GA20:1-3 – Ciência

Aspiunza

Al nombrar los conceptos de historia y de naturaleza de entrada pensamos en los respectivos dominios de objetos investigados por los dos grupos principales de ciencias empíricas (ciencias de la naturaleza, y ciencias del espíritu, la cultura y la historia). Tendemos, por costumbre, a entender historia y naturaleza de la manera como las entienden las ciencias que de ellas se ocupan. De ese modo, sin embargo, nos resultan accesibles sólo en la medida en que lo son en cuanto objetos temáticos de dichas ciencias.

(16) Mas no está estipulado que un dominio de objetos tenga que dar necesariamente también el campo de cosas1 verdadero2, sólo a partir del cual se recorta la temática de las ciencias. No está escrito que, por el hecho de que la ciencia de la historia trate de la historia, esta historia, tal como se entiende en la ciencia, tenga que ser necesariamente también la realidad histórica verdadera. Y, sobre todo, no está escrito que el conocimiento histórico de la realidad histórica sea capaz siempre de ver la historia en su historicidad. Pudiera ser que para el modo científico posible de alumbrar3 un campo de cosas haya algo esencial que necesariamente le quede cerrado; es más, que le tenga que quedar cerrado, si la ciencia quiere responder a su cometido más propio. En el caso presente, ya esa separación entre dos dominios podría ser un indicador de que hay una trama de cosas (Sachzusammenhang) unitaria y originaria que permanece encubierta, y a la que jamás se podrá volver a llegar por más que se junten luego ambos dominios: naturaleza y espíritu en el todo de la existencia4 humana.

Son las ciencias las primeras en dar lugar a la separación, al reducir historia y naturaleza a dominios de objetos. Ahora bien, lo que la fenomenología de la historia y la naturaleza ha de hacer precisamente es alumbrar la realidad tal como ella se muestra antes de cualquier pesquisa científica y en cuanto lo que se da de antemano para ésta: no fenomenología de las ciencias de la historia y la naturaleza, tampoco fenomenología de la historia y la naturaleza en cuanto objetos de las ciencias, sino alumbramiento fe-nomenológico del modo originario de ser y la constitución de ambas. Sólo así se establecerá una base adecuada para la teoría de las ciencias: es decir, una base que permita, primero, interpretar su génesis a partir de la experiencia preteórica; segundo, exponer el modo de acceso a la realidad (17) dada de antemano; y, tercero, caracterizar los conceptos que se vayan originando y formando en dicha investigación. Como en la realidad — naturaleza tanto como historia — sólo se puede penetrar saltando en cierto modo por encima de las ciencias, ese alumbrar la realidad verdaderamente filosófico, precientífico, resulta ser lo que yo llamo una lógica productiva, esto es, un alumbrar previo, penetrando conceptualmente en lo que serían posibles dominios de objetos para las ciencias. Y no, como hace la teoría tradicional de la ciencia, andar corriendo detrás del hecho concreto de una ciencia contingente, históricamente dada, investigando su estructura, sino una lógica que salte en el campo de cosas primario de una ciencia posible y, alumbrando la constitución de ser de dicho campo, ponga a disposición de esa ciencia la estructura fundamental de su posible objeto. Ese es el proceso de la lógica originaria, tal como lo expusieron Platón y Aristóteles — bien es verdad que sólo dentro de unos límites muy estrictos. Desde entonces se halla enterrado el concepto de lógica, y no ha vuelto a entenderse. La fenomenología tiene, pues, el cometido de hacer que se entiendan antes de nada los dominios de cosas, para que este entender previo sirva de base para la elaboración posterior de las ciencias. (p. 15-17)

Kisiel

Original

  1. Sachfeld: Sach va a ser en estas lecciones, ya en los términos existentes en alemán corriente, ya en los pergeñados por Heidegger, el indicador de lo que es, de las cosas tal como son, dicho sea en el sentido más amplio posible, que la fenomenología pretenderá reivindicar, el de su lema «¡a las cosas mismas!». Traducirlo es un calvario. Ténganse, pues, siempre en cuenta esa denotación y esta connotación a través de las diferentes variantes a que el discurso obliga. (N. del T.)[↩]
  2. eigentlich: se trata de uno de los términos que más frecuentemente aparece en estas lecciones, sin pretender ser un término técnico. Quiere decir «real, efectivo, de verdad»; digo, por lo tanto, verdadero en ese sentido, y no en cuanto «relativo a la verdad» en su acepción tradicional estricta, lo que en alemán sería wahr. Otra cosa es que luego cuaje en el concepto de Eigentlichkeit, tan importante en Sein und Zeit. Así pues, «verdadero» corresponde en principio siempre a eigentlich. (N. del T.)[↩]
  3. Erschließunpart: «modo de alumbrar», dicho sea en el sentido amplio de «explorar y descubrir». Como sea que erschließen, sin embargo, va a ser un término técnico, para atenerme a la versión que luego le daré, diría: «modo de abrir». (Véase nota 39 del cap. III de la Parte Principal; y nota 8 del cap. IV. N. del T.)[↩]
  4. Dasein: respecto de lo que significa en sentido estricto para Heidegger, véase nota 1 del cap. II de la Parte Principal. (N. del T.)[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

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