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Hebel

segunda-feira 5 de fevereiro de 2024

Johann Peter Hebel (1760-1826)

De este modo, pues, la estructura de emplazamiento, en tanto que sino del hacer salir lo oculto, si bien es la esencia de la técnica, no lo es nunca en el sentido de género y de essentia  . Si nos fijamos en esto, nos alcanza algo sorprendente: es la técnica la que nos pide que pensemos en otro sentido aquello que entendemos habitualmente bajo el nombre de “esencia”. Pero ¿en qué sentido? Ya cuando decimos “las cosas de la casa” (Hauswesen: la esencia de la casa), “los asuntos del estado” (Staatswesen: la esencia del estado), estamos pensando, no en lo general de un género sino en el modo como la casa y el estado prevalecen, se administran, se despliegan y decaen. Es el modo como ellas esencian. J. P HEBEL, en un poema, “Un fantasma en la calle Kander”, que Goethe   amaba de un modo especial, emplea la antigua palabra die Weserei (literalmente: “la esenciería”). Significa el Ayuntamiento, en la medida en que allí se coliga la vida del municipio y está en juego, es decir, esencia la vida del pueblo. Del verbo wesen   (esenciar) procede el sustantivo. Wesen (esencia), entendido como verbo, es lo mismo que währen   (durar); no sólo semánticamente sino también en su composición fonética. Ya Sócrates   y Platón   piensan la esencia de algo como lo que esencia en el sentido de lo que dura. Pero piensan lo que dura como lo que perdura (aei on). Pero lo que perdura lo encuentran en aquello que, en tanto que permanece, resiste a cualquier cosa que pueda ocurrir. Esto que permanece lo descubren a su vez en el aspecto (eidos  , idea  ), por ejemplo, en la idea de “casa”. Heideggeriana  : PreguntaTecnica

Nos tornamos pensativos y preguntamos: ¿no depende el florecimiento de una obra cabal del arraigo a un suelo natal? Johann Peter HEBEL escribió una vez: “Somos plantas — nos guste o no admitirlo — que deben salir con las raíces de la tierra para poder florecer en el éter y dar fruto.” (Obras, ed. Altwegg, III, 314). Heideggeriana  : Serenidade1955  

Nos volvemos aún más pensativos y preguntamos: ¿qué hay, hoy en día, de esto que dice Johann Peter HEBEL? ¿Se da todavía ese apacible habitar del hombre entre cielo y tierra? ¿Aún prevalece el espíritu meditativo en el país? ¿Hay todavía tierra natal de fecundas raíces sobre cuyo suelo pueda el hombre asentarse y tener así arraigo? Muchos alemanes han perdido su tierra natal, tuvieron que abandonar sus pueblos y ciudades, expulsados del suelo natal. Otros muchos, cuya tierra natal les fue salvada, emigraron sin embargo y fueron atrapados en el ajetreo de las grandes ciudades, obligados a establecerse en el desierto de los barrios industriales. Se volvieron extraños a la vieja tierra natal. ¿Y los que permanecieron en ella? En muchos aspectos están aún más desarraigados que los exiliados. Cada día, a todas horas están hechizados por la radio y la televisión. Semana tras semana las películas los arrebatan a ámbitos insólitos para el común sentir, pero que con frecuencia son bien ordinarios y simulan un mundo que no es mundo alguno. En todas partes están a mano las revistas ilustradas. Todo esto con que los modernos instrumentos técnicos de información estimulan, asaltan y agitan hora tras hora al hombre — todo esto le resulta hoy más próximo que el propio campo en torno al caserío; más próximo que el cielo sobre la tierra; más próximo que el paso, hora tras hora, del día a la noche; más próximo que la usanza y las costumbres del pueblo; más próximo que la tradición del mundo en que ha nacido. Heideggeriana: Serenidade1955

Así, de una manera cambiada y en una época modificada, podría nuevamente ser verdad lo que dice Johann Peter HEBEL: “Somos plantas — nos guste o no admitirlo — que deben salir con las raíces de la tierra para poder florecer en el éter y dar fruto.” Heideggeriana: Serenidade1955

