proposición de Descartes

En la proposición de Descartes, que más adelante comentaremos con más precisión, en el ego cogito, ergo sum, se expresa de modo general una preeminencia del yo humano y con ella una nueva postura del hombre. Éste no asume simplemente una doctrina como artículo de fe, pero tampoco adquiere él mismo meramente por cualquier vía un conocimiento del mundo. Lo que aparece es otra cosa: el hombre sabe con certeza incondicionada que él es el ente cuyo ser posee mayor certeza. El hombre se convierte en el fundamento y la medida, puestos por él mismo, de toda certeza y verdad. Si llegamos por el momento sólo hasta este punto en la reflexión sobre la proposición de Descartes, nos vendrá inmediatamente a la memoria la sentencia de Protágoras, el sofista griego de la época de Platón. De acuerdo con esa sentencia, el hombre es la medida de todas las cosas. Siempre se pone la proposición de Descartes junto con la sentencia de Protágoras y se ve en ésta, así como en la sofistica griega en general, una anticipación de la metafísica moderna de Descartes; en efecto, en ambos casos se expresa de manera casi palpable la preeminencia del hombre. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Lo que Descartes quiere decir en respuesta a los reparos planteados podemos formularlo también, de un modo más fundamental y en previsión de lo que seguirá, de este modo: en primer lugar tiene que fijarse un ente en su verdad, a partir de lo cual el ser y la verdad quedan ya conceptualmente delimitados. La proposición de Descartes es de un tipo tal que de inmediato enuncia y determina a la vez las referencias internas de ser, certeza y pensar. En ello consiste su esencia como “principio”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Si además tenemos en cuenta que, de acuerdo con los decisivos comentarios de la proposición hechos por el propio Descartes, ésta no debe tomarse como una argumentación silogística, resultará claro sin más cómo el ente asegurado por ella – la representación en su esencia plena – proporciona al mismo tiempo, en conformidad con el carácter proposicional de esta proposición, la seguridad sobre ser, verdad y pensar. Lo que Descartes, en cambio, parece no haber recalcado de modo suficiente – que la proposición, en cuanto “principio” tiene que pensarse también a un “nivel de principio”, es decir filosóficamente – lo señala, sin embargo, mediante el giro, repetidas veces empleado: ordine philosophanti. Esta proposición sólo puede hacerse efectiva y sólo agota todo su contenido si se la piensa en esa dirección única que adopta la búsqueda de un fundamentum absolutum inconcussum veritatis. Esta búsqueda piensa necesariamente en referencia a un fundamentum, a un absolutum, a un inconcussum, a una veritas, y piensa todo esto en un determinado sentido junto con aquello que lo satisface como ente cierto y que esta por ello firmemente establecido. En el sentido de lo que es así cierto y más conocido se representan también los preconceptos de ser, conocer y representar. La proposición cogito sum sólo dice que éstos están ya representados de este modo. La objeción nietzscheana de que la proposición de Descartes hace uso de presuposiciones no demostradas y por ello no es un principio no acierta en un doble respecto: 1) la proposición no es una argumentación silogística que dependa de premisas mayores; 2) y sobre todo, la proposición es, por su esencia, el pre-suponer mismo que Nietzsche echa en falta; en ella se pone explícitamente de antemano aquello a lo que toda proposición y todo conocimiento apela como fundamento esencial. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Nietzsche sostiene que con la proposición de Descartes el “yo” y el “sujeto” se ponen y aseguran como condición del “pensar”. En contra de esta intención de Descartes, como consecuencia del movimiento escéptico de la filosofía moderna, se habría vuelto más plausible que, a la inversa, el pensar es la condición del “sujeto”, es decir, de los conceptos de “sujeto”, “objeto” y “substancia”. Nietzsche remite aquí al “movimiento escéptico” de la filosofía moderna y piensa en el “empirismo inglés”, de acuerdo con cuya doctrina los “conceptos esenciales” (categorías) surgen de asociaciones y hábitos de pensamiento. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¡Ahora la proposición de Descartes es de pronto una hipótesis, una asunción previa, y no sólo una consecuencia silogística como en las objeciones señaladas antes! La toma de posición de Nietzsche frente a Descartes carece de una línea unitariamente coherente. Sólo se vuelve unívoca donde Nietzsche no se dedica ya a comentar el contenido de la proposición sino que la computa “psicológicamente”, es decir la comprende como un modo de autoaseguramiento del hombre que proviene de la voluntad de poder. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿No irrumpe entonces la “voluntad de poder” en la metafísica con Nietzsche sin una proveniencia histórica, como una interpretación arbitraria del ente en su totalidad? Recordamos, sin embargo, que el propio Nietzsche explica la proposición de Descartes desde la voluntad de verdad y a ésta como una especie de la voluntad de poder. De acuerdo con ello, la metafísica de Descartes sí es ya una metafísica de la voluntad de poder, sólo que sin saberlo. Pero la pregunta no plantea si la voluntad de certeza puede interpretarse como voluntad de poder y contabilizarse así historiográficamente como un estadio previo de la misma. Queda abierta la pregunta de si el ser en cuanto representatividad es, por su contenido esencial, un estadio previo de la voluntad de poder que, experimentada como carácter fundamental del ente, permite entonces explicar la certeza como voluntad de fijación y a ésta como una especie de la voluntad de poder. “ldea”, re-presentatividad, objetividad, no contienen, en sí, nada de la voluntad de poder. Heideggeriana: NiilismoEuropeu