Este hablar nombra la nieve que cae sin ruido en la ventana en el día que declina mientras la campana de la tarde resuena. Cuando nieva de este modo, todo lo que tiene duración dura más. Por ello dobla largamente la campana de la tarde que día tras día suena su tiempo rigurosamente delimitado. El hablar nombra el tiempo de la tarde de invierno. ¿Qué es este «nombrar»? ¿Rodea solamente con palabras de una lengua a los objetos y sucesos conocidos y representables: nieve, campana, ventana, caer, resonar? No. El nombrar no distribuye títulos, no emplea palabras. sino que llama las cosas a la palabra. El nombrar invoca. La invocación acerca lo invocado. Pero este acercamiento no acerca lo invocado para depositarlo en el ámbito de lo que está presente e incorporarlo en ello. Es cierto, la invocación llama a venir. De este modo trae a una cercanía la presencia de lo que anteriormente no había sido llamado. Sin embargo, en cuanto la invocación llama a venir, ha llamado ya a lo que está llamando. ¿Adónde llama? A la lejanía, donde se halla como aún ausente lo llamado. Heideggeriana: Linguagem1950
La exposición de Nietzsche, que comenzó como una enumeración de las condiciones de surgimiento del nihilismo y como una mera descripción de su desarrollo, suena de pronto como la enunciación de lo que nosotros realizamos, más aún, de lo que tenemos que realizar. En todo esto, no se trata de una toma de conocimiento historiográfico de sucesos pasados y de sus repercusiones en el presente. Lo que está en juego es algo que está por delante, algo que todavía está en curso, decisiones y tareas. Su carácter general es interpretado como introducción y retirada de valores en el mundo y del mundo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Sólo desde este estado de cosas reconocemos el carácter metafísico de la época histórica de hoy. El «hoy» – no contado por el calendario ni por los sucesos de la historia mundial – se determina desde el tiempo más propio de la historia de la metafísica: es la determinación metafísica de la humanidad histórica en la época de la metafísica de Nietzsche. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
La verdadera preparación para la Revolución Nacionalsocialista comenzó, de inmediato, inconscientemente, en la Primera Guerra Mundial y, ciertamente, durante ésta. En el Frente (de batalla) se realizó una experiencia totalmente nueva. Allí se creó una idea totalmente nueva de comunidad (Gemeinschaft). Este espíritu nuevo del Frente portaba en sí mismo la fuerte voluntad, de hacerse realmente efectivo después de la guerra como fuerza determinante en la existencia del pueblo. Sucedía allí algo que, recién hoy, captamos y vemos plenamente. Estamos acostumbrados a considerar los sucesos históricos, por ejemplo, las guerras, por sus resultados externos y a evaluarlos por sus consecuencias exteriores. Constatamos así la existencia de vencedores y vencidos. Vemos modificarse las fronteras de los países y cosas semejantes. Y no obstante todo el sentido histórico de los siniestros acontecimientos, que solemos llamar “Primera Guerra Mundial” se hallan más allá de la cuestión sobre la culpa y la falta de culpa de su causalidad, más allá de la cuestión de la alternativa entre imperialismo o pacifismo. Heideggeriana: UniversidadeAlema2
Sin embargo – aquello que es inútil puede, a pesar de todo, y con justa razón, ser una potencia (Macht); lo que no sabe de resonancias inmediatas en lo cotidiano, puede hallarse parado en la más íntima armonía con el acontecer propio de la historia de un pueblo, incluso ser su tono preliminar (Vorklang); lo que es intempestivo puede tener su propio tiempo. Es lo que pasa con la filosofía. Es lo que pasa con las otras dos potencias fundamentales, mediante las cuales se instaura la existencia histórica de un pueblo, con la poesía y el acto creador del estado. Poetizar, pensar y acto político, en este sentido esencial, no son fenómenos o acontecimientos de la tal llamada “cultura”, que podamos calcular con el reloj y el calendario y seguir por los periódicos, sino los en sí pertinentes sucesos fundamentales de las épocas, de los pueblos y de sus horas cósmicas (Weltstunde). Heideggeriana: FilosofiaAlema