¿Quién es Johann-Peter HEBEL? El camino que podría llevarnos directamente a responder a esta pregunta sería sin duda dejarnos contar la vida de este hombre. Quizás escuchamos todavía el nombre de Johann-Peter HEBEL aquí y allá en la escuela primaria. Conocemos algunos de sus poemas en el libro de lectura y retenemos más o menos uno u otro en la memoria. El nombre de Johann-Peter HEBEL viene también a nuestros oídos al leer   alguna de sus “historias de calendario”. Heideggeriana: HebelAmigo  

Alemanes de origen, los padres de Johann-Peter HEBEL trabajaban en Suiza, y aquél nació en Bâle en 1760. El padre no sobrevivió más que alrededor de un año al nacimiento del pequeño Hanspeter. A la edad de trece años, el niño perdió a su madre quien residía en Hausen, en el Wiesental. Este valle remonta la Selva Negra y se extiende desde la curva que hace el Rin en Bâle-Lorrach hasta Feldberg, en donde tiene sus fuentes el riachuelo cayos rasgos y cuyo curso ha cantado HEBEL en su gran poema “Die Wiese”. Heideggeriana: HebelAmigo

Más tarde el joven HEBEL frecuentó el liceo de Karlsruhe. Estudió teología en Erlangen, se hizo vicario en la protestante Markgraeflerland y, poco después, institutor en Lorrach. A la edad de treinta y un años retornó, esta vez en calidad de maestro, al liceo de Karlsruhe, en donde fue profesor y más tarde director. de la escuela. Accedió por fin a altos cargos y dignidades, tanto eclesiásticos como civiles, que asumió hasta el día de su muerte, el 22 de septiembre de 1826; tenía entonces sesenta y seis años de edad. En esta forma, HEBEL pasó más de la mitad de su vida lejos de su tierra natal. Heideggeriana: HebelAmigo

En verdad, Karlsruhe le resultaba extraña, pues la proximidad de su tierra natal, que era también la de su infancia, ocupó constantemente sus pensamientos y recordaba de manera irresistible al habitante de Wiesental. La savia y el vigor de su provincia permanecieron vivos en el corazón y el espíritu de HEBEL, lo mismo que el alma robusta y jovial de sus amigos de allá. Aunque no pudo realizar el único sueño de su vida, poder vivir en la Markgraeflerland ejerciendo sus funciones de pastor de pueblo, HEBEL permaneció siempre bajo el encanto seductor de su tierra natal. De la inmensa nostalgia que tenia de su tierra nacieron sus Poemas alemánicos, que aparecieron en 1803. HEBEL escribe en el Prólogo: “El dialecto en que están escritos estos poemas puede justificar su titulo. Domina en el ángulo del Rin, entre el Frictal y el antiguo Sundgau, y se extiende con algunas modificaciones hasta los Vosgos y los Alpes. Vuelve a encontrárselo finalmente, más allá de la Selva Negra, en gran parte de Suevia”. Heideggeriana: HebelAmigo

Podemos creer que la poesía de HEBEL, por ser una poesía dialectal, solamente habla de un mundo limitado. Se piensa además que el dialecto no es más que un mal uso y una deformación de la lengua noble y literaria. Un juicio tal es erróneo, pues el dialecto es la fuente misteriosa de toda lengua evolucionada. De esta fuente nos viene todo lo que el espíritu de la lengua abriga en sí mismo. Heideggeriana: HebelAmigo

Esta altura y este valor subsisten y se expanden en la lengua. Pero mueren igualmente con esta, a partir del momento en que le falta el flujo de esa fuente que es el dialecto. Johann-Peter HEBEL lo sabía muy bien. Por ello escribe en una carta, poco antes de la aparición de sus “Poemas Alemánicos”, que estos permanecen sin ninguna duda limitados “al carácter y al horizonte de un pequeño pueblo”, pero no por eso dejan de ser “noble poesía” (Briefe, p. 114). Heideggeriana: HebelAmigo

