La “ontología” se funda en la distinción de ser y ente. Se denomina a la “distinción” de un modo más adecuado con el nombre de “diferencia”, en el que se señala que ente y ser son de algún modo llevados-fuera-uno-de-otro, separados, y sin embargo referidos uno a otro, y esto desde sí mismos, no por razón de un posterior “acto” de “distinción”. La distinción como “diferencia” quiere decir que entre ser y ente existe un dirimir [Austrag]. De dónde y cómo se llega a ese dirimir, no está dicho; limitémonos ahora a nombrar la diferencia como ocasión e incitación para preguntar por ese dirimir. La distinción de ser y ente es entendida como fundamento de la posibilidad de la ontología. Pero no se introduce la “diferencia ontológica” para resolver con ella la cuestión de la ontología, sino para nombrar aquello que, en cuanto hasta ahora no cuestionado, es lo que en el fondo vuelve digna de cuestión a toda “ontología”, es decir, a la metafísica. La indicación de la diferencia ontológica nombra la base y el “fundamento” de toda ontología y por lo tanto de toda metafísica. El nombrar la diferencia ontológica quiere dar a entender que llega un instante histórico en el que existe la necesidad [Not] y se volverá necesario [notwendig] preguntar por la base y el fundamento de la “onto-logia”. Por eso en Ser y Tiempo se habla de “ontología fundamental”. No es preciso discutir aquí si con ella sólo se intenta ponerle a la metafísica como a un edificio que ya está en pie, un fundamento diferente, o si a partir de la meditación acerca de la “diferencia ontológica” resultan otras decisiones sobre la “metafísica”. La referencia a la diferencia ontológica sólo pretende señalar la conexión interna de nuestra actual meditación sobre el concepto originario de la metafísica con lo expuesto anteriormente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
¿Pero efectivamente piensa la metafísica el ser del mismo modo? En favor de ello hay una serie de testimonios que al mismo tiempo están conectados entre sí, demostrando de esa manera su proveniencia de lo que por de pronto denominamos distinción de ser y ente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
No obstante, en la medida en que toda metafísica determina el ser como lo más universal, testimonia ya algo: que se pone sobre el fundamento de una distinción de ser y ente de índole peculiar. Así pues, aunque la metafísica afirme siempre que ser es el concepto más universal, y por ello el más vacío e incapaz de recibir una determinación ulterior, por otra parte, sin embargo, toda posición metafísica fundamental piensa el ser siguiendo una interpretación propia. Aunque al hacerlo, se supone con facilidad la opinión de que, puesto que el ser es lo más universal, también la interpretación del ser se da por sí sola y no precisa ninguna otra fundamentación. Con la interpretación del ser como lo más universal no se dice nada sobre el ser mismo sino sólo sobre el modo en el que la metafísica piensa sobre el concepto de ser. Que la metafísica piensa de modo tan extraordinariamente carente de pensamiento, es decir desde el horizonte y en el modo del opinar y generalizar cotidiano, lo testimonia con toda claridad la circunstancia de que, a pesar de que hace uso de la distinción de ser y ente en todas partes, toda meditación sobre ella le sea tan decididamente lejana. Pero a pesar de esto, la distinción aparece constantemente dentro de la metafísica, y lo hace en un rasgo esencial que domina la estructura de la metafísica en todas sus posiciones fundamentales. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El ser, la entidad del ente, es pensada como lo “a priori”, el “prius”, lo anterior, lo precedente. Lo a priori, lo anterior, alude, en el significado temporal corriente, a lo que es más antiguo, al ente que ha surgido y ha sido en otro tiempo y ya no está más presente. Si se tratara de la sucesión temporal del ente, ni la palabra ni su concepto requerirían una elucidación especial. Pero lo que está en cuestión es la distinción de ser y ente. Lo a priori y lo previo, en cuanto títulos que caracterizan al ser, son dichos del ser. La palabra latina prius es traducción e interpretación del griego proteron. De este proteron trata expresamente por primera vez Platón, y siguiéndole a él Aristóteles, y precisamente en referencia a la entidad del ente (ousia). Tenemos que renunciar aquí a exponer las concepciones platónicas y aristotélicas acerca del proteron directamente a partir de los diálogos y tratados de ambos pensadores. Tendrá que bastar con un comentario más general y libre. Éste