Hay historia allí, donde algo acontece. Pero ¿existe también siempre allí, donde algo acontece y se sucede, historia? Digamos: los procesos de transformación de la corteza terrestre ¿son ellos históricos? Y la Geología investiga, sin duda, la “historia” de la Tierra en sus diferentes “épocas terrestres” (depósitos de estratos, períodos de glaciación, etc.). La Biología pregunta por la historia evolutiva de los seres vivos. Luego también hay “historia” en los ámbitos extrahumanos del ente tierra plantas animales. Y luego, si pensamos en la historia de las guerras campesinas, la historia del capitalismo, la historia de Federico el Grande ¿no nos referimos acaso con todo eso, a lo mismo que con la historia de la Tierra y de los seres vivientes? En cierto sentido si pues, de otro modo, no llamaríamos a todas esas cosas historia. ¿Y en qué estamos pensando? En una serie de sucesos que se siguen temporalmente de forma consecuente y que van hundiéndose en el pasado. Empero, esa es una representación de la historia, que se acomoda también con la sucesión de movimientos rotatorios de un avión a hélice, lo que ciertamente que no constituye un proceso histórico. Esta representación sigue siéndonos tan lejana, que lo dice todo y no dice nada. No toca a la esencia de la historia. Heideggeriana: FilosofiaAlema
Siempre que acontece el arte, es decir, cuando hay un inicio, la historia experimenta un impulso, de tal modo que empieza por vez primera o vuelve a comenzar. Historia no significa aquí la sucesión de determinados sucesos dentro del tiempo, por importantes que éstos sean. La historia es la retirada de un pueblo hacia lo que le ha sido dado hacer, introduciéndose en lo que le ha sido dado en herencia. Heideggeriana: OOA1935
¿Con qué tiene que comenzar el saber de quien verdaderamente sabe? Con el auténtico conocimiento histórico; es d. con el saber del ámbito y con el estar (cuestionador) en el ámbito, desde el cual se decide la historia venidera. Este conocimiento histórico no consiste nunca en la constatación y descripción de los actuales estados y almacenajes de sucesos y de sus abrigadas metas y exigencias. Este saber sabe las horas del acaecer, que recién conforma historia. Heideggeriana: EreignisFuturos
Hasta tanto no se vea uno mismo obligado a una confrontación pensante con Nietzsche, acompañar de manera reflexiva su curso de pensamientos sólo puede tener por finalidad acercarse con el saber a lo que «acontece» (geschieht) en la historia (Geschichte) de la época moderna. Lo que acontece quiere decir: lo que sostiene y constriñe a la historia, lo que desencadena los hechos contingentes y proporciona de antemano el espacio libre para las resoluciones, lo que dentro del ente representado objetivamente y en situaciones es, en el fondo, aquello que es. Lo que acontece no lo experimentamos nunca con comprobaciones historiográficas de lo que «pasa». Como bien lo da a entender esta expresión, lo que «pasa» es aquello que desfila delante de nosotros en el primer plano y en el fondo del escenario público conformado por los sucesos y las opiniones que surgen sobre ellos. Lo que acontece no puede jamás llegar a conocerse historiográficamente. Sólo es posible saberlo de modo pensante al comprender lo que ha sido elevado al pensamiento y la palabra por aquella metafísica que ha predeterminado la época. Lo que suele llamarse la «filosofía» de Nietzsche y compararse con las filosofías anteriores, carece de importancia. Ineludible es, en cambio, lo que en el pensamiento nietzscheano de la voluntad de poder ha llegado a la palabra como fundamento histórico de lo que acontece bajo la figura de la modernidad en la historia occidental. Heideggeriana: VontadePoder
