Sólo ahora puede reconocerse también con claridad en qué sentido la proposición cogito sum es una «proposición fundamental» [Grundsatz] y un «principio». Siguiendo la idea más o menos correcta de que en el pensamiento de Descartes lo «matemático» desempeña «de cierto modo» un papel especial, suele recordarse que en las matemáticas aparecen ciertas proposiciones supremas, los «axiomas». Por otra parte, en la medida en que el pensamiento matemático piensa de modo «deductivo», estas proposiciones supremas son identificadas con las premisas mayores de las argumentaciones silogísticas. Partiendo de allí se supone, sin más reflexión, que la proposición cogito sum, a la que el propio Descartes señala como la «primera y más cierta», tiene que ser una proposición suprema y un «principio» en el sentido tradicional, algo así como la mayor de las premisas mayores de todo silogismo. En este razonamiento formalmente correcto y apoyado en parte en formulaciones del propio Descartes se pasa por alto, sin embargo, lo esencial: con la proposición cogito sum se da una nueva determinación de la esencia de «fundamento» y de «principium». «Fundamento» y «principium» es ahora el subiectum en el sentido del representar que se representa. Con ello queda decidido de manera nueva en qué sentido esta proposición sobre el subiectum es el principio fundamental, el principio por excelencia. La esencia de lo que tiene el carácter de principio se determina ahora desde la esencia de la «subjetividad» y por medio de esta última. Lo «axiomático» tiene ahora un sentido diferente respecto de la verdad del axioma que Aristóteles encuentra, como «principio de no contradicción», para la interpretación del ente en cuanto tal. El carácter «de principio» de la proposición cogito sum consiste en que determina de modo nuevo la esencia de la verdad y del ser, y lo hace de manera tal que se invoca esta determinación misma como la verdad primera, lo que aquí quiere decir, al mismo tiempo: como lo que es en sentido propio. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Quizá no sea casual que Kant determinara el principio fundamental de su ética en una manera que nosotros calificamos de formal. Posiblemente, por su familiaridad con el ser-ahí, sabía que éste es su “cómo”. Ha quedado reservado a los profetas contemporáneos organizar pro primera vez al ser-ahí de tal manera que el “cómo” permanezca encubierto. Heideggeriana: BZ
Quizá no es una coincidencia que Kant determinara el principio fundamental de su ética de tal suerte que decimos que es formal. Tal vez sabía, en virtud de una familiaridad con el Dasein, que éste es el Cómo. Pero quedó reservado solamente para los profetas de hoy organizar el Dasein de manera tal que el cómo es encubierto. Heideggeriana: BZ
Este principio fundamental de la metafísica de Nietzsche no quiere decir que la capacidad humana no esté en condiciones de descubrir el valor total que, sin embargo, existiría ocultamente. Ya la búsqueda de un valor total es en sí misma imposible, pues el concepto de valor total del ente es un concepto absurdo; en efecto, el valor es por esencia la condición puesta por la voluntad de poder para su conservación y acrecentamiento y, por lo tanto, condicionada por ella. Poner un valor total a la totalidad querría decir colocar lo incondicionado bajo condiciones condicionadas. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
Tal principio se presenta en primer lugar bajo la forma de un principio fundamental que presupone la identidad como un rasgo del ser, esto es, del fundamento de lo ente. Este principio, entendido como enunciado, en camino se ha convertido en un principio a modo de un salto que se separa del ser como fundamento de lo ente y, así, salta al abismo. Pero este abismo no es ni la nada vacía ni una oscura confusión, sino el acontecimiento de transpropiación. En el acontecimiento de transpropiación oscila la esencia de lo que habla como lenguaje y que en una ocasión fue denominado la casa del ser. «Principio de identidad» quiere decir ahora un salto exigido por la esencia de la identidad, ya que lo necesita si es que la mutua pertenencia de hombre y ser debe alcanzar la luz esencial del Ereignis. Heideggeriana: PrincipioIdentidade