SZ:268-270 – Análise ontológica da consciência

Rivera

En primer lugar la conciencia deberá ser rastreada hasta sus fundamentos y estructuras existenciales, y aclarada como fenómeno del Dasein, atendiendo a la constitución de ser de este ente hasta aquí alcanzada. El análisis ontológico de la conciencia así comprendido es previo a una descripción psicológica de las vivencias de la conciencia moral y a una clasificación de las mismas; y es ajeno a una “explicación” biológica o, lo que es igual, a una disolución del fenómeno. Pero no menor es su distancia de una interpretación teológica de la conciencia o, más aun, de una utilización de este fenómeno para la demostración de la existencia de Dios o como una “inmediata” conciencia de Dios.

Sin embargo, aun dentro de estos límites de la investigación de la conciencia, sus resultados no deberán sobrestimarse, ni tampoco minimizarse en función de falsas expectativas. La conciencia, en cuanto fenómeno del Dasein, no es un hecho que ocasionalmente ocurra y que de vez en cuando se haga presente, sino que sólo “es” en el modo de ser del Dasein, y siempre se acusa como factum tan sólo en y con la existencia fáctica. La exigencia de una “prueba empírica inductiva” de la “efectividad” del hecho de la conciencia y de la autoridad de su “voz”, reposa en una tergiversación ontológica del fenómeno. Pero esta tergiversación la comparte también toda crítica presuntamente superior que considere la conciencia como un “hecho” que ocurriría sólo a veces, y que no sería “constatado ni constatable universalmente”. El factum de la conciencia no se deja en absoluto someter a semejantes pruebas y contrapruebas. Esto no es una deficiencia, sino sólo el signo en que se acusa su heterogeneidad ontológica frente a todo lo que está-ahí en el mundo circundante.

La conciencia da a entender “algo”, la conciencia abre. De esta caracterización formal surge la indicación de remitir este fenómeno a la aperturidad del Dasein. Esta estructura fundamental del ente que somos nosotros mismos está constituida por la disposición afectiva, el comprender, la caída y el discurso. El análisis más a fondo de la conciencia la revelará como una llamada (Ruf). El llamar es un modo del discurso. La llamada de la conciencia tiene el carácter de una apelación (Anruf) al Dasein a hacerse cargo de su más propio poder-ser- sí-mismo, y esto en el modo de una intimación (Aufruf) a despertar a su más propio ser-culpable (Schuldigsein).

Esta interpretación existencial está necesariamente lejos de la comprensión común óntica y cotidiana, aun cuando ponga de manifiesto los fundamentos ontológicos de aquello que, dentro de ciertos límites, siempre ha sido comprendido por la interpretación vulgar de la conciencia, y que ésta ha conceptualizado como una “teoría” de la conciencia. De ahí que la interpretación existencial necesite comprobarse mediante una crítica de la interpretación vulgar de la conciencia. Una vez aclarado el fenómeno, podrá establecerse hasta qué punto éste da testimonio de un poder-ser propio del Dasein. A la llamada de la conciencia corresponde la posibilidad de escuchar. La comprensión de la llamada se revela como un querer-tener-conciencia. Pero en este fenómeno tenemos algo que antes buscábamos: el acto existentivo de hacer la elección de un ser-sí-mismo, acto que nosotros llamaremos, de acuerdo con su estructura existencial, la resolución. (STJR:285-286]

Castilho

Schuback

Martineau

Vezin

Macquarrie

Original

  1. NT: Ici comme dans tout le chapitre, la « conscience » (Gewissen) dont parle H. est toujours celle que nous qualifions couramment de « morale », non pas la conscience (Bewusstsein) au sens du rapport à soi primordial du sujet représentant (soi ou autre chose). Lorsque, dans d’autres chapitres, c’est à cette conscience-ci que H. fait allusion, le contexte est toujours assez clair pour qu’il soit superflu de le confirmer.[↩]
  2. ‘Der Gewissensruf hat den Charakter des Anrufs des Daseins auf sein eigenstes Selbstseinkönnen und das in der Weise des Aufrufs zum eigensten Schuldigsein.’ Our translation of ‘Anruf’ as ‘appeal’ and of ‘Aufruf’ as ‘summoning’ conceals the etymological connection of these expressions with ‘Ruf’, which we here translate as ‘call’ — a word which we have already used in translating expressions such as ‘nennen’, ‘heissen’, and a number of others. The verb ‘anrufen’ (‘appeal’) means literally ‘to call up’; ‘einen auf etwas anrufen’ means ‘to call to someone and call him to something’. Similarly ‘aufrufen’ (‘summon’) means ‘to call up’; ‘einen zu etwas aufrufen’ means ‘to call someone up to something which he is to do’, in the sense of challenging him or ‘calling’ him to a higher level of performance.[↩]
  3. ‘. . . das gesuchte existenzielle Wählen der Wahl eines Sclbstseins, das wir, seiner existentialen Struktur entsprechend, die Entschlossenheit nennen.’ While our version preserves the grammatical ambiguity of the German, it seems clear from H. 298 that the antecedent of the second relative clause is‘Selbstsein’ (‘a kind of Being-one’s-self’), not ‘Wählen’ (‘choosing’).[↩]
Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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