será entonces el significado fundamental y conductor? ¿Qué quiere decir ser?” El último año de mi época del Bachillerato había tropezado con el escrito del por aquel entonces catedrático de Dogmática de la Universidad de Friburgo, Carl Braig: Del ser. Compendio de ontología, que había aparecido en 1896, cuando su autor era profesor extraordinario de Filosofía en la Facultad friburguesa de Teología. Las secciones principales del escrito llevaban siempre al final largos textos de Aristóteles, de Tomás de Aquino   y de Suárez, a más de la etimología de los términos correspondientes a los conceptos capitales de la ontología. Heideggeriana  : CaminoFenomenologia

Lo que yo esperaba de las Investigaciones lógicas de HUSSERL era un impulso decisivo a las preguntas suscitadas por la disertación de Brentano. Pero mis esfuerzos eran vanos porque, como sólo mucho más tarde habría de darme cuenta, yo no buscaba en la dirección correcta. Y, sin embargo, estaba tan afectado por la obra de HUSSERL que seguí leyéndola una y otra vez en los años siguientes, sin alcanzar una inteligencia suficiente de lo que me ataba a ella. El encanto emanado de esa obra se extendía hasta el exterior de las guardas y la portada. Sobre ésta — cosa que hoy me salta a la vista tanto como entonces — me encontraba con el nombre de la editorial Max Niemeyer, un nombre que se vinculaba con otro para mí extraño: el de “Fenomenología”, que aparecía en el subtítulo del segundo volumen. Y así como poco sabía yo por aquellos años de la editorial Max Niemeyer y de su quehacer, en igual escasa medida y de un modo igual de vacilante tenía yo comprensión del título “Fenomenología”. Sin embargo, pronto debía verse con mayor claridad hasta qué punto se correspondían ambos nombres: el de la editorial Niemeyer y el de Fenomenología. Heideggeriana  : CaminoFenomenologia

Por un tiempo se difuminaría ciertamente este ámbito, pasando a un segundo plano — en comparación con lo tratado por Heinrich Rickert en sus sesiones de seminario — los dos escritos de su discípulo Emil Lask, que ya en 1915 había caído como soldado raso en el frente de Galitzia. Rickert dedicaría “al amigo querido” su obra, aparecida en el mismo año, y que era la tercera edición, completamente reelaborada, de El objeto del conocimiento. Introducción a la filosofía trascendental. La dedicatoria debía dar testimonio además del estímulo que el docente había recibido del discípulo. Por su parte, los dos escritos de Emil Lask — La lógica de la filosofía y la doctrina de las categorías. Un estudio sobre el ámbito de vigencia de la forma lógica (1911) y La doctrina del juicio (1912) — daban claramente fe del influjo en ellas de las Investigaciones lógicas de HUSSERL. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Esta circunstancia me forzó a volver a trabajar sobre la obra husserliana. Pero también este renovado asalto hubo de resultar infructuoso, dado que yo no podía encontrar salida a una dificultad fundamental, concerniente al sencillo problema del modo en que habría de llevarse a ejecución ese proceder del pensar que se llamaba “fenomenología”. Lo inquietante de este problema saltaba a la vista por la ambigüedad que ya de primeras mostraba la obra de HUSSERL. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

El primer volumen de la obra, aparecido en 1900, refutaba el psicologismo en la lógica mediante la prueba de que la doctrina del pensar y el conocer no se podía fundar en la psicología. Frente a esto, el segundo volumen, aparecido al año siguiente y como tres veces más extenso, contenía la descripción de los actos esenciales de la conciencia, dirigidos a la edificación del conocimiento. O sea: con todo, una psicología. ¿A qué vendría si no el § 9 de la quinta Investigación, sobre “El significado de la delimitación brentaniana de los “fenómenos psíquicos””? Según eso, HUSSERL recaía con su descripción fenomenológica de los fenómenos de conciencia en la posición psicologista antes refutada. Y sin embargo, si un error tan de bulto no podía serle imputado a la obra de HUSSERL, ¿qué sería entonces esa descripción fenomenológica de los actos de conciencia? ¿En qué consistía lo característico de la fenomenología, si ésta no era ni lógica ni psicología? ¿Acaso venía aquí a salir ala luz una disciplina filosófica toda ella de nuevo cuño, y encima una disciplina de valor y eminencia propios? Yo no acababa de encontrar solución a estas preguntas y me veía perplejo y sin salida, sin ser apenas siquiera capaz de captarlas con la precisión con que aquí han sido mencionadas. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

El año 1913 me aportaría una respuesta. En la editorial Max Niemeyer empezaba a aparecer el Anuario de Filosofa e Investigación Fenomenológica, editado por HUSSERL. El primer volumen se abría con el tratado de HUSSERL cuyo título daba ya indicación de la excelencia y peso de la fenomenología: “Ideas relativas a una fenomenología pura y a una filosofía fenomenológica”. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

