cogitare

Ego cogito (ergo) sum: “pienso, luego soy”. La traducción es literalmente correcta. Esta correcta traducción parece brindar también la comprensión correcta de la “proposición”. “Pienso”: con este enunciado se constata un hecho; “luego soy”: con estas palabras, de un hecho que se ha constatado se infiere que yo soy. Basándose en esta concluyente inferencia uno puede quedarse tranquilo y satisfecho de que así ha quedado “demostrada” mi existencia. Aunque para esto no hacía falta incomodar a un pensador del rango de Descartes. Lo que éste quiere decir es, en realidad, algo diferente. Pero lo que quiere decir sólo podremos repensarlo si llegamos a tener claro lo que Descartes entiende por cogito, COGITARE. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Traducimos COGITARE por “pensar” y quedamos convencidos de que ya está claro lo que Descartes quiere decir con COGITARE. Como si supiéramos inmediatamente lo que quiere decir “pensar” y sobre todo, como si pudiéramos estar seguros de que con nuestro concepto de “pensar”, tomado quizá de algún manual de “lógica”, acertamos con aquello que Descartes quiere decir con la palabra “COGITARE”. En importantes pasajes, Descartes utiliza para COGITARE la palabra percipere (per-capio): tomar en posesión algo, apoderarse de una cosa, aquí en el sentido de re-mitir-a-sí (Sich-zu-stellen) en el modo del poner ante sí (Vor-sich-stellen), del “re-presentar” (Vor-stellen). Si comprendemos COGITARE como re-presentar en ese sentido literal, nos acercamos ya más al concepto cartesiano de cogitatio y perceptio. Las palabras alemanas terminadas en — ung designan con frecuencia dos cosas que se copertenecen: representación (Vorstellung) con el significado de “representar” y representación con el significado de “representado”. La misma duplicidad posee también perceptio, en el sentido de percipere y de perceptum: el llevar-ante-sí y lo llevado-ante-sí y hecho-”visible” en el sentido más amplio. Por ello Descartes utiliza también con frecuencia para perceptio la palabra idea, que, de acuerdo con este uso, no sólo significa lo representado en un representar sino también este representar mismo, el acto y el ejercicio del mismo. Descartes diferencia tres tipos de ideas: 1) ideae adventitiae: lo representado que viene hacia nosotros; lo percibido en las cosas; 2) ideae a me ipso factae: lo re-presentado que formamos pura y discrecionalmente a partir de nosotros mismos (imaginaciones); 3) ideae innatae: lo re-presentado que ya está dado en la constitución esencial del re-presentar humano. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Al aprehender Descartes la cogitatio y el COGITARE como perceptio y percipere quiere recalcar que al cogito le es propio el llevar-a-sí de algo. El COGITARE es un remitir-a-sí lo re-presentable. En el re-mitir hay algo determinante, la necesidad de señalar que lo re-presentado no está simplemente pre-dado sino que está re-mitido (zu-gestellt) como disponible (verfügbar). Por lo tanto, algo sólo está re-mitido, representado, es cogitatum para el hombre, si está fijado y asegurado para él como algo de lo que puede ser señor a partir de sí mismo en el entorno de su disponer, en todo momento y con claridad, sin reparos ni dudas. COGITARE no es sólo un representar de manera general e indeterminada, sino aquello que se pone a sí mismo bajo la condición de que lo remitido no admita ya ninguna duda, tanto respecto de lo que es como de su modo de ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

El COGITARE es siempre un “pensar” (denken) en el sentido de un reparar (Be-denken), de un reparar que piensa en sólo dejar valer como asegurado y re-presentado en sentido propio lo que no presente reparos (Bedenkenlose). El COGITARE es esencialmente re-presentar que repara, re-presentar que examina y recuenta: COGITARE ist dubitare. Si a esto lo tomamos “literalmente” podemos caer con facilidad en un error. Pensar no es dudar en el sentido de que en todas partes se formulen reparos, de que toda toma de posición resulte sospechosa y se rehúse todo asentimiento. El dudar es comprendido, por el contrario, como esencialmente referido a lo indubitable, a lo que no ofrece reparos, y a que esto sea puesto en seguro. En lo que se repara de antemano y continuamente en este pensar que repara es en que lo representado esté en cada caso puesto en seguro dentro del círculo de la disposición calculante. Que todo COGITARE es esencialmente un dubitare no dice más que: el re-presentar es un poner en seguro. El pensar que es esencialmente reparar no admite nada como puesto en seguro y cierto, es decir como verdadero, que no esté comprobado como tal ante él mismo, que no tenga el carácter de lo sin reparos, de aquello con lo que el pensamiento, en cuanto reparar, ya ha de cierto modo “acabado”, con lo que ya se ha saldado la cuenta. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En el concepto de cogitatio el acento está puesto siempre en que el re-presentar lleva lo re-presentado hacia el que representa; que de este modo éste, en cuanto representa, “emplaza” (stellt) en cada caso a lo re-presentado, lo hace rendir cuenta, es decir, lo detiene y lo fija para sí, lo toma en posesión, lo pone en seguro. ¿Para qué? Para el ulterior re-presentar, que es querido en todas partes como un poner en seguro y busca fijar el ente como algo asegurado. Pero ¿qué es lo que tiene que ponerse en seguro, que ser llevado a la seguridad, y por qué? Lo reconoceremos si interrogamos de modo más esencial el concepto cartesiano de cogitatio; en efecto, aún no hemos captado un rasgo esencial de la cogitatio, si bien en el fondo ya lo hemos rozado y nombrado. Daremos con él si prestamos atención a que Descartes dice: todo ego cogito es cogito me COGITARE; todo “yo represento algo” al mismo tiempo “me” representa, a mí, el que representa (delante de mí, en mi re-presentar). Con una expresión que es fácilmente mal interpretable, todo re-presentar humano es un representar-”se”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En contra de esto podría objetarse lo siguiente: si ahora nos “representamos” la catedral, es decir, en este caso, si nos la hacemos presente mentalmente, ya que en el momento no la percibimos directamente, o si, estando inmediatamente delante de ella, la representamos en el modo del percibir, en cualquiera de las dos situaciones nos representamos la catedral y sólo la catedral. Ella es lo representado. No nos representamos, en cambio, nosotros mismos, pues de lo contrario no podríamos nunca representar la propia catedral, puramente por sí, y entregarnos a lo que el representar pone enfrente, al objeto (Gegen-stand). En verdad, con la determinación del cogito como cogito me COGITARE Descartes tampoco quiere decir que en cada representar de un objeto además me represente y me vuelva objeto, “yo” mismo, el que representa, en cuanto tal, como si fuera un añadido. Pues, de lo contrario, todo representar tendría que revolotear continuamente de aquí para allá entre el representar del objeto propiamente re-presentado y el representar del que representa (ego). ¿Será entonces que el yo del que representa es representado sólo de manera confusa y marginal? No. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Esto es lo que quiere decir, ante todo, la proposición: cogito ist cogito me COGITARE. Ahora — después del comentario — podemos parafrasearla del siguiente modo: la conciencia humana es esencialmente autoconciencia. La conciencia de mí mismo no se agrega a la conciencia de las cosas, por así decirlo, como un observador de la conciencia de la cosa que apareciera al lado de ésta. La conciencia de las cosas y objetos es en primer lugar, esencialmente y en su fundamento, autoconciencia, y sólo como tal es posible la conciencia de ob-jetos. Para el representar así caracterizado, el sí mismo del hombre es esencialmente lo que subyace como fundamento. El sí mismo es sub-iectum. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Sin embargo, aún no hemos medido totalmente el contenido y el alcance de la determinación “cogito ist cogito me COGITARE”. Todo querer y toda toma de posición, todos los “afectos”, los “sentimientos” y las “sensaciones” están referidos a algo querido, sentido, percibido. Aquello a lo que están referidos está así representado y remitido (vor-und zugestellt) en el sentido más amplio de estos términos. Por ello, todos los modos de comportamiento citados, no sólo el conocer y el pensar, están determinados en su esencia por el re-presentar que remite. Todos los modos de comportamiento tienen su ser en un re-presentar de ese tipo, son un representar de ese tipo, son representaciones, cogitationes. Los modos de comportamiento del hombre son experimentados, en su ejercicio y por su intermedio, como modos propios, como aquello en lo que él mismo se comporta en cada caso de tal o cual manera. Sólo ahora estamos en condiciones de comprender la concisa respuesta que da Descartes (Principia philosophiae, I, 9) a la pregunta: quid sit cogitatio? Dice así: “Cogitationis nomine, intelligo illa omnia, quae nobis consciis in nobis fiunt, quatenus eorum in nobis conscientia est. Atque ita non modo intelligere, velle, imaginari, sed etiam sentire, ídem est sis quod COGITARE.” Heideggeriana: NiilismoEuropeu

“Con el nombre de “cogitatio” entiendo todo aquello que para nosotros, que somos también consientes de nosotros mismos, sucede en nosotros, en la medida en que tenemos en nosotros una conciencia de ello. Y de este modo, no sólo el conocer, el querer, el imaginar, sino también el sentir son aquí eso mismo que denominamos COGITARE.” Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Si se traduce aquí irreflexivamente cogitatio por “pensamiento”, uno se siente tentado a creer que Descartes interpreta todos los comportamientos humanos como pensamiento y como formas del pensamiento. Esta opinión se adapta perfectamente a la visión corriente que se tiene de la filosofía de Descartes, o sea, que es “ racionalismo”. Como si lo que sea racionalismo no tuviera que determinarse previamente desde una delimitación esencial de la ratio y del pensar, como si la esencia de la ratio no tuviera que elucidarse con anterioridad desde una esencia de la cogitatio que aún queda por aclarar. En referencia a esto se ha mostrado: el COGITARE es re-presentar en el completo sentido de que en él también tiene que pensarse, al mismo tiempo y de modo igualmente esencial, la referencia a lo re-presentado, el remitir-se de lo representado y el comparecer e instalarse de lo representado ante el que representa, y todo esto en el interior del re-presentar y por su intermedio. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Si prestamos atención a la plenitud esencial de las referencias igualmente esenciales que han sido vistas y que requieren ser vistas de modo unitario en la cogitatio y en el cogito de Descartes, se observará que esta aclaración de la esencia del COGITARE delata ya el papel fundamental que desempeña el re-presentar en cuanto tal. Aquí se anuncia qué subyace como fundamento, cuál es el subiectum — a saber, el representar — y para qué es subiectum el sujeto — a saber, para la esencia de la verdad-. El papel esencial del re-presentar, es decir de la cogitatio, es formulado expresamente por Descartes en la proposición que es para él la proposición de todas las proposiciones y el principio de la metafísica, en la proposición: ego cogito, ergo sum. De ella dice (Principia, I, 7): “Haec cognitio, ego cogito, ergo sum, est omnium prima et certissima, quae cuilibet ordine philosophanti occurat”. “Este conocimiento, “represento, luego soy”, es de todos el primero (por su rango) y el de mayor certeza que le viene al encuentro a cualquiera que piense metafísicamente de acuerdo a un orden (en conformidad con la esencia)”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Después del comentario que se ha hecho acerca de la esencia de la cogitatio, intentaremos ahora una interpretación de la proposición que constituye para Descartes el principio de la metafísica. Recordamos lo que ha sido dicho sobre la cogitatio: COGITARE es per-cipere, COGITARE es dubitare; cogito es cogito me COGITARE. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Sólo desde aquí vemos por qué el “ergo” no puede comprenderse como la conexión de dos miembros de un silogismo. La pretendida premisa mayor — is qui cogitat, est — no puede ser nunca el fundamento del cogito-sum, ya que aquella premisa está extraída del cogito-sum, y además en un modo por el que el contenido esencial de este último es reproducido de manera deformada. El “yo soy” no es inferido del “yo represento”, sino que el “yo represento” es, por su esencia, lo que el “yo soy” — es decir aquel que re-presenta — ya me ha re-mitido. Apartamos ahora con razón al insidioso “ergo” de la fórmula adoptada por la proposición cartesiana. En la medida en que, no obstante, lo empleemos, tenemos que interpretarlo en un sentido diferente. El ergo no puede querer decir: “en consecuencia”. La proposición es una “conclusio”, pero no en el sentido de la conclusión de un silogismo formado por premisa mayor, premisa menor y conclusión. Es conclusio en cuanto conjunción inmediata de aquello que en sí se copertenece esencialmente y es puesto a seguro en tal copertenencia. Ego cogito, ergo: sum; yo represento, “y en ello está implícito”, “en ello está ya establecido y puesto por el representar mismo”: yo como siendo. El “ergo” no expresa una consecuencia sino que remite a aquello que el cogito no sólo “es” sino como lo cual también se sabe de acuerdo con su esencia, en cuanto cogito me COGITARE. El “ergo” significa lo mismo que: “y ya por sí mismo esto quiere decir”. Lo que quiere decir el “ergo” lo expresamos de la manera más precisa si lo omitimos y quitamos también la acentuación del “yo” por medio del ego, en la medida en que lo yoico no es esencial. La proposición se lee entonces: cogito sum. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La proposición cogito sum, en cuanto expresa y contiene la plena esencia de la cogitatio, pone con esta esencia de la cogitatio el subiectum en sentido propio, el subiectum remitido en el ámbito de la cogitatio misma y sólo por intermedio de ella. Puesto que en el COGITARE reside el me COGITARE, puesto que al representar le pertenece esencialmente la referencia al que re-presenta y en dirección a éste se recoge toda la representatividad de lo representado, por ello el que representa, que al hacerlo puede llamarse “yo”, es sujeto en un sentido acentuado, algo así como el sujeto en el sujeto, aquél al que, ya en el interior de lo que subyace en la representación, todo remite. Por eso Descartes también puede dar de la proposición cogito sum la formulación: sum res cogitans. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

3) ¿Cómo queda circunscrita en esta metafísica la esencia de la verdad? Un rasgo fundamental de toda determinación metafísica de la verdad se expresa en la proposición que concibe la verdad como adecuación del conocimiento con el ente: veritas est adaequatio intellectus et rei. De acuerdo con lo que se ha dicho antes, vemos ahora fácilmente que esta “definición” corriente de la verdad se transforma según el modo en que se comprenda el ente con el que debe adecuarse el conocimiento, pero también según el modo en que se comprenda el conocimiento que debe estar en adecuación con el ente. El conocer en cuanto percipere y COGITARE, en el sentido de Descartes, se distingue por sólo admitir como conocimiento aquello que por medio del representar le es re-mitido al sujeto como indudable y que, en cuanto puesto de este modo, es en todo momento nuevamente alcanzable por el cálculo. También para Descartes el conocer se rige por el ente, pero como ente sólo vale lo que es puesto en seguro en el caracterizado modo del re-presentar y remitir. Sólo es ente aquello de lo que el sujeto puede estar seguro en el sentido de su representar. Lo verdadero es sólo lo asegurado, lo cierto. Verdad es certeza, certeza para la cual resulta decisivo que el hombre como sujeto esté en ella en cada caso seguro y cierto de sí mismo. Por ello, para el aseguramiento de la verdad en cuanto certeza es necesario en un sentido esencial el pro-ceder (Vor-gehen), el asegurar-de-antemano. El “método” adquiere ahora un peso metafísico que está por así decirlo inscrito en la esencia de la subjetividad. “Método” ya no es simplemente la secuencia de algún modo ordenada de los diferentes pasos en los que se mueve el examen, la demostración, la exposición y la correlación de los conocimientos y fragmentos doctrinales en el modo de una “summa” escolástica, la cual tiene una construcción regulada y siempre recurrente. “Método” es ahora el nombre del pro-ceder asegurador y conquistador frente al ente para ponerlo en seguro como objeto para el sujeto. En este sentido metafísico se entiende methodus cuando Descartes, en su importante tratado Regulae ad directionem ingenii, aparecido sólo después de su muerte, establece, como regula IV: Necessaria est methodus ad rerum veritatem investigandam. “Necesario (esencialmente necesario) es el método para encontrar y seguir la huella de la verdad (certeza) del ente.” En el sentido del “método” así comprendido, todo pensamiento medieval carece esencialmente de método. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En un principio Nietzsche coincide con la interpretación corriente de la proposición, que la considera como un silogismo: ego cogito ergo sum. Se supone que la finalidad de este silogismo es demostrar que “yo” soy: que un “sujeto” es. Nietzsche piensa que Descartes acepta como obvio que el hombre se determine como “yo” y éste como “sujeto”. En contra de la posibilidad de esta conclusión aduce, en cambio, todo lo que en parte ya se había objetado en tiempo de Descartes y después se ha vuelto a repetir continuamente: para establecer la conclusión, es decir la proposición, tengo que saber previamente: qué significa “COGITARE”, qué significa “esse”, qué quiere decir “ergo”, qué quiere decir “sujeto”. Puesto que, para Nietzsche y para otros, en y para esta proposición — aceptando siempre que sea una conclusión — se supone siempre ese saber, la proposición misma no puede ser la “certeza” primera, y mucho menos el fundamento de toda certeza. La proposición no lleva a cabo lo que Descartes le exige. A esta objeción respondió ya el propio Descartes en su última obra, una obra de síntesis, Principia philosophiae (Les príncipes de la philosophie), I, 10 (aparecida en 1644 en latín y en 1647 en la traducción francesa de un amigo; cfr. Oeuvres de Descartes, ed. por Adam y Tannery París, 1897-1910, VIII, 8). El pasaje se refiere directamente a la ya citada caracterización de la proposición como prima et certissima cognitio: “Atque ubi dixí hanc propositionem ego cogito, ergo sum, esse omnium primam et certissimam, quae cuilibet ordine philosophanti occurrat, non ideo negavi quin ante ipsam scire oporteat, quid sit cogitatio, quid existentia, quid certitudo; item quod fieri non possit, ut it quod cogitet, non existat et talia; sed quia hae sunt simplicissimae notiones et quae solae nullius rei existentis notitiam praebent, idcirco non censui esse numerandas.” “Y allí donde dije que la proposición “pienso, luego existo” es de todas la primera y la más cierta que sale al encuentro de cualquiera que filosofe siguiendo un orden, con ello no he negado que previamente a esa proposición se tenga que “saber” (scire) qué sea “pensar”, “existencia”, “certeza”, ni tampoco “que no pueda suceder que aquello que pienso no sea” y cosas similares; pero puesto que estos que están aquí son los conceptos más simples y que proporcionan un conocimiento solos, sin que lo nombrado por ellos exista como ente, he considerado que no debían ser enumerados (tomados en consideración) expresamente.” Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Lo que Nietzsche cree tener que aportar frente a Descartes como una perspectiva presuntamente nueva, que las “categorías” surgen del “pensar”, es precisamente la decisiva proposición del propio Descartes. Es cierto que Descartes se preocupa aún por buscar una fundamentación metafísica unitaria de la esencia del pensar en cuanto cogito me COGITARE, mientras que Nietzsche, bajo la tutela del empirismo inglés, cae en la “explicación psicológica”. Pero puesto que también él explica las categorías desde el “pensar”, coincide con Descartes en aquello en lo que cree tener que distanciarse de él. Sólo el modo en el que explica el origen de ser y verdad desde el pensar es diferente: Nietzsche da al cogito sum otra interpretación. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