¿Qué es una “noble poesía”? Es una poesía que tiene nobleza, es decir, que tiene su alto origen en lo que es permanente en sí y cuya fuerza generosa no se acaba jamás. Por consiguiente, Johann-Peter HEBEL no es un simple poeta dialectal y local. HEBEL es un poeta universal. Parece por lo tanto que ya hemos encontrado respuesta a nuestra pregunta: ¿quién es Johann-Peter HEBEL? Pero no es así todavía. Sólo la tendremos si sabemos igualmente por qué HEBEL llegó a ser el gran poeta que es. Es por esto que nos preguntarnos una vez más: ¿Quién es Johann-Peter HEBEL? Dar a esta pregunta una respuesta anticipada es sostener: Johann-Peter HEBEL es el Amigo de la Casa. Heideggeriana: HebelAmigo

Esta respuesta suena en un principio   extraña; inclusive diríamos incomprensible. “Amigo de la Casa” un nombre simple pero cargado de sentido profundo y amplio. HEBEL ha encontrado este nombre gracias a su maravillosa sensibilidad auditiva y ha sabido conservarle su rica y fascinante significación. Lo eligió para el calendario de la región de Baden del que fue editor. Pero reconoció al mismo tiempo en el título del calendario, “Amigo de la Casa”, la denominación que califica su propia disposición poética. Como lo escribía en 1811 al “Muy Alto Ministerio del Gran Duque  ” de Karlsruhe, HEBEL se sintió entusiasmado con la “bella idea de hacer del Calendario del Amigo Renano de la Casa una aparición bienvenida y bienhechora y, en la medida de lo posible, el mejor calendario de Alemania entera, vencedor de toda competencia eventual”. Heideggeriana: HebelAmigo

Lo que HEBEL dice aquí de su bella idea del calendario merece ser considerado palabra por palabra. Heideggeriana: HebelAmigo

Por otra parte, el calendario debe rebasar los limites estrechos de la región y dirigirse de la manera “más notable” a Alemania entera. HEBEL mide, en efecto, su decir y sus escritos de acuerdo con la más alta escala, y sólo gracias a esta exigencia puede apreciar el alcance de una tal aparición. Heideggeriana: HebelAmigo

HEBEL no temía, por último, confesar que todo lo esencial que le es posible crear al hombre — inclusive un calendario — es un don de la victoria en un noble combate. En nuestros días, el “Diario ilustrado” ha reemplazado y suprimido al viejo calendario. Este, dispersa, descompone, sitúa lo esencial y lo inesencial al mismo nivel uniforme de lo superficial, efímeramente ilusorio y ya dejado atrás. Aquel — el calendario —, podía en otros tiempos mostrar lo que hay de permanente en lo poco aparente, y tenía igualmente la virtud de incitar a una lectura y a una meditación renovadas. Heideggeriana: HebelAmigo

Sin duda alguna HEBEL ha conferido por consiguiente a la “bella idea” de su calendario un brillo que constituye, más allá del instante presente, un encantamiento siempre nuevo para el espíritu y la sensibilidad de los hombres. ¿Cómo llegó a conseguirlo? Al llegar a ser HEBEL lo que fue: el Amigo de la Casa. La expresión “Amigo de la Casa”, profunda a pesar de su simplicidad, es el nombre que define el rasgo fundamental de la vocación poética de HEBEL. Heideggeriana: HebelAmigo

Ciertamente, si se considera el oficio de poeta exclusivamente como una producción de poemas, puede entonces afirmarse que HEBEL ha cesado de ser poeta después de la publicación de “Poemas Alemánicos”. Sin embargo, los poemas “Para los Amigos de la Naturaleza y de las Costumbres rurales” no son más que el comienzo de su vocación y de su obra poéticas, de dimensión universal. Heideggeriana: HebelAmigo

Los relatos y consideraciones del calendario hebeliano hacen que esta obra llegue a ser una lengua alemana de las más nobles. HEBEL quien vivía en una proximidad luminosa de la lengua, conocía, bien ese tesoro. Escogió de acuerdo con su propia apreciación poética los trozos más bellos que había publicado en el “Calendario del Amigo Renano de la Casa”. Limita así el tesoro a lo que tenía de más precioso, le confeccionó un pequeño cofre y lo ofreció en 1811 al mundo de lengua alemana cono “Schatzkaestlein”. Heideggeriana: HebelAmigo