En este proyecto universal de filosofía fenomenológica podía adscribírsele también su lugar sistemático a la Investigaciones lógicas, que habían permanecido, por así decir, filosóficamente neutrales. Estas aparecieron en el mismo año, 1913, en una segunda edición y en la misma editorial. La mayoría de las investigaciones habían sido sometidas desde luego entre tanto a “profundas reelaboraciones”. La sexta Investigación, la “más importante en el respecto fenomenológico” (Prólogo a la segunda edición), había sido de todas formas retirada. Pero también el artículo con el que HUSSERL había contribuido al primer volumen de la recién fundada revista Logos  , a saber: “La fenomenología como ciencia estricta” (1910-1911), hubo de esperar a las Ideas relativas a una fenomenología pura para que sus tesis programáticas alcanzaran una fundamentación suficiente. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Gracias a las citadas publicaciones se alzaría el quehacer editorial de Niemeyer al primer puesto de las editoriales filosóficas. Por aquel entonces se tenía frecuentemente la convicción de que con la “fenomenología” había venido a darse una nueva orientación en el seno de la filosofía europea. ¿Y quién habría pretendido negar la justeza de esa afirmación? Pero esta cuenta meramente histórica no acertaba a dar razón de lo que había acontecido gracias a la “fenomenología”, es decir, gracias a las Investigaciones lógicas. Eso seguía sin ser formulado, sin que tan siquiera hoy quepa apenas formularlo correctamente. Las propias declaraciones programáticas y las exposiciones metodológicas de HUSSERL reforzaban más bien el malentendido de que mediante la “fenomenología” venía a reivindicarse un inicio de la filosofa que renegaba de todo el pensar precedente. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Sólo lentamente fuese desvaneciendo la perplejidad y disolviendo esa confusión desde el momento en que me fue permitido encontrarme personalmente con HUSSERL en su propio lugar de trabajo. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

HUSSERL había venido a Friburgo en 1916, como sucesor de Heinrich Rickert, que ocuparía la cátedra de Windelband en Heidelberg. La enseñanza de HUSSERL tenía lugar en forma de una ejercitación gradual en la “visión” fenomenológica, que reclamaba, por su parte, tanto dejar a un lado el uso no probado de conocimientos filosóficos como la renuncia a introducir en el coloquio la autoridad de los grandes pensadores. Con todo, tanto menos me pude separar yo de Aristóteles y de otros pensadores griegos cuanto con mayor precisión recogía los frutos de una interpretación de los escritos aristotélicos, en virtud de mi creciente familiaridad con la visión fenomenológica. Es verdad, sin embargo, que yo no podía sospechar, así de primeras, las consecuencias decisivas que habría de aportar esta renovada atención a Aristóteles. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Cuando a partir de 1919 yo mismo, enseñando y aprendiendo en la cercanía de HUSSERL, me ejercité en la visión fenomenológica y puse a prueba a la vez una comprensión de Aristóteles diversa a la habitual, se despertó de nuevo mi interés por las Investigaciones lógicas, y sobre todo por la sexta, de la primera edición. La distinción allí elaborada entre intuición sensible y categorial se me reveló en todo su alcance como capaz de determinar el “múltiple significado del ente”. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Por eso es por lo que nosotros, amigos y discípulos, rogamos una y otra vez al maestro que hiciera reimprimir la sexta Investigación, por entonces difícilmente accesible. En probada disponibilidad para la causa de la fenomenología, haría publicar de nuevo la editorial Niemeyer en 1922 esa última parte de las Investigaciones lógicas. HUSSERL observaba en el prólogo: “Dado el estado actual de las cosas, y cediendo a la presión de los amigos de la obra presente, he tenido que decidirme a hacer de nuevo accesible su parte conclusiva en su antigua forma.” Con el giro “amigos de la obra presente” quería decir HUSSERL simultáneamente que él mismo, desde la publicación de Ideas, ya no encontraba satisfacción en las Investigaciones lógicas. Y es que más que nunca empleaba su pasión y denuedo de pensador, dado el lugar nuevo de su quehacer académico, a la edificación sistemática del proyecto avanzado en las Ideas. Por esa razón escribiría HUSSERL en el citado prólogo a la sexta Investigación que: “También la actividad docente friburguesa ha impulsado la orientación de mis intereses hacia las universalidades conductoras y hacia el sistema.” Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Igualmente por ello observaría HUSSERL, magnánimo, pero en el fondo reprobando el asunto, cómo yo, además de mis cursos y clases prácticas, estudiaba semanalmente en grupos de seminario y con alumnos más avanzados las Investigaciones lógicas. La preparación de ese seminario resultaría fructífera sobre todo para mí. Allí es donde me percataría — llevado primero más por un presentimiento que por una inteligencia fundada de la cosa — de lo único esencial, a saber, que lo ejecutado en relación con la fenomenología de los actos de conciencia como el darse a ver los fenómenos a sí mismos es lo que viene pensado por Aristóteles y en todo el pensamiento y la existencia griegos como aletheia  , como el desocultamiento de aquello que hace acto de presencia, como su “desalbergarse”, su mostrar-se. Lo que las investigaciones fenomenológicas habían encontrado de manera nueva como sustentación del pensar se probaba como el rasgo fundamental del pensamiento griego, si es que no de la filosofía en cuanto tal. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Ahora se trataba de entregar al público un trabajo largamente guardado. El editor Max Niemeyer se mostró dispuesto, por mediación de HUSSERL, a imprimir enseguida los primeros quince pliegos de un trabajo que debía aparecer en el Anuario de HUSSERL. Al punto se enviaron al Ministerio, a través de la Facultad, dos ejemplares de las galeradas. Pero pasado un tiempo fueron devueltos los pliegos a la Facultad con la observación: “Insuficiente”. En febrero del año siguiente (1927) apareció el texto completo de Ser y tiempo   en el volumen octavo del Anuario y en tirada aparte. Para entonces, el Ministerio había retirado su juicio negativo — después de medio año — y ratificado mi nombramiento. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Sería con ocasión del extraño modo en que se publicó Ser y tiempo como entraría en relación directa por vez primera con la editorial Max Niemeyer. Eso que en el primer semestre de mis estudios académicos era un mero nombre sobre la portada de la fascinante obra de HUSSERL se me mostraba ahora, y así lo haría en el futuro, en toda la solicitud, digna de confianza, en toda la magnanimidad y sencillez del quehacer editorial. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Max SchelerEn el verano de 1928, durante mi último semestre en Marburgo, se preparó el escrito de homenaje a HUSSERL por su septuagésimo aniversario. A principios del semestre había muerto inesperadamente Max Scheler  , uno de los coeditores del Anuario de HUSSERL, y que había publicado en el primer volumen y en el segundo (1916) su gran investigación El formalismo de la ética y la ética material de los valores, una obra que, junto a las Ideas de HUSSERL, debe ser considerada como la contribución más importante del Anuario, y que por su prolongada influencia arrojó una nueva luz sobre la amplitud de miras y la productividad de la editorial Niemeyer. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