La vida vive viviendo corporalmente. Quizás tengamos muchos conocimientos, casi inabarcables, acerca de lo que llamamos el cuerpo viviente (Leibkörper), sin que hayamos meditado seriamente sobre lo que sea vivir corporalmente (leiben). Es algo más y algo diferente que «llevar consigo un cuerpo», es aquello en lo que adquieren su propio carácter procesual todos aquellos sucesos y fenómenos que comprobarnos en el cuerpo de un ser viviente. Vivir corporalmente quizás sea por el momento una expresión oscura, pero nombra algo que, a propósito del conocimiento de lo viviente tiene que experimentarse y mantenerse presente en la meditación en primer lugar y constantemente. Heideggeriana: VontadePoder
El «gran mediodía» es el tiempo de la claridad más clara, la de la conciencia, que se ha vuelto consciente de sí misma de manera incondicionada y a todos los respectos en cuanto ese saber que consiste en querer conscientemente la voluntad de poder como ser de lo ente y, en cuanto tal querer y subvirtiéndose a sí misma, superar cada fase necesaria de la objetivación del mundo y, de este modo, asegurar las existencias permanentes de lo ente para el querer más regular posible en forma y medida. En el querer de esta voluntad, le sobreviene al hombre la necesidad de querer también las condiciones de semejante querer. Esto significa: instaurar valores y estimar todo según valores. De este modo, el valor determina todo ente en su ser. Esto nos conduce ante la pregunta siguiente: ¿Qué es ahora, en la época en que se abre manifiestamente el dominio incondicionado de la voluntad de poder, y eso manifiesto y su publicidad se convierte a su vez en una función de dicha voluntad? ¿Qué es? No preguntamos por sucesos y hechos para cada uno de los cuales se podrían crear o eliminar testimonios según la necesidad en el ámbito de la voluntad de poder. Heideggeriana: NietzscheDeus
El ocaso ya ha acaecido. Las consecuencias de este acaecimiento son los sucesos de la historia del mundo en este siglo. Ellos sólo dan el decurso final de lo que ya ha finalizado. Su curso es ordenado por la técnica de la Historia en el sentido del último estadio de la Metafísica. Este ordenamiento es la última organización por la cual lo que ha finalizado pasa a la apariencia de una realidad cuyo tejido actúa de un modo irresistible, porque pretende poder pasar sin un desocultamiento de la esencia del ser, y ello de un modo tan decidido, que no necesita presentir nada de tal desocultamiento. Heideggeriana: SM
Si lo dis-puesto es un destino esencial del Ser mismo, entonces tendríamos que suponer que lo dis-puesto, en cuanto un modo esencial del Ser, se transmute bajo otro. Pues lo destinadoroso en el destino es que, en cada caso, se destine una destinación. Destinarse significa: encaminarse para entramarse a ciertas indicaciones, sobre las cuales espera otro destino, aún velado. Lo destinadoroso se dirige en sí cada vez a un momento privilegiado, que destina en otro destino, en donde no perece y desaparece simplemente. Todavía somos nosotros demasiado inexpertos e inmeditativos como para pensar la esencia de lo destinadoroso desde destino y destinación y destinarse. Todavía seguimos estando fácilmente inclinados, por habituados, a concebir lo destinador desde el acontecer y éste como una sucesión de sucesos, constatables historiográficamente. Situamos la historia en el ámbito del acontecer, en lugar de pensar la historia según su proveniencia esencial desde el destino. Pero, destino es esencialmente destino del Ser, de manera tal que lo Ser mismo se destina y, en cada caso esencia como un destino y, conforme a ese, se transmuta destinadoramente. Si acontece-apropia (ereignet) una transmutación en el Ser, esto es, ahora, en la esencia de lo dis-puesto, entonces esto no dice, de ninguna manera, que sea eliminada la técnica, cuya esencia reposó en lo dis-puesto. Ella no es ni derribada ni destrozada. Heideggeriana: Kehre1949
SPIEGEL: Profesor Heidegger, constantemente hemos podido comprobar que su obra filosófica está un tanto ensombrecida por ciertos sucesos de su vida, que no duraron mucho y que nunca han sido aclarados, bien porque ha sido Vd. demasiado orgulloso, bien porque no ha estimado conveniente pronunciarse sobre ellos. Heideggeriana: DerSpiegel