no se podrá llevar a cabo, sin embargo, sin entrar en el momento oportuno en algunos de los rasgos principales de la doctrina platónica del ser del ente. El comentario acerca del a priori con el fin de caracterizar la distinción de ser y ente podría servir al mismo tiempo para evidenciar que con la concepción del a priori no se piensa nada alejado sino que con ella se comprende por vez primera algo demasiado cercano, aunque sólo se lo haga dentro de determinados límites, límites que son los de la filosofa, es decir, los de la metafísica Por eso, en cuanto a la cosa misma, en los comentarios realizados hasta ahora ya hemos tratado siempre de lo que se hablará ahora bajo la caracterización especial de “a priori”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Pero el “a priori” debe contener, sin embargo, una determinación característica del ser. El ser, de acuerdo con su esencia más propia, tiene que determinarse desde sí mismo, a partir de sí mismo, y no de acuerdo con el modo en que nosotros lo captamos y percibimos. pros emas, en referencia a nuestro dirigirnos al ente, éste es lo previo, en cuanto es siempre lo antes conocido y con frecuencia lo único conocido, frente al ser, que es lo posterior. Pero si meditamos acerca de si y en qué medida el ente y el ser esencian [wesen] desde sí mismos, en conformidad con su propia esencia, entonces no preguntamos qué pasa con el ser pros emas, respecto del modo en que nosotros captamos especialmente ser y ente; en su lugar, preguntamos qué pasa con el ser en la medida en que el ser ” es”. Los griegos concibieron al ser por primera vez y de modo inicial como physis, como surgir-abriendo-desde-sí [von-sich-aus-Aufgehen], y de ese modo, esencialmente, como colocarse-en-la-apertura [sich-in-den-Aufgang-stellen], revelarse-en-lo-abierto [ins-Offene-sich-Offenbaren]. Si preguntamos por el ser respecto de sí mismo en cuanto physis, o sea te physei, resulta entonces: te physei el ser es lo proteron frente al ente, y el ente lo ìsteron, lo posterior. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Todas estas indicaciones son sólo paráfrasis de un único hecho básico, de que la distinción de entidad y ente forma el auténtico armazón de la metafísica. La caracterización del ser como a priori le da a esta distinción una impronta peculiar. Por eso, en las diferentes concepciones de la aprioridad que se alcanzan en cada una de las posiciones metafísicas fundamentales en conformidad con la interpretación del ser, es decir, al mismo tiempo, de las ideas, se halla también un hilo conductor para delimitar de manera más precisa el papel que desempeña en cada caso la distinción de ser y ente, sin que ella misma llegue nunca a ser pensada propiamente como tal. Pero para comprender las concepciones de la aprioridad del ser, especialmente en la metafísica moderna y, en conexión con ella, el origen del pensamiento del valor, es aún necesario pensar a fondo más decididamente en otro respecto la doctrina de Platón de la idea como carácter esencial del ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Visto en dirección de aquel ente en sentido verdadero (el ser tomado como ente), el a priori se convierte enseguida en una propiedad, lo que quiere decir que la verdad esencial del ser como physis-aletheia se ha sustraído en el ocultamiento. Las ideas son alojadas en el pensamiento de “Dios” y finalmente en la perceptio. La idea es entonces ella misma algo que está colocado en un orden, desde el cual se lo distingue como proteron. Este orden se determina como la distinción de ser y ente. En referencia a ella, visto desde el ser, éste es lo anterior respecto del ente porque, en cuanto idea, es condicionante. En el interior de la distinción mediante la cual el ser se ha convertido en “visible”, el ente se convierte al mismo tiempo, para la captación, en lo “anterior” respecto del tomar conocimiento y del conocer. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Pero en el pensar también tenemos que conservar esto otro: cómo el ser en cuanto voluntad de poder surge desde la determinación esencial de la idea y por lo tanto, lleva en sí la distinción de ser y ente, aunque de modo tal que la distinción, incuestionada como tal, forma la estructura básica de la metafísica. En la medida en que no banalicemos a la metafísica convirtiéndola en una opinión doctrinal, la experimentaremos como la estructura, “dispuesta” por el ser, de la distinción de ser y ente. Incluso allí donde el “ser” se ha volatilizado en la interpretación hasta convertirse en una abstracción vacía pero necesaria y aparece entonces en Nietzsche (VIII, 78) como “el último humo de la realidad que se evapora” (del ontos on platónico), incluso allí impera la distinción de ser y ente, no en los pensamientos del pensador sino en la esencia de la historia en la que él mismo, pensando, es y tiene que ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