El escrito de homenaje a Edmund HUSSERL aparecería puntualmente el día de su cumpleaños y como suplemento del Anuario. Yo tuve el honor de hacérselo llegar el 8 de abril de 1929 al festejado profesor en el círculo de sus discípulos y amigos. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Halle del Saale: en esa misma ciudad enseñaba en los años noventa del siglo pasado, en la Universidad local, Edmund HUSSERL, por entonces Privatdozent. Con frecuencia hablaría posteriormente en Friburgo de la génesis de las Investigaciones lógicas. Nunca olvidaría al respecto rememorar agradecido y admirado la actitud de la editorial Max Niemeyer, que a principios de siglo se había arriesgado a publicar una obra extensa de un profesor apenas conocido y cuyo pensamiento transitaba por caminos desacostumbrados cuya extrañeza había de chocar a la filosofía contemporánea. Y eso es lo que sucedería durante años tras la aparición de la obra, hasta que Wilhelm Dilthey   reconociera su importancia. La editorial no podía saber por aquel entonces que en el futuro quedaría vinculado su nombre al de la fenomenología, que pronto determinaría al espíritu de la época en los ámbitos más diversos — la mayoría, no formulados. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

El desterramiento deviene un destino universal. Por eso, es necesario pensar dicho destino desde la historia del ser. Eso que, partiendo de Hegel  , Marx   reconoció en un sentido esencial y significativo como extrañamiento del hombre hunde sus raíces en el desterramiento del hombre moderno. Tal desterramiento está provocado por el destino del ser bajo la forma de la metafísica, afianzado por ella y encubierto también por ella en cuanto desterramiento. Es precisamente porque al experimentar el extrañamiento Marx se adentra en una dimensión esencial de la historia por lo que la consideración marxista de la historia es superior al resto de las historias. Pero como ni HUSSERL ni hasta donde yo veo por ahora tampoco Sartre   reconocen la esencialidad de lo histórico en el ser, por eso ni la fenomenología ni el existencialismo llegan a esa dimensión en la que resultaría posible por vez primera un diálogo productivo con el marxismo. Heideggeriana: CartaHumanismo

