GA26:89-91 – monadologia

Norro

Ante todo debemos fijar dos puntos: 1.° La monadología, como interpretación de la substancialidad de la sustancia, determina el ser del auténtico ente. Por tanto, ella es ontología, metafísica. Y, por supuesto, metafísica general, ya que debe alcanzar un concepto del ser que ataña a todo ente auténtico, sea naturaleza física, viviente (plantas, animales), existente en el sentido del hombre, Dios; no obstante, debe, a la vez, hacer posible que el concepto de ser establezca las diferencias de los distintos entes en la unidad de un concepto general. 2.° Ahora bien, precisamente la esencia del conocimiento ontológico y su realización explícita en Leibniz es, con mucho, oscura y tentativa. Por consiguiente, su interpretación monadológica de la sustancia, justamente cuando sigue las tendencias más radicales, está destinada a volverse insensiblemente impenetrable y confundirse con otra. El pensamiento de Leibniz supone sólo una preparación para la distinción entre el saber metafísico y el saber no metafísico, que vendrá a la luz con Kant para después quedar de nuevo sepultada.

Recordemos una vez más el contexto de problemas que ha de guiamos. Buscamos, de la mano de la monadología, aclaración sobre el ser del ente (de la sustancia). Hasta ahora sabemos que el ente, acerca del que se juzga, el subjectum, está determinado por la totalidad de las notas características compatibles entre sí, mediante la co-pertinencia misma, la identidad en tanto que unidad de esta multiplicidad. ¿Se da un nexo entre la interpretación del ente como identidad y la del ente en tanto que mónada? ¿Cuál es? ¿Nos proporciona el descubrimiento de este nexo la comprensión de lo que buscamos: los fundamentos metafísicos de la lógica leibniziana y, de este modo, una comprensión ejemplar de cómo la lógica general está arraigada en la metafísica general?

Ya la expresión que Leibniz elige para designar la substancialidad de la sustancia es característica: ‘mónada’. La palabra griega μονάς quiere decir: lo simple, la unidad, el uno, pero también: lo individual, lo solitario. (90) Leibniz usó esta expresión sólo después de establecer su metafísica de la sustancia y, por supuesto, sólo después de 1696; La tomó de F. M. van Helmont o de Giordano Bruno. Lo que Leibniz quiere significar con ‘mónada’ reúne, por decirlo así, todos los significados griegos fundamentales. La esencia de la sustancia se encuentra en que ella es mónada, es decir, el auténtico ente tiene el carácter de la ‘unidad’ simple del individuo, de lo que es-por-sí. Anticipando, ‘mónada’ quiere decir lo que unifica de modo simple y originario, lo que individúa de antemano.

La dirección según la cual Leibniz trata de comprender la esencia de la sustancia de un modo nuevo, más originario y universal, se pone de manifiesto si recordamos los intentos inmediatamente anteriores de Descartes y Spinoza. Descartes dice en los Principia Philosophiae (I, 51): Per substantiam nihil aliud intelligere possumus, quam rem quae ita existit, ut nulla alia re indigeat ad existendum 1. Lo característico de ella se ve en su no menesterosidad. En Spinoza se dice (Ethica I, def. 3): Per substantiam intelligo id, quod in se est, et per se concipitur: hoc est id, cujus conceptus non indiget conceptu alterius rei, a quo formari debeat 2. Según esta definición la sustancia se da en sí, pero también aquí lo esencial sigue estando determinado negativamente.

El darse-en-sí, el sustrato irreductible, pertenece al concepto de sustancia desde siempre, como pone de relieve el término hypokeimenon. Lo que añaden Descartes y Spinoza es esencialmente negativo o se refiere al modo de comprensión de la sustancia. Frente a esto, Leibniz quiere precisamente determinar de manera positiva la substancialidad de la sustancia. ¿En qué medida es la caracterización de la sustancia como mónada, como unidad’, esta interpretación positiva? Y ¿qué quiere decir aquí ‘unidad’?

Hemos escuchado que la monadología es una metafísica general; sin embargo, o precisamente por ello, debe estar orientada a todos los entes. Así también el problema candente del ser de la naturaleza, (91) tanto de la físico-inorgánica como de la orgánica, que era un problema candente en la época de Leibniz, es un hilo conductor de la concepción de la monadología, aunque no es el único, ni siquiera el definitivo en última instancia.

Heim

Original

  1. “Podemos entender por sustancia no más que la cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir”.[↩]
  2. “Por sustancia entiendo aquello que es en sí y se concibe por sí, esto es, aquello cuyo concepto no necesita del concepto de otra cosa a partir del cual deba formarse”.[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

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