Si una tal transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento no debe ser sólo llevada cabo sino también fundamentada, se requiere para ella un “nuevo principio”, es decir la posición de aquello desde lo cual se determine de manera nueva y con carácter de norma el ente en su totalidad. Pero si esta interpretación del ente en su totalidad no tiene que tener lugar desde un suprasensible puesto de antemano “sobre” él, los nuevos valores y la norma que les corresponda sólo pueden extraerse del ente mismo. El ente mismo requiere, por lo tanto, una nueva interpretación por la que su carácter fundamental experimente una determinación que lo haga apto para servir como “principio” para la escritura de una nueva tabla de valores y como norma para un correspondiente orden jerárquico. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
“Voluntad de poder” es, al mismo tiempo, el nombre del carácter fundamental del ente y de la esencia del poder. En lugar de “voluntad de poder”, Nietzsche dice con frecuencia, y de una manera que conduce fácilmente a equívocos, “fuerza”. Que Nietzsche conciba el carácter fundamental del ente como voluntad de poder no es el invento ni la arbitrariedad de un extravagante que ha ido a la caza de quimeras. Es la experiencia fundamental de un pensador, es decir de uno de esos individuos que no tienen elección sino que más bien tienen que llevar a la palabra lo que el ente es en cada caso en la historia de su ser. Todo ente, en la medida en que es y es tal como es, es: “voluntad de poder”. Este título nombra aquello desde donde parte y hacia donde vuelve toda posición de valores. Sin embargo, de acuerdo con lo que se ha dicho, la nueva posición de valores no es una “transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento” sólo en cuanto que, en lugar de los valores precedentes, pone al poder como valor supremo, sino, sobre todo y antes que nada, en cuanto que el poder mismo y sólo él pone los valores, los mantiene en vigencia y es el único en decidir sobre la posible justificación de una posición de valores. Si todo ente es voluntad de poder, sólo “tiene” valor y “es” un valor aquello que cumple con la esencia del poder. Pero el poder sólo es poder como acrecentamiento del poder. El poder, cuanto más esencialmente lo es y cuanto más exclusivamente determina todo ente, no reconoce que nada fuera de sí tenga el carácter de valor y sea valioso. Ello implica: en cuanto principio de la nueva posición de valores, la voluntad de poder no tolera ningún otro fin fuera del ente en su totalidad. Pero puesto que todo ente en cuanto voluntad de poder, es decir en cuanto sobrepotenciarse que nunca cesa, es un constante “devenir”, y este “devenir”, sin embargo, no puede nunca en su movimiento salir hacia un fin que esté fuera de sí sino que, por el contrario, encerrado en el acrecentamiento del poder, sólo vuelve constantemente a éste, también el ente en su totalidad, en cuanto es este devenir del carácter del poder, tiene siempre que volver a retornar y a traer lo mismo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Con la transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento al hombre se le formula, por lo tanto, la ilimitada exigencia de erigir de modo incondicionado, a partir de sí mismo, por medio de sí mismo y por encima de sí mismo, los “nuevos estandartes” bajo los cuales tiene que llevarse a cabo la institución de un nuevo orden del ente en su totalidad. Puesto que lo “suprasensible”, el “más allá” y el “cielo” han sido aniquilados, sólo queda la “tierra”. Por consiguiente, el nuevo orden tiene que ser: el dominio incondicionado del puro poder sobre el globo terrestre por medio del hombre; no por medio de un hombre cualquiera, y mucho menos por medio de la humanidad existente hasta el momento, que ha vivido bajo los valores hasta el momento válidos. ¿Por medio de qué hombre entonces? Con el nihilismo, es decir con la transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento en medio del ente en cuanto voluntad de poder y a la vista del eterno retorno de lo mismo, se vuelve necesaria una nueva posición de la esencia del hombre. Pero puesto que “Dios ha muerto” lo que ha de ser medida y centro para el hombre sólo puede ser el hombre mismo: el “tipo”, la “figura” de la humanidad que asuma la tarea de transvalorar todos los valores en dirección del poder único de la voluntad de poder y que esté dispuesta a emprender el dominio incondicionado sobre el globo terrestre. El nihilismo clásico, que, en cuanto transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento, experimenta el ente como voluntad de poder y sólo admite como única “meta” el eterno retorno de lo mismo, tiene que impulsar al propio hombre — es decir al hombre existente hasta el momento — “por sobre” sí mismo y tiene que crear como medida la figura del “superhombre”. Por eso se dice en Así habló Zaratustra, IV, “Del hombre superior”, 2: “¡Adelante! ¡Arriba! ¡Vosotros, hombres superiores! Sólo ahora parirá la montaña del futuro del hombre. Dios murió: ahora nosotros queremos — que viva el superhombre” (VI, 418). Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El superhombre es la figura suprema de la más pura voluntad de poder, es decir del único valor. El superhombre, el dominio incondicionado del puro poder, es el “sentido” (la meta) de lo único que es, es decir de “la tierra”. “No la “humanidad” sino el superhombre es la meta” (La voluntad de poder, nn. 1001 y 1002). En la visión y la opinión de Nietzsche, el superhombre no es una mera ampliación del hombre que ha existido hasta el momento, sino esa forma sumamente unívoca de la humanidad que, en cuanto voluntad de poder incondicionada, se eleva al poder en cada hombre en diferente grado, proporcionándole así la pertenencia al ente en su totalidad, es decir a la voluntad de poder, y demostrando que es verdaderamente “ente”, cercano a la realidad y a la “vida”. El superhombre deja simplemente detrás de sí al hombre de los VALORES VÁLIDOS hasta el momento, “pasa por encima” de él y traslada la justificación de todos los derechos y la posición de todos los valores al ejercicio de poder del puro poder. Todo actuar y realizar sólo vale como tal en la medida en que sirve para equipar, adiestrar y acrecentar la voluntad de poder. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Los cinco títulos capitales citados — “nihilismo”, “transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento”, “voluntad de poder”, “eterno retorno de lo mismo”, “superhombre” — muestran la metafísica de Nietzsche en cada caso desde un respecto particular, el cual resulta, sin embargo, siempre determinante para el todo. Por eso, la metafísica de Nietzsche es comprendida si y sólo si lo nombrado en los cinco títulos capitales puede pensarse, es decir experimentarse esencialmente, en su copertenencia originaria, por el momento sólo señalada. Qué sea el “nihilismo” en el sentido de Nietzsche sólo puede saberse, por lo tanto, si comprendemos al mismo tiempo y en su conexión, qué es la “transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento”, qué es la “voluntad de poder”, qué es el “eterno retorno de lo mismo”, qué es el “superhombre”. Por eso, en sentido contrario, partiendo de una comprensión suficiente del nihilismo puede prepararse ya el saber acerca de la esencia de la trasvaloración, de la esencia de la voluntad de poder, de la esencia del eterno retorno de lo mismo, de la esencia del superhombre. Pero un saber tal es estar en el interior del instante que la historia del ser ha abierto para nuestra época. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
La sección A está dividida en cuatro párrafos; el cuarto recoge el contenido esencial de los tres anteriores, es decir, lo que significa la caducidad de los valores cosmológicos. La sección B da una visión de las consecuencias esenciales que tiene esa caducidad de los valores cosmológicos. Señala que con ella no se produce también la caducidad del propio cosmos. Éste sólo se libera de la valoración hecha por los VALORES VÁLIDOS hasta el momento y queda disponible para una nueva posición de valores. Por eso el nihilismo no conduce de ningún modo a la nada. La caducidad no es un mero derrumbe. Lo que tiene que acontecer, sin embargo, para que el nihilismo conduzca a la salvación y la reconquista del ente está indicado por la nota conclusiva agregada al final de todo el fragmento. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Así pues, el principio de una nueva posición de valores sólo puede imponerse si se despierta y extiende un nuevo saber sobre la esencia de los valores y sobre las condiciones de la estimación de valor. La transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento tiene que ejercerse y erigirse desde el estado de conciencia sumo de una conciencia propia de la esencia y de la posición de valores. Sólo en la posición de valores así entendida llega a su acabamiento la caducidad de los VALORES VÁLIDOS hasta el momento. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Sólo mediante la transvaloración de todos los valores el nihilismo se vuelve clásico. Lo caracterizan el saber acerca del origen y de la necesidad de los valores y con ello, el conocimiento de la esencia de los VALORES VÁLIDOS hasta el momento. Sólo aquí la idea de valor y el poner valores llegan a sí mismos; no simplemente en el modo en el que un actuar instintivo al mismo tiempo se conoce a sí mismo y ocasionalmente se observa, sino de manera tal que esta conciencia se vuelve un momento esencial y una fuerza motriz de todo actuar. No ocurre solamente que lo que designamos con el equívoco nombre de “instinto” se transforma de algo previamente inconsciente en algo consciente, sino que la consciencia, el calcular y “recalcular psicológico” se convierten en el auténtico “instinto”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Por una parte se muestra que la realización de los VALORES VÁLIDOS hasta el momento no puede alcanzarse, el mundo aparece carente de valor. Por otra parte, gracias a que se ha hecho consciente de modo analítico que las estimaciones de valor tienen su origen en la voluntad de poder, la mirada que busca es dirigida a la fuente de nuevas estimaciones de valor, sin que por ello, sin embargo, el mundo ya haya ganado valor. Pero del mismo modo, frente a la conmoción de la validez de los valores precedentes también se puede intentar seguir manteniendo su “lugar” y ocupar este antiguo lugar, lo suprasensible, con nuevos ideales. Esto ocurre, según la exposición de Nietzsche, por ejemplo con las “doctrinas que tienden a la felicidad universal” y con el “socialismo”, así como con la “música wagneriana”, con el “ideal” cristiano y allí “donde se ha liquidado la forma dogmática del cristianismo” (n. 1021). Surge así el “nihilismo incompleto” Heideggeriana: NiilismoEuropeu
