GA20:60-61 – intentio e intentum

Aspiuza

Tenemos, pues, una peculiar inherencia mutua entre el modo del ser-in-tendido, la intentio, y el intentum, donde hay que entender intentum, lo intendido en el sentido señalado: no lo percibido en cuanto ente, sino lo ente en el cómo de su ser-percibido; el intentum, en el cómo de su ser-intendido. Sólo con el cómo del ser-intendido inherente a toda intentio se logra poner a la vista, aunque sólo sea de modo provisional, la constitución fundamental de la intencionalidad.

Intentio se suele entender en la fenomenología también en cuanto pensar 1. Hay relación entre el pensamiento y lo pensado, entre noesis y noema. Νοεῖν significa percibir 2, aprehender de modo directo, el percibir y lo percibido en el modo de su ser-percibido. Señalo estos términos porque en ellos se contiene no sólo una terminología, sino también una determinada interpretación del dirigir-se-a. Todo dirigir-se-a, temor, esperanza, amor, tiene el carácter del dirigir-se-a que Husserl denomina noesis. Por cuanto νοείν proviene de la esfera del conocimiento teórico, se da aquí una interpretación de la esfera práctica que enraiza en la teórica. Con todo, no resulta peligrosa dicha terminología para nuestros fines, es decir, para dejar claro cómo la intencionalidad sólo se define plenamente cuando se la llega a ver en cuanto inherencia mutua de intentio e intentum. A modo de resumen se podría decir que como la intencionalidad no es para (69) nada una correspondencia posteriormente añadida entre vivencias y objetos que de primeras fueran no intencionales, sino más bien una estructura, por ello es imprescindible que el a-qué intencional propio de cada caso, el intentum, sea inherente a la constitución básica de dicha estructura. Esta exposición provisional de la constitución básica de la intencionalidad en cuanto inherencia mutua de intentio e intentum no es la última palabra, sino únicamente una primera indicación, la presentación de un campo temático que será objeto de consideración.

Kisiel

Original

  1. Vermeinen: «figurarse, creer, suponer». No está claro que Husserl lo distinguiera de meinen, «mentar», «pensar (en el sentido más formal del término)», «tener en la cabeza»; si acaso, se estaría poniendo el acento en esto, en el hecho del pensar, con independencia de la existencia o no de lo mentado, lo pensado. Quede claro que sólo en este párrafo vale «pensar» por Vermeinen. (N. del T)[↩]
  2. Vernehmen: «percibir, oír, llegar a saber (por medio de la palabra)». En las lecciones de 1923, Ontologie. Hermeneutik der Faktizität, traducía Heidegger el νοεῖν del fr. 3 de Parménides (τό γὰρ άυτό νοεῖν ἐστίν τε καὶ ειναι) por vernehmendes Vermeinen, «pensar percatándose». (Véase Ontologia. Hermenéutica de la facticidad, Alianza Editorial, 1999, p. 117, nota 17.) En estas lecciones de 1925, en la p. 200 lo traduce simplemente por Vernehmen. N. del T)[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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