GA24:18-19 – Sein – Seiende / ser – ente

García Norro

Podemos siempre, y con facilidad, traer ante nosotros y representarnos el ente de una determinada esfera. Podemos, como (38) se suele decir, pensar algo acerca de él. Pero ¿qué ocurre con el objeto de la filosofía? ¿Se puede representar algo así como el ser? ¿No nos mareamos al intentarlo? De hecho, estamos, de entrada, desconcertados y es como si pretendiésemos agarrar el vacío. Ente — esto es algo, una mesa, una silla, un árbol, el cielo, un cuerpo, unas palabras, una acción — . Un ente sí, ¿pero el ser? Lo mismo ocurre con la nada. Y nada menos que Hegel dijo: ser y nada son lo mismo. ¿Es la filosofía como ciencia del ser la ciencia de la nada? Debemos, al comienzo de nuestra consideración, confesar sin ningún recato ni disimulo que con «ser», de entrada, no podemos pensar nada. Por otra parte, afirmamos asimismo que pensamos el ser continuamente. Incontables veces decimos todos los días, tanto en alto como en silencio para nosotros mismos: esto o aquello es tal o cual, aquello no es así, eso fue o será. En cada uno de los usos de un verbo hemos ya pensado el ser y lo hemos comprendido. Entendemos inmediatamente que hoy es sábado, que el sol ha salido. Comprendemos (verstehen) el «es» que usamos al hablar pero no lo comprendemos conceptualmente (begreifen). El sentido de este «es» nos permanece oculto. El comprender el «es» y, con ello, el ser en general es tan comprensible de suyo que pudo extenderse en la filosofía un dogma hasta hoy incontestado: el ser es el concepto más simple y el más comprensible de suyo; ni es capaz de determinación ni necesita de ella. Nos apoyamos en el sano sentido común del hombre. Pero siempre que se convierta al sano sentido común en la última instancia de la filosofía, debemos desconfiar de la filosofía. Hegel dice en Sobre la esencia de la crítica filosófica en general: «La filosofía es de acuerdo con su naturaleza algo esotérico, por sí misma ni está hecha para el pueblo ni es susceptible de ser adobada para él. Es filosofía únicamente porque se contrapone al entendimiento y, todavía más, al sentido común del hombre, que no es sino la visión limitada temporal y localmente de una generación de seres humanos; en relación con ésta, el mundo de la filosofía es en sí y por sí mismo un mundo trastocado (verkehrte Welt1. Las pretensiones y las pautas del sentido común humano carecen de toda validez y no representan ninguna instancia respecto de lo que es y de lo que no es la filosofía. (p. 38-39)

Hofstadter

Original

  1. G. W. F. Hegel, Über das Wesen der philosophischen Kritik überhaupt, en Sämtliche Werke 1, ed. de Glöckner, pp. 185 s.[↩]
  2. In Hegel, Sämtliche Werke, cd. Glöckner, vol. 1. pp. 185-186. [The quotation departs from the cited text in two minute points — the entire passage is at the top of p. 185. and a comma is omitted after the word “Verstand.” The phrase “eine verkehrte Welt,” “a topsy-turvy, an inverted, world,” anticipates Hegels later use of it in the Phenomenology in a section (A. 3) entitled “Force and Understanding: Appearance and the Supersensible World.” It is precisely by going contrary to the understanding that the inverted world makes possible the passage from consciousness to self-consciousness, and eventually to subject, reason, and spirit. It is of interest that Hegel was already using this phrase by 1802, and indeed as the characteristic of what is specifically philosophical in comparison with ordinary scientific understanding, and that Heidegger chooses this early passage, with its reverberations, in the present context of the discussion of the nature of philosophical thinking. Heidegger employs the phrase several times in these lectures; see Lexicon; inverted world. More idiomatically one could simply say, ’’Philosophy’s world is a crazy world.”[↩]
  3. Hegel, WW (Glöckner) Bd. 1, p. 185 f.[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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