A través de la inmediata experiencia del método fenomenológico en diálogos con HUSSERL preparose el concepto de fenomenología presentado en la Introducción a Ser y Tiempo (§ 7). En ella jugó un papel normativo la remisión a las palabras fundamentales del pensar griego, correspondientemente interpretadas: logos (hacer manifiesto) y phainesthai (mostrarse). [Heidegger presenta, en el semestre de invierno de 1923-24, la remisión por vía etimológica del concepto de fenomenología a sus precedentes griegos. La noción plena — que implica la tematización de ocultamiento y desocultamiento (v. nota 3) — es alcanzada por primera vez en el semestre de verano de 1925.] Heideggeriana: CartaPrologo  

Entre tanto, la “fenomenología” en el sentido de HUSSERL acabó construyéndose como una determinada posición filosófica, preasignada ya por Descartes  , Kant   y Fichte  . Para ella, la historicidad del pensar permaneció completamente ajena (cf. el tratado de HUSSERL, al que muy poca atención se ha prestado: La filosofía como ciencia estricta, aparecido en 1910-11 en la revista Logos, p. 289 ss.). Heideggeriana: CartaPrologo

Ahora bien: si en el título de su obra De la fenomenología al pensar, [NT: Heidegger traduce al alemán: .El camino de la fenomenología al pensar del ser..] usted entiende “fenomenología” en el sentido recién descrito, como una posición filosófica de HUSSERL, entonces el título es atinente, en la medida en que la pregunta del ser por mí planteada es algo completamente otro que esa posición. El título está cumplidamente justificado, si se saca el término “pensar del ser” de la ambigüedad en virtud de la cual nombra tanto el pensar de la metafísica — el pensar del ser del ente — como también la pregunta del ser en el sentido del pensar del ser como tal (la condición de manifiesto del ser). Heideggeriana: CartaPrologo

Compañero en mi búsqueda fue el joven Lutero  , y el modelo fue Aristóteles a quien Lutero odiaba. Impulsos me provinieron de Kierkegaard  , y el ojo me lo puso HUSSERL. Sea dicho esto para aquéllos que sólo “entienden” cuando logran hacer cuentas con la cosa en términos de influencias históricas, lo cual no es sino el pseudoentender que caracteriza a la afanosa búsqueda de novedades, y, por tanto, una aversión respecto de aquello [es decir, un apartar la vista de aquello] que es lo único de lo que decisivamente se trata. A los que así se comportan hay que (6) facilitarles la “tendencia” que caracteriza a ese su “entender” a fin de que puedan irse a pique más fácilmente en ellos mismos. Pues de ellos no puede esperarse nada. De lo único que se preocupan y lo único que cultivan es el — “pseudo  ”. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Ahora bien: ¿por qué la analítica preparatoria del Dasein   con vistas al develamiento de la posibilidad de la comprensión de ser es una puesta de manifiesto de la temporeidad del Dasein? ¿Por qué el proyecto metafísico del Dasein se mueve en dirección al tiempo y a su interpretación radical? ¿Acaso porque la teoría de la relatividad trata del tiempo, vale decir, del principio   de una medición objetiva del tiempo? ¿O acaso porque Bergson  , y en su secuela Spengler  , tratan del tiempo? ¿O porque HUSSERL ha trabajado la fenomenología de la conciencia interna del tiempo; o porque Kierkegaard habla de la temporalidad en sentido cristiano, a diferencia de la eternidad; o quizá porque Dilthey considera central la historicidad del Dasein, y pone en conexión historicidad y tiempo? ¿Estaría, pues, proyectada la analítica del Dasein en dirección al tiempo porque se ha pensado que uno se las puede arreglar muy bien fundiendo todos esos nombres? ¿Brevemente, porque puede a uno ocurrírsele que hay que entremezclar esos diversos tratamientos del problema del tiempo y, como se dice, pensarlos “hasta sus últimas consecuencias”? Esta es, con mucho, la representación que el pequeño Moritz tiene de la filosofía, y que cree que de cinco autores se hace un sexto; (yo ya discutí a Kierkegaard cuando todavía no había literatura dialéctica, y a Dilthey, cuando era indecente mencionarlo en un seminario filosófico). Por lo demás, el llamado pensar hasta las últimas consecuencias tiene su propio sesgo. Para pensar algo hasta las últimas consecuencias, e incluso a Kierkegaard, HUSSERL, Bergson y Dilthey juntos, hay que tener previamente esa ultimidad, en dirección a la cual ha de pensarse hasta las últimas consecuencias; y siempre queda la pregunta: ¿por qué precisamente los mencionados? Pero, antes bien, la analítica del Dasein como temporeidad con vistas al develamiento de la interna posibilidad de la comprensión de ser no está determinada por ninguna otra cosa más que por el contenido de relaciones (Sachverhalt) de este problema fundamental de la metafísica; dicho más exactamente: por la visión fundamental de que la comprensión de ser está en una conexión originaria, pero, por de pronto, completamente oscura y enigmática, con el tiempo. Heideggeriana: TranscendenciaST  

