GA20:335-338 – das Man

Aspiunza

Así pues, hay que poner al descubierto en la estructura del Dasein cómo se constituyen tal estar-con-otros determinado a partir del mundo y esa entendibilidad común que con él se da. Debemos preguntar: ¿quién es verdaderamente (305) el que en principio se entiende en tal estar-con-otros? ¿Cómo hay que interpretar el propio entender-de en cuanto modo de ser del estar-con-otros a partir de la constitución de ser del Dasein? Sólo sobre esa base se podrá seguir preguntando: no cómo llega en absoluto a tener lugar el entender-de, sino cómo, siguiendo posibilidades de ser del Dasein, ese entendimiento recíproco que con el Dasein existe ya siempre puede obstruirse y extraviarse, de tal modo que justo sobre la base de un entenderse los unos a los otros que existe ya siempre no se llegue a un auténtico entenderse, que el entendimiento en el sentido del entenderse los unos a los otros quede siempre reprimido y contenido en cierto modo de ser normal del propio Dasein.

Así pues, también la exposición de este nuevo rasgo del estar-siendo-en —el co-estar-siendo—, en el modo de ser en particular del ser desde el mundo, nos insta a volver a la cuestión de la que partíamos: ¿quién es ese Dasein en su cotidianidad? No se debe caer en el error de creer que con decir que el Dasein es siempre el mío —el ser que yo mismo soy— se esté ya respondiendo también a la pregunta acerca de quién es el Dasein en su cotidianidad. Precisamente porque quien pregunta acerca del quién de su ser se codetermina a partir del ser del Dasein que en su manera de ser siempre es lo que es. Esta explicación fenomenológica toma el Dasein en el modo de ser de la cotidianidad, en el quedar absorbidos en el mundo los unos con los otros ocupándose. El Dasein en cuanto co-estar-siendo es ese estar-con-otros. El quién del ser de ese estar-con-otros responde, por lo tanto, desde dicho estar-con-otros. El quién de la cotidianidad es el «uno».

Ya se había señalado que en principio y por lo general 1 en el ocuparse cotidiano el Dasein siempre es en cada ocasión aquello que está haciendo. Uno mismo es lo que uno hace 2. La interpretación de la cotidianidad del Dasein toma el horizonte para la denominación y la interpretación de lo que siempre le ocupa. Se es zapatero, sastre, maestro, banquero. En esto el Dasein es algo que también los demás pueden ser, y son. Los otros no sólo coexisten aquí en el mundo-en-torno, esto es, no sólo se tiene en consideración su Mitdasein, por cuanto aquello en que nos ocupamos también cuenta, por lo que hace a su empleabilidad o a su valor, para los demás, sino también por haber otros que hacen lo mismo, que se ocupan en lo (306) mismo 3. En ambos respectos el co-estar-siendo con los demás se da en una relación (de comparación) 4 con ellos, es decir, en comparación con los demás y con lo que los demás hacen es como se considera el hacer, el ocuparse propio más o menos logrado o provechoso; en relación a quienes hacen lo mismo, más o menos destacable, inferior, valorable o lo que sea. Respecto del ocuparse en aquello en que uno se ocupa, con, a favor o en contra de ellos, los demás no están simplemente ahí, sino que el ocuparse vive en cuanto ocuparse constantemente al cuidado de una diferencia frente a los demás, aun cuando sólo sea para compensarla, ya porque el Dasein propio quiere, digamos, recuperar el terreno perdido frente a los demás, ya porque, estando por delante, desea impedir que los otros medren. Esta peculiar estructura de ser que rige el co-estar-siendo con los demás en el modo cotidiano del ocuparse la denominamos fenómeno de distanciamiento (Abständigkeit) —cuidado de la distancia por parte del Dasein—, con independencia de lo consciente o inconsciente que sea. Precisamente quizás cuanto menos sepa de ello el ocuparse cotidiano tanto más insistente y originario resulte este modo de ser con respecto a los demás. Hay gente, por ejemplo, que hace lo que hace pura y exclusivamente por ambición sin tener ningún otro tipo de interés por su quehacer. Todas estas observaciones, por supuesto, no tienen connotación moral alguna, sino que sólo pretenden caracterizar lo que se podría llamar en sentido amplio movimientos que el Dasein hace en su cotidianidad.

El ocuparse propio —el Dasein en cuanto co-estar-siendo— ha puesto, de esa manera, a los demás a su cuidado; mejor formulado: el Dasein en cuanto co-estar-siendo es vivido por el Mitdasein de los demás y el mundo con que se ocupa de tal y cual manera. Justamente en el quehacer cotidiano más propio el Dasein, en cuanto co-estar-siendo con los demás, no es él mismo, sino que son los demás los que viven el propio Dasein. Esos otros no tienen por qué ser ningún otro concreto. Cualquier otro puede representar a esos otros. Es absolutamente indiferente el quién ocasional; lo que importa son sólo los otros de que forma parte el Dasein propio. Este peculiar «los demás», «los otros» de que uno mismo es parte y que uno mismo es en el estar-con-otros, es, como si dijéramos, el «sujeto» —lo que en todo momento está aquí, existe— que se hace cargo de todo el ocuparse cotidiano.

Por cuanto el Dasein, en el ocuparse de su mundo, es co-estar-siendo, y en cuanto tal co-estar-siendo con los demás queda absorbido en el mundo, (307) ese mundo-en-torno común es al mismo tiempo el mundo-en-torno público que cada uno ha puesto a su cuidado, y tiene en consideración, del cual hace uso, y en el que se mueve de una u otra manera. Nos movemos aquí en maneras de ser con los demás que cualquier otro, exactamente igual que yo, es, en las que cesa cualquier diferencia referente a las ocupaciones o a la profesión. Ese estar-con-otros disuelve por completo el Dasein propio en el modo de ser de los demás; se deja de tal manera llevar por los demás que los demás, en lo que tienen de diferentes, desaparecen todavía más. En el ámbito de sus posibilidades de ser, cada uno es plenamente el otro. Aquí es donde el particular «sujeto» de la cotidianidad —el uno— tiene pleno dominio. El estar-con-otros público se vive plenamente desde ese uno. Uno goza y disfruta como se goza; leemos y juzgamos de literatura como se juzga; oímos música como se oye música; hablamos de algo como se habla 5.

Kisiel

Original

  1. im Zunächst und Zumeist: zunächst und zumeist es lo que se vierte por «en principio y en general»; se trata simplemente de dos adverbios —es una fórmula que en Ser y tiempo no hará sino repetirse incontables veces. Heidegger, sin embargo, aquí en esta frase substancializa los dos adverbios para indicar que «en principio y en general» son dos rasgos constantes de la cotidianidad. (N. del T.)[↩]
  2. En mejor castellano: «se es lo que se hace». (N. del T)[↩]
  3. Se trata sólo de besorgen, en su doble acepción de «hacer (algo)» y «ocuparse de (algo)». (N. del T)[↩]
  4. El original dice: in einem Verhältnis zu ihnen. La relación ahí denotada tiene algo de medición, de comparación de valores, como parece corroborar la subsiguiente explicación. (N. del T)[↩]
  5. En el original aparece siempre man, que aquí por corrección traduzco con «se». (N. del T)[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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