GA26:95-96 – mônadas

Norro

En la primera caracterización de las mónadas, los puntos ‘animados’ y animantes, hemos partido intencionadamente de la extensio para poner en claro que el problema monadológico se impone también allí donde el ente como tal no tiene el modo de ser de la vida.

Por tanto, ¿qué más hay que afirmar, ante todo, respecto de la idea de mónada? Tres puntos: 1° Las unidades, los puntos, no necesitan, por su parte, unificación, sino que son los que proporcionan la unidad, hacen posible algo. 2.° Las unidades, en tanto que confieren la unidad, son ellas mismas unificantes de modo originario, en cierto modo, son activas. En consecuencia, Leibniz designa estos puntos como vis primitiva, force primitive, fuerza simple originaria. 3.° Esta concepción de la mónada tiene una intención metafísico-ontológica. Por esta razón, Leibniz denomina estos puntos también points métaphy-siques (op. cit., 482), “puntos metafísicos”, no puntos matemáticos. Además los llama ‘átomos formales’, no materiales, es decir, no son las últimas partículas elementales de la ϋλη, de la materia, sino el principio originario e indivisible de la formación, de la forma, el εἶδος.

Todo ente por sí está constituido como mónada, es decir, ipsum persistens… primitivam vim habet 1 (carta a De Volder, 21 de enero de 1704; Gerh. II, 262). ¿Qué quiere decir que todo ente por sí (96) está dotado de fuerza? La comprensión del sentido metafísico de la doctrina de las mónadas depende de que comprendamos correctamente el concepto de vis primitiva.

Vemos algo esencial: el problema de la sustancialidad de la sustancia debe ser resuelto positivamente y éste es, para Leibniz, el problema de la unidad’ de la mónada. Sobre este horizonte del problema de la determinación positiva de la unidad de la sustancia se debe comprender todo lo que se dice a propósito de la ‘fuerza’ y de su función metafísica. Tiene que comprenderse el carácter de ‘fuerza’ a partir del problema de la unidad que subyace en la substancialidad.

Sólo hoy aprendemos de nuevo a penetrar en el significado de principio, pero también en la dificultad del problema de la metafísica general. Sólo a partir de la ruptura total del filosofar actual con la gran tradición antigua de la filosofía se explica la perplejidad frente a los problemas metafísicos. Sólo esto puede ser la razón de que no se intente comprender radicalmente la monadología leibniziana a partir de su intención esencial, a pesar de que Leibniz había puesto de relieve inequívocamente su sentido metafísico general y la importancia del problema monadológico de la sustancia, en el breve artículo ya mencionado De primae Philosophiae Emendatione, et de Notione Substantiae (sobre la mejora de la filosofía primera, es decir, la metafísica general —ontología—, mediante una clarificación del concepto de sustancia, o sea, mediante una interpretación monadológica de la substancialidad).

Heim

Original

  1. “lo persistente por sí mismo… tiene fuerza primitiva”.[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

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