El pensamiento imaginativo y creador que hizo que la “Schatzkaestlein” haya llegado a ser la obra literaria que nosotros admiramos, constituye esta actitud poética que nos hace reconocer a HEBEL como el “Amigo de la Casa”. Pero en la “Schatzkaestlein” están al mismo tiempo conservados (aufgehoben) los “Poemas, Alemánicos”, conservados en el triple sentido que ate atribuye a esa palabra (aufheben) uno de los grandes contemporáneos del poeta, el pensador Georg-Wilhelm-Friedrich Hegel  , originario de Suevia. Heideggeriana: HebelAmigo

“Aufheben” quiere decir en primer lugar: levantar del suelo lo que reposa sobre él. Esta forma de “aufheben” permanece puramente exterior mientras no está determinada por un “aufheben” de una significación equivalente a: conservar. Pero este último “aufheben” no halla tampoco su alcance y su permanencia más que si proviene de un “aufheben” en el sentido de: elevar, transformar, ennoblecer. De esta manera HEBEL ha conservado (aufgehoben) los “Poemas Alemánicos” en la “Schatzkaestlein”. El encanto de esos poemas resplandece en todas las partes de la “ Schatzkaestlein”, sin que estén propiamente hablando contenidos en ella. Heideggeriana: HebelAmigo

Lo que habitualmente vemos del mundo, lo que vemos de las cosas humanas y divinas adquiere, gracias al decir poético, un nuevo rostro, precioso y rico en misterio. Un lenguaje elevado da el sello de este ennoblecimiento. Pero la elevación tiende hacia la simplicidad. El lenguaje se eleva hacia la simplicidad cuando el dulce brillo y el sonido apacible de la palabra hacen aparecer todas las cosas bajo una nueva luz. Este decir ennoblecedor caracteriza la vocación poética de Johann-Peter HEBEL. Heideggeriana: HebelAmigo

Solamente después de madura reflexión podemos comprender en todo su alcance y también retener lo que hombres eminentes tales como Emil Strauss, Wilhelm Altwegg y Wilhelm Zentner habían presentido ya: que las cartas de HEBEL pertenecen a la unidad de su obra poética completa, al mismo título que los “Poemas Alemánicos” y la “Schatzkaestlein”. Heideggeriana: HebelAmigo

Sin embargo, nos preguntamos de nuevo: ¿quién es este Amigo de la Casa? ¿En qué es HEBEL un amigo, y de qué casa? Pensamos en primer término en las casas que habitan campesinos y citadinos. Con mucha ligereza y corrientemente también por necesidad, nos representamos hoy las casas como un conjunto de piezas en donde se desarrolla la vida cotidiana de los hombres. La casa se convierte por así decir en un simple local en donde habitar. Pero la casa no llega a ser verdaderamente casa más que por la habitación. La construcción por la que se erige la casa no es lo que en verdad es si no está orientada previamente por un “permitir-habitar”, “permitir” que despierta y ofrece las posibilidades primordiales de la habitación. Heideggeriana: HebelAmigo

Podría decirse, y sin lugar a dudas con cierta razón, que las Consideraciones del HEBEL sobre la estructura del mundo no han hecho más que seguir la corriente de su época, que honraba el espíritu de las luces. No era posible ignorar por más tiempo los principios de las ciencias naturales modernas, entonces en plena expansión, que se querían enseñar a los hombres como el mejor conocimiento de la naturaleza. Esta anotación concerniente al Siglo de las Luces es sin duda correcta. Pero desconoce enteramente lo que Johann-Petter HEBEL, el Amigo de la Casa, se proponía hacer con ayuda de sus Consideraciones sobre la estructura del mundo. Únicamente descubriremos lo que él tiene en miras cuando sepamos quién es el verdadero Amigo de la Casa. Heideggeriana: HebelAmigo