A la distinción de ser y ente no podemos sustraernos, ni siquiera cuando presuntamente renunciamos a pensar metafísicamente. En cualquier parte y constantemente estamos y nos movemos en el puente de esta distinción que nos lleva del ente al ser y del ser al ente, en todo comportarse respecto del ente, cualquiera sea su tipo y su rango, su certeza y su grado de accesibilidad. Por eso, hay una visión esencial en lo que dice Kant de la “metafísica”: “Y así, en todos los hombres, apenas la razón se amplía en ellos hasta la especulación, ha habido efectivamente en todos los tiempos alguna metafísica, y también la seguirá habiendo siempre” (Introducción a la segunda edición de la Crítica de la razón pura, B 21). Kant habla de la razón, de su ampliación a la “especulación”, es decir de la razón teórica, del re-presentar, en la medida en que se prepara a disponer sobre la entidad de todo ente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Lo que Kant dice aquí respecto de la metafísica como una “especulación” desarrollada, o en desarrollo, de la razón, a saber, que es una “disposición natural” (ib., B 22), vale tanto más respecto de aquello sobre lo que se funda toda metafísica. Este fundamento es la distinción de ser y ente. Esta distinción es quizás el auténtico núcleo de la disposición de la naturaleza humana a la metafísica. ¡Pero entonces la distinción sería algo “humano”! ¿Y por qué no habría de ser esta distinción algo “humano”? Esta circunstancia podría servir para aclarar de la mejor manera y de modo definitivo la posibilidad y la necesidad de la exigencia planteada por Nietzsche de que los filósofos tendrían por fin que tomarse en serio la humanización de todo ente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Si la disposición metafísica natural del hombre y el núcleo de tal disposición es aquella distinción de ser y ente, de manera tal que de ella surge la metafísica, entonces con el retroceso a esa distinción hemos ganado el origen de la metafísica y al mismo tiempo un concepto más originario de la misma. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Aquello que en un principio buscábamos preguntando de modo indeterminado, la relación del hombre con el ente, en el fondo no es otra cosa que la distinción de ser y ente que pertenece a la disposición natural del hombre; en efecto, sólo porque el hombre distingue de ese modo puede, a la luz del ser así distinguido, comportarse respecto del ente, o sea, estar en relación con el ente, lo que quiere decir: estar determinado de modo metafísico y por la metafísica. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
¿Pero es efectivamente esta distinción de ser y ente la disposición natural e incluso el núcleo de la disposición natural del hombre? ¿Qué es entonces el hombre? ¿En qué consiste la “naturaleza” humana? ¿Qué quiere decir aquí naturaleza, qué quiere decir hombre? ¿Desde dónde y cómo debe determinarse la naturaleza humana? Pues es necesario efectuar esta delimitación esencial de la naturaleza del hombre si queremos comprobar en ella la disposición a la metafísica, si debemos demostrar incluso que la distinción de ser y ente es el núcleo de tal disposición. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
¿Pero podríamos jamás determinar la esencia del hombre (su naturaleza) sin tomar en consideración la distinción de ser y ente? ¿Esta distinción se obtiene sólo como consecuencia de la naturaleza del hombre o bien la naturaleza y la esencia del hombre se determinan previa y simplemente sobre la base de esta distinción y a partir de ella? En el segundo caso, la distinción no sería un “acto” entre otros que el hombre, que ya estaría previamente, llevaría a cabo alguna vez, sino que, por el contrario, el hombre sólo podría ser como hombre en la medida en que se mantuviera en esa distinción, en la medida en que sea sustentado por ella. En ese caso, la esencia del hombre tendría que construirse sobre una “distinción”. ¿No es éste acaso un pensamiento fantasioso? ¿No es absolutamente fantasioso, puesto que esa distinción misma, de esencia indeterminada, estaría en cierto modo construida en el aire como un espejismo? Tenemos el presentimiento de que entramos aquí en la región, o quizás sólo en la región marginal