psicología

El primer volumen de la obra, aparecido en 1900, refutaba el psicologismo en la lógica mediante la prueba de que la doctrina del pensar y el conocer no se podía fundar en la PSICOLOGÍA. Frente a esto, el segundo volumen, aparecido al año siguiente y como tres veces más extenso, contenía la descripción de los actos esenciales de la conciencia, dirigidos a la edificación del conocimiento. O sea: con todo, una PSICOLOGÍA. ¿A qué vendría si no el § 9 de la quinta Investigación, sobre “El significado de la delimitación brentaniana de los “fenómenos psíquicos””? Según eso, Husserl recaía con su descripción fenomenológica de los fenómenos de conciencia en la posición psicologista antes refutada. Y sin embargo, si un error tan de bulto no podía serle imputado a la obra de Husserl, ¿qué sería entonces esa descripción fenomenológica de los actos de conciencia? ¿En qué consistía lo característico de la fenomenología, si ésta no era ni lógica ni PSICOLOGÍA? ¿Acaso venía aquí a salir ala luz una disciplina filosófica toda ella de nuevo cuño, y encima una disciplina de valor y eminencia propios? Yo no acababa de encontrar solución a estas preguntas y me veía perplejo y sin salida, sin ser apenas siquiera capaz de captarlas con la precisión con que aquí han sido mencionadas. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

Y es que en Hölderlin la palabra griega Mnemosyne es el nombre de una titánida. Es la hija del cielo y de la tierra. Mnemosyne, como amada de Zeus, en nueve noches se convierte en la madre de las musas. El juego y la danza, el canto y el poema, pertenecen al seno de Mnemosyne, a la memoria. Es evidente que esta palabra es aquí el nombre de algo más que aquella facultad de la que habla la PSICOLOGÍA, la facultad de guardar lo pasado en la representación. La palabra memoria piensa en lo pensado. Pero el nombre de la madre de las musas no quiere decir “memoria” como un pensamiento cualquiera, referido a cualquier cosa pensable. Memoria aquí es la coligación del pensar que permanece reunido en vistas a aquello que de antemano ya está pensado porque quiere siempre ser tomado en consideración antes que cualquier otra cosa. Memoria es la coligación de la conmemoración de aquello-que-hay-que-tomar-en-consideración antes que todo lo demás. Esta coligación alberga cabe sí y oculta en sí aquello en lo que hay que pensar siempre de antemano; en relación con todo aquello que esencia y se exhorta como esenciando y habiendo esenciado. Memoria, como coligada conmemoración de lo que está por-pensar, es la fuente del poetizar. Según esto la esencia de la poesía descansa en el pensar. Esto es lo que nos dice el mito, es decir, la leyenda. Su decir se llama lo más antiguo, no sólo porque, según el cómputo del tiempo, es el primero sino porque, por su esencia, es, desde siempre y para siempre, lo más digno de ser pensado. No hay duda, mientras nos representemos el pensar según las informaciones que sobre él nos da la Lógica, mientras no tomemos en serio que la Lógica se ha fijado ya en un determinado modo del pensar, mientras ocurra esto, no podremos reparar en que el poetizar descansa en la conmemoración; ni podremos darnos cuenta nunca de hasta qué punto esto es así. Heideggeriana: QuePensar

Los nombres de ontología y teología que aquí se emplean no coinciden con lo que nombran estos títulos en ese concepto escolar de metafísica La ontología es, antes bien, el determinar del ente en cuanto tal respecto de su essentia. Se encuentra en la PSICOLOGÍA, la cosmología y la teología. Por otra parte, la teología rectamente pensada impera tanto en la cosmología y en la PSICOLOGÍA (antropología) como en la metaphysica generalis. Heideggeriana: NiilismoSer

EL CONCEPTO NIETZSCHEANO DE LA COSMOLOGÍA Y DE LA PSICOLOGÍA Heideggeriana: NiilismoEuropeu