El interés de hoy en la ontología fue despertado sobre todo por la fenomenología. Pero HUSSERL y Scheler, y ya derechamente los restantes, tampoco vieron la envergadura de la ontología. También aquí, como por doquier, en Rickert, por ejemplo, se entiende por ontología una consideración que hace cuestión del ser-en-sí de las cosas en su así llamada independencia respecto del sujeto. La pregunta por la subjetividad no debe ser una pregunta de la ontología, sino debe pertenecer a la teoría del conocimiento. Ontología debe significar: acentuación del objeto, después de que hasta ahora sólo había valido el sujeto. En este sentido, se aúna la ontología con la posición gnoseológica del realismo — en oposición al idealismo-. La ontología tendría que soslayar en lo posible al sujeto, en tanto que la necesidad fundamental consiste, al revés, en hacer de la subjetividad un problema. Contrariamente a esto, la ontología, en la comprensión actual, no vale primeramente como ciencia del ser, sino del ente, y, esto quiere decir, en segundo lugar, de los objetos, de la naturaleza en el sentido más amplio. Heideggeriana: TranscendenciaST

Respecto de la confrontación con la filosofía antigua en su totalidad, que fuera aclarándose cada vez más, reconocí un día que, en el inicio de la filosofía occidental y, según esto también, para toda la filosofía posterior, la pregunta resultó ser rectora: ¿qué es el ente en cuanto tal? y que, sin embargo, nunca se preguntó: ¿qué es el ser mismo y en qué se funda y consiste la patencia del ser y su relación con el hombre? Sólo a través de mi encuentro con HUSSERL, cuyos escritos ya conocía yo, de antes, pero que precisamente había leído al igual que cualquier otro escrito filosófico, pude lograr una relación más viva y fructífera con la acción efectiva del preguntar y el describir fenomenológico. Heideggeriana: PerguntaSer  

Entretanto me hallaba situado desde un principio y constantemente fuera de la posición filosófica de HUSSERL en el sentido de una filosofía transcendental   de la conciencia. Heideggeriana: PerguntaSer

Hoy resulta ya muy difícil hacerse idea   del tamaño de las dificultades que les salían al paso en el camino al preguntar por la cuestión del ser, al enfoque básico de ésta y a su realización. En el marco del neokantismo de aquel entonces, una filosofía tenía que satisfacer la exigencia, si es que debía encontrar audiencia como filosofía, de pensar kantianamente, críticamente, trascendentalmente. Ontología era un título maldito. El propio HUSSERL, que en las Investigaciones lógicas — sobre todo en la VI — llegó cerca de la auténtica cuestión del ser, no pudo mantener su hallazgo en la atmósfera filosófica de entonces; cayó bajo el influjo de Natorp   y consumó el viraje a la fenomenología trascendental, que alcanzó su primer punto de altura en las Ideas. Pero con ello se había abandonado el principio de la fenomenología. Esta irrupción de la filosofía (en la figura del neokantismo) en la fenomenología tuvo por consecuencia que Scheler y muchos otros se separaran de HUSSERL; donde pudo quedar abierta la cuestión de si y cómo esta secesión obedecía al principio “a la cosa del pensar”. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer  

Si de todo esto se hizo mención, fue para aclarar las posibles preguntas por el modo de proceder de la conferencia. Este proceder puede ser caracterizado como fenomenología, en la medida en que por fenomenológico no se entienda ningún tipo particular y dirección de la filosofía, sino algo que campea en toda filosofía. Este algo puede ser óptimamente nombrado con el conocido lema “A las cosas mismas” [Zu den Sachen selsbt]. Fue exactamente en este sentido como despuntaron las Investigaciones lógicas de HUSSERL, frente al modo de proceder del neokantismo, como algo estimulador, nuevo e inaudito, tal y como lo vio, primero que nadie, Dilthey (1905). Y es en este sentido como puede decirse de Heidegger que preserva la auténtica fenomenología. De hecho, sin la actitud fenomenológica fundamental no hubiera sido posible la cuestión del ser. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer

El viraje de HUSSERL a la problemática del neokantismo — primeramente atestiguado en la importante, aunque hoy demasiado poco valorada, monografía “Filosofía como ciencia estricta” (Logos, I, 1910-1919) — y el hecho de que le faltase a HUSSERL toda relación viva con la historia operaron la ruptura con Dilthey. En este contexto se mencionó también, entre otras cosas, que HUSSERL consideró a Ser y tiempo, en el marco de su concepción de las ontologías racionales, como la ontología regional de lo histórico. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer

Cien años más tarde, se escucha de nuevo la llamada “a la cosa misma” en el ensayo de HUSSERL La Filosofía como ciencia estricta. Aparece en el primer tomo de la revista Logos en el año 1910-1911 (pp. 289 ss.). La llamada tiene, nuevamente, sobre todo el sentido de un poner en guardia. Pero, en este caso, apunta en una dirección distinta a la de Hegel: se refiere a la psicología naturalista, que pretende ser el verdadero método científico para investigar la conciencia. La razón está en que ese método cierra, de entrada, el acceso a los fenómenos de la conciencia intencional. La llamada “a la cosa misma” se dirige también contra el historicismo, que se pierde en discusiones sobre los diferentes puntos de vista de la Filosofía, y en clasificar los tipos de “Weltanschau-ungen” filosóficas. A este propósito dice HUSSERL, subrayándolo (op. cit., p. 34): El impulso de la investigación tiene que partir, no de las Filosofías, sino de las cosas y de los problemas. Heideggeriana: TarefaPensar

¿Y cuál es la “cosa” de la investigación filosófica? Siguiendo la misma tradición, ésta es tanto para HUSSERL como para Hegel, la subjetividad de la conciencia. Las Meditaciones cartesianas fueron para HUSSERL, no sólo el tema de las conferencias pronunciadas en París, en febrero de 1929, sino que, desde la etapa posterior a las Investigaciones lógicas, su espíritu acompañó hasta el final la marcha apasionada de sus investigaciones filosóficas. La llamada “a la cosa misma”, tanto en su sentido positivo como en el negativo, sirve para garantizar y elaborar el método; sirve de procedimiento filosófico, el único con el que la cosa misma llega a darse legítimamente. Para HUSSERL, el “principio de todos los principios” no es, en primer lugar, un principio de contenido, sino metodológico. En su obra Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, publicada en 1913, HUSSERL dedicó todo un parágrafo (§ 24) a la determinación del “principio de todos los principios”. HUSSERL dice (op. cit., p. 44) que con este principio “ninguna teoría imaginable puede inducirnos a error”. Heideggeriana: TarefaPensar

Elegimos como guía la explicación de la llamada “a la cosa misma”. Debía encaminarnos a determinar la tarea del pensamiento al final de la Filosofía. ¿Dónde hemos llegado? A comprender que, para la llamada “a la cosa misma”, ya está establecido de antemano lo que concierne a la Filosofía como su “cosa”. Desde el punto de vista de Hegel y de HUSSERL — y no sólo para ellos —, la “cosa” de la Filosofía es la subjetividad. Para la llamada, lo polémico no es la “cosa” en cuanto tal, sino su exposición, a través de la cual la “cosa” misma se hace presente. La dialéctica especulativa de Hegel es el movimiento en el que la “cosa”, como tal, llega a sí misma, a su correspondiente presencia. El método de HUSSERL debe llegar a la “cosa”, a su dación originaria, de una forma definitivamente válida, es decir, a presentarse ella misma. Heideggeriana: TarefaPensar

En cualquier caso, está claro que la pregunta por la aletheia, por el no-ocultamiento en cuanto tal, no es la pregunta por la verdad. Por eso, no era adecuado para la “cosa” e inducía a error, el llamar a la aletheia, en el sentido de Lichtung  , verdad. El hablar de la “verdad del Ser” tiene en la Ciencia de la Lógica su legítimo sentido, ya que verdad significa aquí la certeza del saber absoluto. Pero Hegel, como tampoco HUSSERL y toda metafísica, no pregunta por el Ser en tanto que Ser, es decir, no se plantea la pregunta: ¿en qué medida puede darse la presencia como tal? Sólo se da si impera la Lichtung. Es cierto que se la nombra con la aletheia, el no-ocultamiento, pero no se la piensa como tal. Heideggeriana: TarefaPensar

SPIEGEL  : Vd. sabe que, en este contexto, se han elevado contra Vd. algunos reproches que afectan a su colaboración con el NSDAP y sus asociaciones y que en la opinión   pública aparecen aún como no desmentidos. Así, se le ha reprochado que Vd. habría participado en la quema de libros organizada por los estudiantes o por las Juventudes Hitlerianas. HEIDEGGER: Yo prohibí la planeada quema de libros que debía haber tenido lugar ante el edificio de la Universidad. SPIEGEL: Además se le ha reprochado que Vd. permitiera que se retiraran de la Biblioteca de la Universidad y del Seminario de Filosofía los libros de autores judíos. HEIDEGGER: Como director del Seminario sólo podía disponer de su biblioteca. No accedí a las reiteradas exigencias de retirar los libros de autores judíos. Antiguos participantes en mis Seminarios podrían hoy atestiguar que no sólo no fue retirado ningún libro de autores judíos, sino que estos autores, sobre todo HUSSERL, fueron citados y comentados como antes de 1933. Heideggeriana: DerSpiegel  

