GA34 – Wink

Wink

Hablamos de una «parábola». Decimos también: Sinn-Bild, «imagen simbólica», «imagen con un sentido». Eso significa: una imagen visible, de modo que lo contemplado hace de inmediato una seña. La imagen no quiere ser considerada por sí misma: hace una seña, una seña hacia el hecho de que hay algo que entender en esta imagen y mediante esta imagen, y hacia qué sea eso. La imagen hace una seña, conduce a algo que hay que entender, es decir, hacia el ámbito de la inteligibilidad (la dimensión dentro de la cual se comprende): hacia un sentido, Sinn (de ahí: Sinn-Bild). Pero hay que prestar atención a que lo que hay que entender no es un sentido, sino un suceso. «Sentido» significa sólo que se trata de algo que de alguna forma es comprensible. Lo que se entiende, no es nunca ello mismo un sentido. No entendemos algo como sentido, sino siempre sólo algo «en el sentido de…» El sentido no es nunca el tema de la comprensión. §2

Platón expone la parábola de modo que Sócrates, en una conversación con Glaucón, le hace ver la imagen simbólica. El contenido de la parábola, como sucede casi siempre, se puede resumir cómodamente en algunas frases y se le puede añadir una explicación igualmente breve y una aplicación, sin ser conmovido uno mismo por lo esencial ni mucho menos seguir la seña con la que conduce ante la pregunta decisiva. Este procedimiento usual y fácil no nos sirve de nada. Si queremos evitarlo, lo primero es que nos encomendemos del todo al texto. Sólo así tal vez seamos conmovidos por la fuerza de configuración de Platón, lo cual no es en modo alguno algo accidental ni un añadido estético en la comprensión de una filosofía. §2

Yendo de la correa de lo cotidiano, de lo de cada día, estamos forzados a lo habitual. En tal situación forzosa, que para nosotros tiene el aspecto de libertad, sólo percibimos lo ente. ¿Cómo podemos decir «sólo»? ¿Qué ha de faltar ahí, cuando, justamente en el negocio de cada día, y en cierta manera como empleados de lo que se da en llamar la situación actual, no nos comportamos de modo fantasioso, tampoco soñamos, no nos movemos en planes quiméricos ni en deseos irrealizables, sino que hacemos justamente lo cotidiano y colaboramos para que esta actividad se mantenga en marcha? ¿Qué más podemos hacer que atenernos a lo ente, a lo real? Sólo que, en la imagen simbólica, Platón designa precisamente este ente, lo cotidiano, como sombra, haciéndonos así la seña de que lo ente en torno a nosotros, por mucho que lo consideremos como tal, no es lo único ni lo verdadero de lo ente, no es lo ente en su no-ocultamiento. Pero, más allá de lo ente, ¿hay, pues, todavía otra cosa? §6

 

Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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