Aunque esto nos sorprenda, este no es de ninguna manera HEBEL. ¿Quién es entonces? HEBEL mismo nos da la respuesta en un pasaje significativo de sus Consideraciones sobre la estructura del mundo. Si prestamos atención a lo que hay en este pasaje de característico, encontramos que nos da una orientación decisiva en nuestro intento de pensar la esencia del Amigo de la Casa a partir de la casa del mundo. El pasaje en cuestión se encuentra al final de las consideraciones sobre la Luna. He aquí lo que dice en él: “En octavo y último lugar, ¿qué hace entonces exactamente la luna en el cielo? Respuesta: lo que le hace a la tierra. Es cierto que ella ilumina nuestras noches con su dulce luz, que es el reflejo de los rayos solares, y que contempla a los muchachos besar a las muchachas. Es ella, verdadero “Amigo de la Casa” y primer hacedor del calendario de nuestra tierra, el general en jefe de todos los serenos cuando los demás duermen” (Betrachtung   ueber das Weltgebauede. Der Mond 1, pp. 326 ss.). Heideggeriana: HebelAmigo

El verdadero “Amigo de la Casa” de la tierra es la luna. ¿Quién osaría expresar sucintamente y, por esta misma razón, con palabras inevitablemente desprovistas de fineza, lo que aquí aparece como la característica del Amigo de la Casa? HEBEL, el terrestre .Amigo dé., la Casa, aporta con su decir, lo mismo que la luna con su brillo, una dulce luz. La luna alumbra nuestras noches. Pero la luz que aporta, no la alumbra por sí misma. No es más que el reflejo de aquélla que ha recibido previamente de su sol, cuyo esplendor ilumina al mismo tiempo la tierra. Heideggeriana: HebelAmigo

Al contemplar la luna, HEBEL nos hace descubrir la esencia del Amigo de la Casa. Camino y estancia, actitud y porte del Amigo de la Casa. son un solo y el mismo reflejo que, particularmente discreto en su vigilancia, dota a todas las cosas de un nimbo de dulce luz, apenas perceptible. Heideggeriana: HebelAmigo

A esto corresponde lo que HEBEL, a titulo de Amigo de la Casa, dice de sí mismo. Este pone aquí y allá en sus relatos y consideraciones un “pequeño grano de oro” (II, 99) . “Pues el Amigo Renano de la Casa va y viene con asiduidad a lo largo del Rin, mira a través de más de una ventana sin que se lo vea, se sienta en más de un albergue sin que se lo reconozca y realiza con muchas buenas gentes una o dos caminatas dominicales sin hacerse reconocer”. Heideggeriana: HebelAmigo

El Amigo de la Casa sabe también claramente que la vida de los mortales está esencialmente determinada y sostenida por la palabra. HEBEL escribe en una carta fechada en septiembre de 1808: “Una gran parte de nuestra vida es el recorrido más o menos agradable o desagradable de un laberinto de palabras, y la mayor parte de nuestras guerras son (…) guerras de palabras” (Briefe, p. 372) . Heideggeriana: HebelAmigo

HEBEL escribe un día a Justinus Kerner (20 de julio de 1817. Briefe, 565) : “Usted sabe lo que exige, para quien se dirige a cierto público, saber introducir oportunamente en la verdad y la claridad de su vida lo que hay que decirle”… y nosotros podríamos agregar: y permanecer al mismo tiempo “desapercibido y en la sombra” (10 de agosto de 1817, Briefe, 567) . Este es, en efecto, el estilo del Amigo de la Casa. HEBEL explica una vez más esta idea cuando escribe por la misma época (a Justinus Kerner, 24 de octubre de 1817, Briefe, 569) que se puede bajo esta denominación, “hablar a corazón abierto al lector y contarle toda clase de historias . . . “ Heideggeriana: HebelAmigo

¿Qué tipo de diálogo tiene en miras el amigo de esta casa que es el mundo? ¿Sobre qué quisiera el Amigo de la Casa comenzar a conversar? Respuesta: de las reflexiones con las que él mismo comienza su decir en la “Schatzkaestlein”. Son las “Consideraciones generales sobre la estructura del mundo”, cuya introducción concluye HEBEL con esta frase: “El Amigo de la Casa quiere ahora hacer una prédica, tomando por tema primero la tierra y el sol, y enseguida la luna y las estrellas”. Heideggeriana: HebelAmigo

Por consiguiente, las Consideraciones de HEBEL sobre la estructura del mundo pertenecen al dominio poético. Se trata de una afirmación atrevida, pues la propia intención de HEBEL, lo mismo que sus declaraciones, parecen contradecirla. Este querría, en efecto, gracias a las consideraciones en cuestión, conducir a los lectores de su calendario a un mejor conocimiento de la estructura del mundo, a fin de liberarlos de una ignorancia que no tendría otro responsable que su propia negligencia. Heideggeriana: HebelAmigo

