GA20:§26 – Mitsein – Mitdasein

Jaime Aspiunza

En el anterior análisis de la constitución básica del Dasein en cuanto estar-siendo-en-el-mundo el tema era el mundo en cuanto en-qué del Dasein, tomado éste en su sentido concreto de estar-siendo-en. Pero en ese análisis del mundo tampoco resaltábamos todos los fenómenos que allí aparecían. Al explicar el mundo-en-torno del trabajador se nos mostraba el fenómeno del mundo público. Tanto en el trabajo a que se atendía como en el material que se empleaba y en las herramientas que se usaban hay otros, para quienes se hace el trabajo, quienes a su vez han fabricado las herramientas, que co-están, que con-son aquí, que coexisten 1. En el mundo del ocuparse comparecen otros, y ese comparecer es un co-estar, un con-ser aquí, un coexistir, no un estar ahí. No hemos vuelto a tener en cuenta a (297) esos otros por lo que hace a su modo de ser ni mucho menos a su manera de comparecer.

Por otro lado, se habló también del mundo-en-torno público, contraponiéndolo al en cada caso propio, y de la fluctuante frontera entre el estar-siendo-en-el-mundo público y el estar-siendo-en-el-mundo propio. El mundo-en-torno, decíamos, no sólo es el mío sino también el de los demás, el de los otros 2. Una vez más se nos mostraba el fenómeno de los otros, sin que tampoco entonces lo resaltáramos con mayor acuidad – los otros, de quienes decíamos que comparecen ante nosotros. No es que hayamos pasado por alto el fenómeno de «los demás», de «los otros» que coexisten en el mundo-en-torno, ni siquiera en los contextos ya tratados, sino que deliberadamente hemos restringido el análisis del mundo-en-torno sólo a las cosas que comparecen en ese mundo-en-torno. Esto supone una reducción violenta del análisis del mundo, exigida, no obstante, por el propio asunto, como más adelante se verá.

Es verdad que hasta ahora no hemos tenido en cuenta a los demás y su ser, pero tampoco – y eso es algo que se debe tener bien presente – hemos partido en nuestro análisis del presupuesto de que en principio esté yo solo en el mundo o de que en principio se dé el «yo» sin el mundo. Una vez rechazados tales planteamientos y puesto de manifiesto el estar-siendo-en-el-mundo, hablar del aislamiento del yo o de que «esté yo solo en el mundo» es algo que carece de sentido. La última formulación de lo que primero se halla en el fenómeno del Dasein – «estoy siendo en un mundo» – sería ya mucho más adecuada que «en principio existe un mero sujeto sin mundo». Pero incluso esa formulación: «en principio se da un yo con su estar-siendo-en-el-mundo», resulta errónea. Puesto que, al tratar del estar-siendo-en-el-mundo nos referimos siempre al estar absorbido en el mundo del ocuparse cotidiano inmediato, en el cual los demás, los otros, también coexisten. Así pues, nada de un «sujeto» y un «yo» a los se contrapusieran un «objeto» o un «no-yo». Esa indeterminación en la que dejábamos el «quién» que el Dasein es, así como el no haber resaltado a los otros que comparecen junto con el mundo, fue algo metodológicamente deliberado, exigido por la subsistencia fenoménica básica del existir cotidiano.

Así las cosas, ¿qué significa para el ser del Dasein esa indeterminación del «quién» y esa falta de resalte de los otros en el mundo-en-torno? Sencillamente que el Dasein, en cuanto estar-siendo-en-el-mundo, es al mismo tiempo (298) estar-con-otros – mejor dicho: «co-estar-siendo» 3. El enunciado fenomenológico: «El Dasein, en cuanto estar-siendo-en-el-mundo, es co-estar-siendo con otros», tiene un sentido ontológico-existencial y no pretende dar expresión al hecho de que efectivamente yo no soy un ser único y de que existen otros entes de mi especie. Si con tal definición pretendiera decir eso, que efectivamente yo no soy un ser único, estaría hablando de mi Dasein como si éste fuera una cosa que está ahí en el mundo-en-torno; y el ser no sería una caracterización que conviniera al Dasein por sí mismo, en razón de su manera de ser, sino que el co-estar-siendo sería algo que el Dasein ocasionalmente tendría, precisamente por causa de la existencia de los demás. El Dasein sería co-estar-siendo sólo porque los demás efectivamente existen.