De acuerdo con el título, se trata de la caducidad de los valores “cosmológicos”. Parece que con ello se nombrara una determinada clase de valores, en cuya caducidad consistiría el nihilismo. En efecto, según la estructuración más bien escolástica de la doctrina de la metafísica, la “cosmología” abarca un determinado ámbito del ente: el “cosmos”, en el sentido de la “naturaleza”, la tierra y los astros, los vegetales y los animales. Diferenciada de la “cosmología” se encuentra la “PSICOLOGÍA” en cuanto doctrina del alma y del espíritu, en especial del hombre como ser racional libre. Junto a y por encima de la PSICOLOGÍA y la cosmología aparece la “teología”, no en cuanto interpretación eclesiástica de la revelación bíblica sino en cuanto interpretación “racional” (”natural”) de la doctrina bíblica de Dios como causa primera de todo ente, de la naturaleza y del hombre, de su historia y de sus obras. Pero así como la frecuentemente citada frase “anima naturaliter christiana” no es una verdad “natural” absolutamente indubitable sino más bien una verdad cristiana, así también la teología natural sólo tiene el fundamento de su verdad en la doctrina bíblica de que el hombre ha sido formado por un Dios creador y ha sido dotado por él de un saber acerca de su creador. Pero puesto que la teología natural, en cuanto disciplina filosófica, no puede dejar valer como fuente de sus verdades el Antiguo Testamento, el contenido de esta teología tiene que reducirse al enunciado de que el mundo debe tener una causa primera. Con ello no queda demostrado que esta primera causa sea un “Dios”, en el supuesto de que un Dios pueda rebajarse a objeto de demostración. La comprensión de la esencia de esta teología racional tiene importancia porque la metafísica occidental es teológica, incluso cuando se separa de la teología eclesiástica. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Los epígrafes cosmología, PSICOLOGÍA y teología — o la trinidad naturaleza, hombre, Dios — circunscriben el ámbito en el que se mueve todo el representar occidental cuando piensa el ente en su totalidad en el modo de la metafísica. Por eso, al leer el título “Caducidad de los valores cosmológicos” suponemos inmediatamente que Nietzsche, de los tres ámbitos usuales de la metafísica destaca uno determinado, el de la cosmología. Esta suposición es errónea. Cosmos no significa aquí “naturaleza” a diferencia del hombre y de Dios, sino que significa lo mismo que “mundo”, y mundo es el nombre del ente en su totalidad. Los “valores cosmológicos” no son una determinada clase de valores que están junto a otros del mismo rango o a los que podrían incluso subordinarse. Determinan, por el contrario, “aquello a lo que ella [la vida humana] pertenece, “naturaleza”, “mundo”, la completa esfera del devenir y lo transitorio” (La genealogía de la moral, VII, 425; 1887); designan el más amplio anillo que abraza todo lo que es y deviene. Fuera de ellos y por encima de ellos no hay nada. El nihilismo, en cuanto desvalorización de los valores supremos, es: caducidad de los valores cosmológicos. Si se entiende el epígrafe de manera correcta, el fragmento trata de la esencia del nihilismo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Los tres primeros párrafos de la sección A comienzan de la misma manera: “El nihilismo en cuanto estado psicológico” “tendrá que sobrevenir”, “sobreviene, en segundo lugar” “tiene aún una tercera y última forma”. El nihilismo es, para Nietzsche, la oculta ley fundamental de la historia occidental. En este fragmento, sin embargo, lo determina expresamente como “estado psicológico”. Surge, pues, la pregunta acerca de qué entiende Nietzsche por “psicológico” y por “PSICOLOGÍA”. “PSICOLOGÍA” no es para Nietzsche la investigación científico-natural y experimental de los procesos anímicos que se practicaba ya en su época, a imitación de la física y acoplada a la fisiología, y en la que, como elementos básicos de esos procesos se establecen, al modo de los elementos químicos, las sensaciones sensibles y sus condiciones corporales. “PSICOLOGÍA” tampoco significa para Nietzsche la investigación de la “vida anímica superior” y de sus desarrollos en el sentido de una investigación de hechos ente otras; “PSICOLOGÍA” tampoco es una “caracterología” en cuanto doctrina de los diferentes tipos humanos. El concepto nietzscheano de PSICOLOGÍA podría entenderse más bien en el sentido de una “antropología”, si “antropología” quisiera decir: el preguntar filosófico por la esencia del hombre desde la perspectiva de sus referencias esenciales al ente en su totalidad. “Antropología” sería entonces la “metafísica” del hombre. Pero tampoco así damos con el concepto nietzscheano de “PSICOLOGÍA” y de lo “psicológico”. La “PSICOLOGÍA” de Nietzsche no se limita de ninguna manera al hombre, y tampoco se extiende sólo a lo vegetal y lo animal. “PSICOLOGÍA” es el preguntar por lo “psíquico”, es decir por lo viviente en el sentido de esa vida que determina todo devenir en el sentido de la “voluntad de poder”. En la medida en que ésta constituye el carácter fundamental de todo ente, y en que la verdad sobre el ente en cuanto tal y en su totalidad se llama metafísica, la “PSICOLOGÍA” de Nietzsche es equivalente a la metafísica como tal. El hecho de que la metafísica se convierta en “PSICOLOGÍA”, en la cual, ciertamente, la “PSICOLOGÍA” del hombre tiene una preeminencia especial, se funda ya en la esencia de la metafísica moderna. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Porque en el hombre, es decir en la figura del superhombre, la voluntad de poder despliega de modo ilimitado su pura esencia de poder, por ello la “PSICOLOGÍA” en el sentido de Nietzsche, como doctrina de la voluntad de poder, es siempre al mismo tiempo y de antemano la región de las preguntas metafísicas fundamentales. Por eso Nietzsche puede decir en Más allá del bien y del mal: “Toda la PSICOLOGÍA ha quedado prendida hasta ahora de temores y prejuicios morales: no se ha aventurado hacia lo profundo. Comprenderla como morfología y doctrina del desarrollo de la voluntad de poder, tal como yo lo hago, esto nadie lo ha rozado siquiera con sus pensamientos”. Al final de ese parágrafo, Nietzsche dice que hay que reclamar “que la PSICOLOGÍA sea reconocida nuevamente como señora de las ciencias, a cuyo servicio y para cuya preparación están todas las demás. Pues la PSICOLOGÍA es de ahora en adelante nuevamente la vía hacia los problemas fundamentales” (VII, 35 ss.). También podemos decir: la vía hacia los problemas fundamentales de la metafísica son las Meditationes sobre el hombre como subiectum. PSICOLOGÍA es el título para aquella metafísica que comprende al hombre, es decir a la humanidad en cuanto tal, no sólo al “yo” individual, como subiectum, que lo pone como medida y centro, como fundamento y fin de todo ente. Concebir el nihilismo como “estado psicológico” significa por lo tanto lo siguiente: el nihilismo se refiere al puesto del hombre en medio del ente en su totalidad, al modo en que el hombre se pone en relación con el ente en cuanto tal, en que configura y afirma esa relación, y por lo tanto a sí mismo; pero esto no quiere decir otra cosa más que el modo en que el hombre es histórico. Este modo se determina desde el carácter fundamental del ente como voluntad de poder. El nihilismo, tomado como “estado psicológico”, quiere decir: nihilismo visto como una figura de la voluntad de poder, como el acontecer en el que el hombre es histórico. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Si Nietzsche habla del nihilismo como de un “estado psicológico”, al aclarar la esencia del nihilismo se moverá también en conceptos “psicológicos” y hablará el lenguaje de la “PSICOLOGÍA”. Esto no es casual y por lo tanto no es una forma extrínseca de comunicarse. A pesar de ello, tenemos que oír en ese lenguaje un contenido más esencial, pues se refiere al “cosmos”, al ente en su totalidad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Al tratar aquí del pensamiento del valor en la filosofía, nos referimos exclusivamente a la metafísica de Nietzsche. Como “filosofía de los valores” en un sentido más estrecho y doctrinal se designa a comienzos de siglo una corriente del neokantianismo que se asocia con los nombres de Windelband y Rickert. El mérito duradero de esta corriente no es la “filosofía de los valores” sino una actitud, notable en su época, que, frente al avance de la “PSICOLOGÍA” y la “biología” científico-naturales como la pretendidamente única y verdadera filosofía conservó y transmitió aún una huella del auténtico saber acerca de la esencia de la filosofía y del preguntar filosófico. Sólo que esta actitud, “tradicional” en un buen sentido, le impidió a su vez pensar a fondo la “filosofía de los valores”, el pensamiento del valor, en su esencia metafísica, es decir, tomarse realmente en serio el nihilismo. Se creyó poder enfrentarse al nihilismo volviendo a la filosofía kantiana, lo que no fue, sin embargo, más que un modo de rehuirlo y de renunciar a mirar el abismo que recubre. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Dominio de la dirección de interpretación, y en ello [radica] el cómo hermenéutico (no se trata de actitudes, de hacer un registro de las actitudes, a fin de poder ver o de dejar ver o de hacer ver todo cuanto en este campo hay, es decir, todo cuanto en este campo puede haber; no se trata de una PSICOLOGÍA de la filosofía sino que se trata más bien de dejar ver cómo en ellas, es decir, en esas formas de haberse o actitudes, nuestra exsistencia es, nuestra exsistencia de hoy, y ello conforme a modos o formas de su ser (del ser de la exsistencia), procediendo en ello de forma categorial, es decir, “ateniéndonos” a la exsistencia, viendo si la correspondiente tendencia de interpretación nos pone exsistencia a la vista; y en general, viendo también qué ontología) [es decir, viendo en general cuál es la forma de ser del ente que es la exsistencia MJR] Heideggeriana: Hermeneutica1923