SPIEGEL: Durante largo tiempo fue Vd. amigo de Karl Jaspers  . Después de 1933 empezó a enturbiarse esta relación. Se dice que este enturbiamiento guarda relación con el hecho de que la mujer de Jaspers era judía. ¿Puede Vd. decir algo sobre esto? HEIDEGGER: Eso que Vd. dice es mentira. Era amigo de Karl Jaspers desde 1919. Les visité, a él y a su mujer, en el verano de 1933 en Heidelberg. Entre 1934 y 1938 me envió todas sus publicaciones “con un cordial saludo”. Aquí las tiene. SPIEGEL: Aquí dice: “Con un cordial saludo”. Pero el saludo no sería “cordial” si antes hubiera habido un enturbiamiento. Otra pregunta similar: Vd. fue discípulo de su predecesor judío en la cátedra de la Universidad de Friburgo, Edmund HUSSERL. El le propuso a Vd. como sucesor en la cátedra. Su relación con él no puede haber estado exenta de agradecimiento. HEIDEGGER: Vd. tiene la dedicatoria de Ser y Tiempo. SPIEGEL: Claro. HEIDEGGER: En 1929 redacté el escrito de homenaje para su setenta cumpleaños y en la fiesta de su casa pronuncié el discurso que, también en mayo de 1929, fue impreso en las comunicaciones académicas. SPIEGEL: Pero es más tarde cuando se enturbian las relaciones. ¿Puede Vd., si lo desea, decirnos a qué hay que atribuirlo? HEIDEGGER: Las diferencias, desde el punto de vista objetivo, se habían agudizado. A comienzos de los años treinta HUSSERL llevó a cabo públicamente un ajuste de cuentas con Max Scheler y conmigo en términos inequívocos. Qué movió a HUSSERL a pronunciarse con tal notoriedad contra mi pensamiento, no he podido saberlo. SPIEGEL: ¿Con ocasión de qué fue eso? HEIDEGGER: En la Universidad de Berlín HUSSERL habló ante 1.600 oyentes. Heinrich Mühsam habló en uno de los grandes periódicos de Berlín de un “ambiente de palacio de deportes”. SPIEGEL: En nuestro contexto la disputa en sí misma no tiene interés. Sólo interesa que no hubo una disputa que tuviera algo que ver con el año 1933. HEIDEGGER: En lo más mínimo. SPIEGEL: Esa era también nuestra idea. Pero, ¿no es cierto que más tarde Vd. retiró de Ser y Tiempo la dedicatoria a HUSSERL? HEIDEGGER: Es cierto. He explicado este hecho en mi libro De camino hacia el lenguaje. En él escribí: “Con el fin de hacer frente a falsas afirmaciones, ampliamente extendidas, hay que hacer notar aquí expresamente que la dedicatoria de Ser y Tiempo, mencionada en el texto del diálogo (p. 92), se mantuvo también en la 4. a edición de 1935. Cuando el editor vio en peligro la quinta edición del libro — por una posible prohibición — se convino finalmente, a propuesta y por deseo de Niemeyer, retirar la dedicatoria en esta edición, con la condición, que yo puse, de que se mantuviera la nota de la página 38, que es donde realmente esa dedicatoria recibe su fundamento, y que dice: “Si la siguiente investigación da algunos pasos hacia adelante por el camino que abre las ‘cosas mismas’, lo debe el autor en primera línea a E. HUSSERL, que le familiarizó durante los años de estudio del autor en Friburgo con los más variados dominios de la investigación fenomenológica, mediante una solícita dirección personal y la más liberal comunicación de trabajos inéditos””. SPIEGEL: Entonces ya no necesitamos preguntarle si es cierto que Vd., como rector de la Universidad de Friburgo, prohibió la entrada o la utilización de la Biblioteca de la Universidad o del Seminario de Filosofía al profesor emérito HUSSERL. HEIDEGGER: Eso es una calumnia. SPIEGEL: ¿Y no hay tampoco una carta en la que se expresa esta prohibición a HUSSERL? ¿De dónde ha salido ese rumor? HEIDEGGER: Tampoco lo sé, no encuentro para ello explicación alguna. Que todo este asunto es inverosímil, puedo demostrárselo a través de algo que tampoco se conoce: Durante mi rectorado, el ministerio pretendió retirar al director de la Clínica Universitaria, profesor Tannhauser, y al profesor de Química y Física, futuro premio Nobel, von Hevesy, ambos judíos; tras una visita al ministro, logré mantenerlos en sus puestos. Que mantuviera a estos dos hombres y que al mismo tiempo actuara, de la forma que se ha divulgado, contra HUSSERL, profesor emérito y mi propio maestro, es absurdo. Impedí también que estudiantes y profesores prepararan una manifestación contra el profesor