- Jaime Aspiunza
- Theodore Kisiel
Jaime Aspiunza
Se trata, por lo tanto, de entender el Dasein en su manera de ser, y en principio justamente en un modo de ser que no sea distinguido, excepcional. No se trata de concebir el Dasein determinando cuáles hayan de ser sus metas y sus fines, ni en cuanto «homo» ni a la luz de idea alguna de «humanidad»; lo que hay que hacer, más bien, es poner al descubierto su manera de ser en la cotidianidad más inmediata, el Dasein fáctico en el cómo de su «serlo» fáctico. Eso no significa, sin embargo, que vayamos a narrar, como quien dice, biográficamente la vida cotidiana de un Dasein determinado en cuanto tal individuo, a dar cuenta de la vida concreta de un día corriente cualquiera. Lo que buscamos es la cotidianidad de la vida cotidiana, ese Faktum en su facticidad; no lo cotidiano del Dasein ocasional, sino la cotidianidad de la ocasionalidad de ser Dasein; eso es lo que nos interesa.
Esta tarea de captar y concebir el Dasein en su cotidianidad no supone describir el Dasein en un grado primitivo de su ser. Cotidianidad no es de ningún modo lo mismo que primitividad. La cotidianidad es, más bien, una manera de ser característica del Dasein, aun cuando – y sobre todo en ese caso – dicho Dasein disponga de una cultura diferenciada y bien desarrollada. Por otro lado, también el Dasein primitivo tiene a su manera posibilidades de ser excepcionales, no cotidianas o inhabituales; es decir, tiene también por su parte una manera específica de cotidianidad. No obstante, es cierto que a veces, prestando atención a los modos de existencia primitivos, se obtienen con mayor facilidad indicaciones que nos permiten ver y demostrar ciertos fenómenos de la existencia, al no ser en ese caso tan intenso el peligro de encubrirlos por medio de la teoría que de modo característico el propio Dasein, y no algo que se halle fuera de él, se agencia. Pero justamente ahí hace falta mantener una actitud especialmente crítica, pues lo que conocemos por existencia primitiva nos queda en principio bien lejano desde un punto de vista histórico, geográfico o de forma de ver el mundo, y es ajeno a nuestra cultura. Lo que se nos cuenta acerca de la «vida primitiva» ha pasado ya por una determinada interpretación, una interpretación, desde luego, que no puede haberse apoyado en una verdadero análisis fundamental del propio Dasein, sino que opera con las categorías de hombre y de relaciones humanas de alguna psicología determinada, sea la que sea. El análisis fundamental del Dasein es el único presupuesto correcto para poder entender lo primitivo; y no se puede pretender lo contrario, esto es, llegar a refundir en algún modo, ensamblando informaciones provenientes de la existencia primitiva, el sentido de ese ente que es el Dasein. Advertimos esto expresamente porque en algunas ocasiones, unas pocas, ilustraremos determinados fenómenos recurriendo a la existencia primitiva. Esas ilustraciones están, por supuesto, sujetas a esta advertencia crítica: no son más que ilustraciones, ejemplos; los contenidos y las estructuras que vayamos escogiendo los extraemos de las cosas y de la representación que nos hacemos del propio ente que nosotros somos.
Hay que establecer el carácter fundamental de ese ente que es «siéndolo siempre» el mío, yo 1. En lo que sigue se empleará para ello una expresión abreviada: el tema es el Dasein en su manera de ser – el ser del Dasein – , la constitución del ser del Dasein. De modo abreviado diremos la constitución del Dasein y con ello estaremos pensando siempre: en su manera de ser.
El Dasein en su cotidianidad, un fenómeno extraordinariamente complicado, lo contempla, lo caracteriza tanto más verdaderamente cuanto más diferenciada sea una vida. El que analicemos el Dasein por lo que hace a su cotidianidad y a su ser en la cotidianidad no quiere decir que pretendamos deducir las restantes posibilidades de ser del Dasein a partir de la cotidianidad, poner en práctica una especie de consideración genética, en el sentido de que se pudieran deducir todas las demás posibilidades de ser del Dasein a partir de la cotidianidad. La cotidianidad justamente persiste todos y cada uno de los días en todo momento y lugar. Todos somos testigos de cómo el Dasein tiene que ser y cómo es en la cotidianidad, aun cuando lo sea de diferentes maneras. Es fácil de suponer que la cotidianidad es un concepto específico de tiempo. [GA20JA:194-195]