En el círculo de ese campo temático, formalmente determinado así, debe caer también la exsistencia de la vida. Las disciplinas filosóficas tradicionales que son la ética, la filosofía de la historia, la PSICOLOGÍA racional, constituyen siempre de una u otra forma un decir sobre ello, consisten en un hablar sobre ello de una u otra manera. El respecto-a-qué del preguntar, es decir, el preguntar en el respecto-a-qué de ese preguntar, está ahí de forma inexpresa y más o menos asegurado en lo que se refiere a fundamentos. En los planteamientos tradicionales de estas disciplinas la vida humana, de forma más o menos expresa, constituye el objeto que en algún aspecto se somete a interrogación. De tal filosofía hemos de obtener hermenéuticamente, por tanto, (es decir, en tal filosofía hemos de poder leer hermenéuticamente) como qué entiende antemano esa filosofía la existencia de la vida [obsérvese la expresión que está utilizando el autor: Lebensdasein, exsistencia de la vida, es decir, la exsistencia de la vida, es decir, el ser ahí la vida, es decir, el ser la vida su ahí MJR], de tal filosofía hemos de obtener, digo, cómo se desenvuelve en ella (en esa filosofía) el Gerede sobre la vida, el trajín en el hablar y decir filosóficos sobre la vida, es decir, cómo en esa filosofía (en tanto que forma determinada de hablar de una determinada época, de un determinado tiempo) se habla de esa determinada época o tiempo, es decir, de su exsistencia. Heideggeriana: Hermeneutica1923

De acuerdo con el concepto aludido, “biología” quiere decir “doctrina de la vida” o, mejor: de lo viviente; el nombre significa ahora: investigación científica de los fenómenos, procesos y leyes de lo viviente que quedan determinados por los ámbitos de la vida vegetal, animal y humana. La botánica y la zoología, la anatomía, la fisiología y la PSICOLOGÍA del hombre conforman las áreas especiales de la biología, a las que a veces se les antepone o superpone una “biología general”. Toda biología, en cuanto ciencia, supone ya una delimitación esencial más o menos explícita y clara de los fenómenos que constituyen su ámbito de objetos. Este ámbito es el de lo viviente. En la base de la delimitación de este ámbito se encuentra, a su vez, un preconcepto de lo que caracteriza y define a lo viviente, o sea, un preconcepto de la vida. La propia biología, en cuanto ciencia, no puede poner ni fundar el ámbito esencial en el que se mueve sino sólo presuponerlo, asumirlo y confirmarlo. Esto vale para toda ciencia. Heideggeriana: VontadePoder

