libre

Significa: talar, liberar lo selvático. El espaciar conlleva lo libre, lo abierto, para un situarse y habitar del hombre. Heideggeriana: ArteEspacio

Si pensamos estas tres cosas, percibiremos una seña y observaremos esto: lo que sea en su esencia construir edificios es algo sobre lo que no podemos preguntar ni siquiera de un modo suficiente, y no hablemos de decidirlo de un modo adecuado a la cuestión, mientras no pensemos que todo construir es en sí un habitar. No habitamos porque hemos construido, sino que construimos y hemos construido en la medida en que habitamos, es decir, en cuanto que somos los que habitan. Pero ¿en qué consiste la esencia del habitar? Escuchemos una vez más la exhortación del lenguaje: el antiguo sajón “wuon” y el gótico “wunian” significan, al igual que la antigua palabra bauen, el permanecer, el residir. Pero la palabra gótica “wunian” dice de un modo más claro cómo se experiencia este permanecer. “Wunian” significa: estar satisfecho (en paz); llevado a la paz, permanecer en ella. La palabra paz (Friede) significa lo libre, das Frye, y fry significa: preservado de daño y amenaza; preservado de…, es decir, cuidado. Freien (liberar) significa propiamente cuidar. El cuidar, en sí mismo, no consiste únicamente en no hacerle nada a lo cuidado. El verdadero cuidar es algo positivo, y acontece cuando de antemano dejamos a algo en su esencia, cuando propiamente realbergamos algo en su esencia; cuando, en correspondencia con la palabra, lo rodeamos de una protección, lo ponemos a buen recaudo. Habitar, haber sido llevado a la paz, quiere decir: permanecer a buen recaudo, apriscado en lo frye, lo libre, es decir, en lo libre que cuida toda cosa llevándola a su esencia. El rasgo fundamental del habitar es este cuidar (mirar por). Este rasgo atraviesa el habitar en toda su extensión. Ésta se nos muestra así que pensamos en que en el habitar descansa el ser del hombre, y descansa en el sentido del residir de los mortales en la tierra. Heideggeriana: ConstruirHabitar

Si la falta de necesidad es la necesidad extrema y es precisamente como si no fuera, entonces, para que la necesidad pueda ser necesitante [nötigen] en el ámbito esencial del hombre, la capacidad de éste tiene que ser llevada antes a la falta de necesidad. Experimentar esta falta como tal, ésta es la necesariedad [Notwendigkeit]. Pero dando por supuesto que ésta es la necesidad [Not] del ser en cuanto tal, dando por supuesto que el ser en cuanto tal permanece confiado de antemano y exclusivamente sólo al pensar, entonces la causa [Sache] del ser, es decir, que en su desocultamiento sea el ser del ente, se trasladará al pensar. Para éste, el ser mismo en su desocultamiento, y de este modo el desocultamiento mismo, tienen que volverse previamente dignos de cuestión; pero esto en la época de la metafísica, por la cual el ser ha perdido su dignidad para convertirse en valor. La dignidad del ser en cuanto ser no consiste, sin embargo, en tener vigencia como valor, aunque sea el valor supremo. El ser esencia en la medida en que – libertad de lo libre mismo – libera a todo ente hacia él y queda para el pensar como lo que hay que pensar. Que sin embargo el ente sea como si el ser no “fuera” lo incesante y lo que precisa albergue, como si no “fuera” la necesidad necesitante de la verdad misma, esto es el consolidado dominio de la falta de necesidad en la metafísica acabada. Heideggeriana: NiilismoSer

La Nueva Universidad no fue erigida para mejorar la formación prácticotécnica de las profesiones. Tampoco con el objeto de corregir la enseñanza y las ciencias, sino que con esta nueva fundación, el estado ponía de manifiesto su voluntad de educar al pueblo mediante la universidad, yendo de su espíritu histórico hasta su propia esencia, para ligarlo con su propia ley, esto es, para dejarlo libre y en eso conducirlo a la unidad. Heideggeriana: UniversidadeAlema2

