vivida

Surge así un peculiar estadio intermedio: 1) El mundo del devenir, es decir la vida vivida aquí y ahora junto con sus cambiantes ámbitos, no puede ser negada como real. 2) Este mismo mundo, el único real, en principio carece, sin embargo, de meta y de valor, por lo que así no se lo puede soportar. Reina no sólo el sentimiento de carencia de valor de lo real sino una carencia de orientación dentro de lo único real; falta comprender la razón de esa situación y la posibilidad de superarla. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Cuando los valores supremos se desvalorizan y surge la experiencia de que el mundo no corresponde ni corresponderá jamás a lo que creemos de él idealmente, cuando surge incluso la sensación de que todo no hace más que ir hacia lo malo y lo vano, y que este mundo, por lo tanto, es el peor de los mundos, un “pessimum”, entonces aparece la actitud que en la época moderna suele llamarse “pesimismo”, la creencia de que en el peor de estos mundos la vida no vale la pena ser vivida ni afirmada (Schopenhauer). Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Por tanto, la fundamental insuficiencia de la ontología tradicional y de la ontología actual es doble: 1)Para ella el tema es desde el principio el ser-objeto, la objetualidad de determinados objetos, y [ello en el sentido de] objeto para la consideración teorética, y esto a su vez en un sentido aún no diferenciado, aún no precisado, de consideración teorética; o también: [para ellas el tema es] el ser-objeto material para determinadas ciencias de la naturaleza y de la cultura concernientes al objeto de que se trate [es decir, que tienen a ese objeto por objeto, para las que ese objeto es objeto], y en todo caso [para esa ontología el tema es] el mundo, visto a través de esos ámbitos objetuales o ámbitos de conocimiento o ámbitos de objeto, pero no a partir de la exsistencia [Dasein] y de las posibilidades de la exsistencia o que definen a la exsistencia; o también [para esa ontología el tema es] un colgarle al objeto o al ser-objeto otros caracteres aparte de los teoréticos [por ejemplo, caracteres valorativos, MJR]. (Obsérvese: doble sentido de “naturaleza” en tanto que mundo y en tanto que ámbito objetual o ámbito de conocimiento; la “naturaleza” en tanto que mundo sólo viene formalizada a partir de la exsistencia [Dasein], historicidad, por tanto, (la naturaleza) no es “fundamento” o “base” de su historicidad (de la historicidad de la exsistencia); correspondientemente también Leib, es decir, “cuerpo” [en el sentido de cuerpo vivo, de corporalidad vivida MJR]. 2) Lo que de ello surge, brota, nace y se sigue es que la ontología se cierra el acceso al ente decisivo dentro de la problemática filosófica: a lo que llamamos exsistencia [Dasein], a partir del cual y para el cual la filosofía “es”. Heideggeriana: GA63

“La vida sólo se deja explicar si es vivida, al igual que también Cristo sólo empezó a explicar (17) y a mostrar cómo las Escrituras enseñaban acerca de él, precisamente cuando resucitó de entre los muertos.” Kierkegaard, Diario 15. IV. 1838. [Diario 1834-1855. Selección y edición de Th. Haecker. Leipzig o.J., p. 92] Heideggeriana: GA63

Y una determinación del ser la exsistencia la de cada uno es el hoy, el estar o andar cada uno en su presente, precisamente en el suyo, en el de cada uno. La exsistencia en tanto que histórica, su actualidad. Ser-en-el-mundo, el estar la exsistencia vivida por el mundo; presente-cotidianidad. Heideggeriana: GA63

Por ahora, y a título de adelanto, digamos lo siguiente: la exsistencia tiene su espacio público y su vista (se ve, se la ve, se ve a sí), su Öffentlichkeit y su Sicht. La exsistencia se mueve (fenómeno básico) en un determinado modo del hablar de sí misma, es lo que llamamos la “vacuidad en el decir”, el decir que carece de suelo y base o que no sabe si lo tiene, en alemán Gerede, considérese esta expresión como una fijación terminológica. Este hablar de sí misma es la forma público-media, es decir, la forma pública y media en la que la exsistencia se toma a sí misma y se mantiene a sí misma. En esa Gerede, en esa forma pública y media de hablar de sí, en ese decir lo que por término medio siempre Se dice, se encierra una determinada preconcepción que la exsistencia tiene de sí: se trata del “como qué” básico, en términos del cual la exsistencia hace referencia “a sí misma” (del como-qué la exsistencia se entiende a sí misma). Ese decir sin suelo y sin base o que no sabe si la tiene, esa Gerede, es, por tanto, el cómo en el que queda a disposición de la exsistencia misma un determinado quedar-ella-misma-interpretada o venir-ella-misma-interpretada. Esta interpretado-idad de sí misma no es algo que sólo a posteriori venga colgado a la exsistencia, que sólo a posteriori le quede pegado a la exsistencia, sino que es algo a lo que la exsistencia ha llegado ya siempre desde sí propia, algo de lo que la exsistencia vive y por lo que la exsistencia es vivida (un cómo de su ser). [tachado por Heidegger con la anotación “demasiado pronto”.] Heideggeriana: GA63