Tannhauser delante de su clínica. En la esquela que la familia Tannhauser publicó en el periódico de aquí se dice: “Hasta 1934 fue el respetado director de la Clínica Universitaria en Friburgo i. Br. Brocline, Mass  ., 18.12.1962”. Sobre el profesor von Hevesy informaban las Freiburger Universitätsblätter, Heft 11, febrero de 1966: “Durante los años 1926-1934 von Hevesy fue director del Instituto de Física y Química de la Universidad de Friburgo i. Br.” Cuando yo dimití, ambos directores fueron cesados de sus cargos. Había entonces profesores, que se habían quedado sin cátedra, que pensaban: ahora es el momento de ascender. A toda esta gente la rechacé cuando venía a verme. SPIEGEL: Vd. no participó en 1938 en el entierro de HUSSERL. ¿Por qué? HEIDEGGER: Sobre esto sólo querría decir lo siguiente: el reproche de que rompí mis relaciones con HUSSERL carece de base. En mayo de 1933 mi mujer escribió a la Sra. HUSSERL, en nombre de los dos, una carta en la que le testimoniábamos nuestro inalterable agradecimiento, y se la envié a casa con un ramo de flores. La Sra. HUSSERL contestó enseguida, dando las gracias de manera formal   y diciendo que las relaciones entre nuestras familias se habían roto. Que durante la enfermedad y muerte de HUSSERL no le testimoniara una vez más mi agradecimiento y mi respeto, es un fallo humano, del que más tarde pedí disculpas por carta a la Sra. HUSSERL. SPIEGEL: HUSSERL murió en 1938. Ya en febrero de 1934 había Vd. dimitido del rectorado. ¿Cómo sucedió? HEIDEGGER: Aquí no tengo más remedio que remontarme un poco más atrás. Con la intención de superar la organización técnica de la Universidad, es decir, de renovar las Facultades desde dentro, partiendo de sus tareas objetivas, propuse nombrar como decanos para el semestre de invierno de 1933-1934 en algunas Facultades a colegas jóvenes, pero, sobre todo, destacados en su especialidad, y desde luego sin mirar cuál era su posición respecto del partido. De esta manera fueron decanos los profesores Erik Wolf en la Facultad de Derecho, Schadewalt en la de Filosofía, Soergel en la de Ciencias y von Möllendorf, que en primavera había sido destituido como rector, en la de Medicina. Pero ya durante las Navidades de 1933 estuvo claro que no podría sacar adelante la renovación de la Universidad, que yo imaginaba, contra la resistencia de mis colegas y contra el partido. Por ejemplo, los colegas tomaban a mal que metiera a los estudiantes en responsabilidades administrativas de la Universidad, justo como ocurre hoy. Un día me llamaron de Karlsruhe, donde el ministro, por boca de su consejero ministerial y en presencia del jefe estudiantil de la región, me exigió que sustituyera a los decanos de Derecho y Medicina por otros colegas que fueran bien vistos por el partido. Rechacé estas pretensiones y ofrecí mi renuncia al rectorado, si el ministro permanecía en sus exigencias, lo que fue el caso. Esto fue en febrero de 1934; me retiré tras diez meses en el cargo, cuando los rectores permanecían entonces dos o tres años. Mientras la prensa de dentro y de fuera del país comentó de diversas maneras mi aceptación del rectorado, no dijo una palabra de mi dimisión. Heideggeriana: DerSpiegel

¿Cuál es por consiguiente el lazo que une y refiere uno al otro el sentido y la verdad (como desocultamiento)? En sentido corriente, sentido significa significación. Así por ejemplo el título de Brentano: De la significación múltiple del ente en Aristóteles. El sentido es comprendido aquí como donación de sentido, es decir como atribución de una significación. También en HUSSERL, en el capítulo de las Investigaciones lógicas llamado “Expresión y significación”, se trata de actos “dadores de significación”. Heideggeriana: SeminarioThor1969  

P. Se ha tratado a veces de acercarse al desarrollo de su pensamiento a partir de las influencias que ha sufrido, ¿qué piensa al respecto? Heidegger: He sido influenciado sobre todo por la tradición. Pero este modo de elucidación es típicamente universitario. ‘Heidegger y Hegel’, ‘Heidegger y Scheling’… Si se creyera a ciertos comentadores al tomar a Aristóteles, HUSSERL, Brentano y combinarlos, se obtendría ‘Ser y Tiempo’. Es cómico. Heideggeriana: Towarnicki