Desde que la moderna filosofía ha pisado sobre lo que para ella constituye tierra firme, reina la verdad como certeza. Lo verdadero es lo sabido en el seno del saberse a sí mismo incondicionado. Anteriormente, la verdad pasaba por ser la concordancia del representar con lo ente. Es un carácter del representar. Pero en tanto que certeza, la verdad es ahora el propio representar, desde el momento en que se entrega ella misma a sí misma y así se asegura de sí misma en tanto que representación. Lo sabido , que se ha asegurado su saber ante sí y dentro de sí mismo, también se ha retirado ya, al hacerlo, de todo modo aislado de representar objetos. Ya no se aferra a los objetos para mantener junto a sí a lo verdadero por medio de ese aferramiento. El saber se libera de la relación con los objetos. El representar que se sabe una suerte de distribución se libera (absolvere) de ese querer encontrar una seguridad suficiente en el representar unilateralmente al objeto. La liberación permite que siga subsistiendo este representar, pero de tal manera que ya no siga dependiendo sólo de su objeto. Esta liberación de la autocerteza, que la desata de la relación objetual, es su absolvencia. La caracteriza el hecho de que concierne a toda relación que sólo se dirija directamente al objeto. La absolvencia sólo es lo que es en la medida en que se consuma desde todos los puntos de vista, esto es, en la medida en que se absuelve por completo. En el absolverse de su absolvencia, la autocerteza del representar alcanza su seguridad, lo que significa para ella que alcanza lo libre de su esencia. Se libera del vínculo unilateral con los objetos y del mero representarlos. La autocerteza incondicionada es, de este modo, la absolución de sí misma. La unidad de absolvencia (liberación de la relación), absolver (completitud de la liberación) y absolución (liberación fuera de la completitud) es lo que distingue a la absolutez de lo absoluto. Todos estos momentos de la absolutez tienen el carácter de la representación. En ellos está presente la parusía de lo absoluto. Lo único verdadero en el sentido de la autocerteza incondicionada es lo absoluto. La absolutez así caracterizada del representarse es lo único verdadero. Heideggeriana: HegelExperiencia

Así podría propiamente acontecer (sich ereignen) que los consabidos ingredientes del lenguaje mostrasen un distinto “modo”. Una simple reflexión conduce a lo libre. Heideggeriana: Palavra1944

El buen consejo del sendero del campo despierta un sentido que ama lo libre y que trasciende, en el lugar adecuado, la turbia melancolía hacia una ultima serenidad. Combate la necedad del mero trabajar que efectuado sólo porque sí, fomenta únicamente la inanidad. Heideggeriana: CaminhoCampo

Este reflejar que liga en lo libre es el juego que, desde la cohesión desplegante de la unión, confía cada uno de los Cuatro a cada uno de ellos. Ninguno de los Cuatro se empecina en su peculiaridad particular. Por lo contrario, cada uno de los Cuatro, en el seno de su unión, es de-propiado a lo suyo propio. Este depropiante apropiar es el juego de espejos de la Cuaternidad. Desde ella los cuatro están vinculados en la simplicidad que los confía los unos a los otros. Heideggeriana: COISA

La libertad administra lo libre en el sentido de lo despejado, es decir, de lo que ha salido de lo oculto. El acontecimiento del hacer salir lo oculto, es decir, de la verdad, es aquello con lo que la libertad está emparentada de un modo más cercano e íntimo. Todo hacer salir lo oculto pertenece a un albergar y a un ocultar. Pero ocultado está, y siempre está ocultándose, lo que libera, el misterio. Todo hacer salir lo oculto viene de lo libre, va a lo libre y lleva a lo libre. La libertad de lo libre no consiste ni en la desvinculación propia de la arbitrariedad ni en la vinculación debida a meras leyes. La libertad es lo que oculta despejando, y en su despejamiento ondea aquel velo que vela lo esenciante de toda verdad y hace aparecer el velo como lo que vela. La libertad es la región del sino, que pone siempre en camino un desocultamiento. Heideggeriana: QCT

Pero si consideramos la esencia de la técnica, experienciaremos la estructura de emplazamiento como un sino del hacer salir lo oculto. De este modo residimos ya en lo libre del sino, que en modo alguno nos encierra en una sorda constricción a impulsar la técnica de un modo ciego o, lo que es lo mismo, a rebelarnos inútilmente contra ella y a condenarla como obra del diablo. Al contrario: si nos abrimos de un modo propio a la esencia de la técnica, nos encontraremos sin esperarlo cogidos por una interpelación liberadora. Heideggeriana: QCT

La torsión de la metafísica es torsión del olvido del Ser. La torsión se orienta hacia la esencia del Ser. La abarca a través de aquello que exige esa esencia misma, en la medida en que reclama aquel ámbito que la eleva a lo libre de su verdad. Heideggeriana: PreguntaSer

