Rivera (2001:31) – o abrir radical [Erschlossenheit]

Cuando Heidegger habla en Ser y tiempo de la verdad más originaria, piensa en el abrir radical en que consiste el ser del Dasein. Pero uno tiene que preguntarse: ¿qué es ese abrir mismo? ¿Qué es la aperturidad (Erschlossenheit) del Dasein? Que el Dasein sea constitutivamente “abierto” no quiere decir tan sólo que el Dasein tiene la posibilidad de en-contrarse con otros entes que no son él y que por ende tiene la posibilidad de hacer su ser con esos otros entes. Eso también, en alguna forma, le ocurre a los animales: están “abiertos” a su medio y a las cosas con que se encuentran en ese medio. Están asimismo abiertos a otros animales de su misma especie o incluso de especies superiores, como es, por ejemplo, el hombre mismo para los animales domésticos. Abertura, en el sentido humano del término, no significa sólo encuentro con lo otro. Ni siquiera significa encuentro consigo mismo. Porque en alguna forma también en muchos animales se da un sentir de ellos mismos. Es cierto que este sentir no los “abre” a su ser ni a su realidad en cuanto tales. Por esto, los animales no tienen propiamente un sí-mismo. Pero no lo tienen porque su ser no goza de la “aperturidad” que es propia del ser humano. Y entonces el problema radica en que se nos diga en qué consiste la aperturidad humana.

Pues bien, lo que hace la aperturidad del ser humano no es otra cosa que su arraigamiento en el ser, es decir, la manifestación del ser que es constitutiva del Dasein. En efecto, “abierto” sólo lo es propia y formalmente el ser. Y lo es por el hecho de que el ser está por esencia más allá de todo ente. Esta superación de todo lo ente es la apertura en que consiste el ser mismo. No es que el ser esté “fuera” del ente. Por el contrario, el ser está en los entes mismos, pero, a la vez, más allá de ellos. El ser desborda los entes. Y por ser el ser manifestativamente lo constitutivo del Da-sein, el Dasein mismo queda abierto con la abertura del ser y por ella. Esa es su peculiar aperturidad. El ser es la verdad radicalmente originaria, porque el ser es por sí mismo abierto respecto de los entes. Por consiguiente, si el ser es, en esta aletheia radical, lo constitutivo del Dasein, el Dasein tiene su verdad apertural gracias al ser y a partir del ser.

(RIVERA, Jorge E. Heidegger y Zubiri. Santiago de Chile: Ed. Universitaria, 2001)