De manera explícita y determinante se le da aquí el título de “condiciones de posibilidad” a lo que Aristóteles y Kant llaman “categorías”. De acuerdo con la explicación de este nombre dada antes, por categorías se entienden las determinaciones esenciales del ente en cuanto tal, es decir la entidad, el ser; lo que Platón comprende como “ideas”. El ser es, según Kant, condición de posibilidad del ente, es su entidad. Aquí, entidad y ser, en concordancia con la posición fundamental moderna, quieren decir representatividad, objetividad. El principio supremo de la metafísica de Kant dice: las condiciones de posibilidad del re-presentar de lo re-presentado son al mismo tiempo, es decir, no son otra cosa que, condiciones de posibilidad de lo representado. Constituyen la representatividad; pero ésta es la esencia de la objetividad, y ésta es la esencia del ser. El principio dice: el ser es re-presentatividad. Pero re-presentatividad es estar remitido (Zugestelltheit), de manera tal que el que representa pueda estar seguro de lo así asentado y establecido. La seguridad se busca en la certeza. Ésta determina la esencia de la verdad. El fundamento de la verdad es el re-presentar, es decir, el “pensar” en el sentido del ego cogito, es decir, del cogito me COGITARE. La verdad como representatividad del objeto, la objetividad, tiene su fundamento en la subjetividad, en el representar que se representa; pero esto porque el representar mismo es la esencia del ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Toda relación con algo el querer, el tomar posición, el sentir, es ya de entrada representadora, es cogitans, lo que se suele traducir por “pensante”. Es por eso por lo que Descartes puede adjudicarles a todos los modos de la voluntas y del affectus y a todas las actiones y passiones, el nombre de cogitatio, por chocante que resulte en un primer momento. En el ego cogíto sum el COGITARE se entiende en este sentido nuevo y esencial. El subjectum, la certeza fundamental, es la representación simultánea — asegurada en todo momento — del hombre representador con lo ente representado, sea o no humano, esto es, con lo objetivo. La certeza fundamental es el me COGITARE = me esse indudablemente representable y representado en todo momento. Esta es la ecuación fundamental de todo calcular que se asegura a sí mismo. En esta certeza fundamental, el hombre está seguro de que, como aquel que re-presenta toda re-presentación y por lo tanto como ámbito de toda representabilidad y, así, de toda certeza y verdad, está asegurado, lo que significa ahora, que es. Es única y exclusivamente por el hecho de que el hombre se ve necesariamente co-representado de esta manera en la certeza fundamental (en el fundamentum absolutum inconcussum del me COGITARE = me esse) y porque el hombre que se autolibera en favor de sí mismo forma necesariamente parte del subjectum de esta libertad, por lo que dicho hombre puede y tiene que convertirse en ese ente destacado, en ese subjectum, que en relación con el primer y verdadero ente (o ente cierto) goza de la primacía sobre todos los demás subjecta. El hecho de que en la ecuación fundamental de la certeza y, después, en el auténtico subjectum se mencione al ego, no quiere decir que el hombre esté ahora determinado según su Yo, de modo egoísta. Lo único que quiere decir es que ser sujeto se convierte ahora en la característica distintiva del hombre como ser pensante y representador. El Yo del hombre se pone al servicio de este subjectum. Ciertamente, la certeza que subyace en el fondo de éste, es, como tal, subjetiva, esto es, reina en la esencia del subjectum, pero no es egoísta. La certeza tiene carácter vinculante para todo Yo como tal, es decir, como subjectum. Asimismo, todo aquello que desea verse fijado como algo que es, como algo asegurado, por medio de la objetivación representadora, tiene también carácter vinculante. Pero nada puede escapar al control de esta objetivación, que también decide qué cosas deben valer como objetos. La incondicionada eliminación de límites del ámbito de una posible objetivación y del derecho a decidir sobre ella, forma parte de la esencia de la subjetividad del subjectum y del hombre como sujeto. Heideggeriana: ImagemMundo