más externa, de una pregunta decisiva que la filosofía hasta ahora ha eludido, aunque en el fondo ni siquiera ha podido eludirla, pues para ello tendría que haber encontrado previamente la pregunta por la distinción. Presentimos quizás que detrás de la confusión y la tensión que se extienden a propósito del “problema” del antropomorfismo está la citada pregunta decisiva, que, como todas las de su tipo, encierra en sí una determinada riqueza esencial de preguntas concatenadas entre sí. La plantearemos una vez más, limitándonos a lo más próximo para nuestra tarea: ¿Se funda toda metafísica en la distinción de ser y ente? ¿Qué es esta distinción? ¿Se funda esta distinción en la naturaleza del hombre o se funda la naturaleza del hombre en esta distinción? ¿Es esta alternativa insuficiente? ¿Qué quiere decir aquí fundar en cada uno de los casos? ¿Por que pensamos aquí en términos de fundar y preguntamos por el “fundamento”? ¿No es también esto, lo que tiene el carácter de fundamento, un rasgo esencial del ser? ¿Preguntamos por lo tanto en todos estos giros interrogativos por la relación del hombre con el ser, relación que en ninguna pregunta puede pasarse por alto pero a la que no ha llegado, sin embargo, ninguna pregunta? Porque siempre nos encontramos de inmediato obligados a tomar al hombre como algo dado a lo que después le atribuimos esa relación con el ser. A esto corresponde la inevitabilidad que posee el antropomorfismo, que mediante la metafísica de la subjetividad ha recibido incluso su justificación metafísica. ¿No se vuelve de este modo intangible la esencia de la metafísica como la región que no debe transgredir ningún preguntar filosófico? La metafísica sólo podrá a lo sumo referirse a sí misma, y de este modo satisfacer por su parte, en última instancia, la esencia de la subjetividad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Kant remite la metafísica en cuanto “disposición natural” a la “naturaleza del hombre”. ¡Como si la “naturaleza del hombre” estuviera determinada de modo unívoco! ¡Como si la verdad de esa determinación y la fundamentación de esa verdad no fueran en absoluto problemáticas! Podemos, por supuesto, señalar que el propio Kant (cfr. Kant und das Problem der Metaphysik, 1929, pág. 197 ss.; 2.a ed., pág. 185 ss.) quiere expresamente que las cuestiones fundamentales de la metafísica y de la filosofía en general se remitan a la pregunta: “¿qué es el hombre?”. Podemos mostrar, incluso, por medio de una interpretación rectamente conducida de la filosofía kantiana, que Kant analiza la “naturaleza interna” del hombre y para ello hace uso de la distinción de ser y ente, y que reivindica como la esencia de la razón humana algo que señala en dirección de esa distinción. En efecto, Kant demuestra que, y cómo, el entendimiento humano piensa de antemano, a priori, en categorías, y que por medio de ellas se posibilita una objetividad de los objetos y un “conocimiento objetivo”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Pero la razón se comprende, desde Descartes, como cogitatio. La razón es la facultad de los “principios”, una facultad de re-presentar de antemano aquello que determina todo lo representable en cuanto a su representatividad, el ser del ente. La razón seria, entonces, la facultad de la distinción de ser y ente. Y puesto que la razón caracteriza a la esencia del hombre, pero éste, pensado modernamente, es sujeto, la distinción de ser y ente, y ya la facultad de tal distinción, se desvela como una propiedad de la subjetividad y quizás como su dotación básica. En efecto, la esencia del subiectum que llega a destacarse en el comienzo de la metafísica moderna es la representación misma en la plenitud de su esencia: “razón” (ratio) no es más que otro nombre de cogitatio. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Sin embargo, no hemos avanzado nada con estas reflexiones. Nos encontramos en el ámbito de una pregunta que todavía no ha sido decidida, más aún, de una pregunta que todavía no ha sido preguntada y que, abreviada, reza así: ¿Se funda la distinción de ser y ente en la naturaleza del hombre, de manera tal que esta naturaleza puede caracterizarse por esa distinción, o bien la naturaleza del hombre se funda en esa distinción? En el segundo caso, la distinción misma no sería ya algo “humano” y no podría ser colocada en una “facultad del hombre”, ni en una “potencia” ni en un “acto”. Este tipo de colocación se fue volviendo cada vez más corriente en el pensamiento moderno, con lo que finalmente se llega a proclamar al antropomorfismo, o “biologismo” o como quiera que se denomine a ese modo de pensar, como la verdad absoluta que resulta evidente hasta para el más irreflexivo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