Lo natural de la naturaleza es levantarse — y — ocultarse del sol, de la luna, de las estrellas que concierne directamente a los hombres en su calidad de habitantes en lo que les sugiere lo misterioso del mundo. Si el sol, en la explicación científica de la estructura del mundo, está pensado de acuerdo con la forma copernicana, esto no le impide, dentro de la naturaleza natural, continuar siendo — según dos poemas de HEBEL — “esta extraña mujer de la que todo ser desea recibir luz y calor”, “de quien cada uno solicita los favores’”y que “sin embargo .(permanece) tan buena y amistosa” (Das Habermus 1, 104 ss., Der Sommerabend 1, 78 ss.). Heideggeriana: HebelAmigo

HEBEL transforma aquí el sol en campesina, pues en la simplicidad de una mujer del campo y de todo ser humano, ¿acaso no nos parece como si el sol y las estrellas de la naturaleza natural nos iluminaran con su calmado esplendor? Es cierto que Goethe escribía en su comentario sobre los “Poemas Alemánicos” de HEBEL: “El autor transforma los objetos de la naturaleza en campesinos y hace campesino todo el universo, de la manera más ingenua y encantadora; el paisaje en que siempre evocamos al campesino parece constituir en esta forma uno solo con aquel, en nuestra imaginación exaltada y febricitante”. Heideggeriana: HebelAmigo

HEBEL hace campesino el universo. Este juicio que parece duro pero sin embargo se quiere amistoso, encierra todo un problema que precisamente preocupó sin descanso la creación poética y el pensamiento de Goethe en su último período. Heideggeriana: HebelAmigo

Johann-Peter HEBEL es poeta bajo los rasgos del Amigo de la Casa. Es evidente que ya no podemos, actualmente, retornar al mundo vivido por HEBEL hace un siglo y medio, ni a la rusticidad integral de esta época, como tampoco a su conocimiento limitado de la naturaleza. Heideggeriana: HebelAmigo

Podemos entrever aquello a lo que Johann-Peter HEBEL alude cuando piensa al poeta como siendo el Amigo de la Casa, es decir aquel que “conduce al lenguaje” la , casa del mundo concebido para habitación de los hombres. Heideggeriana: HebelAmigo

Raros son quienes, hasta ahora, han apreciado en su justo valor lo que encierra la “Schatzkaestlein” de Johann-Peter HEBEL. La lengua alemana en que se expresan las consideraciones y relatos de HEBEL es la más simple, la más pura pero también la más cautivadora y la más rica de sentido que jamás haya sido escrita. La lengua del “Schatzkaestlein” hebeliano es la mejor escuela para quien se dispone a escribir con autoridad en lengua alemana. Heideggeriana: HebelAmigo

¿En dónde reside el misterio de la lengua hebeliana? No en la búsqueda de un estilo precioso, ni tampoco en la intención de escribir, hasta donde sea posible, en un género popular. El misterio de la lengua de la “Schatzkaestlein” consiste en que HEBEL llega a integrar la lengua del dialecto, en la lengua cultivada y literaria. El poeta hace resonar así la lengua literaria como el puro eco de la riqueza dialectal. Heideggeriana: HebelAmigo

Esas relaciones más profundas del Dasein   humano, HEBEL las caracteriza así: “Lo admitamos voluntariamente o no, somos plantas que deben, con ayuda de sus raíces, salir de la tierra para poder florecer en el Éter y dar frutos” (111, 314). Heideggeriana: HebelAmigo

La tierra, esta palabra designa en la frase de HEBEL todo lo que nos sostiene y nos rodea, nos inflama y nos tranquiliza en forma de lo visible, audible, y palpable: lo sensible. Heideggeriana: HebelAmigo

El Éter (el cielo), HEBEL designa con esta palabra todo lo que percibimos sin recurrir a los órganos sensoriales: lo no sensible, el sentido, el espíritu. Heideggeriana: HebelAmigo