El pensamiento del eterno retorno de lo mismo fue pensado por Nietzsche cronológicamente antes que la voluntad de poder, aunque se encuentran resonancias de ésta igualmente tempranas. Pero el pensamiento del eterno retorno es sobre todo anterior, es decir anticipador, por su contenido, sin que Nietzsche mismo haya sido nunca capaz de pensar expresamente como tal la unidad esencial con la voluntad de poder y de elevarla metafísicamente al concepto. Tampoco reconoce Nietzsche la verdad metafísico-histórica del pensamiento del eterno retorno, y esto no porque le hubiera quedado oscuro sino porque, al igual que todos los metafísicos anteriores a él, no podía reencontrar los trazos fundamentales del proyecto metafísico conductor. Pues el conjunto de trazos del proyecto metafísico del ente en dirección de la entidad, y por lo tanto el representar del ente en cuanto tal en el ámbito de la presencia y la consistencia, sólo puede saberse cuando se experimenta ese proyecto [Entwurf] como históricamente arrojado [geworfen]. Un experimentar de este tipo no tiene nada en común con las teorías explicativas que de vez en cuando construye la metafísica sobre sí misma. También Nietzsche sólo llega a ese tipo de explicaciones, que sin embargo no deben trivializarse convirtiéndolas en una PSICOLOGÍA de la metafísica. Heideggeriana: EternoRetorno

¿Cómo debemos entender la “voluntad de poder” en el sentido de Nietzsche? Se toma a la voluntad como una facultad anímica que la consideración psicológica delimita desde hace ya tiempo frente al entendimiento y al sentimiento. De hecho, también Nietzsche concibe a la voluntad de poder de modo psicológico. No define, sin embargo, la esencia de la voluntad de acuerdo con una PSICOLOGÍA usual sino que, a la inversa, postula la esencia y la tarea de la PSICOLOGÍA en conformidad con la esencia de la voluntad de poder. Nietzsche exige que la PSICOLOGÍA sea “morfología y doctrina del desarrollo de la voluntad de poder” (Más allá del bien y del mal, n. 23). Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Ser. En la “realidad efectiva”, que se vuelve el rasgo fundamental dominante de la entidad del ente, se halla el efectuar y por lo tanto la causalitas (agathon como lo posibilitante). En la “realidad efectiva” se halla el llevar a efecto, y éste esconde en sí el re-presentar y el apetecer, que esencian desde una unidad propia. El llevar a efecto así determinado es un llevar-se a efecto, en él se halla la posible pretensión de asegurar-se, la certeza como autocerteza. Donde hay realidad efectiva, allí hay voluntad; donde hay “voluntad”, allí hay un quererse; donde hay un quererse, allí existen posibilidades de desarrollo esencial de la voluntad como razón, amor, poder. ¿Cuándo y cómo la esencia de voluntad se vuelve esencial para la realidad efectiva? El hecho de que, en el acabamiento de la metafisica, la realidad efectiva entre por último en la esencia de la voluntad, donde “voluntad” no debe pensarse de modo “psicológico” sino que, al contrario, la PSICOLOGÍA debe determinarse desde la esencia del llevarse a efecto, manifiesta la decisión con que se lleva a cabo el despliegue de la entidad desde el pro-ceso que sale [Fort-gang] del ser en dirección de ella. El proceso inicial, sin embargo, deja atrás el inicio como algo infundado y por eso puede poner todo el peso en instaurarse como pro-greso [Fort-schritt] y superación. Heideggeriana: HistoriaSer

No se está hablando aquí de la PSICOLOGÍA de los filósofos, sino sólo de la historia del ser. Pero que el ser determina [bestimmt] la verdad del ente y a través de lo que en cada caso esencia de la verdad, templa [stimmt] un pensar en la unicidad de un decir del ser y desde esta determinación [Bestimmung], requiere al pensador en su carácter determinado [Bestimmtheit], que en todo esto, de manera previa y siempre inicial, el ser acaece la verdad de sí mismo y éste es el acaecimiento apropiante en el que el ser esencia, esto no puede determinarse nunca a partir del ente. Se sustrae asimismo a toda explicación. El ser, en su historia, sólo puede admitirse [eingestehen] en aquella admisión [Eingeständnis] que libra exclusivamente a la dignidad inicial del ser el ajustarse del ser humano a la referencia al ser, para que, así admitido [geständig], conserve la insistencia [Inständigkeit] en la preservación del ser. Heideggeriana: RelembrarMetafisica

En el § 307 introductorio a la 1. parte de la tercera parte principal del sistema se dice: “el espíritu subjetivo (es) a) el inmediato, el espíritu de la naturaleza, objeto de la habitualmente denominada Antropología o el alma; b) el espíritu como reflexión idéntica en sí y en otro, relación o particularización; — conciencia, el objeto de la Fenomenología del espíritu; c) el espíritu que es para sí, o como sujeto; — el objeto de la antes así denominada PSICOLOGÍA. — En el alma despierta la conciencia; la conciencia se pone como razón; y la razón subjetiva se libera a través de su actividad hacia la objetividad”. Esta triple diferenciación del espíritu subjetivo, es históricamente dilucidable a través de la diferenciación de anima, animus sive mens y ratio. Heideggeriana: HegelFenomenologia