Para corresponder a la torsión de la metafísica, el pensar tiene que aclarar primero la esencia de la metafísica. A semejante intento aparece de modo inmediato la torsión de la metafísica como una superación, que sólo pospone el representar exclusivamente metafísico para conducir al pensar a lo libre de la esencia torsionada de la metafísica. Pero sólo propiamente en la torsión vuelve la verdad permanente de la metafísica aparentemente expulsada como su esencia ahora reapropiada. Heideggeriana: PreguntaSer

Para el pensamiento meditativo. en cambio, el camino pertenece dentro de lo que llamamos región (Gegend). Para decirlo de modo alusivo. la región – entendida como lo que viene-en-contra (Gegnende) – es el Claro (Lichtung) dador de lo libre donde lo esclarecido (Gelichtete), junto con lo que se oculta. llegan al espacio libre (Freie). Lo dador de lo libre de la región que a la vez cobija es la puesta-en-camino (Be-wëgung) donde son dados los caminos que pertenecen a la región. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

En relación con Hegel y los griegos, lo anterior significa lo siguiente: a todas las afirmaciones históricas adecuadas o inadecuadas antecede el hecho de que Hegel ha tenido una experiencia de la esencia de la historia desde el fondo del Ser en el sentido de la subjetividad absoluta. Hasta ahora no ha habido ninguna experiencia de la historia que, mirada filosóficamente, pueda corresponder a la nombrada. Pero la determinación especulativo-dialéctica de la historia trae consigo el que Hegel no pueda avistar en sentido propio la aletheia y su imperio como el asunto del pensar. Y esto ocurre justamente en una filosofía que determina “el reino de la verdad pura” como la “meta” de la filosofía. Pues al concebir el Ser como lo inmediato indeterminado, la experiencia que Hegel tiene de él se lo revela como lo puesto por el sujeto determinante y cognoscente. Por ello no puede desasir el Ser en sentido griego, el einai, de la relación con el sujeto y dejarlo libre en su propia esencia. Esta es la pre-sencia, es decir, el esenciar frente al hombre surgiendo del estar-oculto e ingresando en el no-estar-oculto. En la pre-sencia está en acción la desocultación; también está en acción en el “En y en el logos, esto es, en el hacer yacer frente al hombre, hacer que unifica y reúne; es decir, en el hacer esenciar frente al hombre. La aletheia está en acción en la idea y en la koinonia de las ideas, en cuanto éstas se sacan recíprocamente a la luz, constituyendo así el Ser-siendo (das Seiendsein). La aletheia está en acción en la energeia, la cual no tiene nada que ver con actus y actividad, sino sólo con el ergon en el sentido de la experiencia que de él tienen los griegos, y con su pro-ducción e incorporación a la pre-sencia. Heideggeriana: HegelGregos

La luminidad (Lichte) en el sentido de la claridad (Hellen) y la luminidad del claro no sólo se distinguen en su asunto, sino también de palabra. Clarear (Lichten) quiere decir: despejar, dejar libre, aligerar. A “clarear” le pertenece “ligero” (leicht). Aligerar algo, alivianarlo, quiere decir: dejar de lado lo que se le opone, llevarlo hacia lo libre, hacia lo sin resistencia. Levar el ancla (den Anker lichten), significa: liberarlo del cercante fondo marino y levantarlo hasta lo libre del agua y del aire. Heideggeriana: AssuntoPensar

La presencia está dirigida hacia el claro en el sentido de la custodia de lo libre. La pregunta reza: ¿Qué es lo que se aclara en el claro despejado de la presencia en cuanto tal? ¿Acaso el discurso del claro no es también y todavía una metáfora extraída del claro del bosque? Sólo que, ésta es ella misma algo presente en el bosque que se presenta. Pero el claro, como custodia de lo libre para el hacer presente y perdurar de lo presente no es ni algo presente, ni una propiedad de la presencia. Sin embargo, el claro, y aquello que el aclara, permanece como tal, en lo que al pensar atañe, en cuanto es tocado por la pregunta de cuál sea la respectividad que tenga con la presencia en cuanto tal. Heideggeriana: AssuntoPensar

El tiempo temporiza. Libera en lo libre de la unidad de lo extático de pasado, presente y futuro. En el temporizar del tiempo se juega el claro. Heideggeriana: AssuntoPensar