a) El ser y el “en-vista-de-qué ” del comprender
ousia y agathon. ¿Cómo se pasa de los principios y de las determinaciones fundamentales del ente, de las ideas como estructuras de ser, a la idea del agathon, de lo lógico a lo ético, del ser al deber? ousia y agathon.
El ser, es decir, el ser-ente (das Seiende-Sein), es lo comprendido pura y simplemente en vista de sí mismo y lo que solo así puede ser comprendido. El «en vista de sí mismo», esto es, el fin de toda comprensión. Si digo «en vista de sí mismo», formulo aún un enunciado sobre él: fin, peras, agathon. En sentido ingenuamente óntico: algo más alto que el ser mismo, algo que está aún más allá. Pero considerado más atentamente, no se trata de una proposición sobre el ser, sino una proposición que aleja de él, que no lo aprehende precisamente en sí mismo, sino de una manera oblicua, relativamente a su comprensión, lo que es para ella y no en sí mismo. Incluso el ‘ser’ como principio es una caracterización derivada.
Se trata del ser del Dasein, del alma misma. Se trata de su ser; el «en-vista-de-qué» (Worumwillen) de este ente es precisamente «para ser». El ente a cuyo ser pertenece la comprensión del ser. Comprensión del ser: poder-ser al que le va el ser. En términos griegos: aquello de que se trata, el «en-vista-de-qué», él mismo como ente, el bien. El ser es el telos, el «fin», el agathon. Al agathon se llega porque el ser es comprendido como un ente, una propiedad óntica: el bien. Respecto del alma, el agathon se dice más de lo que admite su sentido. Volver a situar la proposición ontológica dentro de sus límites.
Conocer, ver, es actuar, estar fuera de sí refiriéndose a algo (Aussein auf).
agathon, peras; todo ver está ya y ante todo referido a la luz. En ella se realiza la comprensión del ser. El ser a través de la idea, lo «visto»; el ser a través del agathon, el «en-vista-de-qué», el «fin». La idea del bien es el ser y el ente propiamente dicho.
b) Ser y valor 1
Ser significa por lo pronto presencia. Pero además el ser es «en-vista-de-qué,», el para-qué, agathon, opheleia, «utilidad». El mismo está separado y, como on, igualado de alguna manera con la ousia2. La contribucionalidad (Beiträglichkeit) misma no es comprendida otológicamente, sino coordinada con el ser, porque el ser mismo es reducido a pura permanencia (Bestand), presencia cósica (Dinganwesenheit). Pero además, en razón de una insuficiente concepción del ser, la cosa tiene «aún» un para-qué (umzu), un valor.
Pero ¿cómo se dan las cosas en el ámbito moral? También allí con mayor razón. ¡ Se trata de! (es geht um!). ¡Existencia!¡Poder-ser!