En qué modo y en qué respecto lleguemos a un concepto más originario de la metafísica depende de la resolución de la citada pregunta decisiva. Sólo ahora se muestra lo buscado con un concepto tal de metafísica: no un concepto mejor o “más radical”, como si el “radicalismo” tuviera de por sí siempre un mayor peso. Buscamos más bien penetrar en el fundamento de la metafísica porque queremos experimentar en él la distinción de ser y ente o, con más exactitud, lo que sustenta a la distinción misma en cuanto tal: la relación del hombre con el ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El ser queda para nosotros como algo indiferente y por ello prácticamente tampoco prestamos atención a la distinción de ser y ente, aunque basamos en ella todo comportamiento respecto del ente. Pero no sólo nosotros, los hombres de hoy, estamos fuera de esa discrepancia aún no experimentada de la relación con el ser. Este estar fuera y no conocer es lo que caracteriza a toda metafísica; para ella, en efecto, el ser es necesariamente lo más universal, lo más comprensible. Dentro de este horizonte sólo piensa la universalidad, graduada y estratificada en cada caso de modo diferente, de los diferentes ámbitos del ente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Desde que Platón interpretó la entidad del ente como idea hasta la época en la que Nietzsche determina el ser como valor, el ser se conserva de modo obvio a través de toda la historia de la metafísica como el a priori con el que se relaciona el hombre en cuanto ser racional. Puesto que la relación con el ser ha desaparecido de cierto modo en la indiferencia, tampoco la distinción de ser y ente puede volverse digna de cuestión para la metafísica. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Mediante este acoplamiento de la idea con el valor, al mismo tiempo ha desaparecido de la esencia de la idea el carácter del ser y su distinción respecto del ente. El hecho de que aquí y allá, en círculos eruditos y partiendo de una tradición erudita, se hable de ser, de “ontología” y metafísica, son sólo ecos que no albergan ya ninguna fuerza conformadora de historia. El poder de la cosmovisión se ha apoderado de la esencia de la metafísica. Esto quiere decir: aquello que es peculiar de toda metafísica, que la distinción de ser y ente que la sustenta a ella misma permanezca esencial y necesariamente indiferente e incuestionada, se convierte ahora en lo que caracteriza a la metafísica como “cosmovisión”. En esto se fundamenta el que sólo con el comienzo del acabamiento de la metafísica pueda desplegarse el dominio total e incondicionado sobre el ente, no perturbado ni confundido ya por nada. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Hasta ahora hemos presentado dos problemas fundamentales que conciernen al ser mismo, sin atender a que el ser, del mismo modo como está articulado en essentia y existentia y como está regionalizado, también es siempre, en general, ser del ente. El ser es diferente del ente y, en términos absolutos, sólo esta diferencia (Unterschied), esta posibilidad de diferencia, proporciona una comprensión de ser. Dicho de otra manera: en la comprensión de ser reside el llevar a cabo esta diferenciación de ser y ente. Esta diferencia es la que ante toda posibilita algo así como la ontología. De ahí que denominemos a esta diferencia, que ante todo posibilita algo así como la comprensión de ser, la diferencia ontológica (ontologische Differenz). Heideggeriana: TranscendenciaST
Empleamos intencionadamente esta expresión indiferente “diferencia”, porque precisamente se plantea el problema de en qué modo lo diferente, ser y ente, es algo diverso o incluso separado (geschieden). Y es claro que con el problema de la diferencia ontológica se impone el problema originario del ser y el centro de la pregunta por el ser. Está demás observar que esta diferencia ontológica tiene que ser tomada a su vez en la envergadura total de los problemas mencionados de la articulación fundamental y de la regionalización. Heideggeriana: TranscendenciaST