Ahora también se ha aclarado en qué sentido el hombre quiere y debe ser, en tanto que sujeto, medida y centro de lo ente, lo que significa ahora, de los objetos. El hombre ya no es metron en el sentido de la medida que constriñe la captación al correspondiente círculo de desocultamiento de lo presente, círculo en el que también todo hombre viene a la presencia. Como subjectum, el hombre es la co-agitatio del ego. El hombre se fundamenta a si mismo como medida para todas las escalas que se utilizan para medir de alguna manera (para calcular) qué puede pasar por cierto, esto es, por verdadero, por algo que es. La libertad es nueva en tanto que libertad del subjectum. En las “Meditationes de prima philosophia” se reconduce la liberación del hombre en favor de una nueva libertad a su fundamento, al subjectum. Pero ni la liberación del hombre moderno comienza con el ego cogito ergo sum, ni la metafísica de Descartes es una metafísica construida a posteriori y desde fuera para esa libertad, al modo de una ideología. En la coagitatio el representar reúne todo lo objetivo en la unión de la representabilidad. El ego del COGITARE encuentra ahora su esencia en esa reunión autoaseguradora de la representabilidad, en la con-scientia. La conscientia es la reunión representadora de lo objetivo con el hombre representador dentro del círculo de la representabilidad garantizada por éste. Todo lo presente recibe de ella el sentido y género de su presencia, que son concretamente los de la presencia en la raepresentatio. La con-scientia del ego, en tanto que sujectum de la coagitatio determina el ser de lo ente en tanto que subjetividad del subjectum así destacado. Heideggeriana: ImagemMundo

Objeto (Gegenstand) en el sentido de ob-jeto (Ob-jekt); es decir, sólo allí donde el hombre se vuelve sujeto, es decir, donde el sujeto se vuelve yo y el yo ego cogito, sólo allí donde este COGITARE es concebido en su esencia como “unidad originariamente sintética de la apercepción”, sólo allí donde se alcanza el punto supremo para la “lógica” (en la verdad como certeza del “yo pienso”), sólo allí se desvela la esencia del objeto en su objetividad. Sólo allí se vuelve al mismo tiempo posible e inevitable concebir esta objetividad misma como “el nuevo objeto verdadero” y pensarla llevándola a lo incondicionado. Heideggeriana: HistoriaSer

La voluntad sólo se vuelve esencial en la actualitas allí donde el ens actu está determinado por el agere como COGITARE, ya que ese cogito es me COGITARE, ser-auto-consciente (Selbs-bewusst-sein), en lo cual el ser-consciente, en cuanto ser-sabido, es esencialmente el remitirse-a-sí.Voluntad como rasgo esencial de la realidad. Heideggeriana: HistoriaSer

“Conciencia” es el nombre no del todo claro por conscientia, es decir, para el saber que consabe todos los modos de conducirse del hombre, en tanto están referidos a la mens, al “espíritu”. El “espíritu” se expresa a sí mismo como mismo, en tanto dice “yo”. En tanto la conciencia como consaber de lo sabido y de su saber “es” la referencia a sí mismo, es autoconciencia. La esencia de la conciencia es la autoconciencia; todo cogito es un ego cogito me COGITARE. También el videre y ambulare es un COGITARE, en tanto sólo son verdaderos, es decir, son en certeza, en el modo del cogitatum en el cogito me videre, cogito me ambulare. Por ello Descartes dice en § 9 de la primera parte de los Principia philosophieae (1646): Cogitationes nomine, intelligo fila omnia, quae nobis consciis in nobis fiunt, quatenus eorum in nobis conscientia est. “Bajo el nombre ‘pensamiento’ (’conciencia’) entiendo todo aquello que en nosotros, quienes nos consabemos, acaece y a saber acaece en tanto de todo aquello en nosotros hay una conciencia”. Heideggeriana: HegelFenomenologia

Ego cogito es cogito: me COGITARE. Heideggeriana: SuperarMetafisica

Objeto (Gegenstand) en el sentido de ob-jeto sólo se da allí donde el hombre se convierte en sujeto, donde el sujeto se convierte en yo, y el yo en ego cogito; sólo allí donde este COGITARE, en su esencia, es concebido como “unidad originariamente sintética de la apercepción trascendental”; sólo allí donde se ha alcanzado el punto culminante de la “Lógica” (en la verdad como certeza del “yo pienso”). Sólo aquí se desvela la esencia del objeto en su obstancía. Sólo aquí se hace luego posible, e inevitable, concebir la obstancia misma como “el nuevo objeto verdadero” y pensarla hacia lo incondicionado. Heideggeriana: SuperarMetafisica

Se trata, más radicalmente que cualquier saber de objeto, del Saber por el cual se sabe eso que sabe. Con Fichte asistimos a la absolutización del cogito cartesiano (que no es cogito más que en la medida en que es cogito me COGITARE) en SABER ABSOLUTO. Heideggeriana: SeminarioThor1969