GA3:31-35 – fenômeno

Roth

Kant usa el término «fenómeno» tanto en sentido estricto, como en amplio. En la acepción más amplia los fenómenos (phaenomena) son una clase de «objetos», a saber, el ente mismo, que se hace patente a través del conocimiento finito, en tanto éste es intuición pensante y receptiva. Fenómeno, en sentido estricto, indica aquello que, en los fenómenos en sentido más amplio, es correlato exclusivo de la afección, carente de todo pensar (determinación), que pertenece a la intuición finita, a saber: los contenidos de la intuición empírica. «El objeto indeterminado de una intuición empírica, llámase fenómeno». Aparecer equivale a: «ser un objeto de la intuición empírica».

Los fenómenos no son una mera apariencia, sino el ente mismo. Dicho ente, a su vez, no es algo diferente de las cosas en sí, sino ese mismo y único ente. El ente mismo puede ser patente sin que el ente «en sí» (a saber: como producto de la creación) sea conocido. El doble carácter del ente como «fenómeno» y como «cosa en sí» corresponde a la doble manera según la cual se refiera al conocimiento finito o al infinito: el ente en tanto creación y el mismo ente como objeto.

En cuanto que la Crítica de la razón pura toma la finitud humana como base del problema para la fundamentación de la ontología, es preciso que la Crítica acentúe especialmente esta diferencia entre el conocimiento finito e infinito. Por eso Kant dice acerca de la Crítica de la razón pura que «enseña a tomar el objeto en dos significaciones, a saber, como fenómeno y como cosa en sí». En un sentido estricto, no es lícito hablar de «objeto»; pues para el conocimiento absoluto no puede haber objetos. Kant dice en el Opus postumum que la cosa en sí no es un ente diferente del fenómeno, es decir, «la diferencia de conceptos relativos a la cosa en sí y a la cosa en tanto que fenómeno no es objetiva sino solamente subjetiva». La cosa en sí no es otro objeto, sino otra relación (respectus) de la representación respecto al mismo objeto.

A partir de esta interpretación de los conceptos de «fenómeno» y «cosa en sí», obtenida por la diferencia entre conocimiento finito e infinito, es posible aclarar lo que quieren decir las palabras: «más allá del fenómeno» y «fenómeno puro». Este «más allá» no puede significar que la cosa en sí se enfrente como objeto, a pesar de todo, al conocimiento finito como tal, tampoco quiere decir que la cosa en sí no pueda ser aprehendida «perfectamente», oculte su ser, y se manifieste a veces indirectamente. Este «más allá del fenómeno» expresa más bien que el conocimiento finito, en tanto finito, esconde simultánea y necesariamente a «la cosa en sí» y que la esconde previamente, de suerte que «la cosa en sí» no solamente no le es accesible perfectamente, sino que, por esencia, no le es accesible de ningún modo. El «más allá del fenómeno» es el mismo ente que el fenómeno. Pero éste no ofrece al ente sino como objeto, le es imposible dejar ver ese mismo ente como creación. «Según la Crítica todo lo que se manifiesta en un fenómeno es a su vez fenómeno.»

Entiende mal lo que quiere decir cosa en sí quien cree que hay necesidad de demostrar, a través de una crítica positiva, la imposibilidad del conocimiento de las cosas en sí. Tales intentos de demostración suponen todavía que la cosa en sí es algo que es considerado como objeto dentro del conocimiento finito, pero cuya inaccesibilidad fáctica puede y debe demostrarse.

Correlativamente, en la expresión «fenómeno puro» el adjetivo «puro» no significa una limitación o disminución de la realidad de la cosa, sino que niega solamente que el ente pueda conocerse de un modo infinito, en el conocimiento humano. «En el mundo sensible y aún en la investigación profunda de sus objetos, no tenemos conocimiento más que de fenómenos.»

La esencia de la diferencia entre fenómeno y cosa en sí salta muy claramente a la vista en el doble significado de la expresión «fuera de nosotros». Ambas acepciones mientan al ente mismo. Como cosa en sí el ente está fuera de nosotros, ya que nosotros, como seres finitos, estamos excluidos de la forma de intuición infinita que le corresponde. Cuando la expresión significa fenómeno, el ente está fuera de nosotros, puesto que nosotros mismos no somos este ente, teniendo sin embargo acceso a él. El examen de la diferencia entre conocimiento finito e infinito, en vista del carácter distinto de lo que por él se conoce, manifiesta, por otra parte, que los conceptos de fenómeno y cosa en sí, fundamentales para la Crítica, pueden hacerse comprensibles, y se convierten en un problema ulterior, únicamente por la fundamentación explícita de la problemática de la finitud del ser humano. Pero de ninguna manera serían dos diferentes capas de objetos, puestas la una detrás de la otra, dentro de «un» conocimiento tomado en forma completamente neutral.

Waelhens & Biemel

Original

Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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