Puesto que ser sólo se da, en cuanto que ya el ente es, precisamente, en el Ahí, reside en la ontología fundamental, de manera latente, la tendencia a una transformación metafísica originaria, que sólo se hace posible si el ser es comprendido en su plena problemática. La interna necesidad de que la ontología vuelva [al lugar] desde donde había partido puede patentizarse recurriendo al fenómeno primordial (Urphänomen) de la existencia humana: que el ente “hombre” comprende el ser; en la comprensión de ser reside a la vez la realización (Vollzug) de la diferencia de ser y ente; sólo se da ser cuando el Dasein comprende ser. En otras palabras: la posibilidad de que se dé ser en la comprensión tiene como presuposición la existencia fáctica del Dasein, y ésta, a su vez, el fáctico ser-presente (Vorhandensein) de la naturaleza. Precisamente en el horizonte del problema del ser radicalmente planteado se muestra que todo esto sólo es visible y puede ser comprendido como ser, si ya está ahí una totalidad posible de ente. Heideggeriana: TranscendenciaST
9. Nota: La pregunta por la esencia de la verdad surge de la pregunta por la verdad de la esencia. La pregunta por la esencia de la verdad entiende ante todo la esencia en el sentido de la pregunta por el qué-es (quidditas) o la coseidad (realitas), pero entiende la verdad como un carácter del conocimiento. La pregunta por la verdad de la esencia entiende la esencia verbalmente y, quedándose todavía dentro del representar metafísico, piensa con esta palabra el ser en cuanto esa diferencia que reina entre ser y ente. Verdad significa un cubrir que aclara y que es el rasgo fundamental del ser. La pregunta por la esencia de la verdad encuentra su respuesta en la frase que dice: la esencia de la verdad es la verdad de la esencia. Después de nuestras explicaciones es fácil observar que la frase no se limita a invertir un determinado orden de las palabras para despertar la impresión de una paradoja. El sujeto de la frase, si es que está permitido usar todavía esta fatídica categoría gramatical, es la verdad de la esencia. El cubrir que aclara es o, mejor dicho, deja que se presente la coincidencia entre conocimiento y ente. La frase no es dialéctica. En realidad no se trata de ninguna frase en el sentido de un enunciado. La respuesta a la pregunta por la esencia de la verdad es el decir de un giro dentro de la historia del ser. Y como al ser le es inherente un cubrir que aclara, el ser se manifiesta inicialmente a la luz de la sustracción encubridora. El nombre de este claro es aletheia. Heideggeriana: EssenciaVerdade
Pero la distinción inicial no es un acto que recaiga sobre y en una unidad indivisa de ser y ente que ya estuviera allí, sino que la distinción es, inicialmente, lo que esencia del ser mismo, cuya inicialidad es el acaecimiento apropiante [Er-eignis]. Retrocediendo desde la distinción de essentia y existentia que sustenta a toda metafisica y que tiene su peso en la impronta esencial de la existentia, no puede alcanzarse jamás la distinción inicial. Por el contrario, la distinción metafisica misma – es decir, siempre: la distinción que estructura y sustenta toda metafisica – tiene que ser previamente experimentada en su inicio para que la metafisica se vuelva capaz de decisión como acaecimiento apropiante de la historia del ser y pierda la forma aparente de una doctrina y de una manera de ver, es decir, de un producto humano. Heideggeriana: RelembrarMetafisica Apéndices
Pero esta fatalidad, que debe ser pensada desde el punto de vista de la historia del ser, es necesaria porque el ser mismo sólo puede despejar en su verdad la diferencia entre ser y ente que está resguardada en él, si esta diferencia misma acaece de un modo propio. Pero ¿cómo puede hacer esto sin que antes el ente no haya entrado en el extremo olvido del ser y sin que, al mismo tiempo, el ser no haya tomado sobre sus espaldas su dominio incondicionado, metafísicamente incognoscible, como voluntad de voluntad, como voluntad que se hace valer desde el principio ante el ser por la preeminencia única del ente (de lo objetualmente real)? De esta manera, lo diferenciable de la diferencia en cierto modo se presenta y se mantiene, sin embargo, oculto en una extraña incognoscibilidad. Por esto la diferencia misma permanece velada. Heideggeriana: SM Apéndices
Con el comienzo del acabamiento de la Metafísica comienza la preparación, desconocida y esencialmente inaccesible para la Metafísica, de una primera aparición del pliegue de ser y ente. En este aparecer todavía se oculta el primer eco de la verdad del ser, una verdad que retiene en sí la preeminencia del ser en vistas al prevalecer de éste. Heideggeriana: SM Apéndices