Esta interpretado-idad del hoy, este venir interpretado el hoy, se caracteriza además porque no es experimentado expresamente, porque no es presente, sino que es un modo de la exsistencia en el que cada exsistencia es vivida, es decir, un cómo que “vive” [conviértase este “vive” en verbo transitivo, un cómo que vive a la exsistencia]. Precisamente porque ese venir la exsistencia interpretada constituye el espacio público y, como tal, constituye el por-término-medio en el que cada cual puede fácilmente aportar lo suyo y obtener lo suyo sin problemas y, además, estar en ello, a tal por-término-medio no le queda sustraído absolutamente nada de lo que pasa. En el trajín en el decir, en la Gerede, se da repaso a todo, con una peculiar insensibilidad para las diferencias. Como tal por-término-medio, ese inofensivo “primeramente” o “primariamente” o “primero” (inofensivo por ser pro-medio), es decir, ese “primeramente” o “primariamente” o “primero”, que lo es por ser también Zumeist, es decir, por ser la mayor parte de las veces, es decir, ese espacio público, esa Öffentlichkeit, es la forma de ser del Se (del Man): Se dice, Se oye, Se cuenta, Se sospecha, Se espera, Se está a favor de que… lo que corre en boca de todos no pertenece a nadie, nadie se compromete con ello, simplemente es lo que “se” dice. Heideggeriana: GA63

Procediendo así, Nietzsche reconoce que a pesar de la desvalorización de los valores hasta ahora supremos para el mundo, dicho mundo sin embargo sigue ahí y que ese mundo en principio privado de valores tiende inevitablemente a una nueva instauración de valores. Después de la caída de los valores hasta ahora supremos, la nueva instauración de valores se transforma, en relación con los valores anteriores, en una “transvaloración de todos los valores”. El no frente a los valores precedentes nace del sí a la nueva instauración de valores. Como en ese sí, según la opinión de Nietzsche, no se encierra ningún modo de mediación y ninguna adecuación respecto a los valores anteriores, el no incondicionado entra dentro de ese nuevo sí a la nueva instauración de valores. A fin de asegurar la incondicionalidad del nuevo sí frente a la recaída en los valores anteriores, esto es, a fin de fundamentar la nueva instauración de valores como movimiento de reacción, Nietzsche designa también a la nueva instauración de valores como nihilismo, concretamente como ese nihilismo por el que la desvalorización se consuma en una nueva instauración de valores, la única capaz de ser normativa. Nietzsche llama a esta fase normativa del nihilismo el nihilismo “consumado”, esto es, clásico. Nietzsche entiende por nihilismo la desvalorización de los valores hasta ahora supremos. Pero al mismo tiempo afirma el nihilismo en el sentido de “transvaloración de todos los valores anteriores”. Por eso, el nombre nihilismo conserva una polivalencia de significado y, desde un punto de vista extremo, es en todo caso ambiguo, desde el momento en que designa por un lado a la mera desvalorización de los valores hasta ahora supremos, pero al mismo tiempo se refiere al movimiento incondicionado de reacción contra la desvalorización. En este sentido es también ambiguo eso que Nietzsche presenta como forma previa del nihilismo: el pesimismo. Según Schopenhauer, el pesimismo es la creencia por la que en el peor de estos mundos la vida no merece la pena de ser vivida ni afirmada. Según esta doctrina, hay que negar la vida y esto quiere decir también lo ente como tal en su totalidad. Este pesimismo es, según Nietzsche, el “pesimismo de la debilidad”. No ve en todas partes más que el lado oscuro, encuentra para todo un motivo de fracaso y pretende saber que todo acabará en el sentido de una catástrofe total. Por el contrario, el pesimismo de la fuerza, en cuanto fuerza, no se hace ilusiones, ve el peligro y no quiere velos ni disimulos. Se da cuenta de lo fatal que resulta una actitud de observación pasiva, de espera de que retorne lo anterior. Penetra analíticamente en las manifestaciones y exige la conciencia de las condiciones y fuerzas que, a pesar de todo, aseguran el dominio de la situación histórica. Heideggeriana: NietzscheDeus

Haber entrevisto la experiencia del poeta con la palabra, esto es, haber entrevisto el aprendizaje de la renuncia, nos apremia a esta pregunta: ¿Por qué, una vez aprendida la renuncia, no pudo el poeta renunciar al decir? ¿Por qué dice precisamente la renuncia? ¿Por qué escribe incluso un poema titulado La Palabra? Respuesta: Porque esta renuncia es una verdadera renuncia y no un mero rechazo del decir y no un mero enmudecer. Como negación a sí misma la renuncia sigue siendo un decir. Preserva así la relación con la palabra. Pero al haberse dejado entrever la palabra en otro reino superior, la relación con ella también debe sufrir una transformación. El decir alcanza a otra articulación, a otro melos, a otro tono. Que la renuncia del poeta haya sido vivida en este sentido lo atestigua el propio poema que dice la renuncia cantándola. Porque este poema es un canto. Pertenece a la última parte del último volumen de poemas publicados por Stefan George. Esta última parte lleva por título El Canto y comienza con este preámbulo: Sea lo que pienso y sea lo que reúno – El mismo rostro lleva todo lo que aún amo. Heideggeriana: Palavra1958