Podemos experimentar el lenguaje como siendo esos caminos y revueltas que recorre, con el espíritu lúcido, Johann-Peter HEBEL, el poeta. Podemos, si buscamos ligarnos amistosamente con quién, por ser poeta, es el amigo de la casa del mundo: con Johann-Peter HEBEL, el Amigo de la Casa. Heideggeriana: HebelAmigo

Eh aquí las siete preguntas: 1) En Gelassenheit  , habla usted de “la potencia oculta en la técnica moderna” ¿Qué es esta potencia a la que no sabemos aún ponerle nombre y que “no procede del hombre”? ¿Es ella positiva en su principio? 2) Usted parece admitir que sería necesario si no obedecerla al menos corresponderle en un cierto modo, integrar a lo humano la nueva relación que ella instaura entre el hombre y el mundo. En relación con esto, lo que usted dice de HEBEL, el amigo de la casa, es significativo: “erramos hoy en una casa del mundo de la que el amigo está ausente, aquella cuyas inclinaciones lo llevan, con igual fuerza, hacia el universo técnicamente organizado y hacia el mundo concebido como la casa de un hábitat más originario. Falta el amigo que pueda reinvestir el carácter mensurable y técnico de la naturaleza en el secreto abierto de un natural de la naturaleza nuevamente experimentado”. ¿Qué pensador podrá ayudarnos alguna vez a reconciliar estos dos dominios que han llegado a ser extraños el uno para el otro y que “se alejan uno del otro a una velocidad cada vez más alocada”: “la naturaleza técnicamente dominable que constituye el objeto de la ciencia, y la naturaleza natural de la morada humana”? ¿Quién podrá, en una palabra, definir las condiciones de un nuevo enraizamiento? 3) La Gelassenheit, la actitud de aquiescencia, implica, ante todo, una reserva prudente. Ella es apertura al secreto, a lo desconocido que representa para nosotros el mundo técnicamente dominado hacia el que vamos. Ella es, en primer lugar, rechazo de condenar ese mundo. Pero hay más. Usted dice expresamente que “no carece de sentido” esta “otra relación con las cosas” que el mundo técnico, “la construcción y la utilización de las máquinas exigen de nosotros”. ¿En qué sentido entiende esto? 4) En otros términos, ¿qué valor exacto se atribuye a los objetos técnicos? ¿Tienen otro alcance que el de simplemente ayudarnos a mejorar las condiciones de nuestra vida material y, por esto mismo, liberarnos para tareas más elevadas? ¿Tienen un valor en sí, y qué valor? 5) Si se quiere considerar sólo el peligro que representa su invasión creciente, ¿no puede decirse que esta misma invasión, por exceso, es de tal naturaleza que nos conduce a la atención a lo simple? ¿No terminará la proliferación de objetos técnicos por engendrar una pobreza esencial a partir de la cual, y por el desvío mismo de la errancia, llegará a ser posible un retorno del hombre a la verdad de su esencia? 6) ¿O es necesario pensar que una nueva dimensión de la esencia del hombre debe ser descubierta a partir de la experiencia que ha hecho el hombre de su poder sobre la naturaleza? La lectura positiva del mundo y de los fenómenos naturales hace perder al hombre, cada día más, una ingenuidad inmemorial. ¿Es sin embargo un mal si esto nos vuelve atentos a lo que señalaban esas apariencias del mundo, de ahora en más dominadas, si otros modos más radicales de expresión del misterio, que ellas continúan testimoniando en no menor medida, tuvieran allí su proveniencia? ¿Qué valor es necesario conceder a esta nueva y no poética visión del mundo que nos rodea? 7) De hecho, todo lo que acaba de ser evocado es aún conjetural. No tenemos más que interrogarnos sobre el sentido de este universo técnico cuyo poder crece cada día. ¿Podemos esperar que se ilumine al nivel de la esencia del hombre o debe estarnos cerrado por sí mismo? ¿En qué sentido es necesario entender esta afirmación según la cual: “el sentido del mundo técnico se oculta (verbirgt sich)”? Después de la lectura de estas preguntas, Heidegger recuerda que le habían sido propuestas por escrito hace tres años, y que hasta ahora han permanecido sin respuesta. Heideggeriana: SeminarioThor1969