El rótulo “Ciencia de la experiencia de la conciencia” desaparece en favor de uno nuevo: “Ciencia de la Fenomenología del Espíritu”. El nuevo rótulo se ha construido siguiendo el mismo esquema exacto. Tenemos que pensar también sus genitivos de manera dialéctico-especulativa. En lugar de la palabra “experiencia” tenemos ahora un nombre ya usual en la filosofía escolar: “fenomenología”. La esencia de la experiencia es la esencia de la fenomenología. phainesthai el manifestarse del sujeto absoluto, que es llamado “el espíritu”, se recoge al modo de diálogo entre la conciencia óntica y la ontológica. La “-logía”, en la fenomenología, es la legesthai en el sentido del ambiguo dialegesthai que caracteriza al movimiento bajo cuya forma la experiencia de la conciencia es el ser de ésta. La fenomenología es el recogerse del doble diálogo del espíritu con su parusía. Fenomenología es aquí el nombre para la existencia del espíritu. El espíritu es el sujeto de la fenomenología no su objeto. La palabra no significa aquí ni una disciplina de la filosofía, ni tan siquiera el nombre para un tipo especial de investigación cuya preocupación es describir lo dado. Como, sin embargo, el recogerse de lo absoluto en su parusía exige esencialmente la presentación, la determinación de ser ciencia forma ya parte de la esencia de la fenomenología, pero no en la medida en que es un representar del espíritu, sino en la medida en que es la existencia, la presencia del espíritu. Por eso, bien mirado, el título abreviado, “La Fenomenología del Espíritu”, no cae en lo indeterminado. Obliga al pensar al último recogimiento posible. “La Fenomenología del Espíritu” quiere decir la parusía de lo absoluto en su reinar. Una década después de la aparición de la Fenomenología del Espíritu, la “fenomenología” decayó dentro del sistema escolar de la Enciclopedia (1817) al nivel de una parte estrechamente limitada de la filosofía del espíritu. El nombre “fenomenología” es nuevamente, como en el siglo XVIII, el nombre para una disciplina que se encuentra a medio camino entre la antropología y la PSICOLOGÍA. Heideggeriana: HegelExperiencia

De acuerdo con esto, el título “voluntad de poder” presupone dos estados de cosas diferentes que se han encontrado en mutua relación a posteriori: el querer, por un lado, y el poder, por otro. Si, finalmente, con la intención de no limitarnos a describir, sino también de explicar, preguntamos cuál es el fundamento de la voluntad de poder, tendremos que, en su calidad de aspiración hacia eso que todavía no está en su poder, ésta surge evidentemente de un sentimiento de carencia. Aspiración, ejercicio del dominio, sentimiento de carencia, son maneras de representación y estados (facultades del alma) que captamos con el conocimiento psicológico. Por eso, la explicación de la esencia de la voluntad de poder forma parte de la PSICOLOGÍA. Heideggeriana: NietzscheDeus

Como esencia de la voluntad, la esencia de la voluntad de poder es el rasgo fundamental de todo lo efectivamente real. Nietzsche dice (Volunta de Poder, afor. 693 del año 1888) que la voluntad de poder es “la esencia más íntima del ser”. “ El ser” significa en este caso, según el lenguaje de la metafísica, lo ente en su totalidad. La esencia de la voluntad de poder y la propia voluntad de poder en tanto que carácter fundamental de lo ente, no se dejan por ello constatar por medio de la observación psicológica, sino que, por el contrario, es la propia PSICOLOGÍA la que recibe su esencia, esto es, la posibilidad de disponer y conocer su objeto, de manos de la voluntad de poder. Por lo tanto, Nietzsche no concibe la voluntad de poder psicológicamente, sino que, por el contrario determina nuevamente la PSICOLOGÍA como “morfología y teoría del desarrollo de la voluntad de poder” (Más allá del bien y del mal, afor. 23). La morfología es la ontología del on, cuya morphe transformada en perceptio debido al cambio del eidos, se manifiesta en el appetitus de la perceptio como voluntad de poder. El hecho de que la metafísica — que piensa desde siempre lo ente como hypokeimenon sub-jectum, en relación con su ser —, se convierta en esta PSICOLOGÍA así determinada, demuestra, aunque sólo como manifestación colateral, la existencia de este acontecimiento esencial que consiste en la transformación de la entidad de lo ente La ousia (entidad) del subjectum se convierte en subjetidad de la autoconciencia, la cual hace aparecer a su esencia como voluntad de voluntad. La voluntad, en cuanto voluntad de poder, es la orden para adquirir más poder. A fin de que, en la superación de su propio poder, la voluntad pueda superar el grado alcanzado en cada caso, hay que alcanzar previamente ese grado, asegurarlo y conservarlo. El aseguramiento de cada grado de poder correspondiente es la condición necesaria para la superación del poder. Pero esta condición necesaria no es suficiente para que la voluntad pueda quererse a sí misma, esto es, para que ese querer ser más fuerte, para que ese aumento de poder, sea. La voluntad tiene que dirigir su mirada a un campo de visión y empezar por abrirlo para que de allí empiecen a mostrarse posibilidades que le indiquen el camino a un aumento de poder. La voluntad debe por tanto disponer una condición de ese querer ir más allá de sí misma. La voluntad de poder debe disponer a la vez las condiciones de conservación de poder y las de aumento de poder. Forma parte de la voluntad la disposición de esas condiciones que se pertenecen mutuamente. Heideggeriana: NietzscheDeus

Una experiencia del ser como experiencia de la alteridad respecto a todo ente procura la angustia, suponiendo que nosotros por “angustia” o miedo frente a la angustia, es decir, inmersos en la mera ansiedad angustiosa del temor, rehuyamos la voz silenciosa que nos aboca a los espantos del abismo. Es evidente que si ante la alusión a esa angustia esencial abandonamos arbitrariamente la marcha seguida por el pensar de esta lección y liberamos a la angustia, en cuanto estado de ánimo convocado por dicha voz, de su relación con la nada, entonces sólo nos queda la angustia como un “sentimiento” aislado que podemos distinguir y aislar de otros en medio del conocido surtido de estados del alma que la PSICOLOGÍA contempla boquiabierta. Siguiendo el hilo conductor de la distinción simplista entre “arriba” y “abajo”, los “estados de ánimo” se dejan agrupar en dos clases: los que elevan y animan y los que hunden y deprimen. A la celosa caza de “tipos” y “contratipos” de “sentimientos”, así como de clases y subclases de dichos “tipos”, nunca se le acabará la presa. Pero, con todo, esta indagación antropológica del ser humano siempre quedará fuera de la posibilidad de entrar en el camino del pensar de la lección, porque ésta piensa a partir de la atención a la voz del ser llegando hasta el acuerdo que procede de esa voz y que reclama al hombre en su esencia a fin de que aprenda a experimentar el ser en la nada. Heideggeriana: MetafisicaEpilogo