El ser, en el sentido de la sobrevenida que desencubre, y lo ente como tal, en el sentido de la llegada que se encubre, se muestran como diferentes gracias a lo mismo, gracias a la ínter-cisión. [Unter-schied] La inter-cisión da lugar y mantiene separado a ese Entre dentro del cual la sobrevenida y la llegada entran en relación, se separan y se reúnen. La diferencia de ser y ente, en tanto que ínter-cisión entre la sobrevenida y la llegada, es la resolución desencubridora y encubridora de ambas. En la resolución reina el claro de lo que se cierra velándose y da lugar a la separación y la reunión de la sobrevenida y la llegada. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957 Apéndices
¿Pero no oímos hablar del ser ser en el orden y la consecución históricos del proceso dialéctico que piensa Hegel? Ciertamente. Pero el ser también se deja ver aquí únicamente bajo la luz que brilló para el pensar de Hegel, lo que quiere decir que la forma en la que se da el ser se determina siempre ella misma a partir del modo en que éste se da luz a sí mismo. Pero este modo es un modo destinado, es siempre la marca de una época que sólo se nos manifiesta como tal si le damos la libertad de volver a su propio ser pasado. Sólo podemos llegar a la proximidad de lo destinado por medio de una súbita chispa de recuerdo que surge en un instante. Esto también vale para la experiencia que tenemos de la marca que lleva en cada ocasión la diferencia de ser y ente, a la que corresponde en cada caso una interpretación de lo ente como tal. Lo dicho también vale de modo particular para nuestro intento de salir del olvido de la diferencia como tal por medio del paso atrás, y de pensar en ésta como en la resolución entre la sobrevenida desencubridora y la llegada que se encubre a sí misma. Ciertamente, a un oído más atento se le revela que en nuestro discurso acerca de la resolución, ya dejamos que aquello que ha sido tomase la palabra, en la medida en que pensamos en un desencubrir y un encubrir, esto es, en una sobrevenida (trascendencia) y una llegada (presencia). Tal vez mediante esta explicación de que la diferencia de ser y ente se encuentra en la resolución en calidad de preámbulo de su esencia, salga a la luz algo permanente que atraviesa el destino del ser desde el principio hasta su consumación. Pero con todo, sigue siendo difícil decir cómo debe ser pensada esa permanencia, puesto que, ni es algo general que valga para cada caso, ni una ley que garantice la necesidad de un proceso en sentido dialéctico. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957 Apéndices
Lo que llamamos de este modo, vuelve a conducir a nuestro pensar a ese ámbito del que ya no se puede hablar con las palabras rectoras de la metafísica: ser y ente, fundamento-fundamentado. Pues lo que nombran estas palabras, lo que representa el modo de pensar regido por ellas, procede, como lo diferente, de la diferencia. Su origen ya no se deja pensar dentro del horizonte de la metafísica. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957 Apéndices
En el primer caso el estar presente como dejar estar se refiere a lo ente, lo que está presente. Mentada es, por tanto, la diferencia, subyacente a la metafísica, entre ser y ente y la relación interna entre uno y otro. Dejar significa, partiendo del sentido original de la palabra: dejar ir, dejar libre, dejar partir, dejar partir a lo lejos, esto es, dar libre curso a lo abierto. Lo que está presente, “dejado” por el dejar estar presente, se torna así en algo que está presente de suyo, dejado a lo abierto de lo que está copresente. Sin decir, mas digno de cuestión, queda aquí el de dónde y cómo se da “lo abierto”. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer Apéndices
El doble sentido determinante reside por tanto en el dejar, y de acuerdo con ello entonces también en el estar presente. La relación de las dos partes separadas entre sí por el “Mas entonces”, no carece de dificultad. Formalmente dicho, entre los dos miembros de la contraposición subsiste una relación de determinación: Sólo en la medida en que se da el dejar del estar presente, es posible el dejar estar presente de lo que está presente. Pero cómo hay que pensar propiamente esta relación, cómo haya que determinar desde el acaecimiento apropiador la mencionada diferencia, no fue más que indicado. La principal dificultad reside en que desde el acaecimiento propicio resulta necesario confiar al pensar la diferencia ontológica. Desde el acaecimiento apropiador se muestra entonces, por el contrario, esta relación como la relación de mundo y cosa, una relación que, por de pronto y en cierta manera, aún pudiera ser concebida como la relación de ser y ente, si bien perdiendo ésta entonces lo que le es peculiar. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer Apéndices