Schickliche

¿Qué sucede con el arte dentro de la sociedad industrial, cuyo mundo ha comenzado a devenir uno cibernético? ¿Se convertirán los enunciados del arte en algún tipo de información en y para este mundo? ¿Se irán a determinar sus producciones por el solo hecho de que satisfagan el carácter procesual del círculo regulador industrial y su constante cumplimiento? Si así fuera el caso, ¿puede la obra seguir siendo obra todavía? ¿No se hallará su sentido moderno acaso, en el quedar rezagado, de antes, ya, al servicio de la ejecución continua del proceso creativo, el cual sólo se regula desde sí mismo y, de ese modo, continúa estando encerrado en él mismo? ¿Se presenta el arte moderno como una retroalimentación de informaciones en el círculo regulador de la sociedad industrial y del mundo científico-técnico? ¿No recibirá incluso desde allí, la muy mentada “industria cultural” (Kulturbetrieb) su legítima fundamentación? Estas preguntas nos acosan como preguntas. Y se reúnen en una única, que dice: ¿Qué pasa con la reclusión del hombre en su mundo científico-técnico? ¿No impera en esta reclusión, quizá, la reserva del hombre (Verschlossenheit des M.) frente a aquello que envía al hombre recién a su determinación más propia, para que éste se apreste a lo justo (s. in das Schickliche fügen), en vez de disponer en forma calculadora, y técnico-científicamente de sí mismo y su mundo, de sí mismo y la propia fabricación técnica de sí mismo? (¿No es la esperanza – si pudiera ser considerada ésta como un principio – el absoluto egoísmo de la subjetividad humana?) Heideggeriana: ArtePensar