Nietzsche. En La Voluntad de Poder, la Metafísica de Nietzsche hace aparecer el penúltimo escalón del despliegue de la voluntad de la entidad del ente como voluntad de voluntad. El hecho de que falte el último escalón se fundamenta en el predominio de la “PSICOLOGÍA”, en el concepto de poder y de fuerza, en el entusiasmo vital. De ahí que a este pensar le falte el rigor y el cuidado del concepto y la calma de la meditación sobre la historia acontecida. La Historia domina y por ello la apologética y la polémica. Heideggeriana: SuperarMetafisica

La Filosofía de la época de la Metafísica consumada es la Antropología (cfr. ahora Holzwege, p. 91 y s.). Que además se la llame específicamente Antropología “filosófica” da igual. Ahora la Filosofía se ha convertido en Antropología, y de este modo en una presa de los descendientes de la Metafísica, es decir, de la Física en el más amplio sentido de la palabra, un sentido que incluye la Física de la vida y del hombre, la Biología y la PSICOLOGÍA. Convertida en Antropología, la Filosofía sucumbe por la Metafísica. Heideggeriana: SuperarMetafisica

Sería acaso, para: un pensador, motivó de envanecimiento tal destino del Ser ? Si esto fuera así, sería motivo para qué en tal olvido del Ser se sustituyera este, temple de ánimo por otro y con deliberado ánimo de vanagloria? Si así aconteciera con el olvido del Ser, no sería suficiente motivo para que a un pensamiento que piensa al Ser lo atenace él miedo, por lo cual no sea ya posible otra cosa que retener este destino del ser en la angustia para resolver, primeramente, el pensamiento sobre el olvido del Ser ? Si esta vez, sin embargo, le fuera posible a un pensamiento lograrlo, mientras la así fatal angustia se traduzca. en un deprimido talante anímico? Qué tiene que ver el destino del ser de esta angustia con la PSICOLOGÍA y el Psicoanálisis? En el caso, empero, que responde a los esfuerzos de la superación de la metafísica se debe prestar atención, en primer término, al olvido del ser, para experimentarlo y recoger esta experiencia en la relación del ser al hombre, y retenerla dentro; entonces seguiría la pregunta “Qué es metafísica”? en la miseria del olvido del ser, tal vez aún la más necesaria de todas las necesidades del pensamiento [viii]. Heideggeriana: MetafisicaFundamento

La venganza no es aquí simplemente un tema de la Moral Y la liberación de la venganza no es una tarea de la educación moral. Del mismo modo, la venganza y el ansia de venganza no son un objeto de la PSICOLOGÍA. La esencia y el alcance de la venganza los ve Nietzsche metafísicamente. Pero ante todo, ¿qué significa venganza? Si, con la amplitud de miras necesaria, nos atenemos primero al significado de la palabra, podemos sacar de este modo una seña. Rache (venganza), räche, wreken, urgere significa: golpear, empujar, hacer avanzar delante de uno, perseguir, ir a la caza. ¿En qué sentido la venganza es un ir a la caza? Ella no busca meramente dar caza a algo, cogerlo, apropiárselo. Tampoco busca simplemente abatir aquello a la caza de lo cual va. Este ir a la caza para vengarse se opone de antemano a aquello en lo que se venga. Se opone a ello de este modo: rebajándolo, con el fin de, frente a lo que ha rebajado, ponerse a sí mismo en una posición de superioridad y, de este modo, reconstruir su propia validez, que es tenida como lo único que cuenta. Porque la sed de venganza es excitada por el sentimiento de ser vencido y perjudicado. Por los años en los que Nietzsche creaba su obra Así hablaba Zaratustra, escribió esta observación: “Recomiendo a todos los mártires que reflexionen si no fue la sed de venganza lo que los empujó a lo extremo”. (XII, p. 298). Heideggeriana: NietzscheZaratustra

Por un lado, el movimiento del nihilismo se ha vuelto más patente en su irresistibilidad multiforme que devora todo. Ninguna persona inteligente querrá aún negar hoy que el nihilismo en las formas mas diversas y escondidas es “el estado normal” de la humanidad (véase Nietzsche, La voluntad de poder, n. 23). Lo prueban muy bien los intentos exclusivamente re-activos contra el nihilismo que, en lugar de entrar a una discusión con su esencia, se dedican a la restauración de lo anterior. Buscan la salvación en la huida, a saber, en la huida de la mirada a la problematicidad de la posición metafísica del hombre. La misma huida apremia también allí donde en apariencia se abandona toda metafísica y se la sustituye por Logística, Sociología y PSICOLOGÍA. La voluntad de saber que aquí irrumpe y su dúctil organización conjunta señalan un aumento de la voluntad de poder, de distinta clase de aquella que Nietzsche caracterizó como nihilismo activo. Heideggeriana: PreguntaSer