El co-estar-siendo supone un carácter de ser co-originario con el estar-siendo-en-el-mundo del Dasein en cuanto tal, y ésa es la condición formal de posibilidad del co-estar-alumbrado 4 del Dasein de los demás para el Dasein siempre propio. Este carácter del co-estar-siendo caracteriza al Dasein incluso cuando de hecho al otro Dasein no se le aborda para hablarle sino que se lo percibe como algo que está ahí. Hasta el estar solo del Dasein es co-estar-siendo en el mundo. El estar solo no es sino una forma deficiente del co-estar-siendo – falta el otro – ; con ello, sin embargo, se apunta justamente el carácter positivo del co-estar-siendo. Falta el otro, eso quiere decir que la constitución de ser del Dasein en cuanto co-estar-siendo no llega fácticamente a completarse. El que falte el otro es algo que sólo puede darse si mi propio ser es co-estar-siendo; es una modificación del ser de mi propio Dasein y en cuanto tal una manera positiva de mi ser: sólo porque es co-estar-siendo puede el Dasein estar solo. Por otro lado, no se acaba con la soledad de nadie por poner a su lado otro ejemplar del género humano, ni siquiera otros diez. Por muchos que haya a su lado puede el Dasein seguir estando solo, puesto que el estar-con-otros no se basa en el hecho de que estén ahí juntos ejemplares iguales de cosas-sujeto 5. Así (299) como de primeras el Dasein no es sólo un sujeto sin mundo ni un «interior» al que se le añadiera el mundo, así tampoco pasa el Dasein a ser co-estar-siendo por el hecho de que otro haga efectivamente acto de presencia. [GA20JA:296-299]

Theodore Kisiel

Original

  1. sind Andere (..) mit da: el verbo es aquí mitdasein, es decir, «haber» – que no es el uso técnico que Heidegger le da, pero aquí se impone en primer lugar – , «coexistir», «co-estar, con-ser en el Da», siendo el Da ese ámbito espaciotemporal que constituye mi ser; así pues, un aquí, dicho sea en su sentido amplio. En la siguiente frase aparece ese Mitdasein substantivado. Si bien Mitdasein, en correspondencia con Dasein, no lo traduciré, por encerrar todos esos aspectos que acabo de señalar, el verbo hay que verterlo: será «coexistir». (N. del T)[↩]
  2. Lo que en buen castellano se dice «los demás», literalmente vertido del alemán es «los otros». (N. del T)[↩]
  3. Se trata, en primer lugar, de Miteinandersein, en segundo lugar, de Mitsein. En ambos casos se trata de destacar lo que de constituyente tiene el con; parece, no obstante, que la segunda expresión posee una connotación más «ontológica». Traduciré, pues, Mitsein por «co-estar-siendo», Miteinandersein por «estar-con-otros», dándose por supuesto que ese «estar con otros» tiene carácter recíproco; Rivera lo llama «convivir». (N. del T)[↩]
  4. Miterschlossenheit: siendo erschließen «alumbrar», como vengo traduciendo (véase arriba, nota 39), Erschlossenheit sería el «estar alumbrado»; Miterschlossenheit, «co-estar alumbrado». (N. del T)[↩]
  5. «Cosas-sujeto» calca Subjektdingen, «cosas que son sujeto»; «estén ahí juntas» da cuenta del Zusammenvorhandensein. Se podría decir, y sonaría mejor, «la existencia conjunta», pero no parece pertinente introducir aquí el término «existencia» justamente cuando se está contraponiendo el registro ontológico de la existencia y el registro óntico de los hechos. (N. del T.)[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

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