La tesis de Kant sobre el ser: una tesis ontoteológica, enunciada en el contexto de la pregunta por la existencia de Dios en el sentido del summum ens qua ens realissimum. Heideggeriana: HistoriaSer
Puesto que la pregunta por la existencia está siempre sólo al servicio de la única cuestión del pensamiento, es decir, debe desarrollarse en primer término la pregunta por la verdad del ser; como el oculto fundamento de toda metafísica, por ello, pues, el título del tratado que ensaya un retorno al fundamento de la metafísica, se llama no “Existencia y Tiempo”, tampoco “Conciencia y Tiempo”; sino “Ser y Tiempo”. Pero este, título no se puede pensar en correspondencia con lo habitualmente ordinario: Ser y devenir, ser y apariencia, ser y pensamiento, ser y deber ser. Aquí el ser es representado, sobre todo como si el “devenir”, la “apariencia”, el “deber ser” no pertenecieran al Ser, cuando notoriamente son, más que nada (son algo) y por ello, pertenecen al ser. “Ser” en “Ser y Tiempo” no es otra cosa que, “Tiempo”, en tanto en cuanto el “tiempo” es llamado cómo el pre-nombre para la verdad del ser cuya .verdad. es lo constitutivo del ser, y así, del ser mismo. Por qué, pues, ahora. “Tiempo” y “Ser” ? El recuerdo de los comienzos de la historia, en los que el ser se descubrió en el pensamiento de los griegos puede señalar que los griegos apuntaron al ser del ente como el afincamiento de lo presente, Cuando traducimos einai ¿por ser, la traducción es en realidad correcta: Sin embargo, nosotros sólo sustituimos un texto original con otra cosa. Examinémonos y entonces resultará, al poco rato, que ni pensamos einai al modo griego ni pensamos tampoco una ,correspondiente, clara y unívoca determinación de, “ser”. Qué decimos cuando decimos en vez de einai “ser” y en vez de “ser” einai y esse? No decimos nada. La palabra griega, la latina y la alemana (española) quedan en igual forma truncas. Nos traicionamos fácilmente en el uso habitual, como los guías de la más grande carencia del pensamiento qué jamás haya surgido dentro, del pensamiento, y que ha permanecido en dominio hasta el momento. Aquel einai empero, quiere decir: presencia. La esencia de esta presencia está profundamente entrañada en el nombre originario del ser. Para nosotros, no obstante, einai y ousia como parousia y arousia dicen, en primer término esto: en la presencia reinan impensada y ocultamente actualidad y persistencia; el tiempo es esencialmente. El ser como tal se da en el tiempo como estado de no oculto. Así, apunta el tiempo al estado de no oculto, esto es, a la verdad del ser. Pero el tiempo que ahora está por pensar no se experimenta en el transcurso cambiante del ente. El tiempo es patentemente de esencia totalmente otra, que no sólo no es pensada a través del concepto de tiempo de la metafísica, sino que jamás es para pensarlo a su través. De este modo será el tiempo el primer pre-nombre para reconocer como lo más total para la experimentada verdad del ser. Heideggeriana: EWM