Pero el intento de decir con usted en el diálogo epistolar algo de línea, topa con una dificultad especial, cuya razón consiste en que usted habla el mismo lenguaje en el “más allá” sobre la línea, es decir, en el espacio más acá y más allá de la línea. Parece que, en cierta manera, se ha abandonado ya la posición del nihilismo al cruzar la línea, pero ha quedado su lenguaje. Me refiero aquí al lenguaje no como simple medio de expresión, que se puede quitar y cambiar como un disfraz, sin que aquello que ha llegado a expresarse sea afectado por ello. En el lenguaje aparece lo primero de todo y se presenta aquello que nosotros, en el empleo de las palabras correctas, pronunciamos aparentemente sólo de manera adicional, y justo en expresiones de las que pensamos que podrían omitirse a discreción y ser sustituidas por otras. Me parece que el lenguaje revela en El trabajador sus rasgos principales al inicio de todo, en el subtítulo de la obra. Dice: “Dominio y forma”. Él caracteriza el esquema de la obra. Usted entiende “forma” [Gestalt] primero en el sentido de la PSICOLOGÍA de la forma de aquella época, como “un todo que comprende más que la suma de sus partes”. Podría considerarse en qué medida esa caracterización de la forma se sigue apoyando, por el “más” y “la suma”, en el pensar que suma y deja el carácter de forma en lo indeterminado. [395] Pero usted da a la forma un rango cúltico y la aparta con razón de la “mera idea”. Heideggeriana: PreguntaSer

¿Con qué fin mencionamos esto? Con el fin de conocer el auténtico peso de las denominaciones usadas: ontología, teología y onto-teología. A decir verdad, las denominaciones ontología y teología suelen tomarse normalmente a primera vista exactamente igual que otras conocidas, tales como PSICOLOGÍA, biología, cosmología, arqueología. El sufijo — logia, significa, de modo sólo aproximativo pero usual, que se trata de una ciencia del alma, de lo vivo, del cosmos, y de lo antiguo. Pero en el sufijo “logia” no se esconde sólo lo lógico en el sentido de lo consecuente y de la enunciación en general, es decir, de lo que articula, mueve, asegura y comunica todo el saber de las ciencias. El sufijo “logia”, es, en cada caso, un conjunto de relaciones de fundamentación en las que los objetos de las ciencias se representan, o lo que es lo mismo, se comprenden desde la perspectiva de su fundamento. Pero la ontología y la teología sólo son “logias” en la medida en que profundizan en lo ente como tal y lo fundamentan en el todo. Dan cuenta del ser en tanto que fundamento de lo ente, le dan razones al logos, y son, en un sentido esencial, conformes al logos, esto es, son la lógica del logos. En consecuencia, habrá que llamarlas más exactamente, onto-lógica y teo-lógica. Pensada de modo más conforme a su asunto y de manera clara, la metafísica es onto-teológica. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

Pero esto mismo, el hacer una experiencia con el habla es algo distinto a la adquisición de conocimientos sobre el habla. Tales conocimientos la ciencia de las lenguas, la lingüística y la filosofía de los diversos idiomas, la PSICOLOGÍA y la filosofía del lenguaje los pone a nuestra disposición hasta tal punto que vienen a ser inabarcables. Últimamente, la investigación científica y filosófica de las lenguas tiende, cada vez más resuelta, a la producción de lo que se llama “metalenguaje”. La filosofía científica que persigue la producción de este “super-lenguaje” se entiende consecuentemente a sí misma como metalingüística. Esta expresión suena a metafísica pero no sólo suena como ella: es como ella; porque la metalingüística es la metafísica de la tecnificación universal de todas las lenguas en un solo y único instrumento operativo de información interplanetaria. Metalenguaje y satélites, metalinguística y tecnología espacial son lo Mismo. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

A través del titulo “Hegel y los griegos” nos habla la totalidad de la filosofía en su historia. Y esto ocurre ahora, en una época en que la disolución de la filosofía se hace evidente, pues ella emigra hacia la logística, la PSICOLOGÍA y la sociología. Estos campos independientes de investigación, como formas de funcionamiento y como instrumentos de éxito del mundo político-económico, es decir del mundo técnico en un sentido esencial, conquistan una importancia siempre creciente y un influjo en múltiples direcciones. Heideggeriana: HegelGregos

El propósito del seminario se determinó indicando que su principal interés era traer-a-la-mirada el contenido global de la conferencia, su intención básica, así como también la relación que guarda la conferencia con el pensar de Heidegger. Se planteó además la tarea de aclararse sobre la situación de la filosofía en la época actual; en una época, pues, en la que ek-siste el pensar de Heidegger y que por otra parte puede ser caracterizada por la desaparición de la filosofía Esta desaparición muestra en sí un abanico de semblantes. Mientras se entienda a la metafísica bajo el rótulo de filosofía, es indicio de tal desaparición el que la cosa del pensar no sea ya la cosa de la metafísica, con respecto a la cual, presumiblemente, la propia metafísica persiste. Visibles se han tornado ya las manifestaciones sustitutivas de la filosofía, sus posibilidades de evasión: por una parte, la mera interpretación de textos tradicionales de la filosofía, la reelaboración y el desguace de la metafísica; por otra, el desplazamiento de la filosofía a la lógica (logística), a la PSICOLOGÍA y a la sociología, en suma a la antropología. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer

Baste con señalar la independencia de la PSICOLOGÍA, de la Sociología, de la Antropología como antropología cultural, el papel de la Lógica como Logística y Semántica. La Filosofía se transforma en ciencia empírica del hombre, de todo lo que puede convertirse para él en objeto experimentable de su técnica, gracias a la cual se instala en el mundo, elaborándole según diversas formas de actuar y crear. En todas partes, esto se realiza sobre la base, según el patrón de la explotación científica de cada una de las regiones del ente. Heideggeriana: TarefaPensar

