GA26:100-103 – poder ou faculdade

Norro

El término ‘facultad’ tiene un doble significado: por una parte, quiere decir la facultad de realizar; le corresponde la realización misma, el actus en el sentido de la actio. Y a este fenómeno, es decir, a la facultad de ejecutar, parece que ha de asignársele en primer lugar y sobre todo la expresión ‘facultad’; y naturalmente se encuentra en este fenómeno de la facultad el motivo primario para la construcción del concepto de posibilidad en general. La facultad, en otro sentido, es la facultad de padecer, es decir, el dejar-hacerse-algo: la facultad en el sentido de inclinación a…; la disposición. Le corresponde el actus en el sentido de forma, la efectividad. ‘Facultad’, como el término de lo que se deja que se le efectúe algo, parece que es un significado derivado.

En este punto se pone en claro que al doble concepto de potentia, facultad, le corresponde un doble concepto de actus. Tomás dice en el mismo lugar: Actus autem est duplex: scilicet primus, qui est forma; et secundus, qui est operatio. Pero el concepto de acto es doble: el ‘primero’ quiere decir el carácter de ser efectuado, (101) o mejor: la efectividad de algo, ‘forma’; el ‘segundo’ el acto como causar —de algo ya efectivo-; aquí, por tanto, la numeración obedece al asunto.

Al actus qua forma le corresponde la potentia pasiva; al actus qua actio, la potentia activa. Pero el tipo de correspondencia es distinto en ambos pares de conceptos. Sobre esto, dice Tomás (Summa theologica I, q. XXY a. 1, ad 1): Potentia activa non dividitur contra actum, sed fundatur in eo; nam unumquodque agit secundum quod est in actu. Potentia vero passiva dividitur contra actum; nam unumquodque patitur, secundum quod est in potentia. La facultad de ejecutar no se distingue del actus qua efectividad, o sea, no es algo independiente, sino algo que sólo puede ejecutar algo si ella mismo es efectiva; algo no puede ser lo que es si no es efectivo. Por el contrario, la facultad de convertirse en algo, el dejarse que le ocurra algo, se distingue de la efectividad; pues aquí lo que se hace efectivo depende propiamente de la constitución de aquello que permite que le ocurra algo. La disposición a… se distingue de lo que algo puede ser y llegar a ser en virtud de esta disposición. La disposición en sí no tiene necesidad de ser efectuada.

Éstas son distinciones importantes en la perspectiva ontológica general que durante mucho tiempo no han sido aceptadas ni interpretadas suficientemente. Hay que ver más allá de la forma escolar de una lista de distinciones.

Leibniz delimita su concepto de vis activa, de fuerza, en relación a esta distinción de la potentia activa y pasiva, o más precisamente, en relación a la potentia activa. Vis activa y potentia activa parecen significar, de acuerdo con la palabra, lo mismo. Pero (op. eit; Gerh. IV 469):

Differt enim vis activa a potentia nuda vulgo scholis cognita, quod potentia activa Scholasticorum, seu facultas, nihil aliud est quam propinqua agendi possibilitas, quae tamen aliena excitatione et velut stimulo indiget, ut in actum transferatur.

“Pues se distingue (102) la vis activa de la mera facultad de producir, conocida por los escolásticos porque la facultad de producir o la capacidad de llevar a cabo no es más que la posibilidad inmediata de hacer, de efectuar que naturalmente necesita de un estímulo externo, algo así como un aguijón, para pasar al acto.” Por consiguiente, la potentia activa de la escolástica es un mero ser capaz de actuar y de tal modo justamente que este ser capaz de… esté cerca de efectuar pero que todavía no efectúa. Ella es una capacidad subsistente en lo subsistente, que todavía no ha entrado en juego.

Sed vis activa actum quendam sive έντελέχειαν continet, atque inter facultatem agendi actionemque ipsam media est, est conatum involvit. (Ibid.; cf. también, infra, nisus, inclinación.) “Pero la vis activa contiene un determinado efectuar ya efectivo, es decir, una entelequia, es algo intermedio entre la mera capacidad de efectuar que está en reposo y el efectuar mismo e incluye dentro de sí un conatus, un intento.”

En consecuencia, la vis activa es un cierto efectuar, pero, sin embargo, no es el efectuar en su auténtico operar; una capacidad, mas tampoco una capacidad en reposo. Lo que aquí Leibniz quiere indicar lo denomimanos tender a…, mejor todavía, para expresar el momento específico del efectuar ya en cierto modo efectivo: el impulsar, el impulso. No se quiere decir, por tanto, una disposición ni tampoco un proceso, sino el apoyarse a sí mismo; el interesarse-por-sí-mismo (como en el giro ‘le importa… el instarse a sí mismo.

Lo característico en el impulso es que él, por sí mismo, lleva a efectuar y esto no de forma ocasional, sino de modo esencial. Este llevarse a sí a… no necesita de un acicate que proceda de otro sitio. El impulso es el estímulo que, precisamente por su naturaleza, es estimulado por sí mismo. Pero en el fenómeno del impulso no se encuentra sólo que él, por decirlo así, lleve consigo por sí mismo la causa, en el sentido del desencadenante (103), sino que el impulso, en cuanto tal, está siempre ya desencadenado, pero de un modo tal que está todavía cargado, tenso. A esto corresponde el hecho de que el impulso pueda ser obstaculizado en su tender, pero no por ello es idéntico con la mera capacidad en reposo de efectuar. Sin embargo, la eliminación del obstáculo puede liberar el tender antes que cualquier otra cosa. El impulso no necesita, pues, de una causa extema que venga a él, sino que, al contrario, sólo de la eliminación de algún obstáculo subsistente, o, para utilizar una feliz expresión de Max Scheler: la desinhibición. Leibniz dice (ibíd.): Atque ita per se ipsam in operationem fertur; nec auxiliis indiget, sed sola sublatione impedimenti 1. La imagen de un arco tendido hace intuible lo que se quiere decir.

Después de esta explicación de la vis activa como impulso —traducirlo por ‘fuerza’ puede llevar a confusión porque precisamente por con facilidad suscita la representación de una propiedad en reposo-, Leibniz alcanza la determinación fundamental (470): Et hanc agendi virtutem omni substantitae inesse ajo, semperque aliquam ex ea actionem nasci. “Digo, por tanto, que esta fiieiza inhiere en toda sustancia (constituye su subs-tancialidad) y siempre da a luz un cierto efectuar”, ella es precisamente impulso, o sea, productiva; producere quiere decir: llevar afuera, generar desde sí y conservar en sí lo dado de este modo. Pero esta determinación como impulso vale también para la sustancia corpórea; en el choque recíproco de los cuerpos el impulso sólo es delimitado y restringido de varios modos. Esto lo pasaron por alto aquéllos —los cartesianos- essentiam eius (substantiae corporeae) in sola extensio… collocaverunt 2 (ibid.).

Todo ente tiene este carácter de impulso, está determinado en su ser como impulsante. Este es el carácter metafísico fundamental de la mónada, con esto todavía no queda determinada la estructura de este impulso.

Heim

Original

  1. “Es llevado así a operar por sí mismo, no precisa de nada más salvo de que se remuevan los obstáculos”.[↩]
  2. “que habían colocado su esencia (de la sustancia corpórea) sólo en la extensión”.[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

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