“El nihilismo incompleto, sus formas: vivimos en medio de él. Los intentos de escapar al nihilismo sin transvalorar los VALORES VÁLIDOS hasta el momento: provocan lo contrario, agudizan el problema.” (n. 28) Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Con esto queda más claro que, y en qué medida, al nihilismo completo, acabado, le corresponde la “transvaloración de todos los valores”, y que a esta transvaloración le precede y acompaña un peculiar estado de indecisión. Este estado de indecisión, en el que han sido destituidos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento y los nuevos no han sido puestos aún, consiste en que no hay ninguna verdad en sí, pero, sin embargo, hay verdad. No obstante, la verdad tiene que determinarse de nuevo en cada caso. Por medio de la “analítica” se despierta ya el presentimiento de que la “voluntad de verdad”, en cuanto pretensión de algo válido y que sirve de norma, es una pretensión de poder y en cuanto tal, sólo justificada por la voluntad de poder y como forma de la voluntad de poder. El estado intermedio así caracterizado es el “nihilismo extremo”, que reconoce explícitamente y enuncia que no hay verdad. Este nihilismo es, nuevamente, ambiguo: “A. Nihilismo como signo del acrecentado poder del espíritu: el nihilismo activo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
La moral del “hombre bueno” es el origen de los VALORES VÁLIDOS hasta el momento. El hombre bueno pone estos valores como incondicionados. Son así las condiciones de su “vida” que, en cuanto impotente para el poder, exige para sí la posibilidad de poder mirar a lo alto hacia un mundo suprasensible. Desde aquí comprendemos también qué quiere decir Nietzsche en la sección final del fragmento n. 12 con la “ingenuidad hiperbólica” de los hombres. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Con la obra Aurora (1881) la claridad irrumpe en el camino metafísico de Nietzsche. En el mismo año le llega — “a 6000 pies sobre el nivel del mar y mucho más alto sobre todas las cosas humanas” — la visión del “eterno retorno de lo mismo” (XII, 425). Desde entonces su marcha se mantiene durante casi una década en la resplandeciente claridad de esta experiencia. Zaratustra toma la palabra. Como maestro del “eterno retorno” enseña el “superhombre”. Se aclara y consolida el saber de que el carácter fundamental del ente es la “voluntad de poder” y de que de ella proviene toda interpretación del mundo, en la medida en que su índole es ser posiciones de valor. La historia europea desvela su rasgo fundamental como “nihilismo” y empuja hacia la necesidad de una “transvaloración de todos los VALORES VÁLIDOS hasta el momento”. La nueva posición de valores, realizada a partir de la voluntad de poder que ahora se reconoce decididamente a sí misma, exige como legislación su propia justificación desde una nueva “justicia”. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
El nihilismo extremo pero activo desaloja los VALORES VÁLIDOS hasta el momento junto con su “espacio” (lo suprasensible) y da espacio por vez primera a las posibilidades de una nueva posición de valores. En referencia a este carácter del nihilismo extremo de crear espacios y salir a campo abierto, Nietzsche habla también de “nihilismo extático” (La voluntad de poder, n. 1055). Dando el aspecto de quedarse en la simple negación, éste no afirma ni algo que esté allí delante ni un ideal, pero sí el “principio de la estimación de valores”: la voluntad de poder. Apenas a ésta se la comprende y asume expresamente como fundamento y medida de toda posición de valores, el nihilismo ya ha encontrado su esencia afirmativa, ha superado y englobado su incompletitud y se ha vuelto así completo. El nihilismo extático se convierte en “nihilismo clásico”. Como tal comprende Nietzsche su propia metafísica. Allí donde la voluntad de poder es el principio que se ha adoptado para la posición de valores, el nihilismo se convierte en el “ideal del supremo poderío del espíritu” (La voluntad de poder, n. 14). En la medida en que se niega todo ente existente en sí y se afirma la voluntad de poder como origen y medida del crear, “el nihilismo podría ser un modo divino de pensar” (La voluntad de poder, n. 15). Se está pensando en la divinidad del dios Dionisos. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
Se traduce to agathón mediante la expresión aparentemente inteligible de “el bien”. Se piensa en ella generalmente el “bien moral”, llamado así porque es conforme a la ley moral, interpretación ésta que es ajena al pensar griego, por más que Platón, al interpretar el agathón como idea, haya dado la base para pensar “el bien” como “bien moral” y, finalmente, registrarlo erróneamente como un “valor”. El concepto de valor que prospera en el siglo XIX como intrínseca consecuencia de la moderna concepción de la “verdad” es el más tardío y a la vez el más endeble retoño del agathón. En tanto “el valor” y la interpretación en base a los “valores” sustentan la metafísica de Nietzsche, y esto en la forma incondicionada de una “transvaluación de todos los “valores”, es también Nietzsche, en virtud de que para él todo saber procede del origen metafísico del “valor”, el platónico más desenfrenado en la historia de la metafísica occidental. Vale decir, en tanto él concibe el valor como la condición puesta por la “vida misma” para la posibilitación de la “vida”, Nietzsche ha asido la esencia del agathón, más libre de prejuicios que los que corren detrás de esa deformidad absurda de los “VALORES VÁLIDOS en sí”. Heideggeriana: PlatoVerdade