Cien años más tarde, se escucha de nuevo la llamada “a la cosa misma” en el ensayo de Husserl La Filosofía como ciencia estricta. Aparece en el primer tomo de la revista Logos en el año 1910-1911 (pp. 289 ss.). La llamada tiene, nuevamente, sobre todo el sentido de un poner en guardia. Pero, en este caso, apunta en una dirección distinta a la de Hegel: se refiere a la PSICOLOGÍA naturalista, que pretende ser el verdadero método científico para investigar la conciencia. La razón está en que ese método cierra, de entrada, el acceso a los fenómenos de la conciencia intencional. La llamada “a la cosa misma” se dirige también contra el historicismo, que se pierde en discusiones sobre los diferentes puntos de vista de la Filosofía, y en clasificar los tipos de “Weltanschau-ungen” filosóficas. A este propósito dice Husserl, subrayándolo (op. cit., p. 34): El impulso de la investigación tiene que partir, no de las Filosofías, sino de las cosas y de los problemas. Heideggeriana: TarefaPensar

La filosofía se disuelve en ciencias autónomas: en logística, semántica, PSICOLOGÍA, sociología, antropología-cultural, politología, poetología, tecnología. Al disolverse, la filosofía es separada de estas ciencias nuevas, ya existentes, mediante un nueva forma de unificación entre ellas. Su unidad se anuncia en que los diferentes recintos temáticos de las ciencias son proyectados sin excepción sobre un único acontecer. Las ciencias son provocadas para que presenten este acontecimiento como siendo uno tal del tipo de control y de la información. La nueva ciencia, que unifica a todas las ciencias con un nuevo sentido de unidad, se llama cibernética. En lo que concierne a la claridad de sus representaciones conductoras y a la introducción de éstas en todos los recintos del saber, (ella) está todavía en sus inicios. Pero su dominio está asegurado, porque ella misma está controlada por un poder, que no sólo ha acuñado en las ciencias el carácter de la planificación y del control, sino a todo el actuar humano. Heideggeriana: AssuntoPensar

SPIEGEL: Hemos nombrado ya a Kant, Hegel y Marx como grandes incitadores. Pero también de Leibniz han partido impulsos para el desarrollo de la física moderna y, con ello, para el surgimiento del mundo moderno. Creemos — lo ha dicho antes — que Vd. no cuenta ya hoy con tales efectos. HEIDEGGER: En el sentido de la filosofía, ya no. El papel que la filosofía ha tenido hasta ahora lo han asumido hoy las ciencias. Para esclarecer suficientemente el “efecto” del pensamiento tendríamos que dilucidar más detenidamente qué significan aquí efecto y acción de producir. Sería necesario distinguir cuidadosamente entre ocasión, impulso, fomento, ayuda, impedimento y cooperación. Pero sólo lograremos la dimensión adecuada para estas distinciones cuando hayamos dilucidado suficientemente el principio de razón. La filosofía se disuelve en ciencias particulares: la PSICOLOGÍA, la lógica, la politología. SPIEGEL: ¿Y quién ocupa ahora el puesto de la filosofía? HEIDEGGER: La cibernética. SPIEGEL: ¿O la devoción, que se mantiene abierta? HEIDEGGER: Pero eso ya no es filosofía. SPIEGEL: ¿Qué es entonces? HEIDEGGER: Yo lo llamo el otro pensar. SPIEGEL: Vd. lo llama el otro pensar. ¿Podría formularlo un poco más claramente? HEIDEGGER: ¿Ha pensado Vd. en la frase con la que acaba mi conferencia “La cuestión de la técnica”: “Preguntar es la devoción del pensamiento”?. SPIEGEL: Hemos encontrado en el curso sobre Nietzsche una frase iluminadora. Dice Vd.: “Como en el pensamiento filosófico domina la más alta vinculación posible, por ello todos los grandes pensadores piensan lo mismo. Pero este “lo mismo” es tan fundamental y rico que nunca un individuo lo agota, sino que cada uno se vincula a los otros cada vez más rigurosamente”. Sin embargo, precisamente este edificio filosófico parece, en su opinión, haber llegado a su fin. HEIDEGGER: Ha llegado a su fin, pero no ha desaparecido, sino que se hace presente de nuevo en el diálogo. Todo mi trabajo en los cursos y seminarios de los últimos treinta años sólo ha sido, en lo fundamental, interpretación de la filosofía occidental. El retorno a las bases históricas del pensamiento, repensar las cuestiones todavía no cuestionadas desde la filosofía griega, no es disolver la tradición. Pero sí afirmo: el modo de pensar de la metafísica tradicional, que ha acabado con Nietzsche, no ofrece ya posibilidad alguna de experimentar con el pensamiento la era técnica que ahora comienza. Heideggeriana: DerSpiegel

En el Gestell, el hombre es puesto en el apremio de corresponder a la explotación-consumo; la relación con la explotación-consumo obliga al hombre a ser en esta relación. El hombre no tiene la técnica en sus manos. Es el juguete de ella. En esta situación reina la más completa Seinsvergessenheit, el más completo ocultamiento del ser. La cibernética se convierte en el Ersatz de la filosofía y de la poesía. La politología, la sociología, la PSICOLOGÍA, llegan a ser disciplinas preponderantes que no tienen ya la menor relación con su propio fundamento. En este sentido, el hombre moderno es el esclavo del olvido del ser. Heideggeriana: SeminarioThor1969